Circunloquios de un individuo consecuente consigo mismo hasta la incongruencia

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Editorial Flores en la Basura



Prólogo

Estos poemas los escribí hace tiempo, algunos hace trece años y lo más próximos hace seis. Junto a varios otros los tenía separados en un sobre para alguna edición que nunca llegó a concretarse.

Una edición que los incluyera a todos juntos, gracias a la magnanimidad de alguna editorial. Pero las cosas no salieron como esperaba.

Sobre su calidad que juzguen lxs otrxs, quienes quieran; yo los asumo como parte de mi prontuario poético, el testimonio de una parte de mi confusión y aislamiento.

Alfredo M. Iquique Enero 2014.-


El hombre río Conocí a un hombre que era como un río, en un espejo por primera vez lo vi, perdido. Fluía por él todo, todo era aguas nuevas siempre, todo era nuevo aunque fuese lo mismo que otro día. Todo lo traspasaba tal como con su mirada de aguas turbias traspasaba lo que veía. Conocí a un hombre que era como un río, unas veces agitado y nervioso, otras tranquilo, sereno y misterioso, como un pozo. Lo conocí apenas al verlo. A veces sonaba fuerte porque quizá piedras traía, otras era casi un susurro, como el de las piedras cuando te cobijan en las madrugadas ebrias. Conocí a un hombre que era como un río, su rostro lo vi como agua, mientras me lavaba las manos y cara, lo conocí a penas al verlo, perdido como en un espejo, justo frente a mi reflejo, sobre el agua.

Desvela Mi poema desvela, no te busco y por eso no te encuentro. Huelo a vieja. Mi poema corroe el papel, que miente con cada espacio que deja mi escritura barata. Rasgo mi sombra, la voy guardando en pequeños papelitos bajo mi cama. Sobre ella los restos del mundo se debaten en un sueño, en un desvelo o escribiendo algunos versos en las amarillentas sábanas.


Dibujo círculos de un solo trazo, para ver si logro cerrar algo; así como terminar un caso; así como para que anoten algo más que dos fechas en mi epitafio. Recuerdo. Así no eran los ojos del caballo de mar, los dibujé mal, aunque hice todo rojo, los dibujé mal, y si nadie se dio cuenta es porque nadie jamás lo vio. Subrayo algunas actividades de mi horario, al azar. Mi agenda está entre mi codo y mi muñeca, y entre mis dedos debería estar mi antigua máquina del tiempo, para hacerme volver mañana a desvelar la realidad.

Juventud Todo se centra en lo que queremos hacer, lograr. Nuestra conversación, y nuestras disputas ¡Son nuestras en realidad? Como sea, en ello perdemos lo perdido Y nos vamos haciendo viejos, Que repiten lo mismo Como perros locos, que ladran el mismo lamento Todas las noches a la misma hora Casi a las tres, por la madrugada En que despiertos los escuchamos en una pausa de silencio Y luego a lo nuestro otra vez, Nos ladramos ideas y proyectos Que de afuera, por la ventana hasta el mar negro


Se deben oler como lamentos. Ante eso, que puede ser en vez de la rutina, Que se trata de ensanchar los bolsillos de sueños Y vaciarlos de esperanzas.

Pasos en la arena Los pasos en la arena Pesados, recaudan granos por gramos Gruesos, cansados Los pasos en la arena, Con una botella en la mano Y una sed propia del paisaje Vamos hermano Del día Bebamos Tranquilos alejémonos De todo, sigamos un camino propio Con divagaciones propias Bebamos todo el día Tranquilos Alejémonos de aquí, Los vasos en la arena somos nosotros


Mismos, vaciando botellas Enteras, en nuestros cuerpos a medias Bebámonos el tiempo, hermano Miremos cómo pasa todo En vano.

No hay flores No hay flores en esta vida, Las tenemos que sembrar Pero vaya si los cumpas han aprendido a no necesitarlas Se han conformado con su círculo de amigos Con el alcohol que corre sábados y domingos Enteros, Con tocar un poco de música Y emparejarse un rato, No hay flores en esta vida Y la desgracia se viste de hereje Y la necesidad se desentiende.

Amigos no hay, La vida de los de arriba manda Con su democracia la han hecho al fin,


Nos han quitado la palabra El justo derecho a mentir, Su valor que es vago Nos embriaga Su mentir que es vano Nos engaña ¡Luchamos por la democracia? He ahí la derrota sembrada, Mañana la cosecha no será de flores La herencia nacerá calcinada Cansino es el paso del tiempo Pero no cansado del todo Como nuestra demanda.

Opciones Dos opciones Dos hojas me guiñen sus ojos Me invitan Sediciosamente a Disolverme como un líquido Espeso Sea tinta o sea


Sangre, Que desde mis manos escurra Lentamente, significando Un poema, que no dignifica Nada a la postre. Dos opciones Dos ojos abiertos, mirándome Fijamente, Yo les veo Abierto Absorto Consumido De cualquier modo Consumido, Rozando, Cortando, Escribiendo, Desangrando el espíritu a medias que he ido Forjándome. Veneno de ceniza oscura Colgando de un filtro Que nada asegura, Destellos naranjas


Sin gusto a azúcar Y humo, Cascada inversa de humo, Yéndose al cementerio de moscas Que hay en el cielo del cuarto, Ese infierno del techo Donde los gatos maúllan soledad. Dos opciones El valor excluido, El tercero Soy yo Y radica En mandar toda opción A la concha de su madre.


Tratando de ponerse de pie Congelado en el fr铆o De un momento pausa del tiempo Como mirando a un horizonte Firmamento, Pienso Requiero de nuevas opciones legales Que limpien mi imagen, Pero la ley es un invento De terno y corbata Que coarta toda acci贸n legal que uno Tome Para lavarse la cara propia Ante el mundo ajeno.

Somos Somos voces oscuras Que transitan tiempo Somos bocanadas de humo Que nos colamos por la espalda De la muerte Como para que no nos vea,


Cuando en realidad Hemos salido De su misma boca. Somos escupitajos oscuros Que tramitan tiempo Cuando en realidad Cuelgan apenas desde murallas Descascaradas y sin pintar De una cárcel Descascarada y sin cuestionar Que es como todo lo que No se quiere ver Y eso que en realidad es La misma boca del mundo

Desde la botella Estoy estancado En el cuello de una botella No puedo salir de ahí Ni caer dentro de ella. A través de las paredes de cristal verde La realidad parece un día nublado


O como cuando los ojos despiertan De un largo día alcoholizado, Miro, despreocupadamente nervioso Los vehículos y la gente al pasar Y respiro, entre temblores Preguntas que no puedo contestar, El pesar de mis actos me mantiene Fijo y perplejo Esperando labios que endulcen Este oscuro vino añejo, Que desorienta mis pasos Mis triunfos y mis lamentos Con su olor a vinagre Con su coro de mil muertos.

AmaneSer Alejando el frío un cigarro se extingue La neblina de su humo es absorbida Por la del amanecer de la playa Árboles tristes se alimentan a ésta la mejor hora Para que sus hojas se refresquen de humedad


Desconocidos de siempre pululan hablando bajito Aun así se oyen fuertes sus pasos y palabras torpes Perros ladran de frío o por ladrar Se aclara en cielo y el sueño se cierne sobretodos Quienes van a echarse a algún lado para dormir O salen de otro para trabajar El alcohol a ésta hora sabe cómo más rico Más sagrado es su veneno Sobre todo al abrazarse con el gustillo de Un cigarrillo ya muerto. Un día menos Un día más La sombra sonora de vehículos Atravesando la ciudad hiriente De noche fue la que es en verdad Y las niñas de la esquina se desvanecen Vueltas rocío quizás. Cuando el frío se cuela entre mis ropas Recuerdo a Alella Acurrucada a mi lado Cuando me abrigaba más que la esperanza


De vivir un nuevo día Pues no porque el sol salga Y ya que el sol es el mismo, nos dicen Significa que viviremos algo nuevo Que incluso puede traernos hasta la muerte No, no es nuevo porque no haya sido como ayer U otro día Lo es, sí y sólo sí, cuando uno cree que Sueña más allá que estando dormido.


Rojo temo Rojo temo, una voz escucho Vasos quebrados, sangre seca en la muralla, Ella calla De lejos veo, mi interior desangra Rojo temo, piano hermoso Sonido sin veneno Corazón latido, ansiedad, desenfreno, Mi madre llora, Ella mira, pequeños ojos, ciegos, Mudos de alegría, Vivía aquí, voces oí Hoy lloro Rojo temo, clamo aire, bajo el agua Trago agua para morir ahogado En un tibio y saludable lecho Materno, Tal como nací, mentí Sangré en la pared, grito en la pared, Atrapado, seco Voz en horca, acordeón oxidado,


Armónica de viento, con la brisa Huyes lejos Rojo temo, mi abuela miente, Silencio calma, soledad deseo, Libertad sueño, mujer embarazada, Nostalgia, abrazo al vacío, Bailamos solos como el árbol sólo Con el aire desértico, Rojo temo, sólo muero, Canto eco, vibro salto, Tu mano fantasma, siento.

Dorado óxido

Dorado óxido, mi pie sangra Por cada dedo, por Cada paso que he dado,

Tomo dorado óxido Me rescata la mesa Por su único ofrecimiento,


Una cuchara de té.

Mi calienta a chorros Mi noche sola, Mi noche de otra noche Mi verso pobre,

Oigo un piano para oír algo Que no sea mi eco Rebotando una y otra vez En mi cubo celeste, De paredes rasgadas,

Cuando salgo de aquí Destruyo las ruinas de la civilización Buscándote, Sin respuesta, rebotando Una y otra vez contra el asfalto Hasta sangrar y terminar Tomando dorado óxido Que me haga dormir pesado.


Helada noche de tez morena Pelo oscuro niebla tierna Humedad que invita Aroma que embriaga Con gusto a luna llena.

Helada noche de pasos errados, CaĂ­dos en pastos Dormir cubierto de estrellas, Helada noche de milagro.

Sombras sin cuerpo Olas al pasar Ruido sin bulla Bulla gesticulada por cerros, Nido de arena Hechos para mendigos,

Como nosotrxs Habitantes de la helada noche.


Helada noche voz de ella Al oído suave Estrecha con las piernas mí Tibio río de esperanzas Añejas.


Si mueres Si mueres me sentiré culpable Seré ésta hoja Inútil, expectante, Con pretensiones de decir algo Con trabas numerosas e Imperdonables, Si mueres seré silencio, Silencio ido, el que Se hace tras una puerta Abierta Que apenas roza la pared, Seré un enemigo, más enemigo De lo que nos reprime,

Seré un esclavo menos Esclavo De mis deseos egoístas y Suicidas, Si mueres y no es conmigo, Bailaré en fiestas


Lo prometo Lavaré mi rostro más seguido Leeré los libros que he de leer Y mejoraré mis letras, Si mueres tal vez yo muera, Triste como este papel, lleno de ideas Inconclusas, Casi un poema de adeveras, Casi…

Si te miento es porque También me miento, Si me callo es porque También te callo.


100 rostros

Cien rostros Un suelo ĂĄspero Cien rostros ViĂŠndome ser Cien rostros Ella con otro Cien rostros Atropellado Mordido por los perros Cayendo de un techo Mis pies me delatan Cien rostros Guitarra en desuso Rostro en desuso Alma en desuso Cien rostros MirĂĄndome desde El suelo lastimados Cien rostros


Y el alma quebrada Cien rostros ¿y tu quién eres? Cien rostros Con el alma parada Cien rostros Y tú cayendo Desde mis brazos Cien rostros Me muerden los perros Caigo al vacío de tu voz, Caigo desde la muralla Pintada de tus ojos, De ello que me cierra Las puertas día a día Cien rostros Migajas de dolor Pueblo desorganizado De voz corrompida Poesía política ¿Qué es eso?


Un grito al viento nocturno ¿Qué hace aquí joven? ¿Estudia aquí? Recita el guardián de Cien rostros Atemorizados.

Aquí está escrito el mismo poema Muchas veces, y Un mismo poeta contemplando a veces Su misma poesía que no crece.

Es poco la verdad Y de mala habilidad Más se llena la hoja porque el tiempo Es tiempo Que porque el tiempo pese En realidad.


¿De qué forma?

6, 25; Esperando toda la noche La santa noche Bostezo beodo ¡Yo me la conseguí! ¡ejalé! Poema beodo Me paro y vomito Conchemimare.

¿Quién eres tú, quién eres yo? Gran pregunta Un beso regulariza las cosas Un perro mordiendo mis ganas Un techo cediendo mis constancias, Es difícil lo sabemos Que te atropellen apropósito Por un amigo tal vez, Tal vez, Y tus pies siempre


Desean desenmascararte Tan solos, perplejos Desnudos, `parejos Tus pies, los míos Riendo de reojo ¿De qué forma? 1, 45; Desalojado en casa.

Poema a tu cuello Tu cuello erguido Soy yo parado Cantándote aves, Tu cuello es mi senda La apertura a mi ópera Cantata a ti Que eres toda Ilusión que añoro Toda figura que veo Distingo Distingo tu voz entre todas,


Tu cuello erguido es la pausa Del silencio El soplo del gran aire Susurrándole al desierto, Te añoro reflejo del ave erguida En sueño del ave dormida Tu cuello es mi asombro Ante ti erguida Ante mí Despacio como el día, Con el sol te descubro, Dándote sombra te reafirmo Noche; Eres tú y no otra Eres tu estrellada o Sin luna, sigues Plantada en mí sueño Calmada, Tu cuello es mi pauta, Guión de un viejo borracho, Tu cuello se lame


Sin olvidar la dignidad O el compromiso,

Tu cuello se devora Sin alentar otros espíritus Tu cuello soy yo Tirado sobre las frazadas Con frío quizás, con hambre, Con sed, con los pies al rojo, Clamando un vaso para Servirme tu traspiración helada; Tu cuello soy, Entre tu cabeza y tus hombros.


Mi poesía es tosca Como mis pies que cicatrizan El descompromiso Que tengo Desangran mis pies insectos Que cuestan caros Y cuentan claro Mi silencio. Mi poesía no es para alguien Ni siquiera para mí No quiere ser leída Y cuesta un mundo que la escriba; Para ser escrita es poesía Porfiada, Y hasta lo que sé de las menos prolijas Dibujada.


Respuesta de un hijo a la suya Que la vida no tiene sentido, es cierto, Amigo, tengo bastantes locos, que creen Este cuento, pero poco hacen, Poco quieren otra cosa, que no sea esto. Y le dije así, estas palabras A la mujer de la que vine, Vino ella, que no sabía que la Vida no tiene sentido cuando Ya tienes un hijo, Otro y otras, y no has Hecho más nada por ti. Yo sabía esto y nunca he tenido Nada, salvo la convicción enferma De que la vida no tiene sentido.

Le he dicho, por esto, que tiene razón, Y ella, la mujer de la que he venido, Sorprendido se ha, Y ha estado así un rato, Pero yo le he dicho también


Que no es para muerte,

Mas ella no me ha oído, y sola Ha pensado, seguido. En no seguir ha estado, La mujer de la que he venido así Se vuelve una convicción enferma En sí misma, en sí ella,

Y yo, que a ella quiero, triste quedo, Queriendo asumir un sentido Queriendo que con ella, Conmigo, como yo Pero sólo ya he visto Que la vida no tiene sentido; Mas vaya sino es para muerte Lo que no se halla en vista de nada Negando los sentidos, pues Claro, que no hay claro Si, sin sentido por la vida vas;


Y queriendo, quisiera que ella Descubra éste claro, ésta razón difusa Esta media verdad, a medias, Así más con ella estar pueda, En sí ella, y con-migo y las demás.


La estrategia del buen Syd. El sueño es un no dormido Que tiene ojeras y ojos rojos por no vivir; Y el vivir que sin dormir Es un sueño, que acuestas llevas Por los codos, las rodillas y El caminar. No es un vivir entero, Si a medias del sueño se vuelve Un madrugar.

Madrugar no es siempre levantarse Con dios temprano, es también seguir De largo con el diablo. Viejo ebrio Que tras tu puerta va danzando Con sus pequeños pasos cada segundo Que el tiempo con su eterno mar va ahogando.

Mientras en silencio, vas callando Tus opciones y posibilidades, que Ahorraste en tu cuenta necia del banco de la quietud y la inercia, Junto con varios millones De probables dificultades.


Quisiera escribir

Quisiera escribir muslos, detrás de orejas Y plantas de pie, Pequeños dedos, manos entre cruzadas, Labios blandos, lenguas y dientes Inundados en tibio aliento,

Caderas, senos con Pezón erecto, cabellos cubriendo Y dejando ver, dejando oler,

Ojos, ojos, caras, rostros, Piernas que abracen abrigo, Y un ombligo Solitario mirando desde la mitad.

Por fortuna que tengo Sólo tengo una cuchara y un tenedor, Un par de tazas, una tetera sucia, Papeles en el piso, una botella de plástico con agua


Y otra con un concho de aceite, cucharillas De té, bolsas estrujadas de té, Migas secas de pan, manchas en la mesa, Moscas explorándolas, conchos de té Oxidado, perfume de pies Trasnochados, frío y un poco de poesía barata Para embriagarme.

Por fortuna que tengo ¿estará ella en la cama?


SENSATEZ Necesito Y lo más sensato En estos momentos Sería suicidarme… O quizás Masturbarme.


Me gusta escribir cosas sn sentido Así parecen más ciertas Menos parecido a lo que quieren Que aprenda Me gusta suponer que escribo sin sentido Que eso quiero, y que soy más que un río.

Me gusta… más que gustarme Escribo por gusto Un gusto que se vierte como La tinta de éste lápiz, Como el licor envenenando mi alma Como las sangres que tiñeron las Amarillas murallas.

Me gusta escribir casi tanto Como rascarme los pies.


Rezo

No serán Ni dioses Ni santos Lxs poetas Pero si he de encomendarme: A ellxs será… Mi vino Mi sangre. El polvo Mi cuerpo. El silencio Mi espíruto. Y Mi agua Mi sed.



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