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OTROS EJEMPLOS

OTROS EJEMPLOS.

Procedencia: Archivo General del Gobierno del Estado de Guanajuato. Hemeroteca. Col. “Agustín Lanuza”. Corridas de toros. Cartel para la tarde del 25 de marzo de 1906 en la plaza de toros de Cortazar, Gto.

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Procedencia: Archivo General del Gobierno del Estado de Guanajuato. Hemeroteca. Col. “Agustín Lanuza”. Corridas de toros. Cartel para la tarde del 24 de noviembre de 1907 en la plaza de toros de Salvatierra, Gto.

Procedencia: Archivo General del Gobierno del Estado de Guanajuato. Hemeroteca. Col. “Agustín Lanuza”. Corridas de toros. Cartel para la tarde del 9 de noviembre de 1918 en la plaza de toros del Cantador, Gto.

Procedencia: Archivo General del Gobierno del Estado de Guanajuato. Hemeroteca. Col. “Agustín Lanuza”. Corridas de toros. Cartel para la tarde del 24 de abril de 1898 en la plaza de toros de Gavira, Gto.

Procedencia: Archivo General del Gobierno del Estado de Guanajuato. Hemeroteca. Col. “Agustín Lanuza”. Corridas de toros. Cartel para la tarde del 24 de septiembre de 1899 en la plaza de toros de Gavira, Gto.

Procedencia: Archivo General del Gobierno del Estado de Guanajuato. Hemeroteca. Col. “Agustín Lanuza”. Corridas de toros. Cartel para la tarde del 18 de febrero de 1900 en la plaza de toros de Gavira, Gto.

JOSÉ MARRERO “CHECHÉ” TORERO CON SON CUBANO.

Este personaje bajito, simpático que parecer ser una buena y respetable persona es cubano de origen el cual, seducido por la tauromaquia pasó de la isla del Caribe a México en la última década del siglo XIX.

Desconozco que fama haya alcanzado José Marrero en su propio país, pero si llegó al nuestro lo hizo con algún canto de gloria y aquí se hizo llamar “Cheché”.

José Marrero “Cheché” muy pronto se unió a la troupe de María Aguirre “La Charrita Mexicana” y Timoteo Rodríguez, adquiriendo fama sobre todo en el norte de la república. Y José toda habilidad en asuntos amorosos, sólo esperó pasaran los meses de luto que guardó respetuosa la todavía atractiva María Aguirre por el desaparecido Timoteo Rodríguez para proponerle matrimonio, por lo que la señora María Aguirre de Rodríguez pasó a ser la señora María Aguirre de Marrero.

Y sumidos en la cadencia de un son cubano terminamos esta breve historia.

Las ilustraciones forman parte de estas evidencias publicitarias, también conocidas como cartel taurino.

Llama la atención el motivo del presente documento, en el cual queda evidencia de un hecho que, por aquellas épocas representaba ingresar a uno más de los territorios de la modernidad, con el uso de la energía eléctrica.

Así, cuando el progreso y la modernidad poco a poco comenzaron a permear en las grandes ciudades, tal condición permite realizar los primeros ensayos de luz eléctrica que se llevaron a cabo en la ciudad de México hacia 1850, utilizando para ello y como fuente de energía pilas del tipo Bunsen.

De igual forma, cuando la ciudad había contado con la presencia de cierta iluminación, la de teas que podían permanecer encendidas largo rato, y luego aquellas linternas alimentadas con trementina, vino la etapa en que la electricidad permitió sustituir aquellos implementos anacrónicos, por lo que el 15 de septiembre de 1881 y con 140 kilowatts instalados se encendieron 3000 lámparas de 2000 bujías.

Hasta que en 1887 y 1889 se concesiona a cuatro empresas la distribución y venta de energía eléctrica en el Distrito Federal, otorgando servicio entre un conjunto igual de clientes, más industriales que domésticos el cual requería de dicho servicio. Las mencionadas empresas son las siguientes: -Compañía Mexicana de Gas y Luz Eléctrica -Sres. Aguirre Hermanos. -Señores Cacho y Andrade, desde Pachuca, Hidalgo, y -Viuda de Henkel e Hijos, desde Toluca, México.

Para el 13 de febrero de 1898, la ciudad de México contaba con otras 2109 luces de gas., servicio que había sido puesto en funcionamiento desde noviembre de 1872. Con esta fecha desaparece definitivamente, cuando los Sres. Siemens & Halske comenzaron a proporcionar el servicio de alumbrado sustituyendo a la Compañía Mexicana de Gas y Luz Eléctrica.

El 6 de diciembre de 1905 se transmite por primera vez el fluido eléctrico de Necaxa a la ciudad de México, momento en el que hace acto de presencia con toda su infraestructura la entonces Mexican Light and Power Company, Limited, empresa creada dos años antes, precisamente el 4 de marzo de 1903.

Procedencia: Archivo General del Gobierno del Estado de Guanajuato. Hemeroteca. Col. “Agustín Lanuza”. Corridas de toros. Cartel para la tarde del 5 de febrero de 1901 en la plaza de toros de Silao, Gto.

EL CORRIDO DE LA LUZ, EXPRESIÓN POPULAR DEL YA DISTANTE 1905…

El corrido es una composición anónima que florece sobre todo, entre la clase popular, como producto espontáneo del ingenio de nuestra raza que para todo tiene un oportuno comentario, ya humorístico, ya satírico; pero invariablemente lleno de gracia y de talento. El corrido se encuentra clasificado como género "épico-lírico y narrativo" a la vez, por lo que el corrido ha sido emparentado con el romance español. Según el investigador Vicente T. Mendoza, el corrido es "no sólo un sucesor directo del romance español, sino aquel mismo romance, trasplantado y florecido en nuestro suelo". Ese vigor tan particular lo hizo suyo el pueblo, de ahí que una buena parte de los corridos que hoy conocemos estén cobijados por el anonimato, como ya se dijo. Es probable su cercana o distante vinculación con los pasquines, esa otra expresión, cuyas cuartetas eran verdaderas revelaciones punzantes sobre hechos y personajes que se convirtieron en comidilla del día en su momento. Baste recordar un ejemplo curioso y simpático, donde el protagonista es el virrey Félix Berenguer de Marquina, quien habiendo mandado levantar hermosa fuente, ésta no contó con el necesario sistema de afluencia ni de desahogo de las hermosas aguas, por lo que se convirtió en desagradable concentración de suciedades, de ahí que el pueblo lo recordara con un cáustico pasquín sobre la dichosa pila, siempre seca, que mandó hacer en la plaza de Santo Domingo:

Para perpetua memoria nos deja el virrey Marquina una fuente en que se orina y aquí se acabó su historia.

Lo que se ha dado en llamar “la musa popular” produjo en la alborada del siglo XX un corrido con motivo de la inauguración del servicio de luz eléctrica ocurrido la tarde noche del 6 de diciembre de 1905, cuando se transmite por primera ocasión y hasta la fecha, el fluido eléctrico de Necaxa a la ciudad de México. Esos cantares circularon y se cantaron desde entonces a viva voz…

En la revista Electra, El magazine de Luz y Fuerza y Tranvías, Nº 75 de enero-febrero de 1933, apareció publicado el motivo de las presentes notas. Allí se destaca la labor de Higinio Vázquez Santa Ana quien los recopiló para gozo y disfrute de quienes ahora tenemos el privilegio de volverlos a leer, o a entonar.

…y el de los “eléctricos”, que, como “eléctricos” eran o fueron conocidos en su momento los tranvías, servicio que se inauguró en 1900.

Vaya pues el presente, como una muestra de la riqueza popular, de la cual se desprenden estos inéditos como evocadores versos.

Procedencia: Archivo General del Gobierno del Estado de Guanajuato. Hemeroteca. Col. “Agustín Lanuza”. Corridas de toros. Carteles para las tardes del 1° y 8 de junio de 1902 en la plaza de toros de Gavira, Gto.

En el blog de mi responsabilidad: APORTACIONES HISTÓRICO-TAURINAS MEXICANAS (http://ahtm.wordpress.com/), tuve a bien ocuparme de este interesante personaje, en una de las categorías en que se encuentra propuesto. Comparto con los lectores de la presente investigación aquella colaboración.21

EFEMÉRIDES TAURINAS DECIMONÓNICAS.

Hoy, 20 de mayo se recuerda la ceremonia de alternativa que recibió Leopoldo Camaleño en la plaza de toros de Mixcoac, con el siguiente cartel:

PLAZA DE TOROS “MIXCOAC”, DISTRITO FEDERAL. Domingo 20 de mayo de 1894. Inauguración de la plaza. José Centeno, Juan Moreno “El Americano” y la alternativa de Leopoldo Camaleño, con 6 toros de Atenco y San Diego de los Padres.22

La escasa información al respecto por ahora, se reduce a ciertos datos aparecidos en La Patria, D.F., del 22 de mayo de 1894, en cuya página 2 se tiene la oportunidad de encontrarse con la columna “Revista de espectáculos” de la que leemos lo que sigue.

El domingo ha sido una continua fiesta tauro-trágica-dramática y lírica.

Los toros fueron los que llevaron a Mixcoac gran concurrencia, aunque no la que se esperaba, dado el entusiasmo que parecía reinar por el restablecimiento del permiso para que se verifiquen las corrida. Ello es que las entradas costaban un ojo de la cara, y si hemos de ser justos, no está en relación el precio con la bondad del espectáculo.

No cabe duda que la cuadrilla Centeno, es trabajadora y sabe cumplir, pero los toros que se lidiaron en la corrida del domingo y que pertenecían a la ganadería de Atenco, desdijeron mucho de su fama, pues casi todos ellos aunque de bravura y de pies, son de menguada estampa y se van al bulto.

Desgraciadamente, la corrida de que tratamos, se señaló por una continuada serie de percances, algunos de ellos irreparables.

Salió el primer bicho, y al quererle pasar los pies el Americano, sufrió una tremenda cogida de una gravedad tal, que desde luego fue retirado a la enfermería, donde el médico que lo reconoció manifestó que era difícil que se salvara.

Sería prolongar demasiado esta crónica hacer una descripción suscinta de ella. Baste decir que Centeno y Camaleño que recibió la alternativa, se portaron como veremos.

Centeno, en los tres toros que estoqueó, estuvo feliz, especialmente en el quinto que fue el de la tarde, pues se prestó perfectamente a todas las suertes. En pases de muleta se distinguió Centeno. En parear se distinguió Cortés,23 que ha dado pruebas de que es torero y sabe lo que trae entre manos.

Camaleño mató al segundo y cuarto. Al empuñar los trastos para matar a aquel, sufrió la primera cogida que fue sin más consecuencias que una herida… al pantalón.24 Con coraje y valentía siguió la faena y dio al bicho una media estocada que le hizo caer, rematando el puntillero. El sexto toro debió haber sido estoqueado también por Camaleño, pero no fue posible, porque sufrió una cogida que tuvo consecuencias, recibiendo una herida cerca de la ingle, que aunque no es de gravedad, lo dejó inútil. Centeno tuvo que matarlo, pero

21 Disponible agosto 23, 2013 en: http://ahtm.wordpress.com/2013/05/19/alternativa-de-leopoldo-camalenomayo-20-de-1894/ 22 Heriberto Lanfranchi: La fiesta brava en México y en España 1519-1969, 2 tomos, prólogo de Eleuterio Martínez. México, Editorial Siqueo, 1971-1978. Ils., fots., T. I., p. 221. 23 Probablemente el autor de la crónica aluda a León Prieto Cortés. 24 Dice “pantalón”… Debe decir, “taleguilla”.

desmoralizado por tanta desgracia, no pudo dar más que pinchazos que echaron al cornúpeto, rematando el cachetero.

La gente montada, de desgracia también.

Mota sacó una contusión.25 A otro picador,26 le atravesó un pie el toro, que habrá que amputárselo.

En resumen, la corrida no se puede decir que haya sido mala, pero desgracias sí las hubo.

La presidencia en algunos casos desacertada, como cuando mandó tocar a banderillas estando un picador en suerte. Por lo demás, pasadera.

La reseña anterior se encuentra colmada de datos interesantes. Entre otros, nos confirma la alternativa que recibió Camaleño, personaje cuyo perfil he tenido la oportunidad de conocer, gracias a la consulta que me remite hasta “La voz de río seco.com”, página virtual de la que es responsable Teresa Casquete Rodríguez, Historiadora del Arte, y de la cual me permito traer hasta aquí lo que de su trabajo resultó una grata información. También es de mencionar el apunte que complementa las notas de Teresa Casquete Rodríguez, y que corresponden a la labor de Ángel Cabello Rubio, quien realizó un auténtico rastreo sobre este misterioso personaje, del que por ahora, sólo se cuenta para ilustrar, el par de imágenes que sirvieron para elaborar el registro de entrada a nuestro país, mismo que fue elaborado en 1937 por las autoridades de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

LA VOZ DEL AYER. UN RETRATO DEL TORERO RIOSECANO LEOPOLDO CAMALEÑO.

Es fantástico el trabajo que están realizando los Archivos Estatales en los últimos años con la digitalización de sus fondos. Gracias a esta labor muchos historiadores que vivimos alejados de sus sedes, podemos continuar con nuestras pesquisas y encontrar de vez en cuando entre los cientos de miles de documentos guardados, curiosidades históricas relacionadas con Rioseco como ésta que publicamos hoy.

Imagen que aparece en el portal de la colega Teresa Casquete Rodríguez, Historiadora.

25 Quizá se trate de José María Mota. 26 Se trata de Irineo García.

Dentro de las fichas de los emigrantes españoles a Sudamérica, nos topamos con la del torero riosecano, Leopoldo Camaleño, del que apenas conocíamos unos pocos datos gracias al libro de Alberto Pizarro “De Enríquez a Manrique…”. La fotografía no es de gran calidad, pero los datos que guarda este registro nos aportan un mayor conocimiento de su biografía, a los que podemos unir los conseguidos a través de un pequeño rastreo por las hemerotecas de Méjico.

Leopoldo Camaleño Obregón nació en Medina de Rioseco un día de San Juan de 1868, hijo de Gabriel y Jacoba, siendo bautizado en la parroquia de Santa María. Los apellidos no son oriundos de nuestra ciudad, por lo que es fácilmente deducible que sus padres eran inmigrantes en el Rioseco de esos años.

En 1882, se trasladó a Méjico junto a un hermano suyo, llegando al puerto de Veracruz el 22 de enero de ese año con apenas 14 años de edad. Comenzó trabajando de empleado de comercio en una empresa, pasando más tarde a desempeñar el puesto de cajero en otra diferente. Su actividad taurina tuvo su inicio como banderillero, tomando la alternativa el 20 de mayo de 1894 de manos de José Centeno. Además de éxito como matador gozó en este país americano de un no menor reconocimiento social, que le llevó a actuar incluso en una obra musical -un sainete lírico titulado Niña Pancha27 en el que Camaleño hacía el papel principal. También fue el inspirador de la personalidad de Jarameño, en la novela de Federico Gamboa, Santa y se le dedicó un corrido mexicano titulado La alternativa de Camaleño, que comienza en sus primeras estrofas diciendo:

A Leopoldo Camaleño Le tocó banderillear Tomando la alternativa En la plaza de Mixcoac.

Tiempo hace que se alternó Aquel Cayetano Leal, Y por cierto que esa tarde Al pobre le fue fatal…

La ficha de su entrada en México, fue realizada en 1937, estando ya retirado de los ruedos, y en ella se le describe como un hombre de complexión media, de 1,76 de altura, ojos castaños, pelo blanco, cejas pobladas y mentón plano. Casado, comerciante, de origen español y residiendo en la Calle Zaragoza, Nº 49 de San Luis Potosí.

Precisamente murió en esta misma ciudad poco tiempo después, el 16 de septiembre de 1939, sin haber regresado nunca a su tierra natal.

La carrera taurina de Camaleño; por Ángel Gallego Rubio

Algunos datos más, de los pocos que se conocen, sobre este cuasi desconocido paisano que fue el primer matador de toros que dio la provincia de Valladolid. Inició su carrera saltando como espontáneo en la plaza de Colón de México D.F. iniciando allí su vida torera como banderillero y figurando después como segundo espada, dando elocuentes pruebas de

27 Representada muy probablemente durante el curso del mes de enero de 1901 en el teatro Principal, justo cuando se presentaba la Compañía Española de zarzuela “La Aurora Infantil”, formada por la tiple Pilar Ramírez, de 12 años, y la bailarina Isabel Díaz, de la misma edad. Entre las obras que presentan en dicho Coliseo se encuentran El anillo de Hierro, La verbena de la paloma, Niña Pancha y Marina.

valor en la Ciudad de México, San Luis Potosí, Pachuca, Puebla, Guadalajara, Veracruz, Mérida o San Pedro de Zacatecas.

El día de su alternativa se inauguraba la Plaza de Toros de Mixcoac, con él torearon José Centeno y Juan Moreno El Americano. Los toros lidiados fueron de Atenco y la tarde fue sangrienta ya que El Americano fue corneado de gravedad, Camaleño y el subalterno Sebastián Gil Pimienta también fueron heridos aunque de menor gravedad, y al picador Irineo García le atravesó el pie un toro y le tuvieron que amputar la pierna, muriendo en septiembre de ese año.

Otras corridas en las que actuó y de las que he podido localizar reseñas en antiguas revistas son la del 18 de octubre de 1891 en la plaza de toros Colón, a la que asiste el general Porfirio Díaz. La del 11 de noviembre de 1894 en Tacubaya como testigo de la alternativa del bigotudo matador mejicano Ponciano Díaz. La del 17 de enero 1897 en Guanaciví (Durango),28 donde dicen que está muy recuperado de una cornada anterior. En esa misma plaza el 6 de diciembre de 1897 le propina una grave cornada, tanto que corrió el rumor de que había muerto, un toro de Ramos que tenía ¡10 años! El 16 de octubre de 1898 se encierra en San Bartolo Naucalpan con cinco toros de la ganadería Espíritu Santo. En Puebla actuó a su manera el 22 de enero de 1899. El 9 de diciembre de 1901 lidió en solitario cuatro toros en Tamalimpa (quizá debe decir Tamaulipas). En Torreón el 14 de diciembre de 1902 se resiente de otra cornada reciente y en esa misma plaza el 21 de diciembre de 1903 sufre otra muy grave cogida en el vientre, que posiblemente significara el final de su carrera.

Los públicos de México vieron en él un buen matador, pundonoroso, arrojado y cumplidor, aunque, al parecer, no era un virtuoso con los engaños. También debió de organizar alguna corrida ya que en 1896 cursó una solicitud para que se le devolviera el valor de una licencia por un espectáculo taurino que no realizó en la plaza del Buen Gusto por falta de concurrencia.29

28 Dice Guanaciví… debe decir: Guanaceví. 29 Disponible mayo 19, 2013 en: http://www.lavozderioseco.com/?p=38497

Siguen destacando por razones muy especiales los documentos que surgieron de las fiestas taurinas celebradas en Gavira, Gto. Tal es el caso del siguiente cartel:

Procedencia: Archivo General del Gobierno del Estado de Guanajuato. Hemeroteca. Col. “Agustín Lanuza”. Corridas de toros. Carteles para la tarde del 12 de octubre de 1902 en la plaza de toros de Gavira, Gto.

Arcadio Ramírez representó todo un caso de pervivencia y también de competencia, en unos momentos en que, entre el crepúsculo del siglo XIX y la aurora del XX, el diestro nacido en Irapuato, emprendía una de las etapas de participación que representaba ubicarse entre los pocos participantes nacionales capaces de darle al toreo de nuestro país la fuerza que se había perdido tras la muerte de Ponciano Díaz, en abril de 1899. Sin embargo, poco se conoce al respecto de su trayectoria, que como puede comprobarse en el grupo documental consultado, parece decirnos lo contrario. Aparece con demasiada frecuencia en los festejos que se organizaron por aquellos años, lo cual deja ver su posicionamiento, jerarquía y hasta el aquel sentido de construir una especie de feudo taurino, sobre todo en el bajío mexicano. Para tener una mejor idea de su paso por los toros, he localizado un texto escrito por Alfonso de Icaza “Ojo”, quien nos lo presenta como sigue:

ARCADIO RAMÍREZ “REVERTE MEXICANO”.

Ponciano Díaz pudo haber dicho la célebre frase del “Guerra”: “Después de mí, naiden”.

Porque, en efecto, retirado el ídolo atenqueño, pasaron años y años sin que surgiera un nuevo torero mexicano.

El primero, por lo menos el primero de cierta significación, fue Arcadio Ramírez, indígena de raza pura, nacido en Irapuato en el año de 1879.

Este Arcadio Ramírez anduvo toreando por las plazas de los estados con el alias de “Limoncito”, hasta que tomó la alternativa en el pequeño coso de Tlaquepaque en 1900, de manos del veterano diestro Manuel Hermosilla.

No respetó su doctorado, y de ahí que para alternar con Mazzantini en la plaza de Puebla, tuviera que recibir de nuevo la investidura de matador de toros, que le otorgó don Luis a principios de 1902.

Meses después, en el invierno fracasaba Antonio Reverte en la plaza “México”, pasándose a la de Chapultepec, en donde alternó con su sobrino Manuel García “Revertito” y con nuestro biografiado, anunciándose las inolvidables aquellas, que no fueron sino dos, como de “Los tres Revertes”.

El mexicano, dicho sea en honor de la verdad, apenas si merecía el título de torero. Con el capote sólo ejecutaba relativamente bien la verónica, y aun ese lance lo desvirtuaba citando enteramente de perfil, y con la muleta no hacía sino bailar.

En cambio mataba mucho y bien, y desde su perfilada, casi perfecta, hasta que salía de la suerte con bastante limpieza en la mayor parte de las veces, podía vérsele.

Dos años más tarde, en 1904, debutó Arcadio en la plaza “México”, habiendo alternado en su primera corrida, que tuvo lugar el 23 de octubre de 1904 con “Bonarillo” y “Parrao”, siendo los toros de Santín.

Las muchas cornadas que recibió el hombre, 17 en total y graves casi todas, menguaron su espíritu hasta el punto de quehabiendo vuelto a México después de prolongada ausencia, ya a la plaza de “El Toreo”, el 5 de enero de 1913, en corrida en que salió lesionado “Machaquito”, negóse Ramírez a matar los toros que le correspondían, prefiriendo el bochorno de ir a dar a la cárcel.

Todavía no hace muchos años que lo vimos de nuevo, en una corrida de despedida. Ya estaba viejo, y harto hizo con cumplir de la mejor manera posible. Y aun después ha toreado en los Estados, a impulsos, sin duda alguna, de necesidades económicas.

Fue esposo Arcadio de la popular tiple Concha Bustamante, de la que tuvo tres hijos, habiéndose separado de ella, al fin y al cabo por incompatibilidad de caracteres.

Ahora tenemos entendido que vive el hombre en la mayor pobreza, y recordando siempre los días de “gloria”, gloria más ficticia que real, porque lo cierto es, como dejamos dicho, que a principios del siglo mataba bien, pero que antes, entonces y ahora fue siempre un deficientísimo matador.30

Nunca mejor explicado el quehacer de este curioso personaje, que en la mirada de uno de los periodistas cuyo desarrollo profesional pudo ser posible en buena parte de la primera mitad del siglo XX. Me refiero a Alfonso de Icaza, célebre en sus crónicas al firmarlas con el seudónimo “Ojo”.

30 Revista de Revistas. El semanario nacional. monográfico dedicado al tema taurino. Año XXVII, Núm. 1394 del 7 de febrero de 1937. Número

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