Luis Contigiani “El modelo agroexportador nos puso un techo en términos de desarrollo, de inclusión y de equilibrio territorial”
Las firmes convicciones políticas, filosóficas y éticas distinguieron a aquel joven nacido en Arequito, que apenas comenzado el siglo hizo sus primeras armas en la Secretaría de Desarrollo Económico de la ciudad de Buenos Aires, para luego transitar largos años como funcionario de la Federación Agraria Argentina y como asesor de la Cámara Argentina de Semilleros Multiplicadores. A partir de 2011 se hizo cargo de la cartera de agricultura provincial y desde diciembre es Ministro de la Producción de la provincia de Santa Fe. Su trayectoria en organizaciones del sector, en la función pública y en la vida, lo instala como un político singular, valorado y respetado por propios y extraños.
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–¿Cuáles son los ejes de trabajo que se plantea el Ministerio con el sector agropecuario y agroalimentario? –Tal vez el objetivo estratégico de nuestro ministerio en este contexto actual de la Argentina, del mundo y de Santa Fe, que incluye el pasado, el presente de nuestro país; es ir hacia una senda del desarrollo que incluya la dimensión territorial, espacial, que incluya el agregado de valor, la integración horizontal y vertical, el desarrollo local; que incluya un gran esfuerzo para posicionarnos en los segundos y terceros eslabones de cada cadena agroalimentaria, posicionarnos en la segunda o tercer fase de cada producción, ese es el gran objetivo. Estamos convencidos que el modelo agroexportador argentino y también de Santa Fe, de escala, con un gran desarrollo técnico, científico o del denominado paquete tecnológico, nos puso un techo en términos de desarrollo, en términos de inclusión y de equilibrio territorial. Entonces desde Santa Fe creemos que hay dos grandes caminos, o vamos hacia políticas que afiancen y fortalezcan el modelo agroexportador de commodities a gran escala, con un paquete tecnológico muy importante, pero que nos puso un techo en términos sociales, y en ese caso habría que preguntarse qué hacemos con las personas que van a sobrar de este modelo, los territorios y las regiones del país que van a sobrar; o vamos hacia una agenda del desarrollo nacional con integración mundial que contemple aquellos puntos que antes definíamos. Yo creo que esa es la dialéctica argentina, esa es la disyuntiva, esa es la movilización cultural, técnica y de políticas públicas que tenemos que provocar si queremos un país integrado, desarrollado y justo. Entonces: ¿Dónde vamos a posicionar el Ministerio? Lo vamos a posicionar en esa segunda opción.
–En este contexto ¿Cómo ve la perspectiva de las distintas cadenas agroindustriales y agroalimentarias en el actual escenario nacional e internacional? –Está claro que hay un contexto macroeconómico y de agenda política que no van precisamente hacia el camino del desarrollo nacional. Cuando uno ve la problemática de las importaciones, la caída del consumo interno, cuando uno ve la valorización financiera otra vez como una tentación para el empresariado nacional, que no se puede cortar la fuga de capitales del país que vuelve a estar a un ritmo de los 400 millones de dólares mensuales, cuando uno ve la falta de coordinación de los organismos técnicos nacionales, el aumento considerable de la estructura de los costos de producción vía tarifa, vía impuestos, que se cambian los precios relativos de toda la economía, uno tiene que decir que la macroeconomía y la decisión política nacional no están yendo por ese camino, que nosotros creemos mejorable para construir un país con poder, con fuerza y con inclusión, que es el camino del desarrollo nacional. Sabiendo el escaso margen que tenemos para manejar la macroeconomía desde las provincias, producto de la pérdida, a partir de un proceso histórico determinado, del federalismo fiscal, y no sólo fiscal, y de la capacidad de fuego que tenemos para revertir ese contexto nacional; en esta coyuntura lo mejor que podemos hacer para equilibrar, o contraponer al contexto que antes describíamos, son políticas contracíclicas, ir al revés, nadar contra la corriente. Si las tasas de interés en la Argentina están al 38 %, como lo están, lo indican las Lebac, es una tentación para la valorización financiera como modelo. –¿Con qué herramientas cuenta la provincia para apoyar el encadenamiento producti-
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vo y específicamente el desarrollo del sistema cooperativo? –Nosotros salimos con un plan de financiamiento industrial enganchado de la línea de inversión productiva con un fuerte subsidio estatal provincial, parando al sujeto PyME industrial de Santa Fe con una línea de financiamiento para bienes de capital en un 80 %, y 20 % de capital de trabajo, con una tasa de interés que va a llegar al 14 y al 13 % según las regiones. Para mí esa es una política contracíclica, claramente direccionada a aumentar el volumen de bienes de capital de nuestras PyME, mejorar los métodos de producción, tecnificar, especialmente apuntando al compre santafecino local en términos de bienes capitales y dándoles a las PyME mayor capacidad de producción y competitividad. El otro eje es el Plan de Infraestructura y Obra Pública, que como toda escuela keynesiana nos dice, siempre es dinamizadora de la economía, es una muy buena herramienta en los ciclos de recesión económica, de sacudir a la economía, sacarla del enfriamiento. Justamente estamos en un contexto económico de enfriamiento y de recesión, y Santa Fe está haciendo un gran esfuerzo presupuestario para mantener su Plan de Obra Pública en todo lo que es la infraestructura social, un plan ambicioso de caminos y rutas. Y el tercer eje, en términos contracíclicos, es hacer visible en Santa Fe al sector del comercio. Apuntamos a poner como sujeto beneficiario a los pequeños y medianos comercios de la provincia, con fondos directos para la promoción del comercio a cielo abierto, con otra lógica y otra estrategia, que tiene como pretensión eliminar la intermediación, llegar con mejores precios y más calidad al consumidor a través de estrategias cooperativas y de comercio integrado. En cuarto lugar, un programa de iniciativas concretas para el sector de las cooperativas de la provincia de Santa Fe, que es un sector potente, con mucho volumen, muy diverso; y el sector de la agricultura familiar, a partir de priorizar en un proceso de abajo hacia arriba, discutido y validado en diferentes foros. En el tema cooperativo, el aspecto educativo, el aspecto de la certificación y formación cooperativa que Santa Fe ya está trabajando; en el agregado de valor dentro del movimiento cooperativo. Es una apuesta muy fuerte. En el aspecto financiero, crediticio, de importaciones, etc. También ahí es una política contracíclica que estamos apuntalando. Y después, una serie de iniciativas como el programa agropecuario, la integración de agricultura y ganadería, el impulso de la
ganadería mixta, y el impulso vía financiamiento del armado de chacras mixtas, que es otra novedad que estamos poniendo en la mesa técnica en este momento. La posibilidad de que salgamos como provincia a financiar a grupos o productores que quieran hacer una integración agrícola ganadera, bobina, caprina, ovina o porcina, en el corazón agrícola de Santa Fe; y que encuentre en el Ministerio de la Producción herramientas que permitan este desarrollo de integración y diversificación productiva. Son todas políticas que van hacia un mismo objetivo, como el desarrollo de los periurbanos
que también está en carpeta, que incluye el tema hortícola y demás. Hace 50 o 60 años que estamos pensando la generación de alimentos desde el paradigma de la concentración agroalimentaria, nosotros estamos impulsando un nuevo paradigma, de pensar la generación de alimentos desde lo local, y eso incluye el tema territorial como espacio socio económico. –Esas políticas públicas que está definiendo ¿Incluyen la formación en el cooperativismo, la facilitación de la cultura asociativa, por ejemplo? –Sí, es un tema fundamental. Estamos muy cerca de constituir una cooperativa educativa, tendiente a formar cuadros dirigenciales cooperativos, porque tenemos un gran desafío en trabajar los nuevos paradigmas organizacionales que la revolución científico técnica e informática nos trae en términos de redes, en términos de nuevos espacios territoriales, de nuevas interrelaciones, de nuevos hábitos, de las nuevas formas organizacionales en los sistemas agropecuarios en general. Pero también desafía a trabajar el tema del sujeto, porque en este caso concreto del dirigente cooperativista, nosotros tenemos que asumir que estamos ante una gran debilidad, asumirlo para bien, asumir esa debilidad para tratar de transformarla.
Cooperativa de Servicios Educativos Conformada por 19 asociados, la Cooperativa de Servicios Educativos se inscribe en el marco de las políticas de Promoción y Educación Cooperativas que lleva adelante la Secretaría de Desarrollo Territorial y Economía Social de la provincia de Santa Fe. La iniciativa nuclea a cooperativas, federaciones de cooperativas y los ministerios de Producción y de Educación. El objetivo es constituir una entidad educativa cooperativa para la formación de dirigentes en materia de gestión cooperativa, dirigida a los trabajadores, asociados y público en general. La idea de conformar una entidad cooperativa íntegramente con asociados del sector de la Economía Social surge a través del intercambio realizado con el País Vasco, en el marco del Convenio que une a la provincia de Santa Fe con este país, dónde pudieron observarse experiencias en la materia. La educación y formación en economía social es uno de los ejes de las políticas a implementar por el Ministerio de la Producción que con esta herramienta pretende contar con un instituto terciario para la formación de cuadros dirigentes en gestión de entidades de la economía social. Es importante destacar que los títulos otorgados tendrán validez oficial puesto que son avalados por el Concejo Federal de Educación a través del Ministerio de Educación provincial. Esta herramienta se complementa con otras acciones de asistencia técnica y capacitación, como así también con la promoción del cooperativismo escolar y los valores y principios del cooperativismo en las escuelas de la provincia. Para revertir esa debilidad en la formación de nuestros cuadros dirigenciales cooperativos que son aquellos dirigentes que tienen que tener visión, compromiso, conducir procesos decisorios en ámbitos asociativos; una de las herramientas es esta cooperativa educativa que va a estar integrada por la provincia y por determinadas cooperativas y que va a tener fondos públicos de apoyo. (Ver recuadro) El sistema cooperativo santafecino, uno de los más potentes del país, por su diversidad y cantidad, adolece, a mi juicio, de una clase dirigente que esté a la altura de las circunstancias, en términos de leer lo que está 21
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pasando en el mundo, en términos asociativos, de tomar decisiones, de avanzar en esa agenda de desarrollo dentro del movimiento cooperativo, de replantear la identidad cooperativa y los valores para estos tiempos, para eso necesitamos formación y reflexión, necesitamos estudiar, y a partir de allí resignificar los valores cooperativistas. Yo quiero ser justo con las excepciones que tenemos, porque también cuando digo no están a la altura de las circunstancias uno hace un juicio muy general. También en el medio hay muchísimos dirigentes al frente
de movimientos, de organizaciones cooperativas, que están a la altura sobradamente, pero lo que percibo como regla es que tenemos ahí una debilidad, tenemos que trabajar mucho en la construcción de un liderazgo cooperativo y dirigencial, cuando digo dirigencial es de abajo hacia arriba, que incluye a todos los que participan. –Las cooperativas junto con la Federación Agraria están reclamando el accionar del Estado frente al accionar de la multinacional Monsanto. Sabemos que usted tiene larga trayectoria en la temática ¿Cuál es la posición de la provincia al respecto? –La posición del ministro de la Producción de Santa Fe, más que del gobierno de la provincia que es algo muy amplio, es de absoluto rechazo al sistema Bolsatech diseñado por Monsanto, por varias razones de índole legal, económica y estratégica. De índole legal porque Monsanto con esta estrategia de encapsular toda su tecnología en el código civil, mediante la firma de contratos a productores, acopiadores y exportadores, pretende el desarrollo de la biotecnología en 22
la Argentina en forma privada o privatista. La pregunta que hay que hacer es si le conviene a la Argentina transitar el camino de un desarrollo biotecnológico con esta visión privatista. La visión de este ministro es que absolutamente no. No le conviene al país transitar un tema tan sensible al presente y al futuro, que es el desarrollo de la biotecnología aplicada al sector agropecuario, por el camino de las transacciones privadas, dejando prácticamente afuera el interés común. El segundo aspecto dentro de este eje legal es que acá hay una Ley de Semillas que en el criterio de este ministro, prevalece sobre cualquier estructura jurídica menor, o sea, no podemos en un contrato privado desconocer o decir lo que no dice una ley nacional. Son contratos leoninos, porque tienden a consagrar un sistema de abuso dominante, hegemónico, controlando desde la siembra, la cosecha, la producción y la venta de la semilla, todo el sistema. El segundo aspecto por lo cual rechazo enfáticamente el sistema de comercialización de la tecnología Intacta, es por un tema económico. Hagamos una sencilla cuenta, partamos el sistema de bandas en el medio, pongamos 10 dólares por los 60 millones de toneladas, qué número da, reflexionemos, miles y miles de millones de dólares en juego. Sería una sociedad entre Monsanto y la Argentina en la rentabilidad sojera de un país, sería un sistema privado de retenciones que no existe en ningún país del mundo. Y otro aspecto técnico que yo pongo en discusión es la relación entre variedad, germoplasma y evento biotecnológico, donde por este sistema Monsanto trata de que el evento biotecnológico se apodere y absorba al desarrollo de la germoplasma, y acá hay que entender que son dos desarrollos distintos protegidos por dos leyes distintas, una cosa es el desarrollo de termoplasma protegido por la Ley de Semillas y otra cosa distinta la creación en laboratorio de un evento biotecnológico protegido por la Ley de Patentes. Yo creo profundamente en la biotecnología, en la necesidad de cerrar la brecha que tenemos en la Argentina de generación e investigación de biotecnología aplicada al tema agropecuario entre los sectores privados multinacionales y los capitales privados nacionales y el Estado, que puedan tener mucha más cercanía para que no nos pasen este tipo de problemas. –En base a su experiencia en estos años en la función pública ¿Ha cambiado su visión sobre la política? ¿Sobre qué aspectos ha reforzado su confianza y en cuáles ha claudicado? –Una buena pregunta que invita a reflexio-
nar mucho. La experiencia de estos años de gestión ha sido para mí un regalo de la vida. Me ha hecho abrir la mente, conocer nuevos horizontes intelectuales, desafiar mis límites, equivocarme mucho, de lo cual uno aprende y madura, y me ha hecho reafirmar algunas convicciones e incorporar otras. No me gusta ir condenando la realidad, o no me gusta ir planteándome siempre fuera de la realidad condenando la realidad. Yo creo que ahí hay que entender que el ser humano, la vida, el mundo, la Argentina, estamos en un gran barro y tenemos que caminar en el barro, y embarrarnos tiene sus riesgos. Entonces, entre una postura condenatoria de todo y purista, y una postura de embarrarse, yo creo que hay que embarrarse y yo decido embarrarme. Los riesgos son vaciarse de valores, corromperse, perder el horizonte, no escuchar, no interpelarse, no trabajar por las causas nobles, convertir a los medios en el fin de la política, sabiendo que lo que tracciona y lo que mueve a la política es el fin, son los grandes ideales, los grandes sueños. Entonces yo diría que hay que embarrarse pero con el cuidado permanente de que ese barro nos salpique lo menos posible. Luego de entender esto, hay que bajarse, hay que estar metido en toda esta realidad sin condenarla, sino buscando soluciones, buscando salidas. La claudicación, tal vez, mayor, sería perder el sentido por el cual uno hace todo esto. El sentido determinado por las convicciones y el ideal de que la política nos conecta y nos lleva a construir una sociedad, en este caso, en el aspecto productivo, una sociedad o una producción mejor para la provincia de Santa Fe y el país. El sentido primario, la búsqueda, las locuras, las horas sin dormir, los viajes, tiene que estar determinado por un bien superior. La claudicación a esto es cuando reemplazamos el sentido determinado por ese bien superior, por la búsqueda solamente de un sentido de beneficio personal. Pasé mis mejores momentos en esta época de gestión y tuve los mejores resultados en términos humanos, personales y políticos, cuando siempre me centré en el objetivo superior, que es el bien del otro, es algo que nos trasciende, es algo que nos sobrepasa, en este caso el bien público. Cuándo fallé o cuándo sentí que me traicioné o cuándo no salieron bien las cosas, cuando el sentido de una acción o el sentido de una búsqueda estuvieron en función, primero, de intereses personales, a veces ideológicos, a veces políticos, por suerte en mi caso nunca económico.