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En este conflicto el comercio siempre resulta vencedor. (…)
Durante la cultura de la rapiña, el trabajo viene a ser asociado, en los hábitos mentales de la gente, con la debilidad y la sujeción a un amo. Es, por lo tanto, un estigma de inferioridad (…) Cap. XII: Comparece el cobrador (…) Cuando la gente no tiene trabajo, la sociedad no echa de menos los bienes que no llegan a ser producidos. La pérdida, en éste caso, es marginal. Pero la gente que no tiene trabajo si echa de menos los ingresos que ya no obtiene. En este caso el efecto no es marginal. (…) (Creadas las necesidades del consumidor…./Ndel AC ) …la demanda del consumidor viene así a depender cada vez más de la capacidad y de la disposición de los consumidores por incurrir en deuda. Un aumento en la deuda del consumidor se encuentra casi implícito en el proceso actual de elaboración de necesidades. (…) El proceso de persuasión para que se incurra en deuda, y la organización necesaria para llevarla a cabo, constituye parte tan importante de la producción moderna como la elaboración de los bienes y la creación de necesidades. (…)” b.- ” Tiempos Modernos” “Tiempos modernos” (“Modern Times”) es un largometraje (1936, aunque refleja “La Gran Depresión” -1929-30-, muestra el impacto de las revoluciones industriales sobre los trabajadores) Escrito, dirigido y actuado por Charles Chaplin. Tambien intervienen Paulette Goddard, Henry Bergman, Stanley Sandford y Chester Conklin.
En torno a Chaplin (128b): Jorge Gaitán Durán (128a) (Revista Mito No. 4/1955 261 A
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(…) advertimos que la intención profunda de Chaplin no puede ser — digámoslo así— sino social. “Los Tiempos Modernos” es por ello, desde cierto punto de vista, su obra más representativa, y también en consecuencia la más generosa, noble y conmovedora. Por primera vez Charlot no se contentaba con desmontar minuciosamente el mecanismo de todas las ficciones sociales, sino afirmaba su fe en la vida y en el porvenir.(…) El crítico francés Georges Sadoul anota muy justamente que con “Los Tiempos Modernos” Chaplin sobrepasa el patetismo individual, que había sido su característica desde „El Pillete” y se alza hasta los grandes temas del mundo contemporáneo. Ciertamente su crítica no deja de ser feroz; pero va dirigida exclusivamente contra todos los conformismos: el moral, el religioso, el social, el económico. Implacablemente el hombrecillo aplica su bisturí a las grandes palabras, a las instituciones venerables, a las autoridades omnipotentes.Una y otra vez defensor de la dignidad humana, Charlot se rebela contra el policía, el “flic”, o el “chulavita” o el “pájaro”, que representa en lo inmediato la coacción del Estado. Así como en la primera escena de „Luces de la Ciudad” (la inauguración de la estatua del prócer), denunciaba la comedia de “las buenas conciencias” burguesas, en “Los Tiempos Modernos” da la mano a su antiguo compañero de trabajo que el hambre había transformado en ladrón, o muestra a la dama bien vestida, satisfecha, imagen de nuestra sociedad, que se indigna porque una huérfana, sin techo ni pan, ha hurtado un mendrugo. Pero en esta película Chaplin propone una solución. No sólo el optimismo y el gesto con que hace sonreír a Paulette Godard en la admirable secuencia final, sino también la solidaridad humana de la huelga. .“Los Tiempos Modernos” no es, como algunos han creído, un ataque contra el maquinismo (Chaplin es plenamente consciente de la historia), sino contra lo inhumano del maquinismo, contra las “cadencias infernales”, contra la implacable norma del provecho. Su locura del principio implica el absurdo de un trabajo bestial; pero luego, a través del amor, la solidaridad y la ternura recobra y asume la dignidad. (…)” 261 B