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HASTA SIEMPRE, RAMÓN

un padre generoso y trabajador que dio ejemplo de responsabilidad y HOnorabilidad a sus hijos y sobrinos. leal, aguerrido y de rigurosa disciplina, herencia de su formación militar, fueron virtudes que lo caracterizaron siempre a la hora de trabajar. Ramón Baltazar De la Rosa Rodríguez, fue, además, dueño de un espíritu libre, alegre y bailador, por ello es recordado con una sonrisa por todos aquellos a quienes en vida lo trataron o tuvieron la fortuna de contar con su amistad.

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Inspirado por su vecino, el Cap. Enrique Mendoza, mecánico de aviación que tenia su base en Saltillo, Coahuila, dueño de un avión fumigador, quien al terminar cada temporada, desmontaba las alas y llevaba el fuselaje a su casa para revisarlo y volverlo a entelar, procedimiento que repetía después con las alas. Ramón siendo un niño, ayudaba gustoso en aquellas labores, a aquel a quien veía como un segundo padre.

El Cap. Mendoza le preguntó si le gustaría ser mecánico de aviación, Ramón, emocionado, tomó el consejo de concursar para ingresar al Colegio del Aire en Zapopan, Jalisco, para estudiar en la Escuela Militar de Mantenimiento y Abastecimiento (EMMA). En agosto de 1970 fue aceptado y formó parte de la generación XXIX.

En 1972 tuvo que dejar la escuela poco antes de graduarse como mecánico de aviación de la Fuerza Aérea Mexicana. Dejó la ilusión de trabajar cerca de los aviones y helicópteros militares, su entrega de espadines (una tradición de antaño), su sacrificio por la entrega de uniforme de doble botonadura y, aún más cruel, la entrega de uniforme de levita. Regresó a Monterrey, donde trabajó en diversos oficios en diferentes empresas regiomontanas.

Así como sirvió a una sola profesión en su vida, amó a una sola mujer toda su vida, María Irma Mejía Martínez, a quien conoció desde niño y siendo muy joven prometió que sería la madre de sus hijos. Unieron sus vidas en matrimonio en 1977 y pronto vieron trascender su amor con el nacimiento de sus cuatro hijos: Juventino, Ramón Jr., Irma Sumukey y Tanhia.

Al iniciar la década de los ochenta, se presentó la oportunidad de obtener su licencia de mecánico. El Aeropuerto del Norte se convirtió en su centro de trabajo, primero en AeroVitro, como ayudante de mecánico y después de dos años en Helijet. Se desempeñó en diversos puestos para diferentes empresas del giro aeronáutico como: en Heliservicios Campeche, PGR, Protección Civil, ASESA, Woodstone Co., ASERTEC, Rajet Saltillo, AVIHEL, Helipuerto Francisco Garza, y ASENSA.

Aunque algunos empleos lo obligaban a estar lejos de sus seres más queridos, siempre encontraba la manera de reunirse, sin descuidar ni estudios ni obligaciones.

En 2007 obtuvo su licencia FAA para el mantenimiento de helicópteros lo que le amplió su rango de labores en el medio aeronáutico. Durante más de treinta años sumó experiencias y conocimientos en el mantenimiento de helicópteros, que lo llevaron a conocer Europa, Sudamérica, además de Estados Unidos para capacitarse, o bien, ir para revisar alguna máquina.

Allison, Bell 212, 206, 407, 430, Rolls Royce 250 C20/C30, Agusta, Robinson, UH’1H, Eurocopter, Sikorsky fueron algunos de los modelos de los cuales tenía capacidad de reparar.

Los helicópteros fueron su gran pasión y la práctica constante en su reparación y mantenimiento lo hicieron sobresalir en el medio e inspirar a tres de sus hijos y a dos sobrinos a seguir sus pasos.

A casi cincuenta años de haber ingresado al Colegio del Aire, con sesenta y seis años y más de treinta y cinco de experiencia laboral, el pasado 2 de mayo, Ramón De la Rosa emprendió el último vuelo, habiendo completado su misión como esposo, padre, abuelo, amigo y maestro en el arte de reparar helicópteros.

Descanse en paz.

Homenaje de parte del personal de transportes aéreos del Gobierno del Estado de Tamaulipas, donde colaboró siempre profesional leal y atento en los incendios forestales. Descanse en paz nuestro entrañable amigo. Cap. Salvador Morales

Mi más sentido pésame. Descanse en paz nuestro querido gran amigo Ramón. Hoy ya gozas de un cielo más alto y de una paz y de una felicidad inimaginables. Cuídanos desde el cielo y en el momento en el que Dios nos conceda, nos volveremos a ver allá arriba. Gracias por tu gran amistad y tus sabios consejos. ¡Un abrazo fuerte hasta el cielo! Cap. Raúl Morales Villarreal

Mi hermano Ramón no murió, se mudó a mi corazón y vivirá en mi memoria. Agradezco a Dios porque formó parte de mi vida. Siempre te recordaré con esa alegría que contagiaba. Tu testimonio hace más grande a nuestra fuerte y especial GENERACIÓN XXIX. Me atrevo a decir que la uniste con tu partida y me siento orgulloso de ser tu amigo y hermano para la eternidad. Tu partida es momentánea, convencido estoy de que nos reencontraremos nuevamente. Sé que hoy estás en un lugar tranquilo y seguro donde sí se puede descasar con paz. Seguro estoy de que tu adorada familia seguirá recibiendo tus bendiciones con mucho amor. Jamás los dejarás. Hasta siempre mi querido hermano. Orlando Ríos Montes

Ese Ramón fue mi brother, bastante inquieto desde el colegio donde nos formaron y disciplinaron, bailarín de nacimiento y de personalidad gallarda, entrón para todo y con un corazón para ayudar siempre prójimo. Con el correr de los años se hizo un genio de la mecánica en aeronáutica, que tomó de la práctica constante. Esa satisfacción lo llevó a cruzar las fronteras de nuestro amado México y de su querido Monterrey. Después de Dios, él me llevó a conocer el extranjero en alas de la aviación y su amistad duró toda la vida. Doy gracias que siempre se acordó de mí pidiendo que la iglesia orara por él. Su grandeza de espíritu lo llevó a Inglaterra, Italia y por supuesto a Estados Unidos. Su recuerdo perdurará en la mente y en el corazón de quienes convivimos con él. Miguel Alvarado Mentado

Al hombre más persistente, incansable y dedicado a la aviación, como compañero forjado del Colegio del Aire EMMA XXIX Alma Mater y desafiante de la gravedad física de este mundo, emprendiste tu vuelo eterno, tus compañeros de la XXIX te saludamos. Honor Valor Lealtad. Tiburcio García Flores

Fue en 1972 cuando conocimos a Ramón Baltazar de la Rosa Rodríguez, al ingresar al Colegio del Aire, y desde ahí nació la amistad que aún perdura. Fue un excelente compañero y uno de los más jóvenes de nuestra generación, con un carácter alegre que contagiaba, bueno para el baile. Por cuestiones del trabajo nos separamos y cada quien realizó sus sueños; los de él: formar su familia y ser mecánico de helicópteros donde fue sobresaliente. Después de pasado algún tiempo, nos volvimos a encontrar, mostrando su madurez y sencillez, su calidad humana. Tratábamos de reunirnos por lo menos cada mes acompañados por nuestras respectivas esposas, convivíamos y recordábamos anécdotas vividas en el Colegio del Aire, la agilidad que tenía para bailar (veo películas de Resortes y si no bailaba igual, poco le faltaba), de cómo nos había tratado la vida y su pasión por lo helicópteros, de cómo aquellos sueños se convirtieron en realidad, cómo nos habíamos convertido en padres y en abuelos, etc. El 2 de mayo del presente año efectuó el último despegue con destino al creador, pero dejando un gran recuerdo como hijo, esposo, padre, suegro, abuelo, amigo y mecánico de helicópteros. Querido hermano Ramón, descansa en paz. Emigdio González Galindo

A lo largo de mi andar, no conozco poesía alguna en su honor, Por ello hoy dedico mi canto a aquellos que el destino los desafió Dicen que Dios los escogió pues necesitaba seres sobresalientes Ya que les asignó la carrera más bella y difícil que existe Hoy mi pluma les escribe a mis colegas Quienes sin importar fríos congelantes bajo cero, calores infernales o lluvias implacables los trescientos sesenta y cinco días del año sin miramientos y anteponiendo su ética profesional amanecen curando a sus águilas de acero. Ellos son como héroes de historietas, también salvan vidas con herramienta destreza y un sinfín de conocimientos, incansables, todo lo dan, por salvaguardar la seguridad de quienes confían y abordan sus poderosas naves. Y aunque manchados de grasa siempre limpios de corazón su ejemplo van sembrando Se imponen por ser fuertes domadores de encrucijadas envueltas en presión y sazonadas de estrés en su máxima pasión: la aviación. Valientes cargan bajo sus hombros, la pesada pero gratificante responsabilidad de que tripulantes y pasajeros lleguen con bien a abrazar a quienes del otro lado del mundo los esperan. Los pilotos y sobrecargos saben que son sus ángeles guardianes Que sigilosos y casi en secreto a diario protegen sus vidas. He aquí mi reconocimiento pues ni tu cumpleaños, ni el Día del Padre, ni ningún otro día de fiesta lo pasaste en casa. Ya que tu deber era primero y justo esas noches como cirujano de manos precisas, atendiste a tus pacientes en su hangar y con ello evitaste historias que nadie debía conocer. A ellos pocas veces la lente los enfoca ya que son invisibles ante el mundo lamentablemente pocos conocen lo vital de su fundamental labor. Sin reconocer que gracias a sus destrezas los cielos se siguen conquistando. Benditas sean tus manos que por su entrega a diario hacen volar a través de mares inmensos a toneladas de vida y tu pecho se regocija al verlos despegar hacia cielos de esperanza. Vaya para ustedes mi reconocimiento arcángeles de bien y hoy lo compruebo, los héroes sí existen se llaman mecánicos de aviación.

25 de mayo Día del Técnico Aeronáutico

Encuentra en esta liga la declamación de la poesía dedicada al Técnico Aeronáutico: youtube.com/watch?v=bLE3jfX3N0I

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