El concepto referente ausente explica cómo los animales en nuestra sociedad desaparecen como individuos, como seres con personalidad propia y se convierten en objetos que podemos utilizar a nuestro antojo. Desaparecen de tres formas diferentes: lo hacen literalmente, porque los matan, desaparecen conceptualmente porque las personas no se dan cuenta de que están comiéndose un animal y también su propio nombre desaparece, la gente se come una hamburguesa, no una vaca muerta. Y una vez que el animal se ha esfumado a tantos niveles, es difícil que los consumidores vean al animal muerto que hay detrás de su comida. Las mujeres también están sometidas a ese proceso de referente ausente en la sociedad patriarcal. Se nos ve como un recurso disponible para el disfrute de los hombres heterosexuales, somos cosificadas de la misma forma que los animales, se nos utiliza para el sexo, para la reproducción. Los cuerpos de los animales se cortan en trozos para consumirse por separado (alas, muslos, pechugas, etc.) y los de las mujeres también para ser consumidos en la pornografía, en la publicidad, en las conversaciones (mira que culo, etc.), de forma que no se ve a esa persona como una entidad con personalidad e idea propias. Los animales y las mujeres son un producto de consumo, los primeros son literalmente consumidos y las segundas son visualmente consumidas. El referente ausente es una fuerza presente en nuestra sociedad, hay muchas personas que no son sujetos de sus propias vidas. Viven y mueren bajo un control absoluto. Somos tan esclavos del consumo que no nos importa el proceso de producción del producto que consumimos. Y las mujeres son un objeto más de consumo. Las mujeres nos encontramos en una posición muy complicada, porque muchas mujeres comen animales, pero también son devoradas por la sociedad. Eso complica mucho las cosas, hace que sea mucho más difícil percibir el problema, porque también estamos implicadas en el mismo. La expansión de las formas de comunicarnos que ha traído la tecnología en lugar de contribuir a que este tipo de actitudes desaparezca, ha provocado lo contrario, que se haya profundizado en esta cosificación de animales y mujeres.
En: La política sexual de la carne, de Carol J. Adams
Animales y mujeres, trozados y devoradas por entes sin ojos que los tazan y compran, manosean y ultrajan. Barajan, estos entes depredadores, las diversas opciones que sus delirios les mandan. PATRIARCADO, se dice, me dijo ella, DILO, agregó. Ya lo sé, ya lo sé, musité. Pero PATRIARCADO, grité de improviso. Aunque, cómo destroncarlo de uno, cómo alejarlo de todos. Y ser sin temer. Ser sin ser temido. Difícil, difícil dicta el bichito cobarde que nos engendra los malos ismos. Emborráchate, llama a los cabros, mejor. Ellos te entienden, porque ellos no te dicen PATRIARCADO, dilo, como ella te dijo, agrega el bichito con su histriónica voz. Ellos te darán buenos comentarios. DOMINACIÓN, te reporta ipso facto la otra voz de bicho que se aloja entre tu pecho y espalda. Aquello es DOMINACIÓN, reitera. Facundo Cabral lo dijo, agrega. Ésta es la voz de los buenos isTmos, tal vez? Qué hacer, de cualquier manera, si no concibes que tus amigos se resguarden entre ellos cuando acosan, manosean, ultrajan. Tragándose la ideología del macho cazador. Suponiendo que lo alterable es sólo el orden de la explotación del hombre por el hombre, pero de la idiosincrasia-ideología contra las mujeres no opinan nada. Es que aún no han leído a Carol J. Adams. Ni gritado PATRIARCADO, como tú? Qué tal si congregamos a una reunión entre potenciales víctimas y potenciales violadores?? Sí, me refiero a una reunión entre mujeres y hombres. Claro, dicho del primer modo pareciera como si la situación fuera más bien seria. Por esto es importante decir las cosas por su nombre. PATRIARCADO. DOMINACIÓN. Propugno la poesía. Propongo la clausura de los Club de tobi que se forman en su nombre para deformarla. Alterarla, para asirla al sistema de dominación que los vuelca. Lo que han hecho con la poesía pretenden hacerlo hoy con el feminismo. Volverlo otro nicho para depositar los cadáveres que como trofeos apilan para inflar todavía más sus egos. Es que para los depredadores sexuales las mujeres son sólo un cuerpo, y siguiendo el dictamen del PATRIARCADO no cuestionarán nunca su privilegio a no temer. Aun así son miedosos, y bien mierdosos, mis amigos. Ninguno es feminista cuando no hay ninguna mujer cerca. Del servicio militar no opinan, la militarización de la juventud, la verdad, bien poco les incomoda. Lo mismo, o peor, comer carne. No entienden que tras el principio de cuestionar los privilegios de una clase sobre otra, también está la de cuestionar los privilegios de una especie sobre otra. Mientras escriben en una muralla CONTRA TODA AUTORIDAD, no les asalta la duda de que ser hombres tal vez también sea una autoridad. La autoridad, por ejemplo, de devorar con la mirada las cuerpas troceadas de las mujeres aledañas. No, no les cupe ninguna duda que el miedo que a ellas les tanto preocupa no son ellos con sus pasos detracito, tazando, calculando qué táctica usar, en la insana estrategia del conquistar para comerse una minita. Por eso bien sintiéndose sanos y salvos, los che Guevara, los Durrutti del momento, entran al bar, más fácil engrupir emborrachadas y por emborrachar, de suerte, también, pueden tocar sin acosar, en el silencioso amparo de la amistad. Y así los grandes escrutadores y graves críticos de la sociedad, los ácidos cuestionadores del orden burgués, se pisan la cola, y se ponen en la ídem del gran monstruo devorador de mujeres, porque eso es lo que quieren, eso los posibilita y satisface, DOMINAR.
PATRIARCADO, se dice, me dijo ella, DILO, agregó. Ya lo sé, musité. Yo no soy así, pensé, no hago fila para ser parte del monstruo devorador, ni soy un ente depredador, no hago caso de esos delirios que me mandan, me pregunto, al contrario, cómo destroncarlo de uno, cómo alejarlo de todos. Animales y mujeres, trozados y devoradas por entes sin ojos que los tazan y compran, manosean y ultrajan. Barajan, las diversas opciones mientras nadie los ataja. Ya sé, entonces, qué puedo ir haciendo. No estorbar de partida, a las mujeres y su lucha feminista. Y en seguida atajar a los mal sanos, cuestionarlos, ponerlos al descubierto. Tan difícil no es, cabros, empatizar, y por ahí les sirve para ir entendiendo lo que van leyendo. Pero sigan prendiéndole velas a Bertoni no más, que como Tito Matamala, llama arte a la misoginia y sin descaro alguno, porque así ACOSO y ABUSO se reviste de cortejo, romanticismo e intelectualidad. Y para toda su excesiva tranquilidad son premiados por el consejo nacional de las artes, la sociedad de escritores y todos los demás club de tobis que se hacen los hombres para celebrarse a sí mismos con total cinismo. Vengan también los otros hombres, los más pobres, con todo el arribismo, haciendo, por ejemplo, de anarquismo y feminismo, embolinadas de perdices para los aprendices en la depredación sexual. Ahora volvamos al bar: ahí los críticos de la realidad desenfundan la verborrea, exponiendo patrañas, expanden aquello que juran atacar. DOMINACIÓN. Porque cero empatía, cero reflexión, conlleva seriamente a pisarse la cola. No se acuerdan así de su CONTRA TODA AUTORIDAD cuando cunetean los besos, obligan el abrazo, le cierran el paso a la cuerpa con que se tientan angustiados. Se les van para adentro los ojos, el monstruo los desborda, pero no nos engañemos: siguen sabiendo de sí, no han perdido la cabeza, porque cuentan con la certeza de no tener miedo. No son las victimas del caso. De sobra lo saben. Entonces es cuando vivencian lo conceptualizado por Foucault pero nada les vale el dolape francés en tales casos. Lo peor que les puede pasar, se imaginan, que les haga una mujer, es reírse de ellos. Para ellas, sin embargo, los riesgos de lo que puede hacerles un hombre, oscilan entre la violación y el asesinato. Esta es una verdad, pero los hombres qué peso le damos? Sencillamente nos aferramos al privilegio de no temer. Aunque eso implique que seamos los temidos. No asumimos nuestras responsabilidades. Ni entendemos que ser parte del problema también significa que podemos ser parte de la solución. Algo nos constriñe, es cierto, pero sin atacarlo sólo le simplificamos su accionar. Peor si además de no atacar, acatamos. Pues, aceptamos los privilegios del odio. Y con eso nos conformamos. Egoístas y ególatras, los hombres, esos tristes entes sin ojos, cómo van a tener ojos si sólo saben mirarse hacia adentro, sólo de ellos saben, sólo ellos les interesa, por eso al ego, lo alimentan día a día, noche a noche, lo robustecen, vez que pueden, y procuran que siempre se pueda, sumándole un nuevo cadáver, al nicho ese que su ego es.
Es que para los depredadores sexuales las mujeres son sólo un cuerpo, y siguiendo el dictamen del PATRIARCADO no cuestionarán nunca su privilegio a no temer. Seguimos en lo del bar, todo el mundo bien ebrio, aunque se le llame espacio arte, no hay más que espacio para la perversión, los hombres por raja que queden nunca temen a que los violen o asesinen. Como mucho perderán la billetera o los zapatos. Pero, y por eso, las mujeres son parte del show, del acontecimiento que el espacio mal llamado arte les propone. Así el neo che Guevara junto al neo Durrutti no temen tampoco que se les considere sicópatas, no, a eso, a tal menester se le considera en la naturalización total de lo perverso, lo que les corresponde como hombres. Están en su justo derecho, dice el postulado triste y mísero del ORDEN PATRIARCAL. Hasta incluso se les encaja el rótulo de poetas. Y sí, a eso la han reducido, a la gran diosa creadora, la poiésis. Entonces surjo con mi discurso contra el envilecimiento, subiéndome a una mesa, pateando botellas y sacando papeles, leo, declamo, reclamo, mujo y rujo, poseído por el espíritu de Valeri Solanas, encaro al poder, incendio el circo del control asolapado, echándole fli a los shuper locos en su nido de trampas, estallo y grito, aquí está la podredumbre humana, mirad, quienes no se atreven a romper las viejas tablas ni a los espejos del progreso, puesto que prefieren las esnifadas, el dogma vil del PATRIARCADO, no lo gritan así, se callan, volviendo sus ojos hacia la nada que por dentro les gravita y siempre les gana. Todo el cebo del mundo y la hediondez de la injusticia les tuerce el destino, y así dejándose vencer, abrazados a la asedia diaria de cada día, vienen a estas noches a revolcarse entre la mierda superficial del consumo: de caretas, de risas ficticias, posturas, vidas prestadas. Lo único cierto aquí es el crimen, la sumisión a unas leyes que no tienen nada de naturales pero que les permite desde sus miserias individuales disfrutar en la carne, por la carne. Sois unos yanaconas totales, la petulancia misma con que el monstruo que los posibilita se vuelve mueca de la existencia de verdad, que no es esta basura que llaman vida, arte o poesía. Son unos vendidos al siniestro avance del desierto de ideas, emociones y sentimientos, que se cierne, a estas horas, sobre el planeta, deshabitándolo e invalidándolo, y todo porque los pervertidos no han sabido gobernarse a sí mismos. Qué importa que me echen y rechacen de sus espacios de encuentro si no valen ni lo que dicen o sueñan. Sus artes- sus medios de hacerse y decirse no son más que meros simulacros, de esto que hoy y mañana y ayer abrazo, esto que se escabulle del mal teatro de la realidad y que es flor común con mi destino y el destino de todas las voces que no cesaremos de denunciar, de vivir, de ser a nuestras propias maneras. Somos las flores en la basura, treinta y un sediciones entre otras desperdigadas publicaciones, nos apañan contra todos los odios y desde todos los rincones. Salud!!
“…el futuro de la Tierra puede depender de la capacidad de las mujeres para identificar y desarrollar nuevas definiciones del poder y nuevos modelos de relación entre las diferencias. Las viejas definiciones no han sido beneficiosas para nosotras ni para la tierra que nos sustenta. (…) Pues llevamos incorporadas las viejas pautas que nos marcan unas expectativas y unas formas de respuesta, las viejas estructuras de opresión, y todo esto tendremos que modificarlo a la vez que modificamos las condiciones de vida que son consecuencia de dichas estructuras. Pues las herramientas del amo nunca desmontan la casa del amo.” Audre Lorde
Cuando me siento triste pero no puedo andar por ahí sintiéndome así, tomo mi traje, al decir de Ariel Santibáñez, de espantatriste y salgo al mundo exterior. Esto no es lo mismo a hacerme el weón, a fingir sonrisas, etcétera. Más bien se trata de un modo de salir a flote. Mi traje de espantatriste es como el buzo y la escafandra del hombre rana, que sin estos elementos no podría soportar las condiciones del mundo subacuático y colapsaría. Lo que intento hacer, entonces, es no colapsar y por eso me prevengo usando mi propio traje. De cualquier manera esto tiene bien poca importancia cuando se le presta atención a la bisagra sobre la cual estamos todos, y que se va cerrando hacia abajo, dejándonos al borde del abismo. Y lo miramos, al abismo, y el abismo, a su vez, nos mira desde su propio arriba que es nuestro propio abajo. Nos dan cien años en el mejor de los casos, los entendidos, y agregan que las temperaturas variarán alrededor de cuatro grados y esto provocará que los inviernos y los veranos sean más extremos, la raza humana no podrá seguir empeorando al planeta, éste colapsará, y no habrá ningún traje que le sirva para contener nuestra derrota final. Levi-strauss lo dijo: la tierra estuvo antes y después del hombre. Y recalquémoslo, que fue el hombre y no la mujer quien lo arruinó todo. Pudimos llevar las cosas mucho mejor, manteniendo nuestras relaciones horizontales, primando el apoyo mutuo, respetando la autorregulación del ecosistema, pero no, había que darle verticalidad a todo, poner los intereses de unos sobre las otras, intervenir las cuerpas, las mentas, porque toda territorialidad debía ser conquistada, castrando el placer, el juego, la amistad. Antinaturalmente el hombre parió sus vástagos: el Estado y el Capital. Sobre los cuales irguió su imperio de locura y estupidez. Puede que los extraterrestres cuando lleguen a la tierra aún nos encuentren carcomiéndonos, extendiendo la explotación contra todas las demás criaturas del planeta: talando bosques y selvas, violando y exterminando animales, ultrajando los suelos, expeliendo venenos a los cielos, convirtiendo el paraíso terrenal en las visiones del infierno con que las religiones más venenosas nos truncaron el futuro, hoy presente, desde hace ya tanto tiempo.
Se sabe a ciencia cierta que muy posiblemente nos estrelle un meteorito, si no en la segunda mitad de la década del 20 (2020), sí en la segunda de la década siguiente. Los poderosos podrían tomar como carta sobre el asunto perdonar las deudas de los no poderosos. Colectivizar bienes y alimentos con las capas más excluidas; en fin, darnos un último tiempo de gozo y paz antes del estallido. Pero no, mucho más importante es seguir apuntando los dardos hacia el fantasma del terrorismo, mientras el machismo sigue violando y asesinando impunemente en todo el mundo. Lo hombres no perseguirán a los propios hombres. No cambiarán. No dirán: somos parte del problema. Tampoco: seremos parte de la solución. Entre hombres no hay condenas, ni siquiera cuestionamientos. Los hombres son un club serio y se blindan y apoyan los unos a los otros. El canibalismo se extiende, por esto, como modo de solucionar nada, en una sociedad que produce y reproduce violadores, mientras reduce y anula empatías. Extendiendo la ideología del nada sirve: ya estamos perdidos, todo vale mierda en este país, así funcionan las cosas, no vale la pena ser distinto. Y por ahí, la poiésis se pierde en la nebulosa de manoseadores que la vuelven, igual que al feminismo, instrumento de los unos para ponerse sobre las otras. Aunque visto así, ahora que lo pienso, que al ponerme triste me ponga, a su vez, mi traje de espantatriste sí tiene importancia cuando se le presta atención a la bisagra sobre la cual estamos todos, y que se va cerrando hacia abajo, dejándonos al borde del abismo. Para mirar al abismo. Para sabernos mirados por este. Desde su propio arriba que es nuestro propio abajo. Entender eso. O querer, al menos, entenderlo. A ese mirar. Ese cruce de miradas, entre el reducido todos, que nos damos cuenta de lo que nos pasa, de dónde estamos, y el abismo mismo. Porque quizá si haya un traje común que nos ataje. Que nos aguante cuando las pruebas del cambio climático están tan a la vista que sólo los cegados por el poder no las ven. Es poco el tiempo que nos queda como especie, de todos modos, pero esto no implica nuestra claudicación. Al contrario, cuando sucumban las estructuras del artefacto que es el imperio de lo inventado: el dominio del poder. Es cuando más será necesario contar con redes de apoyo, relaciones horizontales, humanas conscientes, sanidad mental, corporal y espiritual.
Se les vendrá abajo el mal teatro y entonces volveremos a estar desnudos de los ropajes ficticios de los poderosos. No sólo al emperador veremos desnudo. El orbe entero volverá a verse frente a frente en lo otro. Y cuando eso pase más vale estar preparados, para que no se siga repitiendo la triste película de todos los días y todas las noches. Mientras tanto a sanarnos. Tomar nuestros trajes de espantatriste y salir al mundo exterior. Hacer las cosas diferentes. Dejar la práctica de delegarlo todo. Asumiendo nuestras propias vidas. Saber que el individuo y el Estado son las dos caras de una misma moneda. Y que con esa moneda puede comprarse casi todo. Porque hay circunstancias que no se compran. A esas hay que alimentarlas. Cuando sea evidente para todos que el dinero es pura falacia, otras circunstancias serán precisas para garantizarnos la vida. Lo que se nos viene puede significar dos opciones: perpetuarnos en el fracaso a través de la institucionalidad corrupta y vertical de los hombres, o hacer bien las cosas. Oportunidades como ésta no se tienen todos los siglos. Y no es problema del abismo ni de la bisagra, sino de nuestra concepción de las cosas: el tan olvidado y siempre dejado de lado, sentido común. Hoy se ve como tan legalmente la violación es permitida, contra hembras de diferentes especies, ¿dónde están las leyes o los hacedores de leyes para prohibir tales prácticas?, ¿Qué dónde están? Violando a las hembras de diferentes especies. Empatizamos luego existimos. Las leyes y los hacedores de leyes no sirven. Sí que sirven: el apoyo mutuo y la autogestión. La autonomía de acción. La confrontación directa contra el poder. Practicar la humildad y honestidad. Es difícil, es duro, sólo si alimentas lo que envilece. Contra el colapso, resistencia. Si tu existencia es mundo de penas, antes de esclavo, prefiere VIVIR.
Por Macedonio Salinas Nieto
No. La poesía no es una ecuación biológica. La poesía, si tú la pudieras definir –porque es indefinible- es un arranque sentimental, es una memoria de otro arranque sentimental, nada más. Stella Díaz Varín
Ventanas con polvo nubes estorbo del sol aun soy esto que mira y escribe mientras la vida acontece con total resolución allá donde no estoy presente porque me sigue gustando estarme solo mirando y escribiendo sonriéndole al papel jugando a que estos símbolos imprecisos precisan lo que siento y que me bulle por dentro un adentro que sospecho no sólo mío sino un delirio colectivo inconsciente incomprendido impelido por fuerzas aún menos precisas pero certeras por eso insisto en escribir en confirmar la certeza redundando lo cierto es que el estorbo del polvo también insiste re mucho en socavarnos de afuera hacia dentro volvernos así lamentos la miento a la existencia cuando caigo en tal menester entonces me vuelco aquí solo me vuelvo a mí mismo re flexiono re capacito re incorporo mi fluir a lo que no se ve en esta dimensión pero sí desde la otra donde también somos sin saberlo de un modo u otro e insistimos en comunicarnos así vía lápiz y papel onírica y vigílica mente yo respondo hago mi parte
aunque no sé le pongo ahínco y corazón que salgan los símbolos que digan que pasa algo que pasen diciendo tanto o un poquito de maíz que sea dulce o tostado un agrado aunque no regulo tanto como un grifo conjuro la apertura del fluir de ideas prestidigito el juego y todo es escrito por el azar calzan las ideas sí porque mi frasco lo he mantenido abierto a las brisas con que me despeino y acojo sin más las causas del verano no he sido quién para poner reparos que salgan y ya suspiros y vahos.
Karmen ARvale
Sorber sangre Tal vez me ayude a gatillar Lo que sin alcohol ni humo Ahora no puedo respirar Me retuerzo las partes En demanda del gatillo Sólo hay silencio Y una espera de no sé qué Lamo el suelo escupido Con los dedos hurgo surullos secos Me bato a duelo con lo indecible No digo lo que pienso Grito me río y lloro Salto del techo Al techo Del auto del vecino Doy aullidos Recibo retos Me llevan detenido Finjo un ataque de epilepsia De la comi me llevan al sapu Y deliro para mis adentros, absorto Me absuelven a eso de las ocho Me tropiezo adrede conmigo mismo Caigo siete metros de vereda en vertical Me sangra por fin el pellejo Me sorbo y me escandalizo Ahora no puedo respirar De una terrano bajan cinco tipos Me suben a la fuerza a su vehículo Entre golpes desnudan mis carnes Mis huesos Tan flaco que estás Me dice uno de bigote a lo freddy Y otro como lemmy me da un golpe Con que me hipnotizo Sueño que estoy en una playa desierta Desnudo camino junto al mar De repente oigo gritos Algo viene por mí atrás Y nunca lo supe Porque me cambio de sueño En este soy un mueble Sobre el cual ponen vasos y botellas Un grupo de hombres a mí alrededor ríe y conversa Soy una mesa Luego cambio de dueño Freddy con lemmy me besan
Y con sus carnes me agrietan Me hurgan y dan con mi veta Se encajan en ella con furia Revientan mis ojos en lágrimas A ratos me sueltan uno que otro golpe Hay un vaho de baño en torno nuestro Por el olor tal vez No encuentro el modo de salirme del sueño Aunque sin notarlo vuelvo a lo de la mesa E intercaladamente Alguien vuelve a dar con mi grieta Y allí expulsa todo su odio Con tal resentimiento Que la sangre es un río de tintes amarillos Sobre mi vientre contra el piso Mientras Grito me río y lloro No digo lo que pienso Me bato a duelo con lo indecible Con los dedos hurgo surullos secos Lamo el suelo escupido Noto el silencio de improviso Una espera de no sé qué Me impone alerta Retuerzo mis partes Me contorsionó hasta pararme Ahora no puedo respirar Demando un gatillo para actuar Aunque sin más corro La carretera es negra y toda noche Peligrosas luciérnagas la mantienen Fija al suelo Devorándole metros Verticales al cielo Tengo frío y un calor a su vez Y deliro absorto por el miedo Alguien me habla un lenguaje que no entiendo Me dicen no sé qué ingenio Me suben a otro auto Donde me dan abrigo y algo Que me invade el sueño Al despertar ya no soy yo Sino sólo un recuerdo Y me dicen distintas voces que estoy bien Pero lo poco que soy Me insta a seguir saltando. Aliziado Chundiaz
Los chiquillos ya no gritan LIBERTAD Sólo gritan fuerte y claro GOOOOOOL Y algunes quedamos como viejos julios Porque no seguimos a la mayoría Mientras todos marchan por la ley cholito Pero hacen fila en la carnicería No hay pasos tranquilos si naciste o elegiste ser mujer Si temores y abusos a granel Porque los hombres se masturban viendo face Y por muy anarcos igual se escudan tras la ley Empatía cero se llama su membresía Para con sus clubs de tobi encerrarnos la alegría Que niegan colectivizarla y Reconocerse parte del problema ¿Qué problema? Nos gritan sin dar cara Si yo pago la pensión Si yo puse a la cabra chica como carga En fonasa Y de la mina le bajo 7x7 la colación Lo suyo más bien es cuestionar A la burguesía Sentir orgullo obrero Y escuchar punk todos los días Agachar el moño en el trabajo Para tener tema que alegar Con los amigos en la fila de la botillería Los chiquillos olvidan cada día cada noche Cómo se grita LIBERTAD Aprenden bien conformes A gritar fuerte y claro GOOOOOOL Mientras para la tumba Van haciendo fila. Melliza Malva
Me canso de la vida a veces Aunque me evite Viviéndome Viviéndola Y me hago de rutinas Y elijo qué comer y qué beber Y si algo no sale según lo esperado Repito en mi cabeza algún rezo sobre el universo Y su innegable fluir bien intencionado Y me funciona Me reconforta y tranquiliza Sigo así dejándome crecer Al decir de Spinetta Alberto Luis Pero como al releer-te Descubres rimas sosas Piensas esto no puede seguir siendo A veces Sólo a veces La vida me parece así Una secuencia sosa de repetidas sosas secuencias repetidas Obvias rimas Rimas obvias El error claro está Ha sido siempre re-leerme
Elra Tound
Y el mundo cupo en una pantalla Y todos los satélites lo gravitan con sus dedos y ojos fijos Cada vez más artificiales que naturales Los humanos Ultrajan su tiempo gratuitamente Deliberadamente Cercenan sus mentes Total El mundo ya cupo en una pantalla Mientras los dueños de la risa la extienden Porque obviamente han cobrado por esto Lo han mercantilizado Capitalizado Y todas las opiniones han vertido el mismo veredicto Al suelo: Así son las cosas y nada más Así funciona éste país Así es el cómo del cómo Etcétera El mundo cupo Ya reducido Ya no tan mundo Ya bien otra cosa Artificioso Pero cupo El mundo En una pantalla.
Alcidez Barrankha
Ella baila sola Aunque sus pasos se los dirige el viento O la brisa más re bien De la mar Instigada por la luna tan llena De sí Ellas bailan solas De cualquier manera La brisa, la mar, la luna tan llena Y ella De sí Bailando de aquí a Acullá Sus pasos dirigen al viento O a la brisa más re bien Instigando a la luna tan llena De sí Todas bailan por ella La brisa, la mar, la luna tan llena Y sí Ella baila sola Con su canción Y no con la que le tocan.
Flora Acracia
Cuando chico en mi casa eran todos pinochetistas Y pinocho era el santo mártir héroe vivo Que nos salvó del cáncer marxista Y yo nunca entendí esas palabras Qué significaban Eran como decir Arturo Prat Bernardo Ohiggins Héroes de la patria No entendía lo que era eso Sabía de otros personajes así Pero eran de Zondera No tenía idea de qué comentaban los mayores Pero lo creían con gran tesón Y decían viva el general Pinochet Cada once de septiembre Cuando comíamos empanadas y a los sones De aburridas marchas militares Adornábamos con banderas chilenas toda la casa Cuando chico en mi casa eran todos pinochetistas Y era común culpar de todos los males a los comunistas Y festejar sus muertes Porque se trataba de ellos o de nosotros Yo seguía sin entender los discursos de los mayores Pero ellos me alentaban a admirar a los militares Comandados por el heroico general Pinochet Y yo no quería jugar con ellos Porque no entendía tanto jolgorio por un viejo Más bien feo y sin gracia Al cabo de los años los mayores continuaron con sus rituales De empanadas banderas chilenas y marchas militares Yo fui cumpliendo años Cuando tuve trece mis mayores más cercanos se separaron Esto me alejó de la casa que solía llamar mía y donde todos eran pinochetistas En la escuela bajé las notas Empecé a fumar cigarros También me caí al trago En fin fui conociendo gente Que no tenía nada que ver con mi infancia ni nada que recordara Supe otras cosas Muchas historias Por ejemplo que Pinochet no era un héroe Entonces en verdad supe lo que fue Y sentí tanta vergüenza Tanta rabia porque Cuando chico en mi casa eran todos pinochetistas Pero no hubo ningún cáncer marxista Aunque sí muchas muertes miles
Y torturas Detenidos y hasta desaparecidos Miles Me supe podrido Culpable Me sentí fatal Comencé a atentar contra mí mismo Porque era la porción más cercana que tenía De esa casa en que eran todos pinochetistas Y festinaban con lo que a través de la tele se decía Alegrándose cuando todos estaban tristes Reemplazando con egoísmo la empatía Culpable es poco Entonces Sólo entonces Entendí quién era e Pinochet Y los militares Y el once de septiembre Y por todas las empanadas que me comí al son de aburridas marchas Pegando banderitas chilenas de nylon por toda la casa Me corté Las piernas y los brazos El pecho y la espalda El cuello La cara Y me tiré de un cerro al mar Y lloré abajo maltrecho y sangrante Lloré por todas las muertes violaciones torturas Y desapariciones Lloré porque todo era una pesadilla Pinochet era el cáncer Que se nos esparció a todos Y ya no podía mirar a mi familia y decirles Los quiero Porque aunque eso era verdad Era todo una inmensa contradicción Y no sabía si era una duda la culpa o viceversa Y me supe parte del infierno Y que por eso me estaba vetado matarme Cuando desperté en el hospital Estaba esposado a la camilla Mi mamá y mi papá estaban asustados Yo sólo atiné a gritarles Fascistas!! Elpopeye Deunpueblolvidado
Como si el corazón fuera un goteo Constante de pasajes De un álbum de fotos Viejas emociones devienen En ligeros dolores de espalda Invento un paraguas al respecto O a veces recurro a un vaso Para resguardar aquellas lágrimas Que me figuro marcan mi tiempo El innegable paso de los años Me niego a creerlo no obstante No soy tan de antes después de todo Algo de la infancia he sabido atesorar Mi propia yo inmaculada mientras Tampoco he querido engrosar Demasiado las capas entre aquella niña Y el exterior desmejorado Otros hacen el desastre O de plano asesinan su infante interior O lo ocultan tras sendas capas de hipocresía Me parecen de mentira aquellas vidas Sin embargo son tantas en su idiota demasía Y con tanto tesón decoradas Mas si ese empeño lo usaran Para atesorarse Qué mundo más distinto sería.
Iris Anarquía Anarkía
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Iquique - $hile, Junio del 2017 *** Todas las imágenes de ésta sedición son originales de Taller Patioteka, Iqq - $hile, 2015 – 2017.
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