OPINIÓN
FERNANDO DWORAK
Cabildear: ¿qué,cómo, cuándo, quiénes? El cabildeo es una actividad necesaria y característica en la política y en toda democracia plural. En México, en el Congreso de la Unión, se gestiona diariamente; es fundamental su pronta vigilancia y regulación para hacerla más transparente y efectiva.
a las que se les da un significado incorrecto, incluso se les designa de forma vaga o se les etiqueta -como si fuera algo malo-. Tal es el caso de cabildeo. Cabildear, según la Real Academia Española, significa gestio nar con actividad y maña para ganar voluntades en un cuerpo colegiado o corporación. Se le considera una actividad caracterís tica de toda democracia plural. Cada año nos enteramos de iniciativas de ley, a punto de ser aprobadas, que son detenidas o modificadas debido a nuevas negociaciones, replanteamientos o cambio de opinión, entre los que deciden y tiene que ver con esta actividad. El cabildeo tiene lugar entre gobierno y grupos de interés (empresarios, hombres de negocio, organizaciones no gubernamentales, sindicatos, et cétera), ya que se necesitan para lograr información, consejos y colaboración. Sin embargo e independientemente de su utilidad, debe hacerse de manera transparente. Desde 2001 se han pre sentado ante el Congreso de la Unión distintos proyectos para regularlo. Fue hasta 2010 y 2011 que ambas cámaras adoptaron normas que establecen ciertos criterios a los cabilderos, por ejemplo: la credencialización, entre otras. Antes de escandalizarnos por nuestra clase política y sus entuertos, sería conveniente revisar su utilidad y regulación en otros países, para así entender mejor la situación y posibilidades en México. A finales de los 90, en el Reino Unido, un periodista se hizo pasar por miembro de un grupo de interés y pidió a varios legis ladores le hicieran cierta pregunta a un ministro, en su día de
EN POLÍTICA HAY PALABRAS
comparecencia. La mayoría respondió que lo haría con gusto. Dos, en contraste, solicitaron una remuneración a cambio. Se detonó así un escándalo que llevó a ambos funcionarios públicos a renunciar. Es por ello preciso regular el cabildeo. La mejor manera es transparentar los intereses externos de los legisladores. Es decir, que declaren sus relaciones con grupos de interés y los ingresos adicionales a sus dietas. “No es malo tener intereses, sino el no declararlos”, dicta un adagio estadounidense. La claridad permi te que los grupos tengan certeza de con quiénes hablan y de que sus demandas serán atendidas. Una situación problemática en México es el tiempo que los legisladores permanecen en sus puestos: tres o seis años, lo que ocasiona un constante reinicio de negociaciones y relaciones, en cada legislatura. La falta de continuidad entorpece las acciones, retrasa los resultados, limita la confianza entre los actores y la necesidad de rendir cuentas. Al no haber regulación, el sistema está más expuesto a la co rrupción. Y como consecuencia provoca que el cabildeo sea más ineficaz que en cualquier otra democracia. La intervención en la política requiere conocimiento y ética para delinear las estrate gias más útiles. Conozcamos lo que hay detrás, para poder definir mejor hacia adelante. » Fernando Dworak. Analista y consultor político. Coordinador del Diplomado en Planeación y Operación Legislativa en el ITAM. Síguelo en @fernandodworak
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