4 minute read

Recomendaciones

• Establecer una orientación equilibrada

en cuanto a la promoción y competitividad

Advertisement

del sector. Los modelos de la trazabilidad no solo deben encaminarse a verificar el origen legal como parte del esquema de control; sino también a ordenar la actividad y hacer más competitivo y productivo al sector, considerando que la autoridad está encargada del control de fiscalización, pero también de promover la actividad.

• Definir los procesos como primer paso para construir un sistema de trazabilidad. Si no se conoce con precisión cuáles son los procesos, cualquier norma que se diseñe puede distar mucho de la realidad y no funcionará cualquier software concebido sobre esa base.

Los procesos, al igual que el modelo, tienen que determinarse a partir de las experiencias de las empresas y la sociedad civil, porque son los actores sociales (privados o comunitarios) quienes están en el campo y realmente cómo se van a materializar en el día a día.

Una vez definidos los procesos, se debería empezar a elaborar la normativa, o al menos, ajustarla de acuerdo con un apropiado mapeo de aquellos. Se recomienda una reingeniería de las regulaciones de la trazabilidad, sobre la base de mapas de procesos industriales de la madera.

Una cosa es solicitar la participación de la sociedad civil en el diseño de un sistema de trazabilidad y otra distinta es contar con ella para corregir vacíos surgidos en la construcción de gabinete. Se debe optar por la primera. • Definir con precisión la primera y segunda transformación y en qué se distinguen una de la otra. Esto debe concretarse partiendo de analizar los procesos actuales de producción de la industria maderera, buscando entender el uso del producto en función del proceso específico.

• Tomar las decisiones no en la oficina, sino

con conocimiento real obtenido en el trabajo

de campo. Hay que salir a conversar con el usuario y/o productor forestal, incluidas las comunidades indígenas, para generar instrumentos verdaderamente útiles. Buen ejemplo de ello ha sido el libro de operaciones, para cuya elaboración se visitaron las plantas de transformación, se han realizado capacitaciones y pilotos para probar el formato y su facilidad en el diligenciamiento por parte de los usuarios. Llevar a cabo el trabajo no solo en gabinete sino, principalmente, con los actores permite contar con una validación que acredite la viabilidad social, además de la técnica.

• Concientizar a los usuarios sobre la importancia del sistema de trazabilidad. En un principio, fue necesario apoyar a empresarios y comunidades para acceder a la certificación FSC mientras se lograba identificar los beneficios económicos que esta podía generar. Dado que esta certificación implica costos, veían esto como un gasto y no como una inversión. Es crucial que los empresarios comprendan que si bien al inicio manejar todo el sistema conlleva un costo, al final redundará en una mejora de sus propios procesos productivos. Las comunidades, por su parte, también deben comprender que la trazabilidad les ayuda a identificar cómo son los volúmenes y cómo bajan los rendimientos: del volumen del censo a la comercialización en tablas

hay variaciones por los distintos rendimientos que se van dando en todos esos procesos. Se trata de que los usuarios encuentren las ventajas y beneficios de la trazabilidad.

• Diferenciar en la normatividad los tipos de aserraderos y los costos. Hay un cobro muy alto por la constitución de aserraderos, y debería diferenciarse a las pequeñas comunidades que tienen y quieren comercializar la madera transformada con aserraderos pequeños y portátiles, para que el valor del pago no les resulte tan elevado. Como el costo es alto, estos usuarios prefieren comercializar la madera rolliza y sin mayor valor agregado.

• Aplicar un enfoque integral de la trazabilidad en toda la cadena productiva, y no utilizar el modelo de manera diferente en cada etapa según las características de estas. Esto último es una de las grandes debilidades del país en este campo. Se recomienda que SERFOR y las autoridades forestales junto con los usuarios del bosque y la sociedad civil lleven a cabo ese análisis, de modo que puedan evaluar el objetivo de la trazabilidad. El título habilitante es primordial para determinar el origen legal del recurso forestal. Sin embargo, si se mantiene el vínculo en toda la cadena de suministro de la madera, debe considerarse examinar el costo-beneficio en las industrias y potenciar las capacidades del personal especializado en los centros de transformación primaria y secundaria, que permitan aportar la información del título habilitante durante toda la producción.

• Contar con una herramienta para verificar

el origen de la madera, y promover protocolos

de diligencia debida partiendo de pruebas piloto destinadas a validar dicha preparación y el cumplimiento de la normativa nacional en toda la cadena de suministro, mediante una certificación. Esta última es de naturaleza voluntaria y tiene como finalidad eliminar el riesgo de contaminación con madera ilegal, lo cual les asegura a consumidores nacionales y extranjeros que la madera producida y comercializada cuenta con la validación de legalidad del Estado peruano. La diligencia debida no debe supervisar ni fiscalizar, sino únicamente corroborar que los productores hayan acatado la legislación nacional vigente que establecen los diversos organismos de control y fiscalización. Su ejecución debe convertirse en un instrumento de promoción, recomendable para las empresas productoras, comercializadoras y exportadoras de madera y sus productos derivados, por cuanto la certificación de legalidad contribuye a mejorar los niveles de competitividad.

This article is from: