Gonzalo Bonadeo.qxd
28/07/2016
02:54 p.m.
Page 32
GONZALO BONADEO
“CADA VEZ QUE LLEGAN LOS JUEGOS, ME NARCOTIZO” CON
SU SEXTA COBERTURA CONSECUTIVA DE LA MAYOR CITA DEL DEPORTE
MUNDIAL, SE CONSAGRA COMO EL PERIODISTA ARGENTINO EXPERTO EN DISCIPLINAS OLÍMPICAS.
FEROZ
CRÍTICO DE LA
“INEXISTENCIA
DE
POLÍTICAS PÚBLICAS” DE APOYO A LOS ATLETAS NACIONALES DE ALTO RENDIMIENTO, CONSIDERA IRREAL LA POSIBILIDAD DE QUE SEA ELEGIDA SEDE PARA
2028. Txt: Federico Cornali ntenta enfocarse. Lo necesita. Si no fuese así, la coyuntura se lo devoraría. Le piden opinión. Y tiene que darla. Habla de Messi, de Boca, de barrabravas, de política... Decepciona a algunos, reconforta a otros. Siempre incomoda. Eso lo enorgullece, porque es su marca. Sin embargo, no es fácil para Gonzalo Bonadeo lanzar esos dardos terrenales tan suyos por estos días, cuando se le dificulta una tarea sencilla como mantener los pies en la tierra cuando su cabeza ya está bien lejos, soñando con récords y anillos. “Cada vez que llegan los Juegos Olímpicos, siento que me narcotizo. Quiero abrazarlo todo, hacerlo todo, ya. Tengo a los mejores del mundo para entrevistar, todos en una misma ciudad y durante un mes”, se acelera el periodista, quien estará en Río de Janeiro cubriendo la mayor cita multidisciplinaria del deporte mundial para TyC Sports. Una vez más, como sucede desde Atlanta 1996. Así, en Brasil, sellará su sexta cobertura. Pero le da igual que la cita sea cerca de Buenos Aires –y por primera vez en Sudamérica– o en Tokio, como tocará en 2020. No le importa. Durante un mes, prefiere perderse, dejarse llevar, flotar imantado por el halo histórico de las competencias que relata. Es un vicio que se le metió en la sangre desde muy pequeño al ver cómo su padre, Diego, se embarcaba en la aventura de cubrir los legendarios JJOO de México 1968, aquellos de la Matanza de Tlatelolco, el salto eterno del estadounidense Bob Beamon y el Black Power. Pero el periodista que más sabe de deportes olímpicos, aquel con quien los argentinos se levantan y se acuestan durante casi 30 días de omnipresente transmisión televisiva, el que comparte emociones tan profundas que puede (hacer) llorar... A veces, no se da cuenta de nada de eso. “Simplemente entro en modo olímpico y pierdo toda referencia. No me resulta especial que esta vez sea Río la sede, al lado de casa, porque durante la cobertura no estoy en un país determinado, no siento la ciudad: voy del hotel o el departamento donde duermo unas horas hasta el lugar del evento o el centro de prensa, abstraído”, asume, con el frenesí propio de
I
Ph: Gentileza TyC Sports
BUENOS AIRES