OPINIÓN
FERNANDO DWORAK
¿De qué trata el análisis político? El análisis político requiere de orden y criterios para distinguir la información relevante, además de capacidad para analizar y establecer escenarios.
AUNQUE PARA MUCHOS PUEDA SER UN REFERENTE, hay una gran
diferencia entre un comentario de taxista y el análisis político. Los primeros están en un medio donde sintonizan la radio para entretenerse durante su trabajo. También es posible que lleguen a escuchar conversaciones de sus clientes que, de vez en cuando, incluyan información relevante. Sin embargo no es lo mismo conocer y entender. La información es el insumo principal del analista, pero se requiere preparación y mucha prueba y error para hacer un análisis útil para quienes deseen intervenir en la política, entender sus coyunturas o adelantar eventualidades. También hay que tomar en cuenta que en esta actividad no hay verdades absolutas o eternas. La sociedad se transforma constantemente y muchas veces, de manera imperceptible e incluso impredecible. Por lo tanto la realidad política nacional e internacional – entes dinámicos por definición – se construyen y reconstruyen constantemente. Es necesario actualizarse para saber enfrentar los cambios. De hecho, hay muchas formas de entender un fenómeno según la filiación ideológica del analista o el cliente. Esto es normal y se espera que el individuo conozca y valore las diferentes posturas para integrar su opinión. Así, el análisis permite indagar en las entrañas de los procesos vitales, al interior de cada sistema político sin exclusión de un modelo específico. El objetivo es revisar la realidad por capas o grados de complejidad, junto con todas las posibilidades sobre un mismo fenómeno. Una vez que se entiende el poder y
sus dinámicas, se puede influir en las decisiones a través de la incidencia eficaz en los procesos. Para lograr ese objetivo se necesita orden y método. Y especialmente la cabeza fría. Un buen análisis debe estar libre de cualquier calificativo hacia las personas o fenómenos, o de lo contrario se entra en el terreno de la propaganda y el proselitismo. Aunque esto le quite emoción a la actividad, la política no es el campo de batalla entre las fuerzas del bien y del mal, sino la constante negociación entre intereses contrarios, donde la ley es un punto de equilibrio que siempre cambia. Dicho lo anterior, permítanme enunciar algunos objetivos del análisis político y por qué es necesario para el sector privado: ·Identificar riesgos integrales y sectoriales, a partir del comportamiento de los actores políticos en las diferentes esferas del poder. ·Comprender el comportamiento de las acciones de gobierno, a partir de las políticas públicas que se instrumenten. ·Coadyuvar en el establecimiento de futuros posibles en la acción política, mediante la prospectiva. ·Alentar la identificación de las posibilidades de éxito de un actor determinado en la contienda política, ya sea en el terreno electoral o simplemente como integrante de un grupo de interés o de presión. ·Incrementar la comprensión del grado de evolución o involución democrática en el país en el que se está invirtiendo y, en consecuencia, ubicar el riesgo del capital. ·Establecer criterios de evaluación de la gobernabilidad económica y administrativa, a partir de la gobernabilidad democrática. ·Ofrecer estrategias para la interpretación de la sociedad, de acuerdo con la forma en que está estructurada la realidad.
Un analista no nace, se hace con preparación, prueba y error. En las siguientes entregas hablaremos más sobre estos puntos. » Fernando Dworak. Analista y consultor político. Coordinador del Diplomado en Planeación y Operación Legislativa en el ITAM. Síguelo en @fernandodworak
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