Barrio San Lucas estrena CENDI, para niños de madres trabajadoras Claudia Fuentes En respuesta a la petición de madres y profesoras de diversos Centros de Desarrollo Infantil (CENDI) de Iztapalapa, el jefe delegacional, Jesús Valencia, reubicó el antiguo plantel ubicado en la calle Estrella, Barrio San Pablo, a las instalaciones del Centro Comunitario Tonatépetl, en Comonfort 84, Barrio San Lucas. El martes 24 de septiembre. Valencia Guzmán, junto con el jefe del Gobierno del Distrito
“No queremos pasar por la delegación y que ustedes no nos recuerden por preocuparnos por sus hijos, por sus familias”, dijo Jesús Valencia durante la inauguración que encabezó el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera Federal, Miguel Ángel Mancera, inauguraron las nuevas instalaciones del CENDI, que significa un gran apoyo para las madres trabajadoras de Iztapalapa. Con 5 salones, biblioteca, comedor, cocina, módulo para baños de niñas y otro para niños, baños para profesoras, consulto-
rio, área técnica, dos patios, cuatro salidas de emergencia, en una superficie de 300 metros cuadrados (en su antigua ubicación sólo contaba con 100 metros cuadrados) y todo el mobiliario nuevo, la guardería del CENDI dará cabida a más niños de madres trabajadoras. La inversión para este nuevo espacio fue de 4 millones 800 mil pesos. Uno de los objetivos de la presente administración es ocuparse de las niñas y los niños, “podemos hacer grandes obras, pero no queremos pasar por la delegación y que ustedes no nos recuerden por preocuparnos por sus hijos, por sus familias”, expresó el jefe delegacional de Iztapalapa durante la inauguración. “Estamos cumpliendo, entregando este espacio digno para los
niños y las niñas que diariamente corrían riesgo por permanecer en un espacio sin las medidas de protección civil y de seguridad necesarias”, apuntó e informó que al término de su administración habrán sido atendidos 30 CENDI en la demarcación. Por su parte, Miguel Ángel Mancera explicó que el nuevo CENDI es una realidad gracias a una razón: “no solamente con los recursos es con lo que se puede, sino también con la voluntad de la gente. Este es un claro ejemplo de lo que importa, la participación de la ciudadanía”. En el acto, el niño Alexander Belmont agradeció al jefe de gobierno de una forma especial: “desde el fondo de mi corazón, aunque creo que no tiene fondo, le doy las gracias por mi CENDI”.
Miércoles de tianguis en Iztapalapa Ese día, destaca la presencia de vendedores que vienen a ofrecer productos del campo y del medio lacustre que en otros tiempos, no tan lejanos, todavía se obtenían en las tierras de Iztapalapa. Beatriz Ramírez González Cronista de Iztapalapa En mi paso por el centro de Iztapalapa para llegar al Archivo Histórico, tengo que caminar por la calle Hidalgo, del Barrio San Pablo al Barrio San Lucas, donde todos los días hay un tianguis, que se extiende a calles aledañas, en el que se venden diversidad de cosas. Pero un día es especialmente atractivo para mí: el miércoles; el tianguis tiene otro toque, la presencia de vendedores que vienen a ofrecer productos del campo y del medio lacustre que en otros tiempos, no tan lejanos, todavía se obtenían en las tierras de Iztapalapa. La laguna de Santa Martha, a donde llegaban los patos canadienses y se hacían las armadas, se secó en los años 50; las chinampas de los Ocho Barrios fueron expro-
piadas en 1970 para construir la Central de Abasto, y las tierras de cultivo del Cerro de la Estrella, y de otros pueblos, fueron invadidas poco a poco por la urbanización. Entre los comerciantes que nos traen a la memoria y al gusto la comida de antaño, está Ricardo Morales Castillo y su esposa, quienes vienen de Chimalhuacán a vender tlapiques de pescado (carpas), tripas o mollejas de pollo, charales o hueva de pescado, “el caviar mexicano”, como él dice. Prepara muy temprano los tlapiques con hojas de maíz, cocidos con leña en un comal de lámina, llegan calientitos a Iztapalapa, los ofrece frente al Auditorio Quetzalcoátl. Para quien no los conozca, son esos envoltorios de hojas de maíz quemaditos por el calor. A unos pasos, sobre la calle Hi-
Vendedor de pato y ahuautle, traído de Texcoco 2 OCHO BARRIOS OCTUBRE 2013
Los tlapiques de pescado, tripas o mollejas, vienen de Chimalhuacán
dalgo, encontramos a María del Refugio Cedillo, quien desde hace más de quince años viene de Texcoco a vender tlapiques de pescaditos (charales) y charales frescos para preparar en guajillo con nopales o en chile verde con lenguas de vaca, hojas de una planta también conocida como vinagrena. La temporada de mayor venta es Semana Santa, y cuando llueve o hace frío hay menos charales. También platica que su suegra viene a vender ahuautle, sobre todo entre febrero y mayo, cuando hay más, depende del tiempo por el secado al sol. En otro lugarcito, sobre la calle Aldama, encontramos cada miércoles a Amelia Ojeda Menocal vendiendo charales secos desde las diez de la mañana, por
medida (lata de sardinas) o por montoncito. Ella nació en Michoacán, actualmente vive por el Toreo de Cuatro Caminos y desde hace seis años viene a vender a Iztapalapa, su mamá Carolina empezó hace quince años. Van a comprar los charales a la Plaza de Pátzcuaro, Michoacán, donde los llevan procedentes de islas como Cuitzeo; cuenta que el pescado disminuyó mucho por la contaminación alrededor de las islas de la laguna principal de Pátzcuaro, como Janitzio, Yunué y Pacanda. En la laguna de Zirahuen pescan el charal blanco. Las especies son plateado, tripilla, chapala, popocha (éste es un pescado grande que venden abierto a la mitad para dorar en comal o capeado en salsa verde, flor de calabaza y no-
El organillero también viene los miércoles
pales), o el boquerón ya capeado; ella sabe que la especie guerrero o amarillo lo utilizan en Iztapalapa para prepararlo en chile verde con papas, nopales y cilantro, platillo que se ofrece luego del entierro de un difunto. También nos da una receta para el tripilla: tortitas con huevo en chile verde, guajillo o de árbol. Sus mejores ventas son durante Semana Santa. Mientras platicaba con ella un señor le preguntó cómo se quita lo amargo de los charales, ella respondió que quitando la cabeza o dorándolos en poco aceite; aunque luego me dijo: “la cabeza tiene calcio, la recomiendan para osteoporosis, para dolor de huesos”. No podía faltar un vendedor de patos y de ahuautle, José Rocha Gutiérrez, nativo de Santa Martha Acatitla, quien va a Ixtapa, Estado de México, a traer sus productos. Refiere cómo sacan el ahuautle de la Laguna Sosa de Texcoco: “ponen ramas en la laguna (tipo escoba), donde el mosco deposita el huevecillo; a los catorce días se retiran las ramas, se asolean y se desgranan ya secas. Quien lo compra lo muele en seco en la licuadora o metate y se prepara en tortitas en chi-
Charales secos, traídos de Michoacán
le verde con nopales, cilantro y cebolla, o en guajillo con flor de calabaza”. Cuando habla del pato cana-
Vendedora de tripas de pollo, típicas de Iztapalapa
diense o golondrino recuerda que él cazó patos hasta 1945 en la Laguna del Peñón Viejo, aquí en Iztapalapa; también había tortugas y carpas, la temporada de caza era de noviembre a diciembre. Esto nos recuerda las armadas, ese sistema de caza de patos con cañones cargados de pólvora, municiones y pequeñas bolas de ixtle que se colocaban en islotes, donde previamente se rociaba maíz quebrado para atraer a los patos; cuando éstos bajaban a comer, los cañones se detonaban. Al decirme José Rocha que el pato se prepara en pipián, una señora que va pasando agrega que con lenguas de vaca, lo que él reafirma; también se prepara en mole de olla con guajillo, cilantro y cebolla. Cada pato cuesta cien pesos, la medida de ahuautle cien pesos y cada tortita capeada veinte pesos. Entre las personas que se acercan a comprar, un señor pregunta cómo se curan los patos, a lo que José responde: “se le inserta un tubo que absorbe el sabor de humedad”. El interesado parece no estar muy de acuerdo y se retira. La venta continúa.
Entre estos puestos y tantos otros de verduras, flores, ropa, panes, comida preparada, como tripas de pollo abiertas cocidas con chiles cuaresmeños y yemas de huevo, entre otros, encontramos también a Bryan Hernández Arias tocando un organillo: le gusta venir los miércoles a Iztapalapa porque hay más gente, renta su instrumento musical en la calle Aztecas, en Tepito, dice que los hay de origen chileno, guatemalteco, venezolano y alemán, dependiendo del origen es el pago de la renta; él lleva un instrumento alemán que pesa 45 kilos, los hay de hasta 75 kilos. Sale de su casa con su esposa María de Jesús Talavera Apolinar a las 8 de la mañana, doce horas después regresan con el fruto de su trabajo. A veces los acompaña Rolando Jordán García, pues se necesitan tres para pedir cooperación en los puestos. Así es el tianguis de los miércoles en el centro de Iztapalapa, lleno de color, de música, de olores y sabores de antaño que siguen presentes en la memoria de este pueblo. OCHO BARRIOS octubre 2013 3
Las portadas de flores distinguen las fiestas de Iztapalapa Durante la elaboración de la gran pieza decorativa que cada año coloca la Sociedad de Ornatos Florales del Pueblo de Atlalilco, los vecinos van y vienen en una verbena popular que concluirá cuando se termine la portada. Texto y fotos: Juan Antonio Díaz Un sello distintivo de los festejos tradicionales en los barrios de Iztapalapa, son las portadas elaboradas con miles de flores, en las que la participación comunitaria reúne cada año a familias enteras, en un encuentro festivo que abre camino a los festejos.
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En el caso de la festividad de San Lucas, que se llevó a cabo 18 y 19 de octubre pasados, la Sociedad de Ornatos Florales del Medio Pueblo de Atlalilco se encarga de la confección, traslado y colocación de la portada en la fachada de la parroquia de San Lucas. Dicha Sociedad se encarga de traer, colocar en las bases con diferentes formas las flores, así como
“construir” lo que será el arreglo para el día de la celebración. En el festejo que se da en torno a la Parroquia de San Lucas Evangelista, ubicada a un costado del Jardín Cuitláhuac, se da un encuentro entre los medios pueblos de Axomulco y Atlalilco. En honor al santo patrón el mayordomo en turno encabeza procesiones previas a la celebración principal, recorriendo los Ocho Barrios que conforman el pueblo de Iztapalapa. Desde varios días antes, ve-
cinos, familiares y amigos se unen para la elaboración de la portada, como llevar las flores, seleccionarlas, cortarlas y colocar una a una en el lugar que le corresponde. El 18 de octubre, desde muy temprano salen de la casa del mayordomo las imágenes del santo patrono, acompañadas de música de viento, cohetes con la portada dividida en fracciones; al llegar a la parroquia, es recibida por el sacerdote, y entre todos los acompañantes terminan de ensamblar la portada. La noche de la festividad culmina con la quema de los castillos que cada medio pueblo ofrece por las gracias, favores o solicitudes de los habitantes.
Alcachofa, riqueza de la cocina iztapalapense Este producto se cultivaba en Iztapalapa en grandes cantidades hasta hace algunos años, forma parte de al menos seis platillos que ofrece el restaurante Castidena, en Barrio San Miguel Faustino López Moreno Aún viven en la memoria de muchos vecinos de los Ocho Barrios los productos agrícolas que se cultivaban en estas tierras, como la alcachofa, que todavía cultivan algunos vecinos de barrio San José y que, con orgullo, nos ofrece disfrutar el restaurante Castidena. Ubicado en Barrio San Miguel, el restaurante administrado por José Castillo cumplió un año, y
décadas en estas tierras, entre ellos también menciona los huausontles, el pollo en barbacoa estilo Iztapalapa, pata de res en salsa verde con habas, y por supuesto sus creaciones elaboradas con alcachofa, que lo mismo la ofrece en una rica crema, que capeada con queso, nueces y pasas, o bien como guarnición de una generosa milanesa de res. Desde luego, estos platillos no se ofrecen todos los días en el
Alcachofa capeada, rellena de queso, pasas y nueces, en caldillo de jitomate. Uno de los platillos que ofrece Castidena.
Bueno, por algo hace un par de años su receta ganó el concurso de Pica Pica la Enchilada más Rica, en la Feria de la Enchilada; y en el pasado Festival Gastronómico de la Enchilada obtuvieron el segundo lugar. Ahora que se acercan las fiestas decembrinas, Castidena ofrecerá su receta especial de Bacalao Mancha Mantel, un platillo
que también suelen ofrecer en Semana Santa. De esta manera, Castidena ha llegado a su primer año de servir su cocina tradicional iztapalapense y nos ofrece mantener la calidad y sabor que lo caracterizan gracias a Susana Cadena, quien no deja de agradecer a las abuelas que le heredaron sazón y sabiduría.
Orígenes y virtudes de la alcachofa
Guarnición de alcachofa con queso, para acompañar una milanesa.
con orgullo su propietario nos expresa que gracias a las recetas caseras y tradicionales de Susana Cadena, este lugar ha conquistado el gusto de muchos vecinos de Iztapalapa, quienes saben que ahí se pueden degustar platillos que en otro tiempo se disfrutaban en cualquier hogar iztapalapense, como el ahuautle, el pato silvestre en pipián, las lenguas de vaca también en pipián, y por supuesto unos seis platillos diferentes elaborados con la añorada alcachofa. Susana, por su parte, nos dice que las recetas con las que deleita a sus invitados las aprendió de las abuelas iztapalapenses, quienes le enseñaron las medidas exactas para elaborar los platillos que nacieron con los productos que se cosechaban desde hace
restaurante que tiene por chef a doña Susana, porque algunos dependen de la temporada y otros son parte del menú del día, como el pipián con carne de cerdo; la sopa de setas; la alcachofa rellena acompañada con caldillo de jitomate; alcachofa deshojada con queso, piñón y tocino; enchiladas placeras con salsa de guajillo, acompañadas de lechuga, crema y chicharrón. Es más, la chef nos garantiza que cualquier día de la semana (el restaurante sólo abre de lunes a viernes), el comensal puede disfrutar de al menos cuatro diferentes opciones de enchiladas, todas elaboradas con platillos originales que por cierto les han dado fama en las ferias y festivales gastronómicos donde han participado.
Crema elaborada con hojas y corazón de alcachofa.
La alcachofa es oriunda del norte de África. La palabra alcachofa parece que deriva de un término árabe que significa “lengüetas de la tierra”, en referencia a sus singulares hojas. Fueron los árabes, durante la Edad Media, quienes extendieron el cultivo por Europa, mejoraron las variedades y sus cualidades gastronómicas. Los griegos y también los romanos propagaron su fama como alimento afrodisiaco, lo que favoreció e incrementó su empleo culinario. En la actualidad, la alcachofa es un alimento habitual en muchos hogares. La parte comestible de la alcachofa es la inflorescencia, alargada o achatada, en forma de rosetón, con hojas verdes superpuestas que parecen escamas y unidas al vástago. A las brácteas blandas internas y las porciones blandas del cogollo se les llama de manera coloquial “corazón de la alcachofa”. OCHO BARRIOS octubre 2013 5
Pasión por los discos de vinyl
Obra de Roberto Guillén en la capilla de San Lucas La capilla de San Lucas, en el barrio del mismo nombre, realizó obras donde se colocará la imagen conocida como El Santísimo. En un pequeño espacio, a un costado de la capilla, se construyó el nicho en torno al cual el pintor Roberto Guillén – autor de la escultura de los Ocho Barrios de Iztapalapa ubicada en Rojo Gómez y calzada Ermita Iztapalapa–, plasmó imágenes alusivas al espíritu profundamente religioso que rodea a esa imagen. Dos imágenes de ángeles y otra alusiva al Espíritu Santo enmarcan el área que fue inaugurada durante las pasadas celebraciones al santo patrono de Barrio San Lucas y de los Ocho Barrios del pueblo de Iztapalapa. En entrevista, Roberto Guillén explicó que la obra se llevó a cabo gracias a la cooperación de algunos vecinos de Barrio San Lucas, quienes han manifestado
Año 1, Núm 5, Octubre 2013
interés por que se pinte también la cúpula de la capilla; tanto él como los vecinos esperan que, al ver estos murales, más personas se sumen y apoyen para continuar la obra, que requiere adecuaciones en el recubrimiento del techo, además de diversos gastos en material. Cabe señalar que el artista no cobró por esta obra realizada en la capilla de Barrio San Lucas.
Publicación bimestral de distribución gratuita en los Ocho Barrios de Iztapalapa. Tiraje: 8,000 ejemplares. E-mail: ochobarrios@gmail.com Facebook: Ocho Barrios Iztapalapa.
Director General: Antonio Rivera Trejo; Gerente General: Vianney Garibay Sánchez; Editor: Faustino López Moreno; Corrección y Redacción: Rafael Zúñiga; Colaboradores: Daniela Gregorio, Claudia Fuentes, Beatriz Ramírez, Silvia Zugarazo, Ángel de la Rosa, Ubaldo Salazar Fotografía: Juan Antonio Díaz, Santiago Salmerón; Ventas: Sergio Antonio Rivera; Asesor legal: Jorge Froylán Blanco H. Ocho Barrios es una publicación de Lito Offset Nueva Imagen, con oficinas en: Calle 8 Núm. 204, Col. Granjas San Antonio, C.P. 09070, Iztapalapa, DF, Tels.: 5693 0437 y 6307 2004. Director General: Antonio Rivera Trejo. Registro en trámite. Los textos aquí publicados son en su totalidad responsabilidad de su autor. Foto portada: Antonio Díaz 6 OCHO BARRIOS OCTUBRE 2013
Daniela Gregorio Neria./ Leonardo Mendoza e Iván Gregorio Neria, de Barrio San Ignacio, impartieron la conferencia “Vinylmanía”, en el Museo de las Culturas Pasión por Iztapalapa, en la que hablaron sobre el rescate de una de las expresiones de la cultura pop, pero más aún, principalmente, de la música mexicana de las décadas sesenta y setenta. Los jóvenes mostraron portadas de acetatos, algunos conocidos, otros considerados “rarezas”, discos a veces sólo conocidos por coleccionistas y también por un mercado elitista. Los discos de vinyl están en vías de desaparecer, los nuevos formatos para disfrutar de la música hacen de este objeto una joya para algunos, o basura, para otros. Y es así como estos coleccionistas hablaron de cómo iniciaron su actividad y hoy se preguntan sobre el destino final que tendrá su colección de discos. Iván Gregorio llevó a la conferencia una consola portátil donde se reprodujeron algunos discos, y se refirió a dicho aparato como “un verdadero vejestorio”. Cabe destacar la preocupación de estos jóvenes por rescatar
pero también por compartir esta expresión artística de la música, es decir el objeto disco pero también las portadas, que ya con el formato mp3 cada vez se consume menos. Iván Gregorio citó a Kiko Amat, de los “Mods de Zaragoza”, España: “Somos los chicos de los ojos fijos y los dedos sucios. Somos los arqueólogos del LP. Los de la memoria fotográfica para años y sellos y miembros e instrumentos y portadas y números de serie. Somos los que podemos pasar horas, todas las horas, buscando en cajones de discos de ‘Todo a 3 Euros’. Somos los que, cuando cinco horas más tarde aún no hemos encontrado nada, nos obligamos a encontrar algo vagamente digno que justifique el tiempo empleado. Somos los que ponen monedas encima de los brazos del tocadiscos. Los que saben qué disco va con cada cena, viaje, mañana, cumpleaños, amigo, resaca. Los que cantan las canciones con el salto de la aguja incorporado. Somos los del dolor del pasado y la angustia del futuro, y en medio, discos. Somos los chicos de los discos, hombre”.
Mayordomía del Señor de la Cuevita El pasado 28 de septiembre del presente, en casa de la familia Guillén, en Barrio San Ignacio, se llevó a cabo la entrega de las imágenes de Nuestro Señor de la Cuevita Peregrino a las familias López Guerra y Peralta Vargas en la calle de Los Reyes. Dichas mayordomías despidieron y recibieron a las imágenes con respeto y apego a las tradiciones de estos barrios que, emocionados, como lo expresaron los mayordomos, agradecen y recuerdan con
tristeza lo que significa el entregar este cometido. Asimismo, dieron gracias por estar con vida y salud junto a sus familias. Y rememoran que esta tradición tiene sus orígenes en los tiempos en que el cólera morbus afectó a la población de Iztapalapa. Los mayordomos que entregaron dicho cargo fueron los integrantes de las familias Guillén Ramírez, Guillén Dirvas, Guillén Flores y Guillén Roldán.
El Museo Gota de Agua sí va, afirma Javier Velázquez Moctezuma Acompañado por rectores de los planteles de la UAM en el DF, el titular de la UAM Iztapalapa recorreió el predio CUFA donde, aseguró, se debe construir el museo que servirá para promover la cultura del cuidado del agua. El 2 de octubre pasado, el rector de la UAM Iztapalapa, Javier Velázquez Moctezuma, confirmó la construcción del museo Gota de Agua en el predio Cufa del Cerro de la Estrella. Así lo anunció durante un recorrido por el lugar acompañado por el secretario general de la Universidad Autónoma Metropolitana, los rectores de las otras unidades de la UAM y vecinos de los Ocho Barrios, Culhuacán y las colonias Matlalotzin y Valle de Luces. De esta manera confirmó ahí lo que anunciara dos me-
ses antes en el Museo Fuego Nuevo durante un foro por la dignificación del Cerro de la Estrella (véase nuestra revista de agosto pasado). Velázquez Moctezuma aseguró que el museo ya está establecido en la Gaceta Oficial del 7 de julio de 2010, en donde se señala que el proyecto –que es de la UAM Iztapalapa– debe efectuarse ya en el predio CUFA, porque la enajenación del terreno está a favor de esta institución. Agregó que las autoridades delegacionales están enteradas y están de acuerdo en que el museo se empiece a construir, sólo falta que el rector general de la Autónoma Metropolitana valore la importancia de construirlo inmediatamente, pues servirá para promover la cultura del agua y la reforestación con especies endémicas de esta zona, aparte de construir pozos de captación de agua pluvial.