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De profesión contador público, Rodolfo Daniel Zoppi se autodefine como “cooperativista por convicción”. Su vínculo con el cooperativismo comenzó en 1963 y fue gerente general de la Cooperativa Obrera de Bahía Blanca durante 38 años. Actualmente es presidente de la Federación Argentina de Cooperativas de Consumo (FACC). Entre sus permanentes aportes, en junio último expuso ante el Senado de la Nación los casos exitosos de la Cooperativa Obrera y de la Central de Compras de la FACC, para el abordaje de la economía social y sus sistemas de comercialización. Primero, queremos que nos hable un poco de usted, ¿en qué contexto se sumó al movimiento cooperativo? ¿Por qué abrazó esta causa? Llegué a Bahía Blanca en 1961 para iniciar mis estudios universitarios. El primer año estuve becado por la Universidad Nacional del Sur y en 1963 comencé a trabajar en la Cooperativa Eléctrica Bahiense, que nunca pudo prestar el servicio de electricidad y desde la década del 50’ su actividad fue la fabricación de hielo y cámaras frigoríficas para frutas, huevos y leche. Simultáneamente colaboraba en el comedor universitario de la cooperadora de la U.N.S. y entonces tenía asegurado el sustento económico. En 1969, la Eléctrica se incorporó a la Cooperativa Obrera, de la que ya era auditor externo un joven y brillante profesional, el contador Rubén Alfredo Masón, que había sido mi profesor en una de las últimas materias que cursé, “Contabilidad Pública”. Fue entonces que, faltando poco tiempo para recibirme, me invitó a sumarme a la Obrera. De esta manera, casi fortuita se inició mi vínculo con el cooperativismo. ¿Qué funciones desempeñó en la Obrera? Mi inicio fue como ayudante de auditoría, luego fui jefe de personal, y a partir
Rodolfo Zoppi “El cooperativismo es el mejor sistema, el modelo más participativo, democrático, equitativo y justo que el mundo necesita para superar gravísimos problemas de exclusión social” del año 1974 me dieron la responsabilidad de participar en la elaboración de un plan de desarrollo y en cada uno de los proyectos que se fueron definiendo. En 1976 fui designado gerente general, cargo que ocupé hasta agosto de 2014 cuando pasé la posta a Héctor Jacquet, quien desde cinco años antes se desempeñaba como sub gerente general, habiendo sido previamente sub gerente de compras y gerente de supermercados. Cuéntenos un poco más sobre la Cooperativa Obrera. Fundada en Bahía Blanca en 1920, actualmente presta servicios económicos, sociales y culturales en más de medio centenar de ciudades en las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Neuquén y La Pampa. Atiende a casi 1.700.000 asociados a través de una red de más de 120 supermercados y simultáneamente desarrolla una intensa actividad social y cultural, especialmente a través de su Gerencia de Cultura y Acción Comunitaria y del Círculo de Consumidores. El Círculo que fue creado hace 20 años y consiste en reuniones regionales cubriendo todas las ciudades en las que la Cooperativa está presente para tratar temas sobre Alimentación y Salud, Medio
Ambiente, Educación y Cultura y Participación Comunitaria. El Círculo permite crear un fuerte vínculo entre los asociados de las diferentes regiones y con la propia entidad. La participación de los asociados se da también anualmente a través de asambleas de distrito –actualmente son 35de las que surgen los delegados que luego participan de las asambleas anuales. El creciente sentido de pertenencia de los asociados y la fidelización que conlleva, constituye una de las principales razones del éxito de la Cooperativa Obrera. La conducta y transparencia de la Cooperativa a lo largo de sus casi 97 años de vida, son su principal capital y explica el reconocimiento y confianza que genera en sus asociados, aún en aquellas regiones alejadas de Bahía Blanca. Recientemente la Obrera abrió sucursales en Andacollo y San Martín de los Andes, ambas en Neuquén. A pesar de ser lugares alejados de nuestra sede central, la Cooperativa rápidamente recogió el reconocimiento de autoridades, entidades de bien público y de los vecinos en general. Además, cada nueva sucursal significa realizar inversiones, crear puestos de trabajo y, por supuesto, una nueva sede del Círculo de Consumidores. 19
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Cuéntenos sobre el origen de la FACC, y su relación con la emblemática cooperativa El Hogar Obrero, fundada en 1905 por el Dr. Juan B. Justo. La Federación Argentina de Cooperativas de Consumo (FACC) fue creada el 3 de julio de 1932 a instancias de El Hogar Obrero; del acto fundacional participaron 28 cooperativas entre ellas la Obrera de Bahía Blanca. FACC fue la primera federación del cooperativismo urbano de nuestro país. El objetivo inicial de la FACC fue la defensa gremial de las cooperativas de consumo y la promoción de los valores y principios cooperativos. Algunos años más tarde, abrió un supermercado mayorista para abastecer a sus cooperativas asociadas, que en los años ´70, eran alrededor de 250. Posteriormente ese servicio fue prestado directamente por “El Hogar Obrero” hasta prácticamente el cese de su actividad, a principios de 1991. En abril del año pasado, la FACC puso en marcha una Central de Compras Virtual que es retomar aquella actividad mayorista, claro que bajo las nuevas condiciones que impone el progreso y desarrollo de la comercialización. La CCFACC pretende ser una herramienta eficaz para potenciar el desarrollo del sector consumo de las cooperativas y mutuales de nuestro país y, al mismo tiempo, fortalecer la integración económica entre nuestras asociadas y las cooperativas de producción y/o trabajo que encuentran en esta Central un canal directo y transparente para comercializar su producción. Y termino respondiendo esta pregunta diciendo que “El Hogar Obrero” fue irradiadora de la doctrina rochdaleana a lo largo de toda su trayectoria. La crisis que lo afectó por más de dos décadas significó una enorme pérdida para el cooperativismo argentino, por eso celebramos que actualmente esté nuevamente en plena actividad desarrollando la que le dio origen: la construcción de viviendas. 20
¿Cómo se desarrolló el modelo de gestión de la Cooperativa Obrera que mantiene coherencia entre lo que dicen y lo que hacen? El modelo de gestión de la Cooperativa Obrera se fue construyendo día a día, adecuado al momento y a las personas, directivos y empleados, que hemos tenidos responsabilidades en la conducción. Por supuesto, que también nos hemos nutrido de las experiencias de otras cooperativas. Podría nombrar a mucha gente que se ha destacado en la Obrera, pero bastaría con dar dos nombres que han sido fundamentales: Víctor Roque Maronna, quien fue el primer gerente de la entidad y que incluso ejerció la presidencia, que fue fundamental en los primeros años, y en los últimos 50 años la influencia decisiva del Cr. Rubén Alfredo Masón. Pero rescato principalmente que la Obrera es una construcción colectiva de dirigentes y empleados, que supieron adaptarse a los cambios y exigencias de cada época. ¿Cuál es la actividad principal de la FACC hoy? El objetivo central de la FACC es la defensa de los principios e intereses cooperativos así como promover la educación, la capacitación y la integración cooperativas. Participamos activamente de las actividades de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (COOPERAR), donde nos representa el Cr. Rubén Alfredo Masón, presidente honorario de FACC. No concebimos la integración sin participación activa, por eso tratamos de estar presentes en los encuentros regionales que organiza Cooperativas de las Amé-
ricas, y nuestro actual vicepresidente, Dr. Dante Cracogna, participó en la Asamblea General realizada en 2015 en Antalya, Turquía, y también estará en la próxima a celebrarse en noviembre en Kuala Lumpur, Malasia, en la que se elegirá al próximo presidente de la ACI. Muchas de las cooperativas asociadas a FECOFE poseen supermercado, ¿cómo se puede avanzar en la integración cooperativa en logística y comercialización? Uno de los motivos que nos llevó a poner en marcha la Central de Compras fue la posibilidad de darle a las cooperativas y mutuales de consumo o con sección consumo, herramientas para profesionalizar sus recursos humanos. Porque la gestión eficaz y eficiente de una cooperativa depende de la buena formación de su personal. La experiencia nos indica que en algunos casos, especialmente cuando el consumo no es la principal actividad de la cooperativa, quienes se desempeñan en la sección consumo no siempre tienen los conocimientos específicos que se requieren para asegurar un manejo adecuado a las exigencias de esta época. Si no se profesionaliza el desenvolvimiento del sector consumo, es muy complicado plantearse ser eficientes y mucho más poder desarrollarse. Y estamos convencidos que el sector consumo tiene muchas oportunidades de crecimiento. Por eso, y contando con el aporte tan imprescindible como valorable de la Cooperativa Obrera, desde la FACC hacemos un gran esfuerzo para organizar actividades de capacitación y transferencia de know how, visitamos a las cooperativas, hablamos con sus dirigentes y empleados, sugerimos algunas mejoras y les entregamos algunas herramientas básicas para mejorar su información y toma de decisiones. Un tema a mejorar en la Central de Compras es el logístico que es particularmente complicado en nuestro país por las grandes distancias entre las zonas de producción y las localizaciones de las asociadas a FACC. Para lograr un abastecimiento con el menor costo posible, una de las alternativas que consideramos es contar con más centros de distribución y podríamos encontrar soluciones a través de la integración cooperativa. Este es un tema que hemos conversado con las autoridades de FECOFE. También quiero señalar que para crecer en participación en el mercado del consumo, FACC considera que además del esfuerzo que puedan hacer las cooperativas y mutuales que desarrollan esa actividad, resultaría muy importante sumar a entidades de la economía social cuya actividad principal no es el consumo. Esto sería muy importan-
te para llegar a nuevas zonas del país a través de entidades que cuentan con recursos y, sobre todo, con una gestión empresaria que ya ha demostrado ser eficiente. Sintéticamente, ¿cuál es la ventaja comparativa del cooperativismo de consumo y sus posibilidades de competir? Nuestra principal fortaleza es la diferente naturaleza empresaria. Alguna vez hablando con dirigentes de cadenas de supermercados no cooperativos escuché quejas porque las cooperativas tienen un tratamiento impositivo distinto al de sus empresas. Entonces yo le dije que sus sociedades podrían tener un tratamiento impositivo equivalente al de las cooperativas, y que la solución era muy simple ya que bastaría con transformar a sus clientes en dueños, darles la dirección y administración de sus empresas, y que la utilidad anual en vez de distribuirla al capital la retornaran a los consumidores en proporción al uso de los servicios sociales que cada uno de ellos hubiere realizado... Lo que muchos no terminan de entender es que las cooperativas tienen un tratamiento impositivo en función de su particular naturaleza, como empresa de servicios y no de lucro, y donde el capital es sólo una herramienta pero no tiene beneficios económicos ni tampoco el control de las empresas. Por eso la principal ventaja comparativa de nuestras entidades es que formamos parte de un modelo empresario basado en principios o normas de organización que son exclusivas y que marcan claramente la diferencia entre las empresas lucrativas y las de economía social. La diferencia entre un supermercado cooperativo y otro de una empresa lucrativa no está en las góndolas, sino que se trata de dos modelos empresarios diferentes, uno en el ámbito de la economía de lucro y el nuestro en el de la economía social. La crisis de los '90, que entre otras se llevó a El Hogar Obrero ¿qué enseñanzas dejó esa experiencia, qué corregiría del cooperativismo? El Hogar Obrero tuvo su crisis a principios de los años '90, hace 27 años, y se debió seguramente a más de una causa. Las crisis económicas y financieras de las que hemos tenido varias en el país, dejan empresas en el camino y el hecho de ser cooperativa no te pone a salvo de una mala gestión o de decisiones imprudentes. Las cooperativas deben ser administradas seriamente, profesionalmente, prudentemente. Esta es la mejor garantía para poder afrontar con éxito los momentos complicados y fortalecerse en las épocas de bonanza. No conozco una receta mágica, eso sí creo indispensable rescatar algo que me enseña-
ron hace muchos años en la Cooperativa Obrera: nunca se deben dar pasos más largos de lo que nos dan las piernas. Dicho de otra manera, no plantearse proyectos que no estén debidamente respaldados por la solidez patrimonial de la cooperativa y, al mismo tiempo, con la gente capaz de llevarlos adelante. Por supuesto que en los momentos de crisis es cuando más importante resulta contar con el apoyo de los asociados. Doy un ejemplo: a principios de 2002 la Obrera debía a sus asociados más de diez millones de dólares -recuerden que la economía estaba prácticamente dolarizada-; se llamó a cada uno de los cuatro mil ahorristas y se les propuso devolverles sus préstamos en la moneda original, presentándoles un plan de pago con dieciocho meses de gracia. Todos aceptaron y casi la totalidad de esos préstamos aún hoy están en la Cooperativa. A esto yo le llamo “el valor de la confianza...” ¿Qué se puede mejorar en la formación de dirigentes, formación gerencial y la participación de los jóvenes? Pese a lo que se hace en este sentido, siento que la Obrera e incluso la FACC tienen una deuda porque queda mucho por hacer. Los jóvenes de hoy serán los dirigentes de mañana y tenemos la responsabilidad de asegurarnos que estarán suficientemente capacitados... Muchos a quienes conocimos siendo jovencitos, hoy tienen responsabilidades importantes en diversas cooperativas, especialmente agrarias. Nosotros nos sorprendemos gratamente de la capacidad y empuje de los jóvenes que integran FECOFE... En la Obrera trabajamos mucho en la formación del personal, y si bien la Cooperativa ha crecido mucho, hay una política de desarrollo que le ha posibilitado no tener que salir con apuro para improvisar, por ejemplo, un encargado para una nueva sucursal. Quien en su momento se incorporó como repositor, hoy es jefe de un sector del supermercado y mañana será parte del personal jerárquico de un nuevo supermercado. Es decir, el personal recibe la capacitación necesaria y permanente que le permitirá hacer carrera y superarse. Esta es la razón por la que la Cooperativa recurre a sus propios cuadros. Vale la pena señalar que en la Obrera afrontamos desde hace algunos años un cambio generacional a nivel de gerencias. Ya comenté la trayectoria del actual gerente general Héctor Jacquet y lo mismo podría decir de otras gerencias donde hubo cambios en la primera línea: Comercialización, Obras y Servicios, Recursos Humanos y Compras, que han quedado bajo la responsabilidad de personas
de alrededor de 40 o 45 años, todos con una amplia carrera en la entidad. En la Obrera hay un legítimo orgullo por miles de puestos de trabajo creados en los últimos veinte años, y más orgullo aún porque habiendo enfrentado tantas crisis como las comentadas, nunca se han cerrado locales o secciones de trabajo para reducir personal. Cuando hubo que hacerlo por razones operativas, por cambios tecnológicos o por la necesidad de adecuarse a nuevas modalidades comerciales, lo que hicimos fue reasignar tareas e incluso en casos que hemos tenido que estar dos o tres meses cerrado para realizar reformas o mejoras en los inmuebles, hemos hecho convenios con las municipalidades y, con el acuerdo de los propios empleados, han pasado hacer labores de interés
comunitario, haciéndose cargo la Obrera de los costos respectivos. Ni siquiera en la brutal crisis del 2001, se despidió un solo empleado, y esto es una conducta que el personal valora y crea compromiso. Muchos sienten el orgullo de ser empleados de la Cooperativa Obrera... Y si hay una deuda pendiente es respecto de la formación de dirigentes, pero estamos trabajando en eso. ¿Qué siente de ser cooperativista? Yo creo que es una forma de vida; pienso que no puedo trasladar a mi casa los principios cooperativos, pero sí he tratado de aplicar en mi vida y trasladar a mi familia, los valores cooperativos. Porque si los valores que deben practicar las cooperativas –honradez, democracia, igualdad, equidad, solidaridad- no se practican en la vida de cada uno de nosotros, entonces hay algo que falla y la pregunta sería ¿soy cooperativista por convicción o por conveniencia? Ó ¿soy cooperativista sólo cuando me conviene? Soy cooperativista porque creo que el cooperativismo es el mejor sistema, el modelo más participativo, democrático, equitativo y justo, que el mundo necesita para superar gravísimos problemas de exclusión social. Estoy en el movimiento cooperativo porque forma parte del modelo de vida que yo elegí para vivir. 21