Nuestra Presidenta refleja el sentir de todos los peronistas y de amplias mayorías del Pueblo En la ciudad de Ituzaingó, provincia de Buenos Aires, el 6 de febrero de 2003 pronunció estas palabras “Me he puesto en esta lucha como un quijote solitario para que los argentinos recuperen el orgullo de ser argentinos”. Cuantas cosas hemos vivido en nuestro país y cuanta visión había en sus palabras. Hoy nos encontramos unidos y construyendo una gran Argentina. A pocos días del cumplimiento de los nueve años de la asunción de la Presidencia de la Nación por parte de Néstor Kirchner, las compañeras y los compañeros de todo el país, reunidos en la Ciudad de Resistencia, Chaco, en el marco de la realización del Segundo Encuentro Nacional de Gestar, reafirmamos el compromiso con el Proyecto Nacional conducido hoy por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, más convencidos que nunca que el camino iniciado aquel 25 de mayo de 2003 nos lleva a la grandeza de nuestra Patria y a la felicidad de nuestro Pueblo. Los eventos políticos recientes han reafirmado la claridad en la concepción y la eficacia en la realización por parte de nuestra conductora, de una estrategia política y económica que ha demostrado sobradamente resultados positivos en estos nueve años. Los eventos internacionales vinculados con la crisis financiera aún no resuelta, por otro lado, así como los desafíos que presenta el propio proceso de transformaciones profundas que vive nuestro país, implica que aquella estrategia política y económica sea constantemente profundizada y reafirmada. La recuperación de la soberanía en hidrocarburos es claramente un desafío a futuro, que hoy es posible gracias a la expropiación del 51% del capital accionario de YPF, mediante una Ley aprobada por el Congreso Nacional con amplias mayorías multipartidarias en ambas cámaras. Decisión que abre nuevos horizontes para el sector energético, pero también para todo el país, siendo que la energía es lo que permite el pleno desarrollo de las fuerzas productivas. Esta decisión viene a clausurar un modelo de desinversión que aplicó REPSOL totalmente contrario a un país que apuesta al mercado interno, al consumo de las masas populares, que crece y que por lo tanto necesita cada vez más combustibles. Un país que se dirige en forma clara e incesante hacia el desarrollo económico con inclusión social.