INTERÉS GENERAL
EL VOTO
obligatorio El sufragio y la idea de libertad
Las leyes electorales que precedieron a la denominada “Ley Sáenz Peña”, tanto las sancionadas durante el período de la Confederación como las dictadas después de 1860, no dieron al sufragio el carácter obligatorio. La referida Ley impulsada por el Presidente Sáenz Peña consagró el voto universal, secreto y obligatorio y en su texto introdujo el sistema electoral de lista incompleta con el fin de asegurar la representación de las minorías en la Cámara de Diputados. En oportunidad de inaugurar las sesiones ordinarias del Congreso en el año 1911, al referirse al tema del sufragio el Presidente Sáenz Peña expresó: “El sufragio es un compuesto de garantías que deben acordar los gobiernos y de derechos que deber ejercer los electores, y no es posible desdoblar sus términos sin que el acto legal desaparezca para dar nacimiento a la ficción” (...) “Son sus complementos necesarios la representación de las minorías y el voto obligatorio”. La instauración de esta obligación generó un fuerte e interesante debate en un Congreso Nacional que tenía luces suficientes para brindarlo. Los argumentos utilizados en su favor sostenían que el sufragio era por naturaleza una función pública, un deber del ciudadano, un medio para superar el descreimiento y la abstención. Por el contrario, el rechazo se fundamentaba en que la obligación de votar suprimía de 38
Por el Profesor Raúl Omar Chizzolini
Las democracias tienden a reemplazar el voto obligatorio hecho la libertad de su ejercicio y que siendo un derecho, su poseedor tenía la facultad de ejercerlo o no, en definitiva se trataba de considerar el voto como un deber de conciencia. Todas las leyes electorales posteriores a la Ley Sáenz Peña mantuvieron la obligatoriedad del sufragio, sin lograr superar las causas políticas de su inclusión. En la actualidad, en lo que a práctica política se refiere, los países con mayor desarrollo y permanente estabilidad institucional no tienen incorporado a su legislación en materia electoral el voto obligatorio. Sin embargo en ellos se observan porcentajes de abstención similares a los que se dan en países con marco de obligatoriedad y los niveles de rechazo a la dirigencia política son mayores en estos últimos. Con el tiempo, las democracias tienden a reemplazar el voto obligatorio sin que estas se debiliten, haciendo de la obligatoriedad una característica del sufragio propia de países que, utilizando términos del Presidente Sáenz Peña, padecen una “ficción” de sistema electoral.-