LA PESCA EN LA FACHADA ATLÁNTICA Y ESEQUIBA DE VENEZUELA

Juan Nicolás Alvarado – CoRedactor del Proyecto de Reforma - 20 de Enero de 2021

La Fachada Atlántica y Esequiba se encuentra situada en la Zona Económica Exclusiva (ZEE), al este de Venezuela y es un punto de encuentro de los dos Grandes Ecosistemas Marinos (GEM) de la América tropical oriental, el Gran Ecosistema Marino del Caribe y el Gran Ecosistema Marino de la Plataforma Continental del Norte de Brasil (PNUD/FMAM, 2021); que cuentan con una extensión total de 4.4millones de km 2 , bordada por más de 26 Estados y territorios, que sustentan de manera significativa la seguridad alimentaria, el desarrollo socio económico de la región así como, es clave para muchos de los importantes procesos ecológicos regionales y globales. La zona de la Fachada Atlántica venezolana también está vinculada a la Ecorregión Delta del Orinoco y la Fachada Atlántica (Klein, 2008); la cual se encuentra constituida por más de 42.500 km 2 , de alta biodiversidad, vientre ecológico productor de recursos pesqueros y asentamiento socio cultural indígena de las etnias warao que ejercen soberanía en las fronteras orientales de nuestro país.

Los Grandes Ecosistemas Marinos (GEM) son regiones relativamente vastas (de 200 000 km 2 o más) de los océanos, las que se caracterizan por su batimetría, hidrografía, productividad y poblaciones tróficamente dependientes particulares (FAO, 2021).

Figura 1.- Grandes Ecosistemas Marinos (GEM) que involucra la Fachada Atlántica Esequiba (PNUD/FMAM, 2021)

En gran medida, tanto los recursos marinos como los problemas que los afectan son compartidos por muchos de los territorios que conforman estas áreas; siendo estos: la “Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada” (Pesca INDNR), la pesquería no sostenible, los recursos no explotados y/o compartidos, la degradación del hábitat marino y el cambio climático, entre otros. Al mismo tiempo, existe un alto nivel de variabilidad en los logros de la región con respecto a la gobernanza del océano y a las capacidades de gestión de los recursos marinos de cada Nación.

Por otra parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a través de la Comisión de Pesca para el Atlántico Centro Occidental (COPACO), ha implementado estudios sobre poblaciones compartidas de las pesquerías de camarones y peces defondo de la plataforma Guayanas-Brasil (FAO. 2013) con la participación de 5 de 6 países que tienen derechos y hacen presencia pesquera en la región de la plataforma de las Guayanas. El estudio del caso, se llevó a cabo en el marco de una iniciativa financiada por la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo para el Medio Ambiente Global (FMAM) en un proyecto que engloba el Gran Ecosistema Marino del Caribe y de la Plataforma Continental del Norte de Brasil (Proyecto CLME+) y que tiene como objetivo ayudar a los países de la región (Guyana, Trinidad Tobago, Surinam, Guayana Francesa, Brasil y Venezuela) a mejorar la gestión de sus recursos marinos vivos compartidos; la mayoría de los cuales se consideran plenamente explotados, no obstante existen recursos pesqueros pelágicos y de fondo al final de la plataforma continental y en el talud. El diagnostico transfronterizo identifico 3 problemas prioritarios, los cuales tienen que ver con: explotación insostenible de peces y otros recursos vivos, la Pesca Ilegal No Declarada y No Reglamentada (Pesca INDNR) y la degradación/modificación del hábitat. El propósito del caso de estudio fue evaluar la situación de las poblaciones compartidas de las pesquerías de camarones y peces de fondo; el otro objetivo estimado fue incorporar el enfoque ecosistémico en la ordenación pesquera regional.

Cabe señalar, que este enfoque ecosistémico para Venezuela esta sugerido como política a implementar en la reforma propuesta al vigente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Pesca y Acuicultura (Gaceta Oficial N°6150 Extraordinaria); a los efectos de regular y monitorear las actividades productivas del sector de pesca y acuícola a nivel nacional e internacional. Atendiendo a esta consideración se desarrolló e incluyó, en la propuesta de ley, el articulo 41 sobre la pesca pelágica mecanizada (Figura 2); orientado al aprovechamiento sostenible de los recursos pesqueros en la Fachada Atlántica y Esequiba, de forma ordenada y exclusiva, y con el objetivo de desarrollarla por el importante aspecto geopolítico que representa. Esto incluiría las zonas pesqueras compartidas en los convenios bilaterales mantenidos con Trinidad y Tobago, los cuales deben ser revisados y actualizados, visto que las flotas de arrastre trinitarias faenan en la ecorregión deltana y la nuestra NO; dada la condición de Ley de estar “prohibida en todo el mar territorial y zona económica exclusiva venezolana”, lo cual recae aparentemente solo para los pescadores nacionales.

Figura 2.- Proposición para el Articulo 41 en la modificación propuesta al Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Pesca y Acuicultura del 2014

Desde la perspectiva geopolítica, esta área es un corredor marítimo de salida al Atlántico muy importante y estratégico para la Nación, dada su relevancia como vía comunicacional marítima-ribereña delnorte suramericano; por lo que es fundamental ejercer soberanía territorial sobre nuestro esequibo, con presencia y actividad de una flota pesquera acorde a las características oceanográficas de la ecorregión y de los recursos hidrobiológicos presentes. Adicional a considerar el aporte, de estos recursos vivos, a la seguridad alimentaria y el aporte nutricional a la Nación.

No obstante a pescar en nuestra Fachada Atlántica y Esequiba, su desarrollo ha sido poco considerado; dadas las condiciones especiales necesarias de organización, planificación y políticas de explotación de los recursos pesqueros a objeto de su aprovechamiento y aunado al objetivo de hacer soberanía. Para el aprovechamiento de importantes recursos demersales comerciales inexplotados se debe faenar en zonas de isobatas mayores a los 150 m de profundidad, particularmente en el final de la pendiente de la plataforma y en el talud continental (Figura 3), a las cuales nuestra flota carece de acceso; siendo esta una zona arenosa-rocosa que es hábitat principal de importantes recursos pesqueros (pargos, meros entre otros). Así mismo, el aprovechamiento de especies pelágicas y meso-pelágicas se encuentra en condición de “poco explotadas” o de “inexplotadas” en otras áreas de la ecorregión por problemas de adecuación tecnológica. En ambos casos se requiere del desarrollo técnico de nuestra flota, dado los requerimientos de equipos mecanizados, aparejos de pesca y buques (nuevos o reconvertidos) para ejercer este tipo de pesca en nuestro corredor hacia el Atlántico (Figura 4).

Figura 3.- Perfil del margen continental deltano

Figura 4.- Longitudes de los frentes costeros atlánticos de las naciones y de la zona en reclamación; así como las zonas de pesca para distintas flota de gran escala, con el reto espacial para la pesca mecanizada.

Debe señalarse que, en la zona económica exclusiva oriental que nos ocupa, la corriente ecuatorial proveniente de África juega un importante rol en el paso de peces migratorios por la fachada atlántica Venezolana. Especies como el Atún Aleta Amarilla, peces de pico y otros asociados de importancia económica fueron pescados por nuestra flota atunera de cerco, en temporadas de veda del pacifico, y esta pesca contribuyó con una producción mayor a las 10 mil toneladas por campaña, capturadas en el pasado en esa zona nacional e internacional. Se debe procurar concretar nuevamente esas producciones, a partir de políticas pesqueras favorables y de atractivos servicios que sean facilitados por nuestros puertos.

Conforme a los informes COPACO, sobre la producción pesquera de la plataforma de las Guayanas, la demanda de pescado de calidad para la exportación, de las 6 naciones que la integran, es mayor a lo que la industria puede ofrecer. Frente a este escenario, la política pesquera nacional orientada a la frontera de la región deltaica y de la fachada atlántica-esequiba debe estar fundamentada en el mejor conocimiento socio-ambiental y en las capacidades de explotación de nuestro territorio, para implementar eficazmente la soberanía y seguridad alimentaria de la Nación.

La pesca artesanal está presente en todos los países de la región que conforman el área de la plataforma de las Guayanas y coexiste, en un mismo país, sin mayores interferencias con la pesca mecanizada; a excepción de la pesca industrial de arrastre ejercida en Guyana. Las pretensiones de los estados vecinos en conjunto con las solicitudes de extensión de los límites de las plataformas continentales realizadas ante el Tribunal Internacional de las Naciones Unidas (2006-2007), sin considerar la controversia pendiente esequiba, sujeta al vigente acuerdo de Ginebra 1966, perjudica derechos inalienables venezolanos sobre sus espacios marítimo de proyección hacia el atlántico y sus recursos (Figura 5). Cabe destacar que, en la actualidad, Guyana otorga licencia de pesca a buques extranjeros para pescar en esta zona de propiedad ajena, “nuestro Esequibo” (Figura 6).

Figura 5.- Áreas y proyecciones de la disputa fronteriza entre Venezuela y Guayana, con la ubicación de los bloques petroleros más importantes (El Universal, 2015)

Figura 6.- Imagen de las dos embarcaciones de Guyana, del tipo polivalente mecanizadas con winche en popa, detenidas por un buque de la Marina venezolana (La Mañana, 2021)

La Pesca Ilegal No Declarada y No Reglamentada (Pesca INDNR) se refiere a las actividades extractivas realizadas por embarcaciones, nacionales o extranjeras, en aguas bajo jurisdicción de un Estado o en aguas oceánicas bajo jurisdicción de un Organismo Regional de Ordenación Pesquera (OROP) sin el adecuado permiso, contraviniendo leyes o reglamentos, sin proporcionar la correcta información de las capturas o sobre poblaciones con medidas de conservación. Una mala administración pesquera de áreas o poblaciones, sumada a esta actividad INDNR, le hace perder a la industria pesquera ingresos potenciales y afecta tanto a los ecosistemas como a los recursos hidrobiológicos. Esta situación se presenta en la plataforma de las Guayanas del Gran Ecosistema Marino de la Plataforma Continental del Norte de Brasil y es trasgredida por más de 200 embarcaciones de gran escala venezolanas; generando un posible riesgo legal, afectando en control y seguimiento de las actividades productivas en las ecorregiones de la plataforma y en detrimento directo a nuestra flota pesquera, por constituir estas áreas, los placeres tradicionales de otros 800 buques de gran escala venezolanos ajustados a derecho. Atendiendo estas consideraciones, la administración de los recursos pesqueros Ministerio del Poder Popular de Pesca y Acuicultura (MPPPA) conjuntamente con la cancillería venezolana deben avocarse a regular este tipo de actividades en la plataforma de las Guayanas.

En la decimocuarta sección de la COPACO, en febrero 2012 en Panamá, se discutieron las decisiones, recomendaciones y propuestas de seguimiento de las pesquería por sus miembros. A continuación se señalan algunas de ellas:

a) alentó a los miembros a mejorar y ampliar la recopilación y el análisis de información para respaldar la mejora de la conservación y la ordenación así como a aplicar ampliamente el Enfoque Ecosistémico en la Pesca (EEP) y en la Acuicultura (EEA) junto al enfoque precautorio;

b) subrayó la necesidad de que la FAO siguiera promoviendo la puesta en práctica de los Planes de Acción Internacionales (PAI). En particular, el Comité de Pesca (COFI) de la FAO reconoció las amenazas que suponían para la pesca sostenible la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada (Pesca INDNR), así como la capacidad excesiva de las flotas; y

c) destacó la necesidad de potenciar la capacidad de los países en desarrollo de impulsar sus propias pesquerías y de participar en la pesca en alta mar, incluyendo el acceso a tales pesquerías.

En conclusión, la Fachada Atlántica del estado venezolano está representada por el Delta del río Orinoco; esto constituye una realidad geográfica de múltiples incidencias que abarca los campos geopolíticos y estratégicos. En ese sentido, el estado debe actuar ineludiblemente para preservar este espacio mediante planes, programas y proyectos sociales (pequeros y acuícolas entre otros) que garanticen el aprovechamiento de los recursos naturales presentes en el área y afiancen la soberanía territorial; respaldando la proyección geoestratégica que nos genera nuestro Delta Amacuro hacia la fachada atlántica venezolana. Entre las acciones a considerar se recomiendan:

1) Apuntalar el aprovechamiento pesquero de la flota de gran escala venezolana, que faena en las Guayanas y norte de Brasil, ordenándolos y monitoreándolos bajo un Enfoque Ecosistémico instrumentado por el Ministerio del Poder Popular de Pesca y Acuicultura (MPPPA), conjuntamente con el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores (MPPRE - Cancillería);

2) Reactivar las infraestructuras necesarias para desarrollar la pesca pelágica mecanizada en las áreas del corredor de la Fachada Atlántica y Esequiba;

3) Reconvertir parte de la flota polivalente con equipos y aparejo de pesca que les permitan aprovechar los recursos de fondo que se encuentran a profundidad mayores de 150 m y en el talud continental de estas áreas; así como,

4) Reimpulsar la pesca de cerco de atún que se realizaba en la Zona Económica Exclusiva y, a partir del corredor de la Fachada Atlántica, pueda aprovechar la corriente nor-ecuatorial proveniente de África con los cardúmenes de atunes en su etapa más productiva de crecimiento y engorde.

Como corolario, a lo desarrollado en el presente articulo, cabe reflexionar que "en la sociedad de hoy, la tentación de la riqueza fácil y de los beneficios exagerados como indicadores del éxito, adicional a la influencia de una ambición sin límites, hace olvidar a algunos administradores pesqueros y acuícolas la fugacidad de nuestra existencia; no comprendiendo que un conjunto de seres humanos minoritarios, pueden causar daños irremediables por ignorancia o por indolencia a los ecosistemas pesqueros, que han tardado muchos años en alcanzar el desarrollo de biomasa y biodiversidad actual, adicional a que de su salud depende el porvenir de nuestra región y del Gran Ecosistema Marino de la Plataforma Continental del Norte de Brasil ”.

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