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Los soplos Y EL CORAZÓN
cos y son una señal de que algo anda mal. Estos, por el contrario, pueden provocar un cambio de color en las uñas o labios, dolor de pecho, tos, mareos, desmayos, entre otros.
Los latidos del corazón deben ser constantes, como el tictac de un reloj. Sin embargo, existen ocasiones en que la sangre produce un susurro extra cuando pasa a través del corazón. A este sonido se le conoce como soplo. El corazón tiene cuatro cavidades por las que pasa la sangre. Cuando la puerta (las válvulas) a una de estás cavidades no abre o cierra bien, se produce un soplo.
Los soplos pueden estar presentes desde el nacimiento o desarrollarse a lo largo de la vida. La mayoría son inofensivos, lo que significa que no son signo de enfermedad cardíaca, por tanto, no requieren tratamiento y no producen síntomas. Otros, pueden ser patológi-
Ahora bien, ¿son los soplos una cardiopatía? No. Hacer ejercicio, quedar embarazada, ser adolescente, tener fiebre, anemia o sufrir de la tiroides son algunas de las causas que pueden producir un soplo y no significa que hay algo malo con el corazón. Por si solos, los soplos no son una cardiopatía, pero sí pueden aparecer en presencia de una, como es en el caso de los envejecientes, pacientes con enfermedades reumáticas o en bebés en caso de que exista alguna cardiopatía congénita.
Si te preocupa tener un soplo debes acudir a tu cardiólogo donde te hará un chequeo completo e identificará la presencia de estos. De encontrarlos, te indicará pruebas especiales y determinará el siguiente paso a tomar.
Por Dra. Tania Guerrero Cardióloga @dra.taniaguerrero
Tristemente, el corazón puede verse afectado en al menos cuatro formas: desarrollo de tumores cardíacos primarios benignos, tumores cardíacos primarios malignos, tumores secundarios, metástasis de tumores, ya sea por continuidad y por vía hematógena y complicaciones directas e indirectas de las neoplasias, y del tratamiento anticanceroso.
La presentación de tumores varía según la edad, tienden a ser diferentes en los adultos y niños en cuanto al tipo y sus manifestaciones. Pueden afectar cualquiera de las estructuras del tejido miocárdico. Los tumores primarios son muy raros, en series de autopsia tienen una incidencia de 0.02%, alrededor de un 75% son benignos. La afectación de tumores secundarios malignos es más frecuente, tienen una incidencia entre 1.7 y 14%, 40 veces más que los primarios.1
De los tumores primarios benignos se destacan: los mixomas, que son más frecuentes y comunes en mujeres; siguen lipomas, hipertrofia lipomatosa del septum interatrial, fibroelastoma papilar, rabdomiomas, fibromas, hemangiomas y quistes pericárdicos.
Los malignos son raros y muy agresivos; los sarcomas representan el 95%, siguen angiosarcoma, rabdomiosarcoma, linfoma y mesotelioma pericárdico. Los tumores secundarios suelen acceder al corazón por vía sanguínea, linfática o por continuidad; las metástasis más comunes son en pacientes con cáncer de mama, riñón, ovario, pulmón, esófago o leucemia. 2
Las principales lesiones directas o indirectas al corazón: derrame pericárdico, pericarditis constrictiva, taponamiento cardíaco, síndrome de vena cava superior, patologías valvulares por obstrucción o por daño directo en el aparato valvular.
El diagnóstico de tumor cardíaco es realizado durante la investigación de otras patologías; sin embargo, los signos y síntomas distintivos dependen de su forma, localización y pueden agruparse en cuatro tipos: 2
Síntomas embólicos; embolización del tumor o trombo al pulmón, cerebro, circulación periférica, causando accidentes cerebrovasculares isquémicos, oclusión arterial o tromboembolismo pulmonar.
Síndromes sistémicos; para neoplásicos (trastornos autoinmunitarios) por tumores primarios, y constitucionales como fiebre, pérdida de peso, fatiga o artralgias.