Paisajes - Fer Nuri (2017)

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Cualquier paisaje es un estado del espĂ­ritu. El tiempo es un pĂĄjaro. Se posa y alza el vuelo.





Bajo este cielo estrellado solo existe una direcciรณn. Adelante.

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Me acordé cuando lo vi: yo buscaba el horizonte. Quería saber que existe un lugar donde el mundo termina.

Lo miraba desde la lancha sabiendo que no hay forma de llegar a él, sin embargo el sol lo alcanza todos los días...

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Julia estaba escribiendo la crónica mensual que le completaba el sueldito de todos los meses. Dio un bostezo muy largo, y se dio cuenta que se había hecho tarde. Se imaginó en la cama calentita y no lo pensó dos veces. Se lavó los dientes y la cara se puso su vestido más lindo se acomodó un poco el pelo y dudo si perfumarse. Se acostó en la cama y se tapó con una frazada. A quién traerás a tu sueño, Julita?

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Ese era un invierno muy crudo. El sol quedaba tan lejano que ni siquiera en sueños podía proponerse cocinar los deseos, cocer las ilusiones de nadie. Matías se despertó dos minutos antes de que sonara el despertador. Dos minutos es el tiempo que le toma desenredarse de Cintia sin despertarla y apagar la máquina-devolver-al-mundo para que no cometa el crimen con su bella durmiente. En esos años vivían en una casa chiquita. La cocina y la habitación estaban tan cerca que sus límites se confundían constantemente. Ropa sobre la mesa platos sobre la cama, de yapa tenían visitas toda la semana. A veces la gente media ese territorio con el tipo de calor que daba el horno. Matías pasó sus cinco minutos de té mirando su amor entre las sábanas y mientras se vestía de serio la poesía le ganó a los trajines laborales. Un cartelito bien a la vista dice: Te dejo un abrazo sobre la mesa. Ponételo cuando salgas que hace mucho frío.

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Un hombre en su casa piensa que odia la lluvia. Afuera llueve. Es de mañana, quedan en el pastio restos de granizo de anoche. Pensando y pensando, dentro de esa luz apagada que cae entre las cortinas, el hombre hace la analogía: esas piedras desde el cielo caen por culpa del frío entre ellos dos. No tiene que explicarle a nadie quien sea esa otra persona. La lluvia afuera llueve y enllovezne el paisaje de calles y veredas. No es que odie la lluvia, dice. Odia enlluviarse. La ropa mojada, pesado cada vez más el cuerpo. Caer como un ruido grueso, como una gota gorda que quiere pero no se sostiene . Resvalar en los charcos, la baldosa floja de siempre. La mugre que no se va con el primer lavado, el olor a humedad royendo los huesos de las cosas. Dijo esa vez y también otras que desde el calor de una habitación sí, así le encantan las gotas. Ahora llora en el beso partido, y se justifica diciendo que la lluvia le da pena. Llora en la caricia del abandono pero por la gente en la vereda, dice. Le encanta / la paja / ajena / a la gente / hay mucha opinión / y poco / ojo pa dentro.

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Plaza San Martín, una nena sonríe en el charco que para ella es todo el océano. Pajarita en el lago, chapotea las alas para jugar. Una vieja la observa. le mide la distancia, la observa. Pendeja de mierda -piensa- la llovizna la alegra. Qué se piensa, no tiene derecho a cantarle al frío. La pajarita juega a nadar. La vieja cuenta los metros que la separan de ella y a ella de los caminantes. La gente que pasa, encapuchada en paraguas, hace tiempo que no mira. Pasan los caminantes ensimismados y la vieja pide una moneda. Para la nena -dice y ninguno se queja. Como se siga mojando levanta fiebre -piensa.. Con mocos levanta más. La pajarita acaricia lo áspero. Pasajeros apretados en sus colectivos la miran y sienten pena. No alcanzan a ver que entre las plumas trae escondida una canción, porque el gesto es muy pequeño. Hace poco aprendió un secreto que no es universal: Hay que sonreír chiquito para esconder la alegría por si alguien te la quiere robar.

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A las tres de la mañana el aire se pone liviano, como si el calor y la humedad que se fueron se hayan llevado consigo el espesor que habita los atardeceres. En eso estaba pensando Mariano cuando Aylen le preguntó. -¿En qué estás pensando? -En que tengo hace meses un dolor chiquito esperando a que pase lo inevitable. -Sos muy rápido para las metáforas y los simbolismos raros- dijo Aylen con una sonrisa afable -Y vos no siempre sos tan perceptiva- respondió Mariano con los ojos cerrados, mientras pensaba una forma menos poética de decirle que entre ellos ya no había nada.

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Tenía la mirada perdida. Hace tres años, una noche, había salido a buscar el sentido de la vida. Encontrarlo fue tan sencillo y natural que no se dio cuenta todo lo que implicaba. Después del beso, de la cama, había perdido la mirada. Durante mucho tiempo la situación no fue ningún problema. La gente que se cruzaba lo hacía, pero Ariel contestaba que a cambio había conseguido algo mejor. Estar enamorado también incluye tener la mirada perdida. Pero ahora el amor no estaba y el vacío restante era tan evidente que había que hacer algo. Otra noche, después de tres años, salió sin compañia deseando que sea correcto este camino de no tener nada ni plan ni pregunta que hacerle a nadie. La avenida está dividida por un camino ancho bordeado de tilos. Ellos pasan y es uno el que los mira. Desfilan mientras uno se queda quieto y su movimiento es como el cine mudo de imágenes dislocadas. Buscando allí su mirada perdida, Ariel notó las luces de la vereda tras las cuales se erigían como fortalezas paredes de cemento con ventanas de vidrio. Quizás detrás de ellas todavía existe el horizonte. La brisa llamó a sus ojos, le puso la cara a la altura de la fantasía. Mil cuerpitos marrones lo encontraron. Fue sencillo y natural. Las hojas caídas de las ramas de su cuerpo saben que hay felicidad en el árbol el brazo la semilla el vuelo la caída el deceso.

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Ese perro a la distancia, ese perro a la deriva es más negro que todo lo que pueda nombrar esta noche. Ese bicho que mastica basura y en el mejor de los casos rockea camina sabiendo solo su momento. En su cuerpo su pasado. Y en sus dientes se oye el cuerpo. Sí, en sus dientes el cuerpo la música desde el fondo la tarde que continúa hasta su tibia muerte en el ocaso. Aquel perro que camina mira las cosas y no rima ni con la paz ni con la riña ni con caviar ni con la villa Aquel perro mira la tinta la sangre en la lira y pinta consigo palabras para palear las madrugadas... Sí, palabras para palear las madrugadas.

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En la esquina los chicos están hartos de lo banal que es el arte cuando quiere. de saber por empiria lo duro que es pelear de saber por la poesía que no hay idioma para decir amor En el colegio los profesores se quejan del sistema de lo que cuesta la revolución. de saber por la poesía lo duro que es pelear de saber por empiria que no hay idioma para decir amor.

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Desde el tercer piso no se ven tan pequeños. Se distinguen rostros, incluso. Pero es seguro. Desde esta altura es seguro. Otoño serán amigos y familiares. Una pierna primero la otra después. Piernas afuera, distancia plena hasta las nubes desde el asfalto Aferrarse al cemento dejar caer antes del cuerpo algunos ríos. Después dejar de jugar a la muerte y bajar las escaleras de la terraza

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Atravesar el cerco Irse del campo hasta las estrellas fueron alambradas. Un cerco es un alambre que alguien vino y clavó al suelo.... Atravesarlo es un mero acto: con la mirada con las manos con la boca... Un cerco es una barrera que uno viene y pone ahí... Ese uno que la pone es uno mismo. Ahí es el sitio necesario para que no desborde. El acto entonces no es quitar el cerco. ¡¿Romperlo?! ¡Pobre! El acto es poner el cerco elegirlo, decorarlo atravesarlo. Conocerlo, premeditarlo. reconocerlo en sus heterónimos: elija reja, verja o ligustro a su gusto. Refugio, fugitivema, cárcel. La culpa no es del cerco sino del que le da de comer. Cómo será el cerco que el paisaje lo cruza al trote...

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Ana Porley. Por ley y por decreto -dijo entre risas. Por ley y por decreto -cambiando la cara- me vine a Montevideo porque en Ranchos la vida puede ser una jaula o puede ser una mierda. Dos opciones no más, es un pueblo de muertos, una ciudad de fantasmas... -Un pueblo de conservadores sin sueños. -Jaja, si! ¿Y porqué andas solo en Uruguay? -volvió a su sonrisa. -Por ley y por decreto. En la aduana me tuvieron 18 hs para revisar antecedentes y ahora no puedo encontrar a mi compañero... -Ah! jaja. Bueno gurí, estas playas tienen mucho para dar...

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Es ese ritmo... La bocanada profunda la boca

nada

profunda sobre la boca nada con fuerza. Otra vez se aferra a su juventud de esta manera.

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AAAAAAAA

EEEEEEEE

IIIIIIII

AAAAAAAR

EEEEEEEP

IIIIIIIE

AAAAAARI

EEEEEEPA

IIIIIIEL

AAAAARIA

EEEEEPAR

IIIIIELC

AAAARIAD

EEEEPARA

IIIIELCO

AAARIADE

EEEPARAT

IIIELCON

AARIADET

EEPARATR

IIELCONE

ARIADETO

EPARATRA

IELCONEJ

RIADETOD

PARATRAN

ELCONEJO

IADETODO

ARATRANS

LCONEJOY

ADETODOC

RATRANSP

CONEJOYC

DETODOCO

ATRANSPA

ONEJOYCA

ODOCODON

TRANSPAS

NEJOYCAZ

DOCODONE

RANSPASA

EJOYCAZA

OCODONEL

ANSPASAR

JOYCAZAD

CODONELE

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OYCAZADO

ODONELEN

SPASARLA

YCAZADOR

DONELENG

PASARLAP

CAZADORR

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ASARLAPI

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NELENGUA

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ELENGUAJ

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l l

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Traquete aba lapa jari ta co munú nafragán cialoca Yenlas carava nasdí áfanas queso liam oshacer toma bamostre nesae lhorizonte...

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Você é preta Dos olhos ao beijo. Você é olhos preta. Sua pele brilhante cor do mar é branca demais Mas seu coração no peito da cinza é preto carvão Voce afoga o fogo da luta As feridas do povo Você leva ao povo Com a voz Preta da derrota Preta da insistência. Só a chuva cai do céu. Você sabe, construir uma estrada.

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Sos negra De los ojos al beso Sos negra en los ojos. Tu piel brillante color de mar es blanca demás pero tu corazón en el pecho de la ceniza vos ahogas el fuego de la lucha las heridas del pueblo las llevas al pueblo con la voz negra de la derrota negra de la insistencia. Del cielo solo cae lluvia. Lo sabés, y construís un camino.

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El teléfono tiene un adentro y un afuera. El afuera es espera El adentro siempre ¿Siempre? Es incertidumbre. Pero qué los separa? ...el afuera... ...D0nd3 qu3d4 3l 4fuer4? Siempre tuve problemas para marcar L0s Límit3s L0s l1m1t3s L05 L1M1735 S13mpr3 7uv3 pr0bl3m4s D3 L1M1735 ¿N0 53r3 1 c0d1g0 b1n4r10?

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Quizás tengo que apuntar al costado de tu mirada para que tus ojos se desvíen hacia donde yo miro y se crucen en el camino con los míos.

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Me dejé secar al sol, trapito sucio de ciudad lavándose en el río. Van las horas paseando lentas sobre mi piel coloreando mi modorra con matices de melancolías. En Uruguay me aburría un poco viendo al agua comerse las piedras, y pensaba seguido en la tibia noche de tu cuerpo...

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Marina dice que no que su madre no dio a luz en un barco ni tampoco fue un timonel quien la asistiรณ en el parto. Y sin embargo tiene la frescura del agua que se dirige al horizonte, el sabor salado de besos que se pierden en la noche.

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Hoy quiero soltar un poema como soltĂŠ el suspiro que llevaba conmigo. Salvar las distancias entre nuestros caminos y nuestras verdades personales Entregarme al cielo que gira sin esfuerzo. Ser la noche que reciĂŠn comienza y ver como la luna llena se desdibuja lentamente de mi cuerpo infinito.

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La noche se vacĂ­a siempre que el tiempo cĂ­clico e trae a contrapelo un silencio, siempre que arranca de su manto un pellejo de luna, siempre que chupa su manso reflejo y lo trastoca en bruma. Yo soy la noche y soy la luna entrando y saliendo del mundo al unĂ­sono

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Mi alma pesa 25 gramos. y está hecha de humo que se pierde. Flores que se queman, humo que se pierde. Y ceniza, 25 gramos de ceniza que se cae. Un suelo donde se entierra mi alma también es un suelo. un agujero, una madriguera. un vacío. Un brote, sin semilla. Una cicatriz en el rostro eso es mi alma. Un bosque en la noche refugio para lo muerto. Misterio donde fugan certezas único lugar que nos habita.

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Lo primero que hay que hacer es romper el hielo. Luego unas sonrisas. ÂżPor quĂŠ no te van a dar un beso? Nos gustan pocas cosas en la vida.

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Un

paisaje

paso por los espacios dos

sueĂąos

momentos que transitan deseos tres

vigilias

canciones indeterminadas cuatro

fantasĂ­as

estaciones recurrentes cinco

fluctuantes

caminares distantes

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*** El alma se desarropa, se desenviste que no nos sea un dolor *** entre el sueño y la vigi Lia entre los días proliferan momentos *** Sábado de sol asado, mediodía sonríe el perro. *** Un lápiz se cae de mi mesa y sé que acaba de perderse para siempre.

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Dispersas Palabras se amontonan parecen caer y morir todas flojas pierden cuerpo muestran el camino con brillo con brío forman un rio donde se hunden ciertas penas. En el fondo desde el barro crecen los juncos del poeta con solamente una meta: aguantar tercamente la marea dura para estar frente al sol y la luna. Palabras río lo sustentan ejercen presión: hacia arriba para que vuele hacia adentro para que se alimente. Palabras río que hierven y ascienden después.

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Palabras nube se sujetan al cielo palabras nube llueven en pleno Enero sobre Claypole Banfield y Haedo regando ciertas penas que irán como la arena clavadas al cuerpo de la gente. De Este a Oeste, y que eventualmente vuelven a reencontrarse saludarse y reir. Se amontonan parecen caer y morir pierden cuerpo se vuelven río... Así todo el tiempo.

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Bajo este cielo estrellado.9 Me acordé cuando lo vi.10 Julia estaba escribiendo la crónica.11 Ese era un invierno muy crudo.12 Un hombre en su casa.13 Plaza San Martin.14 A las tres de la mañana.15 Tenía la mirada perdida.16 Ese perro a la distancia.17 En la esquina los chicos están hartos.18 Desde el tercer piso no se ven tan pequeños.19 Atravesar el cerco.20 Ana Porley.21 Es ese ritmo.22 AAAAAAAA.23 Cardumen de palabras.24 y 25 Espiral.26


27. Traquete 28. Vôce e preta 29. Sos negra 30. El teléfono tiene 31. Quizás tengo que apuntar 32. Me deje secar al sol 33. Marina dice que no 34. Hoy quiero soltar un poema 35. La noche se vacía 36. Mi alma pesa 25 gramos 37. Lo primero que hay que hace es romper el hielo 38. Un paisaje 39. El alma se desarropa Entre el sueño y la vigi Sábado de sol Un lápiz se cae de mi mesa 40. Dispersas



Editorial de FantasĂ­a




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