Evidencia de lectura “El sentido de la educación”.

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01 de marzo del 2019. Tarea Evidencia de lectura “El sentido de la educación”. -

Carr, David (2005).

 Educación y personas La categoría de los seres que pueden aprender es mayor que la de los seres educados o susceptibles de serlo. Resulta bastante inexacto o equívoco considerar que los humanos sean sujetos de la educación únicamente en tanto que somos una especie biológica, una clase de animal. La educación se ocupa de la iniciación de los agentes humanos en sus capacidades racionales, en aquellos valores y virtudes que las personas llevan adscritas a su estatus. Presupone una distinción importante entre seres humanos y personas. Los seres humanos, entendidos en su continuidad evolutiva con otras especies animales, pueden considerarse objeto de estudio biológico o antropológico. Las personas, sin embargo, no son principalmente objetos de estudio científico, sino sujetos de acciones judiciales, partes en contratos matrimoniales, miembros de clubes. Muchos creyentes religiosos creen que los dioses, ángeles y demonios son, digámoslo así, personas no-humanas. la idea de persona -diferenciada de la de ser humano — vendría a ser la de aquel portador de capacidades, valores y caracteres de tipo tanto racional como práctico, que resultan impensables fuera de unas complejas redes de asociación interpersonal y/o instituciones sociales. René Descartes, el gran fundador de la filosofía moderna, conocida como dualismo cartesiano, que afirma que la mente o el alma son sustancias o entidades no-físicas, inmateriales, metafísica y ontológicamente distintas de los cuerpos físicos que habitan. Las personas humanas no son idénticas al cuerpo biológico de los seres humanos, y que las características de la personalidad, el carácter y el valor humanos ofrecen alguna resistencia al tipo de explicación y comprensión propios de las ciencias de la naturaleza, de la física, la química o la biología. Que para comprender la psique humana puede ser mucho más útil la historia, la biografía o la lectura de las obras de Shakespeare que el estudio de la psicología «científica». Descartes, renuente a reducir totalmente el «alma», la mente, la historia o la biografía a los parámetros causales y estadísticos y al discurso de las ciencias de la naturaleza.


La mentalidad de la persona no puede definirse fuera de ciertas instituciones y prácticas públicas, difícilmente podrán poseerla los individuos fundamentalmente desasociados. Para Kant la persona es inseparable de la autonomía racional del sujeto -por otra parte, una autonomía racional definida conforme al desinterés y a la imparcialidad que caracterizan la ley moral-. De donde se deduce que la persona de la razón pura práctica tiene que ser independiente del mundo egocéntrico, por no decir egoísta, que caracteriza habitualmente a los motivos e intenciones del sujeto. Para Kant la persona real no es el yo empírico que se nos presenta cotidianamente, sino el yo metafísico y nouménico de una razón práctica trascendente. La finalidad fundamental de la educación es la promoción de la persona. La primera es que tanto la idea de persona como la de educación son nociones fundamentalmente normativas: esto nos permite interpretar de un modo más adecuado el concepto de persona como función de una iniciación en los valores, costumbres, prácticas, hábitos e instituciones que conforman de modo característico la cultura humana, alcanzada a través de la educación o por otros medios de socialización. Lo que podemos considerar como característico de la cultura humana es que es la creación libre o el producto de agentes racionales que son capaces de organizar y dirigir sus vidas conforme a razones que no pueden explicarse totalmente (si es que pueden explicarse en absoluto) en los términos estadísticos de las ciencias de la naturaleza. Por otro lado si consideramos la idea de persona como resultado de una iniciación educativa en las normas de la cultura humana, podremos apreciar más claramente el carácter esencialmente práctico, público y social de la vida humana mental y espiritual. La manzana de la discordia de la moderna filosofía educativa- de que los valores y las práctica| en que una persona se inicia bajo el nombre de educación son tanto prácticas como teóricas. La educación es una forma de iniciación en los valores, hábitos, prácticas, costumbres e instituciones de la cultura (humana) no nos lleva demasiado lejos La cultura como lo más valioso para el hombre -según las conocidas palabras de Matthew Arnold, «lo mejor que se ha dicho y pensado en el mundo»  Educación, cultura y valores. Proveer a los individuos de una sociedad de los conocimientos, del entendimiento y las capacidades necesarias para llevar una vida económicamente productiva, socialmente responsable y personalmente satisfactoria. . Una sospecha que crece si consideramos la normatividad de las ideas de cultura, educación y persona que hemos desarrollado sucintamente: es tal la diversidad de objetivos del conocimiento y son tan variados los modos de la vida y la experiencia


humana a los que se aplican, que no resulta extraño el gran desacuerdo existente sobre las metas y objetivos educativos. Algunas materias se han incluido porque, una vez finalizada la escuela, tenían o se creía que tenían alguna utilidad personal -por ejemplo, la economía doméstica o la carpintería que figuraban respectivamente en la educación secundaria de las chicas y chicos británicos. Otras materias pueden haberse incluido al parecer indispensables para una formación profesional, destinada a ciertos tipos de alumnos, definidos de nuevo por sus aptitudes; por ejemplo, las técnicas de reparación de automóviles o, en épocas preinformáticas, la formación administrativa. Pues, si bien se ha dicho con frecuencia que la educación es en cierto sentido una vía de mejora humana, no queda claro que tal comprensión nos haga moralmente mejores. Aunque no resulta difícil concebir la educación sin hockey o sin golf, ni es fácil defender la inclusión de una biología o unas matemáticas avanzadas más allá de unos rudimentos de aritmética y ciencias de la naturaleza, cierta forma de historia debería ser parte de la educación. La historia o, en una concepción más amplia, las humanidades parecen decisivas para una sensibilidad educada -y si la educación es un proceso que dura toda la vida, como se dice tantas veces, debe ser de interés duradero también para el adulto educado e instruido.  Los objetivos de la educación y el aprendizaje Esta diferenciación muestra principalmente que las razones que nos empujan a determinados proyectos o a emprender ciertas actividades pueden fundarse más en propiedades intrínsecas eje esos proyectos que en consideraciones fundadas en el beneficio y/o motivo social o individual. Mientras que ciertas actividades tal vez se elijan y lleven a cabo por los beneficios instrumentales y contingentes que reportan. La idea del valor intrínseco no nos ofrece una motivación humana común, puesto que todos valoramos cosas muy diferentes, si bien la dificultad reside aquí más bien en que los intereses y actividades que la gente valora por sí mismos no son precisamente deseables desde un punto de vista educativo. lo identificaban con un compromiso general del hombre con la racionalidad -es decir, pensaban que los agentes racionales no pueden rechazar, sin caer en la contradicción, lo que consideramos como formas de conocimiento y comprensión educacionalmente valiosas-. El problema es que los agentes racionales pueden evadir y, de hecho, lo hacen, su compromiso con este tipo de conocimiento; y que, por otra parte, confundir valor intrínseco con motivación intrínseca es querer ir demasiado lejos. Hay una parte importante de verdad en la supuesta relación entre valor intrínseco y educación, y es que la capacidad de valorar algo por sí mismo es evidentemente una condición necesaria de la persona educada.


podemos decir que la educación tiene por objeto la adquisición de ciertas formas de conocimiento, comprensión y capacidad valiosas en sí mismas y que son formativas de la personalidad  La educación, la escolarización y el currículo Una de ellas procede de eliminar del currículo escolar aquellas materias y destrezas que no pueden ser entendidas dentro del concepto de educación que hemos definido, es decir, aquel que entiende la educación de los alumnos como una iniciación en formas de conocimiento y comprensión que tienen un valor por sí mismas. La teoría educacional no-instrumentalista tiene, por supuesto, eminentes precursores en la obra de filósofos de la educación como Matthew Arnold, por ejemplo, que puede considerarse como el padre fundador del moderno tradicionalismo liberal. Por otra parte, la educación se basaría «en la naturaleza y .el significado del conocimiento mismo y no en las predilecciones de los alumnos, las exigencias de la sociedad o los caprichos de los políticos. En primer lugar, defensores de la educación popular y sociólogos del conocimiento sostenían (a pesar de sus diferencias) que el nuevo tradicionalismo liberal era demasiado elitista y/o de clase media, aduciendo que el currículo de las formas de conocimiento ensalzaba de forma injustificada lo académico o intelectual sobre lo práctico y útil. En segundo lugar, los modernos filósofos del utilitarismo educacional mantenían que el conocimiento y la comprensión en sí no existían, siendo por tanto la utilidad económica o social la piedra de toque para incluir en el currículo escolar cualquier materia o actividad: debería considerarse la educación como un medio para alcanzar un fin, no como un fin en sí mismo. En resumen, la confusión principal en que se pierden las discusiones entre instrumentalistas y no-instrumentalistas es fundamentalmente una confusión entre educación y escolarización, error recurrente que se manifiesta de formas varias en las muchas discusiones públicas, políticas y profesionales acerca de los objetivos de la educación. Sin duda, la escolarización es una institución social financiada con presupuesto público y en este sentido ha de responder a los deseos de los contribuyentes y de sus representantes políticos democráticamente elegidos. afirmar que alguien es educado o educada sin haber pisado nunca la escuela, como decir que ese alguien es religioso o religiosa pero que nunca va a la iglesia. los llamados «desescolarizadores» de hace unas tres décadas atacaban precisamente la escolarización pública convencional de las economías avanzadas, a la que acusaban de adoctrinar en vez de educar. Pero, en cierto sentido, la


educación (incluso la educación que se imparte en las escuelas) es menos que escolarización.  Educación, teoría y práctica Por tanto, creemos justificadamente que existen formas de comprensión humana que constituyen necesidades educacionales universales y, así mismo, suponemos que, si bien no todos los alumnos pueden poseer las capacidades necesarias para la comprensión de la mecánica cuántica o las matemáticas avanzadas, todos deberían familiarizarse con una concepción seria de la literatura, la historia, la cultura y la moral.


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