Por Diana García*
Hoy tenemos el privilegio de presenciar a una generación de mujeres con voz propia, independientes, que tenemos claros nuestros derechos y que continuamente recordamos el valor social, económico y personal que le aportamos al mundo. No hay vuelta atrás, solo hay un futuro con una visión en la que realmente logremos vivir unidos en un mundo de inclusión. Sin embargo, sabemos que esta no es la realidad de todas las mujeres y que llegar hasta este punto, hace menos de 100 años, era inimaginable. Fue hasta 1975, después de más de 70 años de intentos de conmemoración y de la defensa del lugar de la mujer frente al hombre en igualdad, que oficialmente se decreta el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. En esta lucha, los organismos internacionales y la sociedad civil han sido piezas clave para recordar y seguir avanzando hacia el estado deseado de igualdad, equidad y respeto para las mujeres. Conmemorar esta fecha, año tras año, nos debe permitir hacer un alto para seguir honrando el camino recorrido, garantizando el empoderamiento, pero, sobre todo, garantizando los derechos básicos que deben tener las mujeres para su pleno desarrollo. Siendo que la mujer debe ser parte de la creación de soluciones y evolución de las sociedades de futuro1, las Naciones Unidas indica que la brecha digital se está ampliando y que las mujeres están insuficientemente representadas en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería las matemáticas y el diseño. De aquí que invertir en estos campos para el desarrollo de niñas y jóvenes, garantiza soluciones innovadoras que aceleren la inclusión de género para construir el futuro de nuestra sociedad. Hoy más que nunca, la inclusión debe ser un eje principal en las intervenciones comunitarias y en el lenguaje corporativo, impulsando la agenda de las organizaciones sin fines de lucro, de gobiernos, de organizaciones de cooperación internacio-
*Diana García, Directora ejecutiva de Fondo Unido-United Way México.