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Patricio Fernández, Constituyente Prueba de fuego

Seguimiento Constitucional

PATRICIO FERNÁNDEZ, CONSTITUYENTE: PRUEBA DE FUEGO

El periodista creador de The Clinic, hoy convencional, discurre sobre lo más importante que está llevándose a cabo en el país.

POR FEDERICO GANA JOHNSON

Periodista y escritor

Más allá de las recientes elecciones que dieron como ganador con una amplia mayoría a Gabriel Boric, y de cómo será el país con un nuevo presidente de la República en La

Moneda a partir de marzo próximo, una interrogante aún más profunda atraviesa el territorio: ¿Avanzará la nueva Constitución hacia un cambio fundamental en nuestra historia?

De hecho, la incógnita subsistirá hasta que sus capítulos, títulos, párrafos, artículos e incisos abran de una manera aún incierta el panorama cívico de nosotros, los chilenos. Aquel escenario que naciera luego de convulsionados meses anteriores, una mañana fría de pleno invierno santiaguino. Fue el 4 de julio del año recién pasado cuando Chile comenzó a cambiar de una manera, digamos, poco acostumbrada. El tiempo ha pasado rápido, pero en la amplia retina de la ciudadanía quedó estampado el momento: se iniciaba, en la sede capitalina del Congreso Nacional, la sesión de instalación de la Convención Constitucional. La condujo provisoriamente (y sin embargo para muchos será inolvidable), la Secretaria Relatora del Tribunal Calificador de Elecciones. En efecto, Carmen Gloria Valladares dio lectura a la Sentencia de Proclamación de los y las Convencionales Constituyentes. Y, luego de preguntar si aceptaban asumir y ejercer el cargo, los declaró investidos e investidas para cumplir el mandato de redactar y proponer al país una nueva Constitución. Ocurrieron varias situaciones que, oficialmente al menos, estaban fuera de libreto. Ellas ya son parte de la libreta de recuerdos (circunstanciales para algunos, muy relevantes para otros). Sin embargo, ejemplos ciertos de cómo el país se debate entre dos posiciones, a menudo infranqueables. En lo que

a la Convención y su desarrollo propiamente tal le concierne, los pasos se fueron dando hasta clarificarse la línea recta que espera alcanzar su meta en los meses venideros.

Efectivamente, el 13 de octubre de 2021 se publicó en el Diario Oficial la resolución que aprueba el texto oficial del Reglamento General de la Convención Constitucional. Luego, entre ese día y el 19 de octubre siguiente, la Convención Constitucional publicó en su sitio web los Reglamentos de Ética, de Participación y Consulta Indígena y de Participación Popular. Exactamente a las 15:38 horas del día 18 del mismo mes, en conformidad con el artículo 79 de su Reglamento General, la presidenta Elisa Loncon declaró ante el Pleno el inicio oficial del debate constitucional. Y en las sesiones del Pleno de los días 20, 21, 22 y 26 de octubre de 2021, las y los constituyentes realizaron sus discursos de apertura del mencionado debate. Al comenzar 2022, el proceso está en marcha y será un año de grandes novedades, en varios sentidos de la realidad. Un escenario palpable y concreto pleno de inquietud y frente al cual los chilenos no tenemos experiencia.

Anteriormente, en todo caso las frías cifras habían expresado a través de la votación popular que una amplísima mayoría de los y las ciudadanas del país estaban a favor de acompañar el proceso hacia una nueva Constitución. Por consiguiente, hoy es lógico sostener que la Convención debe mantenerse alejada de los avatares políticos contingentes y no dejarse influir por estos. La obligación y el compromiso es con la comunidad, a ella debe responder y entregar su trabajo. Y a ese trabajo deben someterse las y los variopintos convencionales, que fueron elegidos también en votación popular, a sabiendas de que asumían sus cargos en medio de este proceso constituyente nunca antes visto en esta tierra nuestra.

PRUEBA DE FUEGO

No fue sin tropiezos el desconocido camino de instalación. De hecho, la primerísima etapa, que constituyó la estructuración del reglamento, fue una prueba de fuego.

“Nos mostramos los dientes, nos miramos las caras. Al principio no sabíamos nada. Además, siempre hubo y hay una prensa hostil, que solo busca titulares, la prensa tradicionalmente aborrece lo constructivo. Pero después de levantado el andamiaje inicial vendrán y ya están llegando los acuerdos, la regularidad lógica. Está empezando a funcionar la democracia directa”.

Lo dice Patricio Fernández Chadwick, periodista de 52 años de edad, analista político y escritor. Se le reconoce ampliamente como fundador y exdirector del diario The Clinic. Es autor de los libros Ferrantes, Los Nenes y Sobre la Marcha. Este último encierra notas acerca del estallido social en Chile, textos nacidos al calor de esa batalla, para algunos incomprendida y para otros indiscutible artífice, precisamente, del proceso constituyente.

De hecho, es ampliamente comentado que alrededor de la Convención conviven dos realidades: lo que se comenta afuera de ella y lo que acontece en su interior. Patricio señala que el ambiente interno es bueno, bastante apropiado. Agrega que existe finalmente una amistad cívica entre los convencionales, aunque hacia afuera parezca distinto. Se pregunta a sí mismo: “¿Alguien se maginaría que tuvimos un almuerzo en casa de Tere Marinovic luego de establecerse oficialmente la Comisión de Comunicaciones?

Nuestra primera pregunta es obvia: ¿Qué esperas en general del proceso? “Cosas distintas, eso depende. La claridad sobre

la propiedad privada y sus límites, por ejemplo. La fuerte defensa colectiva del medio ambiente, la defensa de la dignidad humana, porque estamos navegando en aguas muy turbulentas en el país. La incertidumbre es tremenda. Los convencionales no podemos hacerlo todo. Se debiera profundizar mucho. Los temas son prácticamente inacabables. Que las redes sociales, que los pueblos originarios, el desarrollo social, la cultura en su justa profundidad. Hay un anhelo profundísimo en la población. La historia de Chile tal como la conocíamos se interrumpió el 73 y estamos intentando volver a ella. Hay una era que se está terminando. Debemos crecer en cómo informar eficiente y verazmente a la gente común y corriente”.

¿QUÉ OCURRE EN CHILE?

Cuando le hicimos esta pregunta al periodista Fernández, su reacción fue escasamente original:

“Eso da para varios libros…. Son cambios muy profundos. Está cerrándose un ciclo político que coincide con la Guerra Fría, con las nuevas tecnologías de las comunicaciones, con la revalorización de los pueblos originarios, las diversidades sexuales, las políticas de las identidades. El estallido social es finalmente una buena fórmula de cambio, aunque haya que verla de manera distinta.

¿Treinta pesos, treinta años?, preguntamos.

“No porque sean treinta años terribles, son más bien treinta años virtuosos y sería muy básico pensar que todos los problemas comenzaron con la democracia. Estamos viendo la construcción comunitaria de los mundos nacidos en estas tres décadas. Segregaciones nuevas, marginaciones de otros tipos, en fin. Lo que nos ha faltado es saber la manera de llevar adelante esta realidad”.

Debido a que conversamos con un escritor, surge la inquietud respecto del lenguaje que permita identificar y unir los sentimientos constituyentes de quienes tienen la misión de llegar a buen puerto, en pocos meses.

¿Cómo se utiliza el espíritu literario y la ficción para redactar algo tan realista y técnico para la nueva Constitución?

Patricio, desde su campo preferido, el de las palabras:

“El espíritu literario y la ficción para enfrentar algo tan realista y técnico como una nueva Constitución me hace sentir que quizás la ficción sea útil en el sentido de invitación a la modestia, no imaginarse estar en un lugar preferente e indiscutible sino entender que las alternativas por venir pueden ser muchas, que los cambios donde estamos alojados nos van a sorprender de manera permanente.

¿Están todos los convencionales de acuerdo?

“El grupo de constituyentes no estamos llamados a cerrar la historia y concluirla sino a establecer las normas para enfrentar de manera conjunta lo que se le viene al país delante. Un uso respetuoso de la dignidad de todas las personas y con curiosidad abierta y solidaria. El espíritu literario sí sirve para habitar la convención porque, si hay un valor que ojalá todos los constituyentes lo tuvieran, es la curiosidad, querer conocer a los otros, descubrir esta gran historia repleta de personajes que se van dando a conocer paso a paso”.

¿Un mundo nuevo entre nosotros?

“La historia es un misterio también, aquí estamos ante mundos nuevos que se nos evidencian todos los días. La curiosidad y la fascinación son incentivos para vivir esta aventura como convencionales con mucho entusiasmo. Si lo mejor de nosotros no se aplica a esta construcción de manera calmada, dialogante y atenta en lugar de conflictiva, desconfiada y enfrentada, será muy difícil construir paz social. El futuro debe ser promisorio y estable”.

Le recuerdo a Patricio Fernández que al inicio de nuestra conversación ya estuvo el tema de cómo será el país con un nuevo presidente de la República en La Moneda a partir de marzo próximo:

“Lo que vuelve deseable al presidente Boric es que no ofrecerá una alternativa como las de siempre. Es un hombre joven de 35 años y adentro de su conglomerado reciben a la historia pasada y muerta con el reto de construir un progresismo nuevo. Y es esa juventud la que mejor sirve para enfrentar los tiempos nuevos que se nos vienen encima con tantas transformaciones. Visualizo el cambio histórico y la nueva Constitución no como un puerto de llegada, no como un punto fijo de destino, sino que ella tiene que ser capaz de elaborar una estrategia para navegar todos juntos sin que haya motines ni que naufraguemos y con las normas para ir juntos todos en ese mismo barco”.

¿Y qué ocurriría si no resulta en los plazos convenidos, como algunos vaticinan?

“No hay plan B. Ahora, puede que al final falten cuestiones pequeñas, pero lo grande, la nueva Constitución que nos guiará, va a estar redactada. Pasaremos la prueba de fuego. Respondiéndote a la interrogante inicial de este diálogo, la nueva Constitución sí avanzará hacia un cambio fundamental de nuestra historia”.

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