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Alfarería y cestería: la artesanía más tradicional en las Islas Canarias

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DECO Piscinas

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FMHOY - Fuerteventura

Canarias es tradición. Una tierra que mantiene las costumbres y respeta la cultura ancestral, protegiéndola y conservándola de generación en generación. La alfarería y la cestería son un claro ejemplo de oficios ancestrales que hoy en día se mantienen. Evolución y adaptación, pero sin perder su sello de origen. Hace dos mil años que los aborígenes ya creaban piezas de barro y la cestería es un oficio que sigue vigente gracias a la palmera canaria. Los oficios ancestrales de Canarias son uno de sus más preciados baluartes y un reclamo cultural para el turismo.

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La palmera omnipresente

En todas partes encontramos muestras de palmera canaria. En los cestos y sombreros, en los botelleros y escobas de los hogares, en los bolsos, en las lámparas…

La cestería no muere, lleva con los canarios casi desde sus orígenes y no tiene visos de extinguirse mientras existan familias que lo sigan transmitiendo a las nuevas generaciones.

Hay un elemento que juega un rol crucial en esta historia. Hablamos del pírgano: vástago que une la rama al tronco de la palmera. De ahí emergen los palmitos para crear, por ejemplo, empleitas, es decir, moldes para elaborar el queso. Con el pírgano también se fabrican escobas y, como no, cestería. Para trabajar las hojas, estas deben ser flexibles y de color verde.

Un trabajo 100% manual y que requiere de maña y paciencia a partes iguales. Primero se deja secar el pírgano y luego se arrancan los palmitos. Además, para que el trenzado sea más sencillo se humedecen los pírganos.

Artículos elaborados con la palma Como decíamos, no hay rincón libre de palmas. En sus orígenes, se creaban artilugios de cestería para facilitar las tareas de trasporte de comida u objetos. Con el paso de los años, la moda y la decoración han entrado de lleno en este terreno y se han adueñado de esta materia tan canaria para crear espejos, alfombras, macetas, bolsos, o sombreros; un complemento, con mucho sello, elaborado por las sombrereras artesanas de la Graciosa.

Loza ancestral canaria

La alfarería es otra de las señas de identidad de estos oficios más tradicionales que tanto atraen a los turistas.

Gran Canaria es una de las islas donde la pervivencia de este oficio ha tenido más arraigo.

Las primeras noticias sobre cerámica canaria datan del S.XVI, pero su gran auge llegó con el turismo en el S.XX. Aunque cabe destacar, que los más recalcitrantes, no vieron como algo positivo este “éxito”, pues muchos artesanos acabaron abandonando la esencia ancestral por la creación en serie de suvenires.

La cerámica canaria, conocida como loza, sigue un procedimiento aborigen, sin torno, todo con las manos mediante el urdido, conocido como “técnica de los churros”. Se van levantando las paredes con cilindros de barro y la cocción se realiza mediante la técnica de “guisado”, al aire y sin horno. Usos culinarios y decorativos de la loza Al igual que sucede en la cestería, los usos de estos objetos tienen mucho que ver con la funcionalidad en el hogar y ahora también con la decoración. Algunos en desuso como el tofio, para recoger la leche ordeñada o los porrones y bernegales para el agua. También los platos, sahumadores, macetas o figuritas de todo tipo.

Practicidad o uso decorativo, la cerámica y la cestería están presentes en las Islas Canarias desde tiempos pretéritos. El mantenimiento de estas tradiciones y el interés que siguen suscitando entre los foráneos, auguran su pervivencia y conocimiento.

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