Fanzine flores en la basura sedicion 22 mayo 2016

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DEDICAMOS ÉSTA SEDICIÓN A LA MEMORIA DE

ANTONIA PAZ MENARES ASTUDILLO 16 DE JULIO DEL 2003 * 29 DE ABRIL DEL 2016


Tomo apenas una pizca de la fuerza que nos compartiste para escribir en este momento. Fuerza que siempre demostraste y compartiste a través de las lindas sonrisas que nos regalaste durante ésta gran lucha. A pesar de todo, eras generosa con ellas, y con eso nos inflabas el corazón. Pido que la luz, ahora tesoro de tu sonrisa, nos ilumine y de calor, que sea un escudo y un cobijo, porque despedirte es como salir de casa y encontrarse bajo una lluvia de granizo, aquí donde nunca llueve. Dijiste en un momento que te gustaba hacer que tanta gente se uniera, esa hermosura y valentía tiene un nombre: Amor. Amor que dejaste como una chispita en nosotros, para ahora hacerla llama y descongelarnos. Llama que mantendremos viva como tu recuerdo, pues el amor no muere, es infinito; como el fuego lindo de tu ser.


SUMARi0

* Editorial parte 1: «DISCURSO CONTRA EL MÉTODO O PEGANDO EN LOS CACHOS SE TITULABA EL POEMA» * Editorial parte 2: «CIRCUNLOQUIO SOBRE EL PRIMERO DE MAYO Y LOS DEMÁS DÍAS DEL CARAJO» POR FLORA ACRACIA * «ENTREVISTA EXCLUSIVA/INCLUSIVA» POR BER TAVAJO * «VINDICACIÓN POÉTICA» POR MAR TAZALE

* POEMAS VARIOS X POETAS VARIAS


Chile no va a ser jamás una potencia atómica, pero lo que puede llegar a ser es una potencia cultural y para eso hay que empezar por el principio, con un cierto orden. Aquí la primera vez que llegué me encontré a vanguardistas que parecían recién salidos de una galería de Nueva York y lo único que realmente eran, era personas ridiculísimas o escritores que se creen él no va más y que no hacen literatura, que son vendedores de libros. Y luego una recepción de la literatura por parte de la gente basada en el éxito, como si solamente aquel que tiene éxito, el que vende, es el único que importa y eso no es así. Por eso digo que hace falta crítica. Roberto Bolaño

La situación actual es la siguiente: por un lado están los autodenominados artistas de cuarentaiuno para arriba y, por otro, los autodenominados artistas de cuarenta años para abajo. Los primeros son lo que se da por llamar “vieja escuela”, y los segundos la “generación de recambio”. Ambos grupos conforman la escena culturosa local. Los segundos tienen una inagotable sed de seguir, que le viene muy bien a la sed de los primeros, la de ser seguidos. La ideología común es la impostura, es decir, te dicen, tú eres el producto, promociónate, véndete, hazte conocido y harás carrera. Otra idea común que une a ambos grupos etarios es el chovinismo de aldea. Con que basta ser nortino y autodenominarse artista para ya ser bueno. No importa que seas poeta y no escribas, que seas pintor y no pintes. Basta, sólo basta, tener tu impostura (tu careta, tu pará, tu producto) y haber nacido entre Arica y ¿Los Vilos? para que seas bueno. Y si eres el único de la aldea, él mejor. Nadie te criticará, nadie te cuestionará. Nunca. Los autodenominados artistas y que nacieron en el norte de $hile, cuando se defienden entre sí, lo hacen a todo trapo. Así es la cosa en la escena culturosa local. Un embuste general, generalizado desde los viejos estandartes, hasta las jóvenes promesas de la prostitución. Hace un par de años se realizó un simposio de literatura nortina en la Universidad Arturo Prat, en Iquique. Una suerte de muestra del caldo de cultivo circundante en la región. Y para la actividad de cierre disertó un profesor que no importa cómo se llama y que dijo ridiculeces mayúsculas, así que le hacemos, en verdad, un favor en no recordar su nombre. Su caballito de batalla, sin embargo, era Hernán Rivera (su rimbombante segundo apellido lo cercenamos apropósito). Hernán Rivera. ¿Qué podemos agregar sobre Hernán Rivera? Leerlo es tedioso, a no ser que se tenga el germen del chovinismo, entonces a uno se le pone el pecho henchido, porque pareciera que el mundo literario lo tenemos tan encima en nuestro cotidiano, pero sobre todo por nuestro escaso acopio de lecturas.


Leerlo en la escuela puede ser apasionante, porque te engrupen ¡estás en la escuela! Uno hasta a Arturo Prat le prende velas, entonces. Y es solamente porque es de acá, del norte. Un norte tan pobre de espíritu que a cualquiera que no sea milico y parece captar la atención del mundo (el resto de $hile), y que es de acá (el argumento fuerte es que es de acá), emociona leerlo. Emociona leerlo porque es de acá. El argumento simplón del patrioterismo más burdo, donde el gran y único mérito es nacer en el mismo lugar que tú. Plop! Pero ya leyéndolo enserio, Hernán Rivera es tedioso, es fome, rebuscado, falso incluso. El hombre escribe mal y tratando de disfrazar su poca pericia se pisa la cola y termina peor. Y no está mal que así sea, digo, está bien que escriba, aunque lo haga mal, pero hay que ser objetivos, es un mal escritor y listo, ¿para qué explotarlo, estrujarlo, obligarnos a creer lo contrario, defendiendo lo indefendible? Qué tanto con los nortinos, si al final venimos igual del sur, o del norte de éste norte que es el sur de otro norte, y así. No tiene nada de especial sólo haber nacido acá. No es ninguna virtud. Aunque en el norte se organicen simposios para alegar lo contrario. Para ser poeta hay que tener una estética, una voz propia, un ritmo, y con eso conformar el cuerpo de tu obra. Eso es difícil. Tarda años, y no obstante no se trata de una carrera equivalente a una universitaria, no es una carrera y punto. Es un oficio si se quiere. No te hace mejor ni peor. Tú te haces mejor o peor dependiendo de tu idiosincrasia. No sólo con cómo te autodenominas. Acá en el norte los viejos vienen y le dicen a los jóvenes que se les acercan: “promociónense: sean su propio producto”. Y equiparan así al individuo con un teléfono, con un auto, con un super ocho, con un producto transable en el mercado. Cuando el arte es la antítesis de todo eso. No hay transas ni mercados ni productos en el arte. Hay creación, obra, compartir eso. Hay ocio, juego, dejarse crecer. Los viejos aquí están pudriendo a todas las generaciones con su juego de imposturas. Sus posiciones blandongas, de no aspirar a mejorar el arte y la sociedad. De no concebir al arte en su campo propio de acción, subyugándolo, en cambio, a otros campos, al campo del mercado, al campo de la política. ¿Cómo vamos a tener jóvenes con la camiseta puesta del gobierno regional o del gobierno central, diciendo que sin postular a los fondos del E$tado no hay arte, no hay nada qué hacer? Y los tenemos, super convencidos, porque “la vieja escuela” eso es lo que sembró. Tenemos gente preocupadísima solamente de asistir a ferias y encuentros, llenándose de certificados y validaciones, en vez de ocuparse en leer, en escribir, en encontrar su propia voz, su propio ritmo. ¿Cómo vamos a tener jóvenes con la camiseta puesta de la minería, alabando el apoyo que estas realizan para incentivar el arte y la cultura local? ¡Sí, las mineras que nos están matando! Y otra vez, las generaciones de autodenominados artistas de cuarentaiuno para arriba. ¿Qué tienen en la cabeza?, ¿Dónde dejaron (empeñada) su alma? Y los autodenominados artistas de cuarenta años para abajo ¿cómo tan palurdos? ¿tan cómodos? ¡Cuidado! Que la shuper locura pudre la dignidad y, extirpando toda crítica, a cambio de financiamiento, van a terminar bailándole a cualquiera que les deje caer una que otra monedita cerca.


Recuerden, autodenominados artistas, que sin anhelo el arte se ahueca y lo hueco no alimenta al alma… no enriquece al espíritu. Cada escritor parece obsesionado en autopromocionarse , y la autopromoción o el arribismo, como todo el mundo sabe, no deja tiempo para nada más. Bueno, sí, deja tiempo para ser cobarde. Roberto Bolaño Again

¿Y la sociedad de escritores qué?, ¿Los viejos estandartes de las letras?, ¿con la eterna “Generación de recambio”? Podrían organizar circuitos de lecturas y escritura, promover la creación mediante concursos y otras instancias como publicaciones a corto, mediano y largo plazo, incentivar el ser artístico como artesanos de… en vez de dejar todo en manos de la minería dulzona, el E$tado o la escena shuper loca local que con su mentalidad de docu-reality y concursos faranduleros copiados de la tele poca cosa hacen por hacer lo contrario.

La década del 80, que fue nefasta para Latinoamérica, creó una tipología que no sólo se expandió en el ámbito literario, sino básicamente en el ámbito profesional, cuyo lema era ganar dinero, tener éxito, todo con un rechazo absoluto al fracaso y un acriticismo por encima de todo. Y los escritores adoptaron más o menos ese modelo como propio. Entonces aparecen escritores en los que no hay nada. O son malos copistas del realismo mágico, como la mexicana Laura Esquivel, o son pésimos escritores entre comillas juveniles, como Alberto Fuguet, o son escritores que toman temas históricos de una forma nefasta. Hay una escritura muy mala en Latinoamérica, una escritura que por un lado abusa del tipismo, del folclorismo, y que se intenta vender al extranjero como mercadería exótica. Roberto Bolaño Again Otra Vez

En realidad todos estamos haciendo cosas. Más que artistas, que suena hueco y pomposo, somos artesanos, es decir, gente que hace cosas. Un aire de feliz creatividad recorre las estancias del Sanatorio Internacional. Apenas nos vemos entre nosotros, pues como artesanos permanecemos aferrados a nuestra individualidad, pero a veces sopla un viento polar que nos reúne a todos en el patio central, donde, sonrientes y abrigados, intercambiamos miradas de complicidad; de vez en cuando, alguna que otra palabra interrumpe el silencio y sentimos que nos erguimos como lanzas que trepan hacia la altura desbordando la sombra; no alcanzamos la victoria, pero silencio contra silencio, seguimos combatiendo, porque sabemos que el cielo la ambición nunca desdeña. Postal de Crowley, Historia abreviada de la literatura portátil, pág. 81


No sé si yo sea el más indicado para contar esto. A lo mejor el más indicado sería Sergio González Miranda, premio nacional de historia dos mil catorce. Un hombre íntegro, según dicen. Claro, si integro significara lo contrario de lo que significa y dignifica. Pero yo lo digo de más, no más. De puro resentido que soy. Calma. Calma. Soy un paranoico también, bastante desdichado y un poco maniático. Philip K. Dick es mi copiloto. Por eso decía, y aun digo, que tal vez yo no sea el más indicado para contar esto, y sí alguien como el sociólogo antes mencionado. Pero a falta de alguien como él, con los pergaminos bien puestos, pagados y al día, para iniciar el relato, pues, ni modo. No queda de otra. Lo contaré yo no más. Y pasó, pues, pasó que hoy temprano, cuando bajé al casco viejo de la ciudad comencé a oír los rumores. Decían que unos trabajadores estaban en huelga. Se tomaron una escuela. No sólo ellos, los trabajadores, ocupaban la escuela, sino también sus familias. Llevaban desde ayer en eso. Al frente de la escuela había un circo. Todo parecía un cuento chino. Hoy por la madrugada habían llegado al puerto tropas desde la capital. Pero la capital no tiene puerto, dijo uno. Y Valparaíso, se llama, dijo el otro. Asunto resuelto. Pero había tropas en la ciudad y se dirigían a la escuela. Me dejé arrastrar por la familia Miranda que en pleno marchaba tratando de alcanzar, a paso veloz, la marcha de militares capitalinos porteños. Llegamos y ya estaba todo el bochinche armado. A un lado las tropas, del otro los huelguistas. Esto lo he visto antes, pensé yo. O, al menos, lo he escuchado, cantadito, por ahí. Tronaron nuestros oídos. Todos juntos y a una misma vez. Dos minutos de ráfagas aniquiladoras. Dos minutos bastaron y nadie quedó con ánimos de seguir protestando. Dos minutos y un monolito fue erigido junto a la escuela. Una rosa roja, bien roja, fue puesta junto al monolito, durante los diecisiete años de dictadura, cada veintiuno de diciembre. La fecha fatídica. Cantatas, tocatas, cientos de canciones, miles de poemas hemos cantado, citado y recitado por la fatídica fecha, y aun así hoy, hoy mismo, todo volvió a ser lo ídem. La misma huelga, la misma gente, las mismas tropas, la misma ráfaga aniquiladora. Todo otra vez puesto en escena. Y la escena repetida, reiniciada y reiterada. Otra vez. Con la familia Miranda en pleno, me fui disgregando, dispersando, primero del grupo, de la muchedumbre, luego de mí mismo, de mi individualidad, de mi propio cuerpo. Hasta de mi soplo. Soplado por el silencio. O por la intriga del tiempo. Difuminado entre las partículas de agua del litoral, me perdí, di vueltas sobre la arena de Cavancha. Hasta tarde. Hasta cuando aparece la camanchaca, y ahí me colé en ella, y subí, subí y subí. Cerro arriba. Cúmulo de arena. Di hasta la cumbre de sus costillas de dragón reposado y me sumergí en los pensamientos del viento. Pensé que sí. Pensé que no. Pensé qué diablos. Y como ellos resurgí en baile. Y venga a bailar por la china. Y venga, también, por el lolo. Y venga a empinar el codo. Y venga, pues, con todo eso. No tomé consejo. Me comí un picante de conejo. Las rimas no se me dan, se ve al tiro. Y recordé las culatas en las nucas. Los ojos vendados. La chusca ardiéndonos en las heridas. La fosa cerrándonos la herida. Y luego cuando la abrieron, después de tantos años, la brisa de esa falsa libertad que es la democracia. Demos gracias, nos dijeron, y la transacción, digo transición, sigue que sigue, en nada. Murió un pato y acá, con flores en la basura, ya vamos en dos. Par de patos, como si dijéramos par de gatos. Nos va igual y da lo ídem. Hoy murieron otros dos mil. Apropósito de muertes. Apropósito de patos y gatos. Apropósito de muertes impuestas. Imponidas, como diría don Sergio que decían los obreros con sus familias, por aquellos entonces en que no había internet ni celulares ni imponer para tener carnet, digo el poder de hacer y deshacer, estudios por ser, acreditaciones académicas, hasta premios nacionales que merecer sin perecer, en el intento.


“Les mostraré a los políticos en América. Aquí están, aquí mismo. "Creo que la marioneta de la derecha comparte mis creencias." "Creo que la marioneta de la izquierda es más de mi gusto." "Hey, espera un momento, ¡hay un tipo sosteniendo ambas marionetas!" "¡Cállate! Vuelve a la cama, América. El gobierno está al mando. Aquí está la “conexión del amor”. Miren esto y vuélvanse gordos y estúpidos. Por cierto, sigan bebiendo cerveza, partida de imbéciles. ¡Eres libre de hacer lo que te digamos! ¡Eres libre de hacer lo que te digamos!". (Bill Hicks). Amigos, es tiempo de evolucionar. Esa es la razón por la que estamos en problemas. ¿Saben por qué nuestras instituciones nos fallan, la Iglesia, el Estado, todo está fallando? Es porque, eh – ya no son relevantes. Se supone que debemos seguir evolucionando. La evolución no acabó con la obtención de pulgares oponibles. Sabían eso, ¿verdad? Hay otro 90 por ciento de nuestros cerebros que debemos iluminar.

(Bill Hicks, otra vez).

Elecciones otra vez. Vuelta a demostrar que la democracia funciona y qué tan mejor es que vivir bajo el dominio cívico-militar de la derecha no progresista. Pero sí. Pero no. Y ¿qué es la democracia, a todo esto?, ¿tener un primero de mayo feriado pal buen asado en vez de pega y brindar con el jefe la dichosa vida laboral?, ¿elegir entre los social demócratas de centro derecha o los social demócratas de centro izquierda… o irnos a la segura y seguir optando por los social demócratas de centro centro?, ¿seguir robusteciendo el aparataje público con más personal que cobrará mucho más que cualquier trabajador/a manual?, ¿el aire de estos días?, ¿el derecho a tener más y más derechos… todos canjeables por decretos, por cierto?, ¿la alegría que todavía dicen que dicen que viene?, ¿una conciencia tranquila y honrada?, ¿una moral hipócrita y obstinada?, ¿tolerar hasta lo indecible con tal de no ser intolerante?, ¿participar con tu proyecto propio en el gran mercado gran de los fondos públicos concursables?, ¿el eslogan de todos los gobiernos… que son un mismo gobierno si se les mira bien… y no sólo en el fondo?, ¿eso que a Voldemort le causaba tanta gracia y nunca le quitó el sueño?, ¿una cruza entre una dictablanda y una demodura?, ¿la cenicienta de un cuento de hadas que es el sueño común de toda la humanidad mermada?, ¿un enorme reality show que nos involucra a todos y todas?, ¿una palabra más que no significa lo que significa y menos lo que dignifica?, ¿el recreo entre dictaduras?, ¿la luz verde para que los empresarios se hagan chupete los recursos de todos y todas?, ¿el delirium tremens de diez y siete años de borrachera fascista?, ¿la última esperanza?, ¿Caszely chutiando mal el penal ante Austria?, ¿el Huáscar haciendo re cagar a la Esmeralda?, ¿Prat histérico saltando de barco en barco intentando por fin saltar fuera de la historia?, ¿La Moneda bombardeando avioncitos militares como gesto de reconciliación nacional?, ¿Nicanor Parra con ciento cincuenta años de edad aun sin fondos para su epopeya traducción shakesperiana?, ¿la silla musical de los ricos con los nuevos ricos?, ¿el mal menor?, ¿lo peor es nada en planeamiento nacional?,¿la nueva bandera de la estrella solitaria?...


Hilemos más fino, por favor. ¿Qué es la democracia?, ¿La excusa de los que mandan… para seguir mandando?, ¿un nuevo disfraz para el Mercado?, ¿más estadísticas para acumular más datos… en el monopolio de datos?, ¿la incompetencia de los cobardes, ley general de la república de $hile?, ¿la farsa electoral en sí?, ¿el circo electoral para sí?, ¿un show más del Dios Televisión?, ¿un engaño más para la audiencia de Dios Dinero?, ¿un timo de Dios Dios?, ¿el destino del inmundo?, ¿el desatino del mundo?

Tendríamos que poder escuchar esta información o, más bien, esta narración, como una voz neutra dentro de nosotros mismos. Pero algo hubo que no funcionó bien. Toda la creación es un lenguaje y nada más que un lenguaje que, por alguna razón inexplicable, no podemos leer afuera ni escuchar adentro. Por tanto, afirmo que nos hemos convertido en idiotas. Algo le ha sucedido a nuestra inteligencia. Mi razonamiento es el siguiente: el ordenamiento de las partes del Cerebro es un lenguaje. Nosotros somos parte del Cerebro; por tanto, somos lenguaje. ¿Por qué, entonces, no lo sabemos? Ni siquiera sabemos lo que somos, para no hablar ya de la realidad exterior de la que formamos parte. El origen de la palabra «idiota» es la palabra «privado». Cada uno de nosotros se ha vuelto privado y ya no comparte el pensamiento común del Cerebro, salvo en el nivel subliminal. Así, pues, nuestra vida real y nuestros objetivos se desarrollan por debajo del umbral de la conciencia. (Philip K. Dick). La vida es como una atracción en un parque de diversiones, y cuando decides subirte piensas que es real porque así de poderosas son nuestras mentes. La atracción va arriba y abajo, da vueltas y vueltas, tiene emociones y momentos relajantes, es muy brillante y colorida, es ruidosa y es divertida por un rato. Muchas personas han estado subidas por mucho tiempo, y empiezan a pensar, "Oye, ¿es esto real? ó ¿es tan solo una atracción?" y otras personas han recordado, y se vuelven hacia nosotros y dicen "No te preocupes; no tengas miedo, nunca, porque esto es sólo una atracción." Y...matamos a esas personas. "¡Cállenlo! Tengo mucho invertido en esta “atracción”, ¡Cállenlo! Miren mis surcos de preocupación, miren mi gran cuenta en el banco y a mi familia. Esto tiene que ser real." Es solo una atracción. Pero siempre matamos a las buenas personas que tratan de decirnos eso, ¿no lo han notado? Y dejamos a los demonios sueltos... Pero no importa, porque es solo una atracción. Y podemos cambiarla en el momento en que queramos. Es solo una opción. Sin esfuerzos, sin trabajo, nada de ahorrar dinero. Una elección simple, ahora mismo, entre el miedo y el amor. Los ojos del miedo quieren que pongas guardas de seguridad en tu puerta, compres armas, encerrarte. Los ojos del amor al contrario nos ven a todos como uno solo. Aquí está lo que podemos hacer para cambiar el mundo, ahora mismo, a una mejor atracción. Tomen todo ese dinero que gastamos en armas y defensas cada año y gástenlo en alimentación, ropa y educación para los pobres del mundo, lo que será mucho mejor miles de veces, ningún ser humano siendo excluido, y podremos explorar el espacio, juntos, interior y exterior, para siempre, en paz. (Bill Hicks).


Para cuando volví en mí no quedaba nada en la playa, y ya no estaba en Cavancha, si no en Playa Brava, tirado sobre la arena. El característico y asqueroso olor de la pasta base colándoseme por la nariz me hizo bajar. Entonces, pensé en qué estaba haciendo ahí, tirado sobre la arena. Una matanza hubo ayer, pensé de improviso. Recordé tenuemente. Una matanza en una escuela. Pero eso pasó hace ya tanto, me dijo yo mismo. Y yo al tiro me dije: eso PASA desde hace ya tanto. A veces no me informo bien, eso es todo, me dije, a su vez, otra vez. Sí, y otras veces me oigo tan inteligente que no me entiendo. ¿Cómo Sergio González Miranda premio nacional de historia dos mil catorce?, me inquirí burlón. Una sonrisita resentida gesticulé como única respuesta. Estaba cansado, tedioso. Y es que así es la cosa no más. Ni rastros, a esas horas, de la familia Miranda, seguro ya estaba toda disgregada en distintas y distantes casas, pero unidas a través de un mismo canal, por medio de una misma tecnología, Dios Televisor, mirando la nada que pequeñísimos puntitos proyectan y conforman en imágenes vaciadas que vacían y encasillan en tiempo las vidas de tantas criaturillas. Ay! Dios Dios, qué nos pasa. Y ese maldito Dios Dinero que siempre nos falta. Tan escaso que está. Para tenerlo hay que trabajar, dictan incólumes las gentes del sacerdocio generalizado, con que cuenta, y cómo no va a contar, peso por peso, estaño por calcaño, aunque sea puro engaño, Dios Dinero. Trabajar. Algo así como hacer un cambalache entre tu tiempo (tu vida) y el famoso dinero (tu muerte). Dinero para poder escribir esto que escribo y que aparece publicado en esto que publicaré y que ya está publicado, a su vez, otra vez, en éstos medios no adquiridos pero sí arrendados mediante las tranzas que Dios Dinero nos pondera para ponerle sangre a sus venas. Su presión arterial nos repercute, en tanto, en presiones psicosociales de cuidado: no trabajar es pecado. Prohibido queda para todo hermano (somos la hermandad del Dios Tranzado) vivir sin trabajar… salvo tenga un gran capital, sea empresario o politiquillo apitutado, ahí, entonces, deléitese no trabajando, pero si es pobre está triste y condenado: trabaje, trabaje, trabaje, bajo orden de sobresalto si es visto de gandul vagando. El ocio es delito: crear, jugar… si es artista búsquese un FONDART y si es artesano SERCOTEC es su copiloto, no sea pillo, no sea escandaloso. Pero ¿para qué tanto trabajar si al final todo deviene en huelga, y toda huelga deviene en matanza? Desde antes del veintiuno de Diciembre de mil novecientos siete que es así, la verdad sea dicha, y no por un agente belicoso del estanco (premio nacional de historia dos mil catorce), si no por un simple mortal que bien puede, y lo dice, decirlo. Sentido común no más se requiere. Tanta teoría, tanta literatura penca y rancia, para qué. Para engrupir chiquillas chiquillos y aspirar a premios. Por mientras, los tontos, métele esnifadas. Aspirar es la bandera. Engrupir la trinchera. Todo cuento sirve. No obstante yo me decía otra cosa, otro rollo, y era, es, lo que se requiere para decir la verdad sobre las cosas. Para partir diciendo con todas las de la ley: la verdad sea dicha. Sentido común no más poh! Y no fue ayer la matanza sino que hoy no más. Hoy fue todo el jaleo. Tropas en el centro. El circo en la escuela: todos votando. Las tropas vigilando. Los garantes de la democracia. Los garantes de la soberanía incluso. Democracia resguardada dice el eufemismo local. Democracia vigilada, igual sirve. Democracia no democrática, ya es ponerse odioso. Peor que hacer la firma de Walt Disney en la factura de votante. Primero de mayo día del trabajo, hoy tenemos asado y la mar de cervezas por descontado. Qué méritos publicará el Sergio González Miranda del futuro narrando éstas historias de hoy, cuando la matanza se ha vuelto circo, donde las tropas son la escuela, como los huelguistas y la familia Miranda son una misma y triste cosa.


A mí Neruda me gusta bastante… Un gran poeta americano. Muy equivocado, por otra parte, claro, como casi todos los poetas. No era el sucesor de Whitman, en muchos de sus poemas, en la estructura de esos poemas, sólo podemos ver ahora a un plagiario de Whitman. Pero la literatura es así, es una selva un poco pesadillesca en donde la gran mayoría, la inmensa mayoría de escritores son plagiarios. Hay algunos jóvenes con voz propia, pero no saben escribir, lo que es un desastre. Entonces esos jóvenes van a los talleres literarios o a la universidad para aprender a escribir y cuando ya saben escribir no tienen voz propia. En fin, qué le vamos a hacer. Neruda, en algún momento de su vida, pensó que él era el paradigma del poeta, y se equivocó. Pero la verdad es que todos los poetas, en algún momento de sus vidas, se creen la muerte. Roberto Bolaño

Verano 2016, 21:00 horas, frontis “Casa de la cultura”, Iquique City. Nuestro reportero FF17 en el epicentro mismo de la escena culturosa local. Lectura de poetas. Trova municipal. Vino de honor. Finalizado el acto público a los sones de “Sobreviviendo”, el Vodanovic de turno, invita al respetable a pasar al inmueble ubicado en pleno paseo Baquedano, para una tertulia de camaradería. FF17 atravesando a la concurrencia, se acerca al connotado vate local Moss Rumay. Éste, en tanto, atendía a unos jovencitos de la capital, interesados en realizar un documental sobre “la cosa poética” en la región. El vate bate que bate la lengua, animoso de entusiasmo, sacando, de entrada, al baile al maestro Sabella y toda la tropa Tebaida con su insigne publicación-revista. Los jovenzuelos escuchaban atentos. Mientras nuestro FF17 esperaba su turno. Terminada la exposición histórica del solicitado poeta, los jovenzuelos le consultan por “la movida actual”. El poeta luego de un silencio lacónico declara que hoy no pasa nada de nada, salvo por ahí con el Team Podestá, pero así como nuevito nuevito no hay nada-no hay nada, señala con aire más pensativo que categórico.


Los juveniles, al parecer conformes, se retiran al bitute, agradecidos y esperanzados. FF17 aborda entonces al vate, presto a iniciar la entrevista que ya hace tanto nos debía, continuando de paso, la breve ídem, que iniciaran los turistas capitalinos con el veterano de las letras nortinas. FF17 se la suelta directa y pesada: - ¿Y nosotros qué? Moss Rumay no lo esperaba. Esa noche no estaba para debates. Para defenderse. Para apañárselas solo. Así que se ríe, como quién no quiere la cosa. Já. Nuestro reportero se manda: - Ud. qué sabe en realidad de lo que se hace fuera de estas esferas del gobierno... muchas cosas pasan en espacios más under... no sólo flores en la basura... pero el caso es que Ud. igual ha publicado con nosotros ¿Cómo puede obviarnos, así como así?, ¿y digo obviarnos? Negarnos, invisibilizarnos, señor. - (Risas nerviosas). - Ud. sostiene que hay que recuperar a Neruda. Que los jóvenes debemos redescubrirlo. Cuando Neruda no fue el centro de nada, ni bastión alguno de qué cosa. Neruda fue uno de tantos... y el vendedor de pomadas por excelencia. Así, quienes siguen sus palabras y, por ende, las palabras de Neruda, terminan a la postre, contentándose sólo con seguir los pasos, y así las cosas, tenemos más vendedores de pomadas que gente escribiendo. - (Miradas nerviosas, ojillos de roedor asustado). - En vez de estar escribiendo, a la gente, la tenemos persiguiendo premios para hacerse un nombre, en base a la impostura, a la pinta de artistas, a la fachada de lo que se supone es un poeta, sedientos de respetabilidad y aceptación de “lo oficial”. Neruda sólo fue uno de tantos. Por ser, ésta entrevista está inspirada en Juan Martínez, porque sí, ésta es una entrevista, y la publicación de nuestro fanzine poético, en donde Ud. participó alguna vez, en el ánimo inspirador e instigador de


Enrique Gómez-Correa. No nos simpatiza Neruda, ya se habrá dado cuenta, pero eso no nos hace ignorantes ni invisibles ni mudos... menos inexistentes. - (Silencio). - Ya ve que conocemos “algo” de “la cosa poética”. - Sí – Habla por fin Moss Rumay, como tosiendo el silencio- lo sé, pero yo digo otra cosa... ustedes también miran mucho a Europa, a Norteamérica... cuando acá tenemos tanto. - ¡Tenemos a Nicanor Parra! – Saltó nuestro ingenioso hidalgo, presto y entusiasta- pero a Ud. no sólo no le gusta. Lo rechaza. Prefiere a Gonzalito rojas ¿no? Y en todo caso, siguiendo con el Pablo chico, ¿éste acaso no miraba a Europa y a Norteamérica, también? Digo, en cuanto a escribir-plagiar, pero sobre todo cuando le tocó duro haciendo lobby para el nobel. Hasta con la derecha local se anduvo codeando su camaradilla para arrimarse el premio. - Eso es otra cosa – Musitó el poeta- ...el caso son las corrientes... a eso voy, las escuelas... antes hubo grupos... hoy de eso no hay nada. - Vale, vale pero tan categóricamente nada de nada no hay... y no me refiero a los shuper locos que andan devaneando por ahí... pongamos el caso del tiempo del salitre, ahí hubo bastante poesía, por ser, Ud. que nos tiene “el gran poemario de Tarapacá” puede ver ahí la mar de poetas que nunca figuraron en una antología oficial. Eso es cierto. – Indicó aun tenso e incómodo el hijo ilustre de Iquique City. - ¡Y eso es, pues! Como entonces, hoy, aún hay cosas que se escapan de “lo oficial”... y su Neruda es “lo oficial”. Ésta actividad, muy en la calle nos tuvieron aquí escuchando, pero aun así pertenece a “lo oficial”. Y así es como existen, aun hoy, grupos fuera de “lo oficial”. Lo que sí no hay es ese “grupismo” que antes hubo, porque bien sabemos que todo el “grupismo” que hubo en $hile fue coartado por la acción terrible del grupúsculo militar, en los tiempos de APU.


- (…). - el caso, es que si miramos a Europa o a Norteamérica lo hacemos del mismo modo que escrutamos acá, ¿cuál de sus favoritos no miró a Europa y a Norteamérica, con el mismo afán? Y ya sabemos, también, lo que pasó entre Arguedas y Cortázar... y aun así Ud. sigue leyendo a los dos ¿o no? - Sí. -entonces, ¿cuál es el problema? - (…). - El problema es que habla sin saber pues, caballero. Nos niega a nosotros y a mucha otra gente que está por el borde con “lo oficial”. O con “hacer carrera” de artista. Y con los financiamientos del E$tadogobierno central-regional. Pero aun y así hacen poesía, la escriben, la leen, la viven. Podemos discutir sobre su calidad, qué tan buena o qué tan mala es, si quiere. Sin embargo decir que no existen es otra cosa, ¿cuál es su otra cosa? Moss Rumay parece calibrar su respuesta durante unos segundos, finalmente dice: - Está interesante tu conversación... pero espérame tantito que debo pasar al baño. FF17 incauto, desbordando ingenuidad, esperó durante veinte minutos ¡Veinte! Después de los cuales asomó su humanidad al inmueble culturoso que nos tienen, y ¿para qué? Para descubrir al profesor Moss Rumay dejarse apapachar por sus “alumnas”, dichoso como nunca, a salvo del presente, como siempre.


¿Y en qué crees entonces, si no crees en Dios? Dijo el hombrecito. En la facultad lenitiva de la poesía, le dije yo. Y agregué: de la cual las religiones se han servido para embutir sus discursos durante siglos de siglos. ¿Siglos de siglos? Inquirió el hombrecito. Significa que por mucho, mucho, tiempo, señor. Las religiones no se basan en la manipulación, si es a eso a lo que apuntas, insistió. No, no es a eso, le dije, exactamente a lo que apunto. Le daré un ejemplo, mejor: lo que se le dice “escrituras” en cualquier religión, los acontecimientos así descritos, lo están por medio de la poesía. La gente lo lee e interpreta. Sanan a través de tales lecturas. Pero no es el contenido religioso lo que hace tal cosa, digamos los discursos, si no que el lenguaje en sí. La poesía, intervino el hombrecito, la forma en cómo se da la información religiosa es lo que sana dices tú. Exacto. No te negaré que la biblia y sus símiles en otros credos son bastante poéticos, es decir, tienen no sólo una forma si no que un contenido bastante literario y, en algunos casos, bastante bueno también. Yo tampoco lo negaré, señor. Pero es que para eso está la poesía, en todo caso, es un medio para, aseveró el hombrecito. Yo me opuse claro está: es más que eso, le dije, la poesía en sí es un campo propio de acción, creación y recreación. Ciertamente se la ha usado como mero medio, pero es mucho más que eso. Las religiones en primer lugar y en segundo la política, la han manoseado interviniéndola, usufructuando de su facultad para conseguir objetivos ajenos a los propios de la poiésis. ¿Poiésis, dices tú? Consultó intrigado el hombrecito. La poesía, pues, dije firme y sereno. La poesía en el mundo antiguo constituía todo. Todo era instituido gracias, esto es, a través, de la poesía: la creación. Sin embargo, en el mismísimo mundo antiguo surgieron nuevas ideas que desplazaron a la poesía de su rol primigenio. Y al desplazarla la tergiversaron hasta hoy. Eso no suena plausible, dijo de improviso el hombrecito. No obstante, seguí yo, esas “nuevas” ideas del mundo antiguo siguen prevaleciendo hasta hoy, y son muy usadas y concurridas, tanto en el campo religioso como en lo político. Tú te estás refiriendo a los griegos. Pues claro. Fue entonces cuando surgió la idea de la doxa, la técnica, y del conocimiento como una entidad abstracta separada de la poiésis, es decir de la poesía. Fue entonces cuando la poesía fue vilipendiada por los filósofos, los defensores del conocimiento y la doxa, reduciendo a la poesía a mera emotividad o simbolismo sin contenido de ninguna clase. Suena interesante lo que dices. Esto que digo lo señala Feyerabend, caballero, y es de una importancia pero gigante, y, por eso, no entiendo cómo no lo leen más y mejor. ¿A Feyerabend? Sí, fue un epistemólogo… le puedo prestar un libro suyo si quiere… Sí, me gustaría. Aun así volviendo a lo ¿cómo fue que dijiste de la poesía? Facultad lenitiva. Sí, a eso, en el caso de enfrentarse a la muerte, que es donde más rinden las religiones, digamos que es el porqué de las religiones, tal vez su causa, tal vez su principal rol, en tal caso, el de enfrentarse a la muerte ¿qué, cómo intervendría esa facultad… lenitiva… de la poesía? Pues, ahí mismo es donde yo le digo y decía que interviene a través de la religión tal facultad de la poesía, pero la gente se queda con que es por lo religioso que hay una mejora o si prefiere decirlo: una sanación. Una cura. Cuando lo cierto es que la poesía es lo que ha obrado. ¿Y no puede ser que la mano divina obre mediante la poesía que tú dices? Seguro, algo puede que haya, y creo, de hecho, que hay, pues la poesía como campo interpretativo de la humanidad es tan antiquísimo que nos despierta tantas cosas, nos las incentiva e insta, que, ciertamente, ideas como la de divinidad o fe, fulguran cual fuegos primigenios que son, aquí yo creo que bien le vendría leer sobre los arquetipos de Jung, porque por ahí va la cosa, me parece. El hombrecito se me quedó mirando pensativo, verdaderamente pensativo. Luego de un breve silencio, por fin dijo: no me has respondido lo que te pregunté. Lenitivo, le dije, según el diccionario, es lo que ablanda, calma


o suaviza. Algunos de sus sinónimos son: calmante, sedante, paliativo, atenuante, alivio, consuelo, bálsamo, refrigerio. Dicho esto, en la práctica, pueden experimentarse todos estos conceptos, en relación a vivenciar el acto poético, que abarca desde leer poesía hasta escribirla. Y si se ha enfrentado a la muerte, debe tener claro que la definición de lenitivo viene bien para enfrentar y superar la experiencia que usted indica. Sí, está claro, continuó el hombrecito, está claro eso, pero creo que el contenido religioso, la noción del más allá, de una vida después de la muerte, de una superación, de hecho, de la muerte, es lo que da confort, esperanza y paz, ante la experiencia de la muerte, más allá del medio, que puede ser poético o no, para entregar tal mensaje. Cierto es, lo que dice señor, aunque yo me he referido a la poesía no sólo como lenguaje o, más específicamente, a una mera manera de ordenar las palabras o las ideas o los conceptos. Yo me he referido a la poesía en tanto campo o perspectiva, si mejor prefiere. La religión es un campo o perspectiva, también. Lo político, igual vale como ejemplo. Cada campo tiene sus dinámicas y discursos y prácticas e instituciones. Yo he dicho que el campo religioso y político se acoplan al campo de la poesía para transmitirse, pero esto no quiere decir que yo me pise la cola y acepte que la poesía es sólo un medio para. Eso lo ha dicho usted. Yo, en cambio, he insistido en vindicar lo poético. Ahora, si usted me pregunta cuál es el aporte de la perspectiva o campo de la poesía para, por ejemplo, hacerle frente a la experiencia de la muerte, vale, se lo digo, pero, primero, debe sacarse de la cabeza la idea de la poesía como instrumento. Yo le dije que es instrumentalizada, por religiosos y políticos, no obstante sea más que un instrumento, sea algo totalmente equiparable a lo religioso y político mismo. Superior incluso. ¿Superior dices tú? Eso es bastante mucho aventurado de señalar. Es lo que creo. Y no le digo que lo acepte. Pero al menos considérelo. Porque si no lo considera nos estancamos en un cuello de botella. ¿Y de qué botella se trata? Dijo el hombrecito, añadiendo una sonrisa de malicia. Una de náufrago, le espeté en el acto. Pensé que sería una de vino, eso nos hubiera venido bien para amenizar el diálogo, insistió el hombrecito. Ya no bebo, le dije. ¿Tú no bebes o ya no bebes? Ya bebí mucho. El silencio se irguió como una muralla flanqueando nuestros perfiles que buscaban esquivarse. Ya no había sentido en nuestro estarnos de pie hablando. Y estaba bien. De todas formas el grupo de señoras de falda larga y hombres de terno ya venía de vuelta por el pasaje. Pronto alcanzaron al hombrecito y lo unieron a su peregrinaje dominical. Yo seguí parado en la esquina un instante más. Era medio día, el sol asomaba con menos timidez sus rayos. El calor comenzaba a esparcirse ciñendo todo el paisaje. Las casas de la corrida me parecieron de improviso fantasmales. Los evangélicos a lo lejos, el hombrecito entre ellos, figuras difusas y tan espectrales como el fondo intransigente que las contenía. Me sentí mareado y asqueado. Aún no quería subir a la casa, sin embargo. Algo me mantenía anclado a la calle. ¿De qué he estado hablando? Yo mismo me consulté. ¿Cuánto tiempo llevo hablando con el hombrecito ese que ya ni siquiera se distingue a lo lejos? Mis pies comenzaron a moverse de pura inercia. Me dejé conducir con el resto de mi cuerpo. Entré en la casa pero, estando en el antejardín, me giré de improviso para contemplar la calle, el pasaje desierto y acalorado. El sol en gloria y majestad terminó de abrirse paso entre las escasas nubes de la mañana para escupirnos todos sus rayos a la vez. ¿Éste es mi campo propio de acción? Pensé. ¿Mi dulce batalla contra la doxa? Seguí. Debo parecer un loco. Lo dijo la Stella Díaz, apropósito de sus días de juventud junto a Lihn: Con Enrique cohabitamos en el limbo. Arrastrábamos un infierno y alimentábamos ese infierno. Con una picana íbamos empujando maceteros, para que se nos cayeran en la cabeza. La poesía es salvación, sobrevivencia y antesala de la locura.


Los años son niños corriendo allá afuera, donde yo no estoy, pues sigo sobre la cama, sentado a su borde, el computador desarmándose sobre el velador, mis dedos dándole a las teclas, para escribir esto que escribo, y otras cosas aún peores, mientras las gentes viven del tiempo, que yo, torpe e ingenuamente, gasto como mi ingenio, escrutando páginas de un papel que no existe, porque un archivo Word no es un papel sobre el velador, donde, con un lápiz, voy anotando los sin asuntos que noto, no es un papel, que si me queda mal escrito, pueda tomar y enrollar enojado y tirarlo al piso, no es un papel físico palpable donde, de aburrido porque aún no me cuaja nada, pueda ir dibujando pajaritos, así como quien no quiere la cosa, porque no sé hacer otra cosa, sino estarme aquí, sobre la cama, sentado a su borde, medio desarmándome con el computador en similares condiciones, pero sobre el velador, y mis dedos métele dándole a las teclas, con una puntería más fortuita que experta, escribiendo lo que me viene en gana escribir, porque para eso vivo, al parecer, de los pareceres, haciéndole el quite a los pereceres que me ofrece el mundo, para, como las gentes, vivir el tiempo, malgastándolo en trabajos ajenos con metas logros ajenos y una paga totalmente arbitraria y mezquina, yo, señores, no sirvo para eso, y para esto otro muy poco, cierto es, pero si bien lo es, digo, cierto, si bien es cierto, al menos en esto, me siento bien, vivo y hasta mejor, mientras los niños corren allá afuera y son años, también, en su proceder atolondrado y de risa, y donde yo no estoy, en mi ausencia general de las cosas, los sucesos, las palabras aquellas, allá, en esa nata tremenda que me olvida o no me sabe cierto, allá dónde no me interesa ni urge estar ir, pues aquí me siento y con eso me basto, con sentirme, ni estrecho ni ancho, sentirme nada más, nada menos, escribiendo, haciendo sonar las teclas cuando mis dedos le achuntan y suenan como un traquetear escandaloso de pequeños corceles imaginarios, y bastante ruidosos, y bastante desordenados, en fin, allá ellos, que corran, y suban y bajen, las colinas, también imaginarias, de mis pensamientos, delirios, deseos, porque de algo deben tratarse sus huellas, sus huellas con formas de un código secreto, palabras les decimos, quienes, sin ton ni son, les escrutamos y entendemos, aquellos rastros, de seres imaginarios, y desordenados, y tan campantes, como delirantes, mientras los niños son años, generaciones tras generaciones, venga dar brincos, venga jugar a lo acordado, venga olvidarse de sí mismos, venga ser lo mismo de antemano, por eso para mí estar aquí, es porfiarme de eso, del tiempo aniquilado, alquilándose en lo engendrado por pérfidas máquinas anquilosadas a una existencia sin sangre ni risas mágicas. Por la raja chucha, dijo el Tito.


Alcidez Barrankha

Mi rostro a través del computador es no ver lo que escribo es no ver lo que hago es no saber que respiro este no es un espejo ni yo un narciso vengan caballitos, mejor será, a trotar aquí cerca de mi garito que a la suerte como un farito bien puede alumbrarle los pasitos y así no puedan tropezar con los ripios que abundan y sobresaltan, de improviso a cualquiera, que olvidando las leyes actuales de las republiquetas del yo, desentienden sus ojos de los reflejos de sus rostros para hacer, a la porfía otra cosa haciéndose, de paso, a otra manera una, por lo lejos, menos ajena más risueña, también, al desuso de las caretas con que te dicen de chiquito debes cuidarte de la tierra como si el polvo fuera una suerte de gas, tóxico y dañino, como si no nos hubiera parido nah, la tierra, el polvo, sí, de todo eso se forma nuestra recorrido pero dicen, los otros, la vida, desde arriba, es cosa de cuidado vengan a forrarse, por eso mejor, en buen plástico lo artefacto supera a lo humano por descontado, ya más barato es sean así, civilizados plastifíquense el alma, la risa y el canto, el llanto déjenlo así, pero bien para adentro, sólo los maricones lloran o las niñas sin talento, ta fea la cosa, ño, le dijo el ciego al diablo, cuando éste quiso saber, en qué mal tango andaban los humanos, de la mar de tiempo, que el futre no se venía pa estos lados, y lelo quedó, el viejo bermejo, al ver el infierno en que estamos.


1212 “Mejor no buscar Mejor lanzarse así, con la cabeza baja ¡Y que suceda!” Jacques Audiberti

De adentro para afuera La estrella se renueva Andanza de manivela Conjuro de triquiñuela Venga a juntar fuerzas Apretándose tantito Para implosionar De brote en brote Cual flor de improviso De adentro para afuera Se extienden océanos y montañas Rotundas nubes con reflejos De cielo mar azul Por los espacios vacíos Si a la estrella se le da El bien soñar Venga a repartir fuerzas Soltándose tantito Para impregnar De vida al desierto tardío.

De adentro para afuera Lo individual se puebla De vida compromiso Compañía diversión Así A su antojo La vida se hace camino Cruce de manos Encuentro de labios Un mismo mirar Par de ojos al cuadrado Dos almas en flor De adentro para afuera Brota lo infinito Desde lo inmanente Perpetuo pequeño instante De felicidad bien hecha La pareja Como el estallido de una estrella Haciendo boom! para todos Y click! en sus cabezas Desde entonces haciendo Del hoy Un presente constante Regalo de los dioses Para vivir asumidos Haciéndose bien y uno solo Con el destino Venga a juntar fuerzas Arrimándose tantito Dejándose crecer En la grieta que abrieron En el espacio tiempo Infinito.

Karmen ARvale


En la casa de mi infancia Guardo mi porvenir Con la promesa De volverla a ver Esa casa La de mi infancia La que nunca habité Nunca pude llamar mía Salvo por el secreto De saberla cierta Un lugar secreto Escondido para mí La casa de mi infancia Me mantuvo vivo Hasta en los momentos Más re peores Más tristes Más ridículos Más estúpidos Que añadí a mis años Esa casa La mi infancia Me salvó el pellejo Tantas veces Como nunca la viví Porque nunca fue mía Tan sólo la vi un par de veces Escondida para mí Y mi secreto En la casa de mi infancia Guardo mi porvenir Con la promesa De volverla a ver Por los chalets de los supervisores Atrás del club número cuatro Entre sendos árboles tristes pero Robustos Hay un carrusel en su patio y una Sempiterna posa de agua

Un par de columpios creo Todo frente un tímido balcón Un lugar secreto por donde Se le mire Fuera de eso el sol es un Incendio voraz que se come todo Pero dentro Es un dominio mágico y Atemporal Un lugar secreto Un sueño postergado Esa casa La de mi infancia La que nunca habité Nunca pude llamar mía Salvo por el secreto De saberla cierta Por donde se le mire Un escondite ideal Por años soñé okuparla Vivir el sueño Morir al fin Esa casa La de mi infancia Me salvó el pellejo Tantas veces No podía dejarme ir Sin verla otra vez Hallarla tan serena Entre el pequeño caos Asterisco del infierno En medio de la nada Escrutarla entre el carcomido Desierto paisaje Por ese sol voraz Que todo lo quema Volverla a ver Volver al sueño Sentirme vivo Dejarme morir

Por los chalets de los supervisores Atrás del club número cuatro Sobre la última pequeña colina Entre sendos árboles tristes pero Robustos Hay un carrusel en su patio y Una sempiterna posa de agua Todo frente a un tímido balcón Sobre un alfombrado de Hojas secas La casa de mi infancia Me mantuvo vivo Hasta en los momentos Más re peores Más tristes Más patéticos Más estúpidos Que añadí a mis años Esa casa La de mi infancia Me salvó El pellejo tantas veces Como nunca la viví Porque nunca fue mía Tan solo la vi un par de veces Aguardando mí existir Y mi recuerdo En la casa de mi infancia Guardo mi porvenir En la promesa De volverla a ver.

Emilio Batracio


¿Será que el destino no es el camino? ¿Qué hacer para expresar lo que sentimos? Una hoja de papel llena de palabras Hecha gracias a un árbol Las personas lo tiran a la basura Y no aprecian lo que está escrito Ni el árbol que tuvieron que cortar Para hacer la escritura.

Florencia Valentina 0choaños


EDICIÓN, REDACCIÓN Y DISEÑO POR:

EDITORIAL FLORES EN LA BASURA Editorial flores en la basura Iquique - $hile, Mayo del 2016 *** Todas las imágenes de ésta sedición son originales de Taller Patioteka, Iqq - $hile, 2015 – 2016.

Permitimos y alentamos la reproducción total o parcial de ésta obra y por los medios que gusten

«Ningún Derecho / Ninguna Propiedad»



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