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RodRíGuez cAsTellAno, José “el BeRenJeno ”
RodRíGuez, PAquiTo.ver RodRíGuezlóPez, FRAncisco
RodRíGuezcAsTellAno, José “El Berenjeno” Matador de toros granadino nacido en Motril, el 14 de septiembre de 1932 de vocación un tanto tardía –tan de moda ahora con algunos toreros: cayetano, Palomo, etc.– no comenzaría su actividad taurina hasta bien entrada la década de los años cincuenta del pasado siglo, gran parte de la cual tendría como escenario la plaza de su pueblo natal. sus paisanos saben que ya talludito tuvo su primer mano a mano a los 26 años de edad, un 20 de noviembre de 1958 con José Puertollano en el coso de su pueblo. el año siguiente, en el mismo ruedo, alternó el 18 de octubre con lucio Requena y José Garvayo en la lidia de reses de la ganadería de cañaveral, con corte de un apéndice auricular a su segundo oponente. en la plaza de Granada se dio a conocer en una novillada veraniega celebrada el 7 de agosto de 1960 en la que se corrieron novillos de Antonio ordóñez, y alternaron con él, quien entonces se anunciaba como José Rodríguez “el Berenjeno de Motril”, vicente Honorio “Atarfeño” y Ricardo Puga “el cateto”, que también debutaban en Granada. el público, a su reclamo, llenó la plaza y a fe que se divirtió porque El Berenjeno cortó dos orejas y un rabo, otras dos Atarfeño, y Ricardo Puga fue muy aplaudido. el ganado, extraordinario.
ese éxito le sirvió para que lo repitiesen el siguiente domingo, día 14, con Atarfeño, que también había triunfado en el anterior festejo, el cuarto de la temporada de esas características, y Diego González. el público volvió a cubrir los tendidos y El Berenjeno, en esa ocasión, tuvo la cruz de la Fiesta al resultar cogido de cierta consideración y herido en el muslo derecho por un novillo de la ganadería de los señores herederos de d. José Belmonte, mientras que sus compañeros volvieron a triunfar al cortar dos orejas cada uno. cerró la temporada con 8 novilladas sin picadores, y como colofón, un festival taurino celebrado en Motril en el que se corrieron cinco novillos de doña Francisca Marín, de villanueva del Arzobispo (Jaén), el 11 de diciembre, a las cuatro menos cuarto de la tarde, en el que participaron con él, los matadores de toros Pablo lozano, Pedro Martínez “Pedrés”, enrique vera y Manolo Carra. dejó muy buen ambiente para la temporada de 1961, que inauguró el 19 de marzo –día de su santo– en la Monumental de Granada en un festival en el que se corrieron novillos de Rissoto por los espadas Miguel Montenegro, Rafael Mariscal, Santi Lozano, Morenito de Granada y oswaldo sarmiento. sin embargo, en esta ocasión la suerte le dio la espalda y estuvo bastante gris, igual que la mayoría de los espadas, exceptuando a Miguel Montenegro y Morenito de Granada, que consiguieron cada uno una oreja.
Aun sin haber destacado en esta ocasión, su nombre se vio anunciado en el
cartel de la primera novillada sin picadores que se celebró en dicha plaza el 16 de abril con novillos de Martínez Herrera, esa vez con oswaldo sarmiento, que repetía, y Antonio Ruiz “el Hijo del Mayoral” (luego, Espartaco), que fue el triunfador del festejo, mientras que la labor de sus compañeros, fue silenciada, y José Rodríguez, además, contusionado. el triunfo que obtuvo El Hijo del Mayoral, seguido de otros, como los del 30 de abril y 18 de junio, le sirvió para que le contratasen para su presentación con picadores en la misma plaza, festejo en el que debería haber actuado con Manuel Benítez “el cordobés”, que resultó cogido el día anterior, y fue sustituido por Antonio Medina, completando el cartel José María Montilla. los tres triunfaron.
Tres años después de su debut, es decir, en 1961, debutó con picadores en Motril, acompañado en el cartel por Juanito Sánchez, de Jerez de la Frontera (cádiz), y Antonio Medina, de Málaga. esa tarde tuvo la mala fortuna de pisar una banderilla que le produjo una lesión que le obligó a utilizar muletas más de año y medio. el percance le llegó en el peor momento, pues estaba empezando a tener corridas, y el accidente le cortó la carrera en seco. ésa sería desde entonces la tónica de su carrera. Terminar cada temporada con muy corto número de festejos toreados a cambio de sufrir numerosas cogidas, algunas, graves, como la que sufrió en Motril el 4 de agosto de 1962 por el segundo de su lote, de la ganadería de d. Gabriel Plote. ya había cortado una oreja al primero.
Así continuó en sucesivas temporadas hasta que llegó 1965, el año de su presentación en la plaza madrileña de san sebastián de los Reyes, “la Tercera” la llamaban los taurinos; fue un 20 de junio, con Manuel Álvarez “el Bala” y luis Barceló, lidiando un encierro de d. enrique Pérez de la concha. ese día el triunfo fue sonado. nada menos que tres orejas y salida a hombros de la plaza a las mismas puertas –como quien dice– de Madrid.
Tal fue el triunfo, que el antiguo matador de toros Domingo Dominguín que se encontraba en la plaza presenciando el festejo lo recomendó a taurinos de reconocido prestigio, pero en el festejo que debió ser el decisivo para su carrera, el torero no cuajó sus faenas con contundencia, y los poderosos taurinos, se esfumaron. el domingo, 9 de octubre de ese mismo año toreó en salobreña (Granada), un festejo sin picadores en el que se corrieron tres novillos de doña Francisca Rodríguez (viuda de Balderas), de Güejar-sierra (Granada), por Paquito Cagancho y Antonio escribano “el camarero”, reflejándose en el cartel que José Rodríguez era “Triunfador en San Sebastián de los Reyes”.
Hombre polifacético y cordial, alternó el arriesgado arte del toreo y el no menos arriesgado deporte del boxeo entre los años 69 y 71, presentándose ante sus paisanos como boxeador del “club Motrileño de Boxeo”, el domingo, 2 de febrero de 1969 a las cuatro y media de la tarde, en la plaza de toros.
Por fin, tras tantos años de lucha en los ruedos –“He sufrido muchísimo…El toreo me ha dado amigos…y seis cornadas”– diría el diestro en una entrevista para el periódico local El Faro, le llegó el largo y acariciado sueño de la alternativa el 25 de julio de 1971 en “su plaza”, Motril, de blanco y oro con cabos negros, de manos de Victoriano Valencia, con José Luis Román, que sustituyó al albacetense Antonio Rojas, de testigo, y toros de la ganadería de los herederos de d. Bernardino Jiménez, convirtiéndose así en el primer matador de toros de la localidad costera. en ese momento era padre de siete hijos, a los que brindó su triunfo: cuatro orejas y dos rabos, con salida clamorosa a hombros de la plaza. el padrino cortó una oreja y el testigo fue ovacionado.
Pese a tan rotundo éxito, solamente toreó otra corrida más en la temporada y otras 2 en 1972, retirándose en la segunda de ellas. inesperadamente, tras seis años apartado de los ruedos, reapareció en nerja (Málaga), el 15 de abril, alternando con serafín Payá mano a mano, en la lidia de cuatro descomunales toros del campo charro. Además estaba anunciado en los carteles el rejoneador d. Juan Jiménez Alarcón. solamente toreó esa corrida –creo que con la sola intención de matar el gusanillo de la afición– y volvió a apartarse de los ruedos. en 1982 hizo otra nueva incursión en su patria chica, el 8 de diciembre, en una corrida en la que se lidiaron un novillo y cuatro toros de la ganadería de d. Francisco campos Peña, de sevilla, para el rejoneador sebastián Fernández, y el novillero venezolano Curro Valencia, que tomó la alternativa ese día, la segunda de la historia de Motril. los sobresalientes fueron los novilleros José Manuel Maldonado “el nonillo”, de Armilla, y El Brujo de Granada.
El Berenjeno, de azul y oro, cedió el primer toro de la corrida, Mantero, número 22, a Curro Valencia, que cortó las orejas a sus dos toros. ya en su lote, José Rodríguez, hizo un emotivo brindis a la memoria del dr. ignacio Medina, que había fallecido recientemente y que había sido durante muchos años cirujano en Motril. Al segundo de la tarde, primero de su lote, Jabato, número 67, le cortó una oreja, y en el cuarto, su segundo, Encarnado, número 50, sufrió una luxación en el hombro derecho al intentar descabellar, por lo que tuvo que acabar con el astado el recién doctorado Curro Valencia. como dato anecdótico, diré que ese día El Berenjeno llevaba una cuadrilla de lujo: a los picadores Martín del olmo y Manolo Montiel, y a los banderilleros Manolo Ortiz, Pedrín Sevilla y Miguel soler “Gasolina.” sin embargo, sería Miguel Montenegro, a las órdenes del toricantano, quien destacó de entre las cuadrillas, por estar toda la tarde excelente en banderillas, colocación y sentido de la lidia.
Al terminar la corrida, los cronistas taurinos Antonio Reina, de El Faro, de
Motril, y José cortés, de Ideal, de Granada, los dos amigos míos y dos auténticos caballeros, escribieron sentidas crónicas del festejo en sus respectivos periódicos que aparecieron al día siguiente. la del primero, bella y poética; y la del segundo, sobria y realista, pero las dos, con el denominador común de la objetividad y el respeto por el torero y por el hombre.
Antonio Reina la tituló“A risa lo toma la gente…”, y continuaba: “Y a mí, sin embargo, me causa un respeto imponente. Adquieren los conocidos versos en este caso toda su original fuerza descriptiva. Qué José Rodríguez “El Berenjeno”, motrileño y matador de toros que reaparecía para otorgar la alternativa al venezolano Curro Valencia, es un torero. Se podrán discutir sus maneras, su estilo y su forma de concebir el toreo, pero de risa…de risa nada, que las pantomimas ejecutadas en la cara de un becerro engordado (de ello hay antecedentes de hace poco en nuestra fiesta), sí que pueden mover a carcajada; más cuando se está delante de dos toros de cinco años y no se pierden los papeles, se mata con decoro y, salvo la luxación del hombro que le produjo su segundo al intentar descabellarlo, se sale con bien de la plaza, después de despachar tan seria corrida, y además, con la oreja de su primero en el esportón, la cosa tiene su miga”.
“Todo esto, cuando se cuenta el medio siglo de edad, y se acusa el lógico desentrenamiento de quien torea poco, poquísimo, tiene su mérito. Ésta, amigos lectores, es mi sincera opinión, la de hoy, cuando acabamos de ver la corrida y cuando la noche cae, sin hacerse daño (que decía me parece que Jardiel), sobre la arena gris de la plaza de toros de Motril…”.
José cortés, mi amigo Pepito cortés (q.e.p.d), la tituló:“Máximo respeto a quien se viste de luces: El Berenjeno”, para proseguir diciendo: “José Rodríguez “El Berenjeno”, nacido en septiembrede 1932, que se hizo novillero por nuestra región y actuaciones aisladas en el resto de la Península, matador de toros en julio del 71, teniendo por padrino a Victoriano Valencia y como testigo a José Luis Román, con toros de Bernardino Jiménez, hay que reconocerle un mérito extraordinario en volver a vestirse de luces y salir a matar una corrida de toros. Una oreja de cualquiera de las “figuras”, un rabo, no tiene un significado similar al de este hombre. Ni son de reseñar los lances a la verónica, las chicuelinas, pero sí cuando la muleta, en la medida de sus fuerzas físicas, aguantó los pases primeros con la mano derecha. Al tercero no podía, pero con la boca seca volvía y volvía con una afición de “loco”. Cuando al entrar a matar y dejar casi una estocada a su segundo enemigo quedaba lesionado en el hombro derecho y marchaba a la enfermería, un hombre ilusionado, terno azul y oro, nos merecía la mayor consideración. Su nombre figura en el Cossío, enciclopedia para cualquier taurino, por gestas como la de ayer”.
“De eso, a una confirmación que nos aseguraban le tiene prometida en Madrid Paquirri, va un abismo. Hay que medirse”.
sin embargo, no sería ésta la última vez que el diestro se vistiera de luces. de nuevo, el 14 de agosto de 1988, hizo el paseíllo en Motril (Granada), en una corrida mixta en la que se corrieron tres toros del que fuera matador de toros Miguel Mateo “Miguelín”, y uno, del también matador de toros Juan Antonio Ruiz “espartaco”, además de dos novillos de la misma ganadería para el novillero Antonio caba, de Algeciras (cádiz), después, banderillero de postín, que cortó un total de tres orejas.
El Berenjeno, a punto de cumplir 57 años, alternó mano a mano con Alberto Mesa Mendoza “el Gran Mendoza”, y resultó herido grave, no pudiendo estoquear más que un toro, el primero de su lote, jabonero, gacho y romo de pitones, que le infirió una cornada “… en la cara externa de la pierna derecha, de unos diez centímetros de longitud por diez de profundidad, con fuerte desgarro muscular e interesando el paquete vascular. Asimismo, presentaba estado de Shock, del cual se fue recuperado paulatinamente. El pronóstico es grave”, según parte facultativo emitido por los doctores Rafael García-luján sánchez y Juan Antonio Jiménez Ríos. el propio diestro explicó como sobrevino la cogida: “Ya había toreado de capa y funcionaba con la muleta. A mitad de faena toreando por derechazos, al darle un pase cambiado para darle el de pecho me equivoqué dos veces y como se colaba por el pitón izquierdo me cogió en el suelo y me volteó”, declararía el torero herido. su compañero, el colombiano Mesa Mendoza, que pasó por Motril sin pena ni gloria, tuvo que dar cuenta de tres toros. el 21 de octubre de 1990 la afición de Motril programó un festival-homenaje a beneficio de su popular matador de toros, patrocinado por el excmo. Ayuntamiento. Para el evento se eligieron novillos de d. Juan Jiménez Alarcón (4), y 2 de d. Joaquín núñez y se contó con la asistencia de los matadores de toros Miguel Márquez, José lara y Pepín Jiménez, y los novilleros Javier conde y Ricardo ortiz, además de la participación del propio homenajeado, que recibió a su oponente con dos largas cambiadas de rodillas. Tenía 58 años y era su despedida, según comunicó él mismo a los medios informativos. el lorquino Pepín Jiménez le brindó su novillo, y él, en su turno, haría lo mismo en un brindis extensivo a todos sus compañeros.
Terminado el festejo tendría que pasar a la enfermería tras sufrir una aparatosa voltereta de la que no hubo que lamentar otras consecuencias más que la reproducción de la antigua lesión en el hombro derecho. el festejo se celebró a las cinco en punto de la tarde, pero como el día se había presentado desapacible y había llovido hasta las tres, los tendidos no se cubrieron en su totalidad, registrándose media entrada.
Pero, de retirada nada. el día de Reyes, 6 de enero de 1995, se celebró un festival taurino en Motril, en el que la presencia de José Rodríguez “el Berenjeno”, fue un aliciente añadido. el cartel anunciador expresaba como re-
clamo para el personal: “encabezado por el genial torero de Motril, vuestro valiente BERENJENO, preparando su temporada para su confirmación de alternativa en la Plaza de Toros de Las Ventas de MADRID”. efectivamente. vestido de corto hizo el paseíllo junto a Pedro Pérez “chicote”, Adolfo suárez, de Algeciras (cádiz), Antonio Guillén, de Motril, y Gitanillo de Motril, de la misma localidad. Por delante actuó el rejoneador Jesús callejón laguna, de écija (sevilla). se corrieron novillos de centeno Guerra (4), de córdoba, y de d. José luis lozano (2), de Toledo. nuevamente, y cuando ya todo el mundo pensaba que El Berenjeno se había olvidado de los toros, reapareció inesperadamente en Benalmádena (Málaga), el 5 de septiembre de 1999, con 67 años de edad, en una corrida mixta en la que se lidiaron dos toros de la ganadería de Soto de la Fuente, otros dos de El Candil, uno de Antonio ordóñez, y uno de Juan Manuel del Pozo, alternando con Curro Martínez, que cortó una oreja a cada uno de sus enemigos, y el novillero samuel lópez, que obtuvo un clamoroso éxito al cortar las dos orejas de su primero y las dos y el rabo a su segundo oponente.
El Berenjeno resultó lesionado de poca consideración, y posteriormente hizo unas declaraciones a prensa y T.v. sobre su firme decisión de confirmar la alternativa en Madrid.
“…Y volvió a torear Berenjeno”, titularía Antonio Reina su crónica de El Faro aparecida el 7 de septiembre de 2001, porque el domingo anterior, hizo una nueva aparición en los ruedos el matador motrileño, esta vez en Adra, con novillos-toros de los Hermanos Peralta, en unión de Manuel Ruiz “Manili”,Manolo Campuzano, y los novilleros Paco Alba y emilio lópez “Playerito”, que cortó los máximos trofeos al que le tocó en suerte, así como al sobrero que regaló. José Rodríguez, cortó una oreja al que abrió plaza; Manili, dos al segundo; Campuzano fue aplaudido, y dos orejas y rabo para Alba. el caballero rejoneador Agustín durán cortó una oreja. de nuevo vimos a Pepe Berenjeno en otro festival, el 8 de junio de 2003 en Berja (Almería), mano a mano con emilio lópez “Playerito”. esta noticia no tendría ningún interés si no fuera porque ambos matadores de toros contaban en ese momento juntos nada menos que con 134 años, ya que José Rodríguez estaba a punto de cumplir 72 y emilio lópez, tenía 63 años. Pese a ello, El Berenjeno cortó dos orejas y Playerito, tras ponerle mucha sal y pimienta a sus faena con largas cambiadas y pareando incluso, al violín, mató de gran estocada y a sus manos fueron las dos orejas. el público disfrutó con los dos veteranos matadores. los otros dos novillos los lidió El Estudiante, que era el sobresaliente.
José Rodríguez, continuó, aunque retirado, pensando en torero y siendo torero en la calle día a día. se entrenaba y corría entre 15 y 20 kilómetros todos los días; participaba en la maratón de
Motril y hacía dos horas de culturismo. José Rodríguez se definía como un torero de emoción, “Siempre me arrimo al toro y lo doy todo en la plaza. Me arriesgo, y por ello, mi toreo es tremendista, pero sin dejar de tener esa personalidad que solo “El Berenjeno” sabe imprimir a su toreo”.
José Rodríguez fue un diestro que por su valentía rayaba en la temeridad, causa por la que fue siempre tremendamente castigado por los toros, pero a pesar de ello, su desmedida afición hizo que continuase toreando festivales. y es que, como dijo su paisano José Martín González en El Faro, de Motril, refiriéndose a su afición, “…de lo que sí estoy seguro es que “Berenjeno” no será jamás abatido por un toro, si acaso, con el tiempo, acabará cayéndose a pedazos delante de él sobre la misma arena que pavimenta los caminos de la leyenda…”.
Pepe Berenjeno no triunfó en el toreo ni en la vida. llevaba el cuerpo enteramente tatuado por las cicatrices causadas por los toros, que no son las peores, sino las del alma, esas que nunca podría borrar al ver su familia desecha, destrozada, por la muerte de tres de sus cinco hijos. sin embargo José Rodríguez fue un triunfador, aunque puede que ni él mismo lo supiera, sobre todo porque “sufrió desgarros en el cuerpo y cuchilladas en el alma sin inclinar la cabeza”, en palabras de José Martín, y porque “ha demostrado ese valor inconcebible del torero que sale a morir y acaba matando frente a una bestia que sale a matar y acaba muriendo”, según el mismo autor con el que me identifico plenamente.
A mi juicio, El Berenjenofue quizás el último torero romántico que nos quedaba en nuestra piel de toro. Ha hecho “cosas, tuvo gloria, fama y …millones, que nunca llegó a tocar de cerca, puesto que entre sombras y luces, muchas más sombras que luces, su carrera ahí quedó, para el recuerdo”,escribió Antonio Reina, y para su recuerdo, escribo yo. Pasó toda su vida delante de los toros en más de quinientos festejos, la mayoría en plazas de poca importancia, pero con toros grandes y con edad, que le dejaron la rúbrica cruel de sus pitones hasta en once ocasiones, pasando por enfermerías que causaban más pavor que la propia herida, y donde la muerte era un boleto que se rifaba en la tómbola del azar.
Hoy día, “…hay toreros que viven cerca de la prensa del corazón y si les arrancan una uña o les pisa un toro, salpican de sangre toda España”, dijo en ABc de Madrid ese torero a la antigua, de los pocos que aún quedan, que es el maestro luis Francisco esplá, quien añadió refiriéndose al estado actual de la fiesta y de los toreros: “…El toreo ha perdido mucho interés, porque el torero ya no es lo que era. Ahora no tiene nada que ver ese señor que se juega la vida y que hace cosas inverosímiles, con el hombre frívolo, vano o casquivano que sale fuera”.
José Rodríguez castellano “el Berenjeno” no era de esos, y de nuevo tuvimos noticia de él en 2013, incombustible, fue a raíz del homenaje que se le