Revista Aviación Agrícola Argentina, Edición Nº 30

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Nro. 30 | Año IX | Abril / Mayo /Junio 2020

Protegiendo poblaciones desde el aire En 2020 no sólo el COVID-19 ha golpeado seriamente a la Argentina, sino también el dengue. La Aviación Agrícola jugó un papel preponderante en muchas localidades, a la hora de combatir el mosquito que transmite la enfermedad, reduciendo su población de una manera efectiva, con bajo costo y mayor cuidado de la salud y el ambiente.

Siembra aérea: Una tecnología que vino para quedarse

Sinergia para alcanzar la excelencia



SUMARIO Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas La Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas es una entidad sin fines de lucro creada para desarrollar, fomentar y difundir la Aviación Agrícola en todas sus aplicaciones. Es la representante de la Aviación Agrícola Argentina La aviación agrícola es un sector de vital importancia dentro de la aviación y de la industria agropecuaria. Se compone de individuos y pequeñas empresas que utilizan las aeronaves para ayudar a los productores rurales en la producción de alimentos, fibras y biocombustibles en forma segura, asequible y abundante. Desempeñan un papel importante en el desarrollo de la economía argentina. Es su misión trabajar en conjunto con otras entidades gubernamentales y organismos oficiales relacionados con la actividad del sector agropecuario, para formular y ejecutar iniciativas que tiendan a la protección, mejoramiento y progreso de la actividad agro aérea en el país y el MERCOSUR. Fe.Ar.C.A. se conformó legalmente en 1996, y desde entonces funciona sin interrupción, alcanzando importantes objetivos. Forma parte del Comité de Aviación Agrícola del Mercosur integrado por los directivos de las distintas Federaciones que representan a Brasil, Uruguay y Argentina. Además FeArcA forma parte de la Red de Buenas Prácticas Agrícolas conformada por más de 90 instituciones del agro argentino. En el ámbito aeronáutico, la Federación integra el Comité Consultivo de Aviación Civil, el cual es convocado por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). Esta formada por sus Cámaras socias CÁMARAS ASOCIADAS:

CANOA CAPBA CEAC MIEMBRO OFICIAL DE:

CEACH CEASFE CEAER

Autoridades FeArCa Período 2018-2020 CONCEJO DIRECTIVO FEARCA

Abril / Mayo / Junio 2020

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Fearca en acción

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Una tecnología que vino para quedarse

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El dengue puede ser eliminado con la aeroaplicación argentina

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Argentina, el primer país del mundo en desinfectar con aviones

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El trabajo aéreo durante la cuarentena

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Los Protocolos y procedimientos ¿Y para qué sirven?

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Las aplicaciones de Fitosanitarios en tiempos de COVID-19

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Los Weatherly

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Sindag

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Sinergia para alcanzar la excelencia

Presidente Mauricio Fargioni (CEASFE) Vicepresidente Diego Martínez (CEAC) Secretario Sebastián Diruscio (CANOA) Tesorero Eduardo Olmedo (CEACH) Vocales Titulares Walter Malfatto (CAPBA) Sebastián Alzamendi (CEAC) Fernando Camarda (CANOA) Vocales Suplentes (2018-2020) Juan Molina Andrés Fargioni (CEASFE) Comisión revisora de cuentas FeArCA Titulares Bruno Del Archiprete Jorge Boca Suplente Guido Kindwerley Aviación Agrícola Abril / Mayo / Junio 2020

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EDITORIAL

ABRIL / MAYO / JUNIO 2020

Contacto de redacción y auspicios director@fearca.org.ar Revista N° 30 Abril / Mayo /Junio 2020

STAFF

Dirección General Danilo Cravero

Pandemia y compañía El año 2020 tiene asegurado un lugar en la historia, COVID 19, riesgo país, dólar imparable, inflación, dengue, cuarentena, etc. En medio de todo esto nuestra actividad, a Dios gracias, pudo desarrollarse casi normalmente. Desde FEARCA seguimos trabajando a pesar de las restricciones de público conocimiento, las plataformas digitales han sido una herramienta importante a la hora de tratar temas con los organismos como ANAC (tema CETA, LAD) y EANA, por actividades en la región norte del paralelo 29. Es importante saber que se han hecho convenios con compañías de seguros, empresas privadas, cadenas de hoteles y compañías de viajes, buscando beneficios para nuestros asociados. Párrafo aparte merecen las aplicaciones de control de vectores en distintas ciudades del país, con resultados excelentes, demostrando que el avión es una herramienta necesaria para la defensa de la salud y el medio ambiente. Se ha formado un equipo técnico para esta problemática, con profesionales idóneos en materia de aplicación y control de mosquitos, que han elaborado un protocolo para tal fin. Para ir cerrando, debo decirles a todos nuestros colegas que no bajemos los brazos, que es muy necesario seguir apoyando nuestras instituciones y a los más jóvenes a seguir la huella marcada que han dejado durante años personas que abrazan esta actividad, tanto como nosotros y ustedes. Quiero agradecer también a todos aquellos que han dado y siguen dando su esfuerzo y apoyo, que desde el anonimato están siempre. Un afectuoso saludo y sigamos adelante.

Auspicios y colaboraciones Ignacio Lazcano Tel: +54 9 341 624 7537 revista@fearca.org.ar Información ANEPA Néstor Hugo Santos secretaria@anepa.org.uy Información SINDAG sindag@terra.com.br Edición y publicación Santiago Rivas prensa@fearca.org.ar Diseño editorial Mr Urbina ® Oficina Administrativa España 848 (S2000DBR) Rosario Santa Fe, Argentina Tel: +54 341 3712662 Sede Oficial Aeropuerto Villa María, Cordoba Email | revista@fearca.org.ar Web | www.fearca.org.ar AVAGAR La revista de la Aviación Agrícola Argentina N°30 | Año 9 | Abril / Mayo / Junio 2020

Revista editada por FeArCA Distribución gratuita Tirada 500 ejemplares

Asociaciones invitadas ANEPA (Uy) www.anepa.org.uy SINDAG (Br) www.sindag.org.br Suscripción revista@fearca.org.ar

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Aviación Agrícola Abril / Mayo / Junio 2020





FEARCA EN ACCIÓN

La profesionalización y la mejora de procesos como pilares fundamentales Contar con un grupo humano, un equipo interdisciplinario que funcione de manera dinámica y estratégica, resulta ser unos de los engranajes que permiten crear, bajar a tierra y poner en marcha grandes proyectos. Por: Danilo Cravero - Director Ejecutivo FEARCA

Este 2020 nos trae grandes desafíos, como individuos y como sociedad, y nos impulsa un poco más a tomar consciencia del rol que ejercemos como parte del medio que nos rodea. Esto significa que debemos reorientar nuestros objetivos y ponernos a trabajar en soluciones superadoras con un enfoque más humano, más integrativo. Es un hecho. Hoy más que nunca, y con este planteo, desde FEARCA y cada Cámara redefinimos nuestra gestión y servicios. 8

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Desde sus inicios, una misión: trabajar en conjunto con otras entidades gubernamentales y organismos oficiales relacionados con la actividad del sector agropecuario, para formular y ejecutar iniciativas que tiendan a la protección, mejoramiento y progreso de la actividad agroaérea en el país y el Mercosur. Estas palabras, escritas en un libro de actas el 2 de noviembre de 1996, en el natalicio de esta entidad, marcaron el camino. Con el paso de los años y enfrentando

todo tipo de desafíos, los representantes y equipos que llevaron (y llevan) adelante esa misión, han logrado concretar lo que hoy en día somos, la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas. Todo ese crecimiento ha dado sus frutos. Hoy en día, la entidad que representa a todos los aeroaplicadores, cuenta con un grupo humano de directivos y equipos de trabajo interdisciplinario con un excelente nivel profesional y de gestión. Además de esto, cuenta con una


FEARCA EN ACCIÓN coordinación y colaboración mutua entre todos sus integrantes, lo cual, permite una gestión más eficiente en el día a día y ante los nuevos desafíos. Otro punto, sumamente importante, que se ha gestado, es la generación de mejores servicios de atención a los asociados y la obtención de mejores precios en la compra de servicios e insumos a través de acuerdos con proveedores del sector y afines. Todo esto se visualiza en lo que hoy es el Programa de Beneficios FEARCA, al cual lo socios de las Cámaras pueden acceder. Parte de todo este trabajo que se viene desarrollando se puede ver las gestiones y encuentros que se dieron en estos últimos meses, por mencionar alguno de ellos:

La entidad firmó un convenio de trabajo con MACK, una consultora innovadora integrada por profesionales multidisciplinarios con más de 20 años de experiencia. El objetivo principal del acuerdo es lograr un reposicionamiento de la Federación ante las autoridades del poder legislativo, ejecutivo y judicial, organizaciones intermedias y colectivos ambientalistas, a efectos de destacar los beneficios y fortalezas en la imagen de la Aviación Agrícola en la comunidad. La iniciativa apunta también a seguir incentivando la profesionalización de la actividad aeroagrícola a través de la organización de nuevos eventos de capacitación (seminarios, talleres o jornadas) de nivel académico y alcance regional. Además, la consultora brindará Firma de acuerdo con informes y estadísticas MACK Aerospace sobre el sector y la activi-

dad. Beneficios YPF en Ruta A través un convenio firmado con YPF SA, los asociados podrán acceder al programa de la empresa que está destinado a cubrir las necesidades de abastecimiento y administración de flotas de vehículos, tanto de carga como de pasajeros, movilidad en general, mediante el uso de una tarjeta de beneficios con precios diferenciales especiales, sobre los precios de venta al público, en combustibles y lubricantes, otros productos y servicios, adaptables a las necesidades y requerimientos de cada empresa adherida. FEARCA rubricó el acuerdo, ya que representa su misión: otorgar beneficios al sector, a los fines de promover el fortalecimiento de la Aviación Agrícola en todas sus aplicaciones, defendiendo y promoviendo los intereses generales


FEARCA EN ACCIÓN del sector, difundiendo y trasladando las mejores prácticas entre sus asociados en pos del bien común de la organización.

septiembre, convirtiéndose en la primera exposición de campo totalmente digital. Se destacó que se procura “generar oportunidades de negocio, charAgronea las y capacitaciones”.

Presentación Virtual Se presentó formalmente y también de manera virtual el evento que se realizará del 21 al 26 de

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ción y capacitaciones para los aeroaplicadores en el marco actual, se realizaron una serie de jornadas online con el objetivo de brindar herramientas y consejos útiles para la labor diaria del aeroapliTardes de Hangar y cador, crear un espacio Mate de intercambio fluido de Con el objetivo de mante- conocimientos y experienner un nivel de interac- cias, fortalecer el vínculo

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FEARCA EN ACCIÓN entre empresas, Cámaras y Federación y dar a conocer el rol y trabajo de las instituciones.

se produjo un intercambio de información respecto de la actividad que se viene realizando en Argentina para el control de las Reunión del Comité Ae- mangas de langostas. roAgricola Mercosur. Durante el encuentro virEl control de las plagas tual se compartió inforde langostas como eje mación con los integrancentral tes del Sindicato Nacional FeArCA participó del en- de Empresas de Aviación cuentro virtual del Comi- Agrícola de Brasil (SINté MERCOSUR en el que DAG) y Asociación Na-

cional De Empresas Privadas Aeroagrícolas de Uruguay (ANEPA) acerca de cómo se ingresó la plaga en el país, cómo se monitorea y cuáles medidas se toman, cuál es el trabajo que se hace de manera aérea para el control de plagas, cómo funciona el sistema de alerta, la composición de productos que se utilizan y las técnicas.

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Una tecnología que vino para quedarse Los cultivos de cobertura con siembra aérea vienen creciendo en el país, para mejorar el manejo de malezas, la captura de nitrógeno, la estructura de los suelos y ofrecer más pasto para la hacienda en los campos mixtos. Por: Santiago Rivas

La siembra aérea viene creciendo en algunas partes del país de la mano de los cultivos de cobertura, aportando las ventajas de poder ingresar antes al lote, cuando aún no se cosechó el cultivo anterior y sembrar de una manera más rápida. Hablamos con Daniel Gómez, de Peman Semillas, quien se especializa en la siembra aérea de cultivos, sobre lo que hoy se está realizando en el país. Con oficina en Cha12

rata, cubre todo el NEA, habiendo comenzado inicialmente en siembra de pasturas, a lo que ahora han sumado cultivos de servicio o de cobertura. Inicialmente, la siembra aérea en la zona comenzó apuntando a la siembra de pasturas para campos ganaderos, con gatton panic, que se enrollaba antes de la siembra de primavera. “Yo en lo que más he tenido experiencia es en el uso de gatton mezclado con gra-

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mas. También en ambientes donde se hizo siembra de grama rhodes en suelos donde era imposible entrar porque eran muy salinos y si hacías una modificación de esos ambientes, o sea mover el suelo, iba a agravar la situación. Se logaron muy buenos resultados con la aplicación de herbicidas con el avión y después de que se hacía la desecación, la siembra también con avión”. Como explica Daniel, no


SIEMBRA AÉREA tenían tanta experiencia en cultivos de cobertura, ya sean de avena, centeno, triticale o melilotus. “Ahora hay otras especies más, como la vicia, o sea, año tras año se van usando y se van conociendo otros tipos de especies, también se están recomendando mezclas”. Daniel agrega que los cultivos de servicio de cobertura se empezaron hace unos tres años, y vienen viendo muy buenos resultados, “se arrancó básicamente con avena criolla, qué era lo que se conocía más. Después se empezó a tener conocimiento de centeno, triticale y vicia. El melilotus lo teníamos en la zona de Formosa, hacíamos la siembra en un lote

de maíces que iban a picado, que al no tener tanto movimiento de suelo necesitan que se devuelva un poco de nitrógeno al suelo. Entonces se hacía cuando se terminaba de picar. Este tipo de cultivos comenzó recién hace unos diez años en el NEA, comenzando por avena sobre lotes de soja. “En el lote de soja que ya estaba prácticamente terminando, en R5 o R6, se sembraba como para generar una cobertura y de paso también darle un aprovechamiento en muchos campos donde tienen también ganadería, para que el cultivo de servicio no sea un costo tan elevado y tampoco el sistema de la siembra con avión, que para mí es muy

eficiente”. Así, año tras año se ha ido mejorando en lo que es la distribución básicamente la semilla y en el manejo de diferentes tipos de lotes, “porque en realidad lo que hay que buscar es, no solamente controlar las malezas, sino que también a veces se busca mejorar un poco el suelo. Hay muchos suelos que están degradados de tantos años de monocultivo. Por ejemplo, acá en la zona se hace mucho monocultivo de algodón y en esos lotes de algodón se están usando la siembra de melilotus o siembra de vicia, con el fin de no solamente generar la cobertura para contrarrestar las malezas que hoy son difíciles de controlar, sino que


también desde el punto de vista de mejorar la fertilidad del suelo, o sea de devolverle el nitrógeno que fue perdiendo a través de los años” explica Daniel. La suma de nuevas variedades fue acorde al objetivo que se persigue, “si uno lo toma solamente como un cultivo de cobertura, se viene haciendo avena y centeno, pero no te devuelven nitrógeno cómo pueden hacerlo las leguminosas como el melilotus o la vicia” cuenta Daniel. A eso se suma el lote y sus necesidades. “Hoy también se está usando el lado forrajero, que también entra dentro del planteo y también puede mejorar la estructura del suelo, tener un poco cobertura haciéndolo mezclado, con melilotus y avena, buscamos mejorar el suelo desde el punto de vista nutritivo y

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también generar cobertura. Yo creo que las mezclas de estas especies se van a venir a futuro, más que nada porque, ante la situación de todos los lotes, casi siempre tenés que mejorar no solamente el control de malezas, sino también la fertilidad del suelo. Creo que la combinación de gramíneas con leguminosas es lo que se viene a futuro”. En este sentido, hoy se usa tanto como cultivo de cobertura como para campos ganaderos en los que luego sueltan vacas en el lote. “usar un cultivo de cobertura solamente para generar, como quien dice, cobertura, tiene un costo elevado. Sumando el costo de la siembra y después lo comparás con el valor de las aplicaciones que tenés que hacer para un barbecho, de la cosecha de un cultivo a la siembra de

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otro, los números son muy parecidos, entonces termina siendo más beneficioso si tenés la posibilidad de darle una utilidad haciéndole un pastoreo a ese lote. En los ambientes de actividad mixta se están portando mucho mejor que en una actividad netamente agrícola. Obviamente que también en la actividad agrícola se ven ventajas, por eso hoy se está tratando de probar para que su beneficio no sea solamente el control de malezas, sino también mejorar un poco la fertilidad de los lotes”. Ensayos Consultado sobre los ensayos de mejora de rendimiento en los cultivos agrícolas que siguen a los de cobertura, Daniel Gómez explicó que “hay muy buenos resultados. En el caso de algodón, cuando haces


SIEMBRA AÉREA una vicia o un melilotus, la respuesta del cultivo siguiente es impresionante, porque son monocultivos. Acá el algodón lo sembrás en octubre o noviembre, lo terminas cosechando ya sobre fines de abril o mayo y ahí es donde se vuelve a sembrar el cultivo de cobertura. Antes se hacía básicamente con melilotus, porque muchos de los ambientes donde se sembraba algodón son suelos salinos, donde el melilotus anda muy bien. Pero no sé tenía el conocimiento de que la vicia también podía llegar a tolerar niveles de sales, no muy salinos, pero sí algún ambiente donde hay algo de salinidad. La vicia tiene un comportamiento bastante bueno, no como el melilotus, pero son alternativas. Inclusive se hicieron también experiencias de tirarlos mezclados, porque los suelos son bastante heterogéneos

y no en todo el mismo lote tenés los mismos niveles de salinidad”. En cuanto a la fecha de siembra, Daniel destacó que hay que tomar como fecha inicial, dependiendo del cultivo, los temas de precipitaciones y temperaturas, desde fines de marzo hasta no más del 15 o 20 de mayo porque esa zona es muy variable. Este año fue bastante atípico, bastante seco. La campaña anterior hemos tenido un exceso de agua e inclusive hemos podido sembrar hasta junio. Estas especies te dan la posibilidad de sembrar hasta Julio, el tema es lo que te pueda generar de cobertura, obviamente por el hecho de sembrarlo más tarde es menor lo que te puede ofrecer. Cuanto más temprano lo sembrás es mucho mejor porque se desarrolla mejor el cultivo y aprovecha también la humedad que está en oto-

ño. Nosotros normalmente tenemos inviernos muy secos, entonces, si no lo sembrás en el momento en que tenés buenas condiciones se puede llegar a producir un fracaso. También vemos que hay algunas heladas en algunos años cuando son muy secos y, por más que sean especies que toleran la helada, por ahí los fríos muy consecutivos pueden afectar su desarrollo. Entonces, como fecha temprana sería a fines de marzo, no muy temprano porque tenemos temperatura alta, que puede significar la emergencia temprana de estos cultivos, y no pasarte del 15 de mayo”. Con respecto a hasta cuantos días antes de la cosecha del cultivo anterior se puede sembrar, Daniel Gómez explicó que lo principal es que el cultivo este prácticamente terminado. En soja se puede hacer

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cuando ya está en estados R5 o R6, aunque depende mucho del año. “Si tenés un año donde viene mucha lluvia, dónde podés tener problemas de piso al momento de la cosecha, no hay que apresurarse mucho, porque este cultivo también va a hacer que se te dificulte entrar. Si después tenés un temporal, que a veces son tres, cuatro o cinco días de llovizna que no te dejan entrar, se te termina complicando la cosecha. Entonces, en vez de ser beneficio, el cultivo de cobertura termina siendo una complicación para la cosecha. Casi siempre se trata de sembrar en el estado máximo de madurez de los cultivos, en el caso del maíz es cuando se están prácticamente secando, tratar de buscar siem-

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pre ese momento” afirma Daniel, aunque agrega que en algunos años se ha hecho en un estado anterior, por lo que depende de las condiciones. Estos cultivos necesitan entrada de luz y temperatura, por lo que no conviene apresurarse y hacer la siembra cuando ya vaya a haber condiciones para que empiece a germinar. Costos y superficie En cuanto a los resultados económicos, a la hora de compensar el costo de la siembra, Daniel explica que “los costos que están hoy no son elevados. Obviamente que si uno compara con una siembra terrestre es un poco más caro, pero lo que vos lográs con la siembra aérea es hacer grandes superficies

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en poco tiempo, también hacerlo, a lo mejor, en un momento sabiendo que va a llover, porque hoy los pronósticos a veces no le erran. Entonces, con un avión podés ir tranquilamente a una la superficie que no lo haces en forma terrestre. O sea que, los costos pueden no ser altos en realidad. A veces te cobran un poco más porque no tienen pista, yo a la mayoría de los clientes que asesoro les digo que siempre se hagan una pista en el campo, porque eso es fundamental. Obviamente que el avión, si tiene que ir hasta un lugar y volver y volar más tiempo, los costos serán mucho más altos, pero para mí es muy ventajoso desde el punto de vista de la superficie que hace en poco tiempo”.


Aviación Agrícola Julio/Agosto/Septiembre 2018

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Actualmente, se siembran unos 30 a 40 kilos de semilla por hectárea, con lo cual, en un avión turbohélice se pueden hacer entre 25 y 30 hectáreas por vuelo. “A lo mejor podés cargar más kilos, pero a veces cuando pones mucho, por ahí se te dificulta la distribución, normalmente en un vuelo tenés que estar entre 25 y 30 hectáreas, que es lo que te puede llegar a hacer un avión tranquilamente” afirma Daniel, que agrega que “eso permite que en un día se puedan hacer lotes de 500 hectáreas tranquilamente y hasta más. En el caso de siembra de gatton panic, que se usan 5 kilos por hectárea, hemos llegado a hacer hasta 800 o 1000 18

hectáreas en el día, trabajando desde temprano y teniendo la pista cerca del campo. El manejo de los cultivos de cobertura es bastante simple y luego de la siembra no se hacen otras labores, excepto si hay algún ataque de insectos, “pero el caso de las pasturas sí, yo siempre recomiendo en siembras hasta doble aplicación, con avión. La mayoría de los cultivos se siembran en la primavera, hacer una desecación a la salida del invierno, por septiembre, esperar a la lluvia que llega en octubre, al posible brote que puede llegar a venir, y hacer nuevamente una desecación y siembra o hacer siembra y desecación. Casi

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siempre se hace la aplicación primero y después se siembra. Hoy hay muchos herbicidas, no hace falta tocar el suelo qué con desecaciones anda muy bien. Inclusive ya en pastura implantada tenemos experiencia del uso de herbicidas que son selectivos”. El agua Otro aspecto importante es el manejo del agua, al contar con cultivos todo el año, Daniel Gómez explicó que en años lluviosos no solo hacen cultivos de cobertura por el control de malezas, sino que también como para sacar un poco el perfil. “Porque venían muy sobrecargados, entonces uno necesitaba sí o sí los cultivos como para que


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chupen un poco. Los cultivos que más extraen son la vicia y la avena. Cuando vos sabés que va a venir un niño, como normalmente nosotros tenemos los inviernos secos, por ahí es preferible hacer el centeno, porque es un cultivo que no te saca tanta agua del perfil, ni tantos nutrientes. Esas son ventajas para nuestra zona, donde tenés los inviernos bastante secos y cuando necesitás después hacer la desecación de ese cultivo”. Así, en los campos que son netamente agrícolas, los cultivos de cobertura se secan antes de la siembra 20

después del cultivo de verano. “Lo que se está haciendo en estos últimos años, como para ver el tema de aporte de nitrógeno, antes se los desecaba ya cuando los cultivos estaban en la etapa reproductiva final y lo que se ha notado es que si vos desecás en estado reproductivo avanzado, o sea, que haya semillado, en el caso de un melilotus o una vicia, lo que ves es que no devuelve tanto nitrógeno al suelo, porque también extrae. Entonces se está tratando de hacer una desecación un poco más temprano”. El futuro de la siembra de

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cultivos de cobertura es promisorio y, cómo indica Daniel, en el país “cada vez se habla más del tema y se está usando más. Yo considero que es una tecnología que vino para quedarse. Creo que la siembra aérea es una tecnología que está siempre disponible, pero a veces uno considera que no es lo aconsejable porque piensa que se puede hacer una siembra de precisión terrestre, y hoy la verdad que la siembra aérea ha mejorado mucho, la precisión que se tiene es impresionante y son dos tecnologías que vienen para quedarse”.



El dengue puede ser eliminado con la aeroaplicación El coronavirus no es la única amenaza en Argentina. El país, además, está atravesando una emergencia epidemiológica producto de la gran cantidad de casos confirmados de dengue y el aumento de los fallecidos.

Sin mosquito no hay dengue La Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (Fearca) advierte que la reproducción del mosquito vector podría ser totalmente erradicada con la labor del aeroaplicador y para dar curso a esto, como solución a la problemática, solicita el trabajo interdisciplinario de los organismos del Estado. Con un solo avión se podría hacer el trabajo de una ciudad 22

como Rosario en un día. El mosquito Aedes aegypti, vector transmisor de la enfermedad, vive en hábitats urbanos y se reproduce principalmente en recipientes artificiales. La forma de erradicar el Dengue, Zika y Chikungunya no es el tratamiento de la misma en el infectado sino a través de operativos de eliminación de los criaderos de Aedes aegypti. En este sentido la aeroaplicación tiene casos

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testigos en los que ha sido altamente efectiva, como sucede año a año en la localidad de Venado Tuerto, en la cual el municipio tomó la determinación de realizar tratamientos aéreos con productos que no implican ningún riesgo para el medio ambiente ni tampoco para salud humana. Esta modalidad podría aplicarse en todo el país dando solución a la emergencia epidemiológica. La


ACTUALIDAD

aplicación aérea tiene, entre sus ventajas, llegar a lugares que las aplicaciones terrestres no acceden, cubrir mayor cantidad de superficie en menor tiempo y con menor cantidad de productos cuidando el medio ambiente y la salud de las personas. “La actividad de la aeroaplicación es efectiva y eficiente para dar solución, con un solo avión se podría llegar a la cobertura de ciudades como Rosa-

rio en un día”, dijo el aeroaplicador Juan Molina e integrante del Consejo directivo de Fearca y agregó: Clorinda, que es una de las ciudades más afectadas, al límite con Paraguay, podría ser cubierta con una sola hora de vuelo que, además sería muy económico”.

una cuestión de salud pública, por eso se ponen a disposición con un protocolo de acción, elaborado junto con el Grupo APC, que incluye determinaciones en cuanto a la selección de productos, equipos de aspersión, calibración, tamaño de gotas, volumen, viento, temperatura, tiempo de tratamiento, enProtocolo de acción, ges- tre otros; como también la tión público-privada capacitación de los pilotos. Desde la Federación en- “Tenemos una red de aetienden que se trata de roaplicadores distribuido


por todo el país que está preparado para contribuir en su zona de influencia, en lo inmediato para dar solución a la problemática y que, a futuro, sea una manera sistemática para prevenir”, dijo Mauricio

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Fargioni, presidente de Fearca. En ese sentido, sugieren una acción de ejecución público-privada, es decir, que con celeridad los distintos organismos del Estado, aquellos competentes a la

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regulación de la actividad aérea, como también los que son responsables de salud y sanidad, trabajen interdisciplinariamente para dar solución a este gran problema que enfrenta la Argentina.



Argentina, el primer país del mundo en desinfectar con aviones

En la provincia de Mendoza, se realizó el primer operativo de limpieza y desinfección a través de aviones como medida preventiva para paliar la pandemia que estamos transitando tanto en Argentina como en el mundo. Con el objetivo de prevenir el Coronavirus, el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (Iscamen), entidad que depende del Senasa, llevó adelante un operativo multidisciplinario junto a la empresa Aerotec. La misma realizó aplicaciones aéreas con una solu26

ción de agua, cloro y aditivos antievaporantes en las zonas de la plataforma, estacionamientos y accesos de la terminal aérea de la ciudad de Mendoza. “Esta acción es parte del compromiso de Aerotec en poner las herramientas aéreas por el bien de la comunidad en general”, sostuvo Diego Cardama, gerente general de la compañía y resaltó: “Lo hacemos en épocas normales asistiendo en seguridad, lucha contra incendios, inspección de ductos, líneas de transmisión de energía,

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y trabajos agroaéreos”. De esta manera, Aerotec decidió trabajar mancomunadamente en beneficio a la salud de las personas. “Debido a la complicada situación que estamos atravesando, decidimos trabajar, teniendo en cuenta la experiencia obtenida y los medios aéreos con todas sus ventajas, al servicio de la salud”, finalizó Cardama. Según fuentes obtenidas, sólo el gobierno chino utilizó drones, por medio de una empresa tecnológica, que también ayudó a países vecinos. Pero no hay re-


gistros de otros lugares en que se haya implementado esta operación de desinfección aérea como la que se realizó en la provincia de Mendoza, Argentina. Cabe destacar que el operativo también incluyó desinfecciones terrestres e internas de la terminal, coordinado por el Iscamen que contó con el apoyo de todos los organismos y entidades que son parte del trabajo cotidiano de la Aeroestación, tales como la ANAC, el EANA, la PSA, Aeropuertos Argentinos 2000, migraciones, aduanas y TCA, entre otras. Aerotec nuevamente demostró con hechos que es una empresa con tecnología de punta a nivel mundial y, que estando al alcance de nuestras manos, es posible prevenir una pandemia.


El Trabajo Aéreo durante la cuarentena Las historias trascendentes de los invisibles de siempre Por: Gustavo Marón

Parece que hubieran pasado diez años, pero la cuarentena dispuesta por el Poder Ejecutivo Nacional para resguardar a la sociedad argentina de la pandemia de Coronavirus comenzó el 20 de marzo de 2020, hace casi dos meses. Ha sido la paralización de la vida social lo que nos ha dado esta sensación de eternidad, de plasticidad del tiempo, como si todo se hubiera detenido. Pero en la Argentina cuarentenada el Trabajo Aéreo prácticamente no se detuvo y fue, de hecho, la única actividad de Aviación Civil que apenas sufrió los efectos del aislamiento, aunque pocos lo hayan visto y otros muchos hayan preferido negarlo, como veremos a continuación. Antes de entrar de lleno en la verdadera opereta que nos ha tocado vivir en este tiempo, conviene recordar cómo se encontraba el Trabajo Aéreo antes de que fueran dispuestas 28

les medidas de aislamiento social preventivo y obligatorio. Para ello basta retrotraernos a ese lejano 22 de enero de 2020, cuando la Licenciada Paola Tamburelli fue designada Administradora de la ANAC, 43 días después de la asunción del Dr. Alberto Fernández como nuevo Presidente de la Nación. La referencia temporal sería meramente anecdótica de no ser porque la ANAC se encontraba virtualmente paralizada desde el 27 de octubre de 2019, fecha en que se produjeron las elecciones presidenciales que pusieron fin a las aspiraciones de continuidad del Ingeniero Mauricio Macri. Desde entonces pasaron 87 días hasta la asunción de la Lic. Tamburelli, pero pasarían otros treinta días hasta la designación del Ingeniero Electrónico Oscar Luis Donikian al frente de la Dirección Nacional de Seguridad

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Operacional (DNSO), la repartición de la ANAC de la cual depende la fiscalización y control de toda la Aviación General y el Trabajo Aéreo. Así, la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (FEARCA) solicitó formalmente una reunión de urgencia con la Lic. Tamburelli. Como es típico de la entidad, en la nota se especificaron los temas que motivaban la solicitud de reunión, para que la Administradora tuviera un dominio completo de los problemas antes del encuentro y pudiera convocar a los funcionarios que estimara corresponder. En concreto, se solicitó abordar las demoras que se registraban en la expedición de Certificados de Explotador de Trabajo Aéreo (documento sin el cual ninguna empresa agrícola puede trabajar legalmente), la necesidad de incrementar las inspecciones


NOTA DE TAPA de ANAC sobre los explotadores agroaéreos clandestinos (una cruzada en que la autoridad venía actuando muy bien), la falta de comunicación entre agencias gubernamentales en relación a la Zona de Identificación de Defensa Aérea ubicada al norte del Paralelo 29 Latitud Sur (dada la alarmante descoordinación entre ANAC, EANA y el Comando Aeroespacial Conjunto), la voluntad de FEARCA de implementar un Plan de Gestión Ambiental acorde con la Política Ambiental de la ANAC (que es virtualmente inexistente) y, finalmente, la problemática que viene causando el incordio interno entre la DNSO y la Dirección de Aeródromos de la Dirección General de Infraestructura y Servicios Aeroportuarios (DGIySA) al momento de registrar Lugares Aptos Denunciados

en los que operen aeronaves agrícolas (un tema tan absurdo que merece una nota separada). La reunión tuvo lugar el 3 de marzo de 2020 y fue sumamente agradable, dado que la Lic. Tamburelli es toda una dama y, además, una verdadera experta en diplomacia. El encuentro estuvo en perfecta sintonía con la entrevista que, al momento de asumir, concedió al diario El Cronista, durante la cual se manifestó proclive a mantener un diálogo abierto y plural con todos los actores aeronáuticos y las empresas aéreas, para trabajar en conjunto por una Aviación Civil segura y sustentable. En su audiencia con FEARCA, Tamburelli prometió abordar todos los temas propuestos, en especial la demora en la expedición de 18 certificados de explotación, que prometió

estarían firmados “para el próximo viernes” (6 de marzo). La realidad es que para ese día sólo se había firmado tres, por lo que FEARCA esperó al viernes siguiente (13 de marzo) para volver a tocar el tema. Pero para entonces la Administradora estaba muy ocupada pues un día antes, el 12 de marzo de 2020 el Presidente Fernández, había expedido el Decreto N° 260/2020, mandando a guardar a todo el mundo a causa del Coronavirus. Acto 1. El desenfoque inicial de la ANAC En perfecta sintonía con el DNU N°297, el 18 de marzo de 2020 el Ministerio de Transporte de la Nación expidió la Resolución N°64/2020, en cuya redacción colaboró la ANAC. El artículo 3 de la norma dispuso la suspensión total de los ser-


vicios de transporte aéreo de cabotaje comercial y de aviación general desde el 20 de marzo al 24 de marzo de 2020, fecha que luego se iría extendiendo conforme fue siendo prorrogada la cuarentena. La ANAC quedó autorizada a profundizar y adoptar las medidas que resultaran necesarias para establecer excepciones al bloqueo total por razones de carácter sanitario o humanitario, o bien para el cumplimiento de tareas que debieran ser consideradas esenciales en el marco de la emergencia decretada. A consecuencia de la Resolución del Ministerio de Transporte, la ANAC emitió el NOTAM A1665, por el que comunicó a todas las Regiones de Información de Vuelo del país la suspensión total del transporte aéreo de cabotaje comercial regular, no regular y aviación general, exceptuándose vuelos humanitarios, sanitarios, evacuación médica, búsqueda y salvamento, verificación aérea, carga y oficiales. De inmediato, en la inmensa mayoría del país, se produjo la paralización total de las operaciones aéreas, incluyendo aquellas de Trabajo Aéreo, siendo que el mismo no había sido alcanzado por la restricción. Y es que el Trabajo Aéreo no forma parte de la 30

Aviación General, algo que muchos funcionarios de ANAC se vinieron a enterar recién después de que tronó el reclamo de diversos operadores de Aviación Agrícola que, como hemos visto, ya venían bastante castigados por la inacción, la acefalía y la falta de respuestas de la Autoridad Aeronáutica. Para entender la segregación basta revisar la menos consultada de las Regulaciones Argentinas de Aviación Civil puestas en vigencia por la ANAC, la Parte 1 (Definiciones, abreviaturas y siglas) donde claramente se define a la Aviación General como “todas las operaciones de aviación que no estén comprendidas dentro de aquellas correspondientes a Transporte Aéreo y Trabajo Aéreo según define el Código Aeronáutico”. En otras palabras, el Trabajo Aéreo no es Aviación General, sino una especie de Aviación Comercial consistente en la explotación de aeronaves en todo tipo de actividades que no sean Transporte Aéreo (artículo 92 de la Ley 17.285, Código Aeronáutico Argentino). Los funcionarios de la ANAC que tenían claras las cosas, no pusieron ningún reparo a la operación de aviones de Trabajo Aéreo, sino que la facilitaron. Pero muchos otros entraron en pánico

Aviación Agrícola Abril / Mayo / Junio 2020

alterados por la fiebre psicótica que caracterizó al inicio de la cuarentena y simplemente echaron más leña al fuego en el que ya estaba ardiendo la Aviación Agrícola. Para los explotadores de Trabajo Aéreo quedó clarísimo que la conducción de la ANAC no los tenía ni considerados y entonces las redes sociales hirvieron con todo tipo de improperios. Lo peor que ocurrió, sin embargo, no fueron las insolentes puteadas que cruzaron el ciberespacio, sino el hecho palpable de percibir que la Autoridad Aeronáutica había entrado en una suerte de cono de autismo o mutismo. Cuando más se lo necesitaba, el diálogo entre la Administradora y los protagonistas y empresarios del medio, que ella misma había declamado en su primer día de gestión, fue nulo. Para mejor, el reclamo de los explotadores de Trabajo Aéreo realmente estaba justificado. La cuarentena había sido dispuesta en la mitad de la campaña de aeroaplicación, con aviones dispersos campo adentro y otros tantos que, sin tener propósitos agrícolas, estaban repartidos por los aeropuertos del país, afectados a otras varias actividades productivas. No hubo consideración para con ellos y, como expre-


Aviación Agrícola Julio/Agosto/Septiembre 2019

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sé, sólo aquellos Jefes de Aeropuerto con suficiente formación lograron que la cosa más o menos fluyera, pero en la generalidad del país imperaron el escándalo y la calentura. Acto 2. La ANAC reenfoca y reacciona Así estaban las cosas cuando, el 19 de marzo de 2019, el Presidente Fernández suscribió el Decreto de Necesidad y Urgencia N°297/2020, estableciendo el aislamiento social, preventivo y obligatorio hasta el 31 de marzo (fecha que luego sería extendida hasta el 26 de abril). Lo importante de este decreto, a los fines que venimos analizando, es que su artículo 6 exceptuó la prohibición de circular a las personas afectadas a actividades y servicios declarados esenciales en la emergencia, entre ellas la cadena productiva (inciso 12) y la producción agropecuaria (inciso 13). La ANAC encontró allí el argumento normativo perfecto para responder al reclamo de los operadores de Trabajo Aéreo y, el 21 de marzo de 2020, expidió la Resolución N°102/2020 por la cual autorizó la operación de las empresas agroaéreas que calzaban en la excepción del DNU 297, previa solicitud a di32

rigir por los interesados a una casilla de correo electrónico habilitada. Por esta vía no sólo fueron autorizadas las operaciones de Aviación Agrícola, sino también otras actividades de Trabajo Aéreo que, por su naturaleza, habían sido exceptuadas de la cuarentena por el Poder Ejecutivo Nacional. A partir de ese momento la cosa se normalizó y los niveles de tensión bajaron en picada, pues las empresas certificadas se dedicaron a trabajar sin temor a que sus pólizas de seguro no las cubrieran en caso de accidente. Las empresas clandestinas, huelga decirlo, ni se inmutaron por todas estas exquisiteces legales que estamos comentando y simplemente se dedicaron a seguir volando tal y como lo venían haciendo, en la certeza de que la Autoridad Aeronáutica, que poco y nada las molestaba en tiempos normales, mucho menos lo haría en tiempos de cuarentena. En los hechos, las operaciones combinadas de legales y truchos hicieron que el campo argentino se viera surcado de aviones agrícolas como cualquier día de semana. Además de las operaciones agroaéreas, se registraron varias otras imprescindibles para mantener

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servicios públicos esenciales, como los vuelos de verificación de radioayudas aeroportuarias para la Empresa Argentina De Navegación Aérea y los vuelos de vigilancia y control de poliductos para YPF, dos empresas estatales que tampoco sintieron los efectos del aislamiento social preventivo y obligatorio. El momento más lucido de toda esta primera etapa lo representaron los vuelos contra el Coronavirus realizados sobre el Aeropuerto El Plumerillo por un avión Cessna 188 de la empresa Aerotec Argentina, el que fue contratado por el Instituto de Sanidad y Calidad Ambiental del Gobierno de Mendoza (ISCAMEN). El rociado con hipoclorito de sodio sobre la terminal aeroportuaria y su playa de estacionamiento fue parte de una campaña mayor de sanitización y, hasta donde se sabe, el primer caso en el mundo en que un avión agrícola fue utilizado para prevenir el COVID-19. Motivada por el éxito de la aplicación aérea contra el Coronavirus realizada en Mendoza, y respaldada legalmente por la Resolución 102/2020 de la ANAC, FEARCA decidió poner en acción un plan largamente elaborado por sus equipos


NOTA DE TAPA técnicos, consistente en la aplicación aérea de fitosanitarios para el control y erradicación del mosquito Aedes aegypti, vector de la enfermedad del Dengue, una epidemia que venía causando en el país muchísimos más muertos que el COVID-19. Al amparo del protocolo de aplicaciones elaborado en conjunto con los profesionales de Grupo APC, las empresas afiliadas a las Cámaras que integran FEARCA fueron contactando a las autoridades de diversos municipios del país, con las que acordaron realizar vuelos de sanitización en áreas rurales, periurbanas y urbanas. El formato era simple: las empresas realizaban los vuelos como aporte a la comunidad ajustándose al protocolo de operación establecido y utilizando el producto fitosanitario aportado por la Municipalidad, en todos los casos insecticida de baja toxicidad ampliamente diluido en agua, una emulsión inocua para la salud humana pero letal para los mosquitos. Bajo esta modalidad, se realizaron vuelos de sanitización en Las Lajitas (Salta), Venado Tuerto, Amenábar, Lazzarino y San Jorge (Santa Fe); Calchín, Monte Maíz y Leones (Córdoba); Lincoln, América, González

Moreno, Sansisena, Fortín Olavarría y Roosevelt (Buenos Aires) y sobre la Ciudad de La Rioja. Los resultados fueron sencillamente espectaculares, con una perceptible reducción de la población insectaria y la satisfacción social resultante de la desaparición de picaduras, ronchas y zumbidos. La Aviación Agrícola, que en muchas comunidades venía siendo cuestionada por virulentos grupúsculos ambientalistas, demostró sus beneficios de forma evidente ante la sociedad, que aplaudió con entusiasmo a los aviones. Los casos más emblemáticos se verificaron en Monte Maíz y San Jorge, dos comunas que habían establecido fuertes restricciones a las aplicaciones aéreas en 2015, cuyos Municipios no dudaron en recurrir a la herramienta aérea para librar a los vecinos del azote que representaban las nubes de mosquitos. Acto 3. La virulencia ambientalista Tan pronto vieron, atónitos, la aceptación social que estaban recibiendo los aviones agrícolas, los ambientalistas radicalizados se movilizaron con singular saña. Incapaces de contrarrestar con su relato la realidad evidente de que estaban siendo

eliminados los mosquitos transmisores del Dengue, no tuvieron mejor idea que salir a alarmar a la población diciendo que los vuelos que se estaban realizando estaban prohibidos por la ANAC. Su argumento fue bastante pueril, pues alegaron la prohibición de la cuarentena (de la cual la Aviación Agrícola estaba exceptuada) y el sobrevuelo de los pueblos a una altura inferior a la establecida por la sección 91.119.a (Alturas mínimas de seguridad) de las Regulaciones Argentinas de Aviación Civil (RAAC), según la cual “las aeronaves no volarán sobre aglomeraciones de edificios en ciudades, pueblos o lugares habitados, o sobre una reunión de personas al aire libre, a menos que sea imprescindible”. Resultó evidente que alguien les estaba tirando letra, pero también que ese alguien no sabía nada de Derecho Aeronáutico. Y es que la regla citada, que alude al tránsito aéreo, resulta aplicable a todas las aeronaves de Aviación General (como que está en la Parte 91 de las RAAC, Reglas de Vuelo y Operación General); pero no a las operaciones de Trabajo Aéreo, que pueden realizarse por debajo de las alturas indicadas cuando sea imprescindible hacerlo así o se


cuente con la autorización de la Autoridad Aeronáutica. En el caso de empresas de Trabajo Aéreo debidamente autorizadas (es decir, aquellas titulares de Certificados de Explotación de Trabajo Aéreo expedidos de acuerdo con la Parte 137 de las RAAC) esta autorización es tácita, dado que se puede operar perfectamente por debajo de las alturas mínimas en tanto la actividad específica a realizar lo requiera. Esto explica sin estridencia que puedan realizarse izamientos de carga con helicópteros de Trabajo Aéreo dentro de ejidos urbanos (muchas antenas de edificios y cruces e Iglesias fueron puestas precisamente así), o combates contra incendios urbanos o, en este caso, aplicaciones aéreas de productos fitosanitarios para la erradicación de plagas o vectores contrarios a la salud pública. El régimen excepcional para Trabajo Aéreo es tal, que en el campo es frecuente ver aviones asperjando o rociando a menos de un metro de altura sobre los cultivos, lo que para cualquier tipo de aeronave de Aviación General sería considerado vuelo bajo y temerario y, por tanto, susceptible de ser infraccionado por la autoridad aeronáutica. La única proscripción absoluta de operación para las aeronaves de Trabajo Aéreo (y para todo tipo de aeronaves civiles) es la de sobrevuelo de áreas restringidas o prohibidas previamente delimitadas y publicadas por la autoridad aeronáutica (Parte 91 sección 91.133 de las RAAC). Se trata, por ejemplo, de “cuarteles, acantonamientos, fuerzas estacionadas o en movimiento,

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aeródromos [militares], bases aéreas o navales, institutos militares, fábricas y depósitos de armas y explosivos, buques de guerra, etc”. Tampoco se puede volar directamente sobre “destilerías, depósitos de inflamables, usinas e instalaciones de elaboración o manipuleo de materiales radioactivos, excepto cuando la altura de la aeronave permita en caso de emergencia efectuar el aterrizaje sin peligro para dichas instalaciones”. En otras palabras, los ejidos urbanos no aplican a la prohibición, más todavía cuando sobre ellos se realizarán Trabajos Aéreos de utilidad pública o a favor de la salud pública. De modo que los aviones continuaron volando con normalidad, los trabajos se cumplieron sin contrariedades y los vecinos quedaron encantados. Pero los ambientalistas no iban a quedarse quietos, como veremos a continuación. Acto 4. Un cura sacado, instigación al delito y balacera La primera reacción agresiva del ambientalismo llegó, paradójicamente, a través de un sacerdote católico, el padre Sergio Raffaelli, párroco de Pozo Hondo, una localidad rural de Santiago del Estero. Se trata indudablemente de una buena persona, un pastor comprometido con su rebaño, pero con una visión absolutamente contraria al modelo agroexportador. Cansado de ver aviones agrícolas volando sobre su provincia, el padre Raffaeli, que no estaba al tanto de las autorizaciones de Trabajo Aéreo por excepción que estaba dando la ANAC, pensó simplemente que los aeroaplicadores estaban violando adrede

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la cuarentena. Es interesante leer lo que declaró a Radio FM Exclusiva (103.7 MHz), porque sus comentarios enardecieron a los ambientalistas: “La verdad, ¡tengo una bronca! A estos tipos no les importa nada. Ahora, donde se prioriza que no se salga de la casa, los tipos siguen tirando veneno en la cabeza de la gente, con el peligro que esto trae. El otro día desde el la Dirección de Agricultura del Ministerio de la Producción nos prometieron ´quédense tranquilos, que a partir de mañana las avionetas no entran más a Santiago del Estero´. Todos los días le mando videos al Director de Agricultura diciéndole ´se nos cagan de la risa´. Pasan las avionetas como pasa cualquiera. Hoy cerraron las fronteras a Santiago, leía en la radio hoy a la mañana. Los tipos se cagan de la risa, siguen pasando, siguen volando. Me parece que, así como se toman estas decisiones drásticas, que uno las entiende, que son importantes porque no es para molestarnos sino para cuidarnos, hay que decir: señores no fumiguen más. Ellos se atañen en que hay que producir alimentos y las empresas que producen alimentos tienen que seguir trabajando. Los tipos producen soja para los chanchos de la China, no producen alimentos para nosotros. Decirles ‘macho, esperen un mes, dejen de fumigar, esperen un mes a que pase esto, después veremos qué hacemos con ustedes’. Yo creo que los tipos, sabiendo esto, que la Justicia está medio ahí funcionando con el personal mínimo, mismo que la policía está toda abocada cuidando los accesos, yo creo que los tipos lo hacen


NOTA DE TAPA a propósito. Porque esta semana fumigaron más que nunca. Yo creo que a los tipos no les importa nada de nada. Yo creo que el gobierno tiene que tener una decisión en esto también drástica: señores no se fumiga más”. La cosa no quedó ahí, sino que se recalentó, conforme puede verse en la transcripción de las declaraciones radiales efectuadas por Ángel Strappazón, referente del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE): “En Tucumán hay bastantes sojeros, de un perfil bastante conservador, complicado, violento, agresivo, de derecha, muy fascistas. (…) Uno de los lugares más complicados es el triángulo entre Salta, Tucumán y Santiago del Estero, ustedes saben que ya tuvimos dos muertes, dos asesinatos, en el año 2011 y 2012, primero Cristian Ferreyra y once

meses después Miguel Galván. Esta es la zona fuerte y caliente donde se está concentrando el capital financiero y el capital de la soja que tiene que ver con una metodología de producción que tiene un nombre empresarial que concentra capitales fugaces. Y esto, claro, obviamente tiene que ver con la falta de ética, de lo que los empresarios llegaron a terminar de aceptar, que ahí tiene que haber buenas prácticas agrícolas, pero bueno, que tiene sus bemoles eso de las buenas prácticas agrícolas. Nosotros cuestionamos y no estamos de acuerdo con eso, hay toda una discusión en Santiago del Estero con eso. Ha habido muchas denuncias al fuero federal y al fuero provincial, la Dirección de Agricultura, a la Dirección de Ambientes y Bosques y ahora directamente estamos teniendo conversaciones di-

rectas con el Gobernador y con el Superior Tribunal de Justicia para que trate de atender a esto que está planteando la Mesa de Agrotóxicos de Santiago del Estero. Ha habido inspecciones y observaciones provinciales. (…) Estamos esperando que la Justicia envíe a los fiscales. No hay excusa porque la Justicia en caso de urgencia o de un mal mayor tiene que acudir de forma inmediata. Nosotros hemos dicho, e incluso le hemos dicho a otros colegas y camaradas del Foro por la Soberanía Alimentaria que hicimos en mayo del año pasado, que de última pasaremos a los hechos de manera directa, como hicimos con las topadoras. Cuando la Justicia no actúa en tiempo y forma hay artículos del Código Penal que nos permiten actuar de manera directa, es decir, parar a los mosquitos y bajar a los aviones, qué


querés que te diga. Tenemos esa experiencia y lo que te digo, normalmente ninguno de nosotros hemos sido detenidos jamás en ninguna oportunidad acusándonos de haber parado o destruido topadoras, yo creo que nadie en estos momentos, si no actúa la Justicia en tiempo y forma, vaya a detener a un compañero o compañera de la comunidad campesina y a un cura o curas de Opción por los Pobres, porque finalmente si la Justicia no actuó, actuaremos de manera directa. Está legalizado y legitimado eso, eh. (…) Yo creo que es muy canallesco actuar en este momento, encubren bajo esto que estamos diciendo. Estamos en plena lucha contra una pandemia y un virus mundial y ellos se cuelan por la puerta grande, es muy canallesco. Yo creo que hay mucho de ser maldito, no solo injusto y avariento, sino canallesco y malvado”. Esta abierta incitación a la violencia no tardó en arraigar en el ánimo de los más exaltados y fue así que el 10 de abril de 2020, en Tucumán, un avión agrícola fue atacado a los tiros mientras realizaba aplicaciones aéreas. A juzgar por los impactos recibidos, le dispararon con una escopeta. La noticia corrió como reguero de pólvora por las redes de los aeroaplicadores y pronto se supo que este no era el primer caso sino el cuarto registrado en la zona. En términos penales, lo que hicieron los tiradores fue tentativa de homicidio y lo que hizo Ángel Strappazón fue instigación al delito, pero no hubo denuncias policiales fundamentalmente a causa de la cuarentena y, demás está decirlo, para no com36

plicar a un cura comprometido socialmente pero muy mal informado. A la balacera siguió un comunicado de la Dra. Mariana Maglianese, Jefa del Área de Control de Vectores del Gobierno de Santa Fe, quien salió a decir por radio (FM Ceres, 98.7 MHz) que las aplicaciones aéreas contra el mosquito Aedes aegypti se encontraban prohibidas y que los vuelos que en tal sentido se habían realizado sobre la localidad de San Jorge no sólo habían sido aeronáuticamente antirreglamentarios, sino que habían violado todos los protocolos ambientales. Por supuesto, todo eso era falso, por lo que FEARCA salió con los tapones de punta, esta vez con notas dirigidas al Gobernador de Santa Fe y sus Ministros de Producción y Salud. En ellas se explicó con claridad que la aplicación aérea contra mosquitos no estaba prohibida en Argentina, menos todavía cuando se realizaba a pedido de las autoridades en beneficio de la comunidad, y menos aun considerando que la Organización Mundial de la Salud las recomendaba en forma expresa en su Guía práctica de pulverización de insecticidas en el aire para la lucha contra los vectores y las plagas de la salud pública, emitida en 2003 en Ginebra, Suiza, en el marco del Plan de evaluación de plaguicidas de la OMS (WHOPES) elaborado para el control, prevención y erradicación de enfermedades transmisibles. Quedó claro que las aplicaciones aéreas se realizaban en el marco de un protocolo específico, a requerimiento y con supervisión de la autoridad municipal, que eran muy

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acotadas en el tiempo y los horarios y que, para mejor, importaban la utilización de productos certificados, inocuos para el medio ambiente y previamente aprobados por el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria (SENASA) y la Agencia Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). También quedó claro que las aplicaciones aéreas contra el mosquito Aedes aegypti no causan ni habían causado ningún problema ambiental, lo que podían confirmar los habitantes de los pueblos ya sanitizados y los millones de niños que asisten anualmente a los parques de diversiones de Disney en Orlando, Florida, Estados Unidos, que no sufren ninguna picadura sencillamente porque las áreas circundantes (bañados y manglares) son aplicadas con regularidad contra mosquitos mediante aviones. Acto 6. Cae el telón Al momento de escribir estas líneas, el Poder Ejecutivo ha dispuesto flexibilizar la cuarentena por actividades y regiones geográficas. De esa forma el país va saliendo lentamente del letargo económico producido por las semanas de distanciamiento social. El terremoto global del Coronavirus ha dejado fuertemente comprometido al Transporte Aéreo en todo el planeta, pero no ha causado ninguna mella en el Trabajo Aéreo en Argentina, lo que no es poco decir teniendo en cuenta que nuestro país cuenta con la tercera flota de aviones agrícolas más grande del mundo. Tan pronto regrese la primavera, la Aviación Agrícola va a reiniciar su actividad


NOTA DE TAPA

a un ritmo creciente, como que es previsible el aumento de consumo de alimentos que se registrará en Asia y Europa, cuyos habitantes ya se encuentran saliendo de la pandemia. Esta crisis producirá una parálisis temporal en el turismo y en el transporte de masas, pero no en el apetito de los consumidores La cuarentena dejó valiosas lecciones, experiencias y vivencias a toda la comunidad de Trabajo Aéreo del país. Quizá la más importante, de carácter colectivo, fue percibir que FEARCA estuvo activa

desde el primer día, con acciones rápidas de apoyo y con comunicaciones claras y asertivas. Sin la gestión, la militancia y el compromiso de la Federación, probablemente ninguna de las operaciones aéreas que hemos comentado hubiera tenido lugar. Lo segundo que percibió la Aviación Agrícola fue un comportamiento ambivalente de la ANAC, pues por un lado se verificó una pronta respuesta a los pedidos de autorización de Trabajo Aéreo por excepción cursados por diferentes explotadores conforme a la Resolución

N°102/2020, pero en paralelo se percibió la ausencia de comunicación efectiva con los distintos estamentos directivos de la Administración. Fue un contraste fuerte, precisamente porque había sido muy intenso el diálogo y la interacción que se venía teniendo desde hacía años con la Autoridad Aeronáutica. Sería venturoso que la post-pandemia descubra a la ANAC y a FEARCA trabajando de nuevo juntas en una agenda común que permita enfrentar unidas los múltiples problemas que traerá la nueva realidad.

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Los Protocolos y Procedimientos ¿Para qué sirven? Hablamos en la edición pasada sobre cómo los argentinos tenemos apego al incumplimiento de las normas de por sí y qué aspectos hay quea tener en cuenta para implementar IRAM 14130, ISO 9001 u otra norma en general; hoy ante la coyuntura es ineludible contar con Protocolos y comprender para qué sirven. ¿Sirven en verdad o son pura burocracia? Así cómo su rol conjunto a las normas de calidad y entender, qué son. ¿En qué se diferencian de las normas y procedimientos? Comprender cuan bien o mal redactados están, así evaluar su eficiencia y eficacia en nuestro día a día. Por Lic. Delfina Meabe

El protocolo es eso de lo que hoy mucha gente habla, pero en realidad poca tiene un conocimiento exacto de lo que es y para qué sirve. Es una acepción que abarca muchos ámbitos de aplicación, cómo el protocolo familiar, el sanitario, el operativo, etc. 38

Es común cuando llego a una evaluación inicial de posicionamiento de una Norma IRAM respecto a una Certificación en las empresas, que se confundan con dichos términos: protocolos, procedimientos, instructivos, procesos, normas, manuales,

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etc. Para simplificar se llama a todo por igual, pero desde mi óptica lo que más importa es cuán aplicado y evidenciable esté el documento; más allá de si esté o no tergiversado el concepto de protocolo o procedimiento, lo que miro es qué evidencian: son los


BUENAS PRÁCTICAS hechos, los resultados y cuan comprendidos sean esos documentos. Lo cierto es que los profesionales, algunos, sabemos qué diferencias hay y para qué sirven. Lo ignorantes, cómo la palabra lo indica: lo ignoran, no saben, tampoco tienen la obligación saberlo, ¿o sí? Depende, no todos saben todo y a veces eso está bien, el hábito hace al monje y mientras el hábito sea bueno, arrojará resultados buenos. Si es legislación vigente obligatoria y aplicable a vuestra actividad, sí tienen la obligación de tener conocimiento y aplicarla. Si los controlan, deben evidenciar su aplicación. Los documentos tienen diferentes conceptos, porque en sí, tienen diferentes funciones para que en un sistema integrado sean eficaces. Según cada norma, se solicitan en sus requisitos algunos documentos obligatorios, otros son voluntarios, debemos formar nuestros sistemas integrando la mayor cantidad posible de cumplimiento normativo. La serie de Normas IRAM 14130 es voluntaria y, por lo general, se piden, en los requisitos, “procedimientos” y la diferencia con el “protocolo” en este sentido, es muy simple: los “procedimientos” deben arrojar en su redacción registros documentados, auditables y evidenciables; en cambio los “protocolos” no, no

obligatoriamente tienen que tener registros, simplemente agrupan “una serie de reglas establecidas a cumplir” sin registro, por ejemplo, lavarse las manos frecuentemente, comunicación visual en cartelería, etc. (no se registran las veces que se lavan, simplemente se lavan). En cambio, en el “procedimiento” se registran los datos y acciones realizadas bajo las pautas, normas y reglas especificadas en el procedimiento que se deben respetar y/o mejorar. Por lo tanto, hay que cuestionarse si se hace bien o no, si es aplicable, y sí o sí se debe registrar lo que digo que hago bien: por ejemplo, en el proceso de una aplicación de fitosanitarios, registraré ciertos datos obligatorios que me indique el procedimiento global operativo de aplicación. Ahora entramos en lo que es el proceso, ¿qué es un proceso? A diferencia de un Protocolo, todo proceso debe tener entradas y salidas, los protocolos no necesariamente, simplemente enumeran una serie de reglas. El proceso debe tener un input y un output, puede estar registrado o no, mediante un procedimiento, del cual siempre se deja registro. Para la implementación, tanto de protocolos como de procedimientos y procesos, utilizo el método de la ISO 9001:2015, porque de hecho

es bibliografía de referencia para la aplicación de la norma IRAM; lo que implica que en una evaluación inicial les comunico los requisitos que deben cumplir y les pregunto qué listado de documentos me pueden facilitar que estén aplicando. Así, marcar un ranking en mi Check, así sean protocolos, procedimientos, normas internas, instructivos, manuales operativos, etc. se debe verificar que sean “auditables”. ¿Eso que significa? Que dichos documentos básicamente se puedan leer, estén comunicados, comprendidos y registren evidencias de su uso. Muchos directamente ni saben que tienen; otros lo saben, pero no lo aplican; otros lo aplican, pero no lo documentan y sí pueden evidenciar fácilmente; otros no pueden ser auditables directamente para la evaluación y emisión de un Certificado. En base a esa evaluación, se realiza un check global, un rankeo que sirve de referencia para establecer un objetivo y metas hacía una Certificación y/o Objetivo, o hacia la mejora, o simplemente para descartar todo lo que esté duplicado, anulado, sin lectura, obsoleto, etc., que no nos sirve en la gestión; por lo tanto, todo eso implica que no hay sistema de gestión, que los documentos no sirven para ser eficiente y eficaz, y

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si no sirve, es burocracia que debe ser mitigada. Revertir eso es simplemente definir qué es lo que sí sirve y listar documentos vigentes. Ahora bien, me dicen, sí trabajamos con un ‘protocolo’, es lo mismo que un ‘procedimiento auditable’, ¡No! Y es una confusión muy común; Si yo siempre respeto el Protocolo, ¿puedo certificar directamente? ¡No! Porque no es lo mismo que disponer de un Sistema Integrado de Gestión auditable y evidenciable. Si el protocolo está redactado con amplio alcance y responde a todos los requisitos que solicita la norma, (lo cual sería engorroso de leer y pocas veces he leído protocolos tan integrales y aplicables) sí podría ayudar a Certificar, pero hay que contemplar todos los requisitos. A su vez, debe poder responder con evidencias, aunque seguramente aun así falten requisitos evidenciables. Luego, depende del auditor y qué es lo que se audite: es muy común que se genere confusión, por lo tanto solicito que repasen su sistema de gestión, sus procesos principales, sus rubros de negocios, si son varios, que estén correctamente asignados, tener claro, más que nada, cuales son las reglas, las normas y requisitos que se deben cumplir. Esa es la clave de la cuestión, para que quede plasmado de forma simple y sencilla en un “Protocolo interno”, basado generalmente en las reglas que se quieren

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cumplir internas y en las disposiciones legales externas que debemos cumplir por la legislación vigente y aplicable. Luego tenemos la cuestión del “alcance”, se debe ampliar/mejorar siempre que podamos, para mí, en cada redacción de Procedimiento interno es obligatorio definir el alcance del trabajo, cómo también definir los responsables de área asignados a ejecutar y registrar ese procedimiento; cómo también el objetivo concreto de integración de procesos, que a su vez pueden deber contemplar, tener en cuenta el conocimiento de los Protocolos, que no necesariamente tienen alcance, simplemente se deben aplicar y punto. Es otra diferencia entre Procedimiento y Protocolo: el alcance. Por lo tanto, cuando trabajemos busquemos definiciones aplicables a la actividad de nuestro trabajo diario y para los esquemas de Certificación vigentes que aplicamos, mis definiciones en base bibliografía y metodología base ISO, son las siguientes: • Protocolo: considero que es un conjunto de reglas, pasos fijos y, normalmente, muy concretos a seguir para concretar una acción o tarea. Cabe aclarar que históricamente el Protocolo en nuestra lengua significa una norma o conjunto de instrucciones establecidas por tradición, de usos y

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costumbres. Así, en este sentido, el término puede ser utilizado en diferentes contextos, sea familiar, sanitario (Covid19) o normativo (operativo). El protocolo puede ser un documento que establezca el cómo se debe actuar en ciertas circunstancias (reglas claras). De esta manera, puede involucrar comportamientos, acciones y métodos considerados apropiados para ciertas situaciones específicas, cabe aclarar que su efectividad es casi imposible de medir sin registro, por lo tanto, sus evaluaciones son subjetivas, sin estadísticas. • Procedimiento: lo considero al conjunto de medidas/ acciones que deben tomarse de la misma manera para lograr el resultado deseado, que debe ser registrado y medido, así cumple el ciclo de demming, estrategia japonesa de la mejora continua. Procedimiento es un término que se refiere a una acción que consiste en ‘proceder’, es decir, una acción tomada de una manera específica. Por otro lado, está ligado a un método o tipo de acción. En este sentido, el procedimiento se basa en la adopción de acciones predefinidas para la ejecución real de una tarea registrada. El objetivo debe ser único y fácil de identificar, aunque puede haber diferentes procedimientos con el mismo objetivo; y a su vez un mismo procedimiento puede que abarque varios


BUENAS PRÁCTICAS procesos con un mismo objetivo, que bien integrados y registrados, hacen a la eficacia del sistema vivo interno de gestión. Cuanto más simplificado, aplicado y evidenciado, más mejora continua, a ello le llamo un sistema vivo interno de gestión en una organización.

Cuando los procedimientos están escritos, pero no se aplican, ni arrojan registros, es un sistema muerto o dormido. Luego que logremos identificar qué tipo de documentos disponemos en la empresa, comencemos por ver qué nos piden obligatorio

y qué utilidad tiene. En base a ello es clave la redacción y asignarle la función que corresponde, si evaluamos que no aplica y no sirve, listo: “Anulado”. Evitemos acumular escritos que no nos sirvan. Se guarda si estamos Certificados, pero en carpeta de anulados, según lo que me

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indique la norma, que para el caso de IRAM 14130 son 3 años como mínimo. Si los auditan por terceras partes, en caso de otras normas agrícolas, cómo es el caso de la RTRS, son 5 años. Si no tenemos nada Certificado, sólo intentemos sumar documentos informativos y solicitemos redactar Protocolos a profesionales específicos, así elaborarlos conjuntamente y que sean útiles. Sino los consideramos útiles, no los usaremos. Luego es importante un seguimiento de gestión; sigamos definiendo qué es lo que está “actualizado y vigente”, formando nuestra matriz legal y prestemos atención a la documentación errónea, que desinforma,

verifiquemos las fuentes y no culpar al Sistema de Normas ISO e IRAM de que no funciona sólo porque están mal aplicado; es lo mismo que con el glifosato, no es malo si está bien aplicado. Depende de cada uno de nosotros hacer y participar en normas, protocolos y reglas claras que se respeten. Si todos las respetáramos evitaríamos muchos males. A nivel interno tan sólo evaluemos lo que no funciona y dediquemos un tiempo a mejorarlo, comuniquémoslo dentro de los integrantes de la empresa y asignemos responsables para su aplicación, pues debemos darnos cuenta primero si está bien, si al implementar se aplicó el sentido común

y la lógica. Eso se verifica con los hechos, con Checks, con contrastar información, cruzar datos, con evidencia objetiva, fotos, testimonios, etc. así sean las situaciones se presenten, se actualiza y se lo agrega a un listado de “documentos vigentes”. Ahora bien, volvamos al Protocolo: sirve para ayudarnos a guiarnos acerca de las “reglas que debemos cumplir” en una determinada actividad y hay pautas de marco para seguir. En el caso del Covid 19, el principal objetivo es evitar que se propague la contaminación del “virus”, parece obvio, pero no mantenemos claro eso en nuestra mente y es un segundo donde podemos contraer el virus. En el

caso de aplicaciones de fitosanitarios, el principal objetivo suele ser evitar la contaminación de principios activos sobre superficies o elementos donde no deberían impactar, caso de las derivas, y también sabemos que es un segundo de desvío que, sin querer, pueda ser que ocasionemos impacto donde no deberíamos. En el caso de Protocolos de procesos seguros en manipulación

de alimentos, aplica el mismo concepto, evitando contaminar con gluten una superficie y/o alimentos. Es lo mismo, en un segundo que no cuidé, puede ocasionarse “contaminación y/o intoxicación y/o infección viral”, así sea con agroquímicos, con virus o con proteína de gluten. Por lo tanto, teniendo claros los procesos y generando los “hábitos” adecuados, aún sin

registro, se puede ser eficaces y evitar la contaminación. Para redacción de documentos internos de gestión operativa en la empresa, sugiero siempre disponer de información oficial de consulta, teniendo en cuenta de aplicar el marco legal vigente y aplicable. Para el caso de Protocolo COVID 19, sugiero ir al Ministerio de Salud Nacional, en este sitio que

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BUENAS PRÁCTICAS brinda información para su gob.ar/images/stories/bes/ r e c o m e n d a c i o n e s redacción personalizada en graficos/0000001961cnt- d e s a r r o l l o - p r o t o c o l o s empresas: http://www.msal. c o v i d - 1 9 - m o d e l o - pandemia.pdf

Estamos generando diariamente, en cada apunte, cuaderno, Excel o software que apliquemos, todos podemos redactar Protocolos y preguntarnos cómo mejorarlos, el impacto de si está bien o mal redactado dependerá de cuán leída, instruida y capacitada esté la persona que redacta. Hagamos las cosas bien, busquemos las fuentes que avalan lo que estamos haciendo y diciendo. Habrían sido exitosas las normas si

todos las comprendieran y respetaran, pero se naturaliza automáticamente algo sin comprenderlo, como el uso del tapabocas, cómo solución a la propagación de un virus, y así se generan muchas visiones. Es obligatorio hoy su uso, es clave aceptar la realidad y afrontar lo que se viene, pero nunca dejemos de preguntarnos los objetivos finales de los Protocolos y Procedimientos, que pueden ser logrados de otras formas y sólo con conciencia

aplicada, lograremos cambios efectivos, generando valor. Cuando hablemos de “Protocolo” y construcción de documentación útil, eficiente y eficaz, recordemos que depende del trabajo “Profesionalizado”, hecho a conciencia, construido en base a tener en cuenta la mayor cantidad de variables posibles integradas y lo más simple al leer, entendible para todos los niveles de idiomas técnicos y capacidades lectivas.


Las aplicaciones de fitosanitarios en tiempos del COVID-19 En plena pandemia del coronavirus y con un fuerte rebrote del dengue, el sector de las aplicaciones continúa no solo con su principal función en la producción de alimentos, sino que también brinda un servicio de importancia en la prevención de enfermedades. Por el Ing. Agr. Esp. Mec. Agrop. Ramiro E. Cid. INTA – Instituto de Ingeniería Rural.

Desde que fuera declarada la cuarentena para protegernos del Coronavirus, la mayoría de las actividades productivas se encuentran paralizadas o, por lo menos, fuertemente afectadas. Con muy pocas excepciones. Pero en el caso concreto de la agricultura hubo general consenso en que debía continuar con la menor alteración posible. Dos son los motivos principales: el suministro de alimentos debe continuar y, por otro lado, no es factible interrumpir o postergar una producción que responde a ciclos biológicos y estacionales. Ello 44

más allá de las dificultades que generan las retenciones y un mercado de cambios retrasado para el sector. Así, las aplicaciones de fitosanitarios, tanto terrestres como aéreas, continuaron a su ritmo “normal”, aunque debiendo superar inconvenientes surgidos de las dificultades generadas en el circuito financiero y, además, para proveerse de ciertos insumos. Pero a esto se sumaron algunas actitudes loables. En varias localidades se pensó que, quizás, la desinfección de calles podría servir para morigerar el avance de la

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pandemia. Aún sin saber si la medida sería realmente efectiva, ya que no hay ningún tipo de antecedentes en el mundo, muchos aplicadores pusieron a disposición de los municipios sus equipos de aplicación terrestre para pulverizar con desinfectantes clorados las calles de pueblos y ciudades. Así, se pudo ver la extraña imagen de los “mosquitos” trabajando en pleno centro de pueblos y ciudades, con la ventaja de que, en forma rápida y eficiente, se “desinfectaban” tanto las calles y veredas sino también la


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parte inferior de las paredes de los edificios. Algo absolutamente impensado cuando, poquísimo tiempo atrás, muchas voces se alzaban para que los equipos aplicadores se mantuvieran a mucha distancia de los pueblos. Pareciera ser que el puntapié inicial se dio en Crespo (Entre Ríos), pero también se llevaron a cabo este tipo de aplicaciones en las Provincias de Santa Fe, Formosa, Mendoza, Tucumán y Buenos Aires. En la localidad de Malabrigo (Santa Fe) los trabajos se llevaron a cabo con dos

equipos a turbina utilizados en la producción citrícola y en horas de la noche, criterio que fue compartido en la mayoría de las otras localidades. En Lehmann (Santa Fe) el Municipio exigió a los vecinos que durante el horario de la desinfección mantuvieran cerradas las puertas y ventanas y que retiraran los vehículos de las calles a tratar, para facilitar las tareas de desinfección. En el Partido de Chivilcoy, los tratamientos tuvieron lugar en la ciudad cabecera y en la localidad de Moquehuá. Allí las tareas se lle-

varon a cabo entre el municipio, Defensa Civil, los Bomberos Voluntarios, la Guardia Urbana y el muy importante asesoramiento de la Asociación de Ingenieros Agrónomos de Chivilcoy y Alberti. Quien pueda ingresar al Facebook de los Bomberos Voluntarios de Chivilcoy podrá encontrar las manifestaciones de agradecimiento de los vecinos. En Oro Verde (Entre Ríos) los trabajos se llevaron a cabo con un equipo autopropulsado cedido por el INTA de Paraná. Ante esta situación, absoluAviación Agrícola Abril / Mayo / Junio 2020

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tamente inusual, un grupo de profesionales del INTA, entre los cuales me incluyo, consideró adecuado escribir unas “Recomendaciones técnicas sobre el correcto uso de equipos agrícolas en los espacios públicos para la aplicación de soluciones de cloro” (1). Algunas de estas recomendaciones incluyen un minucioso lavado previo de los equipos a fin de no ingresar en las zonas urbanas residuos de fitosanitarios y, por otra parte, la aplicación con gotas de tamaño medio a grande y volúmenes de aplicación equivalentes a 300 litros/ha o más, a los efectos de lograr un adecuado mojado de las calles. También se hace referencia al horario adecuado para llevar a cabo los trabajos. Pero no solamente hubo participación de los aplica46

dores terrestres. En Mendoza, se llevó a cabo una desinfección clorada por vía aérea en el Aeropuerto Internacional Gobernador Francisco Gabrielli, popularmente conocido como El Plumerillo, y en sus inmediaciones. Allí las tareas se llevaron a cabo con un avión Cessna 188 equipado con nebulizadores rotativos. La decisión se tomó por considerar al aeropuerto como una de las zonas más expuestas al coronavirus debido al alto tránsito de pasajeros. Pero mientras todos estamos pendientes del coronavirus, muchas veces nos olvidamos del dengue, que este año parece haberse presentado con su mayor impacto. Al día 17 de abril ya se contabilizaban unos 14.000 infectados confirmados y otros 26.000 sospe-

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chosos concentrados principalmente en las regiones noreste y noroeste y centro del país, aunque también con algunos casos en la misma Ciudad de Buenos Aires. La Provincia de Jujuy tuvo que declarar la emergencia sanitaria ante la alta incidencia de la enfermedad (3) Y es aquí, sin ninguna duda, donde las aplicaciones aéreas contra el mosquito cobran especial relevancia. Y no solamente a campo abierto, sino además en las mismas ciudades. En tal sentido me parece sumamente válido lo expuesto por el Ing. Agr. Augusto Piazza (2) cuando afirma que “algunos funcionarios siguen abrazados a ideas seudo-ambientalistas en búsqueda de popularidad”, para preguntarse luego cómo hace un funcionario


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operando desde una moto para aplicar en el centro de una manzana o en un techo donde se acumula agua con larvas del mosquito. Así parecen haberlo entendido las autoridades de la Ciudad de La Rioja, donde las aplicaciones aéreas, con muy buen criterio, se han llevado a cabo sobre la misma. A diferencia de lo que se

recomienda para las aplicaciones cloradas contra el coronavirus, lo que se busca en este caso es que haya muchas gotitas pequeñas, cercanas a los 50 micrones y que permanezcan el mayor tiempo en el aire a fin de que puedan interceptar el vuelo de los mosquitos adultos. Así, las condiciones de inversión térmica, con temperaturas relativa-

mente bajas y ausencia de viento son las ideales. Es así como, en plena pandemia del coronavirus y con un fuerte rebrote del dengue, el sector de las aplicaciones continúa no solo con su principal función en la producción de alimentos, sino que también brinda un servicio de importancia en la prevención de ambas enfermedades.


HISTORIA

Los Weatherly

Uno de los aviones más interesantes y menos conocidos entre los que han pasado por la aviación agrícola argentina Por: Francisco Halbritter

El LV-ZHB en Expochacra 2000

En la República Argentina, en el largo período que va de 1926 a 1959, todas las aeronaves utilizadas en la aeroaplicación fueron monoplanos o biplanos que se modificaron para ese fin en forma más o menos artesanal. Con ellos se hicieron no solo las fumigaciones particulares de la época, sino también épicas campañas nacionales, entre ellas la larga y esforzada lucha contra la langosta, lo que, por ahora, es otra historia. Al igual que en Argentina, en Estados Unidos las conversiones para transformar aviones de uso general en fumigadores fueron encaradas inicialmente por los propios usuarios, y cuando el mercado fue creciendo algunos talleres de mantenimiento aeronáutico se especializaron en la modificación de determinados tipos de aviones y llegaron a obtener para esos productos extensiones limitadas del Certificado de Tipo Aprobado (ATC). Así, hasta fines de la década del cincuenta los aviones fumigadores no diferían en gran cosa del modelo en que esta48

ban basados, y la seguridad física y sanitaria de sus pilotos era un tema crítico y mal resuelto. El gran cambio se inició a principios de los años cincuenta. Por ese entonces el único avión especializado en fumigación que se producía en Estados Unidos era el Piper PA-18A, que no era más que una adaptación del PA-18 común. Pero ya habían trascendido los trabajos del genial diseñador Fred Weick en el Texas A & M College, donde había construido un prototipo con las características de un fumigador moderno de ala baja, con la tolva para productos químicos incorporada al fuselaje y una cabina elevada e independiente ubicada detrás, con refuerzos estructurales adecuados para hacer del habitáculo una zona segura en caso de accidente. Ya hemos visto como William T. Piper se interesó personalmente en el diseño, se puso en contacto con Weick, y de esa asociación nació el Piper PA-25 Pawnee, cuyos primeros ejemplares se entregaron a partir de 1959. El enorme éxito de ese

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diseño activó la competencia y produjo una sucesión de aviones nuevos que con el correr de los años no solo mejoraron la seguridad de esta modalidad de trabajo aéreo, sino también la calidad de la aplicación de los productos químicos a través de diversas e interesantes mejoras aerodinámicas. En la época en que Piper lanzó su Pawnee, John C. Weatherly operaba un taller en Dallas, estado de Texas, en el centro de una importante zona rural cuyas necesidades aeronáuticas conocía a la perfección, pues además de mecánico aeronáutico era un piloto fumigador de amplia experiencia. Inmediatamente notó que si bien el concepto de diseño del Pawnee era excelente, su potencia de 150 hp solo alcanzaba para llevar poco menos de 400 litros de productos químicos, y que su precio era bastante elevado. Por eso en 1960 decidió entrar en el mercado de los aeroaplicadores desarrollando un avión con mayor capacidad, pero con un precio no superior al del Pawnee.


Los Weatherly

Para bajar los costos basó su diseño en la utilización de un avión de rezago militar, el entrenador primario Fairchild PT-23 (Fairchild M.62C) equipado con un motor radial Continental R670-5 de siete cilindros y 220 hp de potencia, aviones que por ese entonces eran aún abundantes y baratos. Utilizó el fuselaje completo pues estaba construido con tubos de acero soldados, colocándole la tolva en el espacio del asiento delantero y elevando ligeramente el habitáculo del piloto en el lugar trasero, manteniéndolo abierto, pero con una fuerte jaula de seguridad hecha con tubos de acero. Como el ala del PT-23 era de madera, la reemplazó por una totalmente nueva de construcción metálica. Para producir su avión constituyó la Weatherly Aviation Company, pero no la basó en el estado de Texas sino en la localidad de Hollister, estado de California. Allí se construyó el prototipo, que voló por primera vez a principios de 1961 con la denominación de modelo WM-

62C. Este modelo estuvo en producción entre enero de 1961 y octubre de 1965 entregándose un total de diecinueve aviones, la mayoría con el motor Continental R670 de 220 hp y unos pocos con el Pratt & Whitney R985 de 450 hp, hasta que la provisión de los Fairchild PT-23 se agotó. El WM-62C nunca tuvo un Certificado de Tipo propio, al utilizar una ampliación del correspondiente al avión de origen. Aunque la producción de menos de cuatro aviones por año era sin duda pequeña, los aviones de Weatherly demostraron ser fuertes y eficientes, y la demanda fue creciendo. Por eso en 1965, cuando ya era evidente que la provisión de fuselajes de Fairchild llegaría a su fin, Weatherly decidió diseñar un avión íntegramente propio, de capacidad un poco mayor. Así nació en 1966 el modelo 201, conceptualmente similar a su antecesor, pero ahora con una cabina elevada y cerrada, una tolva de poco más de 900 litros de capacidad y un motor radial Pratt & Whitney R985 de 450 hp de po-

tencia. Se construyeron en Hollister dos prototipos y el modelo 201 recibió el Certificado de Tipo Nº A10WE a principios de 1967, aunque las entregas recién se iniciaron a fines de 1968 pues Weatherly tuvo que cumplir antes con un contrato estatal como subcontratista de otra fábrica de aviones. La producción del modelo 201 fue de nueve aviones. A partir de 1970 se empezó a entregar la versión denominada modelo 201-A (cinco aviones), seguida por el 201-B (cuarenta y cinco aviones) y el 201-C (treinta y ocho aviones), y salvo pequeñas mejoras estas cuatro variantes fueron similares y utilizaban el mismo motor. Pero a partir del 201-C Weatherly comenzó a ofrecer unas pequeñas extensiones de puntera de ala desarrolladas para mejorar la uniformidad de la distribución de los productos químicos y aumentar el ancho de la franja tratada, lo que permitía abaratar las aplicaciones al hacer menos pasadas. Estos interesantes aditamentos aerodinámicos se fueron perfeccionando con

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HISTORIA

El primer Weatherly: LV-WZP el tiempo y a partir del 201-C se ofrecieron en todos los aviones fabricados por Weatherly. En 1979 Weatherly necesitaba una inyección de capital para poder llevar adelante la producción, por lo que su paquete accionario fue comprado por la empresa American Poly-Therm, especializada en la fabricación de productos de materiales compuestos para la industria aeroespacial y de defensa. Esta compañía era propiedad de Hal Weatherly, un sobrino de John C. Weatherly, quien asumió la presidencia de la fábrica ahora denominada Weatherly Aviation, mientras John C. Weatherly retenía el cargo de jefe de ingeniería. El resultado de este cambio societario fue el diseño del modelo 620, que reemplazó al 201-C en la línea de producción. Ambos aviones eran casi idénticos, aunque la capacidad de la tolva del nuevo modelo se había aumentado hasta casi 1300 litros, y el prototipo, denominado 620 a secas, se construyó y voló en Hollister ese mismo año. Poco después el segundo ejemplar fue equipado con un turbohélice Pratt & Whitney PT6A-11AG de 500 shp, transformándose así en el modelo 620-TP. El modelo de producción 620-A, que había recibido el Certificado de Tipo Nº A26WE, comenzó a entregarse a fines de 1979 y se fabricó hasta 1994, cuando fue reemplazado por el 620-B, que tenía el mismo motor Pratt & Whitney R985 de su antecesor, pero con la capacidad de la tolva ligeramente aumentada a 1350 litros. Es interesante mencionar que a 50

partir de 1990 Weatherly Aviation mudó su línea de producción a unas instalaciones vecinas a la de American Poly-Therm en Lincoln, California, pero mantuvo activa la planta de Hollister dedicándola a los nuevos desarrollos y modificaciones. Allí se construyó en 1996 el prototipo del modelo 620-BTG equipado con un turbohélice AirResearch Garrett TPE331-1 de 550 shp, mientras que al mismo tiempo se iniciaba un programa en conjunto con General Electric para certificar la turbina de origen checo Walter M601, cuyo uso permitiría reducir drásticamente los costos, aunque la instalación del motor Walter nunca se concretó. La producción final del modelo genérico 620 alcanzó una interesante cifra cercana a los ciento sesenta ejemplares, pero cesó a fines de 1999, cuando Weatherly Aviation fue víctima de los problemas financieros generados por la naciente crisis económica estadounidense. Los intentos para ponerla nuevamente en marcha fueron numerosos. El más conocido fue el realizado por la empresa MP2 Technologies, que en 2007 obtuvo la licencia para producir el modelo 620 en todas sus versiones. Para ello creó la Weatherly Aircraft Nevada Incorporated, con instalaciones en la localidad de Bogalusa, estado de Louisiana, y a fines de ese año anunció que reiniciaría la producción del 620-B y del 620-BTG en marzo de 2008, pero el nuevo emprendimiento se transformó en una víctima más de la crisis y poco después cerró sus puertas.

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A fines de 2009 los dueños del Certificado crearon una nueva Weatherly Aircraft Company y comenzaron a buscar socios financistas para reiniciar la producción. Aunque llevó bastante tiempo, se logró la ayuda de inversores particulares y comunitarios de la ciudad de Newton, estado de Kansas, donde se reanudó la fabricación del modelo 620-B en una nueva planta. En Argentina Ya hemos visto que nuestros primeros aviones fumigadores especializados fueron los Piper PA-25 Pawnee. Su producción se había iniciado en 1959 y ese mismo año llegó a Argentina el primer ejemplar, iniciando un flujo creciente de aviones de ese modelo. A partir de 1968 se le agregaron los Cessna 188 y más adelante importamos casi todos los modelos de fumigadores que se fabricaron en Estados Unidos. Pero hasta 1997 no llegó al país ni un solo Weatherly. La historia de estos aviones en nuestra aviación civil fue iniciada por Ezequiel Miguel, un fumigador radicado en la zona rural de Hughes, provincia de Santa Fe, quien desde principios de la década del noventa había importado desde Estados Unidos varios Cessna 188 usados y conocía muy bien este mercado tan especial. Los Weatherly tenían fama de aviones eficientes y robustos y sus precios eran más bajos que los de otros aviones de su categoría, pero curiosamente no tenían ningún representante en nuestra región. En consecuencia, Miguel aprovechó


Los Weatherly

LV-ZHB, nuestro segundo Weatherly y único 620-BTG un viaje que hizo a Estados Unidos a principios de 1997 y visitó la fábrica de Weatherly Aviation en Lincoln, cuya consecuencia fue la obtención formal en el mes de abril de la representación para la República Argentina y los países vecinos. Inmediatamente compró y trajo en vuelo un 620-B nuevo, con el que llegó al aeródromo de San Fernando en septiembre e inició una amplia campaña de demostraciones. Al margen de este demostrador, su primera venta genuina fue concretada a mediados de 1998 cuando Hugo Alberto Pérez, un aeroaplicador de Cabildo, provincia de Buenos Aires, compró un 620-BTG nuevo. Y la siguiente y última venta de Miguel como representante fue el 620-A matrícula LV-ZRI, un avión usado pero comprado a través de la fábrica. Por esa época los usuarios comenzaban a mostrar un creciente interés

por los Weatherly, pero en 1999 la fábrica dejó de producir y la posibilidad de seguir importando aviones nuevos se cerró, al igual que la representación otorgada a Ezequiel Miguel. Este es el motivo por el que nuestros Weatherly nuevos fueron solamente dos. Por supuesto que la posibilidad de traer aviones usados seguía existiendo, pero muy pronto se produjo nuestra crisis financiera de 2001 y hasta el año 2004 no se trajo ningún otro Weatrherly. La reactivación fue lenta, hasta que a mediados de la década se inició una verdadera explosión en la cantidad de aviones usados importados desde Estados Unidos. Pero ahora no a través de representantes oficiales sino por intermedio de comerciantes que desde Estados Unidos ofrecían para la venta prácticamente cualquier tipo de aeronave, desde pequeños experimentales hasta grandes reactores

de uso ejecutivo. Y entre ellos comenzaron a llegar los Weatherly usados, cinco ejemplares entre 2004 y 2006 y doce entre 2007 y 2010. A partir de allí el ingreso de aviones para la aeroaplicación se enfrió bastante, aunque pese a eso llegaron cuatro aviones más, el último en 2018. La historia de los Weatherly no registra hechos glamorosos ni mediáticos. En realidad, se caracteriza por la falta de noticias, lo que en aviación es una buena noticia. Después de todo no son más que eficientes herramientas cuyo uso está limitado a la aplicación de productos químicos, siembra y fertilización. Hasta hoy han sido importados a nuestro país veinticuatro aviones Weatherly, lo que es una interesante cantidad que, con el correr del tiempo, seguramente se incrementará.


Sindag inicia Academia de Seguridad con clases virtuales Sin precedentes en el país en este formato, el proyecto tuvo una demanda superior a la esperada y solicitudes de etapas más avanzadas. Alrededor de 250 profesionales de la aviación agrícola, incluidos empresarios, pilotos, técnicos y administradores, participaron en las dos primeras ediciones de la Academia Agroaérea Brasileña de Seguridad de Vuelo, que tuvo lugar en mayo y junio. Promovida por la Unión Nacional de Empresas de Aviación Agrícola (Sindag), con el apoyo del Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos (Cenipa), la Academia tiene un programa de cinco días de conferencias en encuentros virtuales, presentadas por 14 especialistas de diferentes áreas. Lo que también generó rondas de debates con profesionales de más de 10 estados del país. “El plan de estudios cubre temas como gestión de riesgos, mantenimiento, planificación operativa, fatiga humana, protocolos de investigación, legislación y estadísticas de accidentes, entre otros”, destaca el coordinador de la Academia, Júnior Oliveira. La primera edición también contó con la participación del director ejecutivo de Fearca, Danilo Cravero. El ejecutivo argentino conversó con profesionales brasileños sobre los desafíos del sector y el trabajo realizado en su país. Para el presidente de Sindag, Thiago Magalhães Silva, el nuevo modelo de capacitación en seguridad es “un trabajo de alto nivel, con una buena profundización de los temas y una gran participación del sector”. Sin mencionar que las reuniones fueron vía internet, lo que hizo que la iniciativa no tuviera precedentes en el país. “Nos sorprendió que la inscripción de las clases se cerrara tan rápido”, destaca Magalhães. Las vacantes para la primera edición se agotaron unos 10 días antes de la fecha límite y, en la segunda edición, ya se habían abierto las inscripciones con 50 interesados en la lista de espera. Además, la gran mayoría de los participantes ya han expresado su deseo de llevar a cabo un segundo módulo, elevando el nivel de los temas. Oficiales El jefe de Cenipa, brigadier del aire Adolfo Aleixo da Silva Júnior, felicitó a Sindag por la iniciativa, al igual que los 14 instructores de la Academia. “Actividades como ésta son muy importantes para la prevención de accidentes y siempre serán alentadas y apoyadas por Cenipa”, dijo. Emoción también compartida por el jefe del Quinto Servicio Regional para la Investigación y Prevención de Accidentes de Aviación (Seripa V), el teniente coronel aviador Carlos Henrique Baldin. “No hay forma de no estar contento con el retorno positivo, incluso con la distancia social (debido a la pandemia de covid-19)”, resumió. “No tendríamos el alcance que tuvimos con este evento, de esta manera, si lo hubiéramos hecho de la manera tradicional (con reuniones presenciales)”.

Las dos primeras ediciones ya han tenido alrededor de 230 participa tes, en 18 horas de actividades y 14 instructores. 52

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Congreso Web tuvo debates técnicos, rondas de negocios y concurso infantil La programación de internet finaliza en julio, como una muestra de la gran edición en vivo programada por Sindag para el próximo año. Conferencias sobre agronegocios en tiempos de pandemia y oportunidades para la aviación agrícola, así como mesas redondas de negocios para proveedores en el sector y reuniones de mejora técnica. Todo en videoconferencias con hasta 500 participantes. Esta es la rutina del Congreso Web, que continúa hasta el 23 de julio, promovido por la Unión Nacional de Empresas de Aviación Agrícola (Sindag). El evento representa la versión virtual del Congreso Brasileño de Aviación Agrícola y fue creado después de la decisión de Sindag de posponer, hasta julio de 2021 (en Sertãozinho, São Paulo), la programación presencial de este año. “La idea es valorar expositores y patrocinadores, sin dejar pasar el año. Entonces, debido a las restricciones de Covid-19, la solución fue realizar el evento en plataformas de internet”, destaca el director ejecutivo de Sindag, Gabriel Colle. “Y, el año que viene, volvemos al encuentro presencial, junto con el Congreso Latinoamericano y Mercosur de Aviación Agrícola”, agrega. El Congreso Web ha tenido aspectos destacados hasta ahora, por ejemplo, las conferencias sobre las perspectivas de la economía en el sector primario, la comunicación en los agronegocios, el liderazgo colaborativo y otros temas. Además de la serie Trilha do Conhecimento (con intercambios de experiencias entre profesionales y especialistas en equipos, legislación y tecnologías) y el 2º Foro Científico sobre Aviación Agrícola. Feria virtual y concurso para los niños Según la coordinadora de eventos de Sindag, Marília Güenther, en la parte de la feria virtual el evento tiene tres acciones principales: la difusión de noticias de expositores y socios (Empresas em Movimento) y la difusión de promociones de las empresas. Además de las rondas de negocios, donde los expositores participan de videoconferencias semanales para presentar productos o promociones. Marília también destaca otra gran novedad: la Medalla Flapinho - Amiguinho da Aviação Agrícola (Pequeño amigo de la aviación agrícola), dirigida a los niños. Este es un concurso de videos o ensayos sobre la aviación agrícola, donde los participantes pueden tener hasta 10 años. “Los niños envían videos de hasta un minuto de duración o textos sobre el trabajo de la aviación agrícola en los campos o en la lucha contra incendios”, destaca. “Las obras se publicarán hasta el 15 de julio en los canales de Sindag en Facebook e Instagram. Los dos más queridos serán sometidos a votación hasta el 30. El ganador recibirá la medalla y todos los participantes recibirán una copia de la Revista Flapinho”, explica la coordinadora.

Conferencias técnicas y ofertas de productos y servicios mueven la programación aeroagrícola brasileña en la web. Aviación Agrícola Abril / Mayo / Junio 2020

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Sinergia para alcanzar la excelencia En Sinergy, el ritmo de trabajo durante todo el año y la experiencia brindada por años dando instrucción ha llevado a una filosofía de trabajo que apunta a lograr la mayor eficiencia y reducir al máximo cualquier posibilidad de errores.

“Yo arranco volando un Aero Boero en el Aeroclub de Gonzalez Chávez. Ahí me enseñan la profesión, porque la verdad es que no sabía nada, los Vázquez, ellos me enseñan a pulverizar y arranco ahí la tarea” comienza contando su historia Roberto “Peco” Tomassoni, hoy dueño de una de las más importantes empresas agroaéreas de la zona de Marcos Juárez, Sinergy. Hoy, con un Air Tractor, un Thrush y dos Husky, la empresa opera 54

tanto en su zona como en San Javier, en el norte de Santa Fe. Pero el camino para llegar hasta aquí le demandó muchos años a “Peco”. Luego de haber volado dos campañas con los Vázquez se vino a Marcos Juárez a volar con una compañía que se llamaba Avia, formada por Nelson Fomar y Eddie Kern, “vuelo cinco años con ellos y me voy a volar un Air Tractor con Stieffel Hermanos. Volé tres años en el primer Air Tractor que entró al país. Lo tuve de

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compañero a un gran amigo, Daniel Balfre, que me dio la posibilidad de volar turbina por primera vez en la aviación agrícola” recuerda. Pero después de ese tiempo se decidió a iniciar junto a Omar Díaz, en Monte Buey, su propia empresa, naciendo así Sinergy. Tras 16 años como socios, finalmente “Peco” decidió comprar el resto de las acciones junto a su esposa, quedando así con la totalidad de la empresa dentro de su familia.


PERSONAJES

Sin embargo, el crecimiento de sus negocios lo llevó a alejarse cada vez más del vuelo. “Ahora estoy bastante abajo del día, por suerte pudimos formar un grupo de trabajo excelente de gente joven. Me quedé más en lo administrativo, porque por el otro lado nace el tema de la escuela de vuelo Falconer, de la mano de la venta de aviones y la empresa de pulverizaciones quedó en mano de los chicos que están volando. Los voy monitoreando, pero los que

arman el día a día del trabajo son ellos. Juan Pablo es uno de los pilotos que es el que está más atrás mío porque es de la zona, y Lucas Castro, que es de Rojas, está más en el tema del arroz, ya que tenemos un avión allá”. Juan Pablo Lombardi hoy es quien lleva más el manejo de las aplicaciones. Como él mismo cuenta, nació en Villa Elisa, a 20 kilómetros al sur de Leones, “arranqué a volar planeador hace once años, después piloto priva-

do, hice al curso con Roberto en el aeroclub. Yo me crié en el campo, siempre veía a los aviones fumigar y me gustó, esos aviones que veía fumigar eran de ‘Peco’, con los años me enteré que era él. Me empecé a arrimar al hangar y me propuso si quería ser aeroaplicador, que tenía un lugar en su empresa, así que con paciencia fui juntando mis horas, con el curso de piloto comercial, el de piloto aeroaplicador lo hice con Falconer, fui el primer alum-

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no de aeroaplicador que tuvo la empresa hace cinco años. Apenas obtuve la licencia empecé a trabajar. ‘Peco’ me dio una mano muy grande para llegar, con conocimientos, cosas que no están en los libros. Después me adaptó a su avión agrícola, un Cessna Husky, haciendo traslados, me fue adaptando también con un Cessna 180 y cuando obtuve mi licencia ya pasé a formar parte de Sinergy” cuenta Juan Pablo. Trabajo todo el año El estar tanto en el centro-este de Córdoba como el norte de Santa Fe les permite tener actividad todo el año. “tenemos un mes y medio libre nada más, desde agos56

to a fines de diciembre hacemos arroz en San Javier. Yo voy de agosto a octubre, vamos quince días cada uno, porque uno solo se arregla y el otro está acá porque en esa época estamos con fungicidas en el trigo. De octubre en adelante ya estamos los dos juntos allá porque hacen falta dos aviones para hacer urea. Y a fines de diciembre o principios de enero me vuelvo para acá y hago la campaña en esta zona. A mediados de enero Lucas termina la campaña allá y viene a ayudarnos acá, porque empieza la época fuerte en esta zona. En marzo Lucas se vuelve a San Javier para hacer barbecho y yo sigo en Marcos Juárez por-

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que se hacen siembras hasta abril. Después me vuelvo para allá y nos turnamos quince días cada uno hasta que termine la campaña en junio. En esos días también ya llevamos el avión al taller y lo dejamos listo para la campaña” describe Juan Pablo, evidenciando el ritmo ajetreado que llevan durante casi todo el año. Dado que actualmente poseen cuatro aviones lo fuerte lo hacen con tres, aunque ya a partir de mayo y hasta el final de la campaña en junio no pasan de dos y los otros van al taller, de manera de que al comienzo de la campaña siguiente todos ya están listos para volver a trabajar.


PERSONAJES

Cultivos En la zona de Marcos Juárez, donde tienen su base principal, trabajan mayormente con soja, maíz y trigo y a veces con avena. “También hacemos siembra, en estos años ha crecido la siembra para cultivos de cobertura. Año a año se va haciendo un poco más. Además, hacemos mucha urea y en San Javier sobre todo en el arroz” explica Juan Pablo. En esa zona del norte de Santa Fe los lotes son similares en tamaño a los de Marcos Juárez, con un promedio de 80 hectáreas, aunque tienen la ventaja de tener la pista al centro de la zona donde trabajan y todos los lotes están a un máximo de 15 kilómetros de distan-

cia, lo que acorta mucho el tiempo de traslado. “Allá tenemos un Air Tractor y un Husky, cuando hay mucho trabajo llevamos el Thrush. El otro Husky queda acá en stand by” agrega Juan Pablo. Perspectivas “Yo creo que la actividad tiende a descender, por un tema económico, por diferencia de precio, porque la aplicación aérea vale el doble que la terrestre. El productor, cuando se le ajustan los números, no usa tanto el avión. Creo que es por eso, porque al cliente le encanta cómo aplica el avión, porque es más rápido, el trabajo se hace en mejores condiciones,

pero es un tema de números” opina Juan Pablo a la hora de analizar la situación de la actividad. Sin embargo, agrega que también algunos productores miden las pérdidas por la pisada del cultivo que hacen los equipos terrestres y son los que usan el avión todos los años. A la vez, un lado positivo es que la siembra aérea viene creciendo, porque el costo es muy similar a la sembradora de arrastre y en casos de pasturas permite sembrar quince días antes, cuando el cultivo anterior aún está en pie. “Al productor que tiene animales le sembramos sobre maíz, al mes cosechan el maíz, ya tienen una avena alta y le pueden largar los

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animales. Ganan tiempo y el animal come lo que perdió el maíz en la cosecha más la avena” explica Juan Pablo. Otro punto a favor es que ven que en su zona el problema con ambientalistas se ha tranquilizado bastante. A eso suman que están con la empresa, los aviones y los pilotos habilitados, “respetando al 100 % lo que dice la ley, siempre por encima del margen de distancias mínimas que la ley prescribe, para no molestar ni que la gente sienta que hacemos las cosas mal. Siempre tomamos un poco más de lo que dice la ley. Por suerte nunca tuvimos ningún tipo de problema”. En ese sentido, se esmeran en buscar las áreas sensibles, analizar el viento y respetar la receta fitosanitaria que trae el productor. “Siempre operamos desde acá en esta zona de Marcos Juárez. A veces vamos a una estancia que tiene pista propia cerca de Las Varillas. Son lotes pegados, el ingeniero que está a cargo es profesor de la escuela Falconer, es muy meticuloso, el papá es aeroaplicador, conoce bien la actividad, es Ricardo Owen. Si te llama es porque

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el trabajo se puede hacer. Te da confianza y alivio” cuenta Juan Pablo y, en ese sentido, remarca que “hay ingenieros que a veces piden cosas fuera de los límites”. Desafíos “Creo que lo importante en toda la Argentina y el mundo es concientizar a la gente en el uso de los productos, que no somos asesinos como nos tildan, si uno empieza a ver lo que le lleva formarse a un piloto agrícola. Con cualquier queja ambiental siempre se le tira al avión” destaca y agrega que “hay que enfocar más la publicidad a la gente que no es de la actividad, salir a los medios comunes. Además, cada piloto aeroaplicador debe concientizarse también en hacer las cosas como se debe, porque que uno haga las cosas mal nos perjudica a todos. No hay que darle motivos a la gente para que haga denuncias, hay que tener todo habilitado, la empresa, los aviones y los pilotos”. Para evitar problemas, “Peco” decidió ya hace un tiempo estandarizar la actividad de todos los pilotos de Sinergy. Así, en invierno sa-

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len todos a volar y estandarizan las maniobras “o sea, todos hacemos lo mismo y hacemos lo que dicen los libros. Porque a veces con el tiempo uno va tomando mañas, como, por ejemplo, salir de los virajes con el ala baja cuando hay que salir con las alas niveladas. Así todos trabajamos de la misma manera y hacemos lo mismo. Hace a la seguridad operacional y para que volemos más seguros” explica y agrega “Estandarizamos desde la carga del avión hasta detener el motor. Así vamos puliendo los errores”. Esta idea nació de la escuela de vuelo, usando los procedimientos escritos para enseñar a los alumnos del curso de aeroaplicador, “porque lo que se le enseña al alumno es lo que dicen los libros y eso es lo que hay que hacer, pero con el tiempo el piloto va tomando mañas, por comodidad y hacer más rápido, se sale de lo estándar y puede cometer un error. Entonces no lo dejamos pasar. Se evalúa en una planilla, se hace en el turbohélice biplaza” explica. Así, ya queda poco margen para los errores y el trabajo apunta a la excelencia.




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