LAZARILLO DE TORMES Me llamo Lázaro, más conocido como Lazarillo de Tormes, ya que nací en el río Tormes, Salamanca. Este va a ser mi diario de viaje.
Día 1. Esta mañana, mi madre y yo hemos acudido a un mesón, donde he mantenido una larga conversación con un ciego. A éste, le ha parecido que sería un buen guía para él, y tras el permiso de mi madre, he partido hacia Toledo con el que sería mi nuevo amo. Ahora me encuentro acampado en un bosque y mañana continuaremos la ruta.
Día 2. El camino se está haciendo duro y su presencia es muy buena compañía, me está contando cosas sobre su vida muy interesantes, aunque llevemos poco tiempo juntos siento que nos estamos haciendo muy buenos amigos. Mi nuevo amigo es muy astuto, me está enseñando cosas sobre la vida de las que no era consciente, es más difícil de lo que me imaginaba. Aún nos quedan un par de días para llegar a nuestro destino, estoy cansado, pero tenemos que seguir con la ruta.
Día 3. Mi opinión sobre él ha cambiado, aunque es un buen mentor, es un poco avaro con la comida, no he comido apenas en todo el día y le he rogado en varias ocasiones que me diera de comer pero se ha negado rotundamente, aunque estos días, mediante trampas, he logrado algo más de comida, sus castigos son brutales, estoy muy dolorido como para seguir, supongo que he de abandonarle, seguiré yo solo con el camino.
Día 4. ¡Por fin he encontrado compañía! Hoy le he ofrecido ayuda a un clérigo, el cual buscaba ayudante para las misas. Me ha explicado que solo comen cuando hay un entierro, vaya, otro amo egoísta, pero por suerte he encontrado la llave que cierra la vitrina donde guarda el pan.
Día 5. Anoche fui a escondidas hacia la vitrina guiado por mi hambre, y me comí todo el pan, esta mañana el clérigo me ha echado de su casa, ha descubierto que he sido yo el culpable del vacío en su vitrina. Así que, he decidido concluir mi ruta hacia Toledo. Allí buscaré a alguien a quien ayudar y con suerte, hallaré una casa donde pasar la noche.
Día 6. No hay mucho que contar, me estoy dejando la piel para abordar el destino.
Día 7. Llevo sin dormir más de un día, sin embargo, parece que la suerte está a mi favor, confío en haber encontrado un nuevo amo, parece que un escudero busca plebe para ser su criado, y en estos momentos cualquier trabajo es bueno para mí, estoy ya muy lejos de mi casa, no puedo echarme atrás.
Día 8. Pensándolo bien, no soy tan afortunado, al parecer el escudero, mi nuevo amo, se halla en total miseria, y ahora tengo que mendigar para los dos. Supongo que buscar un nuevo superior no estaría nada mal.
Día 9. Al parecer un fraile se ha interesado en mi. Le encanta andar, y creo que esta vez las cosas irán mejor que hasta este momento, o eso espero.
Lidia Jiménez y Cristina Gardó