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CÓMO ENFRENTAR MONTAÑAS / Nuria Marín

CÓMO ENFRENTAR MONTAÑAS

NURIA MARÍN RAVENTÓS

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PODER FEMENINO

Empresaria y analista

@Nuria_MarinR Ascendí a la cumbre del Chirripó, el cerro más alto de Costa Rica, el pasado 21 de abril, una promesa que me hiciera en el lecho de mi quimioterapia un poco más de cinco años atrás. Hoy quiero compartirles mis lecciones que bien pueden ser aplicadas a los negocios.

Soñar en grande aún en los momentos más difíciles. Me dijeron que el oxígeno es el mayor enemigo del cáncer e inmediatamente pensé, debo hacer montañismo, una suma de naturaleza, espiritualidad y ejercicio. Mi meta sería el Chirripó, la imponente montaña que se levanta hasta los 3,820 metros sobre el nivel del mar.

Es fundamental concentrarse en el objetivo pese a los obstáculos. La visión estratégica se ve amenazada ante las presiones de lo urgente, perdiendo el norte de lo realmente importante. No permitamos que por ver los árboles perdamos de vista el bosque.

El equipo es esencial. Somos tan fuertes como la suma de sus talentos, y tan frágiles como el punto más débil. Por eso debemos formar un equipo diverso e invertir en su bienestar, capacitación y crecimiento personal.

El mejor equipo no disminuye nuestra lucha, aunque si la facilita. Una similitud con la conquista de la montaña, la que al final demanda una importante cuota individual, una gran dosis de coraje y de poder mental.

La psicología positiva debe ser una filosofía de vida. Un desacierto del parque es denominar como ‘Cuesta de los Arrepentidos’, el último ascenso de 1.5 km de longitud con pronunciada pendiente que culmina en el albergue; yo le cambiaría el nombre a uno que te aliente como triunfador(a), ya que el solo nombre actual te atormenta durante todo el recorrido.

Las personas tóxicas y negativas no pertenecen a equipos ganadores. El positivismo, por el contrario, muestra el camino a la innovación y nuevas oportunidades, hoy claves en un entorno altamente competitivo.

El espíritu de la montaña nos empequeñece al mostrar nuestras vulnerabilidades, nos abraza y nos muestra que somos parte de un todo mucho más grande, nos empodera al permitirnos encontrar fuerzas desconocidas y reconocer nuestra capacidad de resiliencia; también nos permite ser empáticos y solidarios. En la montaña todos somos iguales, no existen diferencias de clase, religión, género y etnia. Priva el interés de ayudarnos unos a otros y existe el maravilloso espíritu de celebrar el éxito del otro, como propio.

Por último, sin ser fanática de mi país, no puedo terminar sin comentarles la belleza extraordinaria del Chirripó, territorio sagrado, al que los cabécares denominaron como ‘La tierra de las aguas eternas’, un santuario que es a la vez un maestro en habilidades de liderazgo.

“DEBEMOS FORMAR UN EQUIPO DIVERSO E INVERTIR EN SU BIENESTAR, CAPACITACIÓN Y CRECIMIENTO PERSONAL”

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