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PERÚ EN ESTADO LÍQUIDO

EN LADY BEE SE SIRVEN MEMORIAS DE VIDA, DE EXPLORACIONES POR EL DIVERSO TERRITORIO NACIONAL Y LA LABOR DE SUS COMUNIDADES; CREACIONES QUE RESPONDEN A LA CURIOSIDAD HUMANA Y LA PRESERVACIÓN NATURAL.

a abeja cumple una labor vital en los ecosistemas y, por ello, es ícono de Lady Bee. Al igual que sucede en una colmena, la filosofía del coctel bar (establecido en el barrio de Miraflores, en Lima) se orienta a la labor en equipo; al trabajo conjunto con comunidades del interior del país, en el cual los proveedores locales comparten su ideología sustentable y expertos en otras disciplinas aportan sus conocimientos para gestar propuestas que unifiquen tradición y vanguardia.

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Especialistas en biología marina, agronomía, antropología, destilados, café y cacao son parte del equipo extensivo que da vida a Lady Bee, el proyecto que surgió en tiempos de pandemia por iniciativa de Alonso Palomino y las hermanas Gabriela y Alejandra León.

“La propuesta nace de nuestra memoria, de lo que hemos vivido, y se refresca en la constante investigación del producto peruano. Siempre tratamos de visualizarla con las comunidades y los mismos productores”, nos dice Gabriela León, quien se encuentra al frente de la cocina.

Ella es cocinera desde que cumplió 17 años. Nació en la selva y ha tenido la oportunidad de vivir en diferentes regiones del país, así como de trabajar en Dinamarca, Suecia y otros lugares en el extranjero; ello le ha sumado para entender que siempre hay que mirar hacia los orígenes.

Gabriela ha aportado su conocimiento a la esencia gastronómica del bar y Alonso, en tanto, su reconocida experiencia como bartender y pisco sommelier en la coctelería. Y la mancuerna es notable: el año pasado Lady Bee se ubicó en el top ten de honor en la categoría de mejor nuevo bar en América Latina y el Caribe en Tales of The Cocktails, y hoy también figura en la guía global 50 Best Discovery.

La presencia del pisco es innegable con al menos una bodega por cada cepa pisquera bajo la curaduría de Alonso. Los cocteles han sido diseñados según la tipicidad de la cepa y algunos están inspirados en un clásico peruano.

“Buscamos tomar cultura, bebidas, cocina, matices, inspiración y nuevas ideas para hacerlas parte de nuestra identidad, la cual ha ido madurando con el tiempo. Compartir nuestra perspectiva y la sensibilidad hacia el producto”, comenta Alonso, quien lidera la barra.

Todo ello, honrando los ciclos naturales y echando mano de las mejores técnicas para aprovechar al máximo el producto porque el suministro no deja de ser un tema complejo. Gran parte de los insumos proceden de comunidades situadas en la Amazonía o lugares inhóspitos de la geografía peruana.

Por eso, en cuanto reciben flores y frutas exóticas de las diversas latitudes, el equipo de Lady Bee se da a la tarea de preparar con ellas cordiales, óleos y perfumes: elementos que sirven para preservar el alma de esos productos. La apuesta es reducir al mínimo los desechos y lograr que cada vez más personas conozcan y prueben la abundancia del territorio peruano.

Creatividad natural

Los cocteles y platos que se sirven en Lady Bee, se crean en función de la disponibilidad de los ingredientes y el ciclo de la naturaleza. El menú se mantiene en constante cambio, por lo que cada experiencia resulta única.

Miel de abejas silvestres, copoazú, arazá, plátano perita, limón mandarino, limón rugoso y muchas otras variedades de cítricos son parte de la lista de ingredientes que utilizan. Gabriela y Alonso citan la idea de incorporar mashua y otras variedades de tubérculos de Puno y Ayacucho en el próximo menú.

También narran el viaje a Paracas al lado de un buzo-pescador para profundizar en el proceso de recolección del alga que utilizan en cocteles y explorar nuevas posibilidades. La inspiración, dicen, puede estar en cualquier lugar tan inesperado como podría ser la laguna gélida y salina de Arequipa.

“Desde que comenzamos nos concentramos en innovar, en trabajar y generar mucha identidad. Nuestra intención de cara al futuro no es crecer en espacio, sino en equipo y conocimiento”, asegura Alonso. Ello, para enfrentar con inteligencia los desafíos que imponen el cambio climático e incluso el acontecer sociopolítico del país. Pero, ante todo, para dar visibilidad a la diversidad nacional más allá de las fronteras.

“El público fue muy caluroso… hubo muchos aplausos después de mi aria y al final”, dice Iván Ayón-Rivas cuando nos contactamos con él, tan solo un día después de su debut en la Ópera Estatal de Viena, en donde coprotagonizó Eugenio Oneguin, de Chaikovski.

Esa fue la primera vez que el nacido en Piura se presentó en aquel escenario, considerado entre los más importantes para la lírica en Europa. Aún así, permanece inmutable al

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