Marzo-Abril 2016/ Nº 26 Buenos Aires Argentina
Cub anas
Mujeres en t rab ajos no t radic ionale s
D os sier
Lohana Berkins “La revolución es ahora”
E nt re v i s ta
G e orgina Orellano “ E l t rab ajo s exual e s el ú nico tema que nos di v ide ”
E nt revis ta
Dr . Adr iá n Helien ( GA P E T )
SUMARIO 3 Editorial 4 Cubanas - Mujeres en trabajos no tradicionales 6 El cuerpo verificado 9 Mujer, Marzo y Memoria - Entrevista a Mujeres de Arte Tomar 12 Dossier: La revolución es ahora 14 Nombre Propio, Identidad Travesti, Vida Militante 17 Colectiva Lohana Berkins 18 “La identidad le pertenece a las personas” - Entrevista al Dr. Adrián Helien 22 "El trabajo sexual es el único tema que nos divide”- Entrevista a Georgina Orellano 26 Relmu Ñamku: En una voz, todas las voces 28 La Radical Gai: sobrevivientes que vuelven de la guerra 32 Nos volvimos activistas sin darnos cuenta 36 ¿Morir por amor? 38 “Anónimo, muchas veces, era una mujer” 42 “El sepulturero del gran sueño americano” 44 Lo peor de todo es la luz 47 Harta de tu acoso 48 El ojo de Bechdel 50 El mismo mar de todas las habanas 52 Papá quiero ser poeta 53 La Feliz
STAFF
Dirección: Anahí Ayelén Más Coordinación: Analía Daniela López/Valeria Tellechea/Sofía Espul/Nadia Beherens Colaboradoras/es: Ángela San Lorenzo/Daniela Dicipio/ Gabriela Guevara/ Manuela Carballo del Río/ Mónica Bermejo/ Silvia Sangregorio/Susana Salina /Camila Parodi/ Mabel Bellucci/Natacha Abril/Juan Cruz Guido/Bárbara Bilbao Colaboradoras/es Especiales: Ileana Alamilla (Guatemala),Natalia Tellechea (Nueva Zelandia) Vanessa Rivera de la Fuente (Chile) Zenaida Ferrer (Cuba) Ilustraciones: Marcos Villalva/Beto Oris/Joan Alfaro Cabrera/Natacha Abril Foto deTapa: Marcos Villalva Fotografía: Florencia Di Tullio Diseño Gráfico: OrbeDiseño Diseño WEB: Acrosoma
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Registro de marca Furias. Nº3044385 www.revistafurias.com/info@revistafurias.com
Editorial
ESCRACHAR Por Revista Furias “No quiero que ninguna mujer más padezca la tortura que padecí yo. Y sen. que ya no podía seguir callada por más miedo que tenga. No puedo seguir "presa" en mi propia facultad. Por mí, por mi futuro y por todas las chicas de Sociales que me demostraron que no estamos solas”.
Mechi Lema
“No sabía si contar mi historia, ya que, por suerte, yo no llegué a sufrir violencia sica. Pero quería hacerlo porque quiero prevenir a otras chicas, quiero que sepan que alguien te trate así no es normal, no importa si el -po es más grande, si es reconocido públicamente o si es un don nadie. Si alguna pasó por lo que pasé yo, no lo permitan, no lo jus-fiquen, no lo repriman. Yo me sen. mal miles de veces y me destruí a mí misma tratando de explicar lo que no tenía jus-ficación. Puedo asegurar que, si no fuera por mis amigos y familiares, muchas de las cosas que me hizo no las recordaría, porque realmente me esforcé en dejarlas pasar por alto.”
Julieta Petracca
Ser progre, militante, compañero, correligionario, empoderado, y demás relaciones polí<cas no nos hace escapar de los abusos de poder y de ese macho capitalista que existe oculto o visible en muchas de las organizaciones que hasta el día de hoy, no se plantean seriamente una polí<ca de inclusión, respeto e igualdad de géneros. ¿Cómo se reacciona si en el lugar de militancia hay una denuncia de abuso? ¿Qué sucede si ese joven filósofo que sale en la tv nacional es acusado de violencia? De una sola manera: se protege. En estas úl<mas semanas dos chicas decidieron hacer un escrache vía Facebook frente al silencio de quienes deberían protegerlas. Una es Mechi Lema, quien acusa a Ma=as Caccavo de la agrupación Megafón de violencia y abuso sexual, mientras que Julieta Petracca acusa al panelista del programa 678, Dante Palma, de violencia verbal y psicológica. Ante el descreimiento de muchxs, la acusación a la denunciante, el pedido de explicaciones o de una denuncia formal, se pierde de eje
la verdadera razón por las que esas personas pidieron ayuda a través de las redes sociales. Pareciera que está bien compar<r imágenes de perros perdidos, recuerdos de viaje, indignación polí<ca, gifs por demasía, pero cuando alguien decide interpelar al otrx realizando un escrache virtual se duda de su integridad y nos volvemos más civiles de policía que los policías de civil. El miedo que nos atraviesa en cada esquina. Miedo a caminar, miedo a viajar, miedo a salir, miedo a estudiar, miedo a vivir. Que nos atraviese siempre la vergüenza. Vergüenza al ves<rnos, vergüenza por hablar, vergüenza a la soledad, vergüenza a pensar, vergüenza a decir. Y por si acaso no nos atraviesa, que nos la atraviesen, pues siempre habrá una manera, una forma de depositarnos nuevamente el miedo y la vergüenza. Nunca dejará de ser nuestra culpa. Pero cuando perdemos el miedo y la vergüenza empezamos a ver otras posibilidades, y el escrache es una ellas. El escrache es una forma de actuar, desde lo simbólico y lo social, independientemente de la legalidad, ya que en ella no se agota y muchas veces, lamentablemente, no se terminan las situaciones de violencia. Hoy en las redes sociales se denuncia y es la manera en que muchos casos cobran notoriedad, aún más que si se denunciaran por los medios legales. Así que, sí al escrache, y no al policía que todxs llevamos dentro. 3
f o t o g r a f í a Fotografía. Mujeres en trabajos no tradicionales
Cubanas Por Analía Daniela López
“Aun cuando la serie está hecha en Cuba, expone un problema al que nos enfrentamos todos y en todos los países en mayor o menor medida: la segregación laboral y la discriminación por mo-vos de género. La intención es usar el arte como discurso para visibilizar y concien-zar teniendo como fin implicar a más personas en un pensamiento de cambio”.
J.C.R.
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Una vaquera, una ingeniera eléctrica, una árbitro de béisbol, una carbonera, una pescadora, una cortadora de caña, una albañil, una sepulturera, una bombera, una camionera, una ingeniera nuclear, una capitana de navío, una carpintera, son algunas de las 70 mujeres que fueron retratadas bajo el lente del español Juan Cruz Rodríguez en el proyecto que lleva por nombre “Empodera-
das, Mujeres en trabajos no tradicionales”, que <ene como obje<vo denunciar y visibilizar la segregación laboral y la poca incorporación de la mujer a este <po de trabajos. Las fotogra(as debían exponerse en Cuba en agosto del 2015 con el apoyo de la Oxfam y la Federación de Mujeres Cubanas, pero por cambios en las direc<vas de dichas ins<tuciones el proyecto no se expuso. Lamentablemente las mujeres fotografiadas no han visto la obra en su totalidad y para Juan Cruz es una de sus deudas: “Hacer visible sus historias y que ellas vean la suya y la de las demás”.
La obra es un tributo a tu madre, ¿qué representa ella para vos? Soy hijo de madre soltera, guerrera y mul<facé<ca que se ha reinventado muchas
veces por las necesidades. Viajó a Cuba a intentar rehacer la familia con mi padre que se había ido 2 años antes. Al poco <empo se separaron y al no contar con el permiso de salida decidió quedarse. Sola en un país desconocido y con una situación económica singular y complicada trabajó con la cerámica o serigra(a. Desde niño noté que las dinámicas laborales eran muy diferentes para ella por ser mujer y más por estar en un gremio donde siempre estaba rodeada de hombres. ¿Cuál fue tu mo5vación para empezar este trabajo? Cuando estaba escogiendo mi tema de tesis en Comunicación Social no tenía ni idea de que hacer, quería hacer algo con fotogra(as mías pero nada que se pudiera relacionar
con una tesis de comunicación. Un día vi a una mujer Botera que es el nombre que reciben los taxistas privados en Cuba, por extraño que parezca es raro en Cuba ver a una mujer haciendo esto. Entonces empecé a enlazar, “¿Por qué hay tan pocas? ¿Por qué hay prejuicios hacia algo tan natural? ¿Por qué a mi madre la miran tan raro por trabajar tanto y en lo que hace? ¿Somos libres socialmente de elección? Llegué a los estudios de género, luego a los estudios demográficos y el estado de la segregación laboral de la mujer en Cuba y comprobé que los prejuicios se reflejaban en estadís<cas. Una campaña de bien público para visibilizar la situación de la poca incorporación de la mujer a puestos laborales considerados no tradicionales. Una campaña hecha a par<r de fotogra(as. Una foto de una piloto, Josefina (en Cuba de cada 400 pilotos solo una es mujer) o el caso de las bomberas que solo hay dos, o de la árbitro que es la única. Así que monté mi proyecto de campaña, lo presenté, me gradué y me fui a Nueva York. Estando ahí me di cuenta que ese proyecto tenía que sacarlo adelante así que regresé a Cuba y empujé hasta lograr los apoyos básicos y necesarios para hacerlo; luego de cinco meses lo tenía.
¿Por qué Cuba? ¿Crees que estas fotogra#as se podrían haber hecho en cualquier lugar del planeta? Crecí ahí y la siento como mi patria, mi vida y mi entorno. Creo que las fotogra(as son válidas en cualquier lugar con sus contextos lógicamente. Hace unos días me llegaba la opinión de que este tema no era novedoso
en EEUU porque ya esto estaba superado, pero por ejemplo, ¿cuánto es el porcentaje de mujeres en el Congreso? Creo que no llega al 20%, solo una mujer ha presidido la cámara de representantes ¿Por que el 97% de los taxistas en la gran manzana son hombres? Lógicamente cada país <ene situaciones diferentes, pero la segregación laboral y la discriminación por mo<vos de sexo son problemas latentes.
¿Cómo tomaban estas mujeres lo no tradicional de su trabajo? Pues lo asumían muy bien, para la mayoría no era un trabajo no tradicional, era simplemente su trabajo, el que les gustaba o el que les daba de comer. Sí sen=an que no era lo normal para los demás, que las infraestructuras no las favorecían, que tenían que demostrar ser mejores que los hombres para que las tomaran en serio o valoraran igual o que había comentarios incómodos y a veces presiones desde la familia incluso, pero son mujeres bastante libres y dispuestas a seguir su criterio.
De la serie de fotos, ¿hay una favorita? ¿Por qué? Creo que con alguna de las carboneras. Porque fueron las primeras fotos que hice en el viaje y fueron un muy buen comienzo, esté<camente y por su historia. Una an<gua profesora, su hermana y sobrina escondidas en los montes haciendo carbón y con la pasión que hablaban de ello me marcó un camino lleno de historias increíbles.
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d e p o r t e s
Verificación del sexo en el fútbol femenino
El cuerpo verificado Por Valeria Tellechea
“En consecuencia, cada asociación miembro par-cipante deberá, antes de proceder a la designación de su selección nacional, asegurarse de que los jugadores considerados para la selección sean del sexo correcto. Para ello, estudiarán detenidamente cualquier anomalía de las caracterís-cas sexuales secundarias y documentarán íntegramente los resultados.” Ar=culo 4 del Reglamento para la Verificación de Sexo, Federación Internacional del Fútbol Asociado.
Durante junio y julio del año anterior, se desarrolló en Canadá la Copa Mundial Femenina FIFA 2015. Aunque de costumbre el fútbol femenino suele pasar desapercibido a pesar del auge de los úl5mos años y, más allá de los resultados donde el equipo de Esta6
dos Unidos resultó vencedor, aún hay ciertas prác5cas naturalizadas acerca de qué cuerpos son aptos o no para los deportes y cuáles son puestos en el ojo de la tormenta.
Cuando pensamos en las formas en que se desarrollan los deportes en nuestras sociedades, pensamos en las capacidades que las personas adquieren en el ejercicio de dichas prác<cas. La habilidad y la destreza son piezas fundamentales para que puedan lograrse mejores resultados, más aún en niveles compe<<vos. Su regulación y reglamentación ha sido también necesaria para que dichas caracterís<cas sean relevantes y dejar de lado la violencia y la fuerza (sica, propias de siglos anteriores.
Sin embargo, este cambio en las formas de las prác<cas no contempla los cuerpos femeninos. A lo largo de la historia las mujeres han sido, como en otros tantos ámbitos de la vida social, excluidas solamente por su propia condición. Es así como el deporte fue y es también un campo de disputas. Adver<mos entonces que, muy a nuestro pesar, la historia del deporte y las mujeres ha sido siempre un lugar de controversia, donde los cuerpos femeninos no son permi<dos dentro de los ámbitos considerados propios de la masculinidad.
Sin ir muy lejos en el <empo, hasta se ha vuelto viral la imagen de Kathrine Switzer corriendo la maratón de Boston en 1967 con número de corredor,
increpada por un juez de la carrera intentándola sacarla de la competencia pero ayudada por algunos corredores que la acompañaban. Todo esto cuando las maratones aún eran exclusivas para varones. ¿Qué pasaría si una mujer es capaz de desarrollar su musculatura y su destreza?
Más cercano a nuestros días, la corredora Caster Semenya, ya en 2009 y luego de ganar el Campeonato Mundial de Atle<smo celebrado en Berlín, ha sido también foco de dudas acerca de su sexualidad por parte de las demás compe<doras por su alto rendimiento y por considerar su contextura muy similar a la masculina. Dada la situación, Caster ha sido, en todo sen<do, objeto de análisis y estudios para determinar su sexualidad. En nuestros <empos, la verificación del sexo para poder compe<r en el mundial de fútbol de la FIFA, con<núa desplegándose como un mecanismo violento sobre los cuerpos. Pero no son cualquier cuerpo, sino los cuerpos de las mujeres. Para que una par<cipante pueda ser parte de su seleccionado de fútbol, debe primero pasar por una serie de estudios que indiquen que son del “sexo correcto”. La surcoreana Park Eun-sun, dada su destreza y habilidad, ha sido blanco de crí<cas y cues<onamientos ya que sus caracterís<cas (sicas no corresponderían al imaginario de una mujer.
Foto: Florencia Di Tullio
Según nuestra cultura, sistemas de creencias, construcciones sociales, esos 7
d a e r p t o e r t e s
cuerpos escapan a nuestras posibilidades. Solemos pensar en términos binarios, en masculino y femenino, en macho y hembra, en varón y mujer. Pero esta dualidad no es inocente sino que responde al comportamiento de la sociedad en que nos desarrollamos.
Gayle Rubin ya en su pensado y superado sistema sexo/género, explica cómo actúan el conjunto de disposiciones sociales que logran trasladar la biología a todas las ac<vidades sociales sin complejizarla, lo que genera las condiciones de desigualdad, la opresión como producto de las relaciones sociales específicas que lo organizan. Es en dicha opresión donde actúan todos estos mecanismos de control para determinar dentro del binarismo si respondemos al concepto mujer o a lo que se espera que debe serlo.
Katrina Karkazis es experta en bioé<ca de la Universidad de Stanford y ha con<nuamente cues<onado todas estas prác<cas invasivas hacia las mujeres en el deporte de alto rendimiento, desde
El COI (Comité Olímpico Internacional) ha decidido que las personas transexuales podrán participar de los JJOO Río de Janeiro 2016 sin necesidad de realizar la reasignación, aunque deberán someterse a terapias hormonales para “equilibrar” niveles de testosterona, en el caso de mujeres trans.
Además de los métodos de verificación sexual, de los controles de orina y de las exposiciones (sicas grupales, una de las cues<ones más controversiales acerca de la verificación del sexo, se basa en los niveles de testosterona de algunas mujeres. La circular de la FIFA de junio de 2011 establece que las “hormonas androgénicas (básicamente la testosterona) <enen efectos que mejoran el rendimiento y pueden proporcionar una ventaja en el fútbol”.
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pecto de lo masculino; y aún la noción más abstracta de diferencias sexuales que resulta no de la biología o de la socialización sino del significado y de los efectos discursivos”. Lo que hace incluso más di(cil pensar las diferencias entre las propias mujeres.
los Juegos Olímpicos hasta los mundiales de fútbol femenino. Según su ar=culo colabora<vo ¿Fuera de los límites? Una crí<ca de las nuevas polí<cas de hiperandrogenismo en atletas femeninas de elite, en The American Journal of Bioethics (2012) existe un gran mito sobre los efectos (sicos de la testosterona y otros andróginos. Aunque ayuda a incrementar el tamaño de los músculos, altura y rendimiento, hay respuestas dramá<camente diferentes a la misma can<dad de testosterona, además que es solo un elemento en un sistema neuroendocrino complejo, por eso no es posible medir cuán beneficioso puede ser o no en el deporte. En palabras suyas: “estas mujeres no hacen trampas, así de simple. No han introducido nada extraño en sus cuerpos. Sin embargo, estas polí<cas las tratan como a tramposas”. Lo que se lee en todo este entramado es que es la mujer la que debe siempre diferenciarse del hombre y no a la inversa, pues se entendería que el ser varón es un lugar de ventaja, por demás a lo que deportes respecta. Como Teresa de Laure<s explica en La tecnología del género, “la diferencia sexual es en primera y úl<ma instancia una diferencia de las mujeres respecto de los varones, de lo femenino res-
Karkazis sentencia: "Son mujeres que han vivido y compe<do como mujeres durante toda su vida. Sus documentos legales dicen que son mujeres. Así que, ¿por qué les están exigiendo verificación de sexo?".
¿Cómo pensamos entonces estos cuerpos que en sus prác<cas co<dianas se construyen y deconstruyen como mujeres? Para Judith Butler, los cuerpos se vuelven inteligibles a par<r del género, de su prác<ca permanente, de su performa<vidad repe<<va, lo que indica que son construcciones, ficciones del discurso. El género es entonces ese disposi<vo que cons<tuye a los cuerpos en la naturaleza a través del discurso jurídico, médico, polí<co, social. Es por lo tanto allí, en esos discursos, donde debe darse la batalla, la discusión, para que puedan repensarse los límites de lo que un género debe o no ser, si es que deba ser algo en par<cular, pues nadie sabe de lo que un cuerpo es capaz.
Marzo, Mujer y Memoria Por Anahí Más
Sandra Posadino, Clodet García y Claudia Quiroga, integrantes del colectivo Mujeres de Artes Tomar, un espacio de mujeres “con ideas, proyectos y acciones artísticas que visibilizan las problemáticas de género a través de su hacer”, nos cuentan sobre la 5ta edición
del ciclo Marzo, Mujer y Memoria que se realizará en el Auditorio Kraft, en la calle y en diferentes sedes. Se vienen días donde se podrá disfrutar de espectáculos nacionales e internacionales con entrada libre y gratuita.
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a r t e
¿Cómo fueron los comienzos y quiénes componen los ciclos “Marzo, Mujer y Memoria”? Claudia Quiroga: El 25 de noviembre de 2011 un grupo de mujeres convocadas desde la necesidad de la Compañía Teatral Las Chicas de Blanco, nos dimos cita en la Universidad de Morón, conmemorando el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Ese espacio nos permitió pensarnos en círculo para visibilizarnos como creadoras, compartir problemáticas y necesidades, intervenir en diferentes marchas y constituirnos de hecho en lo que hoy es la Asociación Civil Mujeres de Artes Tomar (IGJ 2568) MAT. Posteriormente surgió el encuentro con el Auditorio Kraft CCNV, propuesto por una de las artistas concurrentes, Lidia Volpe, con el objetivo de realizar una actividad que una el 8 de marzo,
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Día Internacional de la Mujer con el 24 de marzo, Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Esto nos posibilitó enfocar la misión de ambos colectivos y sin dudarlo gestionamos y produjimos la primera edición de marzo, Mujer y Memoria en marzo del 2012, con el madrinazgo de Teresa Parodi, quien dio su apoyo y cerró con su poesía y voz el escenario de ese primer sueño que hoy cumple cinco ediciones.
¿Qué rol debe cumplir los y las artistas en esta sociedad tan compleja? Clodet García: Personalmente no creo que lxs artistas tengamos que cumplir un rol en especial como tales, el arte es un territorio demasiado amplio y complejo, cada artista sabrá qué rol quiere cumplir. Esa ausencia de "deber ser" se vincula con lo poético en un sentido profundo, entendido como hacer y no sólo como literatura poética, es una
ausencia de rol respecto a lo que determina el sistema. Es una falla en la matrix, una fractura, un hacer de otro orden que afecta lo normativo. Cuando hay arte hay trepidación de lo establecido, nosotras en MAT elegimos ser, artivistas, es decir, cruzar el arte con el activismo. Y entonces esta posibilidad de visibilizar injusticias, empoderar minorías, denunciar, transformar, habitar nuestros cuerpos, está en el foco de nuestro hacer pero no lo hacemos porque deberíamos sino porque hay deseo. El deseo y la poesía son ejes de nuestro hacer artivista, el deseo de un hacer en disidencia creativa.
¿Qué es la marcha de las escobas? C. G.: La marcha de las escobas es una acción artivista que nace en la primera edición del ciclo Marzo, Mujer y Memoria, la crean Claudia Quiroga y Sandra Posadino, trayendo la memoria de la marcha de las inquilinas anarquistas de 1907 que salieron a barrer las injusticias y actualizándola en vínculo a la defensa de los derechos de las mujeres. Para la segunda edición me convocan a dirigirla y empezamos a trabajar el aspecto ritual y arquetípico de la acción, trabajamos el símbolo profundo de la escoba: un objeto símbolo de sumisión que una vez reapropiado, se convierte en símbolo de lucha, rebeldía y vuelo. La escoba se transforma en herramienta de empoderamiento personal y colectivo barriendo patriarcado. El último año fuimos casi 200 mujeres. Siempre nos acompañan otras artivistas: las tamboras de Tummbanda, las susurradoras que coordinan Diana Tarnofkky y Claudia Stella, la suelta de
La marcha de las escobas es una acción artivista que nace en la primera edición del ciclo Marzo, Mujer y Memoria, la crean Claudia Quiroga y Sandra Posadino, trayendo la memoria de la marcha de las inquilinas anarquistas de 1907 que salieron a barrer las injusticias y actualizándola en vínculo a la defensa de los derechos de las mujeres.
clowns de Leticia Torres. Es una acción para visibilizar dolores y transformarlos en desobediente alegría. Este año, pensamos barrer patriarcado y derecha en la Marcha de la Memoria, porque el 8 y el 24 de marzo están profundamente vinculados.
¿Cuáles son los puntos principales que se pretenden sensibilizar en estos ciclos? Sandra Posadino: Sólo separo para explicar lo que se une en la acción, ya que pretendemos sensibilizar: en lo artístico, con coherencia entre discurso y acción escénica en cuanto a Derechos, y también con el objetivo de generar nuevos públicos, multiplicadores de esta propuesta. En lo político, para que los temas vinculados a géneros y DDHH no vuelvan a invisibilizarse. Para destacar el valor de la Memoria, tomar con-
ciencia de que somos muchxs reclamando que nuestras voces sean escuchadas y valoradas para la construcción de políticas públicas y un cotidiano con igualdad de oportunidades, erradicando al patriarcado, que reconocemos como sistema de opresión y toda violencia. En lo personal y colectivo, para habitar cuerpos-palabra, territorios negados, espacios públicos y privados, reconocernos en otres y en la posibilidad de transformar cada dolor en primaveras. ¡Despertar!
¿Dónde, cómo y quiénes pueden participar del ciclo? S. P.: Las formas de par<cipación son diversas. La más abierta, la que invita a todes a sumarse es la convocatoria a la Marcha de las Escobas. Allí ar<stas y no ar<stas pueden ser parte de la acción teatral, la acción poé<ca, la suelta de clowns o simplemente acompañar, escoba en mano y marchando juntes, en una acción colec<va, ar<vista, que se propone transformar, barriendo dolores, olvidos e injus<cias. En cuanto a ser parte de la programación, los contenidos
ar=s<cos <enen que vincularse a los ejes Mujer y/o Memoria. Además de recibir y evaluar las propuestas que nos llegan durante el año, vamos a ver dis<ntas funciones e invitamos a los espectáculos que a nuestro criterio, reúnen calidad ar=s<ca y conceptual, además de destacar la obra de una creadora. Otra instancia de par<cipación son los momentos de encuentro y diálogo. Pueden ser espacios de reflexión posteriores a una función o en el intercambio que llamamos Tejiendo Redes, donde el obje<vo es presentarnos, conocernos, decirnos, enredarnos y mul<plicar nuestras acciones. Esperamos también que haya mucha par<cipación de público, que cada persona se sienta convocada a disfrutar de una experiencia ar=s<ca que a la vez propone generar conciencia para la construcción de una sociedad en equidad y sin violencias. Les esperamos con un maravilloso menú: teatro, música, clown, narración, cine, plás<ca, fotogra(a, ar<vismo y diálogo. Programación completa en: h6p://www.marzomujerymemoria.com Auditorio Kraft - Florida 681, Buenos Aires
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d o s s i e r
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Foto: gentileza M.A.F.I.A
La revolución es ahora Por Revista Furias
Las marchas en las calles sin sus militancias ya no volverán a ser lo mismo, los Encuentros Nacionales de Mujeres sin sus voces ya no serán lo mismo, las leyes de inclusión para la comunidad trans sin sus sellos ya no serán lo mismo, la furia travesti sin sus cuerpos ya no serán lo mismo. Ya nada será igual sin la presencia de Diana y Lohana, pero más allá de lamentarnos por lo que se nos fue, tenemos que luchar por todo lo que ellas representan para nosotras, por todas las luchas que desde muy jovencitas emprendieron para que hoy podamos tener como cúmulo de sus luchas una Ley de Identidad de Género de avanzada en el mundo. Debemos honrar su memoria y continuar exigiendo derechos, siendo seres políticamente activas. Este Dossier va dedicado muy especialmente a Lohana por todo el cariño que le teníamos y por la memoria y la justicia por el travesticidio de Diana Sacayán, incansable luchadora que tuvimos el placer de conocer. Ambas dejaron un legado muy fuerte y una impronta muy personalista y decidida, las dos lucharon desde abajo y desde adentro, el movimiento trans es tan complejo
como lo es el recorrido propio de todxs y cada unx de sus integrantes. El mundo de la militancia tiene sus propios códigos, los espacios políticos son duros, conservadores y muy marcados por los roles de género; en una sociedad que aún está intentando salir de su mirada sesgada por el binarismo, incorporar a la lucha política a quienes no se definen como varón o mujer dentro de los cánones establecidos era algo impensado hasta pocos años atrás. Pero Lohana y Diana abrieron ese camino, pusieron sus cuerpos al servicio de aquellos otros cuerpos que compartían sus cicatrices, sus necesidades y sus luchas. Hoy no puede haber marcha atrás, hoy hay que seguir por ellas, en tiempos democráticos sí, pero de ciertos retrocesos también. No podemos permitir ni permitirnos que se dejen de escuchar sus voces que reclamaban por el cupo trans en los organismos del estado, que reclamaban por una mejor y mayor atención de salud de las personas trans, por una educación más inclusiva que no discrimine ni etiquete a aquellxs que no se reconocen dentro del binario impuesto. Hay que continuar el trabajo, el camino iniciado, en las calles que ellas caminaron y, entre todxs, alzar sus reclamos como banderas de lucha, porque la revolución es ahora. 13
d o s s i e r Nombre Propio, Identidad Travesti, Vida Militante
“Soy una travesti,
una indígena, gorda, de color,
pobre y obrera. Soy todo
eso y mucho más”. Por Paula Daporta y Karina Fuentes
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Lohana podría ser un nombre más de tantos que hay por aquí y allá. Pero no lo es. Es un nombre que se gestó propio y que al gestarse parió a tantos miles de otros nombres propios que se reafirmaron en sí mismos, se construyeron y lograron subje<varse. Un volverse sujeto que no podría ser más que un sujeto colec<vo. Comunidad que se acepta, se repiensa y configura desde la calle, la precariedad, la resistencia. Resis<r que es siempre a par<r de poner en escena un cuerpo. Un cuerpo que se gesta con un nombre, desde la desobediencia de no aceptar casilleros. Cuerpos que cues<onan el “ser” desde la materialidad y el deseo propio pero también el ajeno. Cuerpos que convulsionan.
Cuerpos amados y odiados. Cuerpos precarizados. Cuerpos como realización. Cuerpos que se rompen y se construyen a par<r precisamente de la gesta del Nombre Propio. Nombres Propios, como el de Lohana. Lohana eligió su nombre. No como nosotras o tantos otros a quienes los nombres nos vinieron elegidos por otros. Nuestras familias o allegados, que al nombrarnos nos llenan de “deseos” y un “deber ser”. Elegir el propio nombre. Elegir el Nombre Propio. Ser Lohana y a par<r de ese momento de autoafirmación gestar una nueva subje<vidad. Y dar a luz a tantas otras. Elección del Nombre Propio. Punto de emergencia de historias miles con denominado-
res comunes. Pero sobre todo puntapié de luchas y resistencias. Pequeñas revoluciones. Internas y externas. Individuales y colec<vas. La elección del propio nombre dentro de la comunidad traves< es un punto bisagra. Momento donde se da fin a un proceso interno y se da comienzo al proceso de exteriorización de la elección de iden<dad de género. Momento que marca el quiebre entre un adentro y un afuera. Si el recorrido interno y personal parece di(cil. El afuera se torna aterrador, pero también realizador. Las subje<vidades en cues<ón, aferrándose a su Nombre Propio, enfrentan y resisten los embates por un lado de la construcción de su
Foto: Belu Wahn
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cuerpo desde la precariedad de los recursos a mano en términos económicos y, por otro lado, la cadena de exclusiones una tras otra en diferentes ámbitos. Arrancando desde la escuela, siguiendo por la familia y la migración en algunos casos. La discriminación en el ámbito de la salud, de vivienda y obviamente y como corolario, en el laboral. Así, como profecía autocumplida, de animarse a romper con el “deber ser”, poner en alquiler el cuerpo como único camino viable para sostener esa propia corporalidad que permite la realización de ese deseo de “ser”. Entereza y sacrificio de bancarse el Nombre Propio y asumir ese cuerpo desobediente que no se ajusta, pero tampoco quiere ajustarse a ningún estándar de “normalidad”. El precio que se paga es alto. La Resistencia y poder de esos cuerpos y deseos también lo son. Lohana nos habló, escribió e interpeló desde el Nombre Propio. Su lucha se fundó en la necesidad de legalizar la elección de género en el Documento Nacional de Iden<dad como acontecimiento que diera pie y realización en términos de subje<vidad a la comunidad traves< y sus cuerpos. Cuerpos que eran más que simples cuerpos. Eran nombres que gestaban iden<dades. Iden<dades que por falta de reconocimiento se volvían precarias. Más aún si la base material donde esas iden<dades se construían eran vulnerables. Iden<dades precarias. Cuerpos que se vuelven precarios. Vidas precarias. Había que torcer el des<no de esos cuerpos que se desvanecían o desgarraban en las múl<ples instancias que una vida precaria con un cuerpo desobediente pueden habilitar. La Lucha de Lohana y la de tantos otros Nombres Propios fueron las que promovieron y permi<eron dar luz a la sanción en el año 2012 de La Ley de Iden<dad de Género. Ley que permite, que las personas trans sean inscriptas en sus documentos personales con el nombre y el sexo de elección, además de ordenar que todos los tratamientos médicos de adecuación a la expresión de género sean incluidos en el Programa Médico Obligatorio, lo que garan<za una cobertura de las 16
prác<cas en todo el sistema de salud, tanto público como privado. De la mano con la Ley de Matrimonio Igualitario, se configuró un marco de reconocimiento a estas subje<vidades que deciden “ser en el mundo” de otro modo ajeno a los estereo<pos sociales imperantes y así permi<r que la vulnerabilidad social de determinados cuerpos y vidas se vuelvan, como diría Judith Butler, más “vivibles”. Reconocimiento legal para una lucha que en el campo de lo cultural y lo simbólico <ene mucha más tela que cortar. O mejor dicho, como gustan ellas decir, tejer. En esa trinchera estaba Lohana. Ahí estuvo. Así desde la gesta de su nombre y el de tantos y tantas OTROS, se parió y se dio luz a esa par<cular Rabia Traves< que la iden<ficaba. Rabía Traves= que se expresó como amor, furia pero también organización como en el caso de ALITT- Asociación lucha Iden<dad Traves<Transexual y de La Coopera<va de Trabajo Tex<l Nadia Echazú. Primera coopera<va de trabajo tex<l traves<-trans de La<noamérica. Emprendimiento que nuestro actual presidente otrora Jefe de Gobierno de la Ciudad no permi<ó instalar en Capital Federal, logrando luego abrir sus puertas en Avellaneda. Lohana corporizaba esto y más. Fue acción rabiosa transformadora y elaboración teórica brillante. Fue militancia. Atrevimiento. Fue abrazo escandaloso al feminismo. Fue perseverancia. Fue vanguardia en los cargos estatales que ocupó o en los que se candidateó. Sentó precedentes aquí y allá. Puso el cuerpo, permi<ó la emergencia de tanto. Abrió el abanico de lo posible. Desde el anuncio de su fallecimiento se asoció en la mayoría de los medios de comunicación hegemónicos (que trataron el tema) el Nombre Propio Lohana Berkins al de “ac<vista trans”. Reducir su militancia y ac<vismo al mundo GLTTB implica recortar su parte más subversiva. Invisibilizar aquello que le da sen<do a su lucha en un sen<do global. Lohana era mucho más. Era una militante social, miembro del Par<do comunista. Ella entendía al colec<vo traves< en el marco de tantos otros sectores oprimidos como los
obreros, las mujeres, los inmigrantes, los pibes de gorrita de los barrios y tantos otros. Entendía que su lucha era también contra el patriarcado pero también y sobre todo contra el sistema. Desde allí se desprende y en<ende aquella frase tan de Lohana: “Hace falta coraje para ser mariposa, en un mundo de gusanos capitalistas”. La frase ilustra la mariposa que logra su esplendor luego de su pasado en larva, ese proceso de adentro y afuera. Pero si nos quedamos con esa parte solamente, estamos a mitad de camino. Ella era consciente y con espíritu pedagógico creaba conciencia de que esos padecimientos por lo que pasa el colec<vo trans, no se alejan del de tantos otros que no se ajustan a lo que el sistema capitalista impone y pondera. Por eso a Lohana no solo vamos a extrañar cruzárnosla en las marchas del orgullo gay cada noviembre, o en las columnas que escribía en Página 12 sino también en cada manifestación o espacio de lucha del campo popular. Su lucha dentro de la comunidad traves< se ar<culaba con tantas otras porque como ella misma afirmaba “si efec<vamente el pacto social de la modernidad es un pacto de exclusión, entonces, la única respuesta a él es la alianza de los excluidos”[1]. Por eso ella siempre estaba ahí al pie del cañón. Poniendo su cuerpo. Ese cuerpo que tanto simboliza, que tanto potenció, que tanto gestó. Hoy somos muchos y muchas los que sen<mos su pérdida (sica y le damos las gracias por su Amor y Furia Siempre. No sé si tendremos mucho <empo para llorisquear. No hay homenaje posible que alcance. Tan solo seguir poniendo nuestro cuerpo en escena. Las mariposas seguirán volando, les pese a los gusanos capitalistas que les pese. Febrero 2016 Contacto: experiencia.inves5gacion@gmail.com
[1] ALITT: La gesta del nombre propio; Bs. As.: Ediciones Madres de Plaza de Mayo; 2005.
Colectiva Lohana Berkins:
Porque la lucha continúa Por Anahí Más
“Para mí el feminismo es una de las herramientas de pensamiento polí<ca más poderosas que nosotras, las traves<s, hayamos conocido. Las traves<s fuimos, al inicio de nuestra lucha, rápidamente atravesadas por el feminismo, que nos aportó poder pensarnos a nosotras mismas. Desde entonces no puedo ver el mundo sino es a través del ojo del feminismo.” (Entrevista Revista Furias noviembre de 2013)
Lohana Berkins falleció el 5 de enero de este año. Militante de la primera hora, defensora de los derechos humanos, y luchadora histórica de la comunidad traves< y transexual. Lohana fue fundadora y Presidenta de la Asociación de Lucha por la Iden<dad Traves< y Transexual (ALITT), además de ser una de las principales impulsoras de la Ley 3.062 de respeto a la iden<dad adoptada por traves<s y transexuales aprobada por la Legislatura Porteña. Le puso el cuerpo a los reclamos y las necesidades del colec<vo trans, la despenalización del aborto, la democra<zación de los medios y hasta soñó con ser presidenta. Pocos días después de su fallecimiento, por
una inicia<va de Marlene Wayar, junto a Susy Shock, Violeta Ríos Alegre y Duen Sacch, además de compañeros y compañeras de la comunidad LGTTBIQ se conformó la “Colec<va Lohana Berkins”. Marlene, a quien Lohana le pasó la posta en un escrito que realizó horas antes de su fallecimiento, explica el obje<vo, quiénes la componen y proyectos de este nuevo espacio que será la punta de lanza de la militancia histórica de Lohana.
Para Marlene este será un proyecto de militancia compuesto por “traves<s, <pos trans, tortas y maricas, con el acompañamiento de heterxs en fuga. No se trata de que se ponga en juego sus prác<cas sexuales, su género, su objeto de deseo, su genitalidad, sino que todxs transformemos nuestros modos de vinculación”.
Los obje<vos principales son el deseo de “reinventar el mundo y no dejar que la niñez padezca lo que padecimos nosotrxs al nacer en este mundo erróneo y mal construido, un mundo capitalista, patriarcal y heterosexista que nos afecta hasta la invisibilización. Este mundo nos produce una soledad infinita que llega hasta la muerte”, dice Marlene.
La primera presentación en público de la Colec<va Lohana Berkins será el 24 de Febrero, día que se convoca el paro nacional en reclamo de las polí<cas neoliberal que es instalaron con el gobierno de Mauricio Macri. En palabras de Marlene: “Queremos la reincorporación de los despedidos, queremos paritarias. Pero también, debemos concien<zar sobre la feminización de la pobreza, sobre el ínfimo ingreso de las personas Trans en los espacios de trabajo formal y el pedido de que los lugares de trabajo y la escuela dejen de ser inseguros para mujeres, tortas, travas, maricas y <pos trans”.
Marlene recuerda todas esas palabras, ideas y sen<mientos que no morirán y que serán vanguardia. Lohana Berkins dijo: "Muchos son los triunfos que obtuvimos en estos años. Ahora es <empo de resis<r, de luchar por su con<nuidad. El <empo de la revolución es ahora, porque a la cárcel no volvemos nunca más. Estoy convencida de que el motor de cambio es el amor. El amor que nos negaron es nuestro impulso para cambiar el mundo. Todos los golpes y el desprecio que sufrí, no se comparan con el amor infinito que me rodea en estos momentos. #FuriaTraves<Siempre".
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Entrevista al Dr. Adrián Helien sobre la atención de la salud integral de las personas trans
“La identidad le pertenece a las personas,
ni a los médicos ni a los padres, es el hecho más individual que tenemos” Por Sofía Espul
“La mesa de asignación de la masculinidad y de la feminidad designa los órganos sexuales como zonas genera-vas de la totalidad del cuerpo, siendo los órganos no sexuales meras zonas periféricas. Es decir, a par-r de un órgano sexual preciso, este marco abstracto de construcción del «humano» nos permite reconstruir la totalidad del cuerpo. Solo como sexuado el cuerpo -ene sen-do, un cuerpo sin sexo es monstruoso” Paul B.Preciado-Manifiesto Contra-sexual
El Dr. Adrián Helien, especialista en psiquiatría y sexólogo, trabaja dentro de la División de Urología del Hospital Durand como Director del GAPET (Grupo de Atención a Personas Transgénero). Es el primer grupo interdisciplinar de atención de la salud integral para personas trans que comenzó sus ac<vidades en el 2005 y con<núa hasta el día de hoy recibiendo consultas. 18
¿Cómo se conforma el GAPET? Estamos desde el 2005 como grupo, antes trabajaba con pareja y sexualidad recibiendo consultas, hasta que vi que las personas trans eran maltratadas y no recibían la atención adecuada. Tengo a cargo la coordinación del equipo, soy quien realiza el ingreso al programa; existe una suspicacia o sospecha subyacente -soy psiquiatra- y se piensa que el psiquiatra patologiza; esto es un prejuicio instalado, acá el trabajo es y fue desde el comienzo de despatologización, la idea es tener equidad y respeto en la atención, se nos forma en una visión biologicista y binaria; hoy nuestra bandera polí<ca es poder romper con esa visión. No es sencillo, es una postura polí<ca visibilizar esta problemá<ca y por eso hemos sufrido ataques y crí<cas del poder médico hegemónico. Ahora parece fácil hablar de estos temas pero en el 2005 no era así; te decían: “¿Dónde los vas a atender? ¿Con las demás personas? mirá que en el hospital hay lugares y ciertos horarios…”, para mí no era así, mi pelea fue siempre para que estén en el mismo horario, misma sala de espera. Llamarlos por el nombre de elección cuando no había Ley de Iden<dad de Género fue una tarea de re educación muy grande, hoy el hospital
está totalmente integrado, en el 2005 era di(cil. Este proceso de re educación fue del equipo, nunca tuvimos apoyo oficial, somos un grupo autoges<vo, no tenemos apoyo, no tenemos jerarquía. Vos entrás al servicio de urología y no estamos nombrados, el que llega es porque inves<gó y todos los caminos conducen a pocos lugares, porque cuando se dice que hay atención en todos los hospitales, no es así, no hay atención en todos y menos con este equipo interdisciplinario, que abarca la salud integral. ¿Cómo funciona el equipo? Quienes vienen a atenderse pueden ingresar por endocrino-
logía, también por consulta directa para la intervención de reasignación de genitales. El equipo trata de dar cuenta de la salud integral de las personas transgénero, que no es solamente hormonas y cirugías. Mucha gente no iba a los hospitales porque se los expulsaba, no se los atendía. Acá tenemos atención urológica y ginecológica (le hemos cambiado el nombre, ahora se llama calidad de vida). Realizamos cirugía de reasignación o reafirmación de genitales, tenemos cirugía plás<ca que hace masculinización de tórax en varones trans, también un laboratorio específico para el tratamiento con hormonas, dosaje y seguimiento de tratamientos hormonales, de reasignación o cruzados como se 19
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los quiera llamar.
¿Qué se modificó luego de la aprobación de la Ley de Iden5dad de Género? La edad de la primer consulta bajó, antes era arriba de los 35 años hoy está debajo de los 18 y en descenso; estamos armando un equipo que a<enda niñez y adolescencia trans. Es un gran cambio, y paradójicamente también se dieron muchas consultas de gente mayor de 50 años, que esperó tener algún respaldo legal para hacer la transición por un montón de situaciones que se vivían en otro contexto social en el que era muy di(cil salir del closet. Pero aún no hay equipos que trabajen con niñez y adolescencia con experiencias trans dentro del sistema de salud público. ¿Cuál es hoy en día la expecta5va de vida de una persona trans? Lo que se decía de una expecta<va de 35/40 años está cambiando, depende de la población que estemos hablando, no hay una estadís<ca fiable hoy en día en Argen<na, la población que se acerca a nosotros no responde a las caracterís<cas de esas encuestas que dan expecta<va de vida de 35 años. En este <empo hemos atendido 1000 personas y nuestra casuís<ca supera ampliamente esa edad promedio que se decía.
¿Qué opinión 5ene acerca de la Guía de Atención de Salud Integral para las Personas Trans que sacó el Ministerio de Salud en el 2015? Me parece que la idea está buena, intervenimos en algunas sugerencias y modificaciones, da una buena base como punto de par<da, pero de ahí a la realidad hay un abismo, ojalá haya algo más concreto de apoyo para que realmente mejore la atención de personas trans en la salud pública.
¿Cómo se trabaja en la salud pública en los casos de reasignación de sexo? La medicina recién ahora se está ocupando un poco desde el punto de vista é<co y de cómo se comporta respecto a la asignación de sexo a un recién nacido. Por ejemplo en el caso de
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“Se nos forma en una visión biologicista y
binaria; hoy nuestra
bandera política es poder romper con esa visión”
personas intersex la medicina siempre actuó binariamente, con un bisturí intentó corregir y asignarles un sexo. En ese sen<do entramos en el terreno de la biopolí<ca y la bioé<ca respecto a cómo se interviene un cuerpo sin que el dueño de ese cuerpo preste consen<miento y por qué alguien va a asignar con un bisturí la iden<dad a una persona. La iden<dad le pertenece a las personas, ni a los médicos ni a los padres, es el hecho más individual que tenemos. Se intervenía para norma<zar los cuerpos dentro del binario, nos estamos cues<onando y replanteándonos eso, la idea es ver cómo esa persona podrá decidir y que el rol de la medicina sea el de acompañante y no quien define un proceso iden<tario que puede tener infinitas trayectorias. Esto es lo que pretendemos que ocurra pero de ahí a la realidad queda un largo trecho. Quisimos hacer una reunión con los hospitales de pediatría hará 2 o 3 años, la organizó Diana Ma)a, par<cipó el ac<vista trans Mauro Cabral y fue una batalla en la que el poder médico hegemónico cerraba filas en una postura muy sesgada, hoy quizás con la ley haciendo punta esto puede cambiar.
¿Cómo ve la educación universitaria? ¿Se abordan estos temas en la Facultad de Medicina? Tengo una encuesta que realizamos alrededor del país donde de 800 médicos encuestados, la mayoría coincide en
que no hay formación ni en género ni en diversidad. Actualmente coordino el capítulo de sexología de Apsa (Asociación de Psiquiatría Argen<na), lo bau<cé sexología y diversidad para hacer visible la temá<ca. Estos temas no entraban en los congresos de psiquiatría, recién pude tratarlos de la mano del sponsoreo de un laboratorio. De hecho no hay formación, en especial en los psiquiatras, fui muy cues<onado por el sistema médico por trabajar diversidad, se ve muy poco y nunca se aborda de forma integral. Mi formación fue personal, haciendo talleres de pareja y familia, muy autoges<vamente y haciéndome cargo de la atención a personas trans porque nadie lo hacía. Hago docencia con mi equipo. La frase del Dr. resume la situación de atención de la salud de
personas trans en nuestro país: “Los servicios de salud que existen son esfuerzos aislados, no hay una red, no tenemos datos cruzados entre nosotros, no hay información oficial; generalmente algunos funcionan con apoyos locales o como nosotros con nada y a remar…”.
En junio de este año, GAPET (Grupo de Atención a Personas Transgénero) contará su experiencia en el Simposio que la WPATH (World Professional Associa<onforTransgenderHealth) realizará en Amsterdam. El equipo que dirige el Dr. Helien es un ejemplo a nivel mundial y vienen de dis<ntos lugares del mundo a consultarlos, ya que es único por su gratuidad e interdisciplinariedad. 21
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Entrevista a Georgina Orellano
"El trabajo sexual es el único tema que nos divide" “Teniendo en cuenta que el mundo económico actual es lo que es, es decir, una guerra fría sin piedad, prohibir el ejercicio de la pros-tución en un marco legal adecuado, es prohibir a la clase femenina enriquecerse y sacar ventaja de su propia es-gma-zación.” Virginie Despentes, Teoría King Kong
Georgina Orellano, Secretaria General Nacional de AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de la Argen<na) nos habló sobre trabajo, capitalismo, la agenda feminista y el Encuentro Nacional de Mujeres: la importancia de luchar los espacios. ¿De qué hablamos cuando decimos que “el trabajo sexual no es igual a trata de personas”? Planteamos que una cosa es la trata de
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Por Nadia Beherens
personas y otra es el ejercicio del trabajo sexual autónomo. Durante los úl<mos años hubo muchas leyes que se implementaron en nuestro país, como la Ley de Trata que fue modificada en diciembre de 2012, que no diferencia lo que es trata y explotación dentro del mercado sexual del trabajo sexual autónomo. Se han implementado polí<cas an<trata que lejos de comba<r la trata de personas, terminan criminalizando al ejercicio del trabajo sexual, allanando los lugares de nuestras compañeras, procesando a las trabajadoras sexuales que figuran en el contrato de alquiler o en algún servicio del lugar. La policía y muchos operadores judiciales disponen de la mala aplicación de esta ley. Es por eso que por un lado somos sujetas de persecución y por el otro somos sujetas de vic<mización. Nos persiguen y nos proce-
san y luego informan que rescataron a las víc<mas de trata. Habría que pensar que pasa en otros trabajos o en otros mercados laborales donde también hay trata de personas. Qué pasa con los talleres clandes<nos cuando se dice que “sin cliente no hay trata”. Se ponen los disposi<vos y la lógica para luchar contra la trata de personas sólo cuando se mira al trabajo sexual. Eso nos hace pensar que no se está luchando verdaderamente contra la trata de personas, sino que se está luchando con la pros<tución toda. No hay leyes que prohíban que las marcas de ropa donde hay trata de personas, donde se han encontrado familias enteras en situación de explotación se comercialicen en el país. No hay ninguna ley que diga que las revistas no pueden publicar más esas marcas de ropa, porque detrás de eso hay trata de
Foto: Florencia Di Tullio
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personas. Pero sí hay un Decreto presidencial que nos prohíbe publicar nuestros servicios sexuales, como fue la eliminación del rubro 59 y toda la criminalización y la precarización laboral que eso trajo aparejada. Para luchar contra la trata de personas nos dicen que “ninguna mujer nace para ser puta”. Yo no nací para ser puta, como la empleada de casas par<culares para ser empleada, como el albañil no nació para ser albañil, como la mujer que está juntando en este momento cartón en la calle tampoco nació para eso. Interpelar de esa forma es únicamente fijarse en la genitalidad de la mujer. Se traen tes<monios de malas experiencias, compañeras que fueron víc<mas de las redes de trata o que no eligieron para abolir el trabajo sexual o la pros<tución toda. Las dos polí<cas pueden ir de la mano: recesión laboral concreta para las compañeras que no quieran ejercer el trabajo, pero derechos laborales para las que sí. Una polí<ca no invalida a la otra. Argumentar que sólo el 2% somos trabajadoras sexuales es decir que las minorías no tenemos que luchar. El rol del Estado es estar presente para que las minorías tengamos derechos y no seamos aplastadas por esas mayorías dominantes de nuestros cuerpos.
¿Cuál es tu opinión acerca del nombre que se le adjudicó al taller en el Encuentro Nacional de Mujeres para tratar el tema del trabajo sexual (“Mujeres en situación de pros5tución”)? Cuando nos dimos cuenta que el taller se denominaba así, claramente sen<mos un poco de impotencia. Más allá de las posturas que podamos tener, no podemos desconocer, y sobre todo de parte de compañeras mujeres feministas, que a pesar de no estar de acuerdo con que la pros<tución sea un trabajo, las trabajadoras sexuales estamos organizadas y estamos luchando por el acceso a los derechos laborales. Tenemos 20 años de organiza24
“Decir que hay dominación porque están en juego los genitales es desconocer a toda la clase trabajadora. Las trabajadoras sexuales tenemos problemas no por nuestro trabajo, si no por ser mujeres. No hay que ser funcional a la violencia institucional y a la desigualdad que nosotras vivimos. Hay que mirar a la otra compañera con un poco de amor.” ción, somos parte de la Central de Trabajadores Argen<nos (CTA). No hay que reproducir violencia entre las mujeres; invisibilizar a un actor que está disputando polí<camente insertarse en el mercado laboral y salir de la clandes<nidad, también es violencia. Es violencia no respetar la au-
todeterminación. Esto es lo mismo que no reconocer a compañeras que trabajan como empleadas en casas par<culares, nombrarlas como “mujeres en situación de servidumbre” y no nombrarlas por lo que ellas mismas se definieron. Es por eso que en las conclusiones del úl<mo taller propusimos que se llame “Mujeres, pros<tución y/o trabajo sexual”. No venimos a buscar que todas las mujeres levanten la bandera por la legalización del trabajo sexual, pero aunque haya un desacuerdo hay que respetar y no hay que cometer el error de invisibilizar la lucha de las mujeres como hacen otros actores polí<cos con nosotras.
¿Cuáles fueron algunos de los puntos fundamentales que se dieron en ese taller? Se discu<ó el tema de la libre elección y sobre si la pros<tución puede ser considerada un trabajo o no. Se perdió un poco el eje en ver y ahondar en nuestras vidas privadas y en el por qué elegimos. Poner la palabra elección cuando somos parte de una clase trabajadora que está atravesada por un sistema capitalista que nos oprime y nos explota a todos los trabajadores y trabajadoras por igual es olvidarnos que nunca hay libre elección en ningún trabajo. Hemos podido poner en agenda la legalización del trabajo sexual y el acceso a los derechos laborales, pero no se logra problema<zar ni poner en debate la criminalización que estamos sufriendo. Nosotras tuvimos que poner el tema de que nuestras compañeras siguen siendo detenidas. ¿Dónde quedó esa lucha? Somos feministas pro sexo, pero nos preguntamos si realmente Argen<na es un país abolicionista, por qué están vigentes en 19 provincias ar=culos contravencionales que criminalizan el ejercicio del trabajo sexual en la vía pública, la pros<tución callejera como escandalosa y peligrosa, y que penan con arresto en penales y comisarías a nuestras compañeras desde 10 a 30 días. Si Argen<na es abolicionista en las leyes, en la prác<ca es
otra cosa y eso demuestra el fracaso de la polí<ca abolicionista. En los úl<mos 4 años se ha virado a un modelo prohibicionista. En 9 provincias hay decretos provinciales que no sólo prohíben el funcionamiento de cabaret y whiskerías, si no que prohíben todo el ejercicio del trabajo sexual puertas para adentro. Es decir, las compañeras no pueden trabajar puertas adentro y si trabajan en la calle van presas. Estas son las cues<ones en las cuales hay que tener sororidad entre las mujeres. Discu<r si es trabajo o no es un debate que nosotras ya resolvimos. No fuimos a buscar que estén a favor o en contra del proyecto de ley, fuimos a par<cipar para disputar el lugar. Creemos que todo lugar donde se dispute sobre la pros<tución las que <enen que estar presentes son las voces de las protagonistas, de las que vamos en cana, de las que padecemos los allanamientos compulsivos. Sería bueno encontrarnos en la calle luchando codo a codo para no pagarle más a la policía. Estamos defendiendo la autonomía de los cuerpos, disputando al capitalismo la emancipación de la mujer. Nuestro proyecto de ley va en contra de la explotación no solamente en el trabajo sexual sino en todos los mercados de trabajo. Si ponemos énfasis en que hay explotación en el trabajo sexual y que por eso hay que abolirlo, habría que abolir todos los trabajos, las fábricas y hasta las universidades donde las trabajadoras están siendo explotadas. Estamos disputando que si disponemos de nuestra propia sexualidad y no la vivimos como una carga culposa o un campo que solo domina la masculinidad y sacamos beneficio propio, <ene que ser un problema únicamente nuestro porque es nuestra in<midad, nuestra vagina, nuestros genitales y son nuestros cuerpos. Si queremos abolir el trabajo sexual porque pensamos que ahí está la violencia, el pros<tuyente, la dominación del hombre sobre el cuerpo de la mujer, habría que abolir la ins<tución del matrimonio. Por eso el gran
debate de fondo sobre el trabajo sexual <ene que ver con la sexualidad, y cómo cada una dispone de su sexualidad. Se reproducen estereo<pos y argumentos que están muy arraigados culturalmente y los reproducen en el debate. Hay que preguntarse por qué interpelamos únicamente a esas mujeres, o por qué no nos interpelamos a nosotras mismas a ver si todas decidimos. ¿Qué trabajo es digno en Argen<na? El trabajo no dignifica, no hace digno a nadie, la dignidad viene con una y no está en la vagina. Decir que hay dominación porque están en juego los genitales es desconocer a toda la clase trabajadora. Las trabajadoras sexuales tenemos problemas no por nuestro trabajo, si no por ser mujeres. No hay que ser funcional a la violencia ins<tucional y a la desigualdad que nosotras vivimos. Hay que mirar a la otra compañera con un poco de amor.
¿Cuál es la can5dad de trabajadoras sexuales que asis5eron al ENM? Desde AMMAR fuimos cinco compañeras. Hace un <empo decidimos en asamblea como organización no par<cipar de los Encuentros porque eran desgastantes, las compañeras decían que se trabajaba mucho la culpa y se reproducía el es<gma. Poniendo el tema en la agenda desde la perspec<va de los Derechos Humanos, desde que presentamos los proyectos de regulación de trabajo sexual poniendo las voces de las trabajadoras, empezamos a ser escuchadas en otros ámbitos, no sólo el polí<co sino también universitarios, y decidimos con las compañeras que los lugares están para disputarlos. Es el único tema que divide al movimiento feminista. Porque nosotras vamos a estar luchando en las calles por la despenalización del aborto, por el cupo laboral para las compañeras, en la marcha Ni Una Menos. Pero este tema nos divide y hasta nos pone en el lugar de enemigas. Nuestras enemigas no
son las compañeras de Las Rojas, ni las de Pan y Rosas, ni del Plenario de Trabajadoras. El enemigo son los proxenetas que se quedan con el porcentaje de nuestras compañeras, la policía que actúa con complicidad del Estado. Si seguimos discu<endo si es trabajo o no, estamos dejando que el Estado haga con nosotras lo que viene haciendo. Cuando par<cipamos en el ENM en Salta, asis<mos al taller de “Mujer y trabajo” y encontramos nuestra misma problemá<ca: la precarización laboral, el no tener jardines maternales, no tener jubilación, la explotación, el por qué las mujeres nos insertamos dentro de los mercados laborales de autocuidado. Ahí nos dimos cuenta que la mayoría de los problemas que tenemos las trabajadoras sexuales lo tenemos por ser mujeres y por nacer en un mundo con desigualdades sociales. Pero no vemos que a las compañeras de otras ac<vidades se las persiga y se las criminalice, se las cas<gue, se las interpele y se les cues<one por qué se organizaron. Respetamos las opiniones que están en contra del sindicalismo, pero para nosotras es una herramienta de lucha que nos sirvió para empoderarnos, para mejorar condiciones laborales y para poder disputarle al capitalismo y al Estado que no hablen más por nosotras.
En lo que va del año 2016 se registraron dos femicidios de trabajadoras sexuales. Según un informe de AMMAR a par<r de documentos públicos, ar=culos periodís<cos e inves<gaciones difundidas en dis<ntos medios, el 91% de estos casos queda en la impunidad. Aunque las autoras del informe reconocen que no logra revelar la totalidad de los crímenes que se han presentado, sí permite dar cuenta de que no son hechos aislados sino que obedecen a polí<cas y prác<cas sociales que es<gma<zan y penalizan el ejercicio del trabajo sexual. (Fuente: www.ammar.org.ar)
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a c t i v i s m o
Re l m u Ñ a m k u
En una voz, todas las voces Por Camila Parodi
Relmu Ñamku fue acusada por defenderse del avance de una empresa petrolera en su territorio con piedras. Un cuerpo de mujer con sangre indígena en la que se configura la opresión extrac<vista, patriarcal y colonial. Un cuerpo seleccionado para el sacrificio en pos de la con<nuación y perpetuación de las lógicas de un sistema. El hecho no es la piedra, y nunca lo fue, la criminalización a un cuerpo de mujer, a una comunidad es la disciplina con la que se advierte temor a 26
quienes se atreven a rebelarse. En un diálogo abierto a un mes de su absolución, Relmu Ñamku reflexiona sobre su caso y nos comparte su análisis.
Para comprender el caso judicial primero es necesario entender el contexto y desde el comienzo del juicio iniciado contra la Comunidad Winkul Newen el día 26 de octubre, así lo manifestó la defensa. “La comunidad se encuentra en la zona centro
de la provincia de Neuquén donde la explotación petrolera y minera está a flor de piel” aclara Ñamku al iniciar el diálogo “somos víc<mas de este sistema que se está instalando en nuestro territorio,durante décadas hemos resis<do al avance de esta explotación”. La referente recuerda, “veníamos de un proceso judicial muy duro, fuimos judicializados por enfrentarnos a esa explotación en el
año 2012, donde atravesamos muchos desalojos e inspecciones, la militarización del territorio y la detención para que la empresa pudiera ingresar a la comunidad sin jus<ficar y sin la previa consulta que tenemos y que debe estar garan<zada por el Estado”. El caso por el que se la acusó inicialmente dató a par<r de ese año si bien, la comunidad ya contaba con denuncias previas ante el avance extrac<vista en su territorio, en ese marco la referente expresó “nosotrxs en ese año resis<mos un desalojo, que estaba previsto con topadoras y policías para ingresar a nuestro territorio que se encontraba cerrado por un alambrado sobre la ruta, la empresa llegó y quiso avanzar sobre ese alambrado y nosotrxs resis<mos, y lo hicimos con piedras, en cinco minutos logramos que todos esos vehículos se fueran” sin embargo el triunfo duró poco en la comunidad ya que “a las pocas horas quedamos detenidos por dos días debido a que una oficial de jus<cia aparentemente había sido herida por el impacto de una de las piedras en su camioneta” , aclara.
A par<r de ahí comenzó la causa que, “inicialmente fue bajo la carátula de ´lesiones´ y después cuando la jus<cia lo toma y comienza a verla la transformó y caratuló en ´tenta<va de homicidio con alevosía´ y pedían quince años de prisión para mí a quien acusaban de haber <rado esa piedra y para los otros dos hermanos que los acusaban por ´daños´” manifestó. Ñamku recuerda que se trataron de “tres años de mucha presión tanto para mi y toda mi familia como así también para nuestra comunidad y el conjunto del pueblo mapuche”. Pero advierte, “como comenzamos a ver que este plan se iba a extender a todo el mundo, logramos que sea una preocupación de todos los pueblos originarios y organizaciones ya que lo que veíamos era que con esta causa lo que se pretendía era instalar la acusación a las luchadoras por el territorio como juicio tes<go”. En esa línea se llevó a cabo este juicio que aparte, de estar montado como un circo en el predio lindero a los tribunales de la ciu-
dad de Zapala “tenía un condimento especial” según la referente mapuche ya que “se trataba de un juicio por jurado que si bien es algo nuevo se va a transformar en el código penal de todo el país como figura, nos impusieron el juicio por jurado como si nuestro caso fuera de extrema gravedad para lo que se suele u<lizar esta forma, sin embargo nuestros abogados solicitaron que este sea intercultural donde la mitad de ese jurado sean mapuches”.
Pero Relmu no se de<ene demasiado en el desarrollo del juicio, ni en las violencias y falsas acusaciones que tuvieron que atravesar durante los diez días que duró, y enfa<za “por suerte logramos salir absueltos, el veredicto fue no culpables y para nosotros fue toda una victoria no sólo para la comunidad sino para todxs”. Una causa que se hizo colec<va gracias al “acompañamiento de muchas organizaciones y por dis<ntas comunidades de nuestro pueblo que se encuentran atravesadas por la misma problemá<ca” inclusive recuerda que a par<r de la repercusión “los fiscales salieron al día siguiente de la finalización del juicio a decir que el jurado había sido presionado porque la comunidad había montado un
circo de pueblos originarios y organizaciones de derechos humanos”.
“Si bien nada es gra<s y fue mucha presión la vivida desde el 2012” advierte Ñamku, “tambíen es para nosotrxs un orgullo saber que el único negocio petrolero que se encuentra parado por la lucha es el de nuestro territorio”. Durante tres años la comunidad fue “demonizada como lxs violentxs para tratar que lleguemos solxs al juicio sin embargo, fue todo lo contrario porque lo que nos acompañó todo el <empo fue la solidaridad” reflexiona felizmente y con<núa “este caso supo trascender porque ya no se trataba de Relmu Ñamku ni por la Comunidad Winkul Newen, era por todxs eso es un triunfo de los pueblos que demostramos que, cuando está en juego algo tan grave como la libertad y la vida producto de la defensa de la naturaleza logramos fortalecernos”. Sin embargo, como era sabido, la lucha no termina acá y Ñamku advierte “vienen <empos duros, donde nos vamos a tener que seguir encontrando en las calles y si bien para nosotrxs no es nada nuevo creemos, con la experiencia del juicio, que necesitamos una mejor organización para resis<r de otra manera”. 27
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El activismo queer en España
La Radical Gai: sobrevivientes que vuelven de la guerra Por Gustavo Pecoraro
“Alguien tendrá que hacer la prevención”. Con estas seis palabras al pie de página, La Radical Gai firmaba los panfletos con que le plantó cara a la desidia gubernamental tanto del PSOE y del PP en el combate de la pandemia del sida en España. Eran los duros primeros años de la década del ’90 donde murieron millones de personas y donde se perdió una brillante parte de la vanguardia ac<vista LGBTI mayoritariamente varones homosexuales. La Radical Gai nace en 1991 en Madrid en el barrio de Lavapiés (a escasas calles de la Puerta del Sol) donde viven los inmigrantes más pobres en casas aún sin rehabilitar en esos años, de calles oscuras, de precariedad y abandono. El barrio que fue cuna de los movimientos anarquistas, de sectores de la izquierda más radicalizada, de grupos an<sistemas, de los colec<vos de Okupas, organizaciones LGBTI no oficiales y asociaciones de inmigrantes de todo <po. Con gran influencia en las experiencias polí<co-militantes del 28
ACT-UP New York, o ACT-UP París, aparece en forma de cachetazo a la inacción gubernamental, a la de la administración pública, de los par<dos polí<cos o del sector biomédico, pero también (y ante la falta de medidas sanitarias, sociales y polí<cas en las <moratas mentes del gobierno del PSOE de Felipe González) a la incomprensible <bieza de las organizaciones LGBTI “oficiales” (Javier Sáez, sociólogo y ac<vista gay español que se incorporó a LRG a mediados de los 90, nos relató que “la mayoría de los grupos gays de España no querían hablar de eso en aquel momento porque daba mala imagen”. Alguien <ene que salir a parar esto Los 1º de diciembre los ac<vistas de La Radical Gai se plantaban frente al Ministerio de Sanidad en el Día Internacional de la lucha contra el Sida, y lejos de encender velas, tomaron las formas de expresión polí<co-ar=s<cas que también manejaba ACT-UP París y ACT-UP New York.
“El Ministerio de Sanidad <ene las manos manchadas de sangre” denunciando al gobierno socialista que seguía pensando que el sida era sólo una cues<ón de “homosexuales”, y cuya primera campaña de prevención la realizó recién a finales de la década del `80. En 1993 España se encontró en una recesión económica que obligó al gobierno de Felipe González a recortar el presupuesto para la salud, la educación y la cultura, lo que de inmediato desató innumerables inconvenientes en la atención sanitaria de miles de personas viviendo con VIH. Mariano Rajoy, más de dos décadas después aplica el mismo recetario, y lo amplía quitándole la sanidad universal a 1.000.000 inmigrantes que trabajan y viven es España en situación “irregular”. Desprecio, subes<mación ins<tucional y genocidio.
Como Reagan, Menem, y tantos otros. El escritor y crí<co de cine Eduardo Nabal, fue otro de los integrantes de la organización y sitúa esos años como “una forma de recuperar el espíritu comba<vo ante el ya entonces amenazante capitalismo rosa. Fue un momento de mucha lucha polí<ca en Madrid y donde había esperanzas de cambio y renovación del movimiento”. Además de su ac<vismo polí<co, La Radical Gai fue de los primeros grupos en producir teoría como proclamas uniendo su experiencia con organizaciones foráneas como Queer Na<on, Lesbian Avengers Outrage, Guerrillas Girls o Women 's Art Coali<on, y las ACT-UP. Sus aliadas naturales que también habitaban e interactuaban en el barrio de Lavapiés, fueron el colec<vo LSD que se deno-
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minaba de diferentes formas (Lesbianas Sin Dudas, Lesbianas Sobretodo Diferentes, Lesbianas Sin Dinero, Lesbianas Sangran Diluidamente, Lesbianas Se Difunden, etc).
Fefa Vila del grupo LSD en una entrevista realizada por Gracia Trujillo y Marcelo Expósito en 2004 cuenta que: “El 1 de diciembre, durante esos años, no había absolutamente nadie en este país que se manifestara ni que hiciera nada, aparte de La Radical Gai y LSD en la puerta del Sol, haciendo ac<vismo en el Ministerio de Sanidad. Tuvimos movidas porque nos censuraron ciertos ar=culos, fue un momento de negociación de nuestra supervivencia como sujetos deseantes y también como sujetos (sicos. En aquella época, de repente, en La Radical Gai muchos descubrieron su seroposi<vidad; y también lo era el noventa por ciento de nuestros amigos y de mucha gente que conocíamos alrededor”. Ac<vistas que pasaron a poseer cuerpos que se transformaron en “campos de batalla”, que necesariamente tuvieron que involucrar para la lucha. Lucha que se hizo cuerpos, porque sin esos cuerpos -o con esos cuerpos muertos- no exis=a lucha y la batalla estaba perdida de antemano. “La primera revolución es la supervivencia” clamaban en la revista “De un Plumazo”, y que mejor frase para resumir la lucha polí<ca del ac<vismo mundial de finales de los ochenta y principios de los noventa. Entre los integrantes de LRG (además de los ya mencionados Nabal y Saez) estaban Paco Vidarte y Ricardo Llamas (que produjeron trabajos teóricos vitales para la construcción de la teoría queer), Sejo Carrascosa, José Decadi, Andres Serna, David Amor, Jose Garcia, Juan Argelina y Eduardo Nabal. Precisamente Saez, autor de “Teoría queer y psicoanálisis”, “Por el culo” (junto a Sejo Carrascosa), y “Teoría queer. Polí<cas bolleras, maricas, trans, mes<zas” (junto a Paco Vidarte y David Córdoba), nos contó que su par<cipación “supuso una perspec<va polí<ca nueva del ac<vismo marica, una apertura a debates más complejos que el simple movimiento lgbt, las alianzas con lesbianas (el grupo LSD jugó un importante papel), con feministas radicales, con discursos nuevos donde incluso se cri<caba la homofobia de muchos grupos de la izquierda, conocer a otros ac<vistas que tenían muchas ideas y de los que 30
aprendí mucho. También supuso un espacio donde se usaba el humor y la ironía como herramientas de lucha, y un espacio donde pude conocer a teóricas y ac<vistas de otros países como Butler, de Laure<s, Michael Warner, las acciones de Act Up París, etc. (…) Es evidente que había una preocupación, el sida hacía estragos entre los gays en aquel momento, era necesario organizarse y luchar contra el sida, contra las polí<cas del gobierno, o su falta de polí<cas contra el VIH”. Produjeron can<dad de materiales teóricos y propagandís<cos como fanzines, carteles, o las revistas De un Plumazo (ya citada) y Non Grata. Sejo Carrascosa lo cuenta de la siguiente manera: “La Radical Gay nacía de una escisión de COGAM, el colec<vo gay de Madrid, que asis=a a una deriva claramente reformista que perfilaba su posterior camino a acercarse a posturas claramente ins<tucionales desde lo que llamaban “pragma<smo polí<co”. Quizá lo que había detrás de ese “pragma<smo polí<co” no era más que la intención de conver<rse en una asociación para la oferta de servicios, información, ayuda psicológica o legal a la comunidad gay. El distanciamiento de este “pragma<smo polí<co” facilitó en los ac<vistas de LRG la eclosión de formas de hacer y pensar polí<cas que, aunque por aquella época se ignorara, luego se llamarían Queer”.
Todos los entrevistados coinciden en que el legado teórico más importante de la organización fue el acercamiento de la teoría queer y la propia producción con los libros de Ricardo Llamas y Paco Vidarte “Homogra(as” y “Extravíos”. Nabal incorpora también “los trabajos de Javier Sáez, Beatriz Preciado o, sobre todo, el libro colec<vo "El eje del mal es heterosexual". Este libro es heredero del ac<vismo de la Radical Gai”. Al respecto Javier Saez puntualiza en la entrevista que le realizamos que “el libro de Llamas “Construyendo Siden<dades, estudios desde el corazón de una pandemia” supuso el primer ensayo importante sobre el sida en nuestro país, y “Teoría torcida” es un buen trabajo de inves<gación con una perspec<va crí<ca sobre la “homosexualidad”. “Homogra(as” y “Extravíos” fueron dos bombas teóricas que
aportaron muchas ideas y enfoques brillantes sobre la iden<dad, la homofobia, los <pos de ac<vistas, las subculturas gays, etc.; en aquel momento, finales de los 90, no había casi textos de ensayo sobre estos temas en España, y estos libros incluso hoy siguen siendo muy actuales, además de tremendamente diver<dos. Muchos años después de la disolución de la Radical, Paco (Vidarte) escribió “É<ca marica en mi opinión es uno de los mejores libros que se han escrito sobre polí<cas lgbt”. Por úl<mo, otro de los legados que dejó La Radical Gai fue la apropiación del insulto como reivindicación iden<taria: el maricón como postura polí<ca en oposición a un movimiento lgbt incipiente que “buscaba cierta respetabilidad” y que usaba palabras como homosexual o gay, que trataba de situarse en los espacios de poder o en los par<dos polí<cos planteando una estrategia diametralmente opuesta (creo que no por ello excluyente) a la de LRG.
“En aquel momento autodenominarse marica o maricón era bastante chocante, incluso hoy lo sigue siendo, de modo que supuso una posición polí<ca de apropiación del insulto y de desac<vación del mismo”, concluye Javier Saez. El colec<vo ac<vista madrileño La Radical Gai se disuelve en 1997, tras seis años de militancia. Su legado se vive hoy en los nuevos grupos lgb< del ac<vismo queer como la Asamblea Transmaricabollo. Su desaparición polí<ca, el rela<vo control de la pandemia del sida, la eficacia de los nuevos tratamientos retrovirales, y los cambios polí<cos, dieron paso a un ac<vismo más ins<tucional, generando otras referenciales que optaron por ganar otros espacios, con otras agendas que lucharon por la aprobación de leyes que beneficiaron al colec<vo LGBTI. En 2008 muere Paco Vidarte, una pérdida significa<va. Su producción teórica, sobre todo “É<ca Marica” debe ser lectura imprescindible para cualquier ac<vista LGBTI. 31
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Nos volvimos activistas sin darnos cuenta En la Argen<na, María Belén Correa- junto a Nadia Echazú, Lohana Berkins y Marlene Wayar- fue una de las ac<vistas trans más visibles en la resistencia de trincheras durante los ostentosos años noventa. A lo largo de su trayectoria, María Belén exploró las más diversas formas de denunciar la sombría situación de las traves<s, inclusive desde su veta ar=s<ca al componer espectáculos contestatarios. Luego se volvió en una andarina migrante. En la actualidad, reside en Estados Unidos, ante un pedido de asilo polí<co tras su par<da por la dura represión ins<tucional contra su comunidad. Eso fue en noviembre de 2001, después de haber intervenido de la Marcha del Orgullo con su show en una fiesta organizada por el fanzine Homoxidal 500, referente local ineludible del queer punk/ homocore, que tuvo su circulación dentro del contexto de alzamientos contra el neoliberalismo. En este reportaje hasta ahora inédito,llevado 32
Por Mabel Bellucci*
a cabo junto con Mar=n De Grazia en octubre de 2008, nos importó rastrear principalmente los inicios de su ac<vismo trans, en 1993, a par<r de los acercamientos y controversias con aquellas figuras prominentes del movimiento LGT de ese entonces.
¿Cómo fue tu acercamiento a la militancia trans? A los 17 años lo que veía de ac<vismo era a los hermanos Jáuregui en televisión en los finales de los ochentas. Después de las transexuales que salían en Nuevediario, eran las chicas que trabajaban en Panamericana. Yo vivía en Luján, provincia de Buenos Aires. Alquilé un departamento en Capital Federal y conozco a dos transexuales y me dicen que “Yo era traves<” y yo les digo no. Tenía pelo largo, maquillaje pero yo les decía que no. En ese <empo usaba el nombre de varón pero tenía aspecto de mujer. Cuando me decían “señorita” me ofendía porque yo consi-
deraba que ser traves< era totalmente nega<vo: no me drogaba, mi familia no me rechazaba, no me pros<tuía entonces yo me decía a mí misma ”yo no soy traves<”. Sabía que tampoco era gay. Lo que tenía como imagen de las traves<s que no era lo que yo esperaba que fuese. Después conozco a Claudia Pía Baudracco una trans que había venido de Italia. Ella me contó cómo se vivía allá con respecto al tema de la libertad. Al poco <empo le digo que se venga a vivir a mi casa. ¿Estamos hablando de los noventa, es así? En el 93 se armó el grupo Asociación de Traves<s Argen<na (ATA) en mi cumpleaños. Cuando estábamos en un cumpleaños el tema de conversación era primero contar a las invitadas que estuvieran todas y que no haya caído alguna presa. Y después siempre la misma conversación: caer presa, ser golpeada, ser arrestadas. Entonces Claudia dijo
“armen un grupo”. Era una reunión de 10 o 12 chicas. Nosotras no podíamos hacer festejos porque caía la policía. Tampoco podíamos reunirnos en un bar ni podíamos ir dos chicas al cine, lo hacíamos de a una porque dos llamaba la atención.
¿Había alguien antes de ATA? Estaban las chicas del Tigre que denunciaban el edicto que prohibía salir a los hombres con el torso desnudo, no podían salir a la calle porque iban presas. Cuando se quita ese edicto, por allí por el ochenta y pico, cansadas todas de ir presas y que siempre las trataran de hombres entonces ellas se reunieron frente a la Catedral, en donde se originó la marcha años después, y se quedaron con las tetas al aire, diciendo que si éramos hombres podíamos estar caminando por la calle con el pecho desnudo. Las reprimieron y fueron todas presas, así de simple. Ese fue el primer grupo que hizo la primera manifestación. Luego, vino Kenny De Michelis con Traves<s Unidas pero ya era la época de la televisión.
Y¿ cómo empezó tu ac5vismo? Mi ac<vismo empezó cuando yo conocí a Claudia Pía. Me llenó la cabeza que teníamos derechos, que debíamos sacar nuestro documento, que podíamos salir a la calle libremente como en Italia, que no teníamos que ir presas. Fue de casualidad por haberse hecho la reunión en mi casa. La “Asociación de Traves<s Argen<na” era un nombre que nos puso la policía no lo pusimos nosotras. Mientras nosotras discu=amos nuestros derechos, ellos cuando nos detenían nos preguntaban “¿Quién te crees que sos de la Asociación de Traves<s Argen<nas?” Traves<, en 1993, era un término muy fuerte. En la primera nota que salió en Crónica decía ATA pero no lo desglozaba porque no podían poner traves<, era muy fuerte. Carlos decía que poner “Asociación de Traves<s Argen<-
nas” era como poner “Asociación de Putos Argen<nos”. En ese momento era un insulto y nosotras lo dimos vuelta y del insulto pasó a ser el orgullo. Por eso, en pocos lugares se usa tanto la palabra traves< como sinónimo de ac<vista como es en la Argen<na, como en Sudamérica. Nosotras somos transgénero, eso es la palabra exacta. ¿Pero cómo vamos a cambiar si nosotras mismas nos denominamos traves<s? En ese momento, no teníamos ni idea si estábamos encerradas en un departamento. No sabíamos nada de lo que pasaba en el mundo, no había internet en ese momento. Recuerdo que nos quedamos heladas cuando recibimos una invitación de Brasil a ATA. ¿Cómo se enteraron?
Foto: ATTTA
Vivíamos enclaustradas en un departamen<to.
¿Cómo llegan a conocer a Carlos Jáuregui? Ya teníamos nuestra asociación en el 93 y sabíamos que se hacía la Marcha del Orgullo. Se reunían en “Contramano” pero nosotras no podíamos entrar, había un cartel en la puerta que decía “Prohibido la entrada de traves<s”. Y allí era la reunión de organización de la Marcha, donde asis=an las agrupaciones gays y lesbianas de aquella época. Caímos sin ser invitadas, de atrevidas nomás porque todavía nadie todavía nos había invitado, tenías que ser invitado por alguna de las asociaciones que estaban en la organiza-
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ción. Aparecimos en la Marcha con una cartulina que decía “Asociación” y estaba mal escrito: en el lugar de la s pusieron la c y uno de los abogados de la CHA vino a decir “Esto está mal escrito” en vez de decirnos “Qué suerte que están acá”. Y fue el mismo abogado éste que se quejó porque nosotras pedíamos que nos nombren en los carteles de las Marchas. Nosotras fuimos a la primera Marcha con la cartulina, no fuimos a la reunión. Eran 50 personas y nosotras 5 estábamos al costado con esa cartulina mal escrita y mirando a los costados por miedo a que nos llevaran presas. Estaba Traves<s Unidas que era Kenny solita con su amiga, nada más. Ellas estuvieron en la primera reunión pero no en la primera Marcha. Y nosotras después estuvimos en la tercera Marcha y no en la reunión de organización. Durante la primera, la segunda y la tercera era la Marcha del Orgullo Gay- Lésbico. Por eso primero tuvimos que hacer nuestra lucha interna dentro de la comunidad gay-lésbica.
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¿Quiénes son los primeros que se acercan a ustedes de la comunidad gay? César Cigliu? y Marcelo Ferreyra en la misma Marcha. Nos vinieron a preguntar quiénes éramos y nos dieron los teléfonos. A los dos meses nos allanaron en mi casa porque las reuniones se hacían allí, las demás vivían en hoteles. En esa misma Marcha nosotras habíamos conocido al Pastor Roberto González. Comenzamos a ir a la iglesia y nos invitó a las reuniones que se hacían en Paraná. Mientras nos estaban allanando justo llamó el pastor González desde Paraná y le avisamos. Y allí donde aparecieron los abogados de Gay DC y hubo quiebre y se comienza a discu<r los que nos apoyaron y los que no nos apoyaron. Y allí conocí a Carlos Jáuregui y hablé con él. Sus amigos se reían porque yo decía que lo conocía de la televisión. Lo estaba tratando como si fuese una diva, una estrella. Quizás no era la primera en decirle eso, era la verdad porque yo lo recordaba con su hermano Roberto de en un
programa que hacía el Negro Fontova con Jorge Ginzburg “Peor es nada.”
¿Eran los abogados de Gays por los Derechos Civiles? No era el grupo de ac<vismo de la comunidad GL de Paraná. El grupo de Paraná eran las reuniones de lesbianas y gays. Fueron dos reuniones que tuvimos en Paraná y después vino el allanamiento en mi casa. Se enteraron los chicos de Paraná y cayeron los abogados de Gays DC, que eran Marcelo Feldman y Angela Vanni, en el momento de la emergencia cayeron los dos y después nos largaron. Después para saber cómo era el proceso se quedó Angela solamente con nosotras. Y a par<r de allí, fue la abogada de la asociación. ¿Había resistencia por parte de los gays a que se integrasen? Sí, por supuesto. Por ejemplo, nosotros no cambiamos de un día para el otro que fuera
la Marcha GLT. Pasaron muchos años. Yo tenía el afiche de la primera Marcha, de la segunda y tercera. En la cuarta Marcha era la que decía gay-lésbica y abajo chiqui<to decía “marchamos todos juntos gays, lesbianas, traves<s y transexuales” pero seguía siendo el mismo slogan. El mismo abogado que nos señaló la falta de ortogra(a en el cartel, un día nos dijo ofuscado ”¿Encima que las dejamos desfilar quieren ustedes ahora cambiar el nombre?” Internacionalmente se llama marcha del orgullo gay, agregamos a las lesbianas y ahora quieren ustedes también que las nombren. Si coparon toda la prensa.
¿Y vos por qué pensás que Carlos era así con Ustedes? El decía que nosotras habíamos traído como aire nuevo al ac<vismo. En ese <empo estábamos trayendo una realidad dis<nta a la que ellos tenían. Ellos estaban con la Unión Civil y nosotras estábamos diciendo no podemos vivir, no podemos caminar, no podemos ir al supermercado. Literalmente así eran las cosas. Fue el primero que vino a las reuniones nuestras, nunca César ni Marcelo fueron. ¿Un gay que vaya a una reunión de traves<, no? La revista Nexo también colaboró. Ellos nos prestaban una pieza para hacer reuniones porque en mi casa no daba más. Carlos llamaba y decía “voy a tener una reunión con las chicas de ATA y necesitaría el espacio”. Y quién le iba a decir que no. Nos solucionaba las cosas: hacia nuestros comunicados de prensa, nuestro discursos porque nosotras no sabíamos hacerlo. Acuerdénse que el grupo entró en Internet en 2001. Carlos nos recalcaba “Tienen que presentarse como un grupo porque es más importante que representarte a vos misma”. Y no nos dijo “vengan a Gays DC y sean parte” sino nos dijo “armen su propio espacio”. El decía que nosotras teníamos que tener un nombre, nunca quiso apropiarse
de nuestro trabajo. Cuando ustedes comenzaron a llenar las marchas no habrán pensado lo mismo… A ver, hay un escrito que contaba que nunca se iba a borrar de su memoria lo que nosotras hicimos en la tercera Marcha. Nosotras aparecimos en la Marcha con buzos fucsias hasta el cuello, para que no nos digan que íbamos con las tetas al aire, y le estampamos en el centro el nombre de ATA, una bandera gigantesca de 8 metros y un megáfono (que tuvimos que hacer una colecta para comprarlo). Y todas fuimos en el subte con la abogada. La policía al vernos no nos dijo nada porque éramos 60. Para muchas chicas era la primera vez que viajaban en el subte. Parecía un jardín de infantes, todas juntas. Estrenando el megáfono dentro del subte y decíamos no miren. Mientras Nosotras entramos por atrás de la Marcha con el megáfono abierto avisando de nuestra llegada. Parecíamos un grupo de piqueteros. Todas agarradas de los brazos así porque era normal que manotearan alguna y se la llevaran porque estábamos haciendo contravención.
¿Vos recordás una interna con Kenny con compañeras de otra nacionalidad? Kenny era bastante específica. No le gustaba ejercer la pros<tución en la calle; ella lo hacía en Palermo. Estaba sola y le convenía estar sola. Era ac<vista para ella misma, porque sacaba su propio beneficio. A Kenny si la dejaban parar, era una cues<ón de trabajo y no de ac<vismo. Pero si paraba una chica a su lado, o era una extranjera, entonces llamaba a la policía para que la llevaran presa. Ese mismo reglón fue el que nos ayudó armarnos. Nosotras no éramos Kenny, nosotras no fuimos a Traves<s Unidas porque además éramos un grupo de 15 que estábamos ya
organizadas en ATA. Yo era la menor del grupo y estaba allí porque esa era mi casa porque yo no tenía noción de lo que estábamos haciendo. ¿Y cuáles fueron sus reclamos? Lo que entendíamos era que nos dejaran de molestar porque estábamos cansadas de estar presas. Claudia nos decía “para no estar presar hay que hacer como las italianas que se degollaban en la plaza del Va<cano pero yo decía “no quiero degollarme”. Nosotras lo único que queríamos era que nos dejaran ir a comprar al supermercado. Ni siquiera HIV. Porque si yo le decía a una chica “tomá usá un preserva<vo porque te vas morir de SIDA”, ella me decía “si la policía me va matar dentro de unas horas, vos vas a venir con el preserva<vo dejáme de molestar”. La expecta<va de vida era totalmente dis<nta y el ac<vismo también. Angela que era una abogada muy pilla nos dijo “vístanse de hombres para que la policía no las metan presas”. Si el edicto decía ves<menta contraria al sexo, “vístanse con pantalón”. Ella dejó su trabajo y se dedicó por completo a nosotras. En la Marcha que te relaté salimos con pantalón de jean y buzos fucsias. De allí quedamos iden<ficadas como “las que tenían pantalón era las de ATA”. Las que no tenían pantalón y seguían pagando la coima, salían desnudas. Así, fueron nuestros orígenes: empezamos a ves<rnos con un es<lo unisex. La policía nos decía “las traves<s de jeans”. Realmente, no pudieron más que quedar desconcertados. En ese momento fue toda una revolución. Nosotras nos volvimos ac<vistas casi sin darnos cuenta. *Ac<vista feminista queer. Autora Historia de una desobediencia. Aborto y Feminismo. Editorial Capital Intelectual. Buenos Aires, 2014.
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n i u n a m e n o s
Morir por amor Por Karina Sosa
A ocho meses de la histórica marcha del “Ni una menos” el movimiento de mujeres en la Argen<na, como actor polí<co, está parado en otro lugar. Cambió la coyuntura. En la movilización se notaba que fueron personas independientes que no están acostumbradas a movilizarse, era un hormiguero, además de lxs que se movilizaban en columnas con sus organizaciones sociales y polí<cas. Cuando trabajamos en talleres de prevención de violencia hacia las mujeres lo que aparece mucho es: “si le pegan es porque le gusta”, o “es tonta, si lo hizo una vez y se sigue quedando”. Esto no es un problema individual sino una construcción social, polí<ca e histórica de que eso es el amor, de la que el capitalismo se sirve y no se sostendría sin las mujeres al servicio de la reproducción del resto de la sociedad. Quizá para los hombres y mujeres que no están inmersos en una relación violenta 36
cuesta entender cuál es el corazón de esta problemá<ca. Por un lado está el mito del amor román<co, y por el otro la “fragilización de las niñas”, el hecho de que una mujer adulta tenga que seguir teniendo una especie de tutela del marido, o protección de un hombre, y depender. Este haber sido criada “para otro”, “para los otros”, pone en un estado de vulnerabilidad muy alta a todas las mujeres. “Ignorancia, inocencia, y virginidad”[1], son los pilares en los que se construye la subje<vidad femenina. Las mujeres no tenemos que saber sobre nuestros cuerpos, no tenemos que tomar decisiones, esto queda en manos de los hombres, y esta pasividad garan<zaría el poder “ser amadas y elegidas”. Este dejar en manos del hombre todas las decisiones sobre tu cuerpo, tu vida… y que el amor “es todo”, enferma, lleva a soportar y a vivir en la violencia, hasta morir “por amor”.
Este problema pone en escena qué concepción tenemos del amor, y más profundo aún, de la sexualidad, que heredamos de la matriz judeo-cris<ana, seamos creyentes o no, nuestras ideas de qué es un matrimonio o qué es la familia están determinadas por esta matriz. Esta construcción subje<va hace que cualquier mujer potencialmente pueda sufrir violencia. Quizá no a los niveles de morir por femicidio, pero un ejemplo claro de la su<leza de este problema es pensar cuanto de las familias y matrimonios “felices”, y “familias <po” se sos<enen a costa de los sacrificios y “silencios” que soportan las mujeres, porque son las responsables de que un matrimonio se sostenga, sino algo mal están haciendo. Sacar los pies del plato, hacer algo dis<nto que no sea estar al servicio de la reproducción de los demás, niños, ancianos, marido, <ene un costo psíquico muy alto para las mujeres, y esta también
es una cara más de la violencia que ejerce el patriarcado. Buena parte del padecer humano en las relaciones, se nos pierde sino lo miramos desde una perspec<va de género. A la problemá<ca de la violencia hacia la mujer y las posibilidades de salir de una relación violenta se suma la pertenencia de clase. Las mujeres de la clase trabajadora tenemos un doble desa(o. La falta de independencia económica o la desocupación, agudizan las dificultades para romper los lazos con el agresor. Esto es muy notorio en los casos de violencia de género y abuso sexual. Madres que no <enen a donde ir o adolescentes que no quieren denunciar al abusador porque no <enen quien se haga cargo de ellas, que
son menores, si logran romper con el agresor. Cuando una mujer está años sufriendo violencia, su autoes<ma, sus recursos personales para salir están destruidos, está en un estado de indefensión, ya no puede hacer cosas para cuidar de sí misma. Cuando logra pedir ayuda, en la salita, en la escuela o en el hospital, es el Estado el que falla porque no puede atender adecuadamente y vuelve a esa relación en la que corre riesgo su vida. Con los años se va quedando sola porque el agresor se encarga de aislarla de su círculo ín<mo, de la gente que podría haberla ayudado. Quizá el éxito de la acción militante del “Ni una menos” fue justamente, poner en escena, en la agenda polí<ca nacional,
Foto: Florencia Di Tullio
que sea no<cia en los medios: que una mujer muere por femicidio por día. Que exigimos polí<cas públicas que impacten en la prevención, que necesitan presupuesto para frenar la violencia, y no los polí<cos sacándose “selfies” con el cartelito. Que es necesario que deje percibirse como natural lo que siempre sucedió en la historia, que las mujeres fuimos educadas, subje<vadas para la fragilidad y la dependencia, y está en el trabajo consciente y militante con otras mujeres, la necesidad de despatriarcalizar y visibilizar en lo micro (y en lo macro) cuántas violencias ya no vamos a soportar. [1] Fernández, Ana María; Las lógicas sexuales: amor, polí<ca y violencias, Nueva visión, 2012
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c i e n c i a
“ Anóni mo, much a s veces, era una mujer”:
las científicas y la politización de la ciencia de los géneros y el feminismo Por Bárbara Bilbao*
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I. Virginia Woolf decía: “las mujeres para poder escribir necesitan mucho dinero y un cuarto propio” y nos urge el deseo de analizar la relación entre mujeres y ciencia a través de la lectura de dos textos literarios feministas: “La mujer rota” de Simone de Beauvoir y “Un cuarto propio” de Virginia Woolf. Indagar en torno a los “silencios” o “prejuicios” en diversos posicionamientos polí<cos respecto del lugar que ocupan las mujeres cien=ficas. Reflexionar cuáles son los desa(os de las cien<stas sociales para lograr la igualdad en el campo. Interpretar si los cambios sobre el rol de la mujer en la ciencia a par<r de
mediados de siglo XX han establecido modificaciones estructurales en la producción del conocimiento desde una perspec<va de género o sólo ha sido un cambio de <po simbólico que man<ene la desigualdad entre mujeres y varones en los ámbitos de saber y poder. II. La producción cien=fica se conforma, en el capitalismo, como un lugar de disputa, competencia y poder. La división entre géneros y sexualidades por parte del patriarcado marca una diferenciación entre varones y mujeres; asociándolo históricamente, a la división de “roles” dentro del sistema produc<vo. La separación del trabajo
en términos de género: tareas privadas (mujeres) y tareas públicas (varones). El “valor” (económico y simbólico) en torno a la producción, creación y difusión académica sigue estando en disputa. Dos escritoras fundamentales del feminismo del siglo XX: Simone de Beauvoir y Virginia Woolf, vienen a decirnos que la historia de los vencidos, implica una historia de las vencidas. La escritura de estas mujeres intenta develar lo oculto, lo secreto. Hay un escribir femenino que las lleva a configurar un es<lo y también una esté<ca. En un mundo de escritura masculina, ciencia masculina, polí<ca masculina, las mujeres
aprendemos que el modo en que debemos disputar ese territorio de la producción escritural, debe ser masculino. Sin embargo, por nuestra propia historia, las mujeres hacemos y decimos diferente. Simone de Beauvoir dice: “La mujer rota es la víc<ma estupefacta de la vida que ella misma eligió: una dependencia conyugal que la deja despojada de todo y de su ser mismo cuando el amor le es rehusado. Sería en vano buscar moralejas en estos relatos; proponer lecciones, no; mi intención ha sido totalmente diferente. No se vive más que una sola
vida, pero, por la simpa=a, a veces es posible salirse de la propia piel. Me siento solidaria de las mujeres que han asumido su vida y que luchan por lograr sus obje<vos; pero eso no me impide al contrario, interesarme por aquellas que, de un modo u otro, han fracasado y, en general, por esa parte de fracaso que hay en toda existencia” (“La mujer rota”, 1968). La primera ola del feminismo, mediados del siglo XX, comienza a problema<zar el lugar de la mujer en la vida privada: los quehaceres del hogar, la atención de los niños/as, el deber con el marido, la esté<ca en
Fotograma: Hayao Miyazaki
los entornos sociales. La co<dianidad es una construcción del capitalismo y del patriarcado. De Beauvoir focaliza su escritura en ideas en torno al “colapso” de la co<dianeidad de la mujer. La mujer, en el texto, desea morir, porque fracasa en su intento de “ser perfecta” para sus hijos, amigos, marido. No puede empoderarse. Su potencia reside en la no declinación de la lucha por emanciparse. La mujer rota es puro acontecimiento y su cuerpo la experiencia del fracaso. Aparece la derrota, deconstruida y resignificada. La mujer rota sabe que
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es el resultado de una sociedad desigual pero no puede manifestarlo. Las mujeres que escriben conocen sobre las imposibilidades. Decía Simone que no es lo mismo escribir para una mujer que para un varón y que una de las tareas del feminismo es lograr que cualquiera que quiera hacer de la escritura un trabajo tenga las mismas condiciones, derechos y accesibilidad al reconocimiento. Esta es una de las ideas centrales del feminismo. El capitalismo y el patriarcado disponen sistemas de compe<ción entre los géneros por el acceso al conocimiento y al capital (económico y simbólico). Este poder es trasversal y relacional. En este sen<do, nuestro sistema de creencias en torno a la producción de conocimiento se codifica en torno a la individualidad y la soledad. El acto de pensar y producir es separado de otros y otras. Se pierde de vista que la escritura en la ciencia puede ser un acto colec<vo (colec<va). III.
“Sin embargo, cuando leemos acerca de alguna bruja que fue sumergida en el agua, de una mujer poseída por los demonios, de una mujer sabía que vende hierbas, o incluso acerca de un hombre muy notable que tuvo una madre pienso que estamos sobre la pista de una novelista perdida, una poeta silenciada, una Jane Austen enmudecida y sin gloria,
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una Emily Bronte que sofocó su inteligencia en los páramos o anduvo desquiciada por los caminos, enloquecida por la tortura a la que la some.a su talento. Por cierto me aventuraria a decir que Anon, que muchas veces escribió tantos poemas sin firmarlos, era muchas veces una mujer” (“Un cuarto propio”, página 65, 1929) . Así nos dice Virginia Woolf cuando escribe y cri<ca en este extenso ensayo en 1929 la historia de las mujeres en la literatura y repone la prác<ca de muchas escritoras que fueron “invisibles”. Woolf explica porque solo las mujeres de clases altas podían (si es que se empoderaban) escribir y cómo la situación no era la misma para una obrera o una mujer en situación de pobreza. Hoy las mujeres no atraviesan la misma situación. La población femenina en las universidades argen<nas asciende el 60% y existe una comunidad inves<ga<va de la que forman parte muchas mujeres, incluso en lugares de poder como decanatos o direcciones de consejos de inves<gación. El movimiento de mujeres ha logrado avances enormes respecto del lugar de las mujeres en el mundo: el voto universal, el divorcio, las leyes contra las violencias, el acceso al trabajo y la universidad, las discusiones en torno al aborto legal y la maternidad por decisión, la visibilización de la explotación sexual y la trata de
personas, apoyando las leyes vinculadas a la iden<dad de género, el matrimonio igualitario, entre muchas otras. En la década del 80, luego del proceso militar que censuró la ac<vidad polí<ca teniendo consecuencias horrorosas como la tortura y la desaparición forzada de personas, se rearma el movimiento de mujeres. Es en los noventa cuando el feminismo se incorpora en la universidad y empieza a discu<r su inscripción en la ciencia. Se avanza en el campo ins<tucional, como consecuencia de la lucha polí<ca que dieron las mujeres. Uno de los problemas fundamentales en los espacios de saber (poder) es la violencia ins<tucional respecto del reconocimiento de la producción intelectual de las mujeres (entre otros problemas ligados a los salarios, etc). Por ejemplo, el nuevo director de CONICET, que asume con el gobierno de Mauricio Macri, el doctor en (sica Alejandro Ceccato, ante la pregunta de un periodista sobre la “ausencia de mujeres en cargos direc<vos” [1] (recordemos que hasta el año pasado la directora del área de ciencias sociales era la historiadora feminista Dra. Dora Barrancos) afirmó lo siguiente: “Creo que es una mera fluctuación estadís<ca. En la ges<ón anterior había cuatro mujeres. Y cuando nos visitan de otros países se siguen sorprendiendo con la alta proporción femenina. La ciencia local <ene un balance casi ideal de géneros. De hecho hoy, en
Somos muchas las
mujeres que formamos
parte de las ciencias y no es menor reconocer que muchas han formado
parte del movimiento de mujeres y el feminismo. Muchos debates de
género, dentro de las instituciones, son
llevados adelante por estas mujeres que
embrionaron sus ideas
en las calles. La “calle” es un espacio de conquista, de desafíos,
luchas y contención.
La “calle” es el lugar donde forjaron su
conexión con los deseos de emancipación.
los estamentos iniciales, hay más mujeres que varones. Luego cambia, pero es un fenómeno social que pasa en otros ámbitos del Estado y en las empresas. Tampoco creo en un sistema de cupos porque en ciencia la mujer es tan compe<<va que no <ene problemas para ganarse su lugar con su capacidad. Tal vez tenga sen<do en otros ámbitos” (Ceccato, 2016). Para Ceccato, que haya una incorporación mínima de mujeres en la ciencia es suficiente para asegurar la “igualdad de los géneros” o que los problemas de desigualdad en la ciencia fuera algo numérico y no polí<co. Pareciera que para Ceccato no hay más de cuarenta años de estudios feministas y de géneros que vienen problema<zando estas cues<ones. Somos muchas las mujeres que formamos parte de las ciencias y no es menor reconocer que muchas han formado parte del movimiento de mujeres y el feminismo. Muchos debates de género, dentro de las ins<tuciones, son llevados adelante por estas mujeres que embrionaron sus ideas en las calles. La “calle” es un espacio de conquista, de desa(os, luchas y contención. La “calle” es el lugar donde forjaron su conexión con los deseos de emancipación. A veces aparecen desconexiones entre el feminismo ins<tucional y el de las bases. Es necesario, en estos momentos, la unión de ambas militancias por fuera de las pequeñas diferencias que puedan llegar a
tener. Es sumamente importante la defensa del lugar de la mujer en la ciencia y la lucha por avanzar en derechos laborales y de género en este territorio. Lo que plantea Woolf acerca de las mujeres, la escritura y su reconocimiento sigue siendo el desa(o en los estratos de poder y en el feminismo. Pensar nuevas estrategias de comunión entre los desa(os de las académicas por sostener los espacios ins<tucionales con una perspec<va feminista incorporando los debates que encarnan las militantes de base; y las militantes de base insis<r en sus pancartas el verdadero reconocimiento de las mujeres en la comunidad cien=fica y que se las considere trabajadoras e intelectuales al igual que los varones. Como dice Woolf, casi como un anhelo, que la escritura también pueda ser un trabajo para las mujeres, que aquellas que lo deseen puedan hacerlo como un trabajo “no privilegiado” ni de clase. * Licenciada en Comunicación Social. Doctoranda en Ciencias Sociales, UNQ. Becaria CONICET. Docente en la UNQ y la UNLP. Mail: barbarabilbao@gmail.com [1] “El CONICET hoy es inviable, necesita un cambio profundo” - Entrevista a Alejandro Ceccato, nuevo director de CONICET, Diario Perfil, 10 de Enero de 2016. Disponible online: h>p://www.perfil.com/ciencia/El-Conicet-hoy-es-inviable-necesita-un-cambio-prof undo-20160110-0041.html 41
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El sepulturero del gran
sueño americano Por Juan Cruz Guido
"No sympathy for the devil, keep that in mind. Buy the ticket. Take the ride" - Hunter S. Thompson
Recordado únicamente como el autor del libro que se convertiría en la película Pánico y Locura en las Vegas, Hunter S. Thompson es necesariamente mucho más que esa escueta mención dentro del egoísta recuerdo de la historia. Thompson logró lo que se propuso cuando, trabajando de copista para la revista Times, transcribía en sus horas libres El Gran Gatsby de Fitzgerald y Adiós a las armas de Hemingway. Logró absorber como ninguno la ironía ácida con que la que ambos -tam42
bién periodistas y escritores- se desquitaban contra el absurdo en el cual que les había tocado vivir. Luego de recorrer Centroamérica como periodista independiente, Hunter consiguió que una revista le pagara por acompañar a los Hells Angels -un violento grupo de motoqueros que alcanzó gran popularidad en la década del sesenta- durante un año. Gracias a estas crónicas pudo alcanzar cierta “fama” que finalmente sólo le valdría una buena paliza de los Hells Angels por querer lucrar con sus historias. Esta situación lo llevó a recluirse durante un tiempo en Aspen, pueblo en el que llegaría a postularse para Sheriff reivindicando la legalización de las drogas y la estatización de los parques
del condado -parques que luego se transformarían en los monstruosos centros de ski que hoy conocemos-. Tras el fracaso en una elección reñida y perdida en los últimos momentos por 75 votos, Hunter abandona la política partidaria, aunque en su vida la política será siempre el gran punto de partida. Para Hunter era inconcebible un cambio que no fuera político. Siendo contemporáneo al movimiento hippie, veía cómo los sueños se desvanecían en la inacción de jóvenes que se pasaban el día echados fumando porro en el campo. Los cambios necesitan acción, la política y el poder se ejercen en la práctica, en la acción, y es eso lo que viene a revindicar Hunter Thompson, exigiéndole al periodista que se compro-
meta con su presente, exigiéndole obligatoriamente que exprese su subjetividad. Para 1971 llegaría su consagración dentro de la historia del periodismo y de la contracultura norteamericana con sus surrealista entregas para la revista Rolling Stone bajo el nombre de Fear & Loathing in Vegas -que más que Pánico y Locura en las Vegas se traduciría algo así como Pánico y Asco en las Vegas- y que ya en su título condensaría lo que vendría a expresar. Si Fitzgerald había utilizado el sarcasmo para burlarse de una sociedad plástica e hipócrita en El Gran Gatsby, Thompson ultilizando el sarcasmo y la ironía corroería en lo más hondo del imaginario del sueño americano para destrozarlo. Los sesenta habían terminado, ya no había paz y amor, ahora era Nixon y Vietnam, el sueño norteamericano era ahora guerra y sangre -¿acaso alguna vez no lo había sido?-
Las entregas finalmente se hicieron libro conjurándonos una de las piezas más poderosas del periodismo del siglo XX, porque a pesar del delirio de sus imágenes, son un sarcástico registros de la realidad, de la realidad tal cual Hunter la percibia. El viaje retrata una verdadera carrera de motos que tuvo que cubrir con Oscar Zeta, un abogado del Brown Power, que luego sería cruelmente asesinado en Chicago. Ambos, en una suerte de Don Quijote y Sancho drogados hasta la médula, se adentran en el máximo estandarte del consumismo norteamericano, la mítica ciudad de Las Vegas.
Hunter, que gozaba de fama de nunca entregar las notas a tiempo, solía presentarlas transcriptas literal de su grabador, lo cual hace que el texto goce de una estructura casi de guión cinematográfico. Sería Johnny Depp el que, volviéndose como un hijo para Hunter, lo convencería de que realizaran la película y, más adelante, de que publicara su única novela, Rum Diaries -novela que el mismo Depp llevaría al cine luego de la muerte del autor a modo de homenaje-. Sus últimos textos denuncian la depresión en la cual se había sumido luego de la elección de Bush. Todo lo que Hunter S. Thompson representaba, todo por lo que él había luchado, le daba ahora la espalda. El Dr. Gonzo
y Raoul Duke habían fracasado rotundamente. No había lugar para ellos en una sociedad en la cual la decadencia parecía no tener límite. Sería inútil pensar que esa academia que nunca tomaría un ácido o un saque reconociera la grandeza literaria de la obra de Hunter. Bien lejos del elitismo de querer ser escritor, Hunter siempre se consideró a sí mismo como un periodista. Un pintor, crítico como pocos, del tiempo en el cual le tocó vivir. Supo entender e interpretar el fin y la frustración de una generación que consideró que podía llevarse todo por delante, pero que tristemente tenía por delante, nada más y nada menos, que al gran imperio industrialmilitar de los Estados Unidos.
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Lo peor de todo es la luz Por Gustavo Pecoraro
“Te vas y vuelves y te vas y todo al mismo 5empo, te siento cerca y al momento te vas como las liebres por el monte paralizadas al sol delante del arroyo y un segundo después corriendo entre las rocas a esconderse, te me escurres entre las manos como agua y te estrellas contra el suelo y desapareces como la llama de la vela que 55la 55la 55la y se ex5ngue dejando un leve olor a humo azulado y un rastro que se pierde hacia el techo hacia arriba y se expande y se deslíe hasta que ya no se ve” Lo peor de todo es la luz es la tercera novela del manchego José Luis Serrano, que a estas alturas ocupa el podio de los mejores escritores contemporáneos de habla hispana 44
que abordan el tema del homo ero<smo y el amor entre hombres. Podio donde resalta no sólo su pluma y su bellísima prosa, sino su constante producción (autor de Hermano, y de Sebas5án en la Laguna de Editorial Egales, y parte de las compilaciones El cielo en movimiento y Lo que no se dice de Editorial Dos Bigotes). En este nuevo libro nos sumerge en una experimentación literaria que astutamente parte el relato en dos. Una de esas partes es una conversación que Serrano man<ene con su marido Mikel a lo largo de unas vacaciones en el país vasco (una acción diaria de tes<monio que abarca sabores, ideas, lugares y sonidos), y la contraparte es la historia de la
profunda amistad entre Koldo y Edorta dos amigos de toda la vida de Bilbao que buscan desesperadamente que el paso del <empo los mantenga unidos sin saber muy bien cómo, pero sí por qué. Una unión más allá de sus respec<vas familias y la co<dianeidad de la ajena in<midad forzada por las convenciones. Esta experimentación -que supongo Serrano nos ofrece como señuelousa el <empo para marcar el relato constante del amor (¿o será del amor constante?). Amor que <ene por su marido. Del de su marido por él. Y, claro, del que sienten Koldo y Edorta (los protagonistas del libro). Pero ¿son Koldo y Edorta las prime-
Lo peor de todo es la luz es poesía pura en forma de novela en la pluma
amante de -reitero- uno de los mejores escritores
contemporáneos de habla hispana que abordan el
tema del homo erotismo y el amor entre hombres.
ras espadas de esta historia? ¿O la su<l ironía del autor nos entre<ene con ellos pero nos cuenta otra cosa? Otro amor que quizás de tan personal no pueda contarse sin pudor, porque de tan amor que es nos despelleja y deja en carne viva (y si bien escribir es despellejarse vivo ¡habrá que seguir contando historias!, digo yo). Entonces un amor se construye sin ocultamientos y en una vida real de abrazos, risas, copas, miradas, atar-
Foto: Enrique AL
deceres y caricias. Y el supuesto otro amor (que se sos<ene sin saberse decir) también es de cada abrazo, cada risa, cada copa, cada mirada, cada atardecer, cada caricia. Uno, se grita. El otro, se susurra. Ambos son puntas que abrochan una misma cadena que rodea los corazones de cuatro hombres que se miran, se huelen, se necesitan. Cuatro que podrían ser perfectamente dos y podemos ser todos. Por eso hablo de experimento.
Porque Serrano es literal pero nos confunde. Y él es Koldo y también es Edorta -quizás-. O es Mikel que también podría ser a veces Koldo -aunque lo creamos mucho más Edorta-. ¿Y quién somos nosotros -sino simples y maravillados espectadorespara subje<vizar a tal o cual? Las palabras ya fueron ofrecidas el autor, hagamos con ellas lo que más emoción nos promueva. Escribe: “Te preocupa ser tú en la novela, en los diálogos, y eres más tú aquí que en ningún si5o. Incluso, probablemente, yo sea también aquí más yo. Al final, como me pasa siempre, quizá no haya escrito una novela sino una declaración de amor”.
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Creemos -¡otra vez simples espectadores!- que le escribe a Mikel. Pero podría ser también Edorta a Koldo. O Koldo renacido liberándose a Edorta. O Mikel -sujeto siempre a la sensatez con que lo pinta Serranoque estalla como el mar en las rocas de algunos de los paisajes que cuenta la novela (otro de los grandes hitos de la literatura de Serrano es contar como pocos, con las más hermosas imágenes, lugares que él ama visitar). Hay una marca de <empo en la novela. El <empo que se escapa o que queda detenido. El <empo que se necesita. El que pasó y no vuelve. El <empo perdido. La pérdida del <empo. Edorta y Koldo <enen el <empo pero no <enen <empo. O quizás podríamos decir que el <empo será de ellos si hacen y dicen las cosas a <empo: “quizás sea eso a lo que me refiero y no a otra cosa: a la repen5na toma de conciencia de que el presente existe, de que es lo único que existe al fin y al cabo”, leemos en la novela. Cuántas veces hemos perdido el <empo en el amor, por callarnos, por no saber qué decir o si decir. Lejos estamos de esos amores que no debían “ser nombrados” sin embargo cuánto Wilde aún anida en nuestros corazones a la hora de pronunciar el amor. Dos hombres se aman con locura pero no “están tan locos” para amarse como locos. Y es ahí -quizás
mi historia personal se entremezcle demasiado con la historia- donde cobra en<dad la carga dramá<ca de Lo peor de todo es la luz: ¿Hasta dónde amar? ¿A qué precio? ¿Cuánto? ¿Cómo? ¿Cuál es el límite del amor?, y, si hay amor ¿debería haber necesariamente sexo? ¿Es el sexo el garante del amor? "Lo importante es amar, se sea o no correspondido" nos dice el autor otra vez provocándonos desde las páginas. Dejándonos mudos y pensando en tantos amores que tuvimos, de los que fueron amores y de los que -también- fueron amores pero no compar<eron amor. Así entra la nostalgia y el recuerdo. Así entra la luz.
Y parece salpicarnos de la brisa marina del país vasco, de las ganas de que ese atardecer en Londres nunca termine, de seguir de juerga otra vez para que tal vez medio borrachos al fin haya un beso, de un futuro que podría ser perfectamente futuro si dos pudieran creerlo, si el amor se pudiera guardar en un frasquito y rociarnos con él cada mañana. Esta tercera novela de José Luis Serrano (creo yo la más autén<camente personal de todas) es no apta para escép<cos. Los desalentados, los <bios, los arrepen<dos, elijan otras páginas. Lo peor de todo es la luz es un libro de amor, de enamorados, de los que somos locos de amor, de los que hacemos locuras por amor, de los que no nos rendimos por amor, de los que aún a miles de kilómetros podemos oler ese amor, de los que le ponemos palabras, y lo veneramos, y para los poetas del amor esos que “siempre están en la resistencia”, y para los que lo buscamos -aún y quizás más por ello- entre el brillo que unos rayos de sol de un atardecer reflejan en el pelo de tu amado.
Lo peor de todo es la luz es poesía pura en forma de novela en la pluma amante de -reitero- uno de los mejores escritores contemporáneos de habla hispana que abordan el tema del homo ero<smo y el amor entre hombres.
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El ojo de Bechdel Por Nadia Beherens
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Un informe de la Universidad del Sur de California apuntó que entre 2007 y 2014 las mujeres tuvieron solo el 30.2% de los personajes parlantes en un total de 700 películas comerciales. Si bien desde dentro de la industria del cine las actrices Emma Thompson y Carrie Fisher denuncian que el sexismo sigue estando arraigado y es muy frecuente, por otro lado, el año 2015 ha tenido abundantes protagonistas y personajes del mundo femenino y trans. Por este mo<vo sen<mos que debemos hacer una difusión sobre este fenómeno. Al parecer, ya no es tan fácil para el mercado eludir el test de Bechdel bajo el que se mide la desigualdad de género en el cine. El ojo ha sido entrenado y sofis<cado. Las historias y las miradas de las mujeres y trans están en foco y se vuelven cada vez más un territorio fruc=fero y atrac<vo en esta ac<vidad. En esta primera entrega destacaremos los films de 2015. En las próximas ediciones, traeremos joyas de todos los <empos ya que tenemos una larga lista de películas con protagonistas y directoras femeninas.
Tangerine
Mustang
Es la historia de una amistad entre
Cinco hermanas adolescentes tur-
(2015, Sean Baker) dos chicas trans en los recovecos
y calles desoladas de la ciudad de Los Angeles. Un film hiperrealista
y hermosamente saturado que
fue grabado con un teléfono (!) y cuyo resultado es exquisito.
Link online: h6p://www.cultmviez.info/22150/tangerine.html
(2015, Deniz Gamze Ergüven) cas que deben enfrentarse al des<no que cercena su libertad: ser
vírgenes y casarse por tradición a
temprana edad. Lideradas por la
menor de ellas, se rebelan ante estos mandatos. Un film que logra con éxito captar el universo femenino.
Link online: h6p://www.cultmoviez.info/22369/mustang.htm
Ilustración: Pictoline
Una chica vuelve sola a casa de noche
La chica danesa
Mad Max
¿Qué ocurre si la chica es una vampira? En un fantasmá<co pueblo de Irán se mezclan los roles de cazador y presa. Escrita por su directora y filmada en un poderoso blanco y negro, la película es un muestrario de varios es<los bien ejecutados (western, noir, terror, pop, cómic). Su fotogra(a es voluptuosa e inolvidable.
Un film basado en la historia real de Lili Elbe, quien se considera la primera trans que accedió a una cirugía para reasignar su sexo. Nacida bajo el nombre de Einar Wegener, se había casado con Gerda Wegener, talentosa pintora que retrató magistralmente a Lili en su iden<dad autopercibida y acompañó su cambio. Una película sobre los modos de amar y las barreras que impone el género.
La mejor película del año, protagonizada por Imperator Furiosa, la rebelde sin un brazo que desa(a al <rano que monopoliza el agua en una <erra devastada, escapando hacia una <erra prome<da donde gobiernan las mujeres. Con una filosa esté<ca steampunk, este film trasciende el cine y se convierte en una experiencia (sica de adrenalina y sudor.
(2015, Ana Lily Amirpour)
Link online: h6p://www.cultmoviez.info/21187/a-girl-walks-homealone-at-night.html
(2015, Tom Hooper)
Link online: h6p://miradetodo.com.ar /video/W6W2G19S6HN4/La-chica-danesaThe-Danish-Girl-2015-VER-COMPLETA-ONLINE-720p-HD
(2015, George Miller)
Link online: h6p://www.cultmoviez.info/20699/mad-max-furyroad.html
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El mismo mar de
todas las habanas Por Laura Charro
Leí una frase de Jean-Paul Sartre que decía: “hay que escoger: o vivir o contar”, y aunque antes pensaba lo contrario hoy creo, empíricamente, que soy mejor para lo primero que para lo segundo, aunque a veces me den ganas -como ahora- de escribir sobre una ciudad que es muchas al mismo <empo y <ene ar=culo femenino en su nombre, ese que amo repe<r y escuchar como suena: La Habana. Nada es como debe ser sino como ella quiere. Nada está librado al azar. Quien entre y se anime a dejarse llevar tendrá la custodia gratuita y sagrada de Yemayá y Ochún -o, si se prefiere, la mismísima Caridad del Cobre- , la brisa húmeda del mar como fiel acompañante, un malecón luminoso que hipno<za, historias de viejas y poderosas revoluciones que asoman como fantasmas enormes y algo oxidados, las miradas francas -porque las hay- que le escapan al cliché trillado y peligroso del ron/habano/mulata; y, sobre todo, contará con la energía mágica de esta ciudad que todo lo maneja, como un gran rompecabezas donde cada detalle es una pieza y ninguna es menos importante que la otra. Las personas que deseaba 50
ver siempre me las crucé en las calles de La Habana, inesperadamente, como en una rara y sospechosa casualidad. Aquellas otras, que no sabía que iba a conocer, también. Porque esta ciudad regala encuentros y los posibilita, siempre. Solo hay que prestar la atención necesaria y abrir el corazón. Hay una Habana de pasión y melancolía, con un pasado histórico de independencia -con cañones an<guos que aun miran al mar, desde el morro que todo lo vio, y custodian la vieja habana-, con luchas revolucionarias contemporáneas, de grandes e inigualables, de ideales socialistas y utopías que (me) apasionan, con presente de cambio que aún es sólo una lejana luz que no echa claridad todavía a nada ni a nadie. Las pasiones palpables, en realidad, son esas que se escuchan en el exacto segundo posterior a cuando termina el juego de pelota y Cuba sale campeón en béisbol de la Serie del Caribe. Gritos como brisa sonora en toda la ciudad, de esos que en mi país sólo se escuchan al unísono cuando argen<na hace un gol en el mundial de fútbol. Habitan submundos ilegales, clandes<nos y naturalizados, em-
peñados en “el invento” y en “la lucha”, dedicados a intentar superar el escaso sueldo que no alcanza pa´ na´, pero aquí nadie se muere de hambre, chica. Se vende lo invendible, se convence a quien sea de lo que se necesite, se seduce al/la yuma que anda <rando fotos, engañando un poco si hace falta, persuadiendo con convicción y en todos los idiomas. ¡Úl<mo! Grita la mulata que se acerca al gen=o y espera que le digan quién es la úl<ma persona de la fila imaginaria en la puerta de la panadería. Y un negro viejo y flaco me ve pasar en este día de lluvia invernal y caribeña, con mi paraguas prestado y cerrado y me grita (o advierte) ¡oye, que si se sigue mojando le viene catarro! Y me acerco a la cafetería callejera; voy por mi café oscuro y pequeño a peso en Moneda
Nacional por calle 25 y G, y la mujer que a<ende ve mi monedero y me cuenta que ella anda con sus monedas siempre sueltas, que los monederos se los compra por gusto y pa´ na´ . Y subo a la guagua que me lleva a la habana vieja y está atestada de gente, esto es candela y pica pica grita un hombre blanco y panzón, no parece entrar nadie más pero alguien me hace lugar y me ofrece la mano franca -como dice Mar=- por la que logramos subir mi mochila y yo; y en pleno viaje alguien me saca de mi concentración en las uñas largas, pos<zas y de colores con dibujos diminutos de una negra, para preguntarme, si, soy yuma, de argen<na, de Rosario y sí, como el Che y como Messi, ya tu sabe´… Blog: Mujer en viaje 51
Papá quiero ser poeta
p o e s í a s
Por Natacha Abril
papá quiero ser poeta quiero que el cuerpo me pese, papá aunque crea que la poesía es un arma suicida yo quiero dispararla/ quiero ser poeta para dejar de proyectarme como una sombra sobre los otros/ para burlarme del dolor, sin volver a sen<r como la bala entró en el cuerpo/ papá escribir es dispararse,/ y en la necesidad de respirar volverse a armar/ hay gente en el fondo del Río de la Plata con poemas que pesan en sus bolsillos hay gente detenida en las autopistas por debajo del asfalto// papá, quiero ser poeta porque me quiero me quiero viva y sin nombres me quiero viva y que me vean que me sientan que me caguen a patadas,/ quiero ser poeta para tener en las manos la bala, volver a sen<r todo/ pero ya no llamar de noche a ver si sigo bailando sobre las mesas de luz/ para dejar de hablar cosas que no existen y que la gravedad les impide tomar forma// algo nos <ene que despertar, papá
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poeta, para describir de mil formas al mismo amor para nunca más tenerlo cerca escribirlo es la única forma en la cual puede mirarme a la cara
Ilustración: Natacha Abril
y pedirme perdón quiero ser poeta papá, la poesía no es frágil nosotros somos frágiles y no quiero dejarlos pasar por encima mío
*** la poesía no <ene derecho a réplica no <ene interrupciones el discurso menos fingido es la marcha más silenciosa una desaparición oscura de feriado a las dos am el voto con más vergüenza y el abrazo después de haber llorado mucho todo eso, papá la poesía está viva yo quiero ser poeta para no dejar morir a nadie
La feliz Por Alberto Oris
el cuerpo es una hoja de nylón pegado al mío <embla terror las tetas de la Barby apartan caen de la muñeca lágrimas y su cara sin rasura centellea herida
los brazos atenazan mi aire y su ojo inflamado desluce el maquillaje
como llegaron se fueron deambulan homofobia con bates y manoplas parecen depor<stas
mataron a Diana en Buenos Aires yo moriré en esta ciudad inmóvil escucho y el mar rompe en blanco el cartel de Havanna se apaga y como antes como siempre se enciende
Ilustración: Alberto Oris
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