S U M A R i O sedición Núm.21 ABRiL 2016
* N0TA EDiTORiAL por Flora Acracia * KRÓNikA PUNK por Punkróniko * Traduxión poética por Colibrisa Marina * Dietario de un pobre diablo por Elídem
* Poemas varios x poetas varias
Tercer número del año: tres al hilo. Y apropósito de madejas, triste espectáculo visual el de las piruetas con que las FFAA trazan de estiércol tricolor los cielos, pretendiendo hacer creer que de algo sirven los millones y millones con que se financian gratuitamente sus tristes vidas ¿Por qué el gasto militar no ha sido cuestionado por ningún candidato a los puestos del poder? Este año hay nuevo circo electoral ¿Por qué no han propuesto que la salud sea financiada con el gasto militar, por ejemplo? Nadie los toca, a los FFAA. Apropósito de la salud, qué ejercicio más certero de obediencia colectiva en los consultorios, a la hora de pedir hora: la tómbola de la esquizofrenia. Ésa sí que es madeja de psiquiátrico. El militarismo por lejos lo más democrático en la larga y angosta faja. Y aquí en la rada, qué decir ¿O ya no se acuerdan que los milicos hicieron la repartija de la torta? Y ellos empezaron con lo de no inmiscuirse en sus tranzas temas ¡está en la constitución! Si todo es negocio ¿cuál es el aporte de las FFAA al sacroMercado? De verdad que hay cosas en $hile que no se venden. La escuela del crimen, como ven. Financiados por todes les contribuyentes, además. Ni aefepes tienen los tontos. Se la hicieron a todo color. Algo de cabeza que tuvieran. Pero igual es raro ¿no? Que nadie N A D I E nadie les diga algo ¿Será que ya nadie se acuerda de lo que pasó entre el suicidio del otro y la demencia senil del uno? Marcó fuerte el trazo sangriento de APU, parece. Otro apropósito, ahora que perece que parece la viuda. Perece y aparece todo el fulgorcito cobarde de hablar claro (pero bajito). Si acá en la larga y angosta faja las cosas nunca se hablan, por eso se hizo el NUNCAMÁS al perecer de los pareceres. Da miedo todavía tocarlos y de lejos a los FFAA. Todo pinta a maíz afuera de los cuarteles y los carteles entonces van sólo por internet, más tranquilo y seguro para usted, estimado consumidor {perece el discurso público y aparece la ciber opinión} Facebook es su pancarta. La red su trinchera: cualquier ciber sirve ¿Que no han propuesto que la salud sea financiada con el gasto militar? Miles de enlaces lo corroboran ¡Las redes sociales colapsan de tanto interés! Pero calma, calma que no panda el cúnico. Nadie toca nada, aquí. La metafísica de la esquizofrenia. Tres al hilo, arrímense a ésta madeja mejor: mover la mollera contribuye seriamente a mirar en el cielo cómo la salud se bate a duelo con la estupidez, en vez de ver avioncitos de pobres hombrecitos jugando con caca a la guerra.
Cuando creamos la banda creímos que todo nos saldría bien. Tendríamos dificultades, claro. Pero en general, nos iría bien. Hoy, antes de salir a vender a la feria, pensaba en los inicios. Cuando pensábamos en grabar demos para autogestionarnos. Hoy, en efecto, vendo los discos, que grabamos, para poder parar la olla en la casa. No obstante, no era precisamente ésta la idea de vivir por la ídem. Digo, la idea, y digo, también, que no era esto lo que esperaba. Pues no me siento bien. Me siento un patán. Tal vez volver a laburar de vigilante nocturno sea mejor. El sueldo ciertamente lo sería. Aunque eso es remar para el otro lado. A veces siento que no vale la pena atreverse a vivir insolentemente, como recita una de nuestras canciones: Vivir insolentemente. A veces me parece que me estoy ahogando en un vaso de agua. O un vaso de vino. O uno de ron. Cuando partimos éramos puro entusiasmo. Nos recagábamos de la risa con todo lo que íbamos haciendo. Nuestras intervenciones fueron memorables. A lo Pussy Riot. Y cuando nos invitaron a las primeras tokatas, qué decir. Nunca sonamos muy piojentamente. Tampoco fuimos del montón. Nuestra banda tenía esa cosa especial que cuesta precisar con un nombre. Inclasificables. Incatalogables. Cómo sea. Nos hubiéramos sentido en la dicha igual, aunque no calentáramos a nadie más. Aunque sólo hubiera sido nuestro delirio y nuestra locura. Pero, lo cierto es que, no fue sólo nuestro el delirio y la locura. Enganchamos con la gente. O con cierta gente. Igual no poca gente. Enganchamos, es el caso. Cuando creamos la banda todo iba bien. Tuvimos algunas dificultades, claro. Pero en general, nos iba bien. Partimos haciendo algunas intervenciones. A lo Pussy Riot. Tocamos bajo la torre del reloj en la plaza Prat. Y lo mismo, al frente del colegio inglés y después en la plaza al lado del Poli. Tirando el rollo antimilitarista. Porque esta ciudad es muy milica. Y a nivel de todo el maldito país, la gran pocilga, hay una volá bien militarizante de la juventud. Y toda esa wevada, también, del fascismo ciudadano. Con tal que tirábamos el rollo así. Encapuchados y sin poleras. O con las máscaras del loquito de V de vendetta. Y todos en la misma pará y medios pilseneados. Muy para cagarse de la risa. Pero lo cierto era que queríamos tirar un rollo político. O antipolítico. Y nos llevaron presos un par de veces. Y otras, llegaba gente a putearnos. Incluso hasta nos quisieron pegar. No obstante, así, nos daban la razón no más. También no faltó que nos grabaran y subieran a internet. Entonces, nos hicimos como conocidos. Y lueguito de eso nos invitaron a unas tokatas. Y claro que fuimos.
Nuestra idea, así como de piño, era tirar nuestros rollos, nuestros discursos, en nuestro idioma, en nuestra pará propia. Pico con la tele y pico con los canales democráticos, pura burocracia. Por eso nos pusimos así también, para tener un nombre con contenido. Un nombre que nos definiera y no sólo como piño sino también como toda la volá, como todo el maldito país completito este, dónde nos meten el pico en el ojo con todo y por todo. Para estudiar, para trabajar, para vivir dignamente. Pico, te dicen, desde arriba. Y por abajo, de chiquitito, puro nos enseñan a agachar el moño. Pico con eso igual. Y esa era nuestra pará como piño. Inspirados, claro está, en las Pussy Riot, por un documental que vimos de la HBO en el iSAT. En fin. Lo de las tokatas no lo teníamos pensado. Pero hicimos algo así como un set-list. Y nos lanzamos. Y estuvo bien. Igual nos grabaron, nos volvieron a subir a internet, y nos hicimos un poquito más conocidos. Y en vivo y en directo dejamos a harta gente contenta con nuestras presentaciones. Cuando creamos la banda creímos que todo nos saldría bien. Tendríamos dificultades, claro. Pero en general, nos iría bien. Hoy, antes de salir a vender a la feria, pensaba en los inicios. Cuando pensábamos en grabar demos para autogestionarnos. Hoy, en efecto, vendo los discos, que grabamos, para poder parar la olla en la casa. No obstante, no era precisamente ésta la idea de vivir por la ídem. Digo, la idea, y digo, también, que no era esto lo que esperaba. Pues no me siento bien. Me siento un patán. Una especie de estrellita de rock promocionando su carrera. Cuando lo que yo quería era ser un conspirador. Todo fue echándose a perder cuando nos empezaron a llegar cuestiones que no esperábamos. Ser conocidos, por ejemplo. Algunos en la banda empezaron a sentirse famosos. Y a actuar del modo en que se supone que actúan los famosos, Ridículos, claro. Vergüenza ajena daban, en verdad. Algunos consiguieron pololas. Y lame botas a granel. Aceptar esas cuestiones nos fue echando a perder como piño. Pues perdimos nuestro norte. Nos dejamos convertir en un producto transable. Manipulable. Le vendimos nuestra alma al diablo. Grabamos cosas que no queríamos grabar. En fin, nos fuimos yendo a la chucha tan empecinadamente que no lo notábamos. Estábamos ebrios con las cuestiones que nos llegaban, y que no necesitábamos. Aunque si les preguntan a los otros les dirán que sí, que está bien, que nos lo merecíamos por parar la escena contestataria local y la cacha de la espada. Nunca nos vendimos a un sello grande, les dirán. Nunca tocamos para wevadas del gobierno ni nada por el estilo. Mantuvimos una consecuencia radical. Eso les dirán. Y no digo que no sea cierto.
Pero cierto es también que toda esa “consecuencia radical” no es más que la paraíta de machos libertarios, de migueles enriquez del anarcopunk, para tener más pololas y lucirlas como victorias o medallas. Es cierto que no se vendieron a la industria de la cultura; sin embargo, y sin asco, se vendieron a la patraña shuper loca. A la volá artística local. Donde unos poquitos son los artistas de la esférica escena farandulesca regional. O interregional. Y se vendieron a eso. A todo ese jaleo de creerse mejores por ser (sólo supuestamente, además) capaces de crear. Por tener las pelotas de ponerse un nombre y pararse en un escenario a cantar wevadas que casi nadie entiende o que casi nadie comparte, pero que da cierto estatus, cierta notoriedad, cierta distinción entre los jóvenes y su mundo, hacer como que se entienden y comparten, y aceptar, así, ese mundo, aceptar que vivimos en etapas, y que somos los mejores de esa etapa, los macho alfa de la manada de jóvenes libres y alocados, eso ¿saben qué es eso? es tanto lo mismo a venderse a un sello grande o a tocar en eventos del gobierno. Cuando creamos la banda creímos que todo nos saldría bien. Tendríamos dificultades, claro. Pero en general, nos iría bien. Y así fue. Yo fui parte de la banda en ese principio. Cuando éramos un buen piño. Cuando, a pesar de no pensar todos de la misma manera, pues teníamos nuestras diferencias como todo el mundo, teníamos unas mismas ganas por hacernos en la vida de otro modo. Un modo que no sabíamos bien cuál era. Pero sí sabíamos cómo no era. Por eso a penas me pareció ridículo el actuar de los demás chiquillos y hasta llegué a sentir vergüenza ajena, me fui. Me fui para quedarme. Me fui como protesta. Porque, la verdad es que, no me quería ir. Pero tampoco estaba para prestarme para delirios y locuras que no comparto. Los chiquillos trataron de convencerme de que siguiera con ellos. Yo traté de aclararles mi situación, haciendo énfasis en mis puntos de vista. Sin embargo, no hubo caso, no me entendieron. Con que les pareció que no merecía seguir con ellos. Me encontraron tronco y militonto. No militante, militonto. Así me lo dijeron. Luego traté de hacer proyectos similares. Ninguno fructificó. Me caí al litro. Entre juergas y juergas supe de mis ex camaradas de ídems. Mucha coca, muchas luces y humo los tenían como estrellitas. Reyes del despilfarro. Comiéndose chiquillas de Arica a Santiasko. Tragándose toda la mierda que por medio de sobajeos, sus nuevos amigos, sus nuevos grupillos, les brindaban.
Soy un resentido, es cierto. Aunque no envidioso. Yo elegí dar un paso al costado no por gil, sino por lo contrario. Tal como pasó con Los muertos de cristo. Esos que se llenaron cantando “La gran estafa del rock”. Y cuando, por fin, tocaron en la capital ¿qué les pasó? Fueron “la gran estafa del rock”. Y por eso me siento un patán. Porque al vender los discos que grabé, les hago la pega a la tropa de giles con que los grabé. Les sigo dando cuerda al juguete rabioso con que se llenan la boca cantando estafa tras estafa. No me van a decir que hablar de anarquía y rebelión mientras te drogas y ligas con wachitas es ser consecuente, por favor, ¿no me lo van a decir? Bueno, así es. Cada vez que vendo un disco siento en la nuca las esnifadas que se dan los cabros de la banda, porque se hacen un poquito más conocidos, pero yo tengo que parar la olla y no pienso vender mi tiempo ni mano de obra al capital. Igual más digno sería que vendiera creaciones nuevas, en vez de quedarme pegado con una época que ya pasó. Pero no he vuelto a sentir la magia, la mística o complicidad que tuvimos entre los chiquillos. Cuando creamos la banda creímos que todo nos saldría bien. Tendríamos dificultades, claro. Pero en general, nos iría bien. Hoy, antes de salir a vender a la feria, pensaba en los inicios. Cuando pensábamos en grabar demos para autogestionarnos. Hoy, en efecto, vendo los discos que hemos grabado para poder parar la olla en la casa. No obstante, no era precisamente ésta la idea de vivir por la ídem. Digo, la idea, y digo, también, que no era esto lo que esperaba. Pues no me siento bien. Aunque no debería tirarme tanto al suelo. Después de todo, me he mantenido insolentemente vivo. Aperrando contra todo, y en mi propia pará. La verdad es que no me estoy ahogando en un vaso ni de copete ni de agua. Ni siquiera en una triste lata de báltica. En un principio nos recagábamos de la risa con todo lo que íbamos haciendo. Y yo aún sigo así. Prefiero morirme de la risa que morirme de vergüenza. Si bien nuestras intervenciones fueron memorables. A lo Pussy Riot. Otro proyecto así podría poner en marcha otra vez. Armar una nueva banda, inclasificable, incatalogable. Quien quiera identificarnos, tendrá un problema. Compartiré mi dicha, ciertamente, de vivir sin timón y en el delirio. Como esos versos sueltos, que leí alguna vez en un libro de un tal Bolaño, que un amigo me prestó. Pico en el ojo pa los pico en el ojo. Y pico pico para todos los demás. Já! Viva el punk. Viva la anarkía. Salud!
UN PÁJARO AZUL
En mi corazón hay un pájaro azul que quiere salir pero soy muy duro por él, le digo, quédate ahí, no voy a dejar que alguien te vea. En mi corazón hay un pájaro azul que quiere salir pero le derramo whisky e inhalo humo de cigarro y las putas y los cantineros y los almaceneros nunca descubren que él está ahí dentro. En mi corazón hay un pájaro azul que quiere salir pero soy muy duro por él, le digo quédate abajo ¿quieres destrozarme ¿quieres joder los trabajos? ¿quieres cagar las ventas de mis libros en Europa?
En mi corazón hay un pájaro azul que quiere salir pero soy muy listo sólo lo dejo salir de noche a veces cuando todos están dormidos Le digo, sé que estás ahí así que no estés triste Luego lo pongo de regreso pero está cantando un poco ahí, no lo he dejado morir Y dormimos juntos así con nuestro pacto secreto Y es lo suficientemente lindo para hacer a un hombre llorar, pero yo no lloro, lo haces tú?
Diablo 1 Calor extremo. Es decir, todo bien el Infierno. Salvo para los visitantes. Se derriten por salir. Pero para la mayoría ya es tarde. Debieron pensarlo, dos o tres veces, antes de perfilar sus caminos, en vida, hasta aquí. Pobres vacíos. Sólo quiénes algo de alma tienen, a veces libran. Aunque casi siempre vuelven. Cada vez más vacíos. Ya vaciados totalmente son visitados por toda la eternidad. Es decir, nuestra servidumbre, nuestro alimento. Yo los prefiero así. Reincidentes. Hoy somos Saturno. Diablo de fiesta. Los visitantes nos divierten hasta el Demiurgo. Entonces se suspende la fiesta y todo es devorado por ese Diablo. Todo se vuelve de piedra. Entonces, ya es Luna. Cuando somos Luna todo se vuelve aullido. Nuevos visitante entran. Un delirio. Martes y Júpiter son Diablos de combate. En medio Mercurio, Diablo de intercambio de noticias, notificaciones y otros informes. Luego Venus, Diablo libidinoso, que colapsa en Diablo Saturno, fiesta otra vez. Y así, durante todo un Averno, por todo el Infierno. Sin embargo, a veces, los Diablos se pierden, se confunden, unos con otros, y no sabemos, entonces, qué hacer. Yo soy Lunero, y a veces, sólo a veces, no sé qué hacer. Me hago el dormido. Aunque acá por el clima se duerme poco. Igual es divertido. Algunos visitantes se hacen los divertidos a veces. Se creen que han venido a pasarla bien. Hay que martirizarlos para recordarles que no es así. Su transmutación es otra. Como Lunero sé de esto. Aunque yo no martirizo. Yo les canto, a los visitantes, les recito, les leo, se las canto. Los apaleo y organizo. Por carretillas los distribuyo. Es sólo un juego para pasar mi tiempo. Para los visitantes, no obstante, es importante, es primordial, el orden, el nuestro, nuestro orden. Ellos no cuentan. Igual los contamos. Y cantamos. Los Luneros hacemos eso. Sufren, claro que sufren. A eso han venido. Y yo los hago pasar.
Diablo 2 Calor extenuante. Es decir, todo bien en el Infierno. Salvo para los visitantes. Yo los prefiero reincidentes. Caras conocidas mejor a caras por conocer. Yo soy Lunero, y después de Saturno, y habiendo zafado del Demiurgo, con tremenda resaca, los recibo a los visitantes. Los administro. Y por niveles de vacíos. A veces, algunos, tienen un poco de alma. Esos los separo. Luego son inoculados hasta Venus. Si resisten, el mismo Saturno, son devueltos desde lo inferior a lo supremo. Si es que. Si es que. Los Luneros podemos vagar por todo el Averno, Infierno arriba e Infierno abajo. Por eso me canso, me escabullo y me quedo entre las ruinas. Con un huesito voy tomando notas en el suelo. Estas notas diarias. Es como un ejercicio para no dejarme devorar por los Demiurgos, cada vez más feroces y repentinos. Escribo y, entonces, también, recuerdo.
Diablo 3 Calor exagerado. Es decir, todo bien aquí abajo. De improviso recordé el allá arriba. Y entonces me supe un visitante. Otrora lo fui. Hace muchos Avernos, incontables. O tal vez no tanto. Yo qué sé. Aquí el tiempo es uno. Sólo existe un lugar que se repite hasta la locura. Cambia lo que se hace ese Diablo. Lo que nos obligamos a hacer. Cada Diablo tiene su particularidad. Si bien a veces suelen confundirse con otro. Hoy somos Luna, sin embargo. Los visitantes nuevos llegan confundidos, cansados. De improviso los ataca el miedo. El pánico en sus ojos va en aumento. Los Luneros nos acercamos y recibimos. Los seguimos y atrapamos. Es un juego. Nuestro juego para permanecer aquí. Sin martirizarnos, sin combatirnos, sin notificarnos, sin sodomizarnos, sin festejarnos, sin devorarnos. Aunque el tiempo es uno. Un lugar que se divide en todo. Cada una de sus partes iguales se puede dividir en un todo. Cada una de sus partes iguales se divide en un todo. Dos mil seiscientas sesenta y seis veces, por ejemplo. Y cada parte es igual y la misma. Y uno no y uno sí. Pero para que uno no, se hace Lunero. Y se escabulle y esconde. Se hace el dormido. Y cuando no, toma un huesito y escarba en la tierra símbolos, cosas, que nos ayudan a olvidar esto y a recordar lo otro, lo que se nos escabulle y esconde, pero le seguimos, se vuelve nuestro nuevo juego, para no enloquecer, aunque ya hayamos enloquecido, pero, al menos, no del todo, no del todo, no del todo. Si no por nuestra cuenta. Uno sí.
Diablo 4 Calor exasperante. No te cases ni te embarques. ¿De dónde ha venido eso? No lo sé. Tampoco me interesa. No tengo por qué martirizarme. Si bien hoy somos Martes. Pero, oigan, yo soy un Lunero, no un visitante, y no me vengan con que ¿qué es un Lunero? Es que acaso ¿no han visto las últimas notificaciones? Eso dicen. Eso nos dicen. Nos obligan a ser y hacer ¿Que quiénes? Pues los organizadores de este burdel ¿Que, que, que, que, qué quiero decir con este burdel? Pues miren pues. Pues miren. Pues es lo que hay ¿pues, qué no se han dado cuenta? Yo no estoy loco. No porque me haga el dormido y me escabulla de todos ustedes y evite sus turbios juegos… ¿Que, que, que, que, qué quiero decir con turbios juegos? Pues está claro ¿no? Entonces ¿qué hacen sosteniéndome así?, ¿qué hacemos todos desnudos? Claro, es que hace un calor salvaje y eso nos nubla. Vaya paradoja ¿no? Pero ¿es qué acaso no lo ven? Mírense los cuerpos desnudos, despojados, ensangrentados ¿es que no saben que nos sodomizamos y comemos unos a otros?, ¿creen que estamos soñando? Ciertamente esta es una pesadilla, pero también es la realidad hijos… ¿Que, que, que, que, por qué les digo hijos? Pues porque soy sus padres y madres.
Diablo 5 Calor exuberante. Hoy somos tregua. Mercurio notificaciones mil. ¿Y eso qué es? No lo recuerdo. Sudo y sangro a partes iguales. Las noticias, notificaciones e informaciones nos las damos unos a otros. Esto es tuyo, te dicen, por ejemplo, y te acercan unos pellejos. Esto no es mío, piensas tú, pero ya se marchó el mensajero. Y te vuelves uno tú. Y le llevas el pellejo a alguien más. A veces encuentras un destinatario, aunque el pellejo igual puede servirte. Darte sombra o abrigo. O algo con qué secarte o limpiarte o llorarte doblado cubierto y con rotunda desesperación. Somos cientos, miles, muchos. Nos contabilizamos y es para no creerlo. ¿Qué es este lugar? Alguien debiera decirlo. Aclararnos la película. A quienes llegamos. A quienes, sobretodo, llegamos hace ya tantos Avernos, y yo sé qué hay que hacer, lo que falta aquí, lo que falta es un poco de orden, los Diablos no pueden sucederse así tan así. Yo seré Lunero. Fijaré residencia en la Luna. En la Luna de todos los Avernos. Y recibiré cada oleada de nuevos visitantes. Les daré la bienvenida. Y organizaré por grados de vacíos. Yo lo haré. Yo que tan vacío no me siento. Yo que tan vacío nunca fui. Y entonces disfrutaré mi juego. Para permanecer aquí. Sin martirizarme, sin combatirme, sin notificarme, sin sodomizarme, sin festejarme, sin devorarme. Me obligaré a esto. Me cansaré así. Hasta hacerme el dormido. Luego me escabulliré entre las ruinas. Y con un huesito tomaré nota de todo esto. Seré yo aunque no me lo crea.
Diablo 6 Calor extraño. Guerra total. Las de arriba son un juego de niños comparadas con estas. En medio del Infierno no puedo precisar qué de mí estoy perdiendo, qué es lo mío que pende de un hilo, y qué está a punto de acabarse ¿Acaso yo mismo: mi existencia?, ¿mí suerte?, ¿mí cordura?, ¿qué? Pero, siento, le queda poco. En cualquier momento ocurrirá algo, no sé. Algo, sin embargo, que temo, que me paraliza y me hace sufrir de antemano alucinaciones, dolores detrás de cada oreja, temblores en las extremidades, un pulso inexacto, como si mi corazón fuera un cadáver podrido comido por miles de gusanos, y sus miles de corazones latieran inexactamente, dispersamente, y ese tronar ridículo fuera el único latido de mí no corazón; mientras temblores atroces resuenan por sobre los extraños ruidos de un cuerpo que es cada vez menos mío ¿serán bombas?, ¿explosiones?, ¿pasos de gigante?, ¿un inmenso mar ebrio y estúpido tropezándose una y otra vez con su propio peso? No lo sé. Tal vez. Quizás.
Diablo 7 Calor extranjero. Recuerdos extranjeros también. Digo, más me vale. Digo, para conservar la cordura, la poca, escasa, cordura. Digo, porque recordar es fatal. Digo, por los Diablos Venus. Aunque, a veces, sólo a veces, la memoria me hace trampa, más la memoria corporal que la otra, y me vuelvo un puro espasmo, una pura red de nervios rotos, haciendo cortocircuito, y decaigo en un delirio como aullidos de lobos enfermos, y me contraigo en tempestades de sudor y fiebre, y granizo jadeos incontrolables, y ya no sé qué alucinar, no sé cómo seguir aquí, vivo o muerto, o no muerto y no vivo, o como esté y no esté, seguir, siempre, es la condena, el Infierno tan temido.
Diablo 8 Calor exilado. Es decir, todo mal en el infierno. Salvo para los visitados, materializados en el Demiurgo. El ser que los compone. Reflejo de un espejo roto en mil pedazos, y negros, y rojos, y llenos de un llanto desafinado, colores de fecas secas, estiércol de un matadero, fiebre impar de un horizonte muerto. Cuando hoy somos Demiurgo, nos volvemos más feroces y repentinos, esquivos a lo que fuimos, por fuera, antes, cuando por dentro éramos un caos, vaciándose en el desatino, mientras por fuera cometíamos las depravaciones que cometimos. Cuando hoy somos Demiurgo, nos volvemos más feroces y repentinos, esquivos a lo que fuimos, por fuera, antes, nos ajusticiamos bocado por bocado, nos masticamos, nos sorbemos, nos olvidamos que fuimos hombres, mujeres, humanos, seres, y sin arrepentimiento, ni sentimiento, ni pensamiento alguno, ora furiosos, ora furtivos, ora feroces, ora repentinos, nos atacamos salvajemente las carnes, los huesos y todo lo que no engullimos con placer el día antes, lo despedazamos y tragamos, hasta ahogarnos afiebrados de venganza, de venganza ciega, de venganza torpe, de venganza sin sentido, ni razón, ni causa.
Diablo 9 Calor extremo, otra vez. Todo bien en el Infierno. Hace un Averno logré escabullirme de mi papel de Lunero para virtualizar mi papel de cobarde, y escabullirme, esconderme, hacerme el dormido, tomar un huesito y escarbar la tierra a la busca de símbolos, es decir, a la busca de sentidos. Aunque aquí el lugar es uno, que se repite hasta la locura, sólo los Diablos varían, si bien a veces, sólo a veces, suelen también confundirse con otro, como yo contigo, ahora, en este hoy, que será ayer, mañana.
No son las murallas el resorte Para convertir lo metafísico (Lo que no se ve pero tanto sentimos) En lo físico palpable (Ese impreciso autodenominado realidad) No son las murallas el soporte Para revertir lo físico (Esos dolores que nos sangran) En material abstracto metafísico (Esos delirios rojos que nos escurren por dentro) No son las murallas La carne y el hueso gritándose golpe Y esa furia pena con cara de huida O encogerse de hombros porque No son las murallas (Estas murallas) Las únicas barreras cerrándonos el paso (El presente hoy) No son las murallas el resorte soporte (El mecanismo) Para transmutar la materia en sentimiento Ni viceversa De gritar los golpes De la carne y el hueso (Esos acaso uno mismo) Por medio del delirio sangre Hacerlos cara u hombros Furia o huida Pena como nata al final Al concho Del vaso en que uno reposa sus miedos
De golpear los gritos No son las murallas el blanco preciso Donde dibujar El dolor delirio Delirio dolor Que nos dibuja (Y cansa) No son las murallas el vidrio roto La otra faz de la realidad Ni lo que refleja nuestro rostro Cuando cerramos los ojos No hay veracidad ni propuesta Ni impulso que valga AhĂ Donde La monstruosidad amarga Cobra sus frutos muertos y carga De VacĂo Nuestro anhelo.
Nico Nicolic
RECORTES
por
Y cuál es la meta Cuando no somos caballos sometidos Ni ningún otro animal de carreras Y cuál es el precio De una vida sin noción de perderla
Emilia Barrankha
En realidad no da lo mismo Pero en verdad sí da lo mismo Yo estoy en contra de la realidad Y a favor de la verdad.
Cuál es el objetivo Si no nos interesa apuntarle A nada Ni tener siquiera con qué Si Nos contentamos con nosotras mismas Y Lo que nos rodea Y sobra Y expande Pues materia de eso igual somos De este suelo Esta tierra De esta agua Estos cielos Y el silencio del cual van brotando
Un ojo nada más Eso se requiere Se necesita Un ojo y nada más Pero no ahí En el rostro Cuál es la meta entonces En pleno rostro Si no nos va el largarnos No ahí Ahí no Si ya llegamos Un ojo y nada más Ya estamos Bien puesto pero escondido Ahí aquí Resguardado tras una oreja por ser Muriéndonos Por ver De risa. Haciendo cucharita Y cubierto de pelo Por el pelo Y sobre un alto cuello Erguido cuello Bien alto Lejos del suelo Cerca del cielo Un ojo y nada más Eso se requiere Se necesita Para ser Para ver Feliz Al otro.
De Pende A qué Se llame Fantasma Y eso será Cuál o tal cosa.
La cobardía viste de hombre De rodillas llora Qué destino lo ha abandonado junto al camino Qué camino lo abandona bajo las huellas Qué huellas olvidaron sus pasos Qué pasos equivocó Qué equívoco hombre desnudo ha sido (No uno honesto) (No uno honesto) (No unas honestas) (No unos honestos) (No uno honesto) El silencio viste de hombre De rodillas muere
Raimusa
El pasado da miedo Los hijos nunca seremos justos Sobre todo con nuestros padres Sobre todo con nuestras madres Aun sabi茅ndoles humanes Aun y as铆 Los hijos nunca seremos justos El pasado da miedo La memoria es una nebulosa La imaginaci贸n es una tramposa Aunque por nuestro bien Aunque por nuestro bien Nuestros padres Nuestras madres Hicieron lo que hicieron Sus hijos nunca seremos justos El pasado da miedo Hay cosas que no sabemos Que nos negamos rotundamente a saber La memoria es cautelosa La imaginaci贸n bastante ingeniosa Aunque por nuestro bien Los padres Las madres No hicieron lo que no hicieron Los hijos nunca seremos justos El pasado da miedo Y punto
Karmen ARvale
Los semáforos del destino A los márgenes del vacío Cantando abrazado de Los semáforos del destino Conjugo la voz de mis edades Qué es la amistad Si no el destino Conjuro mi voz de niño Esta vez no solo Sino compartiendo lo ya sabido Naufrago en lo perdido Rendido A los márgenes del vacío Cantando abrazado de Los semáforos de lo aprendido Enciendo los ojos Las pestañas Las cejas Con cervezas agrias Alcohol barato De lo consabido Destilo Patrañas Para los ya vencidos Canto Y me pierdo Ahí en eso El queso Amargo De lo no comprendido Hago un fuego náufrago Y así tendido Me regalo a los monstruos De lo incidido Transmuto palabras Desde los desconocido Con porfía pretendo la Armonía De lo desaprendido Caigo desfallezco Ya rendido Vengan hermanos A la aventura del delirio La agonía esa La desventura de lo compartido Cantemos todos A los márgenes del vacío
Abrazados de Los semáforos del destino Conjugando el delito Conjurando letras muertas Pretendiendo un desafilio No más que eso es nuestro desafío.
Nylon Silva
Dolor de un tiempo que no es hoy Si bien fue eso Un hoy Pero en otro tiempo Y dolor Claro que dolor Y bastante fuerte Y bastante sentido Dolor de un tiempo que no es hoy Cuando hoy mismo no era nada Ni un futuro Probable o inesperado Cuando tú sólo eras tú Y yo por mi parte sólo yo y escaso Dolor de un tiempo que no es hoy Pero que aún lo sentimos A veces Sólo a veces Porque es triste Y a veces Sólo a veces Porque además nos pilla volando bajo Dolor de un tiempo que no es hoy Y que siempre será pasado Claro que también dolor Tal vez no tan fuerte Tal vez no tan sentido Pero lo pasado por más que pisado Aun duele hoy.
Iris Anarkía
Un botellón Seco y certero Da contra el suelo Estallando Añicos de vidrios Y el vino Posa dispersa Líquido estático Violencia sonora Seguido del silencio total Un perro Sugiere a la normalidad Como continuación de la nada Un botellón Señal cobarde De mi miedo Era él o yo Y preferí angustiarme esta noche Sin tomar En vez De dejarme diluir por el golpe Seco y certero De mi cráneo Contra el suelo.
Henryke Chelasky
EDICIÓN, REDACCIÓN Y DISEÑO POR:
EDITORIAL FLORES EN LA BASURA Editorial flores en la basura Iquique - $hile, Abril del 2016 *** Todas las imágenes de ésta sedición son originales de Taller Patioteka, Iqq - $hile, 2015 – 2016.
Permitimos y alentamos la reproducción total o parcial de ésta obra y por los medios que gusten
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