La bella durmiente ilustrado

Page 1



\ /

W

' m E = "'

n un lejano y_pequeno pais I habia una reina que estabai

esperandoun hijo. Y "996 el dia tan esperadg: ia reina dio

a iuz una hermosa nina. Pero tan 3 bellaque ei rey, contentIsimo, decidié celebrar una fiesta a la que invité a todos los dignatarios del reino. La reina, por su parte, invité a todas Ias hadas para que se mostrasen generosas en sus dones con la princesita. Pero ocurrié que, por un descuido del jefe de ceremonias, sélo se invité I a doce hadas, dejando a la més mala

i

sininvitar.

Se iniciaron Ias fiestas y se celebré un gran banquete. A los postres, cada hada

concedié

un don

a la recién

nacida. Una le otorgé el don de la virtud; otra la de la belieza; Ia tercera, Ia simpatia... y asi sucesivamente todas hicieron felices augurios, hasta iiegar a la que hacia Ia mimero once. A


Se escuché en J

griterio en la entrada a la gran sala y 1 el hada decimotercera, que no habia

sido invitada por descuido, comparecié ante todos, arrollando

a los sol-

dados que trataban de interceptarle el paso. Y, situéndose en el centro, aquella hada maligna hizo su profecua:

Ia princesa cumpla los Cuando quince ar'wos,se pincharé con un huso

K3}

.m


muerta. y caera

w

.

W

k..

W

a,

iTodosquedaron horrorizados ante

aquel vaticinio!

La reina se levantc) y suplicé al hada, pero ésta, soltando una 3er

mon-- . abandoné elpalacio .Ecarcajada, , tada en un nube de la que llovian f chispas de fuego. En palacio se hizo un dramatico el hada decisilencio. Entonces,

que no habia tenido

Imosegunda,

tiempo de otorgar su don a la princes sa, intervino diciendo: No puedo anular tan fatal senten-

cia. Sin embargo, puedo evitar lo'meL I

mediable. La princesa, si llega a pini charse con el huso, no morira, sino y que permanecera profundamente " dormida durante cien arms. 5 Naturalmente, Ias fiestas se sus-

Ipendieron en medio de la general

depremedida come tristeza.Luego, caucién, el rey ordené destruirtodos 3»

w_

w~~l

.4

6

~

WV My-

~

-

# 7w.29 ..


§Wa

V...

Ios husos del reino y amenazĂŠ con severas penas a quien no le obede- ' ciera. i

De aquel modo, fue transcurriendo I

seconvirtiĂŠ tiempo y laprincesita , %el : en de %: una hermosamuchacha,

lehacon las virtudes y acuerdo que i: bian otorgado las hadas. Pero a medida que se iba acercando a las I


quince ar'wos,Ia inquietud crecia en el , rey y la reina. altas del palacio. Y quiso subir a la torre para contemplar el paisaje desde alli. Fue

, entonces

cuando

descubrié

una pequeha puerta en la que nunca h habia reparado hasta entonces. La curiosidad la dominé, Ia abrié y se encontré en una pequeha habitacién ,

donde habIa una anciana hilando. Buenos princesa.

dias, abuelita salud6 Ia ¢Cémo esta usted aqui

tan sola?

{I * '

Ia antigua camarera de la Soy reina. retirada del trabajo por mi .

avanzada edad. Tengo que esconderme para hilar, porque esta prohibido.

Es mi (mica distraccién el hacer ropa para mis nietos. ~iQué divertido! Nunca vi nada

igual... LPor qué no me enseflas?

j


..;.....;,\

A

-

2.

;,.;--...

r.

.

.I

-

:

La anciana era muy desmemoriada y no recordaba el maleficio. Y como no podla negarse al deseo de la prin,cesa, accedic). Asi, Ia hermosa criatura tomĂŠ el huso y se pinchĂŠ.

!Oh, me he hecho sangre! -fue Io Unico que pudo decir. i CayĂŠ al suelo y la anciana apenas si ,

tuvo tiempo de colocarla sobre una 9

e


cama,porqueel suéhode la princesa 3

la lnvadié a ella también y a todos los habitantes del palacio. Toda la vida cesé como por ensalmo. El cocinero, que iba a tirar de Ias orejas a uno de los pinches, se quedé quieto como una estatua. El fuego también dejé de arder: las llamas se ' quedaron erguidas e inméviles. Se . calmé el viento y los péjaros quedaron dormidos en los arboles, . otros se quedaron suspendidos aire.

También

se

pero en el .

inmovilizaron

Ias

plantas y las flores, salvo las enredaderas y los espinos, que siguieron . ' creciendo y en poco tiempo rodearon completamente el palacio, ocultando ; hasta el pendén real que ondeaba en _ la torre mas alta.

Y como era un reino pequer'lo, pron1'to no quedé de él nada mas que el recuerdo, o mejordlcho, la leyenda, la t

cual hablaba de una hermosa prince: ., A»

2

.

-MM


sa a la que llamaban la Bella Durmiente del bosque. De vez en cuando, principes y caballeros se acercaban ante aquel in- g

menso muro de vegetacién, pero ninguno Iogré descubrirel paso queconducia al interior. Es mas, muchos murieron

en el intento.

Y siguieron pasando los afios con lo que hasta Ia Ieyenda Ilegé casi a .

olvidarse.

r

Asi las cosas, una tarde acerté pa-

porEEWF' hijodelreyde unIejanq ':__§ar }

......


pals, a quien un campesino le expli06 la leyenda de la Bella durmiente. Era un joven apuesto, inteligente y valeroso. Se contaba de él que ha bla afrontado a una partida de feroces bandolerosy luego, en Iaguerra, g libré denodados combates, saliendo siempre airoso. Y al conocer la historia de la princesa dormida pensé inmediatameni te en iradespertarla. Sin perder ni un aVanzé hasta el muro ve-

l momento,

*

getal y lo rodeé, buscando un posible acceso.

Fue

entonces

,.

cuando

aparecié ante él un venerable ancia no, qulen le dijo: Mira de ti, joven. adelante

;

Adéntrate un par de metrosen la espesura

y luego vuelve para que 1_

hablemos.

l

esto que puedes ayu-

-(;Slgnifica darme?

-Poslblemente. w

133

Pero antes haz lo .k

'

,(

'

',l

A


que te he dicho.

Obedecic) el valiente principe y se estremecié al contemplar tres esque-

letos aprisionados entre las enredaderas y los gruesos espinos.

Comprendiendo cuél era Ia intencién delviejo, alpedirle que penetrase en la espesura, retrocedié. tu ayuda consiste en g,Acaso

aconsejarme que no lo intente? -pregunté el principe. 13


.

-Ciertamente. Nadie consiguié nunca atravesar ese muro de vegetal cién. g. '* !Pues lo resueldeclar6 haré! % yo tamente el joven-. No temo a nada ni . a nadie... iEncontraré a la princesa! E La

audacia es un privilegio de los

a jévenes.PerotambiéndelainsensaE l

tez. Cada uno es Iibe de elegir la soga

con la cual ahorcarse. 4 E E No a retroceder. _estoydispuesto

Pero si no vuelvo, reza por mi. lgnoraba el joven principe que la Divina Providencia estaba de su parte porque mientras hablaba con el . anciano se acababan de cumplir Ios E cien anos proletizados por el hada E

mala.

IY cuél no seria la sorpresa del E

joven al ver que los espinosy las E enredaderasseapartabana supaso!'E Sin la menordificuitad llegé hasta el

Alli vié caballos,pe patioprincipal. E: "' a

M!

4;:

W

WW

a?


\

rros de caza, cria'dos y hasta palomas, completamente inméviles, como sumidos en un profundo suefio. "gQué significa todo ,esto?", se pregunté. Acaricié a un caballo y retiré la mano llena ~de polvo. Y, sin embargo, el animal estaba vivo, porque se escuchaba, muy tenue, su respiracién.

Sobreponiéndose al temor, penetré en el interior del palacio. Quedé maravillado ante todo lo que vio: hallé sol15


-__-

dados, cortesanos, embajadores... iy todos en las mismas posturas en que , fueron sorprendidos por el misterioso -sueio! . Recorrié

habitaciones

y pasadizos

durante algIJn tiempo hasta encontrar Ia una criatura tan bella que fue inca- I paz de apartar de su rostro la mirada. i inclino la sin se Y, y poderse contener, besé en la frente.

En aquel mismo instante, la princesa abrié sus bellos ojos y miré timida

. mente

a su libertador.

._.__ ,~....

iQué preciosa, eres, Bella Durmiente! dijo el principe, arrobado. [Daria mi reino por casarme contigo! _ La princesa, ruborizada, sélo acer-

I me ha ocurrido? No recuer¢',Qué donada...iAh,siimiré enderredor 25: té a decir:

j

as»?

Entré en esta estancia,

habia una II

anciana y me pinché. I IPero la anciana también se estaba I

_3~¢kJ

16

-5!»


W A _

MEL. "Wm. AJn-m ,wwwuw incorporando del suelo en aquel ins-

tante.

El palacio estaba recobrando ya

su perdida actividad.

Los caballos

4

%

a relinchary Iosgallosa L empezaron emitir sus quiquiriquies. Los pĂŠjaros reanudaban su vuelo y Ias enreda

deras y espinos a retroceder, volviendo a dejar libre el castillo. cuando todo volviĂŠ

Naturalmente, M

,k?

an,

v '


Wm

, a su estado normal, el principe y la princesa se casaron, entre el regocijo general, y volvié a reinar la animacién y la felicidad en el pequeno reino que

1 prontovolvioa serconocidode me-

vo. .-u...»..n-un-,nu.u.p.~p-.--«-\m-.-uwrm

. . . . .1...



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.