Finalizamos el año y me gustaría repasar con los lectores y lectoras algunos temas que, al menos para nosotros, han tenido particular importancia en nuestra andadura. Empiezo con uno que compartimos la comunidad educativa y la sociedad en general. El curso 2021-2022 ha sido un curso en el que hemos recuperado la confianza y en el que hemos puesto grandes esperanzas. Todo tiene un final y lo peor de la pandemia parece que ya ha pasado, además, la mayor parte de la población adulta está vacunada y hay que celebrar que hemos sido un país modélico en cuanto al número y la rapidez. Es el curso en el que hemos puesto todas nuestras ilusiones para la vuelta a la normalidad. Sin embargo, no parece que lleguemos al final, ya hay señales que ensombrecen de nuevo la actualidad: la aparición de una nueva variante, ómicron y un repunte a finales de noviembre de casos en las escuelas. Esperemos que solo sea un episodio pasajero y que pronto volvamos a una situación de bajo riesgo y de normalidad. Este trimestre, a finales de octubre, celebramos la reunión de la Junta estatal de FEAE en Zaragoza. Las presidentas, ya son mayoría, y los presidentes de los foros territoriales se desplazaron a nuestra ciudad, en algunos casos acompañados de otros miembros de las juntas para recuperar la actividad presencial tras el parón provocado por la pandemia. La última reunión se había celebrado en noviembre de 2019 en Tenerife durante las XXVIII Jornadas. En esta ocasión solo faltaron representantes de Andalucía, Asturias y Castilla-La Mancha que disculparon su asistencia. Incluso el presidente de Castilla-La Mancha participó en streaming. En la reunión, como suele ser habitual, se abordaron temas de interés, entre otros, relacionados con los presupuestos y las cuotas, el plan de trabajo, las próximas Jornadas en Galicia o las novedades relacionadas con la revista DyLE. Creo que es importante destacar las propuestas aprobadas en relación a los documentos de organización y funcionamiento, y en especial al código ético. Durante la comida y de forma más distendida pudimos compartir y abordar otros asuntos más informales. Mientras, las administraciones educativas avanzan lentamente en la aplicación de la LOMLOE, más lentamente de lo esperable, luego nos tocará correr a los demás. Hay ya un decreto de evaluación y promoción, pero los tan esperados currículos van despacio. Tiempo habrá para hablar de los cambios introducidos y de sus objetivos, por ahora seguimos a la espera y con los ojos bien abiertos, aunque desengañémonos, nunca lloverá a gusto de todos. Yo por mi parte y a título individual, aplaudo las medidas para reducir la lacra de las repeticiones y descargar los currículos. Aunque a estas alturas de mi vida profesional ya me parece muy poco, bastante insuficiente. Por otra parte, me toca aceptar que para otros es demasiado y que acabaremos sometidos una vez más a la implacable ley del péndulo que nos impide avanzar al ritmo que sería necesario. Me gustaría hablar también de la revista Forum Aragón, que con el próximo número iniciará su duodécimo año de existencia. El tiempo pasa muy rápido, pero no en vano, y con el tiempo hemos ido ganando en lectores y colaboradores. Creemos que cada vez hay más interés por participar y con ello hemos logrado uno de nuestros primeros objetivos. Contamos ya con colaboradores fijos y casi fijos y también cada vez nos llegan más trabajos no solicitados. Por otra parte, podemos afirmar que hemos ganado en calidad de contenidos y que cada vez hay más experiencias y reflexiones sobre la práctica,
Fórum Aragón, núm. 34, diciembre de 2021
Editorial
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