En este número de FACIES Durante este número os daremos algunas pautas y sugerencias de cara a prepararos vuestro atrezzo romano. Esperamos que lo disfrutéis. En este número de FACIES..................................................................................1 Ropa interior......................................................................................................... 2 Túnicas y mantos – La estola...............................................................................3 La stola en la vida pública...................................................................................8 Cabello, peinados y complementos.......................................................................9 Calzado............................................................................................................... 12 Tejidos................................................................................................................. 13 Curiosidades....................................................................................................... 14
Y recordad amigas, la mujer del césar no sólo debe ser honrada, sino parecerlo.
Indumentaria femenina Ropa interior La ropa interior no existía como tal, las romanas cuando tenían frió, abrigaban sus piernas con unas vendas. Algunas para sujetar y realzar el pecho utilizaban las mamillare o fascia pectoralis, especie de faja de tejido fino sujetando el pecho y otras protegiendo el sexo. Otras llevaban el strophium, cinta de cuero suave que sostenía el pecho. Las mujeres de la alta sociedad o ricas utilizaban una especie de redecilla realizada con hilos de oro o plata para sujetar los pechos en las grandes ocasiones, las areolas eran pintadas con tonos dorados, plateados o rojizos.
2
Túnicas y mantos – La estola La túnica más característica en el imperio romano para las mujeres era una stola, o manto parecido al kitón griego, con mangas y pliegues, que llegaba hasta los pies. Era ceñido a la cintura y contaba con un bordado en su parte inferior y en el cuello. Las mujeres de la élite romana no tenían una vestimenta exclusiva que revelara su estatus, este se deducía de las ropas de su esposo, de hecho la estola solo significaba el estado civil de la mujer (si estaba casada o no). Sumado a lo anterior excepto por pequeñas variaciones de color o fabricación los estilos en las ropas femeninas no cambiaron en exceso durante la historia de Roma, por lo que se enfatizaron a lograr elaborados peinados y lucir llamativas prendas para distinguirse de las otras mujeres.
3
4
Sobre la estola se vestirá una palla o palio, que se convirtió en la prenda más solemne de las mujeres. Era un vestido más ancho y largo que llegaba hasta los pies y cuya dificultad para vestir y llevar era parecida a la de la toga. Finalmente debía quedar libre el brazo derecho, mientras que el izquierdo sujetaría los dos extremos del manto.
5
6
Dependiendo del color y de la colocación la estola podía llamarse de muchas formas: • • • • • • • • • •
Lyrmata: Su color era de cera virgen. Cimatide: Color verde mar. Crocotula: Color azafrán. Patagiata: Túnica de flores, con oro y púrpura vistosas franjas. Plumatiles: Túnica tornasolada. Indusio: Túnica para el hogar. Caltula: Mantillo color morado. Impluviata: Manto para tiempos de lluvias. Ralla: Manto ligero de gasa. Ricino: Manto cuadrado que cubre la cabeza y se ata bajo el mentón.
7
La stola en la vida pública Adultez: en Roma, mediante una dedicatoria, las jóvenes consagraban a la diosa Virgo (Fortuna Virginalis) los pequeños mantos de la niñez y eran investidas con la estola de la matrona. Boda: la víspera de la celebración, la novia se acostaba con una redecilla y la túnica dicharecta, blanca como los vestidos más primitivos de las griegas. La tradición exigía que tanto la redecilla como la recta hubieran sido tejidas por la propia novia en el antiguo telar vertical. A la cintura un simple cíngulo de vellón atado con el nudo dicho de Hércules para promover la fertilidad, pues se creía que el gran héroe de la mitología llegó a engendrar setenta vástagos. El color blanco estaba asociado en Roma a la pureza, la castidad y los dioses favorables, y simbolizaba la inmadurez sexual. Ya entonces la prenda nupcial más característica de la desposada era el velo: las novias romanas se celaban tras un velo amarillo anaranjado (flammeum). Luto: Tanto en Grecia como en Roma, lo decoroso en los trances luctuosos radicaba en vestir la túnica de algún color oscuro y sin cinturón. Los cabellos cortos significaban luto en la mujer. Vestales: se cubrían con un amictus blanco que permitía ocultar la cabeza, de nombre suffibulum.
8
Cabello, peinados y complementos Durante la República las mujeres romanas se peinaban con un moño en la parte posterior de la nuca. En la época imperial, sin embargo, los peinados y tocados llegaron a ser muy complejos y cambiantes según las modas marcadas por las emperatrices. Dado que en Roma la moda evolucionaba muy rápidamente, existían muchos bustos de mujeres en los que el cabello estaba hecho de otra pieza, para poder sustituirlo en cualquier momento. Teñirse el pelo era frecuente —sobre todo de pelirrojo—; pero los colores más llamativos, como el rubio y el azul, sólo los usaban las cortesanas. Las jóvenes se recogían los cabellos en un nudo o en trenzas, las señoras casadas preferían el peinado. También utilizaban postizos, recogidos.
9
Tanto hombres como mujeres se solían teñir el pelo. Los romanos, adoptaron de los griegos la costumbre de teñirse el pelo de color amarillo rojizo con el jabón cáustico, spuma caustica o batava hecho de sebo y cenizas, también utilizaban pelucas, capillamentum.
Las mujeres adornaban su cuerpo con brazaletes, armillae, hebillas, fibula , pendientes, inaures, collares, monilia, horquillas acus crinalis, anillos, anulus, también usaban a veces abanico, flabellum y sombrilla, umbella , diademas y cintas, vitta, mitra, etc..
10
Aquí os dejamos algunas de las tendencias principales en el siglo III
11
Calzado El calzado tanto de hombre como de mujeres era el mismo, se diferenciaban en el color y el grosor de la piel. Desde una simple suela de cuero atada con correas, en casa usaban sandalias, solea; para la calle empleaban zapatos más fuertes, calceus.
La carbatina era el calzado de campesinos, fabricado en una única pieza de cuero.
12
Tejidos El tejido principal y mayoritario era la lana pero también se vestía lino algodón o seda. La túnica fue evolucionando en color, formas y dimensiones. La mayor parte de los tintes era de origen vegetal (rojo de la rubia roja rubia tinctorum o del arándano, el naranja y el amarillo a partir del azafrán, morado de las moras o las uvas, el marrón de la cáscara de nuez…) y algunos colores resultaban especialmente caros, como el púrpura. Los minerales eran la fuente de colores como el índigo (lapislázuli). La púrpura era extraída de un gasterópodo llamado “múrice”, importado de la India. Murex brandaris. Los esclavos y plebeyos empleaban ropas de color terroso y oscuro; los hombres y mujeres libres y acomodados llevaban trajes de colores claros o vivos. El amarillo, que resultaba muy caro al ser extraído del azafrán, se usaba en las bodas y era el color de los trajes de las vestales. Las túnicas de los legionarios, al parecer, eran azules (tropas de la marina), o rojas (el color del dios Marte).
13
Curiosidades Las mujeres romanas consideraban bello que las cejas estuvieran unidas sobre su nariz, para conseguir tal efecto utilizan una mezcla de huevos de hormiga machacados con moscas secas. Popea, esposa de Neron, inventó una mascarilla. Consistía en una mezcla de pasta y leche de burra, tectorium que se aplicaba sobre el cutis y se dejaba toda una noche. Para las arrugas utilizaban una mascarilla compuesta de arroz y harina de haba. Una crema blanqueadora de rostro muy conocida era la mezcla de lanolina de la lana de oveja sin desengrasar, almidón y óxido de estaño. Maquillarse y cuidar la piel requería de una buena dosis de tiempo y habilidad. También había que acostumbrarse a manipular productos a veces un tanto repulsivos; por ejemplo, para elaborar las mascarillas faciales se utilizaban como ingredientes excrementos, placentas, médulas, bilis y hasta orines, lo que obligaba a perfumarlas intensamente. No es extraño que el poeta Ovidio recomendara a las mujeres aplicarse los cosméticos a solas, sin que las vieran sus amantes: «¿A quién no apesta la grasa que nos envían de Atenas extraída de los vellones sucios de la oveja? Repruebo que en presencia de testigos uséis la médula del ciervo u os restreguéis los dientes: estas operaciones aumentan la belleza, pero son desagradables a la vista [...] ¿Por qué he de saber cuál es la causa de la blancura de vuestro rostro?».
14
Pero, a veces, ni todo el ingenio desplegado por las damas romanas bastaba para garantizar su objetivo de seducir al hombre amado. Marcial, en uno de sus epigramas, se burla de cierta mujer que se «acuesta sumergida en un centenar de mejunjes», con un rostro prestado (el de la mascarilla), y que «le hace un guiño con el entrecejo que saca por la mañana de un bote»; era demasiado vieja para enamorar a nadie. Las mujeres gustaban de resaltar sus pómulos coloreándolos en tonos rojos muy vivos, como símbolo de buena salud. Para ello se aplicaban tierras rojas, alheña o cinabrio, aunque había alternativas más económicas, como el jugo de mora o los posos de vino. Por otro lado, el carmín de labios, también en tonos rojos muy vivos, se lograba con el ocre procedente de líquenes o de moluscos, con frutas podridas e incluso con minio. Además, según Propercio, estaba muy difundida la moda de que las mujeres se marcasen las venas de las sienes en azul.
15