PERFIL
POR
Jorge Ruiz y Rodrigo Pérez
FOTOS
Arturo Limón
EL HOMBRE DE LA VIVIENDA Alfonso García Alcocer
Construir casas de interés social puede parecer un trabajo de repetición, una monotonía, pero hay un hombre que lo describe como “artesanía”. Él encuentra entre ladrillos y cemento la manera de mejorar la vida de la gente y, de paso, ir expandiendo cada vez más su largo historial de profesiones.
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PERFIL: ALFONSO GARCÍA ALCOCER
“Era muy travieso… ¡muy travieso!”,
dice Alfonso García Alcocer, director de Casas GEO en Querétaro. Nos recibe entre risas y una carismática presencia forjada más en el trabajo que en la escuela; sin duda, parece un personaje juguetón, como él mismo se define. Estamos en casa de su familia. En esta misma hacienda ocupa como oficina lo que alguna vez fue un granero, con sus debidos retoques, por supuesto. También nos platica de su infancia, el inicio de este hombre que hoy se preocupa por un país mejor.
Joven empresario Alfonso estudió la educación básica en el colegio Fray Luis de León de Querétaro. Curiosamente, el terreno donde se sitúa tal institución educativa fue un regalo de parte del mismo padre de Alfonso. El colegio está muy cerca de casa de su madre, un lugar del cual, dice: “jamás debí haber salido. Uno se sale para casarse y nada más se complica las cosas”, explica con humor. Y eso hace que recuerde su infancia, cuando, de niño, pasaba los días corriendo del salón de clases a los graneros donde se almacenaba pastura para el ganado de la familia. Entonces Querétaro era muy tranquilo, ideal para que él, al igual que sus 13 hermanos (en total fueron siete hombres y siete mujeres), pudieran ir y venir sin peligro desde el centro hasta la capilla que aún existe en Ezequiel Montes. De los 14 hijos Alfonso es el más pequeño y el más inquieto. Tras perder a su padre, justamente en su decimocuarto año, se fortaleció de carácter y, con la mayoría de sus hermanos estudiando fuera del estado, asegura que se volvió más hábil y más fuerte. El comercio fue el pan de cada día para el hoy director de GEO Querétaro, quien empezó su trayectoria empresarial vendiéndole canicas, estampitas y bicicletas a la gente del barrio. Así mantuvo un ingreso propio que le permitió permanecer en la escuela y estar al nivel educativo de sus compañeros. Bien dicen que se aprende más cuando a uno le cuesta, y Alfonso aprendió de la calle y de la escuela simultáneamente, a un paso mucho más acelerado que aquellos a quienes él consideraba sus iguales en la adolescencia. “Eso sí: nunca me quedé sin poder darme el lujo de comprarme una torta y una coca”. Poco más tarde, durante sus años de secundaria Alfonso empezó a vender pacas de alfalfa y avena a Pilgrim’s Pride. Paseaba por diferentes ranchos en un camioncito rentado y les compraba las pacas para después revendérselas a la compañía norteamericana. Al acabar esa etapa se fijó en la venta de aguacate, que abundaba en su hacienda. Tras este negocio siguió la cría y engorda de puercos que Alfonso cargaba por sí mismo para meterlos al camión y comercializarlos. La rutina incluía levantarse de cuatro a cinco de la mañana para cargar a los puercos y después bañarse con vapor para quitarse
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“Lo que me gusta de mi trabajo es que le cambio la vida a la gente”.
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PERFIL: ALFONSO GARCÍA ALCOCER
pezó como agente de relaciones públicas para después escalar a director comercial. Y ese fue, según sus propias palabras, “el nacimiento de su vida profesional”. Seis años después y en el borde de una crisis por la devaluación del peso fue cuando Alfonso recibió la invitación de trasladar sus esfuerzos a casas GEO. En esta empresa, donde varios de sus hermanos ya ejecutaban labores administrativas, se le asignó la encomienda de abrir un área comercial.
el olor de los animales. Posteriormente se dirigía a la preparatoria. Con el empuje de la edad, Alfonso se fijó en la industria musical y, aprovechando los contactos que había hecho hasta entonces, empezó a organizar conciertos, a traer artistas. “Me traje a quien te puedas imaginar: Yuri, Mecano, Mijares, Arjona, Bosé…”. El caballero realizó más de cien conciertos empezando en la preparatoria y acabando en el año 2000, con la gira de Timbiriche. Al acabar su episodio con la música y tras padecer la bancarrota de sus ranchos porcinos por la exportación norteamericana, decidió integrarse como office boy en la Universidad Autónoma de Querétaro, donde trabajaba de ocho a tres para después estudiar de cuatro a diez de la noche. Gracias a mamá Para Alfonso esta etapa fue muy bonita y de mucho aprendizaje pero también algo complicada, pues, como él mismo dice: “la escuela y yo siempre estuvimos peleados, separados”. Entre sonrisas y bochorno nos cuenta una anécdota de sus quince años y nos da detalles de cómo sufría enfrentamientos con su madre, quien constantemente le reclamaba que tenía que enderezarse. Él, usando esa picardía que le caracteriza hasta la fecha, le hizo la siguiente propuesta: “Mira… si el problema entre tú y yo es la escuela entonces vamos a dejarla y
“Si algo no hago bien al entregarte tu casa, tengo 72 horas para arreglarlo y que recibas un buen servicio en este concepto de calidad de vida comunitaria”.
vivimos felices”. Tajante, su madre contestó: “El día que tú me traigas un título a esta casa puedes hacer de tu vida lo que quieras”. Hoy, el licenciado García Alcocer le agradece a su madre y le entrega todo el mérito de que sea un administrador hecho y derecho. Ahora va en serio Tras “la conciertiza” que acababa en el 2000, Alfonso decidió hacer un viaje corto a Estados Unidos donde se dedicó a viajar y a aprender inglés. Al regresar, tanto los musicales como la alfalfa y los cerdos se habían quedado en un ciclo anterior, por lo que tuvo que buscar empleo en el residencial El Campanario. Em-
Iluminación En 2001, Alejandro, hermano mayor de Alfonso y director de la empresa, sufrió un accidente en motocicleta que le costó la vida. Tras este fuerte golpe anímico para la familia, fue precisamente el menor de los hermanos quien dio un paso adelante. Su trayectoria empresarial influyó en la decisión unánime de colocarlo como director. Aunque él no lo dice, es claro que, tanto el tiempo que estuvo en el extranjero (había llevado asuntos comerciales de GEO en EU y Chile), como sus años cargando puercos y vendiendo canicas lo avalaban como un emprendedor en todo el sentido de la palabra, un líder con la cabeza bien puesta en los negocios. Atrás de su hombro izquierdo, en esta oficina donde inició nuestra conversación, se encuentra un cuadro de su hermano Alejandro. Confiesa que lo tiene ahí para que en momentos difíciles pueda recibir un consejo, algo por las líneas de “maestro, ilumínate”. Cuando casas GEO entró a cotizar en la bolsa no se les permitió, por regulación, tener filiales, razón por la que tuvieron que cambiar la participación por acciones. Hoy en día Alfonso es trabajador de la empresa con acciones de la sociedad como cualquiera puede comprar, ya que son acciones públicas: el 100% de las acciones de Casas GEO (560 millones) cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores. Como grupo controlador encargado de la planeación y ejecución estratégica poseen (él y sus socios) el 50% de las acciones de la empresa, el otro 50% es totalmente público. Con sonrisa en boca, Alfonso platica que lleva 28 de los 38 años de la empresa involucrado como socio. De su mano, GEO se ha expandido a territorios circundantes a Querétaro, como el caso de Guanajuato y Aguascalientes, para convertirse en un líder regional. Satisfacción pura “Lo que me gusta de mi trabajo es que le cambio la vida a la gente”, afirma Alfonso, quien logra este fin al no vender propiamente casas, sino
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estilos de vida, tal como él lo ve. Hoy día, los desarrollos GEO tienen canchas deportivas, ciclovías, seguridad, escuelas y muchas otras características que los distancian de cualquier otra constructora. GEO escritura 60,000 viviendas al año, lo que les da una pauta para ofrecer algo más que una casa, presumen diez puntos diferenciadores (como las canchas y la seguridad) y eso es lo que hace que la gente, sus clientes, los premien con su compra. Para dejarlo claro, la segunda empresa en México vende menos de 30,000 casas. Que la marca esté tan bien posicionada en el mercado, no es razón para quitar la vista del objetivo. “Si algo no hago bien al entregarte tu casa, tengo 72 horas para arreglarlo y que recibas un buen servicio en este concepto de calidad de vida comunitaria”. Esto es lo que la gente agradece, que realmente respondan y respalden su compra con un servicio. Aun cuando el trabajo de la construcción puede llegar a ser derivativo y monótono, el centro de GEO es mantener un servicio correcto y personalizado para sus clientes. De hecho, esta empresa es la primera en el ámbito de viviendas de asistencia social que respalda sus ventas con escrituras, lo que hace transparente la contabilidad y el manejo de los recursos. Así pues, cada casa tiene un dueño
460,000
hogares ha vendido Casas Geo en 22 estados de la República hasta la fecha
+2millones
Más de dos millones de mexicanos viven en comunidades sostenibles de Casas GEO
y este dueño tiene su escritura, porque ha pagado su hogar por completo. Lo que depara el futuro En este momento GEO tiene planes de expansión y se está adentrando en San Luis Potosí, Irapuato y León. Mientras tanto Alfonso, a la par de su faceta empresarial, deja su lado político salir a relucir, no como funcionario sino como idealista. Su apuesta va por sustentar esta nueva economía en las pequeñas y micro empresas, en la gente y en los jóvenes. Si nos respaldamos como país en las oportunidades de trabajo que presentan estos modelos de negocio, entonces, según Alfonso García Alcocer, seremos la sexta economía mundial más fuerte antes de que acabe la década. “¡Te-
nemos todo para hacerlo!”, sostiene enfático. Siguiendo con la conversación sobre economía, Alfonso pone cara de enojo por primera vez durante la entrevista. “El salario mínimo es una burla, es irresponsable”, dispara con seriedad. Luego se extiende, al señalar que en el país debería haber mejores salarios y más oportunidades para la gente. Con convicción declara que cuando la gente gana más, sus hijos estudian más y cuando estudian más se hacen mejores profesionistas, más competentes, tal como los necesita el país. Este caballero queretano se encuentra alto en la esfera empresarial pero sus preocupaciones son por el estado. En sus palabras busca paz y orden, un ejemplo que le da su amado Querétaro. Él ve en su estado la capacidad de armonía. Esta idea es respaldada por una publicación en el periódico Newsweek, de Estados Unidos, donde Querétaro es postulado como el modelo a seguir por los estados de México para poder ser potencia mundial. En la misma, se valora el esfuerzo y el trabajo continuo de la gente queretana. Ahora, una sonrisa se instala en su rostro, a Alfonso le gusta declamar una frase del gobernador del estado, unas palabras que nunca pierde la oportunidad de compartir: “la suerte es de aquellos que se levantan dos horas antes que los demás”.
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