Grito del Sur N° 39 - Ajustar y disparar

Page 1

Periódico barrial

Distribución gratuita 3.000 ejemplares mensuales Enero 2018 ISSN 2451-7178

Comuna 1 /3 /4

Constitución, Monserrat, San Cristobal, San Telmo, Parque Patricios y Barracas

Una voz, un derecho.

Año - 06

Número 39

elgritodelsur.com.ar /El Grito Del Sur @grito_delsur elgritodelsur@gmail.com

DICIEMBRE DE TERROR

Ajustar y disparar El Gobierno aplicó sobre fin del año pasado un brutal ajuste al bolsillo de los jubilados, y lo hizo a sangre y fuego: apuró el trámite parlamentario convocando a sesiones extraordinarias, extorsionó a los gobernadores para conseguir los votos y reprimió a mansalva

dos movilizaciones multitudinarias como hace años no se veía, en el lapso de apenas cuatro días. Como si fuera poco, una vez sancionada la ley, se dedicó a perseguir judicialmente a los manifestantes. Crónica de un mes de terror. Página 4

El año en fotos

Música y política

Historias de barrio

A lo largo de los últimos 12 meses, El Grito del Sur estuvo presente con información y análisis cubriendo los distintos hechos. Postales de un año agitado.

El artista habló de todo en una charla exclusiva con El Grito del Sur. “El cancionero popular debería tener mucho más contenido”, disparó.

Dos plazas del barrio fueron epicentro de dos acontecimientos propios de la guerra entre federales y unitarios. Por Jorge Quiroga.

Página 3

Página 6

Página 7

Lo que dejó el 2017

Entrevista a Ignacio Copani

Fusilamientos en Constitución


02 | Sumario / Editorial

Indice

GRITÁ CON NOSOTROS Sé parte del colectivo.

Conocé nuestro proyecto elgritodelsur.com.ar elgritodelsur@gmail.com.ar /El grito del sur @grito_delsur @elgritodelsur Santiago del estero 1029, CABA

02 | Editorial

Cacerolas multifacéticas 03 | Institucional

El 2017 en fotos

06 | Cultura

“Ya tendría que existir el Charly o el León de 20 años” 07 | Historias de barrio

Fusilamientos y renuncias en Constitución

04 | Informe central: sociedad

Si es jubilado, se lo ajusta. Si es opositor, se lo reprime.

08 | Contratapa

Bandoneón para despertarse Diseño gráfico: kunkacomunicacion@gmail.com

Cacerolas multifacéticas Redacción El Grito del Sur Un refrán podría advertir que las cacerolas siempre están. Metidas en las alacenas de los hogares y, muy cada tanto, trasladadas hacia los balcones y las calles. El sentido de movilizarse con este peculiar instrumento bajo el brazo puede ubicarse mayoritariamente dentro de los sectores medios y su finalidad de uso ha variado según el período histórico transcurrido en nuestro país. En el año 2001, cientos de miles de personas que habían perdido el empleo o sus

EL GRITO SOMOS

ahorros en el banco se trasladaron furiosos con cacerolas a los epicentros de las grandes ciudades para exigir que se dejara de gobernar para el FMI a costa del hambre de todo un pueblo. En 2012, luego de casi una década de crecimiento económico y de políticas públicas que tendieron hacia un achicamiento de la desigualdad social, una parte significativa de aquella clase media que tiempo atrás le había dicho basta al gobierno del radical Fernando de la Rúa y al “neoliberalismo salvaje”, se movilizó con los mismos utensilios -en mejor estado que una década atrás, por cierto- al Obelisco y a Plaza de

El ruido de las cacerolas volvió a resurgir en un agitado diciembre del 2017, cuando el gobierno neoliberal de Mauricio Macri logró sancionar un proyecto de ley que afecta la capacidad económica de nuestros abuelos y de los grupos más vulnerables.

Aldana Mancilla Pais, Christopher Loyola, Sebastián Furlong, Yair Cybel, Matias Ferrari, Facundo Lo Duca, Karen Cortés, Julián Valdez, Gabriela Perchante, Pedro Benítez, Pablo Cerra y Sofia Zaragoza

Mayo para pedir una apertura indiscriminada en la compra de dólares y para decirle no a la re-reelección de Cristina Fernández de Kirchner. A diferencia de la gran época de auge de esta forma de protesta, allí no se invocaron consignas relacionadas con la falta de trabajo y contra el saqueo de los ahorros familiares. Finalmente, el ruido inconfundible de las cacerolas volvió a resurgir en este agitado diciembre del 2017, cuando el gobierno neoliberal de Mauricio Macri intentó (y logró) sancionar vía el Congreso de la Nación un proyecto de ley que afecta la integridad económica de nuestros abuelos y de los grupos más vulnerables -entre ellos, niños y niñas- que perciben la Asignación Universal por Hijo (AUH). Las cacerolas no cambiaron a lo largo del tiempo de dueño, dado que la principal portadora de este objeto de lucha siempre fue la clase media. Quizás por el carácter inestable y cambiante de este grupo social conformado por millones de argentinos y argentinas, es que podemos hablar de las cacerolas como instrumento multifacético que ha servido a lo largo de la historia en pos de diferentes propósitos y en rechazo de gobiernos de variado signo político.

El Grito del Sur- Fundado el 23 de septiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno - Registro ISSN 2451-7178 - Director Propietario: Yair Cybel - Tirada 3.000 ejemplares - Registro de la Propiedad Intelectual 5295866 - Enero 2018 - Número 39 - Domicilio legal: Camarones 1549 CABA - Contacto: elgritodelsur@gmail.com - Impreso en Avisar Impresiones Gráficas - Arnoldo 1380 Quilmes Oeste Registro de Medios Vecinales CABA - Se autoriza la reproducción del material publicado, citando la fuente.


Institucional | 03 El 2017 en fotos

Postales de un año agitado a nivel social y político A lo largo del año, El Grito del Sur estuvo presente con información y análisis en los distintos sucesos que se fueron desencadenando en la zona sur de la Ciudad. A continuación, compartimos las tres fotos de las tapas más significativas de este 2017.

Junio 2017

¿Cierra el cine de Constitución? Informe especial sobre la pelea que dieron decenas de vecinos y vecinas para evitar el final poco feliz del Arte Cinema, el único cine con el que contaba el barrio.

Agosto 2017

25 mil en el umbral Crónica sobre el Censo Popular de Personas en Situación de Calle, impulsado por las organizaciones sociales que trabajan esta problemática. El resultado fue alarmante: 5872 personas sin techo en la Ciudad y otras 20 mil en riesgo.

Octubre 2017

“Política hacemos todos” Entrevista exclusiva a tres de los y las estudiantes que encabezaron las tomas de colegios contra la reforma educativa “Secundaria del Futuro”, conflicto que duró más de 1 mes.


DICIEMBRE DE TERROR

Si es jubilado, se lo ajusta. Si es opositor, se lo reprime Pocos días antes de las fiestas, el Gobierno se despachó con un ajuste brutal sobre las jubilaciones aplicado a sangre y fuego. Crónica de un diciembre violento, en el que Cambiemos mostró su verdadera cara, y que va a costar olvidar.

Redacción El Grito del Sur

Cuando el entonces presidente Nicolás Sarkozy avanzó en 2010 con la intención de elevar la edad jubilatoria de 60 a 62 años, Francia ardió durante 50 días. Entre principios de septiembre y fines de octubre de ese año, los principales sindicatos franceses paralizaron el país. Lanzaron una huelga general indefinida y protagonizaron movilizaciones de millones de personas. El parlamento francés aprobó el ajuste en medio de una feroz represión, cuyas imágenes viajaron por el mundo. Sarkozy nunca pudo recuperarse del desplome de su imagen. Una derrota similar sufrieron ese mismo año los trabajadores griegos, aunque con la mediación de una violencia mayor. El recorte jubilatorio había sido condición del FMI para aprobar un “salvataje” financiero y evitar que Grecia abandonara el Euro. El saldo de la represión a las protestas contra el ajuste fue de -al menos- tres muertos. Desde entonces, hubo otros 12 recortes a las jubilaciones en apenas siete años, entre 2010 y 2017. Los sucesivos gobiernos explicaron cada uno de los 13 garrotazos como una decisión dolorosa pero inevitable y generaron más de una crisis institucional. Por situaciones similares pasaron otros países europeos como España e Italia, y otros tantos alrededor del planeta. ¿Quién podía arriesgar que en Argentina, que ostenta los mayores niveles de sindicalización de América Latina y una red de organizaciones sociales y solidaridad civil inédito en el mundo, podía darse de forma pacífica un ajuste de 100 mil millones de pesos en las jubilaciones? Nadie. Al menos, la violencia que se desató en las calles a fines diciembre frente al Congreso no escapó al cálculo de la dirigencia política. Los primeros indicios de que Mauricio Macri tomó la decisión de reprimir las protestas contra la hasta ahora reforma insignia de su gobierno quedaron al descubierto un día antes de la bisagra del jueves 14 de

diciembre: en la víspera de la primera sesión -desde ahora, la sesión fallida- Gendarmería disparó balas de goma y gases lacrimógenos y dispersó a un grupo de manifestantes nucleados en la CTEP, la CCC y Barrios de Pie que intentaron montar un acampe frente al Congreso en forma de vigilia. De haber podido plantar el acampe, las organizaciones hubieran podido evitar el monumental vallado que cercó las inmediaciones del parlamento para las sesiones del 14 -la fallida- y del 18 -la definitiva-. Ese dato -o en todo caso, esa suposiciónviene a cuenta de que también la oposición tomó la decisión de forzar en las calles una represión que obligara al Gobierno a afrontar el costo político de una salvajada como la que finalmente produjo, fumigando literalmente una movilización masiva como lo hizo el 18, en la que no hubo muertos de pura casualidad. El Gobierno llegó al poroteo previo a las sesiones que consagraron el ajuste con un acuerdo sellado con un grupo numeroso de gobernadores del PJ. Lo aceleró la foto de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, con el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti. Fue el 7 de noviembre, en el despacho del supremo. La foto heló el espinazo de los gobernadores: fue interpretada como un gesto político en relación al reclamo histórico de la de Buenos Aires sobre el Fondo del Conurbano,

judicializado desde la época de Duhalde. Si la Corte fallaba a favor de Vidal, el resto de las provincias deberían ceder más de 85 mil millones de pesos de coparticipación, lo que provocaría una crisis financiera en todo el interior. Esa foto llevó a los gobernadores a sentarse en el sillón del ministro de Interior, Rogelio Frigerio, donde se empezó a sellar el acuerdo: el Gobierno no le tocaría a las provincias un sólo peso, pero los gobernadores aportarían a cambio los votos de sus senadores y diputados a por lo menos dos de las leyes que el Gobierno pregonaba: la reforma -o ajuste- fiscal y a reforma -o ajuste- jubilatorio. Con los fondos de la Anses -los fondos de los jubilados, pensionados, ex combatientes de malvinas, personas con discapacidad y beneficiarios de la AUH- se pagarían los platos rotos de la política. El acuerdo, que tuvo no obstante sus idas y vueltas, forzó al resto de la oposición a acudir a las calles. El gobierno llamó a extraordinarias, con los números a favor. La primera prueba fue en el senado, donde pasó por un tubo. El titular del bloque del PJ, Miguel Ángel Pichetto, dijo: “Ojalá no tuviéramos que estar votando estas leyes”. Fue el primer aviso. Ese día se juntaron en la calle el sector más combativo de la CGT -la Corriente Federal y Camioneros- junto a ambas CTA, con la ausencia estruendosa del triunvirato conformado por Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, desairados días antes por el Papa Francisco, que se negó a recibirlos en


Informe central / Sociedad | 05

impreciso entre las tres y las cuatro de la tarde, motorizados de la federal cruzaron a la multitud a lo ancho de la plaza Congreso. Ingresaron por Saenz Peña y avanzaron por Rivadavia, a toda velocidad, entre la gente. La provocación pasó desapercibida para la mayoría, a excepción de quienes casi fueron atropellados. Inmediatamente después, ese mismo grupo motorizado avanzaba sobre la gente en forma vertical, desde el Congreso mismo en dirección a la Avenida 9 de Julio. La estampida fue brutal e instantánea, ayudada por una lluvia de gases. El repliegue fue frenético. Las balas de goma empezaron a pegar en los cuerpos, siempre por encima de la cintura. Tres personas perdieron un ojo. Otras 80 quedaron detenidas, cazados literalmente en las emboscadas plantadas en los alrededores. Otra decena tuvo orden de captura. Las casas de varios manifestantes fueron allanadas. Hasta hubo un fiscal que pidió modificar el código penal para que los incidentes en las manifestaciones dejen de ser excarcelables.

Foto: Nicolás Cardello

el Vaticano. El triunvirato tuvo que ceder a la presión y emitió primero un tibio comunicado en rechazo al ajuste como forma de salir de un incómodo silencio para más tarde amagar con un paro nacional si la reforma salía. La reforma salió, pero el paro apenas se sintió. Los que pusieron el cuerpo en la calle fueron otros. El 14 se vieron marchar juntas a seccionarles de base de la CGT que durante años tuvieron más conflictos internos que coincidencias en espacios de lucha. Las CTA y las organizaciones sociales completaron el cuadro. Cerca del mediodía, empezaron los piedrazos, los intentos por tirar las vallas, por hacer caer la sesión. Cuando eso se concretó, se vivió como un triunfo. A voz quebrada se cantó el clásico “Unidad de los trabajadores/ y al que no le gusta/ se jode”, que sonó como un himno de victoria. Volvió a encenderse una mecha que estaba húmeda, una vieja sensación dormida, con aires de 2001, de que en la calle, las organizaciones sociales, sindicales y del pueblo trabajador podían torcer la voluntad de un Gobierno, lo que matizó el horror que vivieron muchos cuando debieron replegar ante la represión policial. Hubo un total de 37 detenidos, reporteros gráficos baleados a poca distancia, centenares de heridos. La cacería policial duró ocho horas, y se prolongó aún cuando la sesión ya había caído. El presidente amagó con sacar la reforma

por decreto, Elisa Carrió agitó fantasmas de golpe institucional y la oposición parlamentaria festejó el encuentro de viejos lobos de mar: se los vio a los abrazos al ex líder de la juventud sindical y diputado por el massimo Facundo Moyano con el ex ministro de Economía y diputado kirchnerista Axel Kiciloff; al flamante titular del bloque PJ-K, Agustín Rossi, con el ex titular de la UIA y también diputado massista José Ignacio De Mendiguren. Fueron horas de júbilo opositor e incertidumbre en la Rosada. Los resultados radicalmente opuestos que se dieron apenas cuatro días después dieron otra muestra gratis de la volatilidad de la política argentina y de la inutilidad de los pronósticos que anteponen el deseo a la realidad.

Una plaza fumigada. Lo que pasó el lunes 18 es conocido por todos, pero sólo en los trazos gruesos. La televisión se centró en el enfrentamiento entre un grupo de manifestantes y la policía de la Ciudad, que apostada sobre Hirigoyen y Solís se dedicó a recibir piedrazos durante dos horas. La sesión se inauguró a las 14. Los piedrazos, una hora antes. La cobertura mostró imágenes del interior y el exterior del recinto durante ese tramo, y se apagó cuando en la calle comenzó la cacería. Si hubo un primer aviso, solo tuvo sentido como tal al revisar los hechos en la reconstrucción posterior: en un momento

La policía, desbocada, buscó a los rezagados, a los ahogados por los gases, para pegar. Y lo hizo. Se ensañó con jubilados, cartoneros que pasaban el lugar, fotógrafos, trabajadores de prensa, militantes en general. El pánico hizo el resto: en apenas pocos minutos la plaza, que estuvo llena, quedó vacía. Lo súbito del inicio de la represión, sumado a la cacería posterior, denotó que la orden de reprimir partió de una decisión política consciente. El Gobierno se lanzó a todo por la ley, y decidió asumir el costo político que asumieron sus pares griegos y franceses en contextos disímiles aunque con el mismo objetivo de fondo. Parte de la estrategia para contrarrestarlo fue la repetición sistemática de los piedrazos por TV y la acusación de “violentos” a los miles que violentados que se movilizaron en paz. Aún así, las encuestas más optimistas, encargadas por el propio ejecutivo, le dieron una merma de al menos siete puntos en la imagen del Presidente.

Por qué ardió diciembre. Con 127 votos a favor, 117 en contra y 2 abstenciones, la reforma de la formula que se utiliza para aumentar las jubilaciones, la Asignación Universal por Hijo (AUH) y las pensiones se convirtió en ley. Ergo, los jubilados que cobran alrededor de 10 mil pesos –la abrumadora mayoría- 6 mil pesos a lo largo del año. El ahorro estimativo para las arcas del Estado para 2018 es de 72 mil millones de pesos, bastante más que los 20 mil millones que desplegará para el fondo del conurbano, aunque insuficiente si se tiene en cuenta el rojo de 200 mil millones que implicó el quite de los aportes patronales previsto en la reforma impositiva. Pero la quita no termina ahí: desde este año, quienes están a punto de jubilarse, deberán esperar cinco años más (hasta los 70 los varones, hasta los 65 las mujeres) si quieren cobrar la totalidad de los haberes que le corresponderían por sus aportes o por moratoria. Como se dice, los números hablan solos.


06 | Cultura

“Ya tendría que existir el Charly o el León de 20 años”

El reconocido músico habló con El Grito del Sur de la actualidad del género musical que lo identifica y de los lazos que unen al mundo artístico con la política. “El cancionero popular debería tener mucho más contenido”, disparó.

Por Sebastián Furlong

A sus 58 años, Ignacio Copani sigue siendo el mismo entusiasta y soñador de aquella convulsionada década de los 80 que lo vio salir a la luz como el irreverente músico de la sana rebeldía en su ADN. El cantante recibió en su casa a El Grito del Sur para expresar su visión tan particular sobre la música, la cultura y la política. ¿Cómo definirías tu música vista desde los repertorios actuales? Es difícil, porque cada uno puede hacer la caracterización que se le dé la gana. De hecho, en el caso mío, cuando existían las disquerías era difícil la batea donde encontrarme. No tengo ningún problema en cómo definirlo. Incluso no me molesta cuando, tratando de invalidar cualquier propuesta que hayas hecho o tu propia capacitación, me adjetiven como artista ultra-K. El que quiere pensar eso, que lo piense.

Estamos en un contexto político nacional y regional parecido al de la década de los ´90, que significó tu salto a la fama como músico. ¿Sentís que volviste a la trinchera? No, yo siempre estuve ahí porque los años en que yo podía tener mucha coincidencia con el poder de administración del Estado, no me dediqué a hacer jingles para el Frente para la Victoria. De hecho, no tengo ni siquiera una cortina musical en los medios públicos que estaban en manos del kirchnerismo y del peronismo. Seguí haciendo canciones desde el lado crítico, pero desde la crítica al verdadero poder: a lo que yo entiendo que nos impide soñar con un mundo más igualitario. Siempre he tratado de cantar sobre mis propias convicciones, no especulando si en ese momento está en el gobierno tal o cual. No siento que ahora haya vuelto al lugar, sino que estoy en el mismo de siempre.

¿Qué fue, a tu entender, lo mejor que dejó el kirchnerismo en materia de política cultural hacia las grandes mayorías? Yo no puedo determinar qué es lo mejor, pero creo que va de la mano con todas las demás cosas que han pasado. Se logró un ascenso en la dinámica de cuál es la demanda del público sobre sus creadores; para resumirlo, tal vez lo mejor es que hace 10 años la expresión humorística más popular era Café Fashion y ahora es Capusotto. Desde ese lugar se puede ilustrar el ascenso de la estética y la artística que el pueblo quiere. Obviamente la cultura tuvo un impulso en el acceso y la inclusión del pueblo dentro de expresiones muy diferenciadas de otras épocas. ¿Y las limitaciones? Más que nada en no llevar más cuerpo a cuerpo la lucha por la comunicación de la obra de los creadores. No necesitamos que las entidades de cultura municipal o provincial se conviertan en productoras de espectáculos, pero sí que todos los artistas podamos avisar que es lo que estamos haciendo. Y el mundo actual se convirtió en muy injusto a la hora de las posibilidades de promocionar que tiene un trabajador de la cultura contra una empresa. ¿Qué opinás sobre la politización que se dio en el mundo del espectáculo en los últimos años y las diferentes posiciones en torno a los modelos de país? Insuficiente. Me hubiera gustado que fuera más todavía. Más que en la polémica y la discusión, me hubiera gustado más que esté en los contenidos y la realidad es que no está. No está el registro cultural de lo que fueron los últimos tiempos: no hay muchos cuadros ni muchas canciones, esculturas ni danzas referidas a eso. No puede ser que cuando queremos ilustrar una situación, vayamos siempre a un tema de Charly o de León. Tendría que existir ya el Charly o el León de 20 años y que tuviera mucho más contenido el cancionero popular.


Historias de barrio | 07 Junta de Estudios Históricos

Fusilamientos y renuncias en Constitución Las plazas del barrio fueron epicentro de dos acontecimientos propios de la guerra entre federales y unitarios, que tuvieron a Juan Manuel de Rosas como protagonista y a la generación del 80 encabezada por Mitre, Roca y Avellaneda como gran vencedora.

Por Jorge Quiroga

Lo que actualmente conocemos como plazas, en los tiempos de la colonia eran llamados huecos. Cuando se funda Buenos Aires, las aguas servidas y animales muertos se arrojaban al foso defensivo del Fuerte (hoy Casa de Gobierno), al que con el tiempo se sumaron terrenos que fueron entonces basurales, pajonales o sitios plenos de arbustos a los que los vecinos tiraban los desechos de sus respectivas casas. Los arrabales cubrían gran parte del espacio urbano y nuestro barrio, que fue uno de ellos, cuando comenzó a crecer lo hizo siguiendo el trazado que respetaba esos lugares verdes. Uno de los huecos del barrio de Constitución era el que hoy ocupa la plazoleta Alfonso Castelao. Cuando Buenos Aires se transforma de gran aldea en ciudad, se hace necesario abrir nuevas parroquias y es así que en 1769, se crea la de la Concepción estableciéndose en ese predio. En el mapa de Trelles, de 1769, encontramos la denominación de Plaza de la Concepción al hueco que lindaba con la iglesia y que ocupaba media manzana limitada por las calles Tacuarí, Estados Unidos, Bernardo de Irigoyen e

Independencia y otra media manzana que llegaba hasta la calle Lima. La sede parroquial con ese nombre y la parada de carretas presidían el ajetreo y la algarabía de la zona de boyeros, troperos, gauchos y pulperías. Los vecinos lo llamaron también “Hueco de las monjitas” por su cercanía con la Casa de Ejercicios Espirituales. En 1822 aparece con el nombre de Plaza de la Independencia, nombre que llevó hasta 1948 cuando se la denominó Plaza de la Concepción del Alto de San Pedro. El 20 de diciembre de 1852, luego de la derrota de Juan Manuel de Rosas, la plaza fue escenario de los fusilamientos de los mazorqueros Ciriaco Cuitiño -comisario de policía durante el gobierno del Brigadier-, Manuel Troncoso y Leandro N. Alem, padre de Leandro N. Alem y abuelo de Hipólito Yrigoyen. Los fusilamientos se ejecutaron en el paredón de la iglesia y se colgaron los cadáveres para ser exhibidos. Se cuenta que Cuitiño pidió aguja e hilo a sus verdugos diciendo: “no quiero que a un federal medio muerto se le caigan los pantalones” y entonces se los cosió.

Ricardo M. Llanés que los huecos no estaban desprovistos de arbolado, como el de Los Sauces (actual Plaza Garay), así llamado porque abundaba esa especie. En ese lugar Juan Manuel de Rosas escribe, después de la derrota en la Batalla de Caseros, su renuncia como gobernador de la provincia de Buenos Aires. Gálvez dice que la redactó acompañado de su asistente Lorenzo López y se dirigió a la casa del encargado de negocios de Inglaterra. Dice allí, entre otras cosas, que ha cumplido su deber, “como todos los representantes, nuestros conciudadanos, los verdaderos federales y mis compañeros de armas”, enfatizando que su lucha fue en defensa de nuestra Independencia. Constitución fue testigo de dos acontecimientos ligados al fin de una etapa histórica, polémica sin duda, pero con un proyecto de país diferente al de la Generación del 80.


08 | Contratapa #LasAguaFuertesDeLoDuca

Bandoneón para despertarse

La escena cotidiana en el subte transcurre muchas veces en forma apresurada. Sin embargo, con el devenir del tiempo suenan relatos y melodías que invocan recuerdos y dejan huellas. Primera entrega de las “Aguafuertes”: hacer música en el subte.

Por Facundo Lo Duca

El sonido brumoso de rieles y fierros crispando aturde. Ocho y media de la mañana y la línea H de subte, en su estación Humberto 1°, se repliega de gente tanto como un petardo en un hormiguero. Las personas avanzan hacia al andén con pasos tan pronunciados y aplomados que parecen pingüinos de espalda. Un pie, levanto el talón, el otro. Uno. Dos. Uno. Después, dos. Mientras el cubo de gente se mueve para adelante, una melodía furtiva envuelve la acústica del subte. Suena ajeada y opaca. Como si invitara a recordar. O cuanto menos, no olvidar. “Vivo de vender emociones”. Así cuenta Nicolás, de unos 30 años, con voz liviana, flaco y con brazos agudos y largos. En sus manos, como si fuera el cofre de alguna isla desierta en el Pacífico, el bandoneón. “Comencé con la armónica electrónica, pero cuando escuché el tango no me pude resistir. Pasaron un par de años y me pude comprar mi primer bando”. Todos los días, desde las ocho de la mañana, Nicolás se sienta en los fríos y griseados bancos de la línea H, y comienza su espectá-

culo. Apoya el pesado instrumento en su regazo, enfunda una mano en cada lado y abre sus brazos como si señalara la extensión territorial de Argentina, hasta cerrarlos para marcar la de Uruguay. La gente pasa, aclara sus ojos todavía arrugados por la almohada y oye. “A donde voy, siempre hay buena onda. Lo tomo como trabajo. El año pasado me fui a Chile, sin un cobre y el bandoneón me sostuvo un mes. Seguro me vaya a hacer temporada a algún lugar donde haya turismo extranjero, que a veces deja más dinero que el local”, explica el músico, cuando una señora, con saco de ejecutiva, tacos aguja y piernas esbeltas, se acerca y deja una propina en el estuche sobre el piso. El ruido áspero del vagón anuncia que está llegando. Desde el túnel macizo de oscuridad se filtran luces naranjas, opacas. Los pasajeros se acercan al borde. Nicolás sigue tocando, con los ojos cerrados y la sonrisa disparada. Me despide con un cálido “nos vemos por el andén”. El subte estaciona, desliza sus puertas automáticas y comienzan a ingresar. Miro a Nicolás por última vez mientras entro y aún puedo escuchar la música que sale de las diecisiete lonjas del instrumento. Pero el sonido hueco de las puertas cerrándose sentencia el final del show. El silencio

Vivo de vender emociones

hermético, el sueño, los ojos arrugados y la desazón en las caras de los pasajeros impera. Mientras tanto, camino a través de los vagones y esquivo personas grises y mudas, hasta encontrar un bandoneón para despertar.

*Nicolás da clases particulares de bandoneón. Contacto - Celular:15-3040-2525. Facebook: Nicolás Lampasona.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.