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Castigo, Elecciones, Cuaresma
CASTIGO, ELECCIONES, CUARESMA
Castigo
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El sargento segundo Dolores Chávez cometió un homicidio y, en condiciones que ignoramos, fue absuelto por los tribunales del fuero común. El Presidente de la República, considerando que el sargento fue realmente culpable del homicidio, lo dio de baja en el Ejército Nacional por considerarlo indigno de pertenecer a ese cuerpo. Muy bien, si la sentencia absolutoria fue muy bien, en todo caso, desde el punto de vista de procurar el enaltecimiento de la disciplina y de la moral en el Ejército.
Pero vive en libertad y, según entendemos, incorporado al servicio activo del Ejército, llamado y protegido por su amigo el comandante de la zona del Pacífico, un señor Pérez Gallardo, que tiene el grado de general y que está formalmente acusado de varios crímenes no sólo proditorio, sino cometidos desde el Poder, con abominable perversión de la autoridad, utilizando hombres a sus órdenes a quienes rebaja a calidad de fieras bestias, como instrumento material de sus crímenes.
* Revista La Nación. Año I No. 24, 28 de marzo de 1942. Pág. 3. Firmado como Manuel Castillo.
1942
Para que no pierda todo valor de justicia el que podría ser justo y ejemplar castigo aplicado al menos culpable y al menos responsable sargento, es menester que desde luego, el general sea juzgado por los Tribunales competentes.
Elecciones
Ha empezado a correr, sin precisar su origen, la versión de que, dadas las extraordinarias circunstancias actuales, probablemente no se verifican el año próximo las elecciones para miembros del Congreso de la Unión. Son en efecto, extraordinarias y muy grave las circunstancias actuales; pero ni es constitucionalmente posible suspender esas elecciones ni, en el supuesto de que realmente haya la decisión resuelta de garantizar positivamente la expresión y El respeto del sufragio popular, podrían tales lecciones constituir un mal o un perjuicio para el país. Si las elecciones han de ser una simple simulación, si no va a hacerse esfuerzo serio y sustancial alguno para mejorar el régimen legal a que las elecciones están sujetas; si no va a cumplirse la promesa tantas veces reiterada de establecer en la Ley y en la práctica un sistema adecuado de garantías que hagan posible y útil el voto; sí se ha de repetir el tenebroso proceso de tomar las elecciones como una simple comedia costosa, alarmante, indigna, tras de la cual se oculte la designación de los diputados como simple resultado de pugna y componendas íntimas entre los políticos de la maquinaria oficial; si en suma, no ha de ser el año próximo una ocasión cierta –que sería preciosa– de crear una auténtica participación ciudadana en el Estado, en un esfuerzo sincero, generoso, decidido como lo exige la situación actual preñada de peligros, más vale, en efecto, que no haya elecciones –simulación de elecciones–, y que el gobierno se enfrente abierta irresponsablemente con el problema constitucional y político relativo.
Cuaresma
“Flores de la eclesiástica unión de la cuaresma”. Y en toda la República, el pueblo –totalmente desfanatizar o después de largos años de persecución y de
MÉXICO EN LA OPINIÓN DE MANUEL GÓMEZ MORIN 1940 - 1945. ARTÍCULOS
campaña antireligiosa– Acude en muchedumbres que no alcanzan a contener los templos, a renovar las fuerzas de su fortaleza para seguir en la dura tarea personal de salvación. Ese es México, el México verdadero. No el de los desfiles de respaldo ni al que dicen representar los componentes del México oficial. Ese es el México auténtico. Y no habrá empresa real, ni económica, ni social, ni política, que pueda hacer eficaz, tener arraigo, cobrar ímpetu para la salvación de la Patria, mientras subsista la división abismal que hasta hoy ha existido entre la Nación auténtica y sus simulaciones oficiales, entre las convicciones esenciales de los mexicanos y las formas de la vida pública, entre el hombre que trabaja, que ama, que ora y que por todos ellos se realiza y se salva, y el ciudadano que deserta de su deber.
Nuestra como hombres y como Nación ha estado y está rota. La escisión profunda impide que el torrente vital de las convicciones fundamentales, de las virtudes básicas que han hecho y hacen posible el trabajo, el amor, la paz, el voluntario sacrificio en que los que se asientan firmemente la conducta privada, la familia, el esfuerzo constructor que ha sostenido a México a pesar de todos los factores de su vida pública, penetre, limpie y fortalezca la conducta ciudadana y el gobierno y las instituciones oficiales, que son la expresión jurídica de la Nación.
He ahí el gran empeño, empresa fundamental: acaba no ya con las divisiones externas –a menudo enriquecedoras y además inevitables–, sino con la ruptura íntima que hace de México dos fuerzas siempre opuestas, y que de cada uno de nosotros, de cada uno de los mexicanos, especialmente de los más responsables por más capacitados, hace dos figuras de hombres, desgarradoramente contradictorias y en constante pugna mortal.