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HARo, AnTonio “el MAlAGueño”

GüeJAReño, el. ver ceJudo FeRnÁndez, JoséAnTonio

HARo, AnTonio“El Malagueño” Matador de toros nacido en Guadix (Granada) el 27 de agosto de 1875, creo que de forma circunstancial, ya que todos los datos que he encontrado sobre su trayectoria profesional han sido por lo general en la plaza de Málaga, donde la prensa de la época lo daba como natural de aquella ciudad. como muestra les presento la última estrofa de un poema que aparece en un cartel que encontré de la plaza de toros de Málaga correspondiente a la tarde del jueves 23 de mayo de 1895, en la que debería haber alternado mano a mano con Algabeñoen la lidia de novillos de surga si no se hubiese suspendido el festejo por la lluvia. dice así:

“Trae el Malagueño coraje y gasta buenos principios y en su tierra es natural que quiera el hombre lucirlos.

Conque, a ver a ese paisano por si a Málaga da brillo”.

Así pues, creo que lo que representaba una incógnita en cuanto a su nombre artístico no lo es tanto, pues en Málaga se crió y de allí se le consideró siempre natural aunque pudiera ser que su familia paterna o materna o ambas fuesen accitanas. sea como fuere, lo cierto es que con dieciséis años estoqueó su primer novillo en la plaza de valverde del camino (Huelva), y debió hacerlo con aceptación porque prosperó en la profesión y toreó en las plazas más importantes de Andalucía, como sevilla y córdoba, para presentarse posteriormente ante el público de Madrid el 17 de mayo de 1895. Pocos días después, el 26 del mismo mes, toreó en Málaga lidiando novillos de surga que dieron muy buen juego, alternando mano a mano, con Gavira, que anduvo bullicioso en la faena aunque la estropeó por el mal uso de la espada. Antonio Haro “el Malagueño” demostró su bisoñez e ignorancia en el Arte de Cúchares, aunque demostró valor a raudales durante toda la corrida. casualmente, encuentro en el “noticiero Taurino” número 11, de fecha 17 de marzo de 1928, que como colofón de la temporada malagueña se celebró una mojiganga con seis novillos de isidro Martínez en la que intervinieron Antonio losada “nene”, Antonio Ramírez “soldadito”, José Martín “sabarete” y el gitano del sacromonte Conde Magarza, que a decir del revistero “Aflicciones” fue toda la tarde “un continuo chungueo”. nada nuevo, a decir verdad. en mi libro “de Plata y oro. inventario de toreros granadinos”, incluí su biografía y podrán conocer sus excentricidades.

A pesar de la ignorancia demostrada ante los toros en el festejo anteriormente reseñado, debió gustar su actuación y fue anunciado nuevamente para el 23 de mayo, día de la Ascensión, que fue suspendida por la lluvia aplazándose para el siguiente domingo, día 26, también mano a mano, pero con Francisco Piñero “Gavi-

ra” que sustituyó a José García “Algabeño”, con los mismos novillos-toros anunciados de la ganadería de d. Rafael surga de desecho de tienta y cerrado. curiosamente, aunque el festejo como decimos no llegó a celebrarse, se publicó un aviso al público en el siguiente sentido: “Habiendo acreditado el diestro José García “Algabeño” tener más antigüedad que Antonio Haro “Malagueño”, por haber toreado antes en las plazas de Madrid y Sevilla, se advierte al público que queda alterado el orden establecido en los programas, correspondiendo por tanto matar los toros primero, tercero y quinto al mencionado espada José García “Algabeño”.-La Empresa”. curiosamente, el año anterior también hubo de suspenderse la corrida de toros anunciada para esa fecha en la que Rafael Guerra “Guerrita” mataba toros de orozco. el festejo se celebró a la misma hora anunciada y con los mismos precios: cuatro y media de la tarde a 8 reales en sombra y 4 reales en sol. los pormenores del festejo los tomamos de la breve crónica que publicó “el Toreo” de Madrid el 10 de junio: “Málaga, 26 de Mayo. Se jugaron en esta fiesta seis novillos de D. Rafael Surga, que dieron mucho juego en todos los tercios y demostraron excelentes condiciones de lidia. Aguantaron 43 varas, dieron 30 caídas y dejaron fuera de combate 21 caballos.

Gavira llevó el peso de la corrida en quites y en brega. Toreó bien de muleta y tuvo poca fortuna con el estoque.

El Malagueño, que ignora por completo el arte, estuvo valiente y con ganas de trabajar.

Los picadores salieron molidos.

Los banderilleros, malos de verdad todos. Ni buscados de encargo resultan peores”. evidentemente y a tenor de cuanto leemos, Antonio Haro estaba completamente verde –como de verde botella y oro vestía en tal ocasión–en las lides taurinas aunque derrochara valor y levantara pasiones entre sus paisanos, como se desprende de los últimos versos de un poema que el periódico “la unión Mercantil” número 3.308 correspondiente al día siguiente de la corrida publicó a modo de crónica taurina en su toro “espejito”:

“...Suena de nuevo el clarín, y debuta el Malagueño, con seis pases incoloros y un bajonazo soberbio; suenan palmas nacionales protestan los extranjeros y al fin le damos la oreja... siendo paisano ¿qué menos? en su segundo toro, de nombre “Balconero”, cuarto del festejo, de nuevo compuso el cronista “Morrillazo” unos ripios para ilustrarnos la faena del diestroMalagueño:

“Balconero. Así se llama el cuarto que fue otro toro soberbio, por su poder, su bravura y su finura y su arco.

Era negro entrepelao y cárdeno y corniabierto; diez varas resistentes aguantó este Balconero,

dejando cuatro caballos (ilegible) en el ruedo. Le adornaron la cabeza con medio par orejero, y pasó a poder [el toro del espada Malagueño; resumen de la [hecatombe

que detallar yo no.... porque al fin es de la tierra y hay que pasar su defecto: tres pinchazos, una media dos avisos, dos intentos tres descabellos, muchas palmas, de los amigos del diestro; asoma el manso y al punto recogen a Balconero, por la oreja y por el rabo, por el vientre, por los cuernos, y avergonzado se echa... perdonad sus muchos hierros”.

y por fin llegamos al sexto y último toro de la corrida, que lidió el diestro Malagueño casi a tientas porque ya era casi noche cerrada, según el cronista “Morrillazo”, que en éste desistió de versos (el poema, en realidad era el diestro) y se limitó a una escueta prosa:”El sexto toro se lidió en pleno crepúsculo vespertino. Entrepelao en cárdeno, acapachao de cuerna y de menos libras que los cinco surgas anteriores. Tomó con bravura y poder cinco varas produciendo dos bajas en la caballería. El Malagueño, llegó a tientas hasta el toro, y entrando a matar, pasito a paso, como un cazador que va a matar una cogujada en la era, le arrimó un estoconazo delantero”. como resumen, el mismo Morrillazo nos dice: “El ganado de Surga(que se presentaba ante la afición malagueña) ha satisfecho por completo a la afición. El ganadero ha presenciado una corrida muy igual y los toros han demostrado excelentes condiciones de poder y bravura en todos los tercios de la lidia.

Gavira, muy trabajador en la brega, desconfiado al pasar y desgraciado al herir.

Algo hay que descargarle al valiente espada porque el ganado de ayer se traía el cólera morbo a cada paso.

El Malagueño es valiente y se pegó a los toros, pero con la muleta y toreando está virgen.

Los banderilleros pésimos. La presidencia de goma elástica. Caballos, 21”.

en 1896 encontramos de nuevo a Antonio Haro anunciado en la segunda novillada de abono de la temporada de la plaza de Málaga, celebrada con ganado de d. Antonio Halcón, el 28 de junio, alternando con Ángel García “Padilla” y Antonio Guerrero “Guerrerito”. llama la atención en el cartel que El Malagueño, que aparece anunciado el tercero como el más joven de la terna lidiara los toros segundo y quinto en lugar del tercero y sexto como hubiera sido lo normal, lo que me induce a pensar que debió reclamar su mayor antigüedad ante Guerrerito, que fue quien cerró plaza. las entradas de sombra costaban dos pesetas y las de sol, una. Tomo un extracto de la reseña que publicó el 29 de junio “la unión Mercantil” en su número 3.902 y que recogen los investigadores cosme Rueda Padilla y enrique Recio quija-

no en su obra “Historia de la plaza de toros de la Malagueta (1876-1936) Tomo iv, que abarca desde 1896 hasta 1900 inclusive:

“Matadores: Padilla, Guerrerito y el Malagueño, que no se escapa.

Toros de Halcón.

El segundo, mogón.

Empresario Manjón.

Presidente Morón”.

de esta forma tan original comenzaba el revistero “Morrillazo” la crónica de la corrida, de la que tomaremos sólo la parte que nos de luz sobre los progresos artísticos de Antonio Haro. en su primero, de nombre Verdugo, castaño, aldinegro, salió en segundo lugar con medio cuerno menos. Tomó cinco varas dejando dos caballos fuera de combate –con un solo cuerno–y fue banderilleado por Madroñal y El Mancheguito, que tuvieron más voluntad que acierto, ya que el primero puso un par casi en la barriga y en su segunda actuación, sólo dejó un palo; el segundo,después de varias pasadas en falso, dejó un par caído. Tras el tercio de banderillas sonó el clarín para que el diestro comenzase su faena. : “....El Malagueño, que viste de azul y oro, con medias color azucarillo escarlata, se acerca a “Verdugo”, despliega el toldo de la procesión del Corpus que se trae de muleta, y después de varios pases con la derecha, señala un buen pinchazo.

Después sufre varios desarmes, entra a matar desde el Bulto, señalando otro pinchazo, a un tiempo, y agarrando una corta, perpendicular.

El toro se echa aburrido y el diestro escucha palmas regionales. ¡Lo que puede la pasión o éste en su tierra es profeta!”

el segundo de su lote, “capitán”, era colorado encendido y tomó seis varas con regular codicia, matando cinco caballos. Guerreritole dejó medio par al cuarteo y El Malagueño un par delantero y desigual, y para no ser menos, Padilla, dejó otro par totalmente desigualado y muy abierto. con la muleta, El Malagueño realizó una faena pesadísima a un toro receloso y huido al que remató de un sablazo infame, a pesar de lo cual, fue aplaudido. se ve que el paisanaje lo tenía en gran estima. no me resisto a transcribir la “Apreciación Científica” que el cronista “Morrillazo” hizo a modo de resumen de la corrida: “Los toros de Halcón han cumplido, sobresaliendo el primero, que tenía una gran cabeza, el tercero y quinto. Con todo, me creo en el deber de recomendar al Sr. Manjón, en nombre de la afición malagueña que no abuse de los mogones. Se puede presentar una corrida de desecho, sin necesidad de traer una corrida de inválidos. Padilla no lució tanto como en la corrida anterior, por las malas condiciones de las reses, pero sostuvo su cartel toreando con valentía. Guerrerito muy inteligente con la muleta y desgraciado al herir. En el acto de entrar a matar tiene el mismo defecto que el malogrado Maoliyo cuando empezaba: arquea el brazo y no sabe donde pincha. El Malagueño es valiente pero

tiene aún que aprender muchas cosas para andar alrededor de los toros.

La entrada buena.

Mora inspiradísimo”.

como podemos apreciar, en todas las crónicas de las actuaciones de Antonio Haro hay un denominador común: su gran coraje y valentía ante los toros pero poco progreso en cuanto a la técnica del toreo. sus compañeros de cartel repitieron paseíllo en la misma plaza el inmediato día 12 de julio, mano a mano, con toros de Anastasio Martín, mientras que El Malagueño no lo haría hasta el domingo 23 de agosto, con novillos del propio empresario, d. Perico Manjón, compartiendo cartel con Manuel lara “Jerezano” y Rafael Arana “Jarana chico”. Malagueño era el más joven de la terna y lidió los toros tercero y sexto. Al primero de su lote lo banderillearon Mojino Chico y Orteguita, que dejaron cada uno dos pares, el primero muy abiertos, y el segundo, muy buenos, después de dos salidas, y cuando llegó su turno, el toro le hizo sudar tinta china por sus malas intenciones. Antonio Haro sufrió cuatro coladas en su faena de muleta logrando darle al toro diecinueve pases para terminar con él de dos pinchazos y dos estocadas. su puntillero El Fraile lo remató a la primera y El Malagueño fue muy ovacionado y premiado con una oreja del burel. en el otro, último de la corrida, también berrendo y con muchos pies, estuvo muy ajustado toreando a la verónica y muy valiente en quites. el toro tomó siete varas de las que derribó dos veces y dejó un caballo para el arrastre. en banderillas, Orteguita le dejó dos pares muy buenos, y Mojino Chico otros dos regulares, y cuando la presidencia cambió de tercio, El Malagueño tras brindar a la solanera, mandó a su oponente al desolladero tras once pases, dos pinchazos, una estocada corta y una buena, que fue la definitiva.

Jarana Chico se ganó la repetición el día 30 de agosto alternando mano a mano con Francisco carrillo, que abría plaza con novillos-toros de Hermanos Arribas. en cambio no encuentro anunciado al Malagueñohasta el 11 de julio de 1897 lidiando novillos de surga en unión de Francisco Piñero “Gavira” y Antonio Montes, que se presentaba ante la afición malagueña.

“la unión Mercantil” en su número 4.074 publica la siguiente noticia: “Gavira.-En el tren de mediodía llegó de Madrid con su cuadrilla el espada Francisco Piñero “Gavira”, que toreará la corrida de esta tarde”.

“Los toreros.-En el tren correo de la tarde llegaron ayer los espadas El Malagueño y Montes con sus cuadrillas, que con Gavira han de torear en la corrida de esta tarde”. y en el número siguiente del mismo periódico, el revistero “Gavilán” hace una extensísima crónica de la corrida no exenta de originalidad de la que tomo un fragmento por su interés. la tituló “Génesis taurino” y empieza así: “En el principio creó Dios a Manjón a su imagen y semejanza y vio que Manjón

era bueno para dar novilladas y hasta para las corridas formales.

Y le dio el poder absoluto en la plaza de Málaga. Y vio Manjón que la plaza era buena, aunque estaba algo chafada. Y le pintó cenefas de almagra y forró los asientos de los palcos. Y puso una puerta nueva al chiquero. Y armó la plaza de balandra, colocándole un velamen hacia la parte de Gibralfaro. Después creó al Pelao y lo instituyó trompetero mayor y mozo de plaza con obligación de torear con la gorra. Y fue a los corrales y separó treinta caballos casi cadáveres. Y les dio vida, es decir, pienso para que pudieran recorrer el pueblo y anunciar la venida de los tres mesías taurinos. Y montó sobre los caballos treinta ángeles del arroyo dedicados a la industria de coger colillas. Y al frente puso al Pelao con la trompeta del juicio final. Y el pueblo creyó que aquella era la cabalgata histórica, pero pronto se convenció de que no pasaría a la historia.

Y vio Manjón que todo aquello era bueno o por lo menos regular. Y llamó a Mora y le sacó una costilla. Y la colocó en el cuerpo de un concejal nuevo. Y le dijo que le sacaría las demás para otros concejales. Y lo lanzó del palco de la presidencia colocándolo en el callejón como cualquier sereno. Y llamó a Gavira y le dijo: “Tú eres el escogido para dar al público la tierra de promisión y para salvar a los dos infelices que te acompañan”.

Y para matar todos los Surgas si me estropean algún diestro.

Después hizo lo mismo con “El Malagueño” y le dijo: “Acuérdate que has nacido aquí, aunque no se sabe dónde por no haber puesto ninguna lápida en la fachada de tu casa. Ten en cuenta que tuyo es el paraíso si tienes vergüenza taurina. Disimula la jindama y procura pinchar todo lo posible”.

Luego llamó a Montes y lo contempló algunos instantes. y vio que era el mismo de la calle de la Sierpes. Y lo palpó por si le faltaba algún hueso. y satisfecho le habló de esta manera:”Ten presente hijo mío, que hace tiempo hubo otro Montes y que ahora en Málaga no hay montes al parecer y que el toreo no es un monte, ni el monte es orégano. Procura no dar a entender al público que yo te he confeccionado para esta corrida, y que eres de carne y hueso aunque al final te rompan la parte ósea”.

Después presentó treinta alimañas a la comisión correspondiente. Y ésta vio que algunos caballos no eran naturales sino de cartón piedra y desecharon veintiuno, dejando nueve amaestrados en libertad.

Y hablóse por ello de suspender la corrida, pero como Dios es Dios y Manjón su profeta todo tuvo arreglo al fin en bien de la tranquilidad de Luna.

Y dejando a un lado la parte bíblica de la corrida voy a reseñar a ustedes lo que vi desde respetable altura.

Preside D. Enrique Calafat en clase de debutante y con traje negro zaino”. del largo preámbulo de la crónica de la corrida sacamos algunas conclusiones interesantes: 1ª. siendo Antonio Haro considerado natural de Málaga, no se conocía el lugar de su nacimiento

en la ciudad, ni aún el barrio donde vio la luz primera, lo que confirma que su nacimiento se produjo en la localidad granadina de Guadix, aunque ciertamente, no he podido localizar su partida de nacimiento. 2ª. se anunció su llegada en el tren de la tarde con su cuadrilla, sin especificar si llegaba de torear en otra provincia. nos queda pues la duda de saber si realmente vivía en Málaga, algo que no he encontrado en ningún periódico, o si residía aún en Granada o compartía residencia entre ambas ciudades. 3ª. de la terna, Padilla era el considerado como el torero con más posibilidades y Antonio Haro, continuaba sin hacer grandes progresos. 4ª. que el empresario, granadino por cierto, era toda una autoridad taurina en la época. 5ª. que los caballos que se utilizaban para picar eran en realidad caballos viejos y enfermos, esqueléticos la mayoría de ellos, que sus propietarios vendían para las corridas porque pagaban por ellos más que en el matadero. 6ª. que por mor de las características de estos caballos estuvo a punto de suspenderse el festejo al aprobarse solo nueve.

Abrió plaza el primero de los surgas, de nombre “Bienvenido”, al que recibió Padilla, de morado y oro, y tras una faena inteligente lo despachó de media atravesada, un pinchazo sin soltar, una corta, otro pinchazo en su sitio y un bajonazo. el toro debió morirse de aburrimiento. el segundo de la tarde atendía por “Barquerito” y fue inmediatamente saludado a la verónica por El Malagueño. Aún mas manso que el primero, recibió cuatro puyazos, enviando a la enfermería al picador Rafael Bisgué con una cornada en la pierna derecha. Mal banderilleado pasó a jurisdicción de Antonio Haro, que estuvo mucho más prudente de lo habitual, y tras algunos ayudados dejó media estocada que bastó para que se echase el toro. el cronista Gavilán lo cuenta así:

“Los paisanos se entusiasman y recibe una ovación, se le concede la oreja y haciéndole un gran favor le da media a un guardia de esos de gorra de plato, y yo digo para mi ¡caramba!

Como la paga de junio no la da D. Salvador con esa oreja partida puede comer un día o dos”.

el segundo de su lote, 5º del festejo, se llamaba “Amapolo”, castaño girón y abierto de cuerna. entró seis veces a los caballos sin producir ninguna baja y tras una faena insípida se fue al desolladero después de un pinchazo, media estocada sin soltar, otro pinchazo a la media vuelta, otra media estocada de la misma forma, y todo, según palabras del revistero Gavilán “...todo debido a la “certera” diestra de nuestro paisano el “Malagueño””. el resumen que nos hizo Gavilán del festejo fue éste: “Los cornúpetos de Surga, medianos, dejaron para el arrastre tres jacos. Gavira colosal toreando y mal dirigiendo. En su primero estuvo desconfiado, oportuno en el tercero,

muy bueno en el cuarto y pasadero en el último.

El Malagueño muy trabajador y valiente, bregando con arrojo; muy bravo y muy bueno en el segundo y oportuno en el quinto dadas las malas condiciones del toro”

Montes mostró una ignorancia total y absoluta y hubo de ser llevado a la enfermería. encuentro de nuevo a Antonio Haro “el Malagueño” anunciado en la Malagueta para torear la novillada del 7 de noviembre con novillos-toros del vizconde de san Mariño, que en realidad era la que se había suspendido el día 31 anterior, en la que tomaron parte seis espadas: Malagueño, Maera, calderón, El Camisero, Orteguita y El Trueno.

“el enano”, de Madrid, en su número 324 de fecha 14 de noviembre publicó la reseña del cronista Gavilán de la que tomo sólo la parte referente a Antonio Haro: “....El Malagueño, valiente y con deseos, como siempre; pero tuvo que habérselas con un desertor cobarde y huido que se quedaba y encogía al sentir el estoque, le propinó cinco pinchazos y le hizo doblar a la segunda estocada.

En brega y palos, Orteguita y Malagueño; los demás detestables”. la corrida dio comienzo a las tres de una tarde lluviosa, en la que la sombra estaba totalmente vacía. Ahora es el periodista Morrillazo, quien en verso nos ilustra sobre lo que aconteció en el toro de Antonio Haro “el Malagueño”: “CANTO SEGUNDO. El primer aviso. Salió el primer portugués,

Un toro negro, rizado, con los cuernos retorcidos lo mismo que los hispanos. ¡Ay en esto de los cuernos no hay fronteras ni tratados!

Con instintos criminales, acercose a los caballos, lo cual no está muy decente en un toro lusitano: tomó ocho varas huyendo; dejó dos potros escuálidos y “El Malagueño” y Ortega sin piedad lo parearon, dejando un par delantero y otro trasero, en los cuartos...

Suena el clarín y hacia el toro se va derecho el de Haro (lleva medias escarlatas para combatir el barro) le da dos pases y medio; le da cuarenta pinchazos; suena un aviso y el toro muere de un dolor reumático” obviamos las estrofas dedicadas a cada uno de los demás espadas, pero no así la dedicada a modo de resumen del festejo, por su interés para el lector: “Resumen.

Seis avisos, diez desarmes y tres salidas del manso seis matadores y medio, para matar cuatro gatos; dos toros en el corral, poca luz y mucho espacio; el sol cubierto...de nubes; la sombra llena...de barro.

Don Pedro echando más cuentas que cualquiera matemático, y como aquestan le salgan habrá que inmortalizarlo.

don Pedro, el empresario, Manjón era de Granada, quizás el padre del cura fundador de las escuelas del Ave Maria, del mismo nombre. la unión Mercantil de 7 de noviembre se hacía eco de su viaje a la capital de la Alhambra para dejar lista la alternativa de Guerrerito, a quien apoderaba. encuentro anunciado de nuevo a Malagueño en la plaza de Málaga para torear la novillada del día 18 de septiembre de 1898, alternando en la lidia de reses de lópez de la Plata y Ruiz cabal, con Manuel Molina “Algabeño chico”, que repetía tras su triunfo en la novillada del día 7 en la misma plaza, y Antonio Rivas “Moreno de san Bernardo”. las entradas, 2 pesetas en la sombra y 1 en el sol. A las cuatro y cuarto de la tarde.

Al día siguiente de la corrida, “la unión Mercantil” publicó la crónica del festejo bajo el título de “Toros. Los milagros de San Expedito o las voladuras de ayer”, firmada por “Morrillazo”, nuestro corresponsal habitual en la Malagueta:

“Primer milagro.

Sale “Esparraguero”, cárdeno bragao, más sacudido de carnes que un temporero del ayuntamiento de Málaga, y al parecer buen mozo. “Esparraguero” ostenta, con permiso del Conde de las Almenas, enemigo de todas las divisas, cintas de celeste y plata.

Un caballo sufre un síncope y cae en el redondel, lo mismo que un candidato ahogado por el Marqués.

El “Malagueño” remata un quite, presentando el anverso de su medalla al toro que le alcanza, enganchándole por detrás. Pero San Expedito hace el primer milagro de la tarde y Haro sólo pierde una zapatilla y sufre la rotura del calzón. (Sensación inmensa del público. Varios extranjeros vuelven la cabeza horrorizados y a Mora se le eriza más y más el sombrero de copa).

Con tres varas, volviendo la cara como fusionista que ha perdido las elecciones, cumplió “Esparraguero”, cuya historia política, en este tercio tiene bien poco que contar.

Veguita le adorna el morrillo con un par buenísimo al cuarteo y el toro volvió a la jurisdicción del santo patrono, ídolo de nuestras solteras.

Segundo milagro.

El “Malagueño” saluda a “Esparraguero” con varios pases con la derecha, arrimándose más de lo que convenía a la integridad de su persona, y es enganchado por el toro que lo voltea por segunda vez tirándole sobre la arena. Pero San Expedito vela por él y el de Haro resulta por segunda vez ileso.

Lejos de acobardarse vuelve a la cara del toro y lo despacha de media estocada superior.

Oreja, pájaros, flores ¡Ah! mi público es muy bueno”.

Tras esta exclamación con cierto asombro, Morrillazo continuó relatando los milagros que se habían ido produciendo a lo largo de la tarde en cada toro, reseñando hasta ocho. el quinto y

sexto fueron de nuevo a favor de “Malagueño”, que resultó cogido por el toro “curioso” de Ruiz cabal, buen mozo y muy abierto de cuerna, que lo volteó con saña, sufriendo la pérdida de la moña y de una zapatilla. después de banderilleado regularmente por vega, el toro pasó a la jurisdicción del diestro –de color cepa marrón y plata–que inició la faena de muleta con pases tan ceñidos, tanto, que fue enganchado aparatosamente de nuevo y le “...descompone la cepa y estropea la plata”, dice socarronamente Morrillazo.

Mató de una estocada hasta la bola que no necesitó puntilla. el resumen: “Toos” buenos. Hay providencia. ese mismo mes de septiembre, “la unión Mercantil” del día 22 dio la noticia de los preparativos para celebrar una corrida a beneficio de la cruz Roja con el fin de recabar fondos para socorrer a los soldados enfermos que regresaban de cuba, dando los nombres de la comisión organizadora, y al mismo tiempo publicaba una carta de Antonio Haro “el Malagueño” dirigida al director del periódico ofreciéndose desinteresadamente para intervenir en ella: “...yo, como malagueño ofrezco mi humilde trabajo, bien como matador de toros, o para banderillear en dicha corrida, o en la forma que dicha asociación estime conveniente utilizar mi trabajo, el cual ofrezco gratuitamente, por ser la sola manera en que puedo ayudar en algo, a esta obra de Caridad. sin embargo, a pesar de tan noble y desinteresado ofrecimiento, Antonio Haro no fue incluido en el festejo.

en 1899 toreó también en Málaga en el festejo que se celebró el 18 de junio en el que alternó mano a mano en la lidia de astados de d. José Antonio Adalid, con Bebé Chico que hacía grandes progresos y lució mucho. el Malagueño, como siempre derrochó valentía, pero nada más. en principio estuvieron anunciados con los mismos toros Rafael González “Machaquito” y Rafael Molina “lagartijo”, que se cayeron del cartel y fueron sustituidos por los diestros ya mencionados. los astados dieron buen juego en general, destacando de ellos los lidiados en segundo, tercero y cuarto lugar. Balance de caballos muertos: 13.

Recurro a la extensísima y pormenorizada crónica que del festejo hizo el revistero Aurelio Ramírez Bernal “P.P.T” en “sol y sombra”, nº 118, de 20 de julio, de la que tomo sólo un extracto para entender mejor la actuación de Antonio Haro, que lidió los toros 2º, 4º y 6º de la corrida: “...Sea el exceso de terquedad, sea que Haro en fuerza de temeridades quiere sobresaltar a sus paisanos, ello es lo cierto, que este muchacho no se acredita, hablando artísticamente. Su decisión es notoria, va, no andando, sino como disparado a la cabeza de los toros, y se le hace tarde no dar el estoconazo. No se siente a los golpes que lleva, pero si no deja su obcecación, un día puede llegar que de motivo a un suelto necrológico. Hay que ser matador de toros, no matatoros, que es cosa distinta”. con estas líneas, el lector puede hacerse una idea fidedigna de las cualida-

des artísticas y profesionales del diestro que nos ocupa, que tras una larguísima trayectoria en la profesión, se nos antoja que sus progresos eran más que deficientes. el 16 de junio de 1901 toreó de nuevo en la Malagueta, esta vez lidiando novillos de Garrido santamaría con “el Rerre”, mano a mano. los novillos fueron bueyes de carreta, y con semejante ganado no es de extrañar que ocurriera lo que ocurrió, que el festejo terminase siendo un espectáculo bochornoso que ya empezó mal desde el principio, porque al encajonarlos, uno de los toros hirió gravemente a uno de sus hermanos, por lo que la empresa anunció que sólo se lidiarían cinco, haciendo saber también que éste, el quinto, sería lidiado por el “célebre” novillero sevillano Antonio Fernández “camila”, que debutaba en dicha plaza y que recibió los tres avisos del presidente. el Malagueño, que vestía de verde y oro, demostró “...más miedo que vergüenza...” según el cronista Tauro, de la revista “sol y sombra”, que puntualizaba que “...bailando mucho”. el 23 de junio volvió a hacer el paseíllo Antonio Haro en el mismo ruedo, acompañado por El Rerre, y por Alvaradito, que abría plaza, lidiando novillos de la ganadería de Anastasio Martín. El Malagueño hizo una faena muy embarullada a su primero (segundo de la tarde), no pasando de regular la faena a su segundo oponente. en Granada actuó en la corrida que se celebró el día 29 de septiembre de 1905 con motivo de la festividad de la virgen de las Angustias, en la plaza de toros de el Triunfo, alternando con Corcelito y Mojino en la lidia de novillos toros de la ganadería de d. Antonio Guerra. el festejo fue de los que no pasan a la historia, contribuyendo a ello además, la inestabilidad del tiempo, que hizo que esa tarde se presentara lluviosa y fría, por lo que la plaza solamente se cubrió en la mitad de su aforo. El Malagueño actuó en primer lugar. lo vemos de nuevo anunciado en Málaga el 27 de mayo de 1906, en el primer festejo formal de la temporada, lidiando novillos-toros de la ganadería de d. Manuel Albarrán (antes de Halcón), con Fermín Muñoz “corchaíto” y Rafael cansino Rosales. El Malagueño, que era el director de lidia obtuvo el beneplácito de la crítica al decir que “quedó superior en el primero y cuarto, que despachó con dos pinchazos y dos excelentes estocadas. Muy bien y valiente toreando de muleta y con el capote, y decidido en quites”. este éxito le valió la repetición en el mismo coso el 15 de julio alternando con Serranito y Cortijano, que debutaban en Málaga,en la lidia de novillos portugueses de coruche, excelentes, de juego y presentación, con mucho poder y bravura, que aguantaron 39 varas, provocaron 27 caídas y dejaron para el arrastre 13 caballos muertos.

Antonio Haro estuvo muy lucido toda la tarde no sólo en sus dos toros, sino también en el que mató por Cortijano, que demostró escasos conocimientos, se hirió la mano izquierda

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