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LAS TAREAS PRINCIPALES

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EVOLUCIÓN

EVOLUCIÓN

Nos enredamos en asuntos accesorios. Pareciera que en forma intencional los temas centrales de nuestra convivencia los desplazáramos para dar espacio a las rencillas políticas de baja estofa; abundan las descalificaciones mutuas, las prepotencias morales, la búsqueda de empates frente a los errores del adversario, las frases grandilocuentes, populistas e insultantes; el despilfarro de oportunidades mediáticas para elaborar relatos constructivos. La política parece extraviarse en dimes y diretes, en pequeñas y provisorias ventajas partidistas, en atrincherarse tras sus propias ideologías sacrosantas a partir de lecturas falaces de sus circunstanciales resultados electorales, y así creer que los ciudadanos los eligen a ellos por un par de frases para el bronce, por un par de afiches de rostros de sonrisas tan falsas como la mayoría de las promesas de campaña.

Los partidos venderían a su madre, la memoria de sus líderes históricos por volver al poder, por seguir en el poder, por instalarse para siempre en el poder; pareciera que la política hoy es el ambicionar el poder por el poder mismo, como espejismo del deber ético de una corriente de ideas que aglutine, convoque con responsabilidad en la construcción de incuestionables mejoras para todos. Lo que denostamos antes lo abrazamos ahora, sin tapujos ni vergüenzas; el autoritarismo moral que se desvanece como una frágil niebla hacia el mediodía. Lo que antes hicieron los otros con desparpajo, hoy lo hacemos nosotros y no nos cambia ningún músculo de la cara.

Los desafíos hoy son mayores como para continuar en este festín. Necesitamos seriamente acordar una carta común para navegar en los próximos cuarenta o cincuenta años, ya no un mero texto que represente mayorías circunstanciales y efímeras, sino uno que invite a las grandes mayorías a instalar el país en los rieles de nuevos tiempos donde los factores que determinan el bienestar del ciudadano deben estar atravesando nuevos paradigmas culturales, referencias contextuales que irrumpen a diario en nuestro quehacer cotidiano, y de las cuales la política apenas se da cuenta, como son, por ejemplo, la verdadera revolución que suponen las tecnologías emergentes, que comienzan a determinar el modo en que debemos educar y aprender; el modo de enfrentar la vida más allá de la jubilación; la forma de convivir con la inminente automatización de todos los procesos; a reorientar millones de puestos laborales; a comprender mejor una sociedad cada vez más inclusiva con las minorías y las diferencias; a preservar el medio ambiente para las nuevas generaciones y relevar la tolerancia, consagrar la libertad de conciencia, haciendo del planeta un lugar más justo para vivir.

Revista En Papel

Sr. Director,

En primer lugar, quisiera felicitar al equipo de Occidente. Mes a mes nos entrega una excelente revista con temas de interés vistos y redactados desde una distancia de los hechos que permite comprender los temas que aborda sin atavismos ni prejuicios, lo que resulta muy positivo para una mejor reflexión personal. En segundo lugar, consultar, cuándo podremos volver a leer la revista en papel, la revista física facilita la lectura a quienes nos cuesta un poco lo tecnológico y se puede compartir de mejor manera con la familia y los amigos.

Reitero mi saludo

Jorge Bravo H. Iquique

Avanzar En Justicia Social

Sr. Director, Países como el nuestro, de joven historia y desprovistos de una estructura educativa y cultural

Correo De Los Lectores

propia de Estados más antiguos, es natural que tenga un desarrollo sistémico pendiente. Nos faltan años de profundización democrática, generaciones completas que se eduquen, ya no solo los niños de hoy sino los que aún vendrán, es una falacia lo que se dijo respecto de que estábamos cerca de ser un país desarrollado, nos faltan muchos años para aquello. Lo importante sí es avanzar, aunque sea lento, pero avanzar, y no quedarnos enfrascados en la pelea chica, las generaciones pasan y el país pareciera detenido en rencillas del pasado. Gracias por los artículos y sigan aportando como lo hacen.

Luis Muñoz Recabarren San Miguel

Las Deudas De Nuestro

Pasado Reciente

Sr. Director, Excelente el artículo de César Gatica, un buen recuento, con cifras y datos que explican en parte lo que ha sido nuestra historia reciente desde el Golpe Militar y que vincula el estallido social con un largo proceso económico y social, con luces y sombras, que no se ha enfrentado seriamente o se ha subvalorado lo que significa, a pesar de muchas cifras positivas en el cambio estructural de Chile, sobre todo en los primeros años de Concertación con lo que han sido las enormes brechas de desigualdad, justicia social y un sistema educativo que no se ha adaptado a las necesidades de la gente.

Un gran aporte.

Roberto Contreras Vera Puerto Mont t

NO OLVIDAR

POR CÉSAR GATICA MUÑOZ Geógrafo y analista internacional

Terminado el régimen dictatorial en Chile en marzo de 1990, la coalición de gobierno, Concertación de Partidos por la Democracia, encabezada por el Presidente Patricio Aylwin Azócar, recibió a un país con una economía que exhibía índices objetivamente positivos. Entre 1973 y 1989 la economía nacional había crecido en un 58%; esto es, entre dichos años el PIB aumentó de US $16.840.000.000 a US $29.890.000.000. Asimismo, se verificó un exitoso dinamismo exportador, se controló la hiperinflación registrada hasta 1973 y se adquirió un cierto orden fiscal. Sin embargo, este éxito estaba acompañado de una sociedad severamente lesionada por una administración autoritaria que se extendió por diecisiete años y que originó problemas de los cuales el novel gobierno democrático debería hacerse cargo. La situación social que se había configurado hasta ese año, reflejaba vívidamente la frase que Mario Moreno (Cantinflas) pronunció en una sus películas: “Estamos peor, pero estamos mejor. Porque antes estábamos bien. Pero era mentira. No como ahora que estamos mal, pero es verdad”.

Su Opini N Nos Importa

Los antecedentes oficiales que dan cuenta del resultado de la gestión económica de la dictadura, revelan que el “milagro económico chileno” que en ese periodo se estableció como un hecho irredargüible y ejemplar, no fue más que una magnificación de los resultados obtenidos. La pobreza ese año, según la Oficina de Planificación Nacional, (actual Ministerio de Desarrollo Social y Familia) se elevaba a un 38,6%. Este porcentaje era levemente distinto del calculado por la Cepal, órgano que indicó que aquella era de un 40%. Esos porcentajes revelan que más de 5 millones de chilenos vivían pobremente. En verdad, este hecho es más grave aún, pues con el método de medición actual, esa proporción se eleva a un 68,5% es decir, de los 13,3 millones de chilenos en 1990, 9 millones eran pobres. Que eso ocurriera después de 17 años de poder absoluto, da fundamentos a la convicción de que la dictadura de Pinochet no fue eficiente para superar la pobreza y base firme para creer que no era su más importante preocupación.

“Una mentira nunca vive hasta hacerse vieja” Sófocles Que en los casi 17 años se generó riqueza, sin duda así fue, pero los números revelan que su distribución fue pésima; en 1990 el 10% más rico concentraba el 47,1% del ingreso. Las vivencias de quienes estaban en la patria en esos años, aunque subjetivas, lo confirman. Se había argüido que actuaría como mecanismo distributivo de los ingresos el efecto goteo o teoría del derrame, que se fundamentaba en la disminución de impuestos a las empresas y fortunas a fin de estimular la inversión de corto plazo y de esta forma beneficiar a la sociedad en general. La experiencia y el FMI indican que esa teoría no funciona. El propio papa Francisco sostuvo que ese postulado “…que jamás ha sido confirmado por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico…”. Y así ocurrió. El empobrecimiento de la población fue un efecto directo de las medidas de liberalización de la economía impulsadas por los denominados “Chicago Boys” quienes aplicaron una política económica de shock, de acuerdo con lo planteado por Milton Friedman. Dicho economista, al recomendar una política de shock aseguraba que, al provocar una súbita contracción, la economía se recuperaría rápidamente. Para ello se debían desmontar los restos del estado de bienestar y promover la aplicación integral del modelo de desarrollo neoliberal.

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Sr. Director, Oportuno y necesario es el artículo acerca de los horrores del nacismo en lo concerniente a la decisión del régimen nazi de establecer un mecanismo institucionalizado para eliminar a aquellos que, según su ideología, no eran hombres y mujeres puras, de la raza aria, única válida de acuerdo de la mirada enferma de un gobierno y una ideología que se asignaba un derecho divino de superioridad étnica dispuesta al odio y exterminio de los demás. Parecieran tan lejanos esos tiempos, pero aún encontramos gente, grupos, movimientos que mantienen esas ideas y que son un peligro latente si nuestras democracias no son sólidas para defenderse de estos grupos. Nuestra sociedad debe ser firme en no permitir que grupos con ideologías sectarias, que promueven el odio racial, social o religioso de cualquier índole, accedan a espacios institucionales de poder, porque ya sabemos qué pasa cuando no se les pone freno. Gracias por hacernos recordar lo nunca se debe olvidar.

María Teresa Aguirre Las Condes

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