UPAVA'SA - PERMANECER CERCA DEL SEÑOR PARTE 1

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UPAVA’SA – PERMANECER CERCA DEL SEÑOR PARTE I La práctica de upava’sa produce beneficios físicos, mentales y espirituales.

 Fisiología del ayuno En el aspecto estrictamente físico, upava’sa consiste en ayunar sin agua ni alimentos sólidos de amanecer a amanecer en los días de transición lunar. Es incorrecto realizar este ayuno por más de un día. Ba’ba’ fomentó siempre vivir una vida equilibrada: “no debes fomentar la voracidad ni debes someterte a ayunos por períodos prolongados de tiempo” [1]. Nuestro cuerpo trabaja incesantemente toda nuestra vida sin un momento de descanso. Se considera como normal en un adulto cualquier frecuencia cardíaca que esté entre los 60 y los 100 latidos por minuto; estando situada la media normal en unos 70 latidos/m. Si tomamos como referencia este dato, se calcula que un corazón acostumbra a latir un total de 100.000 veces por día y 35 millones de veces por año. Además, este órgano bombea entre 4,5 y 5 litros de sangre por minuto, lo que supone prácticamente toda la sangre que tiene una persona adulta en su cuerpo y suficiente para llenar unas cuantas piscinas con lo que bombea toda su vida. Nuestros pulmones están constantemente trabajando; el hígado secreta 365 litros de bilis; el estómago produce 730 litros de jugos gástricos; los riñones 700 litros de orina; nos crecen 28 metros de uña y nuestra piel se renueva tres veces ¡en un año! Nuestros órganos no pueden protestar por el trabajo, como nosotros lo hacemos. Pero nos envían señales. Según Manuel Lezaeta Acharán, el ayuno total o seco: “Obra dejando al organismo descansar del diario trabajo digestivo, para que las energías que deben gastarse en el procesamiento de los alimentos actúen en las funciones de eliminación puesto que la vida es el resultado del doble proceso de nutrición y eliminación, al simplificar el primero se activa el segundo y es por esto que el ayuno constituye el purificador más eficaz y sencillo para la salud, imponiéndose su práctica en las dolencias agudas como en las crónicas” [2]. El ayuno es uno de los medios más seguros para curar las enfermedades, no sólo las digestivas, sino especialmente las febriles. Los animales nos enseñan a ayunar pues cuando se sienten enfermos o heridos no consumen más que agua, hasta que el apetito, que indica vuelta a la normalidad, los obliga a alimentarse nuevamente.


Shrii Shrii A’nandamu’rti dice: “Desde los tiempos antiguos muchas criaturas no humanas han considerado el ayuno o la abstinencia deliberada de alimento como su medicina natural. Podrás notar que los perros y otros animales se abstienen de comer si se sienten un poco enfermos. Tú también sientes no comer cuando físicamente no te sientes bien. Algunos médicos contemporáneos sugieren a sus pacientes, e incluso los presionan para comer cuando no tienen ningún apetito. Sin embargo, esto va en contra de las leyes de la naturaleza. Es natural para una criatura enferma sentir aversión a la comida, a menos que sufran de la enfermedad de comer en exceso. No comiendo, ciertos órganos del cuerpo disfrutan de un descanso temporal. Como resultado, luego del ayuno los órganos son rejuvenecidos y re–energizados y una sensación de bienestar regresa al cuerpo físico. Por lo que no sólo en el caso de humanos prehistóricos, en el caso de animales prehistóricos también; la antigua, pura y principal medicina era el ayuno o abstención voluntaria de alimentos” [3]. Técnicamente el ayuno limpia el riñón, el hígado y purifica la sangre, activando las eliminaciones generales y favoreciendo la destrucción de materias morbosas del interior de las células. Durante el ayuno todas las células se dedican al trabajo de eliminación y una vez que quedan libres de obstrucciones de materias extrañas, se restablece la salud. El ayuno remueve del cuerpo lo inservible o perjudicial, alivia la congestión de cualquier órgano y dirige todas las fuerzas del organismo al proceso de eliminación. Además, combate la fiebre interna (fiebre gastrointestinal – medicina térmica) porque permite descansar al aparato digestivo. También renueva la piel y el cabello, dando un aspecto de rejuvenecimiento evidente. Los órganos sensoriales se agudizan. Es un tónico cerebral benéfico en todo sentido; estimula el “pranah”–la “fuerza o energía vital”, desencadenando procesos autocurativos; favorece la circulación logrando disminuir la presión arterial. La palabra tóxico viene del latín "toxicum", y es un adjetivo que indica "perteneciente o relativo a un veneno o toxina". Se pueden distinguir dos tipos de tóxicos: los exógenos, que vienen del exterior; y los endógenos, que los produce el propio organismo. Los exógenos, por su naturaleza, pueden ser físicos, químicos o biológicos. Los físicos son, por ejemplo, las radiaciones y el ruido. Los químicos son los que provienen de todo tipo de industria, se reciben por cualquier vía al organismo; y los biológicos son los que tienen vida propia, como los virus, bacterias, hongos y parásitos, entre otros. En el caso de los endógenos, pueden ser el resultado de sustancias propias del organismo que resultan tóxicas en exceso, como el ácido úrico, el calcio, entre muchas más, causando alteraciones de todo tipo. Los pensamientos negativos y emociones perturbadoras son clasificadas dentro del grupo de tóxicos endógenos, ya que éstas tienen acción directa e inmediata sobre el bienestar personal debido a que logran facilitar la aparición de padecimientos y/o enfermedades o agravar una ya existente.


 ¿Cómo nos hacen enfermar las toxinas? Para comprender cómo nos hacen enfermar las toxinas, hay que tener presente que el cuerpo está formado por miles de millones de células de cuya salud depende el bienestar y la vitalidad de todo el organismo. Las células dependen del entorno en el que se encuentran. Este entorno, también llamado "terreno", es líquido. Se compone de sueros celulares situados en el interior y en el exterior de las células, así como de linfa y de sangre. Las células dependen por completo de estos líquidos para su suministro de oxígeno y nutrientes, así como para deshacerse de los residuos que producen. Cuando estos líquidos están limpios y son nutritivos, las células gozan de buena salud. Sin embargo, cuando este entorno acumula residuos, la situación se degrada. En efecto, la sangre se espesa e irriga por los tejidos. En las paredes de los vasos sanguíneos y linfáticos se forman depósitos que obstruyen parcialmente los vasos y acaban provocando enfermedades cardiovasculares. Las toxinas congestionan los órganos y ralentizan su funcionamiento provocando, por ejemplo, insuficiencia hepática, articulaciones bloqueadas, etc. Obstruyen los emuntorios, generando eliminaciones muy visibles como es el caso de bronquitis, sinusitis, granos, eczemas, diarreas o, asimismo, reacciones alérgicas. Las dolencias provocadas por las toxinas pueden deberse a su gran número (aspecto cuantitativo), pero también a sus características (aspecto cualitativo). Algunos residuos son muy agresivos; lesionan las mucosas y los tejidos. A veces, inflamaciones resultantes pueden llegar a causar la destrucción de las células (esclerosis). De igual forma, los residuos pueden dañar el material genético de las células y provocar mutaciones celulares (cáncer). Sea cual sea la enfermedad y dondequiera que esta se sitúe, las toxinas están presentes y tienen una influencia negativa en el cuerpo. Por ello, para la Yaogiika Cikit'sa (ciencia yóguica de la salud cuerpo de conocimientos teóricos y prácticos ordenados sistemáticamente que tienen como objetivo cultivar la salud) la necesidad de desintoxicarse es fundamental. Esa es la razón por la que el punto # 8, de los “16 puntos”, es la culminación de los primeros 7 puntos psico–físicos y el primero de los puntos psico–espirituales.

 Cómo finalizar o “romper” el ayuno drenando las toxinas En numerosas ocasiones Ba’ba’ dijo que los animales saben cómo ayunar pero que sólo los humanos saben cómo finalizar el ayuno. Existe una metodología precisa para terminar el ayuno correctamente drenando las toxinas fuera del organismo. Toda otra técnica para “romper” el ayuno sólo arruinaría completamente el proceso de desintoxicación y purificación. Ba’ba’ ha dicho que todos deben seguir una metodología racional y sistemática para finalizar el proceso. Es importante no comer de más la noche anterior al comienzo del ayuno, de lo contrario se retrasa y perturba el proceso de limpieza del cuerpo y dificulta severamente la habilidad del practicante para “romper” el ayuno correctamente. Para maximizar los beneficios del ayuno, uno debe tener mucho cuidado con el tipo y cantidad de alimentos que se consumen la noche anterior, incluso el día anterior por completo. Se recomienda:


Un desayuno crudo, el almuerzo 50% crudo  50% cocido y como cena monodieta líquida verde. 2. Monodieta líquida de jugo de naranja con toronja y limón todo el día previo al ayuno total o seco, lo cual garantizará el éxito total en el proceso de depuración física y mayor rapidez para concretarlo. 3. El día anterior al ayuno practicar “ayuno intermitente” y asegurarse de haber completado todas las etapas de la digestión luego del almuerzo. 1.

Es recomendable organizarse bien para la mañana en que se rompe el ayuno para no negligir la práctica espiritual. Se necesita tiempo. No se debe hacer a prisa, el cuerpo necesita rehidratarse y recobrar energías. La limpieza del tracto digestivo consiste en tomar 3 litros de agua tibia casi caliente con limón y sal en un período de 45 minutos. Entre litro y litro se debe tomar aire y caminar con el abdomen descubierto. Después del primer litro puede practicarse kaos’ikii y tan’d’ava pero no después del segundo o tercer litro. Muchos factores intervienen y determinan el éxito del proceso: la temperatura del agua (no debe estar muy caliente, ni templada o fría), la cantidad de limón y sal (que debe ser capaz de estimular el movimiento del intestino grueso), el grado de obstrucción del colon por residuos orgánicos, el tiempo que se demora en tomar los tres primeros litros, etc.

No se debe demorar mucho tiempo bebiendo debido a que el cuerpo comienza a reabsorber el agua y se pierde la posibilidad de eliminarla drenando las toxinas del colon. La posición recomendada es la siguiente:

Mientras se beben los primeros tres litros uno puede sentir la necesidad de defecar. Notará que se expulsa materia sólida o líquida de una vez. Si se expulsa líquida, después del tercer litro se continúa con agua pura hasta que, después de ir al baño repetidas veces, logre expulsar el agua del recto con color transparente.


Si después del tercer litro aún no siente ir al baño a defecar, debe continuar bebiendo agua con limón y sal y estimulando el abdomen con presiones y descompresiones suaves, descubrir el abdomen, humedecerlo; sentir el fresco del aire y el agua en el abdomen favorece el proceso. Puede beber hasta 5 litros y medio. Beber con cuidado, escuchar al cuerpo. Moverse. No tener miedo, este paraliza al intestino grueso e interrumpe el proceso de eliminación. Ser paciente con el propio cuerpo. Estar dispuesto a limpiarse a fondo. El proceso completo puede durar de dos a tres horas dependiendo del practicante. La limpieza física y psíquica luego de romper el ayuno, conforme al sistema prescrito, es considerable. Los emuntorios son los órganos encargados de filtrar la sangre y de expulsar las toxinas hacia el exterior del cuerpo, se trata del hígado, los intestinos, los riñones, la piel y los pulmones. Son las puertas de salida obligatoria de las toxinas. En el ayuno todos los emuntorios son estimulados, sin embargo, el emuntorio que por naturaleza acumula más toxinas (el intestino grueso) es al que más se le debe prestar atención al momento de romper el ayuno. Durante y después de finalizado el ayuno, es normal la aparición de síntomas de “eliminación de toxinas”, lo cual debe entenderse como “crisis curativa” y la acción inteligente del “pranah” (fuerza vital) en su esfuerzo por remontar la “noxa” (agresión interna) hacia la superficie del cuerpo y los emuntorios con el fin de expulsarla por completo del organismo. Estos síntomas son los que comúnmente se entienden como “enfermedad” o manifestación de desequilibrio del organismo. Dichos síntomas no deben suprimirse con medicamentos o terminando el ayuno prematuramente. Estos síntomas generados por la energía vital son la señal de la defensa activa del organismo y de haber fortalecido la salud. Se puede interpretar como la preparación del cuerpo para la expulsión de la “noxa”. Quienes no deben ayunar son las mujeres embarazadas, los pacientes con infarto cardíaco reciente, insuficiencia cardíaca, renal o hepática, tuberculosis avanzada, diabetes tipo I o desnutrición.

 El ayuno y la luna, desde la perspectiva de la biopsicología yóguica La atracción gravitacional de la luna crea que las mareas oceánicas suban y bajen cada 12,4 horas. La altura de esas mareas también sigue ciclos de aproximadamente dos semanas: uno que dura 14,8 días y es impulsado por la atracción combinada de la luna y el sol, y otro de 13,7 días, que es impulsado por la posición de la luna en relación con el ecuador de la tierra. La luna altera la química de nuestro cuerpo causando cambios gravitacionales que son percibidos por nuestra glándula pineal y traducidos a nuestra fisiología alterando el equilibrio hormonal. La fuerza gravitacional afecta tanto a los océanos de la tierra como a las porciones líquidas de nuestro cuerpo 60%65%. En ciertos días lunares esa fuerza genera perturbaciones psicofísicas debido a que los fluidos corporales son empujados hacia la parte superior de la estructura física creando presión excesiva sobre los plexos (cakras) superiores inhibiendo la expresión de propensiones psíquicas elevadas.


Las hormonas influencian cada aspecto del funcionamiento del cuerpo. Desde la digestión hasta el metabolismo; desde el latido del corazón hasta las funciones cerebrales y desde el sentir sed hasta la eliminación a través del acto de orinar. Esto genera tensión en nuestras glándulas endocrinas y conduce la linfa hacia tales glándulas. En días de ayuno todas estas funciones están “apagadas” y por lo tanto, la necesidad de estas hormonas se reduce considerablemente. Ayunando en días específicos bloqueamos el efecto negativo de la luna sobre la estructura psicosomática debido a que el estómago se encuentra vacío de líquidos y sólidos, por lo que los cakras superiores no son afectados de forma adversa. Diversos estudios psiquiátricos han reflejado una extraña regularidad en los episodios de sus pacientes con trastorno bipolar de ciclo rápido, una forma de la enfermedad en la que las personas cambian entre depresión y manía más rápido de lo habitual. Wehr, profesor emérito de psiquiatría en el Instituto Nacional de Salud Mental en Bethesda, EE. UU., dice al respecto: "Lo que me sorprendió de estos ciclos fue que parecían tan asombrosamente precisos que uno no los esperaría de un proceso biológico (…). Me llevó a preguntarme si había algún tipo de influencia externa que estaba operando en estos ciclos, y [debido a la creencia histórica de que la luna afecta el comportamiento humano] lo más obvio a considerar era si había alguna influencia lunar" [4]. Eran estos ciclos de aproximadamente dos semanas con los que los pacientes de Wehr parecían sincronizarse. No es que necesariamente cambiaban a depresión o manía cada 13,7 o 14,8 días, sino que, si ese cambio de depresión a manía ocurría, no pasaba en cualquier momento, tendía a suceder durante una cierta fase del ciclo de las mareas lunares. Durante siglos se ha creído que la luna afecta el comportamiento humano. De hecho, la palabra "lunático" (persona que padece locura por intervalos) proviene del latín "lunaticus", que significa "lunar". Tanto el filósofo griego Aristóteles como el naturalista romano Plinio el Viejo creían que la locura y la epilepsia eran causadas por el satélite natural de la tierra. Existe evidencia de que el ciclo lunar aumenta la violencia entre los pacientes psiquiátricos o los reclusos y un estudio reciente sugirió que la actividad delictiva al aire libre (incidentes que ocurren en las calles o en entornos naturales como las playas) puede ser mayor cuando hay más luz de la luna, así como que el sueño varía a lo largo del ciclo lunar. Por ejemplo, un estudio de 2013 realizado bajo condiciones altamente controladas de un laboratorio de sueño, descubrió que en promedio las personas tardaron 5 minutos más en quedarse dormidas y durmieron durante 20 minutos menos en luna llena, en comparación con el resto del tiempo del mes, a pesar de que no estuvieron expuestas a la luz de la luna. A su vez, la medición de su actividad cerebral sugirió que la cantidad de sueño profundo que experimentaron se redujo en un 30%. Con el objetivo de obtener el mayor beneficio del ayuno, en el sistema de A’nanda Ma’rga se selecciona un “tithi” o día lunar específico: en Krsna eka’dashii (el onceavo día del calendario


lunar, que dura 14,8 días) se da un período de transición lunar en el que la fuerza gravitacional es extrema. Shukla eka’dashii (once días después de pu'rn'ima' –la luna llena, que sucede cada 29,5 días) es otra coyuntura lunar de mayor influencia negativa. Shrii Shrii A’nandamu’rti dice: “Alrededor y en los días cercanos a la luna nueva y llena, se puede observar que los factores aéreos y gaseosos en el cuerpo se elevan hacia el pecho y la cabeza creando una sensación de incomodidad. Por lo tanto, si la persona no come en esos días, estos factores serán empujados hacia abajo desde las porciones elevadas del cuerpo – hacia las porciones inferiores, aliviando el sentir incómodo” [5]. Shrii Shrii A’nandamu’rti especifica cuántas veces se debe practicar upava’sa en el mes: “Ayunar es una necesidad en la onceava luna, pu’rn’ima’ (la luna llena) y la luna nueva. En A’nanda Ma’rga no he prescrito estos cuatro días de ayuno para grhii’s (personas de familia), es decir aquellos que no son trabajadores de tiempo completo, aquellos que no son avadhutas– sólo deben ayunar dos días, las dos onceavas lunas. Y para los trabajadores, avadhutas, ¿cuántos días deben ayunar? Cuatro días. Porque deberán involucrarse más en trabajos espirituales y más elevados, en ámbitos intelectuales y espirituales. Es por eso que ellos deben ayunar cuatro veces al mes y los otros, dos. Pero si los otros lo desean, pueden ayunar cuatro veces –no diré nada. Pero no es obligatorio. Para ellos, dos eka’dashiis” [6]. Todos los a’nanda margis, sean personas de familia o renunciantes, ayunamos en las dos eka’dashiis, los días más cruciales, para encarar correctamente el período de mayor fuerza gravitacional con efecto negativo sobre los microcosmos. A continuación se muestran las siguientes fechas de upava’sa ajustadas a nuestro horario. Sólo se considera la fecha, no el horario. El ayuno se realiza de amanecer a amanecer.

Dec 10 (Thu)

Ekadashi

12/10 01:21

12/10 22:34

Dec 13 (Sun)

Amavasya

12/13 13:14

12/14 10:16

Dec 25 (Fri)

Ekadashi

12/24 11:47

12/25 14:24

Dec 29 (Tue)

Purnima

12/28 20:24

12/29 21:28

En el siguiente enlace se puede consultar las fechas de upava’sa de este año y próximamente estarán disponibles las del año que viene: http://www.skillcase.com/fasting

Gáuṋgádhara deva


CITAS: [1] A’nandamu’rti S.S. nanda acanámrtam part . Discurso: “Seven Secrets”, August , Taipei. The Electronic Edition of the Works of P.R. Sarkar Version 7.5. A’nanda Ma’rga Publications. [2] Lezaeta A. M., (1997). Medicina natural: al alcance de todos. México: Pax México. [4] Geddes L. Cómo las fases de la Luna alteran nuestro comportamiento y afectan nuestra salud mental (07/09/19). BBC, Future. Recuperado de https://www.bbc.com/mundo/especial-49442209 [5] A’nandamu’rti S.S. Procedure for Fasting. En ary carya part . The Electronic Edition of the Works of P.R. Sarkar Version 7.5. A’nanda Ma’rga Publications.


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