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I. INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN.-

I

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Diversos archivos históricos del país, tienen el privilegio de custodiar una caudalosa información que se convierte, en rica fuente para investigadores e interesados en el devenir histórico de México, desde tiempos inmemoriales y hasta nuestros días. Uno de ellos es el Archivo Histórico Municipal de la ciudad de Guanajuato.

Antes de todo, debo agradecer el apoyo que proporcionó para esta consulta el responsable del mismo, el Lic. Luis Ignacio Vázquez Lugo, Jefe de Biblioteca en este Archivo, así como de las Sras. Yolanda Murrieta Barrón, Encargada de Hemeroteca, y de Alma Leticia Rodríguez Palafox, Encargada de Mapoteca, quienes pusieron a mi alcance la mencionada colección, motivo del presente trabajo.

En la muy particular línea de investigación que trabajo desde hace muchos años, la cual se ocupa de las diversiones públicas y en particular las corridas de toros, el archivo antes citado me proporcionó la grata satisfacción de contar con el fondo documental “Agustín Lanuza”,1 el cual está integrado por 205 carteles publicitarios de festejos taurinos celebrados (según fechas extremas) entre 1873 y 1923, siendo abundantísimas las muestras que van del último lustro del siglo XIX a los primeros dos del XX. En dichos documentos puede observarse la elevada actividad taurina que se registraba y que hoy sigue registrándose en el estado de Guanajuato. Gracias a ellos puede uno enterarse que la concentración de tal dinámica se daba en plazas como León, Celaya, Irapuato (La Constancia y de la Estación), Silao, Valle de Santiago, Moroleón, Salvatierra, San Francisco del Rincón, Cortázar, Chamacuero de Comonfort, San Luis de la Paz, Salamanca, Ciudad Porfirio Díaz, sin faltar aquellos festejos celebrados en la plaza de “Gavira”, la propia de Guanajuato, del Jaral y del Cantador. También aparece un cartel de la plaza de toros “Colón” de Querétaro, fechado el 27 de enero de 1901 y otro de la de “Paseo” en San Luis Potosí, que trae impresa la fecha del 16 de noviembre de 1903.

Reitero, la cantidad de festejos da una idea de la intensa actividad que poseían estos espacios, ya fuese por razones de festividades cívicas o religiosas. Incluso de aquellas otras que se organizaban con fines altruistas. Del mismo modo, el grupo documental nos deja ver que en esas ciudades y poblados se encontraban establecidas diversas imprentas en las que a su interior, habría un rico despliegue de elementos tipográficos no solo tradicionales o convencionales, sino también la presencia de los que la modernidad de la época puso al servicio de los impresores. Tal es el caso de la fototipia o impresión fotomecánica, misma que dejaba ver por primera vez las imágenes de los toreros, tomadas muchas veces de las “tarjetas de visita” que fueron común denominador por aquellas épocas. Desde luego que estos trabajos dejan ver los defectos técnicos propios del momento. Sin embargo, reflejan el esfuerzo habido para compaginarse con los adelantos de las impresiones.

En las tiras de mano o carteles impresos, todos ellos presentados en diversas medidas, se puede colegir que, aunque se trate de copias fotostáticas, el soporte original pudo ser el papel de “china”, el “couché” y otros ofrecidos por los impresores mismos. Los diseños gráficos son diversos. Hay un uso pertinente de orlas, capitulares, dibujos, grabados y hasta elementos fototipográficos. De estos ejemplos sobresalen maravillosas expresiones logradas por Manuel Manilla y José Guadalupe Posada (así como de sus imitadores). Otros trabajos pertenecen a firmas o iniciales como J. M. Ledo o Villaplana. Pueden observarse desde

1 Además, autor entre otras obras de: Romances tradiciones y leyendas guanajuatenses. Por (…). México, E. Gómez de la Fuente, 1908. 329 p. Ils., fots., dibujos.

cabezas de toros muy bien proporcionadas, hasta de aquellos denominados “xaltianguis” o de escasa cornamenta. Toros embistiendo, suertes del toreo tanto mexicanas como españolas y un innumerable contingente de nombres de participantes, nacionales y extranjeros, sin faltar los de aficionados. Destaca la participación de mujeres toreras y otros elementos considerados como “parataurinos”. Tal es el caso de toros embolados, payasos, jaripeos, fuegos de artificio, etc.

Sería deseable la reproducción de todos y cada uno de ellos. Su elevado número es una razón que impediría por ahora ese anhelo. Sin embargo, además de que no queden al margen, aprovecharé el propio catálogo para enriquecerlo, de ahí que convenga una selección donde sea posible apreciar su calidad de trabajo impreso, la confección aplicada por los empresarios y luego –de ser posible- por poblaciones, con objeto de que no escape ninguna de las que integran la colección, entendiendo así toda la dinámica de festejos en esta ubicada región del estado.

Un aspecto más es la confección de estos documentos, mismos que fueron el resultado de varias condiciones, a saber: 1.-Su apego a días festivos (cívicos o religiosos), situaciones extraordinarias como el pago de la “deuda americana”2 o por inundaciones. 2.-Organización de festejos por y para aficionados habiendo para ello diversos pretextos. 3.-Presencia de toreros nacionales o extranjeros cuya trayectoria o temporada en desarrollo les permitiera firmar el contrato o comprometerse a torear, dando para ello motivo para que operara el discurso publicitario que derivaba en estos valiosos documentos. 4.-La repetición de algún “triunfador” que obligara a un cierre de temporada excepcional.

Con el tiempo, más de un siglo en la mayoría de los casos, se puede apreciar que aunque la fiesta de toros sobreviva hasta nuestros días, aquella otra poseía componentes que ya desaparecieron o entraron en desuso. Como apuntaba párrafos atrás, tal es el caso de los toros embolados, las mojigangas, los convites (que aún perviven, aunque modificados), presencia de reinas y demás circunstancias decorativas.

Antes de pasar a la siguiente sección, merece lugar aparte D. Agustín Lanuza. En la Guía General del Archivo Histórico3 aparecen los siguientes e interesantes datos que nos dan una idea sobre el perfil del personaje.

COLECCIÓN AGUSTÍN LANUZA D.

PROCEDENCIA INSTITUCIONAL.

La colección documental histórica del Lic. Agustín Lanuza D fue adquirida por el Archivo General del Gobierno del Estado de Guanajuato en el año de 1996, integrada por 136 documentos (originales y copias), en su mayoría procedentes de instituciones públicas, privadas y familiares, con temáticas variadas. Es importante señalar que el recopilador de la mayor parte de estos documentos fue el Lic. Agustín Lanuza Romero, padre del anterior, por lo que se darán algunos datos biográficos de este personaje guanajuatense.

2 Se trata de la deuda contraída con el gobierno de los Estados Unidos de América, conforme á la convención de 4 de Julio de 1868, misma que pudo satisfacerse, “sin necesidad de recurrir á arbitrios extraordinarios, si bien, sí, aceptando el concurso patriótico de los mexicanos y principalmente de los empleados civiles y militares, quienes depositaron y continúan depositando en las arcas públicas el producto de subscripciones voluntarias destinadas á aquel objeto” . Estas declaraciones, forma parte del discurso de Porfirio Díaz al inaugurar el último periodo de sesiones del octavo Congreso. Abril 1, 1878. Y discurso al abrir el primer periodo del primer año de sesiones del noveno Congreso. Septiembre 16, 1878. 3 Guía General del Archivo Histórico. Guanajuato, Archivo General del Gobierno del Estado, Talleres Gráficos del Gobierno del estado de Guanajuato, 2001. 298 p. Ils., fots., facs., maps.

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