La pandemia sanitaria, social y económica, ocasionada por el Covid-19 afecta de forma diferente a mujeres y hombres debido a los roles sexistas imperantes, dando lugar a un incremento de las desigualdades a las que ya se enfrentaban mujeres y niñas en sus vidas cotidianas. Hay un serio riesgo de retroceso en los limitados avances en igualdad obtenidos durante el último siglo y principios de este. La pérdida de puestos de trabajo, que atañe principalmente a las mujeres, supone una merma en los progresos logrados en su participación en el mercado laboral. El teletrabajo se ha establecido sin atender al principio de corresponsabilidad y sin enfoque de género. Las mujeres que desempeñan sus funciones en entornos sanitarios se enfrentan a un espacio de trabajo que implica una mayor exposición a la enfermedad. Y el confinamiento masivo de la población ha supuesto un aumento de la violencia machista en el hogar debido al aislamiento y convivencia obligatoria con el agresor.