Equipo Editorial
Dominique Finning Alvaro Becerra Miranda Claudia Espinoza Tatiana Orellana
Colaboradores DiseĂąo: Gerardo Orellana Creta Circulus Amparo TomĂŠ y Francesco Tonucci Astrid Fugellie
Santiago de Chile, 2016
Editorial
La línea editorial que seguirá este suplemento se basa en la premisa de que la difusión de la literatura, las artes y la cultura debe ser democrática para todo ojo curioso –y también para el ojo indiferente– queremos hacernos notar en el mundo de las redes, y de esta forma acercar las artes y la literatura a todo tipo de público. Con esto queremos decir que como especialistas en estudios y análisis de obras culturales, tenemos el deber de visibilizar el valor de una obra tanto en su plano estético como ético, es decir, que el peso de las producciones no quede relegado burdamente a la orientación del consumo, sino que, y de manera más evidente, se reconozca el valor de un contenido ético, reflexivo, y de compromiso social junto a sus posibles proyecciones. “Toda creación tiene un propósito, y el nuestro es ser un atractivo y analítico compendio de forma y contenido cultural que sirva para la reflexión” De esta forma, es preciso que nuestra difusión sea de libre acceso y circulación, y que además sea entregada de forma lúdica, responsable y profunda. Por esa justa razón es que conformamos “Artemisa”; queremos ser parte del grupo de nuevos críticos y difusores de la cultura que presenten un punto de vista autónomo, informado y personal, que aporte proyecciones relevantes en cuanto a la apreciación y análisis de las obras y textos abordados en sus números, y que en base a dichas interpretaciones genere instancias de reflexión y debate para con (y entre) sus lectores. En definitiva, difundir que el mundo de la literatura y las artes, es constructivo, y puede ser accesible.
Literatura Chilena
Narrativa
Narrativa
Cañas morales y las acontecidas y sedientas. Por: Dominique Finning Su nombre, en el último tiempo, se ha hecho enormemente conocido bajo el seudónimo de “Martina Cañas Morales”, nombre ficticio que alude a los efectos provocados por las grandes cantidades de ingesta de alcohol y sus repercusiones físicas y mentales al día siguiente. Martina es la autora del exitoso libro Relatos de una mujer borracha, texto que denomina autobiográfico, que ha venido a derribar paradigmas en torno al género e invitar a sus lectores no sólo a reír con sus pícaras narraciones, sino que a abrir horizontes y mostrar nuevas perspectivas sobre las mujeres chilenas actuales. El particular origen de esta renombrada obra se funda bajo los medios de producción en los que se desarrolló, el mundo de internet y las redes sociales. En una sociedad tan globalizada e hiperconectada, como lo es la ciudad de Santiago de Chile, surgió la idea de Martina de crear una fan page, en la que se pudiese dar lugar a sus relatos ocultos de mujer que gusta de la buena vida y la poca vergüenza. Así creó “Relatos borracha” un espacio de liberación personal, a modo de confesionario anónimo, que comprende en breves publicaciones diferentes hechos que ha vivido en su vida como mujer “libre, linda y loca”. Al poco tiempo su página ganó gran popularidad, y generó un fenómeno mediático que lejos de ser distante con las experiencias de sus seguidoras, sirvió de canal aunador entre ellas y, eventualmente, permitió que muchas quisieran compartir experiencias similares a las de Martina en lo comentarios. El sitio adoptó la particular estructura de blog o foro, que característicamente permite el feedback entre autor- lectores generando un ambiente muy dinámico y vivo, donde la comunidad comparte sus vivencias, en torno a tópicos de la vida cotidiana como: las amistades, el género femenil, la visión que se tiene en torno a los hombres, la vida en soltería y en pareja, las relaciones afectivas y sexuales y principalmente el contexto festivo y el consumo de alcohol
como umbral de liberación. Así mismo deja en claro su autora, que defiende su derecho a vivir la vida desde una mirada más relajada, libre y atrevida al señalar: “Según manuales, soy alcohólica. Según yo, sociable, sedienta, acontecida y algo ardiente”. El sitio alcanzó gran popularidad (más de de 600 mil seguidores) y su confirmación y sustento se justificó bajo la premisa de que las mujeres no siempre están sujetas a la heteronormada idea del “deber ser dama” y todo lo que ello implica. Desde la creación del paradigma de la damisela en correspondencia con el caballero (que gustaba de correctas, idílicas y casi angelicales mujeres) es que lo femenino ha quedado paradigmáticamente distinguido como lo tranquilo, amable, decente y en norma con las buenas costumbres. Martina supo reconocer ese error, y en virtud de reivindicar el derecho de las ‘damas’ a portarse mal, gestó desde las inconexas y breves publicaciones de facebook Relatos de una mujer borracha, una recopilación de textos que, a modo de cuentos breves, dan forma a su relato autobiográfico, el cual no sólo nos muestra su inquietante, jocosa y sedienta vida sino que se constituye como una radiografía honesta y actual de gran parte de las mujeres del Chile de hoy que, a decir verdad, comparten con la autora, morbosas, fervientes y locas experiencias en contexto festivo y, especialmente, en la dimensión de la ebriedad. Respecto a sus aspectos formales destacamos la brevedad y ligereza de su pluma (o tecla, más bien) que al apelar a chilenismos, nombres de personas reconocidas, personajes famosos, canciones de la cultura popular, dichos y otros recursos de conocimiento local generalizado en el territorio chileno, configura una historia rica en material de divertimento al permitirnos identificar y reconocer cada una de sus ingeniosas maquinaciones literarias. En este sentido, es que sus relatos hacen eco con la forma de construcción literaria establecida por Pedro
Lemebel, del cual encontramos pequeños vestigios de asimilación como el recurrente uso de neologismos, chilenismos, groserías y los anteriormente mencionados, los cuales sirven para configurar el efecto cómico, irónico o paródico. En esa misma línea decimos que la voz presente en la narración no es la habitual e imperiosa que suelen tener los textos literarios canónicos, y ella como autora es consciente de ello al no considerarse a sí misma como una escritora convencional: “Ahí tengo un rollo grande, porque no me siento escritora, escritora para mí es Marcela Paz o Gabriela Mistral, ellas eran reales escritoras, yo soy más bien relatora, y esos relatos los llevó al papel”. Como vemos su habla respecto a las literaturas hegemónicas es más fresca, juvenil y contemporánea, llena de figuraciones nuevas, y temas que van desde los sucesos más cotidianos en la vida de cualquier mujer joven, pasando por las tragicomedias adolescentes y los hechos más extraños y cómicos. Todo es susceptible de convertirse en materia de un texto de esta clase.
dos, este es el hecho de narrar a propósito de lo “marginal” desde una perspectiva risible y pícara. Pero aclaremos, ¿cuál es la perspectiva de lo “marginal” que adopta y muestra la autora? claramente ésta es la de exponer abiertamente la realidad y existencia de aquello que de manera voluntaria o involuntaria, permanece al margen de las generalizadas normas establecidas, esto es, mostrar a la mujer no con “pérdida de compostura” sino la mujer sin compostura, sin recato y sin delicadeza, un nuevo paradigma de mujer que, a mi parecer, se quiere incorporar a nuestro ideario local, la que gusta de la diversión, los bares, y que vive al límite sin sentir una pizca de culpa o vergüenza al respecto, es más lo ostenta con ferviente orgullo. De este modo, sus relatos ayudan a construir un nuevo vértice, fiel y auténtico del cuadro de costumbres de las jóvenes y modernas mujeres chilenas, casi como una marca de identidad sobre las mujeres que carretean, estudian, viven, trabajan, buscan el amor, lo pasan bien y beben, todo con sus variantes emocionales, sus caídas y triunfos, porque claro, pueden (o podemos) El teclado inquieto de Martina ha puesto en ser borrachas, pero en el fondo siempre buenas boga un aspecto de lo femenino hasta ahora muchachas. no muy reconocido dentro de la literatura chilena. Hablamos de la condición de mujer actual, alegre, desinhibida, apasionada, liberal y rebelde, que se vale de su juventud para vivir la vida como se le venga en gana y sin temor a represalias sociales. Es interesante poner en perspectiva que estos nuevos tipos textuales (la mencionada estructura de blog y narración a modo de relato breve que se da en redes sociales, por medio de internet) que muchas veces tienden a ser considerados como géneros menores respecto a las enaltecidas novelas, tienen un eje común que pareciera interceptarlos a to-
Narrativa
Pepi: amores, azares y “normalidad”
Por:Alvaro Becerra Miranda Internet, aquel mundo extenso, fascinante y variopinto alberga a miles de jóvenes cada día y cada vez en mayor cantidad desde finales del siglo xx, precisamente desde ahí Josefa Wallace nacida en Santiago en 1990 partió en esto de la escritura de manera más profesional hasta llegar a publicar su propio libro titulado Pepi la fea. Comenzó escribiendo relatos a sus amigos, pero un día a través de una historia en Facebook en “Confesiones del Metro de Santiago” recibió tanto apoyo que dicho relato pasaría a transformarse en un Blogdonde contaba las historias de una joven llamada “Pepi” que era un reflejo suyo. Daría así el salto a la fama contando con millones de visitas y seguidores en redes sociales. Veinteañera, estudiante de enfermería, y dueña de un gato llamado Teodoro, Josefa llegó a la narración de manera fortuita, sin conocimientos académicos ni especializados, y sólo inspirada por la lectura de algunas obras como El Señor de los Anillos, Harry Pottero La Metamorfosis. Pepi es una muchacha poco agraciada físicamente, que tiene una autoestima bajísima y que se dedica a transitar en el anonimato por el mundo de internet, a través de chats o foros, en los tiempos que las redes sociales de manera masiva aún no aparecían y lo poco que había era el MSN. Un día como cualquier otro se empieza a enamorar de un español a través del chat, todo marcha viento en popa mientras está detrás del anonimato del teclado, el problema viene cuando debe sortear primero la webcam, y después la visita a Chile del español que quiere conocerla. Las primeras páginas nos narran a la Pepi adolecente pero rápidamente saltamos ya a la época universitaria donde la ya veinteañera protagonista cursa estudios en España. Allí conocerá amigos y unirá el relato con el anterior para dar vida al grueso del libro que es la historia de romance entre ella y “el español”.
jetivo de ser leídos de forma rápida, el lenguaje también es básico y sin traba alguna, aunque vale hacer la aclaración de que está plagado de chilenismos, es decir, palabras de uso cotidiano en Chile o en la juventud chilena pero que no son necesariamente familiares para un lector de otro país. Españolismos también existen, pero son mucho más básicos y no presentan dificultades. La que narra la historia es la propia Pepi; sus monólogos y pensamientos cubren la mayor parte del relato intercalándolo con diálogos breves que mantiene con otros personajes. Un total de treinta y uno capítulos conforman la primera parte, y otros cinco la segunda, todos como mencionábamos bastante agiles, algunos contando incluso con dos o tres páginas. La historia es contada a modo de diario de vida y los pensamientos de la protagonista son bastante explícitos por lo que no queda mucho espacio a la interpretación, más allá de la especulación intencionada que se deja entrever al final, para dar lugar a la posterior segunda parte. Los personajes son fácilmente reconocibles, son pocos y tienen vínculos claramente definidos con la protagonista. Siendo los principales “El español” que es con quien tiene el conflicto romántico nuestra protagonista y “El Ibizo” que es un amigo de la protagonista en España y que le tendera una mano en todo momento. Personajes por lo demás bastante enigmáticos ya que desconoceremos de ellos lo mismo que Pepi, y según se desarrolla el relato tendremos las mismas dudas que ella.
El libro cumple con lo prometido ser una historia entretenida y simple sobre una adolecente, buscar más allá es perder el tiempo, las temáticas son los típicos clichés amorosos y los personajes no son desarrollados alejados de la figura de Pepi, los capítulos parecen ser a veces, demasiado cortos dando una sensación de El relato es sencillo y ágil, los capítulos van separaciones innecesarias.Por otra parte el libro de forma vertiginosa por las páginas con el ob- no se mete en temas que no salgan de la premi-
sa básica siendo el único enganche para seguir con el relato el dilema romántico de la protagonista ya instaurado en la contraportada del libro y en sus primeras páginas, perdiéndose una gran oportunidad de ahondar en temas como la sexualidad, conflictos políticos, o como superar problemas de autoestima. Existe un apartado luego de la historia principal llamado Biografía de Pepi donde cuenta cosas anexas al español ya sea de su niñez o antes del viaje a España, este es absolutamente innecesario y tal como la separación de los capítulos parece una excusa para aumentar el número de páginas, o para dar un contenido que se diferencia a lo que exponía en su Blog, las historias son aburridas, no contribuyen en nada al relato y pareciera que solo obedecen al ego de la protagonista por seguir contando su vida. El libro cumple con lo básico y no escapa nunca del pequeño molde en el cual es concebido.
Narrativa
Qué vergüenza: relatos de infancia y resiliencia” Por: Claudia Espinoza El año 2015 Paulina Flores (1988) publicó su primer libro titulado Qué vergüenza a cargo de la editorial Hueders, nueve relatos extensos que reunidos conforman un volumen de 225 páginas a los que la escritora dedicó dos años de trabajo y decidió perfeccionarlos aún más después de un rechazo inicial por parte de distintas editoriales.
velación de las más duras lecciones, cuando se rompe la estabilidad en la vida de los personajes que nunca logran recomponer. En efecto, los niños que protagonizan estos relatos son testigos silenciosos de las desgracias y deterioro de sus padres, asumiendo muchas veces como su responsabilidad la fragilidad de ellos, especialmente con la figura paterna, caracterizada por hombres abatidos, atormentados por su cesantía, desplazados por el sistema y calificados de improductivos desde la mirada de la madre. Desde este punto de vista, el abandono por parte del padre hacia sus hijos, lejos de ser inexcusable, es visto por ellos incluso con indulgencia, pues saben que sus padres fueron hombres vencidos por la presión de la sociedad, y así consienten sentir por ellos la lástima que no admiten rendirle a sus propias desgracias.
Datos como éste resultan ahora anecdóticos, lo mucho que Paulina Flores debió insistir para que su libro saliera a la luz, el mismo libro que tras un año de ser publicado le permite ahora firmar con la editorial Seix Barral para ser difundido en España, México, Colombia, Argentina y posiblemente ser traducido en Holanda. Es igualmente llamativo tener que clasificar el libro Qué vergüenza en la categoría de literatura emergente y concebir a Paulina Flores como la escritora principiante que es, pues, a pesar de sus 27 años, su notable capacidad narrativa Esta postura, la resiliencia, es la principal hace presumir que tendría muchas más obras publicadas a su haber, siendo Qué vergüenza el característica que comparten los protagonistas resultado de una larga carrera y vasta experien- de estos nueve relatos, la cual les permite sobrellevar las fracturas de sus vidas sin caer en cia en el oficio de escribir. el resentimiento ni la autocompasión. Así, no Los nueve relatos que conforman esta obra se rebelan ante el abandono de sus padres ya están integrados por personajes que su autora que saben que fueron hombres derrotados, no cataloga como de “clase media baja”, quienes se avergüenzan de su pobreza porque saben que viven en La Santa Julia de Talcahuano: “una de lidiar con ella es lo que les infunde su fuerza, las poblaciones más pobres de una de las ciu- aceptan la amargura de sus madres pues advierdades más feas del país”; en pequeños departa- ten que ha sido el costo de su permanencia, y mentos de Recoleta que colindan con el sector esta visión áspera de la vida es la que busca code los cementerios; en pasajes estrechos o bloc- municar Paulina Flores en su retrato realista. ks de Conchalí, y casonas viejas de Bellavista. Esta particular postura que adoptan los proIgualmente, todos estos relatos se articulan en torno a ejes temáticos, tales como la infancia tagonistas, ya sea percibida como resiliencia, (ya sea desde su vivencia o evocación), el aban- adaptación, resignación o neutralidad, se prodono de la figura paterna, la fractura familiar, la duce en gran medida por la forma en que Paucesantía y precariedad. Sin embargo, es espe- lina Flores construye a los demás personajes cialmente la infancia el tema más determinante con los que éstos interactúan. En este sentido, en cada una de estas breves historias, y en to- a pesar de que los padres sean desertores y las das ellas es retratada de idéntica manera: lejos madres frías y distante con sus hijos, para los de ser una etapa de inocencia y protección, la protagonistas, e incluso para el lector, es difícil infancia se presenta como el momento de re- finalmente juzgarlos, porque Paulina Flores se
encarga de retratarlos en su total y compleja naturaleza humana, transparentando su interior y conflictiva dualidad, haciendo con ello evidente los dolores, arrepentimientos y culpas que callan bajo sus acciones. Por su capacidad de ahondar en la intimidad de estos personajes de vidas pequeñas, comúnmente desapercibidos, y hacer de sus conflictos espejos de la complejidad de las emociones humanas, por su mirada amplificada de la realidad que le permite hacer de cada instante un momento rebosante, Qué vergüenza no puede ser sino descrito como un libro cautivante y difícilmente mejorable.
Narrativa
Incompetentes: una buena historia incompleta Por: Claudia Espinoza Constanza Gutiérrez (1990), licenciada en literatura, luego de haber obtenido el primer lugar en el concurso Roberto Bolaño el año 2011 por su cuento “Arizona”, publicó en 2014 su primera novela titulada Incompetentes que ha sido extensamente alabada por la crítica. En un primer acercamiento a la novela el tema que esta presenta genera grandes expectativas en el lector pues trabaja un tema novedoso y atractivo que coincide con la contingencia nacional pero abordado desde una mirada alternativa: la de la indiferencia de un grupo de jóvenes que participan de la toma de su colegio, supuestamente en apoyo al movimiento estudiantil, pero sin sentir ninguna adhesión o verdadero interés por dicho movimiento. No obstante lo anterior, las expectativas que la novela genera en el lector sólo logran ser parcialmente satisfechas debido a la superficialidad con la que ésta trabaja los temas que plantea. En efecto, Incompetentes presenta el universo de un grupo de jóvenes, conocidos como los pirómanos, que asisten a un colegio particular de bajo costo que recibe a los alumnos expulsados de otros establecimientos. Allí se encuentran y se reconocen como iguales: todos ellos inadaptados, indiferentes, marginados e incompatibles con el sistema. En medio de un contexto de agitación nacional promovido por la lucha del movimiento estudiantil, este grupo de jóvenes decide iniciar una toma en su colegio a pesar de sentirse totalmente ajenos a dicho movimiento, el que a su vez los excluye a ellos por el rechazo que su figura genera: jóvenes de una situación medianamente acomodada y alumnos de un colegio particular para flojos y expulsados. Totalmente a la deriva, como supramarginales, sin poder cumplir ni siquiera con los estándares de los que protestan, la toma se transforma para ellos más bien en una vía de escape, una conveniente pausa dentro de la cual pueden abstraerse y detener el tiempo junto con todo
lo que éste les demanda: planes sobre el futuro, preocupaciones personales, compromisos familiares y todo tipo de responsabilidades a las que los ata el que identifican como “el mundo exterior”, por el que sienten la mayor decepción. Si bien la posición y el discurso que representan estos jóvenes resultan sumamente atractivos para el lector, el tipo de narración, en vez de potenciar estos elementos, los debilita, pues no les concede el suficiente desarrollo y análisis para dotarlos de mayor profundidad, tocándolos sólo de manera intermitente y superficial a lo largo de la novela. En lugar de ello, la narración se concentra más en dar a conocer, a ratos de forma reiterativa, los detalles y dificultades cotidianas que los jóvenes deben enfrentar durante su encierro: la escases de alimento, el frío, la falta de higiene, la inevitable desesperación, el creciente aburrimiento y la inventiva para evadirlo. Asimismo, al estar la narración prácticamente en su totalidad a cargo de la protagonista, Laura, la voz de los demás personajes resulta débil y su desarrollo limitado, pues la información que se entrega sobre ellos es la que da a conocer la protagonista, quien más bien los caracteriza al hacerlos calzar en distintos prototipos: el punk misterioso y conquistador; el activista; el intelectual que custodia la biblioteca; las niñas prodigio: lindas, estudiosas y competitivas; y la de gustos excéntricos pero siempre diligente. Sin duda esta caracterización resulta insuficiente para conocer en profundidad la individualidad de los personajes y la particular visión que cada uno tiene sobre la situación de la que participan, aspecto que enriquecería y expandiría el espectro abarcado por la novela. De esta forma, lo que podemos identificar como un vacío dentro de la novela es la ausencia de ese momento de revelación en el que algún personaje tome la palabra y nos introduzca como lectores, o al menos nos acerque, al
trasfondo de ese sentimiento de desesperanza y descreimiento respecto del mundo que los inunda, sentimiento mucho más complejo que la simple apatía adolescente, y que los hace preferir la dureza de la toma antes que cualquier otra cosa. Sin embargo, esas razones que apenas se comunican se transforman en un pesado silencio que arrastran los personajes, que aumenta la angustia del relato, y a su vez los distancia aún más del lector, quien sólo puede contemplarlos como jóvenes que no albergan ninguna esperanza, no se adhieren a ningún ideal, y parecieran estar anticipadamente vencidos por un futuro que no significa nada para ellos, pues, como dicen, esperan estar muertos para entonces. A pesar de que estos elementos relativos al argumento no logran ser suficientemente profundizados, esto contrasta y es compensado por la escritura cuidadosa, ágil y contundente de Constanza Gutiérrez, quien logra a través de su holgada prosa construir con gran solidez el mundo que refiere, iluminando vivamente cada uno de sus detalles e introduciendo de esta manera al lector satisfactoriamente en el espacio. Considerando todos estos aspectos, Incompetentes se nos presenta como una novela interesante, cuya historia por su fuerza y novedad despierta la curiosidad del lector y genera grandes expectativas. Sin embargo, a pesar de tener el mérito de conseguir dar con una buena historia e identificar todas las piezas que la componen, la superficialidad con la que se trabajan algunas de ellas, las más interesantes como son el trasfondo del discurso que estos jóvenes representan, hace que las expectativas generadas en el lector sólo logren ser parcialmente satisfechas, dejándolo en una posición ambigua, pues estamos frente a una novela que logra identificar todas las piezas pero no consigue pulirlas.
POESÍA
Poesía
En off La caída Por: Tatiana Orellana Tanto el poemario “Asteriza” como “Insomnio” del libro En off de Astrid Fugellie publicado en el año 2011 ( Editorial La Trastienda ), no sólo develan el lado más desgarrador que sufre la voz poética al caer en su propio descenso, también estos dos poemarios se destacan por su precisión y la gran capacidad de síntesis. La rigurosidad escritural de la poeta chilena, queda claro con su primer libro Los Círculos (Ed. La Trastienda, 1989) cuando fue premiado por la Academia de la Lengua en plena dictadura chilena. A partir del dolor íntimo y propio, la poesía de Astrid Fugellie, comunica y corporiza, a la vez, un dolor colectivo que se encuentra reprimido, como por ejemplo, el de los indígenas y el de las mujeres. Los poemarios de Astrid Fugellie, transmiten al lector una fuerza sobrecogedora del lenguaje. Cada uno de los poemas, invitan a deambular y caer junto al hablante en su propio entierro. La pena, el desamparo y la herida que habita en la memoria resultan ser los únicos alimentos que le dan vida a esta voz poética que desciende al inframundo de la realidad. Asimismo, la presencia de una voz femenina muy marcada, toma un rol fundamental ya que, logra cuestionar los estereotipos de género que han posicionado por siglos a la mujer en un lugar subordinado. Uno de los tantos logros que tiene En off es que, por medio de la palabra la hablante no sólo termina por desprenderse de estos estereotipos impuestos por una sociedad patriarcal, sino que también, al cuestionarlos a partir de un lenguaje desacralizado le da un lugar a dichas mujeres que han sido condenadas por los modelos valóricos dominantes. En el poemario “Asteriza” se establece una dialéctica entre la voz poética y el personaje Asteriza. Lo interesante de esta disputa, es que por momentos no se sabe muy bien quién está hablando, a veces las voces se confunden. Sin embargo, este juego discursivo no le resta profundidad al poemario, al contrario, la escri-
tura impecable y “al hueso” de Astrid Fugellie refleja el compromiso con la palabra. En este primer poemario, Asteriza es más que un simple personaje que desea contar su caída, es la voz de la anti-madre, anti-diosa y la amante. La voz poética deslumbra por sostener una honestidad punzante. En el segundo poemario, “Insomnio”, la hablante desnuda, sin maquillaje, aquel dolor que la lleva a asistir a su propio funeral, a la última fiesta no fiesta: el peor de los desamparos íntimos. En off invita a reflexionar sobre la importancia de la escritura y el lugar que ha ocupado el sujeto femenino. El libro de la poeta conmueve por su profundidad, tono nostálgico y melancólico. La poesía de Astrid Fugellie es transgresora y visceral, se destaca en la actual poesía chilena por imponer un estilo que busca trascender sin tapujos, pero con un gran gesto: lograr que el lector se involucre y sienta sin anestesia.
Poesía
Poesía de la urbe contemporáneadad” Por:Alvaro Becerra Miranda De la mano de Lumen llega la antología del poeta contemporáneo chileno Germán Carrasco titulada Imagen y Semejanza que reúne sus obras publicadas desde el 98’ con una selección de Vicente Undurraga. El libro nos presenta un formato de poema tras poema sin descanso donde podemos apreciar la continuidad en la poética del autor y los temas recurrentes que le atañen a este tales como la urbe, lo que él llama “la insidia del sol sobre las cosas” o el retrato de sí mismo que ejecuta al situarse como espectador ya sea ante un paisaje determinado, un situación cotidiana o vivencias de su niñez.Es posible saber a qué libro pertenece cada poema por medio del índice lo que me parece una gran decisión ya que el corte en medio del libro podría haberse visto algo artificioso. El libro supera fácilmente los cien poemas y al desenvolverse en temas similares podría resultar agotador si desea enfrentarse de otra manera que no sea con paciencia y lentitud, tal como cualquier libro de poesía, pero en especial con este tipo de libros con carácter de antología. Los aspectos formales de los poemas son bastante variados, debido al hecho de pertenecer a diversos libros se pueden encontrar formas muy curiosas, uso de los espacios y mayúsculas, e incluso el uso de líneas. La poesía de Carrasco está envuelta en esta modernidad que lleva un aire de desolación y decepción, donde la figura del poeta observa a su alrededor y se da cuenta de lo banales que son las preocupaciones de la gente. Las críticas irán también enfocadas a la dictadura y el paso hacia la transición, a esa alegría que nunca llego, y cuyos efectos podemos apreciar en muchos poetas contemporáneos, esta suerte de velo esperanzador de los 90’ es removido totalmente ya en Carrasco. La ciudad es un elemento central dentro de su poética ya como lo hicieran poetas anteriores como Teillier o Lihn, los lugares son
permanentemente nombrados y su aspecto nos es mucho más palpable al ser muchos de estos poemas en pleno siglo XXI aunque nadie se atrevería a tratar de anacrónicas las descripciones de algunos poetas de urbe del siglo XX que son acertadas hasta hoy en día. El otro aspecto muy presente en la poética de Carrasco es “la insidia del sol sobre las cosas” y la ausencia de Dios en la nueva urbe y cómo este ha pasado a formar parte nada más que de aquellos rituales familiares y cotidianos que están presentes en la sociedad pero que no tienen un trasfondo real sino que, sólo buscan mantener apariencias. Entre las virtudes del libro podríamos destacar la actualidad de las temáticas, y la renovación de tópicos ya constantes en la poesía, además de ubicarse geográficamente muchas veces en un paisaje conocido por cualquier santiaguino lo que genera una conexión próxima con la poética. Al tener carácter de antología yo aconsejaría leer poemas sueltos de Carrasco o comprar uno de sus libros modo de acercamiento ya que el libro repite constantemente muchos temas y las más de 200 páginas que abarcan se mantienen en un tono bastante similar.
LITERATURA EXTRANJERA
Reseña extranjera
NACER COMO NIÑA, VIVIR COMO MUJER De: Amparo Tomé y Francesco Tonucci (FRATO) Editorial GRAO Año 2015
La editorial Grao este año nos sorprende con la secuela de Con ojos de niño, libro publicado hace más de 30 años, que buscaba trazar la vida de los niños y las niñas en su difícil tarea de crecer al lado de adultos que no los entienden; así, en un esfuerzo por reivindicar lingüísticamente el título del libro anterior, los autores, docentes e investigadores Amparo Tomé y Francesco Tonucci (FRATO), nos presentan en esta entrega una nueva versión que remite sólo a la vida infantil femenina y su arduo trabajo de crecer con los bombardeos mediáticos y culturales que se tienen respecto al sobreestereotipado género femenino. Las 109 páginas que conforman el libro han sido constituidas con rigurosidad y sus escritos evidencian un arduo trabajo de investigación, pues en ellos se aúnan relatos, hechos históricos, citas bibliográficas, testimonios, estereotipos mediáticos, imaginarios de la cultura popular, creencias y visiones conocidas y replicadas por todo el mundo a propósito de lo que “significa” pertenecer al género femenino; estos escritos son acompañados siempre del trazo mordaz de FRATO (Francisco Tonucci) quien asiste cada apartado con sus dulces, pero críticas, viñetas, lo cual le otorga a la obra un dinamismo único y una guía de lectura muy amable de seguir.
TEATRO
Teatro
Encontrando el vértice hacia el fin del padecer.
Por: Dominique Finning.
La acción de la obra se comienza en penumbras, con un único punto de foco iluminando, éste nos muestra el rostro de Nathaniel (Mario Horton) declamando la primera de una serie de correspondencias dirigidas a su medio-hermano Lotario (Felipe Ponce) y a su novia Clara (Alejandra Oviedo) que nos adentran retrospectivamente en el tenebroso mundo infantil que vivió el protagonista asediado por “El hombre de arena”, personaje que titula al cuento escrito por E.T.A Hoffmann, y que Ronald Heim, conservando el título original, a adaptado diestramente y puesto a disposición del colectivo Bestia para su representación hasta el domingo 13 de noviembre en el Teatro del puente. El cuento es ampliamente reconocido por su carácter romanticista, por sus temáticas de desesperación y suspenso, y también por su oposición al racionalismo. Foco que no sigue la obra de Heim, que muy por el contrario plantea desde una historia romántica la inversión de estos valores, dando preponderancia a la perspectiva racionalista y desmedrando discursivamente la idea romántica del sufrir como algo ridículo y poco digno de admiración. De este modo planteamos que Heim propone una relectura de la obra de Hoffmann mediante la resignificación de su historia. Adentrándonos en la trama de la obra El hombre de arena, la historia se comienza mediante a la narración ulterior de Nathaniel, quien cuenta acontecimientos traumáticos de su infancia. En ellos su madre lucía triste, su padre inquieto y era enviado tempranamente a dormir bajo la amenaza de la aparición del hombre de arena, figura mítica que aparecía por las noches y generaba en él un pavor incontrolable. Un día esperó su aparición y descubre que no se trata más que de Coppelius, un repulsivo amigo de su padre con el que desarrollaba extrañas actividades ocultas que lo encaminaron a una muerte misteriosa. Desde ese día el prófugo y principal sospechoso Coppelius fue siempre asociado al hombre de arena por Nathaniel, quien con el tiempo llevó una vida normal, lejos del recuerdo, hasta que llegó a su puerta Giuseppe Coppola un comerciante que reavivó los sentimientos ocultos de su niñez, y terminó por encaminarlo a una actitud temerosa, defensiva, auto compasiva y deprimente.
A nivel de representación destacamos que los actores en la primera mitad de la obra construyen su personificación en autonomía, a modo de soliloquio y con nulos desplazamientos escénicos, rompiendo con nuestras expectativas respecto al mecanismo narrativo habitual y característico del drama. Igualmente la puesta en escena es acompañada musicalmente por el violín de Ángela Sánchez, recurso que nos parece acertado en la medida en que las notas del instrumento acoplan con la historia narrada, y las penumbras en las que son declamadas, así todos los factores funcionan para generar la atmósfera aterradora y ominosa. La memoria se construye por el ambiente generado y ésta nos sume en el mundo narrado haciéndonos partícipes del sentimiento de emergencia, miedo y crisis que vive el protagonista principal, de este modo la puesta en escena en primera instancia ayuda a que empaticemos con los sentimientos de Nathaniel y justifiquemos su actuar. Mediante cambian las escenas con la incorporación del relato analéptico de los otros personajes, la sobria puesta en escena actúa de distinta manera, esta vez lejos de aterrarnos como lo hacía con Nathaniel, propicia que nuestro foco de atención se encamine hacia el acto discursivo en relación a los significantes que emplean Clara y Lotario, siendo sus soliloquios emitidos de forma directa hacia el espectador y sin estímulos espaciales distractores. Dentro de sus modificaciones al texto original, la obra ha incluido ampliamente la perspectiva de Lotario, a quien principalmente iban dirigidas las cartas y que bien Clara respondió en su lugar. Lotario en escena es la voz maximizada del pensamiento racionalista que sostiene que la fuente de conocimiento real se logra mediante el rechazo a la vivencia subjetiva y experiencial que otorgan los sentidos, pues estos pueden engañarnos. Desde esta perspectiva construye su crítica, con el objeto de iluminar acerca de la errónea e individualista idea que sigue Nathaniel, a quien identifica como un romántico burgués, que sólo vive del pasado, de las experiencias particulares, y a quien ridiculiza al mencionar que no le faltan motivos para sufrir. Por otro lado, si bien Clara también realiza esta crítica, no hay que olvidar que su discurso está en gran medida permeado por el amor romántico que siente por Nathaniel, y éste le resta peso y validez en la medida en que ella también se deja llevar por “una fuerza superior” -El amor-. (Lo que es el miedo y las maquinaciones mentales para Nathaniel, es el amor incondicional y la extrema preocupación para Clara). Mediante el Análisis de las significaciones construidas por los discursos, confirmamos que Lotario constata que Nathaniel viviría con una herida abierta que no tiene ningún sentido mantener expuesta y que ya es suficiente de vivir admirando ideales absurdos como la entronizada figura paterna que desea vengar; también que le otorga demasiado permiso a su cerebro para creer en fantasías, y que su mayor problema es que vive quejándose y aferrándose a cualquier pretexto para permitirse sufrir. En definitiva Lotario secamente le enrostra que vivir del pasado no tiene sentido alguno. Entonces su misión ha de ser prestar atención a la realidad inmediata el aquí y ahora, la realidad nacional general en primer lugar (Berlín), las oportunidades que le depara la vida junto a Clara (que lo ama de manera incondicional) y desde ahí abrir horizontes hacia el futuro. Concluyentemente que luche por restablecer su felicidad, pues (aún) hay mucho por hacer. El mensaje es claro, Nathaniel vive sumido en el pesimismo, y como vemos, no es un valor único sino que se compone en distintos vértices: desengaño, infelicidad, injusticia, desesperación y un vasto catálogo de conflictos interiores que sumen al protagonista en un sufrimiento circular sin vértice del cual aferrarse. Su vivencia es introafectiva y desea magnificarla para hacer partícipes a los demás, hacer que otros comprendan empaticen con su dolor, pero al hacerlo sólo queda entregado a una voluntad ciega y absurda, donde la vida es una historia llena de pesar que no en-
camina hacia otro lugar que la esclavitud. Después de todo “La vida es un 10% lo que haces y un 90% cómo te lo tomas” (Irving Berlin). La resignificación de Heim invierte entonces el valor romántico primigenio que tenía el cuento de Hoffmann, mediante la elevación de los valores racionalistas por sobre los experienciales. De este modo nos encamina a una lectura crítica de la sociedad misma donde estamos insertos, donde muchas veces nos hemos de sentir siempre oprimidos por fuerzas mayores. Desde este punto de vista el mensaje es claro, es una invitación abierta al espectador al autoanálisis del papel que desempeña como ser social, e igualmente, el diagnóstico de las opciones que podemos tomar para sobrellevar adversidades. No todo es un cerco cerrado hacia el determinismo fatalista por muy romántica y poética que pueda sonar la idea y se debe de tomar acción concreta para lograr la felicidad, justicia, calma y libertad, después de todo “no se puede ser poeta y feliz al mismo tiempo”.
Colaboradores
Realismo o el movimiento de las cosas Por: Creta Circulus Filósofa.
En escena vemos una familia a principios del siglo xx, sentados en un living antiguo y refinado, los personajes que interactúan pertenecen a una familia aristocrática. Están vestidos a la usanza de la época y hasta este punto, bien podría tratarse de una puesta en escena propia de un Chejov, un teatro en el que éste es “una fotografía o copia de la realidad”. Sin embargo, a pesar de que la obra inicialmente tiene una escenografía “realista” los personajes están abordados desde una actuación que exacerba los matices y juegos vocales, donde los gestos son grandilocuentes, y en la que los textos traducen de alguna forma el fluir de las conciencias de los personajes. Entonces, como público, caemos en cuenta de que Realismo, última obra realizada por la Compañía Teatro de Chile, no se trata de una obra realista y que el nombre de esta pieza tiene que ver más bien con lo real de las cosas y su protagonismo en los hechos que con el estilo de la puesta en escena (actuación, iluminación, escenografía, etc.) Resulta llamativo que Realismo, no sea una obra realista pero no en un sentido visible, porque de hecho es obvio que no lo es, pero sí que es llamativo el hecho de que esta obra de teatro convoque a la pregunta, a la reflexión en torno a la naturaleza de las cosas o como decía más arriba, y en un gesto de redundancia evidente, que esta sea una obra cuyo nombre pregunta acerca de lo real de las cosas ¿Por qué esta afirmación sería redundante? Simplemente porque si examinamos la etimología del término realismo, éste proviene de res/cosa, y entonces si esto es así, realismo sería un movimiento (sufijo ismo: movimiento) acerca de las cosas, pero yo he apostado a decir que esta obra no es realista, lo sabemos por el estilo de la puesta en escena, por la interpretación de los textos, por el uso de la escenografía que va desde el orden más pleno al caos más manifiesto--- y que sin embargo instala la pregunta acerca de lo real de las cosas, que es como decir, la cosa de las cosas, esto es, la res de la res, la cosa de la cosa. De este modo, lo que pareciese ser una tarea infructuosa, y hasta inútil, se convierte de pronto en una herramienta de análisis interpretativo toda vez que en Realismo más que una obra destinada a conmovernos con los hechos que le suceden a los personajes, a mi parecer ser trata de una en la que reflexión es crucial porque precisamente las cosas tienen vida propia y se erigen sobre la conciencia humana de un modo reiterativo e incontrolable. Realismo no pone al centro de la escena a los personajes, sino que a las cosas que habitualmente empleamos como extensión de nuestra conciencia en el mundo. Herramientas, utensilios, materiales de todo tipo (trozos de madera, planchas de metal, cintas adhesivas etc), con el objetivo de preguntar. Si el paradigma del teatro es que éste es “una cosa” de seres humanos, esta obra pone en crisis esta premisa señalando las cosas como el centro de atención escénica. ¿Qué es una cosa? ¿Cuál es el fin de la cosa? ¿Existe tal cosa? Sin duda que estas preguntas para cualquiera pueden resultar inútiles, y sin ningún rendimiento en la práctica porque representan preguntas filosóficas que tienen que ver con las cosas en su sentido ontológico y en última instancia epistemológico pero esta obra al tratarlas de un modo práctico rompe con la teoría y se abre espacio para la creación e interpretación libre. A quién no le ha ocurrido que se le quedan pegados los dedos a la cinta adhesiva cuando quiere envolver un paquete, a quién no le pasado que las tijeras que ocupa no corten como es esperable: en definitiva, a quién no ha experimentado el hecho de que las cosas no funcionen como deberían. Pues bien, mediante la precisión en la ejecución de acciones ante realismo estamos frente a una obra que indaga en los límites de la reflexión
filosófica y la praxis escénica, localizando acciones significativas de nuestro mundo más cotidiano en el que se esconden fuerzas inexplicables y donde “las cosas no caen por su propio peso” sino que más bien se elevan.Sí, es que en esta obra se viola sistemáticamente el principio de gravitación universal mediante el empleo de efectos mecánicos. Las cosas en Realismo no son algo inerte y sujeto a nuestra conciencia, existen energías que tienden al caos, a la desmesura escénica, hay que solo fijar la atención en el cómo el escenario va desde el orden al caos, las luces también son cómplices de esto que describo, y los años transcurren insistiendo en que existe un real abismo entre nuestro mundo y las cosas. Las cosas como cosas son inexplicables para la conciencia humana que todo lo quiere dominar y cosificar para de esta forma otorgarle pasividad a algo tan real como las cosas, a un poder inexplicable que tienen esos objetos que nos permiten (o impiden) el tránsito en la existencia humana. En última instancia, Realismo, es una obra realista en el sentido más puro de esa palabra, realismo pone en movimiento a lo inerte, a lo inorgánico, a las cosas.
Entrevista a Astrid Fuguellie Por: Tatiana Orellana
“Es c rib o pa r a n o m o r ir”
Astrid Fugellie ( Punta Arenas, 1949) es una poeta profunda y sublime. La poesía de la poeta es transgresora y visceral. Se destaca en la actual poesía chilena por imponer un estilo que busca trascender sin tapujos. Sus poemas, acogen, interpelan, e incluso, hacen llorar al lector. Astrid, afirma que su “vocación de poeta es clarividente y sintetizadora de la realidad; contingente y de las grandes e imperecederas interrogantes del hombre”. En esta entrevista, Astrid Fugellie reflexiona en torno a la poesía, sobre su cuarto propio, y del feminismo en la sociedad. ¿Qué es –para usted– la poesía? - Todo es poesía. Para mí, específicamente: mi modo de ser y estar en este mundo. Es mi trinchera, es mi reflejo condicionado frente a situaciones límites. Es lo que me hace vivir y no morir en el intento. Yo escribo para no morir, no morir trágicamente ( en ese concepto). No hay una definición propiamente tal de lo que es la poesía. Ésta es una creación, es un fenómeno que va más allá de lo vívido y lo vivido; es un a-lugar. Hay varias definiciones, Parra decía que “la poesía es todo lo que se mueve”; Breton sostenía que “la poesía era una pipa”, y para mí ha sido un reflejo condicionado.
Entrevista
¿Cuánto tiempo le dedica a la escritura. ¿Considera que es tan importante (como decía la escritora Virgina Wolf), tener un “cuarto propio”? Tú eres el único que puede desarrollar el arte de la poesía. No hay nadie que pueda escribir un libro tuyo. De ficción se pueden dar muchos, pero de poesía eres tú el hacedor de eso. Para escribir necesitas tener un espacio, un cuarto propio, una soledad elegida, aún cuando en esa soledad en un momento dado, se te pase también a la desolación o a la locura; son dos instancias factibles. La soledad elegida es muy buena, y es fundamental para el escritor. Yo dedico seis horas a la escritura, ya sea puliendo (que es una forma de escribir) o ya sea creando o leyendo. Son seis horas o más… y me encanta; yo me siento un pequeño dios. ¿Cree que se ha logrado respetar esa soledad elegida?. ¿La mujer, ha logrado desde esa intimidad sacar la voz y posicionarse frente al discurso del patriarcado que ha operado durante décadas? No, bajo ningún punto de vista. Uno escribe en esa soledad y tiene que renunciar a muchas cosas mundanas que te impone el patriarcado (es un doble juego). Es un ir a conseguir el objetivo, y es un retroceder porque se te niega en un minuto dado. El otro día, leí que la esposa de Octavio Paz había publicado un libro (no recuerdo muy bien cuál). Pero lo que sí recuerdo, es que en el libro decía “esposa de Octavio Paz”. ¿Te das cuenta? ¿Y cómo cree que esto podría mejorar? Creo que cómo se están dando las cosas en este mundo, si no se termina, la mujer finalmente tendrá que ir paulatinamente empoderándose de ciertos espacios. Creo que la cultura es un espacio muy fértil para la mujer. En estos momentos, las que están leyendo, son las mujeres, más que los hombres. Las que están haciendo cosas más de tipo artístico o cultural son mujeres. Esta cosa patriarcal no da mucho dinero, ¿te fijas?. Tendrán que abrirse los espacios y la mujer tendrá que irse imponiendo; sin embargo, yo diría que la imposición de la mujer no es una imposición porque sea mujer o porque no lo sea, sino porque hace muy bien las cosas. La mujer es muy integral, holística; la mujer es con el otro. Obviamente que, hay mujeres que han nacido bajo el patrón patriarcal, y son a su vez, patriarcales. Pero (aquí), me estoy refiriendo a las mujeres que son feministas desde su principio de feminidad, que no es por poder, sino que simplemente es por entregar un trabajo legítimamente crecido, y sostenido en el tiempo. Actualmente el feminismo está surgiendo mucho más fuerte, abierta, con un discurso propio y sin miedo. Qué le parece a usted, (desde su punto de vista como sujeto, mujer y escritora) que algunos sostengan que el feminismo se ha ido transformando en una moda. ¿Discrepa que con esta visión? Sí, discrepo. Creo que cualquier crecimiento o evolución de una idea se va dando de forma empírica. Nosotras dimos una lucha; mi madre, mi abuela ( probablemente). Recién en el año 49’ se dio el voto femenino. El problema que hay que salvar en este minuto para que los otros lo entiendan es que, nosotras estamos luchando por nuestros derechos, no estamos luchando contra el
hombre, todo lo contrario. Entendemos perfectamente que el hombre es un complemento nuestro. Sin embargo, nuestros derechos no están igualados con los derechos del hombre, y por eso políticamente, nosotras tenemos que ser animales políticos, y luchar por eso. Creo que está muy bien de que la gente joven que son, nuestras hijas y nietas, estén tan empoderadas en este minuto para dar una lucha, que en el fondo, es recibir y ser receptores de lo que se hizo. Hay que concretizar para que vivamos en un mundo mejor, en donde los sueldos sean iguales al de los hombres; en donde podamos hacer un viaje sola (como el hombre lo hace); en donde podamos ir a una cantina sola y tomarnos una copa sin que se nos critique; podamos vestirnos como queramos; desnudarnos si queremos y que nuestro cuerpo no sea objeto de críticas malsanas. En el fondo, el fin de crear un paradigma (que no sé cuál puede ser), es estar con los otros, y no contra los otros. Es el amor. Desde su libro Los Círculos hasta En off. ¿Usted piensa que su voz intima, representa la voz de un gran coro. ¿Cree de alguna manera que, su discurso íntimo se vuelve, un discurso colectivo? Sí, sin lugar a duda, desde el primer libro. Hay un discurso ( problamente) antropológico, pero es un discurso colectivo. Lo privado te lleva a lo colectivo. En este mundo está todo dicho porque estamos todos imbuidos en poder descifrar los grandes misterios que en buena medida son la muerte o el morir; la vida o el vivir; el amor. Si estamos en ese camino, obviamente, de que si tú haces ese compendio a través de una escritura antropológica, vas a decirte que es la única manera de ser original porque tu vida es única, intransferible e irrevertible. Tu verdad va ser única en eso (y es la única diferencia que puedes hacer), ya que están todos los estilos hechos, a no ser que reconstruyas sobre aquello. ¿Cómo fue, para usted, escribir su último libro Del mal morir (2015)? Pienso que en ese libro, hay una suerte de exornación, y a la vez, una sanación. Ese libro se necesitaba terminar, y necesité hacerlo como un orfebre, trabajando poema a poema, pieza a pieza para desprenderme de ese sentimiento, y encontrar, mi voz en tercera persona para colocarla en primera persona, lo cual duele mucho. Es un libro de gran aprendizaje para mí. Como escritora, es un libro que me llevó prácticamente diez años (bueno todos mis libros me llevan diez años). Lo bueno es que tengo material como para estar permanentemente escribiendo más de un libro. ¿Qué piensa sobre los nuevos poetas que están surgiendo en la literatura chilena?. ¿Qué les recomendaría a ellos, y qué cree que le hace falta a la poesía actual?. Pienso que Chile es un país de poetas. A tal punto que propondría que fuéramos sujetos de exportación. Yo creo que no hay ninguna… no sé si será por nuestro carácter isleño, por la cordillera, por ser una línea, por estar cayéndonos al mar permanentemente ( lo digo por los terremotos y maremotos). Nos dan una situación como isleño, y esa situación, por un lado nos hace triste, muchísimo más triste y más incompletos como seres humanos ( no tenemos una identidad formal reconocida), y esto sucede por haber negado sistemáticamente a nuestras etnias y no reconocer ( con respeto) que somos ellos y productos de ellos ( fueron los primeros que poblaron nuestras tierras); Somos mestizos. Creo que el Estado de Chile tiene una gran deuda con las etnias que están por encima de mí. Ellos son los verdaderos habitantes de Chile. Qué lindo hubiese sido que no se
hubiesen exterminado los indígenas del sur de Chile. Cuánta riqueza le hubiesen dado a esa zona. No sabemos por qué los mataron; pagaban por oreja, cráneo, incluso, llegaron a pagar por pechos. Fue una cosa cruenta. Perdimos el lenguaje de ellos, cuánta riqueza podríamos haber incorporado al nuestro. Somos hijos de la tierra, y eso no ha sido reconocido por el Estado de Chile. Lo ha negado reiteradamente y en forma muy salvaje. En definitiva, los gobiernos no se hacen cargo. Creo que esa son las dos grandes causas por la cual tengamos poetas tan maravillosos, porque estamos diciendo la otredad. El poeta crea, dice la otredad, y lo inasible. Pienso que hay una diversidad de voces maravillosas que se sienten poetas. Hay que sentirse poeta, ser como poeta y tener la valentía de vivir como poeta. Hay que ir contra el sistema y ser muy valiente, ese es, el camino que yo daría humildemente, dedicarse única y exclusivamente aquello. El poeta es vocacional, no es accidental que tú seas ser humano, es accidental que tú seas mujer, ¿Qué les recomendaría leer a los jóvenes? Los clásicos. La humanidad vive su pasado, así como yo te digo mi pasado, la humanidad es su pasado. Y si vamos a buscar material, mientras más atrás lo busquemos, más nos vamos a dar cuenta de la génesis del mundo. Hay otra cosa muy buena para el poeta: leer los cuentos infantiles. Los cuentos que se dicen malamente infantiles pero que, finalmente, son mitos.
“Bendigo la posibilidad de haber dicho todo lo que dije. Me diste la libertad“
ARTE POÉTICA
El canto de una infancia retenida en los años sótanos y esa historia de los Círculos violentos, geometría de palabras deletreando misterio en jornadas d e renglones y silencios. Sustantivos azarosos en la línea de la mano, generación diezmada de palomas nostálgicas, color de verbos, calor de amigos muertos. Y la jerga a pie de página y la hoja por encima del cansancio, desaliento de un mi-dios profundo y ácido invocando la gracia de algún sueño.
Astrid Fugellie Del mal morir