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Capítulo II

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Introducción

Introducción

CAPÍTULO II: H.P. LOVECRAFT

Para adentrarnos más profundamente en el género, es necesario hablar primero de la vida y experiencias del creador que hizo posible su fama. El hombre que es considerado el padre del terror cósmico: Howard Phillip Lovecraft.

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“Lovecraft, un hombre enfermizo y misántropo de Nueva Inglaterra marcaría una nueva revolución en la literatura de terror [...] Tal y como lo mantiene en su estudio teórico, consideraba que la literatura fantástica tiene como fundamento el miedo a lo desconocido”. (Escudé, 2012, pag. 7)

Retrato Familiar de Lovecraft. Obtenida de: www.pandaancha.mx

La historia de este personaje comienza en los años de su niñez, cuando un pequeño Howard comenzaba a convertirse en un prodigio para el mundo de la literatura y la poesía, ya que a muy temprana edad aprendió a recitar poesía, a leer y finalmente comenzó a escribir a la edad de los seis años.

Desde niño Lovecraft fue una persona solitaria, especialmente a causa del trato que recibía de su madre. Ella fue la culpable de sus extraños comportamientos y fijaciones. Comenzando por la idea de vestirlo con ropa de Retrato de Lovecraft a finales de su infancia. Fotografía to- niña cuando era pequeño, hasta mada de: https://es.wikipedia.org/wiki/H._P._Lovecraft el negarle jugar con otros niños que para ella eran considerados de “menor categoría”. Esto último se debió a causa de la sobreprotección adquirida tras la muerte del esposo, y la cuál tendría repercusiones en la vida adulta de Lovecraft.

Lovecraft, en una fotografía de 1915. Fotografía tomada de: www.abc.e

Años después, específicamente en 1927, Lovecraft escribió una carta dirigida a la famosa ciudad de Nueva York, a la que él llamaba ‘muerta

con un brillo que aunque impresiona a alguien que se encuentre a sus afueras no es más que la foto fluorescencia de un cuerpo en

descomposición’.

En esta carta, explicaba las ideas que tenía en contra de los afroamericanos y aborígenes australianos, refiriéndose a ellos como biológicamente inferiores a la raza blanca; sin embargo esto no fue todo, ya que a los inicios de la globalización e inmigración por parte de China y Japón lo consideraba como un ‘peligro amarillo’ que no debería de encontrarse en una nación asentada y homogénea. Afirmaba que un número tan inmensamente grande de individuos de esta raza diferente, no deberían de ser admitidos, ya que podría traer alteraciones en la composición étnica original.

Con esta carta, nos podemos dar cuenta de que Lovecraft era un hombre complejo y con ideas xenófobas, que evidentemente creía que su nación había sido invadida por unos individuos a los que comparaba como una enfermedad mortífera. Es por ello que aquí entra la figura de Nueva York, es decir, la representación de todo en lo que no creía. Un sitio en el cual se daba más la mezcla entre razas y clases sociales. Un sitio donde las tradiciones y todo a lo que él estaba acostumbrado no se tomaban en cuenta. Era lo desconocido y el cambio de algo nuevo e inentendible a su forma de ver.

H.P. Lovecraft. El padre del terror cósmico. Ilustración obtenida de: www.pandaancha.mx

“There is only one anchor of fixity which we can seize upon as the working pseudo- standard of ‘values’ … and that anchor is tradition… Tradition means nothing cosmically, but it means everything locally & pragmatically because we have nothing else to shield us from devastating sense of ‘lostness’ in endless time & space” (Ibid., pp. 356-57)

“Solo hay un ancla de fijación que podemos aprovechar como el pseudoestándar de trabajo de ‘valores’... y ese ancla es tradición... La tradición no significa nada cósmicamente, pero significa todo localmente y

pragmáticamente porque no tenemos nada más que nos proteja de la devastadora sensación de “pérdida” en el tiempo y el espacio sin fin “(Ibid., pp. 356-57)

Lovecraft era un hombre que no solo trataba de aferrarse a la tradición como una excusa. Puesto que en su pensamiento, está era la encargada de proteger a la gente de la pérdida y de lo desconocido, y sin ella no habría nada que escudara del cambio y de lo diferente.

Su negación al cambio, y especialmente la época en la que vivió, trajo consigo grandes e importantes movimientos que le produjeron una sensación de miedo hacía algo que no podía explicar. Y es justo aquí en donde comienza a surgir el primer acercamiento, hacía lo que en un futuro se convertiría en el terror cósmico. Un miedo causado hacía lo que era desconocido, aquello que se encontraba fuera de tradición y especialmente fuera de una ‘naturalidad’ a la que se estaba acostumbrado.

“Lovecraft was sensitive to the cold and to strong smells; he hated fish, seafood, liver and milk, and survived on a two- or three-dollar-a-week diet of doughnuts, cheese and canned food” (Lovecraft 1934-1937 pp.337, 367.)

“Lovecraft era sensible al frío y a los olores fuertes; odiaba el pescado, los mariscos, el hígado y la leche, y sobrevivió con una dieta de dos o tres dólares a la semana de donas, queso y comida enlatada” (Lovecraft 1934-1937 pp.337, 367).

Lovecraft, a la izquierda, con William J. Dowdell. Fotografía tomada de: www.magnet.xataka.com

Otra de las ideas que existían en la mente de Lovecraft involucraba

también su forma de vivir, especialmente en la parte de su alimentación. La razón se debía a que lo orgánico lo consideraba sucio y desagradable, por lo tanto alimentos como el pescado y la leche le ocasionaban asco.

Sin embargo el hecho de que está idea se encontrara arraigada en su cabeza era consecuencia de sus historias, ya que en estas lo desconocido era descrito como aglomeraciones de materia orgánica sin forma o como seres con rasgos de peces o de anfibios. Por tanto es comprensible que después de haber creado sus monstruos con dichas características, al final tuvo efectos secundarios que afectaron su mente y posteriormente a su alimentación.

Desgraciadamente este tipo de pensamiento no solo se presento en estos casos, sino que también se extendía a sus filosofías y pensamientos políticos, en donde proyectaba este asco a grupos raciales específicos.

“Despite his interest in the supernatural, Lovecraft was a confirmed atheist. He described himself as a ‘mechanistic materialist’, believing that the universe obeyed principles and laws discovered by the 19th century science”(James Kneale 2016 pag. 109)

“A pesar de su interés en lo sobrenatural, Lovecraft era un ateo confirmado. Se describió a sí mismo como un” materialista mecanicista“, creyendo que el universo obedecía los principios y leyes descubiertos por la ciencia del siglo XIX” (James Kneale 2016 pág. 109)

Este pensamiento se encuentra en el corazón del terror cósmico, ya que al contrastar esta creencia, Lovecraft llega a utilizar los abismos del espacio y del tiempo. Describiéndolos como algo que no tiene escala humana de comprensión, por lo tanto explicándolo con sus mismas palabras:

‘la razón por la cual el tiempo juega un papel importante en mis cuentos es que este elemento aparece en mi mente como la cosa más dramática y terrible del universo’.

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