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SUEÑOS SOBRE POLVO DE LADRILLO oland Garros, la leyenda detrás del nombre del prestigioso torneo, tenía un carácter que no le hubiese permitido escalar demasiado en el tenis profesional. Algo que nunca intentó, por cierto. Porque el deporte de la raqueta jamás fue más que un pasatiempo para ese inquieto aventurero. Nacido en Madagascar, Garros se mudó a París para estudiar música a principios del siglo XX. No obstante, se consagró como pieza fundamental en la historia de la aviación mundial, volando por cielos todavía “inexplorados” como los de Río de Janeiro y Buenos Aires. De regreso en Europa, se recibió de héroe militar francés durante la eclosión de la Primera Guerra Mundial. No había quien pudiese con él en las alturas... Hasta que los alemanes pudieron: en 1914, el aviador fue capturado y forzado a trabajar en un campo de concentración. En 1918, poco después del final del conflicto y tras una fuga poco exitosa hacia Holanda, Garros fue asesinado por una cuadrilla germana. Una década después, el Stade Français (club del cual era socio) cedió terrenos para la construcción de un nuevo complejo tenístico en la capital gala y pidió, a cambio, que el torneo se llamase Roland Garros. Así, el por entonces ya popular pero exclusivo Abierto de Francia también se hizo conocido con el nombre del Señor de los cielos. Antes, algunos hitos ya habían empezado a darle forma a la rica historia del que hoy es uno de los cuatro Grand Slam del circuito internacional y, tal vez, el que genera mayor pasión entre los argentinos debido a los compatriotas que ya han conseguido alzarse con este título y a los que, con bastante épica, han quedado en el camino.
R
TENIS EN EL RECUERDO El Campeonato de Francia fue abierto a los extran-
50 > CLASE
TRAS
EL ARRANQUE DE LA
COPA DAVIS,
REVIVIÓ EL FERVOR LOCAL POR LA RAQUETA.
PERO,
PARA LOS MÁS EXIGENTES,
ES APENAS EL PRECALENTAMIENTO DE CARA AL
GRAND SLAM
FRANCÉS, QUE
SE DISPUTARÁ EN MAYO. CURIOSAS DEL
ABIERTO
ANÉCDOTAS
MÁS SOFISTICADO
DEL DEPORTE BLANCO.
Txt: Federico Cornali jeros recién en 1925. ¿Cómo se explica, entonces, que la primera edición (1891) haya sido ganada por un foráneo? Es que ese torneo inaugural se disputó en el club de rugby Stade Français y los miembros de esa institución que residían en Francia tenían derecho a participar. El británico Herbert Briggs reunía ambas condiciones y les quitó el honor a los lo-
Pasión sudamericana Además de los mencionados éxitos de Vilas y Gaudio, otros dos sudamericanos conquistaron Roland Garros. El ecuatoriano Andrés Gómez brilló en 1990, venciendo a un joven Agassi en la final. Siete años después, el brasileño Gustavo Kuerten (66º del mundo) dio el batacazo y se quedó con el título, que volvería a ganar en 2000 y 2001. Guga se convirtió en otra gran leyenda sobre el polvo de ladrillo.
cales de levantar la primera copa. Tiempo después, en 1927, Francia consiguió un sorprendente título de Copa Davis en los Estados Unidos y ante el poderoso equipo del país anfitrión. El heroico cuarteto estaba conformado por René Lacoste –el fundador de la marca del cocodrilo–, Henri Cochet, Jean Borota y Jacques Brugnon. Conocidos como Los cuatro mosqueteros, su hazaña en Filadelfia propició la construcción del nuevo estadio Roland Garros, inaugurado un año después. Aún en la década del ‘20, cuando los triunfos eran de exclusividad franca, apareció una de las grandes heroínas del tenis mundial: Suzanne Lenglen ganó 6 campeonatos con un estilo exquisito, pura técnica. Como nadie hasta ese momento, en su carrera consiguió 31 títulos de Grand Slam, 12 como singlista. Bautizada La Divina, fue la primera gran superestrella del tenis femenino. En reconocimiento, la copa que se le entrega a las campeonas de Roland Garros y uno de los estadios principales del certamen, llevan su nombre. La llegada de la Segunda Guerra Mundial suspendió la organización –al menos, oficialmente– del torneo. Y Roland Garros vivió su etapa más oscura: en el predio fueron recluidos disidentes políticos y, principalmente, judíos que luego serían enviados hacia campos de concentración durante la invasión alemana. La Federación Francesa de Tenis intentó arrancar esa página negra, pero el escritor húngaro Arthur Koestler revivió aquella odisea en su libro Oscuridad al mediodía: “Éramos unos 600, vivíamos debajo de las escaleras de Roland Garros. Nos autodenominamos Los cavernícolas”.
REVOLUCIÓN CONTRA LA RED La década del ‘60 le abrió la puerta al tenis español con los triunfos del gran Manuel Santana en 1961 y 1964. Pero el gran sello de la época en la arcilla pa-
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El Rolanga de los argentos
A nuevo Dentro de dos años, Roland Garros será reinaugurado. La cancha central, llamada Philippe Chatrier, contará con un techo retráctil, para recibir los partidos más allá de las condiciones climáticas. Además, se mejorarán los accesos para el público.
risina fue el clásico australiano entre Roy Emerson y Rod Laver. El país oceánico era la gran potencia de entonces, ya que Fred Stolle, Tony Roche y Ken Rosewall también fueron monarcas allí. Así, los ozzies consiguieron 7 de los 10 títulos en disputa. Luego, Andrés Gimeno tomó el relevo de Santana y en 1972 le dio un nuevo título al tenis español. Pero para que la superioridad de La armada se hiciese notoria aún habría que atravesar uno de los momentos más calientes de la historia de Roland Garros. Björn Borg, El sueco de hielo, fue el emperador de aquella década en la rama masculina, obteniendo 6 campeonatos de manera casi consecutiva (1974, 1975, 1978, 1979, 1980 y 1981). Además de su éxito deportivo, aquel jovencito bohemio era el gran favorito de las adolescentes: en París, le arrojaban ropa interior, corrían para abrazarlo y lloraban al verlo pasar. Pero la década del ‘70 no fue propiedad exclusiva del escandinavo, sino que también propició el nacimiento de un tenis más vistoso, con elegantes superatletas que llevaron el deporte a otro nivel. Eran artistas que
impulsaron la evolución. Las canchas de Roland Garros sirvieron como escenografía de los titánicos duelos entre Borg y John McEnroe –conocido como Fuego vs. Hielo, por sus antagónicas personalidades–, y los disputados por McEnroe y Jimmy Connors. También se destacaron los cotejos Vilas-Borg y VilasWilander. Entre las mujeres, fue Chris Evert quien se llevó buena parte de los títulos a partir de 1974. La estadounidense tuvo rivales de peso, pero nada comparable con lo que tendría que soportar al enfrentarse a su compatriota de origen checo Martina Navratilova y a la alemana Steffi Graff, quienes marcarían el ritmo a partir de allí, repartiéndose títulos y finales hasta mediados de los ‘90. Graff se convirtió en la número uno del mundo rápidamente pero, vaya paradoja, sus juegos más recordados en Roland Garros son las finales perdidas ante la española Arantxa Sánchez Vicario (1989) y la serbia Mónica Seles (1990). Entre los hombres, las victorias de Ivan Lendl, el sorprendente Michael Chang, Jim Courier y hasta el ecuatoriano Andrés Gómez (derrotó a Andre Agassi en la definición) le dieron paso a lo que, con el tiempo, se transformaría en tradición: los campeones españoles. Porque fueron 14 los títulos de La armada en las últimas 25 ediciones del torneo parisino. Entre ellos, se cuentan los 9 éxitos de Rafael Nadal, quien se convirtió en el campeón máximo de Roland Garros. No se discute: Rafa es el rey de este certamen sin importar su actualidad, un tanto tambaleante. La primera víctima del de Manacor fue el argentino Mariano Puerta, en la final de 2005. Luego se transformaría en actor principal de las pesadillas de Roger Federer (campeón en 2009), quien debió sufrirlo en las definiciones de 2006, 2007, 2008 y 2011. Tampoco
Fue Guillermo Vilas quien marcó el camino para los argentinos en París. En 1977, Willy tuvo una temporada arrasadora, donde ganó casi todo lo que jugó. Sólo cedió un set (ante el chileno Belus Prajoux) en su camino al título en Roland Garros. En la final, vapuleó al estadounidense Brian Gottfried por 6-3, 6-0 y 6-3. Además, perdió otras tres definiciones: ante Borg (1975 y 1978) y ante Mats Wilander (1979). En 2003, un ascendente Guillermo Coria batió a Agassi y cayó en semifinales ante el sorprendente holandés Martin Verkerk. Pero sería 2004 el año del Roland Garros más argentino de todos: en aquella edición, Coria, David Nalbandian y Gastón Gaudio accedieron a semifinales, junto al británico Tim Henman. Coria despachó fácilmente al europeo y Gaudio, la gran sorpresa de aquel torneo, hizo lo propio con el cordobés. En una final histórica, Gaudio levantó dos sets en contra y, entre lágrimas, abrazó el trofeo en la Ciudad Luz. En 2005, Mariano Puerta llegó a la final pero no pudo con Nadal, quien se adueñaría de Roland Garros a partir de allí. Nalbandian accedió hasta semifinales en 2006 y Juan Martín Del Potro cayó en la misma instancia en 2008. se salvó de la furia de Nadal el actual número uno indiscutido, Novak Djokovic (2012 y 2014), quien tiene a Roland Garros como materia todavía pendiente. ¿Será 2016 el año del serbio? En 2015 también se le negó ante el último campeón, Stanislas Wawrinka, el “menos genial” entre los suizos. En el circuito femenino, Serena Williams y Maria Sharapova se dividieron los títulos desde 2012 y hasta 2015. Aunque la estadounidense tiene tres, en rigor, ya que en 2002 había derrotado a su hermana, Venus, en un choque inédito en la definición del clásico Abierto francés. ¿Podrá Serena alcanzar a la belga Justine Henin como la más ganadora de esta era en la edición que comienza a disputarse en mayo próximo? Las posibilidades son ciertas. Aunque las sorpresas también forman parte de la cultura del torneo más importante sobre canchas lentas.◆
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