14 minute read

MUESTREO DE GRANOS. TÉCNICAS E IMPORTANCIA EN LA TOMA DE MUESTRAS, USO DEL INSTRUMENTAL, IDENTIFICACIÓN, DETERMINACIÓN Y POSTERIOR LIQUIDACIÓN – Sebastian Ces

Muestreo de Granos. Técnicas e Importancia en la Toma de Muestras, Uso del Instrumental, Identificación, Determinación y Posterior Liquidación.

Sebastián Ces Perito Clasificador de Cereales, Oleaginosos y Legumbres. RUCA mat. 8630 Analista en Comercio Internacional Asesor en calidad agroalimentaria Fundador PECGRA Agro y Agro Desde Cero Investigador / Docente – Capacitador sebastiances@gmail.com

Advertisement

La extracción de muestras representativas en todas las instancias de recibo de granos, debe ser una operación de máxima rigurosidad operativa, teniendo en cuenta que los resultados de los análisis de calidad y la posterior liquidación del lote entregado dependen necesariamente de la forma en que tales muestras sean obtenidas.

Si la toma de muestras es conformada de manera incorrecta, impactará negativamente en la determinación de calidad e inevitablemente en la liquidación final respectiva, aún cuando se apliquen de manera correcta las determinaciones analíticas de calidad comercial de estilo según las reglamentaciones vigentes.

Por ello, para que la extracción sea representativa e impacte correctamente en el resultado final, es necesario observar el uso del instrumental específico y la mecánica de aplicación en cada

uno de los distintos casos que se presentan en el recibo de mercaderías; ya sea a granel o embolsado.

Para que la muestra obtenida sea reflejo del tonelaje evaluado, se disponen de ciertas especificaciones y procedimientos oficiales a tal fin, que desarrollaremos a continuación.

Fundamentos y objetivos del muestreo

El objetivo del método es la obtención de una muestra de características similares, en todos los aspectos, a las características medias del lote del cual ha sido tomada.

Nos referimos a que la muestra a obtener debe cumplir en todo momento con parámetros proporcionales cualitativos y cuantitativos en general para lograr una representatividad precisa, plena, homogénea y confiable que permita ser “el fiel reflejo de la realidad” del lote del cual se está peritando.

Tomando como base que el procedimiento en su totalidad abarca técnicas físicas operativas, generalmente manuales, es necesario en primer lugar que el personal actuante se encuentre plenamente capacitado en el uso del instrumental específico y las determinaciones oficiales vigentes y sus modificaciones o supervisados por responsables del área; para lograr llegar al objetivo común.

Teniendo en cuenta estas consideraciones no menores podemos decir que la “toma de muestras” de cereales y/o subproductos es el conjunto de actos físicos y sensoriales más relevante dentro de la operatoria del comercio de granos, aun más que la propia determinación de calidad comercial por lo expuesto anteriormente.

Cuando decimos “actos físicos” nos referimos a la operatoria en sí que aplica aspectos técnicos precisos que deben ir acompañados en todo momento de apreciaciones sensitivas del perito; inicialmente visuales, que permitan observar focos heterogéneos por diferencia de coloración de la mercadería y actuar en consecuencia, brillo u opacidad en los granos que poseen más o menos humedad; pero también en intensidad de olores comercialmente objetables (granos fermentados, podridos, materias inorgánicas, humedad o presencia de fumigantes); del tacto, para detectar inicialmente focos de calentamiento o temperaturas elevadas en el granel; y hasta auditivos que brinden información indirecta a “prima facie” sobre la estructura de los granos, ya que bien sabemos los que hemos actuado en la operatoria, los granos secos (humedad baja o conforme) tienden a devolvernos ecos agudos en el contacto con el instrumental, mientas que los granos húmedos (humedad alta o fuera de estándar) en cambio nos devuelven sonidos graves y huecos en la caída o contacto con el instrumental de muestreo.

No incluiremos una “vieja” y conocida práctica entre los recibidores más antiguos que es la de llevar granos a la “boca” para determinar mediante masticación el ablandamiento del grano y de esa forma deducir el promedio de humedad presente. Consideramos que más allá de ser una práctica sumamente “rústica” e innecesaria, teniendo en cuenta la disponibilidad de instrumentos rápidos de medición precisa en la mayoría de las plantas de acopio; se torna muy peligrosa para la salud del operador dado a la multiplicidad de bacterias, hongos y micotoxinas que eventualmente podrían encontrarse en la masa de granos, como así también la presencia de enfermedades provenientes de roedores, de alta contagiosidad como es la fiebre hemorrágica argentina, hantavirus, leptospirosis y otras tantas de origen fúngico-bacterial derivadas de las aves o palomas como la histoplasmosis, toxoplasmosis, criptococosis, salmonelosis, alveolitis alérgica (neumonitis), por citar algunas.

Control de calidad y sanidad en la recepción

Toma de muestras

A la hora de conocer la calidad y sanidad de los granos a recibir para determinar su estado y posterior liquidación es importante conocer el instrumental específico y sus usos.

Las apreciaciones se realizarán en establecimientos autorizados y homologados a tal fin por personal profesional o perito matriculado y en base a especificaciones técnicas y reglamentaciones oficiales argentinas. (Resol. SAGyP 1075/94 y sus modificaciones).

Instrumental

El método a utilizar dependerá de la accesibilidad del grano a la toma de muestras, según acuerdo de partes. En esta etapa se determinará si es mercadería a granel o embolsada.

Calador de bolsas: Pieza de acero cónica y acanalada, compacta en el extremo correspondiente al vértice, y en el otro provisto de un man-

go, generalmente de madera dura, perforado totalmente y por donde se desliza la mercadería para su observación. Se utiliza para granos embolsados. Se introduce totalmente en la bolsa con la parte acanalada hacia abajo y se retira con un movimiento de rotación hacia arriba para dejar caer el grano. Presenta distintas medidas de acuerdo al tipo de granos a muestrear.

Calador cilíndrico, manual o calador sonda: Consta de dos tubos metálicos, uno dentro de otro con un espacio mínimo entre ambos. Cada uno de los tubos posee una serie de perforaciones, equidistantes entre sí, cada una de las cuales corresponde a un compartimento en el tubo interior. Cada compartimento o celdilla tiene una capacidad aproximada de cincuenta centímetros cúbicos. Las perforaciones de los tubos se superponen al girar, desde la parte superior, un tubo con relación al otro, por lo que el calador puede penetrar en la masa del grano y salir de ella con los compartimientos cerrados y abrirse para tomar la muestra en el instante adecuado. Se utiliza para mercadería a granel. Se introduce en la masa con los compartimientos cerrados, se abre dejando entrar los granos, se cierra y se extrae el calador, volcando luego su contenido sobre un lienzo o catre para su inspección.

Sacamuestras cucharín: Está formado por una pieza cónica de metal, que se une a un mango metálico por medio de una abrazadera o cie- rre. Se usa para extraer mercadería a granel y en movimiento. Se introduce en el flujo de granos a intervalos frecuentes y regulares. Se utiliza para mercadería a granel y toma de muestras en cintas o en descargas.

Homogeneizador y divisor de muestras (tipo Boerner): Aparato portable compuesto por una tolva receptora de grano con forma de cono invertido de una capacidad variable, comunicada por su base al cono por medio de una válvula que permite cortar o posibilitar el paso del grano. El cono, recinto donde se produce la expansión del grano, continúa su base con la corona divisora, que consta de 72 celdas radiales que dividen la muestra en partes iguales, derivándolas a las bandejas cónicas ubicadas debajo de la corona. Estas se encuentran de a dos, cuatro, o seis, una debajo de la otra y reciben el grano separado por la corona divisora desviándolo a 2, 4, o 6 salidas o recipientes, donde se recibe finalmente el grano. Se utiliza para producir la mezcla de los granos o porciones de granos que componen una muestra, a la vez que se efectúa una división de la misma en un número variable de partes semejantes.

En nuestra opinión uno de los instrumentos más relevantes y precisos a la hora de obtener representatividad de una porción de muestras obtenidas, ya que nos permite reducción y homogeneidad de la muestra; parámetros indispensables para determinar la calidad y liquidación del lote.

Sondas automáticas: En la actualidad, el muestreo de camiones de recibo en la exportación o industrias se llevan adelante con instrumental automático. Se los denominan “caladores neumáticos” o “sondas automáticas” y constan de un circuito mecanizado hidráulico-neumático de muestreo por “succión”; por el cual por medio de control externo de mandos, tablero y palancas operan el sistema que le da movilidad, permite la toma de muestras representativas y el traslado de los granos a la mesa de recepción de calada mediante conductos establecidos (cañerías). La mecánica de extracción de muestra, con esta sonda debe cumplir con lo establecido en el método de muestreo, respetando cada una de las pautas que indican cómo se debe proceder.

Si bien son utilizadas en su gran mayoría en plantas con infraestructura (acopios, puertos, industria) dado a su operatividad, agilidad y optimización; su uso no se encuentra actualmente homologado en las reglamentaciones vigentes.

Teniendo en cuenta que este tipo de procesos optimizados brindan inicialmente una idea de exactitud y confianza en la mecánica extractiva propuesta, haremos una serie de señalamientos en base a experiencias propias y operativas. Hemos sido testigos de que el sistema automático de extracción de muestras cumple con las pautas de rapidez y eficiencia a la hora de la obten-

ción, aplicando tecnología y ventajas en ciertos puntos a valorar: • Menor costo operativo • Calado siempre a fondo • Optima detección de mercadería no homogénea • Fácil y cómodo manejo • Gran rapidez en la maniobra • Optimiza tiempos operativos • Transporte neumático de la muestra • Rápida amortización de la inversión • Evita los riesgos de accidentes personales y enfermedades laborales causadas por los esfuerzos que significa calar a mano.

En cuanto a las desventajas de este sistema a tener en cuenta podemos decir que: • En un mal cálculo visual del operador la uña extractora puede romper cadenas de sujeción y parantes del camión ocasionando inconvenientes en la logística. • En modelos sin detección de “fondo” hay que estar atentos ya que la punta de la uña extractora puede ejercer una excesiva presión sobre el piso del equipo, y si este fuera frágil podría quebrarse provocando averías, perdida de mercadería y demoras operati-

vas de todo el circuito además de los daños en el sistema. • Dado al radio de giro sobre su eje, no se hace sencillo poder muestrear un sector específico del granel ya que se cala sobre “dos calles” paralelas. • La visual del operador se ve generalmente disminuida dado al polvillo adherido en las ventanas del sector y dificulta así la detec- ción de mercadería heterogénea. • Al utilizarse con diferentes tipos de granos, el sistema de traslado de mercadería por

“succión” suele ir reteniendo granos, materias extrañas y partículas finas en su circuito, especialmente en las curvas de los conductos o caños. Esto se debe a que al trabajar en el exterior los conductos se fisuran permitiendo la entrada de aire y resintiendo el normal funcionamiento neumático.

Y es aquí donde encontramos uno de los principales inconvenientes que se suelen dar en la entrega de granos. El conflicto de intereses por calidad o condición de la mercadería, está generalmente relacionada con diferencias significativas en el “muestreo” de granos que realiza por un lado la parte vendedora y por el otro la parte compradora. Es decir que el problema comien-

za cuando, la calidad de la “muestra original” de ese camión (conforme / condición cámara), que obtuvo la parte vendedora (acopio, coop.) es “extremadamente” diferente (fuera de estándar / rechazo) a la obtenida por el recibidor de la parte compradora (puerto, industria).

Generalmente ante este tipo de conflictos se suele aceptar de lo que dice la terminal o parte compradora y en algunas ocasiones otros operadores optan por ordenar la intervención de la Cámara Arbitral correspondiente solicitando un perito oficial o “cotejo inmediato” para resolver la situación, cosa que dilatará los tiempos y generará costos indeseables casi siempre a cargo del acopio o cooperativa (parte perdedora). Pero en base a nuestros conocimientos e intervenciones en calidad comercial, hemos notado que la mayoría de estas diferencias o alteraciones se deben en algún punto a una “incorrecta” toma de la muestra representativa de la parte vendedora como así también a un “erróneo” manejo de las sondas automáticas por parte de la terminal, la que en muchos casos no cumplen con lo establecido en las reglamentaciones vigentes de muestreo y asimismo no realizan una limpieza periódica de los circuitos o “no purgan el sistema en vacío” regularmente, para lograr destapar los conductos o cañerías por donde se traslada la mercadería; haciendo que en la secuencia de muestreo de decenas de camiones se arrastren granos o materias finas que nada tiene que ver con el lote del cual se está muestreando, convirtiéndolo en uno de los puntos críticos más relevantes.

Extracción de la muestra

En camiones

Se calará cada vehículo utilizando un calador sonda de una longitud suficiente como para alcanzar el fondo, introduciéndolo en forma perpendicular al mismo.

Chasis: se realizará un mínimo de TRES caladas distribuidas en dos de los cuatro ángulos del camión, a 0,40mts. aproximadamente de la pared, y en el centro, extrayendo además 250 gramos del conjunto de boquillas, si las hubiere.

Acoplado: se procederá en forma similar al chasis, pero realizando un mínimo de CINCO caladas, cuatro en cada ángulo del vehículo, a 0,40mts. aprox. de la pared y una equidistante en la zona central del mismo. Se extraerá además 250 gramos del conjunto de boquillas si las hubiera.

En vagones

El procedimiento varía según el tipo de vagón.

Vagones tolva y graneleros convencionales con abertura superior: se extraerán muestras a través de cada una de las compuertas, con calador sonda, en un mínimo de OCHO caladas por vagón. Si ello no fuera posible o bien se presenten reservas sobre la representatividad de la muestra obtenida, la obtención de muestras válidas para lacrar se realizará durante la descarga con cucharín.

En vagonetas tolvas, carros o carrilines

Se efectuará una calada en el centro del mismo usando calador sonda y luego, a medida que se va descargando, se completa la muestra recogiendo con cucharín.

En barcazas

Se efectuará un mínimo de veinte (20) caladas, sondeando en puntos distribuidos uniformemente, tratando de cubrir la totalidad de la superficie y llegando a la mayor profundidad posible. Cuando esa metodología no fuese posible o bien se presenten dudas sobre la represen-

tatividad, se adicionará una extracción durante la descarga con cucharín. Asimismo podrán tomarse muestras sobre la cinta de ingreso a la terminal.

Mercadería no homogénea

En los casos en que los sondeos hayan detectado zonas en donde el grano presenta una marcada falta de homogeneidad, sea por calidad inferior o fuera de condición, se deberá tomar una muestra separada de dicha zona, ubicando mediante sucesivas caladas, la importancia del volumen en cuestión.

Grano en movimiento

Se utilizarán procedimientos manuales o automáticos que permitan la extracción periódica y continua de la muestra, y aseguren la representatividad del conjunto (zig-zag). Se utilizará un “sacamuestras cucharín” que se introducirá en distintos sectores del flujo del grano con la mayor frecuencia posible y a intervalos regulares de acuerdo al flujo de la mercadería. Por ejemplo en embarques de granos o subproductos se procederá a recolectar muestras representativas cada 500tn. o según lo convenido entre las partes.

Tomando como base que un camión tradicional posee una carga de aproximadamente 30Tn netas, y que el muestreo reglamentario nos obliga a una toma de OCHO caladas representativas (3 chasis / 5 acoplado); si tenemos en cuenta que un calador manual cilíndrico o “sonda” nos proporcionará en el mejor de los casos unos 500 gramos aprox. de mercadería; estamos hablando de que cada calada debería ser representativamente proporcional en cuanto a la calidad de 3,75 tn de grano disponible. Vemos aquí la dimensión de la responsabilidad sobre el “fiel reflejo” de la realidad existente. Liquidación

La liquidación final se realizará en base al muestreo y determinación de calidad comercial del grano que corresponda, ya sea sobre “muestra original” o “muestra conjunto” según contrato o lo que convengan ambas partes. (Resol. 1075/94 – SAGyP)

Conclusión

Si bien la operatoria como vimos anteriormente es en general sumamente precisa, se deberá poner especial énfasis en obtener una representatividad lo más acorde posible al lote que se está peritando, no dejando de lado el conocimiento empírico y de los sentidos del operador que hacen a la parte abstracta. Esto impactará directamente en el profesionalismo de la empresa agropecuaria y en la confianza en toda la cadena agro-comercial. Para ello es sumamente importante la capacitación continua del personal del área. De esta forma no solamente estaremos cada vez más cerca de liquidar de manera correcta la mercadería, sino que llevaremos al mínimo el riesgo de costos innecesarios en el acopio o cooperativa, demoras significativas en el proceso, y pérdidas en mermas de mercadería; reflejando así la verdadera calidad y cantidad de los granos comercializados.

This article is from: