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Lizeth Camila Mallorquín
Lizeth Camila Mayorquín
¿Cuál es la relación entre la realidad del país y la creación escénica?
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“El teatro es un espejo crítico muy fuerte”
Los escenarios crean mundos para escapar de la realidad o realizar una crítica del mismo, en Colombia es clara la importancia de las artes como un mecanismo de resistencia y reflexión de la realidad. El proceso de creación escénica desde los teatros representa todo un reto, en condiciones normales –antes de la pandemia–los artistas en el país se dedicaban a múltiples actividades para poder subsistir, sin embargo, los teatros sólo sobreviven de la realización de actividades artísticas. Es preocupante la situación aún más después de los efectos de la pandemia en el país, ya que las salas tuvieron que cerrar, los artistas entraron en un declive económico y, lo más importante, se suprimió la poca posibilidad de llevar a cabo críticas sociales en vivo y en directo, si bien, las herramientas tecnológicas se convierten en un mecanismo que facilita el acceso del arte a múltiples partes del mundo, se olvida el papel de las relaciones sociales y la importancia que conlleva para el desarrollo social y cultural de una comunidad.
∙ ¿Cómo se expresa la historia personal en la creación escénica?
La historia personal de cada artista se refleja en el proceso de creación escénica, pues en los mecanismos aplicados para el desarrollo de la puesta en escena este surge de un proceso técnico y sobre todo personal. Por otro lado, el proceso de escoger las obras de arte a presentar implica claramente los intereses del artista, la crítica, el pensamiento e incluso en algunos casos la ideología de este, después de todo el proceso de creación artística expresa una intención y esta es dada por lo general por los artistas que deciden trabajar en la obra. Es por esto que en los teatros se encuentra un espejo de múltiples realidades que hacen posible la creación
escénica desde diferentes perspectivas que nutren la puesta en escena, llegan directamente a generar tensiones y emociones a los espectadores.
Estas últimas semanas han sido sumamente importantes para mi desarrollo personal y artístico. Ser narradora oral desde hace algunos años me ha traído muchas cosas buenas, cosas que no esperaba; ser una de las beneficiarias de este estímulo me ha hecho pensar sobre mi proceso en la cuentería, retornar a las primeras funciones y darme cuenta de mi crecimiento artístico; en algunos días debo admitir que en ocasiones siento que no debí quedar, pues siento que la presión que genera hacer un trabajo excelente es amplia, sin embargo, sé que lo merezco pues soy alguien dedicada, que siempre he estado abierta a la posibilidad de aprender de la mano de grandes maestros y maestras de la cuentería en el país. Trabajar de la mano de Carolina Rueda ha sido un gran honor para mí, que ella vea mi trabajo y me dé consejos para mejorar mi puesta en escena es un momento que me llena de alegría, algo de nerviosismo y sobre todo de orgullo. Tener próximamente el ensayo con Hanna Cuenca, una gran cuentera representante de nuestra ciudad, es un gran placer para mí, conocerla en persona fue sumamente especial, por ello, estoy ansiosa de ensayar con ella y recibir abiertamente todos sus consejos.
En cuanto al video y en relación con mi experiencia como narradora ha sido una experiencia sumamente reflexiva para mí, pues me ha hecho pensar en cómo llevo a cabo mi creación escénica, qué cuentos seleccionar, qué valor le doy a los cuentos como crítica a la realidad y sobre todo que clase de cuentos quiero llevar al mundo. Este inicio del video donde expone sus primeras obras de teatro me pone en retrospectiva sobre los primeros cuentos que llevé a escena, sobre las sensaciones, emociones y puntos claves que tomé para escogerlos, y así denominarlos “mis hijos” como suelo decirles cariñosamente a cada uno de ellos, pues desde que conté mi primera historia en la universidad me di cuenta de que no quería dejar de hacerlo nunca, que la cuentería es un arte donde puedo ser yo misma, donde puedo expresarme y sentirme bien. Me gusta pensar que con el pasar de los años contar cuentos se ha convertido en mi terapia, es por esto que la creación, adaptación, talleres, ensayos, esfuerzos, emociones, sensaciones, actividades y dedicación en este montaje que ha sido el más grande e importante para mí desde que empecé a contar historias ha sido sin duda el más gratificante pues espero cada día dar lo mejor y contribuir a la creación de historias de mi amada ciudad, Bogotá.