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Painani EL MENSAJERO DE LA CIENCIA Y LAS HUMANIDADES

año 4 núm.14 ISSN en trámite octubre 2017 - enero 2018 distribución gratuita


Ilustraciรณn de Avelino Solano


EDITORIAL La ciencia en busca de audiencia Sorteando una gran cantidad de obstáculos que lucían insuperables, concluimos este 2017 con la edición número 14 de nuestra revista PAINANI. En esta oportunidad abordamos de nuevo el reto permanente de acercar la ciencia a los grandes públicos. Poco a poco hemos ganado terreno en este aspecto y se han sumado aliados influyentes. Si bien no estamos solos en esta tarea, las instituciones y las personas involucradas no somos todavía suficientes para lograr colocar la actividad científica como uno de los motores principales para transformar y mejorar la calidad de vida de las personas. En este número damos cuenta de la experiencia de participar en la XXIV Semana Nacional de Ciencia y Tecnología, organizada por el CONACyT en la ciudad de San Luis Potosí. Con el tema central del agua, instituciones académicas y grupos interesados, montaron exposiciones para dar testimonio de cómo la ciencia puede resolver el gravísimo asunto de la disponibilidad del agua en las ciudades y en el campo. Enorme satisfacción causa enterarse de los avances tecnológicos que se han alcanzado con diferentes abordajes orientados a la utilización, tratamiento y reutilización del agua. Queda claro que desde la ciencia hay respuestas y soluciones a los graves problemas que enfrentamos como humanidad y, en particular a los que enfrentamos en México. Nuestro país históricamente tiene enormes contradicciones. Por un lado, disponemos de considerables recursos naturales, además del talento y la creatividad de los mexicanos, pero por otro lado, liderazgos deficientes han propiciado que haya grandes carencias. Un recurso de suma importancia con el que cuenta el país es con su planta de científicos y las instituciones en donde laboran. Sin embargo, para dar soluciones a las grandes problemáticas que nos aquejan, los tomadores de decisiones ejecutan programas y orientan recursos millonarios sin consultar con la comunidad científica. Estamos convencidos de que nuestra comunidad de académicos, científicos y tecnólogos es capaz de ofrecer soluciones más accesibles y baratas para enfrentar los retos de crecimiento del país. Es tal vez aquí donde los divulgadores del conocimiento y de la ciencia tenemos nuestro mayor reto. Si logramos que la sociedad, las empresas y el gobierno dirijan su mirada a la comunidad científica, estamos seguros de que se generará un círculo virtuoso en el que la comunidad científica gestará soluciones y, a su vez, empezará a recibir los estímulos y apoyos como ocurre en otros países en los que los tomadores de decisiones saben que afianzar la ciencia nacional es el camino más viable para impulsar el desarrollo global. Quienes se han apoyado en la ciencia han alcanzado el desarrollo y el bienestar de sus habitantes. Quienes han ignorado a su comunidad científica, son países que siguen en el subdesarrollo.


DIRECTORIO

ÍNDICE

Rector

LA ENSEÑANZA DE LA CIENCIA...¿POR QUÉ FALLA? .............................................3 Mario L. Flores López

Dr. José Octavio Nateras Domínguez

Secretario

Dr. Miguel Ángel Gómez Fonseca

Director de la División de CBI

Dr. José Gilberto Córdoba Herrera

Directora de la División de CBS Dra. Edith Ponce Alquicira

Directora de la División de CSH Dra. Juana Juárez Romero

Mitos y realidades de la Pituosphis Deppei de Iztapalapa .......................................7 José Luis Arredondo Camarena ¿IZTAPALAPA? ........................................................................................................................9 Beatriz Ramírez González MARIO GILBERTO BÁEZ Y SU MAGNETISMO POR ALEMANIA.............................13 SAN LUIS POTOSÍ SE EMPAPÓ DE CIENCIA.................................................................15 Elizabeth Hernández Apráez

Coordinadora de Extensión Universitaria Dra. Milagros Huerta Coria

EDUARDO PIÑA: FÍSICO POR SIEMPRE..........................................................................19

Comité Editorial

QUÉ HACE LA CIENCIA .........................................................................................................20

Dr. Javier Velázquez Moctezuma Dr. Óscar Monroy Hermosillo Dra. María Concepción Gutiérrez Ruiz Dr. Pedro Moctezuma Barragán Dr. Mario Pineda Ruelas Dr. Emilio Domínguez Salazar Dra. Beatriz Gómez González Mtro. Ricardo Campos Verduzco

Asesores: Dr. Pablo César Hernández Cerrito Mtro. Samuel Said Serrano Gómez

Painani Contacto: Divulgación de la Ciencia y las Humanidades Feria de Ciencias. UAM Iztapalapa Edificio G. Planta Baja Tel: 58 04 46 00 ext. 3118 oficinadedivulgacion@gmail.com Versión electrónica en www.feriacienciasuami.com @FeriaCienciaUAMI

Ilustración de portada: Avelino Solano

Painani Coordinadora del Proyecto Divulgación de la Ciencia y las Humanidades y Editora Responsable: Norma Lilia Anaya Vázquez Formación: Avelino Solano Jiménez Asesoría literaria: Elizabeth Hernández Apráez Corrección de estilo: Esteban Lameiras Olvera Guión de Historieta: Jorge Figueroa Nolasco

@fcienciasuami PAINANI. EL MENSAJERO DE LA CIENCIA Y LAS HUMANIDADES. Año 4, Número 14, octubre de 2017 – enero de 2018, es una publicación cuatrimestral editada por la Universidad Autónoma Metropolitana a través de la Unidad Iztapalapa, Coordinación de Extensión Universitaria. Prolongación Canal de Miramontes 3855, Col. Ex-Hacienda San Juan de Dios, Delegación Tlalpan, C.P. 14387, Ciudad de México, y Av. San Rafael Atlixco 186, Colonia Vicentina, Delegación Iztapalapa, C.P. 09340, Ciudad de México, Tel. 58044600, ext. 4825. Página electrónica del boletín: www.feriacienciasuami.com y dirección electrónica: feriacienciasuami.com/?op=painani. Editora Responsable: Norma Lilia Anaya Vázquez. Certificado de Reserva de Derechos al Uso Exclusivo de Título No. 04-2013-071217111000-106, ISSN en trámite, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud de Título y de Contenido en trámite, otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Impreso en los talleres de la Sección de Impresiones y Diseño de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa, ubicados en Av. San Rafael Atlixco No. 186, Col. Vicentina, Delegación Iztapalapa, C.P. 09340, Ciudad de México, Tel. 58046553. Este número se terminó de imprimir en la Ciudad de México el 1º de febrero de 2017, con un tiraje de 3000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de la Universidad Autónoma Metropolitana.

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Fragmento del mural de Arnold Belkin de el Teatro del Fuego Nuevo de la UAM-I

LA ENSEÑANZA DE LA CIENCIA... ¿POR QUÉ FALLA? Por: MARIO L. FLORES LÓPEZ*

¿Ciencia en la escuela?

Con el propósito de interactuar con estudiantes y preguntarles ¿Qué es la Ciencia? Un grupo de docentes asistimos a una escuela secundaria pública. Pedimos a la Directora de la secundaria que nos permitiera realizar una actividad con un grupo de estudiantes de ciencias: nos prestaron el laboratorio de biología y se organizó a los alumnos por equipos, alrededor de las mesas de trabajo. Cada uno de los docentes participantes inició un diálogo con los estudiantes. A cada equipo, los docentes le mostraron un objeto de interés personal. Dos profesores llevaron avioncitos, una maestra -que también es dentista- llegó con una herramienta de mano, yo los sorprendí con un antiguo microscopio con pantalla. Los estudiantes de inmediato reaccionaron con curiosidad y pudieron manipular los objetos de aprendizaje sobre las ciencias.

La pregunta inicial fue: ¿Qué piensan que es el objeto? Los estudiantes participaron con más preguntas que respuestas. Posteriormente se les lanzó una nueva interrogante: ¿Hay ciencia en este objeto? Ellos comenzaron a expresar sus ideas respecto a lo qué es la Ciencia. El diálogo fue en aumento y resultó significativo que los estudiantes comentaran diversos aspectos de sus clases de ciencias de manera espontánea.

¿Qué encontramos en esta experiencia? Observamos mucha curiosidad en los estudiantes, que los hizo participar manipulando los objetos y preguntando. El docente también se interesó por las preguntas de los estudiantes, de manera que el diálogo se construyó en una secuencia de retroalimentación entre los participantes. Una respuesta provocaba nuevas preguntas y así nuevas respuestas, y sobre todo, la manifestación de las ideas y puntos de vista diversos.

*Doctor en Educación, Enseñanza de las Ciencias. Egresado de la carrera de Biología Experimental UAM-I

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¿Qué nos dice la psicología de aprender y enseñar ciencias?

Los psicólogos han propuesto diversas explicaciones sobre cómo aprendemos. No sólo se piensa que el hecho de presenciar

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Foto: José Luis Arredondo Camarena

Foto: José L Foto: José Luis Arredondo Camarena

Como parte de la interacción con los estudiantes de secundaria, les pedimos que elaboraran un dibujo o representación sobre algún objeto de su casa en el cual consideraban que estaba presente la Ciencia. La mayoría de ellos representaron aparatos electrodomésticos; esto revela su cercanía con la tecnología más que con la investigación científica. Aunque en los diálogos se expresaron algunos conceptos de sus clases de ciencias, creemos que es necesario que los jóvenes comprendan conceptos y explicaciones, porque con ellos se podrán entender diversos fenómenos, y en parte, el funcionamiento de muchos de los aparatos que nos rodean en la vida cotidiana, así como la importancia de cuidar el medio ambiente y la salud.

atentamente una clase asegura el aprender. En el proceso de aprendizaje la atención es esencial, pero sobre todo, el aprendizaje involucra un interés compartido. Se genera entonces una retroalimentación entre el maestro y el alumno, esencial para el logro del aprendizaje a largo plazo. Sentir y emocionarse son elementos coadyuvantes del aprendizaje. Los psicologos de la educación, han mencionado que asociamos algunos aprendizajes con momentos emotivos que ayudan a mantener los recuerdos en la memoria permanente. Entonces: ver, tocar, sentir, escuchar, hablar y dialogar con los otros, implica habilidades del pensamiento, imprenscindibles para aprender. ¿Por qué hay dificultades para aprender ciencia?

Algunas tendencias educativas, sobre todo en países desarrollados, consideran clave en la relación entre la Ciencia y la Sociedad el factor de crecimiento acelerado de la economía y el enriquecimiento privado. Los sistemas educativos modernos promueven enfoques como el STEM, por sus siglas en inglés: Science, Technology, Engineering, Mathematics. Sin embargo, la Sociedad no destaca como factor esencial. De allí que la enseñanza de la


Ciencia requiere orientarse hacia la formación que considere a las personas en su interacción con otras y en la conformación de una Sociedad más justa y equitativa. Una de las posibles respuestas al por qué hay dificultades para aprender ciencia, la ofrece la investigadora Agnès Gruart de la Universidad de Pablo de Olavide de Sevilla, en España. En sus hallazgos ha descrito que para mejorar la memoria se requiere que la información llegue al sujeto de manera muy organizada. Hoy en día esto es complejo porque estamos expuestos a cuantiosos estímulos de los diversos medios de comunicación que ofrecen información sin valor científico.

En este sentido, existen formas de enseñanza que se han orientado a incluir el juego y estimular la imaginación durante el aprendizaje; ésto es hacer al juego, parte de la estrategia del maestro para motivar al estudiante a participar activamente en la promoción de su propio aprendizaje.

Recientemente, un equipo de investigadoras mexicanas conformado por Candela, Naranjo y de la Riva, destacan la perspectiva sociocultural, es decir, el papel que tiene la interacción entre los sujetos, su experiencia de vida en su ambiente social cercado, en su casa, con sus amigos; todo ello lo llevamos como personas a todos lados y particular-

mente en la escuela, se pone en juego la mayor parte del tiempo. Desde nuestra perspectiva, las estrategias de enseñanza que privilegian la interacción social y el juego, representan una alternativa que puede contribuir a mejorar la enseñanza y el aprendizaje de la Ciencia. Ciencia: una mirada crítica

Sabemos que no hay una sola forma de enseñar ciencias porque no todos los contextos, las escuelas y las experiencias de los estudiantes son iguales, por eso el docente lleva a cabo sus estrategias con un sentido de búsqueda para lograr que el estudiante comprenda, aprenda e integre los conocimientos útiles para su aplicación posterior y en situaciones de la vida futura. En la escuela no se aprende ciencia muy elaborada y compleja, la ciencia escolar es una forma del conocimiento humano que se integra a la cultura general de las personas. Se sabe que no alcanza a ser significativa y trascendente, por lo que en general, el nivel de conocimiento científico en la población es bajo. Algo no está funcionando en la escuela para lograr el aprendizaje de conocimientos científicos y esto se debe a varios factores. Es indispensable que todos los involucrados

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En su conjunto, la divulgación de la Ciencia es realizada por universidades, grupos civiles y en menor intensidad, por el gobierno. Si la escuela no logra educar a los estudiantes en ciencias, estos estudiantes se agregan al déficit que ya presenta la población y esto deteriorará aún más nuestra cultura. El valor de la cultura entre los mexicanos es muy bajo.

en la educación: autoridades, maestros, padres de familia, ayudemos juntos a integrar la Ciencia a nuestra cultura y vida escolar. Hay diversas maneras de acercarnos a la Ciencia, en especial, a través de los múltiples medios de comunicación e información, que ofrecen ventajas, pero también riesgos, pues no toda la información que contienen es de calidad ni confiable. Por lo que se requiere de habilidades que aseguren la selección y calidad de la información que utilizamos.

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Es importante para todos aprender ciencia. Debemos desarrollar en nosotros mismos la inquietud de saber el por qué de aspectos y situaciones que tienen influencia en nuestras vidas: la contaminación, enfermedades, alimentación, clima, recursos, evolución, origen y futuro del Planeta. Necesitamos de otros para comunicar ideas, ponerlas a prueba y transformarlas, para así tener una mejor comprensión de lo que nos rodea. La Ciencia nos da la oportunidad de interpretar y aplicar el conocimiento en las diferentes actividades humanas. La Ciencia nos permite vivir mejor en sociedad y en armonía con la naturaleza.


Foto: José Luis Arredondo Camarena

Mitos y re

alidades de la

Pituophis deppei a p a l a de Iztap Por: JOSÉ LUIS ARREDONDO CAMARENA*

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ra un domingo al medio día cuando David, mi hermano mayor, llegó a la casa y me llamó con cierto misterio para mostrarme lo que traía dentro de un costal de ixtle. A pesar de que yo era un niño, nunca se me va olvidar la sorpresa que me llevé al ver el contenido de ese costal: era una serpiente que en ese momento me pareció bastante grande y muy bonita, traté de sacarla apresuradamente, a lo que mi hermano replicó: “Con calma, ¡no te vaya a morder!”. La serpiente rebasaba con facilidad los 120 centímetros de largo, era de color amarillo oscuro con dibujos negros. Sin soltarla le grité a mi hermano Jorge, para que la viera; los dos estábamos muy emocionados con el “regalo” que nuestro hermano mayor nos acababa de hacer y casi al unísono le preguntamos que en dónde la había conseguido. La respuesta fue bastante increíble: “Me la encontré en el Panteón Civil de San Lorenzo Tezonco" -dentro de la demarcación de Iztapalapa-. Creo que es bueno aclarar que era la década de los setenta, del siglo XX. Después de admirarla por varios minutos, se la mostramos a mi papá, que en ese momento entendió que tendría

que construir un “terrario”, el cual le quedó muy real, además de bonito. Con la literatura que contaba en aquel entonces, la pude identificar: era una Pituophis deppei. Aunque no pude entender fácilmente cómo es que mi hermano se la encontró en un panteón de la Ciudad de México. Muchas posibles respuestas se me venían a la cabeza, pero ninguna me convencía. Casi un año después, Toño, un amigo de la familia nos llevó otra, un poco más grande y con los tonos más oscuros; nos dijo que unos conocidos se la habían regalado y que ellos la capturaron en el Cerro de la Estrella, Iztapalapa. La colocamos con la nuestra y por fortuna se aceptaron. Más tarde, cuando realizaba un trabajo de investigación para la UNAM, que denominé “Estudio Herpetofaunístico de la Zona Alta del Valle de México” en 1998, pude constatar su presencia en la Sierra de Santa Catarina. Desgraciadamente en la actualidad los encuentros con esta hermosa serpiente ya son muy escasos. Ahora, conozcamos un poco más de la “Cincuate”, como se le llama coloquialmente, en una derivación del Náhuatl, a esta serpiente. Esta culebra puede

* Oficina de Divulgación de la Ciencia y las Humanidades, UAM-I.

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alcanzar los 160 centimetros de longitud, es de color ocre amarillo con manchas negras, café oscuro o rojizas en el dorso; de cuerpo grueso, su escudo rostral esta ensanchado, alargado y curvado hacia arriba. Las escamas de la cabeza son grandes y lisas; se presentan dos pre frontales; cuenta con ocho supra labiales. En cambio las escamas del cuerpo son quilladas, las laterales son lisas, se ordenan en hileras longitudinales paralelas, 27 en la región anterior, 29 en la media, y 21 en la pre anal. El número medio de escamas ventrales es de 219, las sub caudales de 60 a 65 escamas. La Pituophis deppei es una serpiente diurna muy activa, siempre en busca de alguna presa,

cuando se siente amenazada mueve su cola y golpeando el suelo provoca un sonido muy parecido al de las serpientes de cascabel; también producen un silbido bastante fuerte, expeliendo el aire a través de un pequeño apéndice de la epiglotis, logrando ahuyentar en la mayoría de los casos a sus enemigos. Se distribuyen por todo el altiplano, al igual que la Pithuophis catenifer; son muy parecidas, sin embargo esta ostenta más remarcada la línea negra en la parte rostral que va de ojo a ojo. Son ovíparas. A principios de verano las hembras ponen de 4 a 24 huevos.

Clasificación Taxonómica: Reino: Animal Filio: Cordados Clase: Reptiles Familia: Colúbridos Orden: Escamosos Género: Pithuophis Especie: Deppei y catenifer

Distribución: Desde E.U. hasta el altiplano mexicano Hábitat: Prados y llanos de montaña, zonas xerófitas y sembradíos Dieta: Pequeños mamíferos y aves. Estado de conservación: NOM-059-SEMARNAT-2001 A amenazada NOM-059-SEMARNAT-2010 A amenazada.

Mitos Una de las creencias más arraigadas entre las personas, principalmente en los adultos mayores, es que los cincuates al llegar a las casas, buscan a las madres que están dormidas y lactando, colocan su cola dentro de la boca del bebé, mientras ellas se alimentan de la leche del pecho de la señora. Nada más lejos de la verdad, en primer lugar, la serpiente no tiene labios para mamar, posee dientes y tampoco se alimenta de leche. No son viscosas, no hipnotizan ni corretean a la gente.

Lecturas recomendadas: Massimo Capula. Guía de Anfibios y Reptiles. Grijalbo. Tícul Álvarez Solórzano. Atlas Cultural de México (fauna). SEP-Planeta. Biol. José Luis Arredondo Camarena. Estudio Herpetofaunístico de la Zona Alta del Valle de México. Págs.244 a la 251. Biol. José Luis Arredondo Camarena. Memorias del XVl Simposio sobre Fauna Silvestre. Octubre de 1998, F.V. y Z. De la UNAM-Monterrey N. L.

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¿IzTAPALAPA? Por: BEATRIZ RAMÍREZ GONZÁLEZ*

Danzantes en el museo del Fuego Nuevo

¿

En qué pensamos cuando escuchamos Iztapalapa? Es una pregunta que me he planteado muchas veces, y ya no me sorprenden tanto las respuestas: delincuencia, tráfico, desabasto de agua… Alguien más podrá referirse a la representación de la Pasión y Muerte de Cristo, quizá al Cerro de la Estrella, y con suerte, alguno más mencionará una fiesta religiosa o popular. No se puede negar la serie de carencias y problemas cotidianos que tiene nuestra demarcación, una de las más extensas en territorio y la más poblada de la Ciudad de México, pero es importante que también se conozca el otro rostro, el carácter multicultural que se manifiesta constantemente, no sólo en los diecisiete pueblos originarios que hay en este territorio, sino en muchas otras colonias y unidades habitacionales que aquí se asentaron a partir de un acelerado proceso de urbanización en los años 60.

* Cronista de Iztapalapa.

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Hay vestigios arqueológicos prehispánicos en los pueblos de Iztapalapa y Culhuacán, asentados en las inmediaciones del Cerro de la Estrella: en San Miguel Teotongo, en San Juanico Nextipac, en Mexicaltzingo, etc.

Exconvento de Culhuacán

Casi en todos los pueblos hay templos y otras construcciones catalogadas como monumentos históricos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Parte de nuestro pasado y hasta de nuestra cultura actual, se muestra en las exposiciones permanentes y temporales de nuestros siete museos, a los que se agregan esculturas y murales en diferentes sitios y plazas. De nuestro patrimonio natural podemos mencionar muchos corredores con áreas verdes: el Parque Ecológico Cuitláhuac (que cubrió el antiguo basurero), el Canal Nacional, declarado en 2012 Patrimonio Urbanístico Arquitectónico de la Ciudad de México, y las dos Áreas Naturales Protegidas, en el Cerro de la Estrella y en la Sierra de Santa Catarina, las cuales siguen siendo importantes a pesar de la urbanización que les ha robado territorio.

Vista de Iztapalapa desde la Sierra de Santa Catarina

El calendario festivo incluye fiestas patronales, otras fiestas religiosas populares, procesiones, peregrinaciones, carnavales, representaciones de la Pasión de Cristo, la más antigua de ellas es la de los ocho barrios, declarada Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México en 2012.

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UACM en San Lorenzo Tezonco


Carnaval

Objetos coloniales en el Exconvento de Culhuacán

Otros eventos que a identifican a Iztapalapa son: el Festival de la Enchilada, la Carrera del Fuego Nuevo, la Carrera Infantil en el Cerro de la Estrella, el Tianguis artesanal por la Semana Santa, el encendido anual del Fuego Nuevo, que recuerda esa antigua celebración prehispánica de cada 52 años, la ceremonia luctuosa de Cuitláhuac, los carnavales, etc. De los espacios y centros culturales que enseñan, difunden y promueven los oficios y las artes, sobresale el Faro de Oriente, semillero de muchos artistas, y el conjunto Calmecac de la Colonia Miravalle, en la Sierra de Santa Catarina.

Danzantes del Fuego Nuevo

Universidades como la Autónoma Metropolitana y la Autónoma de la Ciudad de México, no han sido ajenas a la riqueza cultural de Iztapalapa y la han mostrado en exposiciones y actividades; además son instituciones que contribuyen a la solución de problemas locales de salud, movilidad y abasto de agua.

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Contamos también con el servicio de uno de los más grandes mercados mayoristas del mundo, la Central de Abasto, que ocupa un área donde hasta los años setenta se produjeron frutas, flores y verduras en fértiles chinampas. Para imaginar la antigua red de ríos y canales que cruzaban el territorio de nuestra Delegación, ( y próximo Municipio) basta revisar los nombres de muchas vías de comunicación: Río Churubusco, Canal del Moral, Canal de Tezontle, Canal de la Viga, Canal de Apatlaco, etc. Todas esas vías fluviales, convertidas en calles y calzadas, se sumaron a otras tan importantes como la Calzada Ermita Iztapalapa, una de las más antiguas en la Cuenca de México. A la población de los pueblos originarios se fue sumando la de pueblos de otras entidades del país, incluyendo población indígena, aunque en un mínimo porcentaje, de alrededor del cinco por ciento. Así, Iztapalapa es una delegación diversa y multicultural.

Fotos: Archivo de Beatriz Ramírez González (BRG) Feria de Ciencias UAM-I (FC) Skate GNOMO Ilustraciones: Arte urbano en la UACM San Lorenzo Tezonco

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en

g a t n e t u G

acción

MARIO GILBERTO BÁEZ Y EL MAGNETISMO DE ALEMANIA

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n Tübingen, un pueblo apacible de Alemania, bañado por las aguas del río Neckar, en el que no faltan las flores, la buena cerveza y los verdes bosques, vive un mexicano que le gusta la salsa, el futbol, pero sobre todo, las matemáticas y la física. Mario Gilberto Báez Yáñez cruzó el Atlántico para vivir una verdadera historia de amor con la ciencia en la tierra del poeta Hölderlin.

Llegó en el invierno de 2013, el río Neckar estaba congelado, la temperatura bajo cero y los días eran oscuros. A pesar del paisaje frío y opaco, la ciudad tenía un magnetismo irresistible para él: las calles eran estrechas; las fachadas de las casas, pintorescas; la gente andaba en bicicleta; y allí estaba el Instituto Max Planck, a donde llegó a cursar un doctorado en resonancia magnética. Su sueño se estaba cumpliendo, porque “mi idea siempre fue estudiar en el extranjero, todavía no terminaba la prepa cuando ya estudiaba yo alemán, lo dejé por cuestiones de tiempo y acá lo vine a practicar de nuevo”, dice este ingeniero biomédico en tono alegre y pausado.

Mario Gilberto Báez Yáñez

DE SATÉLITE A LA UAM A los 17 años, Mario Gilberto Báez ya sabía a qué se dedicaría por el resto de su vida. “Quería combinar mi pasión por la física y las matemáticas al campo de la medicina. Cuando estaba terminando la preparatoria hice una investigación sobre qué podía hacer con esa inquietud, y la ingeniería biomédica era una opción muy buena para estudiar lo que me entusiasmaba”, dice con toda seguridad este joven nacido en la Ciudad de México.

Ingresó a la UAM Iztapalapa con la única intención de salir de aquí convertido en ingeniero biomédico. Todos los días atravesaba la ciudad en metro para llegar a tiempo a las clases. Vivía en Satélite y hacía dos horas de ida y otras dos de regreso. “Eran cuatro horas diarias que las empleaba para leer, estudiar, pero llegaba el viernes y estaba cansadísimo”. La recompensa la obtenía a diario a través de sus maestros: “El nivel de conocimiento que me transmitieron en la universidad fue invaluable”, dice.

* Oficina de Divulgación de la Ciencia y las Humanidades, UAM-I.

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Tan feliz estaba en la UAM que decidió continuar con la maestría en Ingeniería Biomédica, y de paso, iniciarse en la Resonancia magnética. Durante este período trabajó con el doctor Gustavo Pacheco López, que le propuso conocer la actividad cerebral ante estímulos del chile y relacionarlos con la actividad vagal. “Hay una conexión directa entre el cerebro y el estómago, está relacionado mediante una región del cerebro llamada ínsula. Entonces, cuando uno come chile, lo que hace es transmitir estímulos a ciertos nervios que terminan en la ínsula”, explica. Evaluaron en un grupo de individuos su resistencia a la capsaicina, que es el componente activo de los pimientos picantes, y los dividieron en altos, bajos y medios consumidores. A través de una teoría de juego de cartas, clasificaron a los sujetos: los que consumían chile y eran arriesgados, y los que no lo consumían y eran conservadores. “A mí me tocaba cuantificar cerebralmente cuáles eran los cambios que se producían en las personas que comían chile y eran muy arriesgadas, y las personas que lo comían y no lo eran. Mediante la resonancia se podía medir que sí hay diferencias de cómo el cerebro cuantifica los juegos”, cuenta. La investigación le sirvió para enamorarse más de la resonancia magnética y enterarse de que los mexicanos, al igual que los habitantes de la India y las regiones donde se cultivan los chiles y ajís más picosos, presentan un tipo de comportamiento un poco más arriesgado. Y aunque Mario Gilberto Báez consume chile de manera moderada, sí ha tomado varios riesgos en su vida. Estando en la maestría hizo una estancia en la Universidad de Zurich, en Suiza, para conocer la metodología y las formas de adquisición de las imágenes de resonancia magnética. Ocho meses después, sin haber culminado su posgrado, solicitó una beca en el CONACYT para el extranjero. “Mi meta era continuar con el doctorado y lo quería hacer en resonancia, pero ya no la investigación directa de las imágenes, sino con tendencia a la física y a las matemáticas, que siempre me han gustado”, cuenta. Así fue como llegó al Instituto Max Planck, que tiene vínculo directo con la Universidad de Tübingen,

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donde actualmente se encuentra. Allí estudia los efectos que tienen ciertos tejidos del cerebro para la modificación de la señal de la resonancia magnética, con el fin de conocer la estructura del cerebro, saber los cambios que se producen en este órgano en enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson, e incluso para descubrir la parte funcional y enterarse sobre qué áreas se activan o tienen mayor actividad eléctrica, dependiendo de la tarea, ya sea motriz, visual o sensorial. “Lo que yo hago específicamente, son cálculos numéricos para predecir cómo la señal de resonancia se va a comportar en cierto tejido, bajo ciertas condiciones”, aclara. Trabaja solo, frente a una súper computadora llamada Clóster, muy poderosa porque “es el conjunto de muchísimas computadoras que aumentan la potencia de cálculo para cualquier tarea. Una calculadora puede hacer una suma en un milisegundo, pero diez computadoras realizan diez mil cálculos en un milisegundo”, agrega. También está contento porque Tübigen es la ciudad con mayor número de escáneres de resonancia magnética en el mundo. “En todo el planeta hay cuatro escáneres de 9.4 tesla (intensidad de campo) y uno está aquí”, asegura. En la llamada ciudad puntiaguda también ha aprendido a conocerse a sí mismo. “No sabía que podía bailar salsa, no sabía que el español es un idioma importante, no sabía que podía cocinar y que era capaz de llevar la administración de mi propia casa”, dice Mario. Estando en Alemania le dio otro valor a México, a su historia, a su cultura y a sus artes. Tiene una novia alemana, se llama Silke y la conoció bailando salsa. Y aunque es una buena compañera, pasa períodos largos de tiempo solo, en los que no le queda de otra que pensar en sí mismo y soñar. Tiene la ilusión de hacer un posdoctorado en el Instituto Max Planck, en la Universidad de Heidelberg, o en la de Freiburg. ¡Qué coincidencia!, en esa misma ciudad donde Mario Gilberto Báez Yañez filosofa y sueña, nació el poeta Hölderlin, el mismo que escribió que “el hombre es un Dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona”.


SAN LUIS POTOSÍ SE EMPAPÓ DE CIENCIA

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Por: ELIZABETH HERNÁNDEZ APRÁEZ*

a palabra Agua fue la que más se pronunció en San Luis Potosí durante ocho días, y no precisamente porque hubiera llovido a toda hora. El sol ardía en el cielo, las campanas de las iglesias antiguas emitían de memoria sus tañidos cristalinos, los motores de los carros rugían por las calles coloniales del centro, y allí, bajo una carpa blanca, abierta de par en par en la Plaza Fundadores, una multitud de potosinos se sumergía para empaparse del tema del que todos hablaban: el Agua. Una vez que ponían un pie dentro de la carpa podían subirse en un barco, meterse en una burbuja gigante, interactuar con robots, participar en experimentos, cantar, jugar, conocer todos los secretos del agua, porque a eso habían ido allí. El responsable de toda esta “fiesta” científica era el CONACYT, que había decidido realizar la XXIV Semana Nacional de Ciencia y Tecnología 2017 en San Luis Potosí, entre el cinco y el doce de octubre, poniendo como tema central de la exposición: La crisis del agua: problemas y soluciones. CIENCIA PARA SAN LUIS A Pamela Galván, la Ciencia le sacó una sonrisa una mañana soleada de octubre. Estudia en el Instituto Salesiano Carlos Gómez y fue una de las ochenta mil personas que asistió al evento. “Me encantó cómo cada carrera te enseña cosas diferentes para cuidar el agua. Está padre que trajeran la Feria acá porque muchos no sabemos cómo ahorrarla, y aquí nos informan para que tomemos conciencia”, dice. Su compañera de escuela, Dana Bernal, salió de la Plaza Fundadores con la cabeza llena de nuevos conocimientos. “Aprendí cómo se puede usar la Ciencia en la vida diaria para resolver problemas como la falta de agua. La Ciencia nos permite ver más allá de lo que vemos a simple vista. La escasez de agua es un problema social que se puede solucionar con la ayuda de los científicos, pero la disposición la debemos tener nosotros, pues aquí vivimos y no tenemos otro lugar a donde ir”, afirma. * Oficina de Divulgación de la Ciencia y las Humanidades, UAM-I.

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Carla en cambio, estudia gastronomía en el Instituto de Estudios Superiores en Gastronomía, y llegó a la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología alentada por su maestra de Geografía de Alimentos. “En la clase vemos cómo se cultivan varios productos, pero queremos visitar los stands que tienen plantas para preguntar sobre los cuidados que se les deben dar, cómo podemos contribuir para que no haya tantos vegetales contaminados con productos químicos, cómo hacer un huerto de traspatio y lograr que la gente tenga conciencia de que esta es una manera más nutritiva y económica de tener alimentos”, comenta. La maestra de cuarto año de primaria de la escuela Club de Leones Número Cinco, Luz María Pereira, an-

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daba de stand en stand con sus bulliciosos alumnos. “Vine con ellos para que interactúen con la Ciencia”, dice. Está consciente de que en su centro educativo la Ciencia se aprende de manera más teórica que práctica, y le parece muy enriquecedor que los niños puedan estar en contacto con los investigadores de las universidades porque “a esta edad, los chicos son muy curiosos y creativos”. Para Claudia Cabral Dorado, del grupo Tlamachilia, fue muy acertado llevar la Semana de la Ciencia y Tecnología a San Luis Potosí. Esta bióloga y su equipo, dictaron dentro del evento, talleres de biología, matemáticas, química y física. Le sorprendió que una vez que finalizaban las explicaciones, el público aplaudiera. Ella por ejemplo, se lleva un grato recuerdo de la “Ciudad de los Jardines”. “Un día vinieron una niña y su hermanito, que eran monaguillos de una iglesia, y les gustó tanto lo que les enseñamos que al otro día llegaron con el cura y otros niños. ´Los trajimos para que aprendan´, me dijo la niña, que se llamaba Fernanda. El conocimiento se lo quedó la chiquita, pero además lo compartió, y eso se siente muy bonito”, cuenta. El ingeniero Orlando Gallegos, de la Coordinación Municipal de Bibliotecas, considera que fue un verdadero reto para él y su grupo diseñar un stand donde se realizaran actividades sobre el tema del agua. “Nos centramos en aspectos como la hidroponía casera, que es la plantación de pequeñas semillas con lo mínimo que se pueda de agua, en este caso usamos hidrogel, el cual absorbe el 90 por ciento de su capacidad de líquido”, dice. También fabricaron un despachador portátil,


con un envase de plástico de dos litros y les probaron a los visitantes que con una botella de agua de este tamaño se logra que cincuenta personas se laven las manos. A la bebeteca itinerante, los más pequeños llegaban sin necesidad de invitarlos. Atraídos por una alberca de pelotas, pompas de jabón, cuentos y canciones infantiles, aprendían cómo cuidar el agua. “Los niños reaccionan padre. Ellos vienen solitos y lloran cuando se tienen que ir”, dice Laura Silva, tallerista de la Coordinación Municipal de Bibliotecas. Los visitantes también querían entrar a un enorme barco que la Universidad Autónoma de San Luis Potosí había instalado bajo la carpa. Allí los recibía una tripulación uniformada con trajes de marineros. El escenario, creado por la Facultad de Ingeniería; Área de Computación, Informática y Sistemas Inteligentes, era uno de los principales atractivos del evento. Cuando las personas se subían a la embarcación, tenían que usar unas gafas de realidad virtual. A través de ellas podían observar la Plaza Fundadores y al barco, que se empezaba a hundir. Veían el estacionamiento que se hallaba debajo de la plaza. El navío se seguía hundiendo cada vez más, hasta llegar al mar, en donde los espectadores apreciaban toda la basura que había en las profundidades. “La gente tenía la opción de eliminarla, para ello solo debían verla fijamente y les aparecía un círculo blanco, entonces tenían que ver tres veces seguidas para desaparecerla con el círculo blanco. En el momento en que terminaban con toda la basura, acababa el juego. Esta actividad tenía como objetivo hacerle tomar conciencia a la gente de que los mares tienen mucha basura y hay que eliminarla para mejorar el medio ambiente”, dice Daniel Vallejo, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. OTROS ESCENARIOS Pero la Plaza Fundadores no fue la única sede de la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología. Hubo dos más: el Museo Laberinto y el Centro de Convenciones. La Universidad Autónoma Metropolitana de la Ciudad de México participó con un stand lúdico en este último escenario. El doctor Javier Velázquez Moctezuma

fue el encargado de organizar la exposición de la UAM Unidad Iztapalapa. “Para nosotros no es concebible que no estemos presentes en este certamen que organiza el CONACYT y que da cuenta de los esfuerzos que se están haciendo en materia de Agua, tema que para la universidad ha sido central en cuanto a investigación, dado que tenemos una gran cantidad de investigadores que abordan la crisis del Agua desde diferentes perspectivas. Por eso trajimos a San Luis Potosí una muestra de líneas que desarrollamos de manera productiva”, aseguró Velázquez Moctezuma. Agregó además, que hay una tendencia general para hacer que los académicos del más alto nivel del Sistema Nacional de Investigadores se acerquen a estudiantes y promuevan el quehacer científico entre la población estudiantil universitaria con el objeto de acercar a esos jóvenes a la investigación y al desarrollo tecnológico. “La UAM-I no se excluye de esto y afortunadamente somos muchos los que estamos convencidos de que la divulgación de la ciencia es una prioridad, aunque en nuestra universidad ha tardado en desarrollarse”, dice. De esta manera, en el stand de la Casa Abierta al Tiempo se dieron a conocer las más importantes investigaciones sobre el agua. Por primera vez, la universidad presentó al público un dispositivo para la medición de parámetros de calidad del agua, creado en sus laboratorios con talento salido de esta alma mater. A través de este aparato, los mexicanos podrán saber si el agua de la llave que llega a sus casas puede ser consumida. Sólo se necesita una muestra

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de agua para que el instrumento empiece a medir la turbidez, la temperatura, el pH, la conductividad y las bacterias patógenas como Escherichia coli. En tres minutos, el portador del dispositivo tendrá una respuesta. Si el led de color verde se enciende, podrá consumir el agua. Si se prende el foco rojo, significa que no es agua potable y que será mejor que no la beba. Se trata de un dispositivo de bajo costo y único a nivel mundial en medir varios parámetros a la vez y en muy poco tiempo. Uno de los proyectos más interesantes que lidera la UAM es el de cosecha y reciclamiento de agua de lluvia, el cual ha permitido llevar agua de buena calidad a niños de 27 escuelas de Iztapalapa, Xochimilco, Milpa Alta, Cuauhtémoc y Azcapotzalco. En la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología los investigadores y sus alumnos les explicaron a los asistentes cómo se realizan la captación de este líquido, el proceso de potabilización y cómo se usa en distintas escuelas. En el módulo de la UAM, los asistentes también se pudieron enterar de cómo es la calidad del agua generada en las plantas purificadoras, o por qué gran parte de las aguas subterráneas de nuestro país tienen alta concentración natural de arsénico, cómo se puede remover esta sustancia y los procesos que se realizan para tratar el agua generada en auto lavados y en lavadoras industriales o domésticas. La universidad también dio a conocer al público el Proyecto de Tratamiento Segregado y Descentralizado del Agua Residual en la Ciudad de México, que tiene como objetivo promover el ahorro colectivo del

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agua y el reuso municipal del agua residual tratada, ya que la capital mexicana se enfrentará en el año 2020 a un déficit de agua, debido a que los acuíferos han sido sobreexplotados y las fuentes externas no son suficientes. Dentro del stand de la UAM hubo propuestas innovadoras de biorremediación, un proceso de bajo costo que consiste en utilizar plantas acuáticas, microalgas y cianobacterias para el tratamiento de aguas residuales y limpieza de residuos peligrosos. Los asistentes aprendieron cómo las microalgas y cianobacterias tienen gran capacidad de adaptación y producen beneficios ambientales como la captura de CO2, tratamiento de aguas y efluentes contaminados. Así mismo, apreciaron acuarios con diferentes plantas acuáticas que se usan para el tratamiento de agua contaminada. Se exhibieron plantas de especies comestibles como frijol, maíz o lechuga, que contienen microalgas inmovilizadas. Se dictó un taller para elaborar filtros con materiales reciclados. El Pez Blanco y el Ajolote fueron invitados especiales dentro de la exposición de la Semana de la Ciencia, pues la UAM presentó proyectos de recuperación de estas especies endémicas, íconos de la cultura alimentaria prehispánica. Hubo ejemplares vivos de estas especies. Así fue como San Luis Potosí se empapó, no solo de ciencia, sino también de cultura, de vida. El último día, en la Plaza Fundadores, hubo una clase de danza. Los expositores se confundieron con los visitantes y movieron la cadera y los pies al son de una cumbia. Algunos escolares salieron ilusionados con la idea de ser científicos, otros sin saber a qué se dedicarían en el futuro lejano. Luis García, un niño potosino de diez años se sentó en el suelo con sus compañeros a esperar el bus que lo llevaría de regreso a su escuela, y mientras lo hacía, dibujaba una bandera de México. En el centro del estandarte, en lugar de pintar el águila devorando a la serpiente, dibujó un tierno pajarito sobre una bella flor. Alguien le preguntó: ¿qué quieres ser cuando seas grande? Se quedó pensativo. ¿Científico? “No”, respondió él. ¿Pintor? “Tampoco?”, contestó. “Quiero ser vendedor de elotes, como mi papá”, dijo con certeza Luis.


LOS ROSTROS DE LA CIENCIA EN LA UAM - I

S

EDUARDO PIÑA: FÍSICO POR SIEMPRE

u sueño era ser como Einstein: quería tocar el violín y hacer la mejor física del mundo. No lo logró, pero al menos lo intentó. De aquellos años desprevenidos de la juventud, Eduardo Piña Garza conserva buenos recuerdos, cuando hacía experimentos científicos con sus hermanos y aprendía de ciencia en los libros. Nació en el hospital Francés en 1939 y hasta los siete años creció en una calle de la colonia Anzures que llevaba el nombre de una científica: Madame Curie. Tenía nueve hermanos, uno al que le decían el Genio porque era aficionado a los experimentos científicos. Se llamaba José e influyó mucho en su vida. Eduardo Piña Garza por su parte, hacía experimentos químicos y era lector voraz de cualquier libro que hablara de ciencia. Cuando ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de México para estudiar Física le fascinó la carrera desde el primer momento, gracias a que tuvo maestros emblemáticos como Juan de Oyarzábal, Carlos Graef y Marcos Moshinsky, quienes lo hicieron enamorarse más de la belleza de la Ciencia. En 1962 ingresó a la Escuela Superior de Física y Matemáticas. Allí estudiaba su maestría y a la vez era ayudante de un profesor de licenciatura. Después le pidieron que dictara la clase de Física Cuántica a los alumnos de la maestría de Física Nuclear. Fue cuando tuvo la oportunidad de conocer a Leopoldo García Colín, quien lo puso en contacto con Ilya Prigonine, un físico químico belga de la Universidad Libre de Bruselas, que en 1977 recibió el Premio Nobel de Química. Su línea de investigación comenzó a aflorar en la Universidad Libre de Bruselas. Los maestros se enteraron que la tesis del alumno Eduardo Piña era sobre los cascarones y la matemática, entonces le sugirieron dedicarse a la física estadística relativista, que se caracterizaba por ser teórica.

Eduardo Piña Garza

A la Universidad Autónoma Metropolitana llegó en 1974, pero ingresó a la unidad Azcapotzalco. Tres años más tarde fue requerido como profesor investigador en la Unidad Iztapalapa, cargo que aún ostenta y ejerce con entusiasmo. A finales de los setenta, dos colegas y amigos que estaban trabajando en la Universidad de Texas le hablaron de la importancia de una línea de investigación. Se trataba de la Estabilidad de Sistemas Periódicos no Lineales, que despertó gran interés en el doctor Eduardo Piña Garza. Es profesor emérito de la UAM. Le encanta sumergirse en la historia de la ciencia y contar aquellas anécdotas que estaban perdidas en el tiempo, o mostrar la vida de personajes célebres de la ciencia. Hizo un libro sobre el físico y matemático Carlos Graef y redactó la biografía de Pedro Carrasco Garrorena, que además de ser director del Observatorio de Madrid durante la guerra civil española, fue su maestro de Óptica en la UNAM. Pero uno de los textos que más satisfacciones le ha dado es un libro sobre relojes.

* Oficina de Divulgación de la Ciencia y las Humanidades, UAM-I.

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QUÉ HACE LA CIENCIA

QUEDARTE SIN BATERÍA en una importante conversación telefónica ya no será un problema para ti. Este avance se logrará gracias a una arcilla que tiene un nombre difícil de pronunciar y que abunda en la Ciudad de México. Se llama montmorillonita y en la UAM la están utilizando para mejorar la eficiencia de las baterías de ion de litio que se usan en la mayoría de dispositivos actuales. Laptops, teléfonos celulares, tabletas, cámaras fotográficas y juguetes, funcionan con este tipo de baterías, que llegan a durar dependiendo de la cantidad de energía que requiera el dispositivo. La idea del grupo de investigación, encabezado por la doctora Judith Cardoso, es mejorar la eficiencia en un cincuenta por ciento. Ricardo Iván Rodríguez Ramírez, estudiante de la licenciatura de Química, quien trabaja con la doctora Cardoso en el grupo de investigación, cuenta que emplea tres materiales. “Con dos tipos diferentes de polímeros estoy haciendo una especie de sándwich en la arcilla montmorillonita. También he agregado el ya citado litio, a través del cual almaceno electricidad para después liberarla de manera controlada con el fin de dar energía a muchos aparatos”, señala. El papel de la arcilla es aumentar las capacidades mecánicas o de resistencia de toda la estructura que se está fabricando. El litio, por su parte, arrastra la electricidad del polo negativo al polo positivo a través del polímero. El proyecto se inició hace cinco años, las baterías que se fabrican en la UAM tienen forma de monedas y son muy parecidas a las pilas de los relojes. Se espera que pronto haya resultados positivos y se pueda crear un proyecto rentable para la industria.

* Oficina de Divulgación de la Ciencia y las Humanidades, UAM-I.

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EL CONSEJO DE LA ABUELA

LA ÚLTIMA ADIVINANZA ANTES DE DORMIR ABUELA FILOMENA. LEERÉ TU MENTE.

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¿CÓMO LO HARÁS?

LA EDAD CUENTA

ADIVINARE LA EDAD QUE TENÍAS CUANDO NACIÓ MI TÍO ISAAC.

ME PARECE BIEN.

MULTIPLICA LA EDAD POR 2

87

(35 x 2= 70)

SUMA 5

(70 + 5= 75)

MULTIPLICA EL RESULTADO POR 50

(75 x 50= 3,750)

TODO TIENE SU CIENCIA

GUIÓN: JORGE FIGUEROA

DIBUJO Y COLOR: AVELINO

PARA NADA ABUELA, ES SIMPLEMENTE UNA CURIOSIDAD CON LOS NÚMEROS. SUMA LA CANTIDAD DE DINERO SUELTO QUE LLEVAS EN TU MONEDERO, MENOR A 100 PESOS.

RESTA EL NÚMERO DE DÍAS QUE TIENE UN AÑO.

AHORA DIME EL RESULTADO

(3,750 + 76= 3,826) (3,826 – 365= 3,461)

3,461

(115 + 3461= 3,576) TENÍAS 35 AÑOS CUANDO NACIÓ MI TÍO ISAAC Y TIENES EN EL MONEDERO 76 PESOS. ¡¿CÓMO LO SUPISTE?! ¡PUEDES LEER LA MENTE! A VER ¿EXPLÍCAME?

EL PROBLEMA ES UNA SIMPLE OPERACIÓN. TU EDAD ES "a" Y EL DINERO SUELTO DE TU MONEDERO ES "b".

100a+b-115 ES LA CANTIDAD QUE OBTUVISTE AL FINAL Y SI A ESA CANTIDAD SIEMPRE LE SUMAS 115 OBTIENES UN NÚMERO DE CUATRO CIFRAS.

AHORA VEO.

PERO ¿CÓMO SABES MI EDAD Y LO DEL DINERO?

MUY FÁCIL ABUELA, EN EL NÚMERO DE 4 CIFRAS, LAS DOS PRIMERAS ES TU EDAD Y LAS DOS ÚLTIMAS ES TU DINERO.

¡ADIVINA ADIVINADOR, TODO TIENE SU CIENCIA!

FIN


C N E I C E AD

I X

S A I C N E I C S E E D D A A I D R I E N F A M 8 U 1 H Y 20 18

20 E 7 D 01 E MAYO

2

DEL

• Lunes de 12:00 a 18:00 horas • De martes a viernes de 10:00 a 18:00 horas • Sábado de 10:00 a 15:00 horas

6D 2 L 1A

2

S!

MO A R E ESP DA S O A ¡L ENTR STO O SIN C

@FeriaCienciaUAMI @fcienciasuami

Ven con tu grupo escolar, con tus amigos o con quien quieras • Explanada frente al edificio F • Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa • Oficina de Divulgación de la Ciencia y las Humanidades, Feria de Ciencias UAM Iztapalapa • Av. San Rafael Atlixco No. 186, Col. Vicentina, Delegación Iztapalapa, C.P. 09340, Ciudad de México • Grupos mayores a 25 personas deberán programar su visita con nosotros, para evitar aglomeraciones • Mayores informes: Tel: 58 04 46 00 ext. 3115 feriaeventos@yahoo.com.mx / www.feriacienciasuami.com


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