Un joven escritor que le apuesta a la poesía

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Pasiones secretas

Camaleón Albino

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Juan Manuel Rodríguez Dinediciones A Germán Vilca, un actor desempleado, la fuerza del destino lo empujará a realizar labores de limpieza en el museo antropológico. En un altillo aledaño a la biblioteca tendrá su morada clandestina y permanente. Convence a su novia, Damaris, de mudarse a vivir con él en su insólita guarida y le enseña a burlar las cámaras de seguridad. Pero un incendio fortuito torcerá el sendero de su vida. Entre tanto, el periodista Guilmond investiga un caso de tráfico de drogas que salpica a encumbrados políticos del país y en la pesquisa atraviesa su camino el fugitivo acusado de incendiar el museo, Germán Vilca. La relación de estos dos personajes está cimentada en un andamiaje telúrico que rebasa las fronteras de la moral.

Las horas distantes

Kate Morton Suma de Letras Una carta extraviada durante más de medio siglo en un oscuro desván de una casa de Londres es el punto de origen de una historia de personajes misteriosos y enigmáticos que confluyen en una cautivadora, hermosa y vibrante trama que tiene fundamentos en la novela clásica victoriana.

Rocío Madriñán Dinediciones Es un título más de la saga Sara y el dragón (2003), El cadáver prometido (2006) y La conexión argentina (2009), todas protagonizadas por el agente Sánchez Montalvo, con los que la autora Rocío Madriñán ha incursionado con éxito en la novela negra. Madriñán maneja con solvencia la maquinaria del género policial: preguntas, diálogos directos, suspenso, finales inesperados; la lucha entre el bien y el mal, el detective como agente dramático. La obra dibuja claramente el universo de Quito y, a través de esta atmósfera, recrea un mundo asfixiante, encerrado en una espiral de miedo, violencia, corrupción e inseguridad.

La imaginación cuenta… Los grandes males de nuestro tiempo se mimetizan en historias como Camaleón albino, de Juan Manuel Rodríguez, y Pasiones secretas, novela negra de Rocío Madriñán. Otros títulos reflejan la pasión de escribir: una dosis de optimismo y energía positiva en un libro de autoayuda, una novela de misterio y dos más para entender el amor y el desamor a través de la singular visión de Marcela Serrano.

El albergue de las mujeres tristes Para que no me olvides

Marcela Serrano Punto de Lectura Una de las novelas más intensas de la exitosa escritora chilena, quien desgrana con certera decisión los sentimientos y las distintas maneras de enfrentar la vida de las mujeres que desfilan por estas páginas, cuya contundencia, frescura e ironía consiguen que el lector se reconozca, asombrado y sonriente, en esta cálida historia de encuentros y desencuentros.

Marcela Serrano Punto de Lectura Una radiografía del amor y el desamor. Ambivalentes, reprimidos sexualmente, vacilantes en el compromiso amoroso, los hombres sienten miedo frente a la autonomía que las mujeres han ganado. Mientras tanto, en ellas crece la insatisfacción, el mal femenino de este fin de siglo.

Vivir para volar

Isha Aguilar Fontanar “Despliega tus alas para alcanzar el amor”, señala la autora en este libro de autoayuda que propone un cambio de actitud y de conducta ante el asedio de la tecnología, la violencia y la desintegración espiritual. Se trata de transformar las actitudes negativas en positivas, trabajar en la autoestima y buscar la armonía y la paz.


Un joven escritor FOTO: ©WILLIAM CASTELLANOS/12

que le apuesta a la poesía

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u compañero de banca en el colegio Intisana fue su primer editor. Garcés le entregaba a él los poemas para que, luego de una exhaustiva revisión, se los devolviera con las respectivas correcciones. Este ejercicio tan silente como íntimo le valió su primera participación en un concurso intercolegial de poesía que tuvo alcance nacional y que fue organizado por el colegio La Dolorosa. “Se me acercó mi profesor de literatura y me dijo que si quería escribir un poema para participar. Lo hizo basado en que me iba bien en esa materia”. El maestro no contaba con que José Luis tenía ya en su haber una larga lista de obras que solamente conocían su círculo de amigos y su vecino de pupitre. Quedó en primer lugar en el concurso. Coincidencia o casualidad, el poema que le valió el premio se llamaba “Amigos” y trae consigo un hecho que cambió la hasta entonces anónima presencia de José Luis en la escena literaria de su colegio. Al respecto recuerda: “Al lunes siguiente de haber ganado el concurso me hicieron declamar el poema frente a todo el colegio. Fue difícil, pero me ayudó mucho. Después de ese episodio, me

Desde las épocas del colegio, José Luis Garcés cultivó la afición que lo ha llevado a destacarse como poeta y a lanzar su primer poemario. Por Fátima Cárdenas

transformé en el ‘poeta’ del colegio y cuando había un evento literario me enviaban a mí como representante”. Escribió hasta los 20 años, cuando enfrentó una temporada desértica en su trabajo creativo. Dejó de escribir durante cerca de dos años y medio. Esto le sirvió para modificar la actitud emocional, que a la vez que se había vuelto su motor creativo, lo estaba llevando a someterse a la tristeza de forma compulsiva. Era tiempo de parar, de ocuparse en otros campos. Escogió Argentina para su nueva ruta. Estudió una maestría en comunicación política, el eje de su actual trabajo como director de One for One, una agencia de comunicación y relaciones públicas. Luego de ese trance, a los 24 años, retomó su trabajo literario. Confiesa que aquel lapso significó una renovación de ideas, de sentirse aún más a gusto con su poesía.

En manos del público

En 2011 la posibilidad de participar en un nuevo concurso lo entusiasmó y le planteó el reto de concretar una idea que lo rondaba: la publicación de su primer libro. “El certamen se llamaba Paralelo Cero y había que enviar

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versos inéditos. Si ganabas, te publicaban la obra”. Pero pasaron los meses y nunca supo los resultados. José Luis decidió entonces tocar a la puerta de Andrés Cadena, de la editorial La Caracola, a quien le entregó sus manuscritos y al poco tiempo los recibió de vuelta con una respuesta prometedora. Se podía publicar un poemario corto con algunas obras que había propuesto Garcés. “Entregué casi 50 poemas y cuando Andrés Cadena me los dio de vuelta me dijo que había algunos que estaban tachados con verde y otros que no estaban tachados. Los primeros se podían corregir. Comencé a pasar las hojas y me di cuenta de que iba en la décima y no había correcciones. Me comenzó a entrar la angustia, porque es duro enfrentarse a esto, es como si te criticaran un hijo”. Con el título Instantáneas, Garcés lanzó el 31 de mayo pasado su primer poemario. La obra contiene 23 poemas y ocho ilustraciones que, junto con la portada, fueron diseñadas por el artista plástico Washington Mosquera, a quien le une una amistad que inició en su época universitaria. “Fui a su taller a hacerle un reportaje. Hubo química y conversamos largas horas. Cuando leyó mis manuscritos me dijo que el día que sacara mi primer libro, él lo quería ilustrar”. Y así fue. Ocho de las frases de Instantáneas fueron llevadas al lenguaje pictórico por Mosquera. Sobre las referencias literarias que guiaron sus primeras incursiones poéticas menciona a Bécquer, Nervo, Baudelaire y los exponentes del romanticismo europeo. Pero cuando habla de un encuentro real, Benedetti es su única respuesta: “Encuentro que la poesía de Benedetti es cotidiana y llena de contenido. Aunque no comparto su ideología política, me identifico mucho con su forma de aproximarse a la muerte, el amor, a la vida y la añoranza”. ¿Cuáles son los planes futuros de este joven poeta? Según comenta, la publicación de su primer poemario le dejó varias enseñanzas, entre ellas, la necesidad de pulir su poesía para encontrarle otro ritmo y no caer en la repetición. =

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