fanzine flores en la basura número 16

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Según mi viejo y mucha otra gente por allá afuera es imposible vivir de la poesía -que éstasea lo que sea no da para vivir,

Sin embargo lo que no saben es que yo ya vivo de la poesía -de que éstasea lo que sea ya me da para vivir.

Tal vez el asunto aquí es: ¿qué es vivir?

... en lo que a mi respecta -de cualquier maneraes que sino fuera capaz de escribir/imaginar poesía

La inutilidad el aburrimiento y la estupidez

De hace rato ya me habrían devorado.


VIVE LA ANARKÍA Si el yo es la conciencia de la conciencia consciente y todo esto un proceso y fenómeno nuevo dentro de la historia de la humanidad pues entonces los patriotismos y nacionalismos serían bien, resabios de la conciencia anterior del yo, es decir de la conciencia colectiva del individuo a penas como parte de algo + grande. Porque el yo como conciencia de la conciencia consciente es sobretodo el individuo para sí sobre todo. En tal sentido y sentir los jóvenes progresistas para hacerle el favor al progresismo no debieran pregonar + nunca sobre los resabios de la consciencia pasada-pesada, sino + re bien sobre la nueva consciencia, la actual, la de ese proceso o fenómeno nuevo que es el yo como conciencia de la conciencia consciente. Y no sólo los jóvenes progresistas. Y no sólo por los resabios patrioteros o nacionalistas, sino por toda cosa que huela a manada, villa, comunidad. La conciencia consciente sacó pique hace unos dos siglos atrás. Stirner y Nietzche. La buena literatura está plagado de otros ejemplos, y otros ejemplos plagan además lo que no es ni buena literatura ni literatura como tal. No es invento mío, es la última chupada del mate en cuanto a historia de la humanidad se refiere. Por eso repito: abajo los ideales multitudinarios para sonámbulos que sueñan esa misma cosa que es-que fue la conciencia pasada, la de otrora. La de hoy es la del individuo-individuo, irresoluble en su individualidad y aislamientos. Quien se piensa-sabe y siente solo, porque así está. Abajo el conservadurismo de la tribu y su metafísica gregaria. La vanguardia es la desventura del solitario, aquel que si ha de vivir (como dejó por escrito Gilberto Owen) que sea sin timón y en el delirio. Porque sí, porque fuera de la nebulosa de las multitudes el individuo se halla solo en medio del multiverso y ni siquiera en medio, más bien al margen del multiverso. Por el borde del borde. En el underground de las dimensiones. Es ese el puñetazo sobre la mesa de la física cuántica, puñetazo precedido por la patada a la mesa de la realidad dada por la poesía, carajo. No olvidemos que las putopías futuras dejaban debajo de la mesa a la poiésis, a la autopiésis, y yo les digo que por eso la verdad es otra, y aunque nunca es importante la verdad, es importante saber cuál no va, y no va la de las jaurías o bandadas o bosques de personas sin ton ni son, enceguecidas por el ideal de no hacer nada salvo embrutecerse y perderse en la vida de otro que es un fantasma. La utopía concreta es hoy, ahora, el medio, fin y miedo para ser cuando + nos urja, que es estando vivos, pero bien vivos sipo, vivitos y delirantes, rompiendo todo con lo que se nos ha mentido, destruyendo las estúpidas ciudades con sus estúpidos ciudadanos, derramando en el asfalto nuestro llanto y nuestra sangre, tragándonos todo el aire por bocanadas de humo que les devolvemos a la existencia total y dolorosa, llenos de rencor y re-sentimiento, nunca + sometidos por la metafísica idiota de los idiotas apiñados en piños fraudulentos. La libertad es 1: anarquía eres tú.



MARGIN ARLT

En tiempos de poca lectura. En tiempos de poca escritura. Sigue siendo marginal recurrir a un genio como Arlt, un genio resistido por el mundillo literario en general. Un escritor que fue cuestionado e intentado silenciar y que sin embargo tuvo tremenda influencia en otros notables genios de la talla de Juan Carlos Onetti, Julio Cortázar y Ernesto Sábato. Siendo el primero de estos el más leal de todos.

Roberto Arlt no sólo escribía desde la marginalidad sino que sobre la ídem. Desde esa fuente de relatos inagotable brillaba la poesía que en todo hay. Y se esforzaba Arlt, pues era un escritor de oficio, un escritor al modo de los albañiles o zapateros. Un constructor y reparador. Un inventor de fondo y superficie. Otros que la tuvieron menos difícil, otros que se sintieron con la autoridad de dar cátedra a punta de egos virulentos, a Roberto Arlt le bajan el perfil, en vez de escribir y tal vez sólo así equipararse con su escritura. Lo cierto es que Arlt sobrevivió a todos sus críticos, a sus falsos amigos, a sus falsos discípulos. Arlt sobrevivió el mito en que lo intentaron atar, y su obra por fin es publicada y presentada para el escrutinio público. Pero a pesar que tome de una vez su sitial entre los próceres de la buena literatura el compa Roberto sigue siendo marginARLT, como sus monstruos de los siete locos y los lanzallamas o los canallitas que jugaron rabiosamente con la vida puerca. El literato de inventiva excepcional pero escritura modesta, si bien genio seguirá siendo resistido, porque los regidores y virulentos no se han ido del todo. El cronista popular se abre paso por el paisaje en las nubes acusando las esquizofrenias humanas vueltas sistemas vueltas creencias vueltas fracaso total o simulacro de victoria re-vuelta. Cómo no podía ser de otro modo, la marginalidad de Arlt lo ha dejado con nosotrxs, nuestro compa de aullidos a la luna y a la noche completa-total, donde ningún aislamiento nos salva de no vernos como todxs.


He visto Morir... Por Roberto Arlt Las 5 menos 3 minutos. Rostros afanosos tras de las rejas. Cinco menos 2. Rechina el cerrojo y la puerta de hierro se abre. Hombres que se precipitan como si corrieran a tomar el tranvía. Sombras que dan grandes saltos por los corredores iluminados. Ruidos de culatas. Más sombras que galopan. Todos vamos en busca de Severino Di Giovanni para verlo morir. La letanía. Espacio de cielo azul. Adoquinado rústico. Prado verde. Una como silla de comedor en medio del prado. Tropa. Máuseres. Lámparas cuya luz castiga la obscuridad. Un rectángulo. Parece un ring. El ring de la muerte. Un oficial. "…de acuerdo a las disposiciones... por violación del bando... ley número..." El oficial bajo la pantalla enlozada. Frente a él, una cabeza. Un rostro que parece embadurnado en aceite rojo. Unos ojos terribles y fijos, barnizados de fiebre. Negro círculo de cabezas. Es Severino Di Giovanni. Mandíbula prominente. Frente huida hacia las sienes como la de las panteras. Labios finos y extraordinariamente rojos. Frente roja. Mejillas rojas. Ojos renegridos por el efecto de luz. Grueso cuello desnudo. Pecho ribeteado por las solapas azules de la blusa. Los labios parecen llagas pulimentadas. Se entreabren lentamente y la lengua, más roja que un pimiento, lame los labios, los humedece. Ese cuerpo arde en temperatura. Paladea la muerte. "…artículo número...ley de estado de sitio... superior tribunal... visto... pásese al superior tribunal... de guerra, tropa y suboficiales..." Di Giovanni mira el rostro del oficial. Proyecta sobre ese rostro la fuerza tremenda de su mirada y de la voluntad que lo mantiene sereno. "…estamos probando... apercíbase al teniente... Rizzo Patrón, vocales... tenientes coroneles... bando... dese copia... fija número..." Di Giovanni se humedece los labios con la lengua. Escucha con atención, parece que analizara las cláusulas de un contrato cuyas estipulaciones son importantísimas. Mueve la cabeza con asentimiento, frente a la propiedad de los términos con que está redactada la sentencia. "…Dese vista al ministro de Guerra... sea fusilado... firmado, secretario..." Habla el Reo. -Quisiera pedirle perdón al teniente defensor... Una voz: -No puede hablar. Llévenlo. El condenado camina como un pato. Los pies aherrojados con una barra de hierro a las esposas que amarran las manos. Atraviesa la franja de adoquinado rústico. Algunos espectadores se ríen. ¿Zoncera? ¿Nerviosidad? ¡Quién sabe!


El reo se sienta reposadamente en el banquillo. Apoya la espalda y saca pecho. Mira arriba. Luego se inclina y parece, con las manos abandonadas entre las rodillas abiertas, un hombre que cuida el fuego mientras se calienta agua para tomar el mate. Permanece así cuatro segundos. Un suboficial le cruza una soga al pecho, para que cuando los proyectiles lo maten no ruede por tierra. Di Giovanni gira la cabeza de derecha a izquierda y se deja amarrar. Ha formado el blanco pelotón de fusilero. El suboficial quiere vendar al condenado. Éste grita: -Venda no. Mira tiesamente a los ejecutores. Emana voluntad. Si sufre o no, es un secreto. Pero permanece así, tieso, orgulloso. Surge una dificultad. El temor al rebote de las balas hace que se ordene a la tropa, perpendicular al pelotón fusilero, retirarse unos pasos. Di Giovanni permanece recto, apoyada la espalda en el respaldar. Sobre su cabeza, en una franja de muralla gris, se mueven piernas de soldados. Saca pecho. ¿Será para recibir las balas? -Pelotón, firme. Apunten. La voz del reo estalla metálica, vibrante: -¡Viva la anarquía! -¡Fuego! Resplandor subitáneo. Un cuerpo recio se ha convertido en una doblada lámina de papel. Las balas rompen la soga. El cuerpo cae de cabeza y queda en el pasto verde con las manos tocando las rodillas. Fogonazo del tiro de gracia. Muerto. Las balas han escrito la última palabra en el cuerpo del reo. El rostro permanece sereno. Pálido. Los ojos entreabiertos. Un herrero a los pies del cadáver. Quita los remaches del grillete y de la barra de hierro. Un médico lo observa. Certifica que el condenado ha muerto. Un señor, que ha venido de frac y zapatos de baile, se retira con la galera en la coronilla. Parece que saliera del cabaret. Otro dice una mala palabra. Veo cuatro muchachos pálidos como muertos y desfigurados que se muerden los labios; son: Gauna, de La Razón, Álvarez de Última hora, Enrique Gonzáles Tuñón, de Crítica y Gómez, de El Mundo. Yo estoy como borracho. Pienso en los que se reían. Pienso que a la entrada de la penitenciaría debería ponerse un cartel que rezara: -Está prohibido reírse. -Está prohibido concurrir con zapatos de baile.


Lucifer

“Debes de ser poderoso pues tu semblante es más que humano, triste como el universo, bello como el suicidio.” Conde de Lautréamont

Arden catedrales en los cielos / ángeles degollados predican profecías de sarcófagos / las noches se cubren la vista tuerta / el diablo montado a caballo cabalga en los caminos polvorientos / de noche negra / con sombrero poblado de cuervos / y alhajas que suenan como terremotos / en el conticinio de los campos Maulinos / con la sinfónica de los perros que descifran la muerte / y el gallo pisador / rompiendo el silencio / canta a la hora de las venas cortadas / con la complicidad de los angelitos pintados / y los puñales de los huasos / que saben a sangre borracha / a ñachi de puercos / a lupanares de putas que conocen la agonía Todo lo trágico me cabe en el bolsillo en los otoños desmantelados / en los claustros con paracaídas / con la sonrisa del ataúd / y la belleza de los magnicidios / quebrando la época extraviada / columpiándome en el tiempo / me posiciono frente a aquelarres & degollaciones retratados por de Goya / contemplo la voluptuosidad de los libertinos mordaces del siglo del Sade / toda la decadencia & el terror de la cristiandad / con sus trompetas apocalípticas / su falacia / su historia sanguinolenta / sus cruzadas igníferas / y su Noche de San Bartolomé Y la belleza de los redentores ametrallados / por la soberbia de los hijos de puta / tiranos / dictadores / cardenales / banqueros / magistrados / xenófobos / imperialistas / verdugos de la vida / azotando a las capas populares / por ignorancia / por adoctrinamiento / por mecanismos coercitivos / por clavar la religión científica en el esqueleto / el hombre anonadado contempla los satélites / que interrumpen los cielos / el hombre / minúsculo /


arrojado a la nada frente a la magnitud de la máquina / echado a morir / con la insignificancia de las hormigas La locura me abraza en los manicomios oníricos / me cosquillea las orejas escatológicas / me susurra saxofones huracanados / el tímpano & el martillo en el delirio de Dionisio / la embriaguez descomunal & salvaje / con hordas de fuego & Walkirias sicalípticas / en los dédalos de la crápula / con el reloj averiado a peñascazos / furibundo en las tascas / extraviado en la línea del tiempo anudado Y así se impone un fragmento desastillado de la carretera panamericana / tajeando cerros / saltando ríos / matando quiltros / contorneándose como una bella serpiente curtida de dolores / de norte a sur / quemada por el sol atacameño / desfilando por los colosales & dionisíacos valles del tronco anoréxico de la república de chile / colgando desesperada de la australidad del continente americano / sudando lluvias / resguardada por araucarias / robles / alerces / y las ánimas entristecidas de los indígenas degollados por la tiranía nacional Misántropos / suicidas / iconoclastas / apátridas / hombres trágicos & lúgubres / alzad sus voces lamentables en las ciudades corroídas / arder en los callejones de trifulcas & lupanares / con la prostituta de la cara ensangrentada encendiendo cigarrillos / y la ciudad que no acalla / apuñalando vagabundos en los feroces inviernos del continente Mascullo melodías sórdidas con la quijada rota de tragar cerveza en los veranos catastróficos / bebo del vino atrabiliario en oscuras avenidas / con el invierno deslizándose entre edificios / sin horizonte / desesperado en el laberinto de las metrópolis / retorciéndome como un gusano malherido / con una bandada de pájaros apuñalados / buitres / cuervos & cóndores majestuosos / graznando las noches malditas de luces & jeringuillas

Helvert Barrabás, Talca, Región del Maule, Chile.


GONZALO POZO MUSTIA CIUDAD

Santiago lleva el cielo en el bolsillo apresuradamente se oxigena con algunas gotas (rocío fresco y puro de inviernos patéticos y burlones) ciegos, sordos, mudos y parálisis mental rondan las vitrinas que se despliegan en calles amontonadas al azar feos durmientes en locomoción que de rato en rato se limpian la baba Santiago los niños te saludan desde plaza de armas jugando en ese pasto gris y duro Santiago Dejas correr la libertad desde plaza Italia hasta la comisaría Tiñendo de rojo y lágrimas tus calles por el verdoso energúmeno Ciudad salvaje revestida de mendigos en cada rincón Algunos hambrientos y otros que llenan sus bolsillos bajo el manto


de ese Chile solidario Ciudad malagradecida que no haz aprendido ha sentir los ríos que refrescan tus llagas Que no has aprendido a sentir la nieve que alimenta tu existir Ciudad antinatural que flagelas los gritos bohemios y sonámbulos Que en tus calles rechinan salvajes y coléricos

Ahora eres hamburguesa y anticucho Eres vino y ron Eres cemento y smog Eres mestizo Santiago Ya no me miras Santiago Metrópolis alterada Haz masacrado mi alma

Prefiere limpiar su automóvil moderno ultramoderno que limpiar su alma y sentir el aire en su rostro...

Santiago querido Ya no eres bienvenido en nuestra casa Ya no caminas junto al mapocho Ya no te acuestas sobre cartones


Comunicado Público

Mis manos escriben Pero mis manos no son el mundo Y en particular éste mundo al que no le interesa la poesía Salvo quizás para manosearla Y aunque mis manos no sólo escriben (También hacen cuestiones todavía menos decorosas) Se niegan a contribuir al manoseo general de las palabras y las cosas. Se niegan a ser solas, el par Que se lancen de yemas de dedo Contra la muralla inútil del mundo idiota. Se niegan a que no haya más pares o impares de manos Para quemar las botas. Se niegan rotundamente a ejercer el trabajo de la prostitución De su obra. Se niegan a no crear la una sin la otra. Se niegan a masturbar el tiempo para que este eyacule el suficiente dinero Para pagar mí derrota. Se niegan a vivir del hambre de otras pares o impares de manos Que por trabajar por el bien de algunas pocas Tienen menos suerte que echarle a la olla. Se niegan a ser mutiladas para ser clavadas a una cruz sin honra. Se niegan a ser escupidas otra vez con la saliva agria que guardo en mi boca. Se niegan a lavarme entre las dos las pelotas. Se niegan hasta nuevo aviso, a vivirse sin mi permiso Pues yo también soy parte aunque no quiera de esta puta vida loca.

Alcides Barranca


A la vista del que guía - rige esta desdicha, todo es mentira, flagelo - flagélame - inyéctame el cansancio, para refutar la verdad y refutarme la nostalgia, de lo que es verdad. ... y dios donde está dios, apacíguame en éste intento, martíllame a tu muslo dulce sopor, dulce mentira la cruz, me he sacado los clavos al igual que tú cristo de los pobres cristo de los piojos, defiéndeme de la tempestad que he creado, cómo quema esta ausencia impreco la llaga desvencijada de mi tormento.

impreco - me doblego - cuánto flagelo...

invoco al hombre que ha rozado mi miembro a los doce años.

como quema la ausencia abriéndose camino por la uretra.

estrechez de mi fatiga soleada, madre te juro que he intentado vivir, y me acusan de triste muerto, que no tiene donde morir.

Domingo Nikolaievich


comienzo a temerme a mí mismo, a mis innumerables cicatrices, a mi estómago rasgado, a mi soledad tan inmensa como el cielo.(Harry Vollmer)

quiero volver a mí pero no me muevo, algo extraño sujeta mis huesos, ése algo situado como una especie de vanidad o miedo, pero no hay razón alguna de develar aún ésta expresión simultánea al hacer o estar, o simplemente moverse, pero ¿dónde?

¿habrá un lugar donde ir, donde se espante aquella vanidad, o ese miedo intrínseco? ese miedo que, seguramente, permanece en mí, al salir o llorar.

necesito tanto del dolor, pero me desespera sentir la sábana rodeando mi cuello, temo del dolor físico y busco horriblemente el llanto, como si ello me fuera a desvanecer de algún modo.

Luis Aguilar


Sin trabajo camino tras uno, el que sea En la casa esperan y no hay peor cara que la propia Para enfrentarles y decirles que nada ha pasado Nada pasaba y por eso, aburrido impotente perdido Entraste a una schopería a tomarte el tiempo Con su oro y todo para adentro. Y es que Todo lo que uno tiene que hacer, el trabajo, la humillación El tiempo perdido para llevar apenas algo sobre los huesos Para cubrir la carne, para disfrazar el alma Y también para darle algo que la alimente Es terrible Es terrible la espera a volverse a la muerte Y ser lo que fuimos antes que nos parieran. Oigo el silencio de los segundos Los pasos siniestros de pequeños duendes rodeándome Cantando jugando a recordarme el olvido Y pasan las horas como taxis yendo para uno a otro lado del horizonte De la puerta, del umbral del local en que agrupo sobre una mesa Botellas y botellas de cerveza. Sin trabajo pienso en ellos, mi madre, mi hermana Pienso en mis abuelos que seguramente malgastaban sus vidas como yo Haciendo moneditas para la casa y tomándose buena parte en alcohol Pienso en que la vida es cosa perra y difícil todavía más puede ser siempre Pero eso en realidad no significa nada Como no dignifica tampoco el vivir de este u otro modo. Se hace tarde la vida y llega la noche con su muerte que es el frío De volverse a ir a donde no hay nada Se hace noche y frío viene de tus huesos para afuera también, te paras, pagas y te vas Meas en un poste, un placer más Camino, camino largo hasta casa, malas caras esperan Ni una chiva llevas, ni llorar sirve para pasar las penas. La muerte es la que espera, piensas, que por eso entonces esto o lo que sea No vale la pena.

Nylon Silva


salgo y tomo mapocho, por alguna calle me voy derecho a la estación blanqueado, sin pensar, sin sentir, sin oler, sin mirar. cojo algunas colillas para matar la angustia mientras escucho a iosu gritar algunas bobadas sobre el fututo o el presente, qué más da, ya nada importa. enciendo la puta colilla y me pregunto cuántas mujeres se habrán masturbado al igual que yo anoche. ésta colilla durará menos que el mundo y necesito fumar, lo digo un par de veces más por si algún dios piadoso me ayuda con una luka, pero nada... tengo cien pesos en el bolsillo, me alcanzaría una de diez, perfecto para matar la fea mañana.

Theodore Kaczynski


oyendo el tibio sonido de trenes muertos la ciudad se apaga como un beso seco estoy solo en un cuarto no he hecho nada aun así he sido asesino el tiempo masturbándome asesino mis opciones haciéndome el sordo pero el tibio sonido de los trenes muertos susurra mi nuca llevándose lejos el alivio de estar solo ¿algo nuevo bajo el sol agrio? ésta ciudad no se merece nada ni nada la merece pero así suele ocurrir con casi todo yace esta ciudad hundida para adentro marchitando la noche los trenes muertos la recorren como un soplo y no todos los oyen sólo quienes somos en desmedro propio.

Alfredo M.


CASAS DE LA VIDA el poetiso neruda el pablo chico tenía tres y la vendía de pobre pa fuera y los rojos se escandalizan y si alg1 les dice la dura a esos duros pacos de rojo... se arma la rosca Pero no de cahuines vive el poeta suena Arrau en el piano y los hermanos carrera en el vaso satán en las tripas Alella tras la puerta le abro pasa y todo pasando vapores de mi hígado casi me obligan a no recostarme a su lado y sí azulado medio verde amarillo tirando a morado.

Parece estar morada ella también y de mí, casi me dan ganas de creer en dios otra B sus labios (los de Alella) justifican casi cualquiera cosa otro beso


sí, cualquier cosa justifican sus labios el embrutecimiento del trabajo mi torpeza infinita el vino acribillándome por dentro

tengo dos pájaros mientras otros mil van volando el vaso la nalguita tierna de Alella mientras desde el ropero con pica me mira el cuaderno ya te tocará le digo, le guiño un ojo todo esto es pasajero pero tu pero la escritura eso por debajo va durando madurando estrechándome a la manta de la pelá ya te tocará cuando la realidad me azote con su vacío y el silencio vuelva a reinar aquí en mi pieza y los besos de Alella sean un recuerdo y mis manos tengan una servilleta en mi corneta en algo así como un sueño de tiempo relativo hasta acabar solo y ya relajado volcarme al papel para decir en fin las cosas a mi modo.

EMILIO BARATO


Camino de pasos en falso inexistente andar por la existencia falseacionismo de integrales partes de nada incongruencia fascista y libertaria manojo de huesos y sangre vertidos y salpicados por estiércol y piedras que se asemejan a surullos AAAAh! el vacío llenándose de odios y la minoría pacta con el silencio un bullicio de gaviotas en la playa bebamos vino mejor y dejemos que las olas nos sepulten en estos zapatos que por cierto son en realidad ya nuestros ataúdes.

Flor


he ahĂ­ la calma en la ira el momento del cual se pare un desatino cristales rotos dedos rotos recuerdos rotos son sangre siempre vertida a los ojos de la niĂąez que de corte se vuelve en otra cosa a una nebulosa entre la adolescencia y la dolencia de no ser mĂĄs chico y vivirse de los problemas de los padres con sus madres o esposas que a la postre son una misma cosa.

Akracia


1+1=3 Tú + yo = nosotres Será tal la sumatoria de la vida plena? Será necesario embutirse en relaciones tales Para ser feliz? Binomios Bilaterales Bipolares Probarán que la certidumbre artificial Se fortalezca para hacernos vencedores Ante el mundo? Pero los números no son suficientes Para contar qué nos pasa qué nos pesa Las palabras tampoco Dichas o escritas Muertas o declamadas reclamadas recicladas Hay tufillo a tumba en todo el asunto Y una locura travestida de libertad también. Hacerse el inmoral Es lo + moral dicta la norma. Desarraigarse conlleva a sutiles dramas personales cahuines mentales Que trastocan a las otres A quienes quisiéramos agregar adicionar Cual sumatoria de ecuaciones eyaculaciones. Desespera un colchón frío de todos modos Un cuarto lleno de humo propio Y risas propias Las murallas silentes ignorando nuestra idiotez. Desarraigarse de la existencia Compromete seria mente La locura de la normalidad. La cordura como acto individual y poético Calza Sí y sólo sí Puede afirmarse que 1+1=3 Sin adoctrinarse En el intento/ (tal que) Sin creerse el cuento.

Carmen ARvale



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