ISSN 2451-7178
Comuna 1 /3 /4
Constitución, Monserrat, San Cristobal, San Telmo, Parque Patricios y Barracas
Año - 09
Número 95
ISSN 2451-7178
Comuna 1 /3 /4
Constitución, Monserrat, San Cristobal, San Telmo, Parque Patricios y Barracas
Año - 09
Número 95
La Policía de la Ciudad intentó desalojar a 70 familias en el barrio de Constitución, pero finalmente el operativo se suspendió por la lucha de los vecinos. El problema de la vivienda recrudece en la metrópolis porteña, puesto que ya se produce en promedio un desalojo por día. Pág. 6
“Matar a los pibes es una política de Estado”
Victoriano
Editorial
La idea del «loco suelto» ha permeado desde siempre en los análisis de los ataques de la extrema derecha. Lo fue en Noruega, cuando un hombre armado mató 77 jóvenes del Partido Laborista. Lo fue en Chirchurch, Nueva Zelanda, donde 51 personas murieron en una mezquita al tiempo que la masacre se transmitía en directo por Facebook. «Locos sueltos» también suelen llamarse a cualquiera de los autores de, al menos, 408 tiroteos escolares que hubo durante 2022 en
Estados Unidos.
Entre otras cosas, el feminismo nos enseñó que los femicidas no son locos sueltos: son hijos sanos del patriarcado. No hay motivos para creer entonces que Fernando Sabag Montiel, tatuado con simbología nazi y mediático antikirchnerista de móvil televisivo, fuera un loco suelto.
Sabag no es un loco suelto, es un producto social: nace de la circulación de discursos de odio (financiados por actores públicos y privados), encuentra su ecosistema de reproducción en redes sociales, plataformas y medios
digitales sin ningún tipo de reglamentación estatal y finaliza con el corrimiento de la frontera de lo decible por derecha. En un importante sector de la sociedad indigna menos la idea de la «pena de muerte a Cristina» que un feriado ante el intento de magnicidio. No hay lobo: lo que hay es desregulación comunicacional y derechización del debate público.
La idea de la crispación también comienza a circular, sobre todo en entornos que con modismos más socialdemócratas encubren sus altos niveles de gorilismo en sangre. Esta
teoría postula que la discusión retórica encendida es equiparable al intento de asesinato con una Bersa 22 en la frente. Una teoría de los dos demonios que iguala prácticas incomparables, banaliza el magnicidio y apela a bajar el tono de la confrontación política. ¿La solución que se desprende? La que muchos -también de este lado- militan evangélicamente hace años: profundizar el diálogo. Otra falacia grave: con la intolerancia no se discute, se la combate.
El Grito del Sur- Fundado el 23 de sepiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno - Registro ISSN 2451-7178
- Director Propietario: Yair Cybel - Tirada 3.000 ejemplares - Registro de la Propiedad Intelectual 5295866Septiembre 2022 - Número 95 - Domicilio legal: Camarones 1549 CABA - contacto: elgritodelsur@gmail.comImpreso en Editora del Plata S.R.L. - España 221, CP 2820 (Gualeguaychú, Entre Ríos) Registro de Medios Vecinales CABA - Se autoriza la reproducción del material publicado, citando la fuente.
“Matar a los pibes es una política de Estado”
Desalojos en la Ciudad, un “modus operandi” cada vez más expuesto
El apellido histórico volvería a encabezar la boleta del Pro en la Ciudad, esta vez de la mano del primo Jorge, que recibió la bendición del ex presidente a su candidatura. "La Ciudad está ordenada", dicen en Parque Patricios.
En abril de 2015, Mauricio Macri intervino a favor de Horacio Rodríguez Larreta y lo señaló como su candidato preferido para sucederlo al frente del Gobierno de la Ciudad. Lo hizo en detrimento de Gabriela Michetti, quien había forzado unas PASO. Casi dos mandatos completos después, Rodríguez Larreta enfrenta un desafío similar: competir por la presidencia y, al mismo tiempo, dejar ordenado el pago chico. En ese marco, el dirigente que parece haber sacado todos los números para ser el próximo candidato a Jefe de Gobierno por el Pro es Jorge Macri.
El ex intendente de Vicente López recibió la bendición de su primo Mauricio, quien dijo en una entrevista con LN+ estar “cada vez más convencido de que Jorge le dé una continuidad con cambio a la gestión de la Ciudad”. Ese apoyo fundamental terminó por consolidar sus aspiraciones, en las que viene trabajando por lo bajo desde mediados de 2021.
En la previa de las elecciones del año pasado, Jorge Macri estaba ante una disyuntiva: enfrentarse en territorio bonaerense a Diego Santilli, cuya candidatura se imponía como parte de la es-
trategia de Rodríguez Larreta, o cruzar la General Paz en sentido contrario para disputar a futuro la Ciudad. La segunda opción le resultó más conveniente, por una idea sencilla: el camino estaba más despejado. Así cerró el acuerdo con el hoy Jefe de Gobierno que lo tiene como ministro, paso previo para competir el año que viene.
Pero lo fundamental es que una vez que recaló en Parque Patricios como Ministro de Gobierno, un cargo creado para él, tomó las riendas de la gestión y tejió vínculos duraderos con varios funcionarios de la estructura del Pro, que lo apoyan en detrimento de otros dirigentes a los que el Pro podría echar mano para la sucesión, como el actual jefe de gabinete Felipe Miguel o la diputada nacional María Eugenia Vidal.
“La Ciudad está ordenada”, dijeron desde el entorno de Jorge Macri en relación al último apoyo de su primo, dando cuenta de una candidatura que terminó por decantar.
A su favor, mencionan el apellido y su perfil vinculado “a la gestión” como sus dos fortalezas principales, pese a que no es el macrista porteño que mejor mide: las encuestas siguen diciendo que la imagen positiva más alta la tiene Fernán Quirós, el ministro de Salud. Pero él mismo se ocupa de aclarar que no le interesa, al menos por ahora, afrontar
una campaña como cabeza de boleta, con todo lo que eso significa.
Así las cosas, el primo del ex presidente tendrá enfrente a Martín Lousteau, candidato por la UCR-Evolución, otro que también tejió los acuerdos necesarios para impulsar su candidatura porteña dentro de Juntos por el Cambio. Según confiaron desde el entorno del Jefe de Gobierno, “Guga” tiene “el aval para competir, lo que no quiere decir que vaya a ser”.
Mientras tanto, a Larreta le surgió un problema inesperado: un grupo de seis legisladores porteños del Pro, encabezados por el bullrichista Juan Pablo Arenaza, lanzaron la semana pasada una suerte de sub-bloque informal en la Legislatura y lo amenazan con dejarlo sin presupuesto este año. De fondo está
la pelea nacional con Patricia Bullrich, que no se baja de su candidatura.
“La campaña se está dando de manera injusta, inequitativa. El pelado tiene una caja infinita de recursos y no para de ofrecer cargos para todo el mundo. En ese marco entendemos que nosotros también tenemos nuestras herramientas políticas y las ponemos a jugar”, dijeron desde el epicentro de la movida legislativa.
En ese contexto, son cada vez más fuertes las voces que dentro del Pro intentan forzar a Patricia a bajarse a la Provincia de Buenos Aires, para terminar de armar una interna que parece no tener fin. Lo único que está ordenado, parece, es la Ciudad.
Breve historia de los neonazis
De nacionalistas cristianos a neoliberales. Del Parque Rivadavia a las redes sociales. El derrotero del movimiento neonazi en Argentina.
Texto: Yair Cybel
Ni loco suelto ni lobo solitario. Fernando Sabag Montiel, el hombre que intentó asesinar a Cristina Kirchner, se inscribe en una tradición política de larga data en el país: el neofascismo o neonazismo. Y no es una mera suposición ni una especulación periodística: Montiel tenía tatuado un Sol Negro, una Cruz de Hierro y un Martillo de Thor, tres símbolos relacionados con el neonazismo, además de participar de grupos virtuales de extrema derecha.
«Morenazis» es la forma despectiva en la que el movimiento antifascista calificó durante años a los neonazis del tercer mundo. Lejos de la superioridad de la raza aria que promovían los jerarcas del Tercer Reich, estos grupos se inscriben en una serie de prácticas que datan de finales de los años 80, asociadas en su origen a tribus urbanas y movimientos nacionalistas y que tienen su expresión más novedosa en los liberales, anarcocapitalistas o libertarios.
De nacionalistas cristianos a neoliberales. Del Parque Rivadavia a las redes sociales. El derrotero del movimiento neonazi en Argentina tiene sus particularidades y ha mutado al calor del kirchnerismo y el ascenso de los discursos de extrema derecha en Europa.
En los años 90, el Parque Rivadavia fue la cuna del neonazismo local. El puesto de libros número 27, gestionado por Alejandro Franze, funcionaba como una suerte de punto de encuentro de militantes de extrema derecha, Allí, desde la fachada del intercambio literario, se organizaban pintadas y encuentros. «Inmigrantes ilegales deportación», se leía en el paredón de fondo del parque a mediados de esa década.
El 28 de abril de 1996 fue tal vez el día más simbólico para el movimiento neonazi del Rivadavia. La CORREPI realizaba un recital en el Parque en homenaje a Walter Bulacio. Tocaban Todos Tus Muertos, Actitud María Marta, Los Miserables, Un Kuartito, Los Piojos, Los Caballeros de la Quema, 2 Minutos y La Renga. Según los organizadores había arriba de 30 mil personas en esa jornada, pacífica, hasta que comenzaron las provocaciones.
Un grupo de skinhead neonazi comenzó a irrumpir entre el público y llegó a empujar a la abuela de Bulacio. Los organizadores llamaron a la calma, pero la tensión escaló. Comenzó así una batalla campal de la que participaron grupos punks antifascistas, militancia de partidos populares como Quebracho, y algunos de los asistentes al recital. La Policía detuvo a 32 jóvenes y el saldo fue una víctima fatal: Marcelo Scalera, un
militante neonazi de 32 años. En un comunicado posterior, las organizaciones de derecha denunciarían como responsables a «una intolerante horda drogada anarco-bolchevique”.
Después de este hecho, Franze perdió influencia frente a Alejandro Biondini, el nuevo líder del neonazismo local. Militante de la derecha nacional, Biondini mezclaba una estética fascista con reivindicaciones nacionales en materia económica. Un clásico nacionalsocialista que llegó a formar el Partido Nuevo Triunfo, proscripto por la justicia y devenido en Bandera Vecinal, con el que obtuvo 0,63% de los votos en su postulación a diputado nacional en 2021. Una cifra muy minoritaria pero, al mismo tiempo, su máximo histórico: 51 mil votos, muy superior a sus performances electorales desde la primera vez que se presentó en 2011.
Pero la emergencia de los grupos anarcocapitalistas, liberales y libertarios marcó un quiebre en la extrema derecha argentina. De pedir la expulsión de inmigrantes a luchar por la abolición de los impuestos. Del Parque a las redes. En su última crónica, Juan Ruocco, recopila la manera en que funcionaba Rouzed, el foro argentino similar a 4Chan donde participaba Sabag Montiel. No es una novedad: la desregulación de Internet posibilitó la emergencia de discursos extremistas en plataformas. «El empleo de Rouzed como hub para
extremistas lo convierte en parte de una tendencia global de sitios de chat anónimos, públicos y relativamente no moderados», señala en su investigación Roucco, que se inmiscuyó en grupos de Telegram para conocer la dinámica de funcionamiento de estos grupos.
Pese a las «nuevas tendencias» de inspiración anarco-capitalista, las históricas derechas también perviven. Da cuenta de esto el allanamiento al local «Centro Cultural Kyle Rittenhouse», y la detención de José Derman, referente y propietario del inmueble. De católicos a liberales, las influencias ideológicas de la extrema derecha han mutado tanto como sus prácticas. La radicalización por derecha del campo de lo decible, la desregulación comunicacional y la crisis política y de representación que atraviesa la sociedad argentina, abonan a estas situaciones.
Increíble, pero real. El intento de magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner suscitó sospechas por parte de sus habituales detractores políticos: lejos de conmocionarse por el alcance del hecho, cierta masa incrédula planteó desde un primer momento que se trató de algo «armado» y que la vida de la vicepresidenta jamás corrió peligro. Nuevamente, para sorpresa de extraños,
la política de la posverdad revela que los datos objetivos -un sujeto armado y gatillando sin éxito a pocos centímetros de CFK- tienen menos importancia para este sector que las opiniones y emociones que suscita. Duele escuchar este tipo de opiniones negacionistas en un contexto de alto riesgo para la democracia argentina. Más si provienen de familiares o amigxs. Lo cierto es que dichas afirmaciones se sustentan en discursos de odio que se han instalado desde comienzos de la década pasada en la agenda pública local, los cuales circulan tanto en medios de comunicación tradicionales colonizados por el poder económico como en las redes sociales donde un grupo de «influencers» ultra-derechistas obtuvieron creciente popularidad. Lamentablemente, la creencia negacionista de un sector minoritario -pero intenso a la vez- viene siendo moneda corriente cada vez que se presenta un suceso de magnitud. Ocurrió con la llegada de la pandemia y la declaración de la cuarentena obligatoria, cuando un grupo de energúmenos salió a las calles para reclamar por las libertades y el fin de la «dictadura sanitaria». Fueron los mismos que intentaron boicotear la vacunación contra el COVID-19, si bien el grueso de la sociedad les dio en ese momento la espalda.
Familiares de víctimas y organizaciones sociales y de Derechos Humanos se movilizaron a Plaza de Mayo en el marco de la octava Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil. Denunciaron la impunidad de los asesinos y la complicidad del sistema político y judicial.
Foto: ANRED
La furia le brota a María Belén con tanta fuerza que su voz, amplificada por el megáfono, de repente se quiebra. “Yo sabía, que a los pibes, los mató la policía”, canta con el último hilo que le queda en la garganta. Agita los brazos, hace saltitos cortos. Está afónica, pero se las arregla para dirigir la batuta de la columna de familiares de víctimas de gatillo fácil que avanza por Avenida de Mayo, rumbo a la Rosada. Son las tres de la tarde en el centro porteño cuando un patrullero de la Ciudad se cruza perpendicular a unos 50 metros de los manifestantes. María Belén lo corre, lo persigue, como para cantarle de más cerca, como para que se escuche: “Yo sabía…”.
María Belén Vasallo es la tía de Pablo “Paly” Alcorta, un joven de 17 años que recibió un tiro en la cabeza cerca de una cabina de peaje de Morón de parte del policía bonaerense Diego Ariel Tolaba en mayo de 2013. Desde entonces acompaña a su hermana Emilia, la mamá de “Paly”, a cada marcha, tribunal, escrache, reunión, lo que sea. La bronca le crece todos los días, dice, sobre todo desde que el asesino haya sido declarado inocente después de que Tribunal Oral 4 de Morón comprara la versión del homicida. Ella lo explica así:
“Pablo Alcorta, mi sobrino, fue ejecutado el 13 de mayo de 2013 por el policía Diego Ariel Tolaba. El tiro le entró por una sien y le salió por la otra. La bala lo dejó ciego y en estado vegetativo durante ocho meses, hasta que lo terminó de matar el 6 de diciembre de ese mismo año. A partir de ese momento empezamos esta lucha contra el poder policial, contra el poder judicial y contra el poder político, que es cómplice, que es encubridor, que es verdugo de nuestros pibes. Yo vengo acá como la tía de Pablo, pero no vengo solo por él, sino por todos los pibes que son ejecutados. A nuestros pibes las balas siempre les entran por la nuca, por la espalda. Y no es una sola bala, les vacían el cargador. Los fusilan. En todo el país, todo el tiempo”.
“Van a seguir matando, porque la policía cuenta con la complicidad de los jueces, tienen impunidad. Son muy pocas las condenas que se consiguen. Es una política de Estado matar a los pibes. Nosotros decimos que tomar una birra, tener gorra, no te hace delincuente. Ellos son los delincuentes, que patrullan más duros que la realidad que estamos viviendo. Y me pregunto: ¿no nos ven? Cada vez somos más los familiares que marchamos, cada vez
más pibes muertos. Cuando yo empecé a marchar en 2015, contábamos 5 mil casos en democracia, este año, en esta que es la octava marcha, contamos más de 8 mil. Esa es la realidad”.
La octava marcha nacional contra el gatillo fácil se dio en el marco de “entre unos 400 y 500 casos por año de muertes producto de la violencia policial e institucional”, tal como aseguró a El Grito del Sur María del Carmen Verdú, abogada de familiares desde hace más de tres décadas y referenta de la Correpi. El último informe de esa organización revela que durante 2021 fueron asesinadas 981 personas por el Estado, “en sus diferentes modalidades represivas”.
De acuerdo a los archivos de Correpi, la policía bonaerense asesinó de manera injustificada a unas 390 personas durante los últimos cinco años, y la Policía de la Ciudad hizo lo propio con otras 121 víctimas más. Si se hace un promedio sobre la cantidad de agentes armados de cada fuerza, la letalidad de ambas es bastante similar. Lo mismo sucede con la Federal. Son números estables que dan cuenta de un genocidio de pibes pobres por goteo que no se ha podido revertir desde la vuelta de la democracia, contando a todos los gobiernos.
Por eso, los familiares que marcharon este viernes dejaron los rostros de las
víctimas y de los victimarios pegadas sobre las rejas de la Casa Rosada, a modo de denuncia transversal sobre todas las fuerzas políticas. Así lo explica Angélica Urquiza, mamá de “Kiki” Lezcano, un pibe de 17 años de la villa 20 asesinado (junto a su amigo Ezequiel Blanco) por el oficial de la Federal Daniel Santiago Veyga, en 2009: “No es un solo gobierno. Son todos los gobiernos. Por supuesto que no es todo lo mismo, a mi me tocó ir a juicio cuando había una ministra de Seguridad (por Patricia Bullrich) que decía que no iba a revolear policías. Al asesino de mi hijo, que apareció enterrado como NN en la Chacarita, lo dejaron libre para que siga matando. Él puede abrazar a su hijo, yo no. Yo lo voy a seguir extrañando y llorando hasta el último día de mi vida. Por eso venimos hasta la Rosada, para que la gente y la política vea las remeras, los carteles, la lucha que estamos dando”.
Según un informe reciente del CELS, solo el 15 por ciento de los agentes imputados por gatillo fácil terminan finalmente condenados. El estudio del organismo se basó en unos 32 expedientes que cursaron en el Fuero Penal Federal de la Ciudad de Buenos Aires entre 2010 y 2018, a través de los cuales se investigó a agentes de las fuerzas de seguridad nacionales y locales por ese crimen específico, cuyas víctimas son sobre todo varones jóvenes de los sectores populares. De esas 32 causas, 21 terminaron en absolución o sobreseimiento, dos tercios del total. Hubo sólo 13 procesamientos, y apenas 5 de
los procesos judiciales terminaron en una condena efectiva.
“La lucha contra la impunidad yo la doy todos los días desde mi casilla en la villa, esto es cotidiano para mí. Y no tiene que ver sólo con el gatillo, porque también nos matan de hambre”, resumió Angélica.
En sus casi seis años de existencia, la Policía de la Ciudad mató, al menos, a unas 38 personas en casos de gatillo fácil dentro del territorio de la Ciudad. La mayoría de los asesinatos ocurrieron en los barrios del sur porteño y casi la totalidad de las víctimas son varones jóvenes. El Grito del Sur elaboró un mapa con cada uno de estos episodios de violencia policial.
La información volcada en el Mapa del Gatillo Fácil surge de un entrecruzamiento de los archivos de Correpi, el CELS y ACVI. Se tomaron aquellos casos ocurridos a partir del 1 de enero de 2017, fecha en la cual comenzó a operar formalmente la Policía de la Ciudad, luego de la fusión que se produjo a lo largo de 2016 entre la Federal y la Metropolitana en territorio porteño.
Octava Marcha contra el Gatillo FácilRecrudece el problema de la vivienda
Unas 70 familias de Constitución amanecieron con la Policía intentando sacarlas a la calle, como resolución de un juicio del que no fueron parte. El Gobierno porteño estaba avisado, pero dejó hacer. Según datos oficiales, se produce un desalojo por día en la Ciudad de Buenos Aires.
Texto: Matías Ferrari
Foto: Pablo Añeli / Télam
En Solís al 1800, en Constitución, hay un hotel de paredes descascaradas y olor a humedad parecido a muchos. Como en tantos otros de la Ciudad, viven muchas más familias de las que caben. Son 70, repartidas en 51 habitaciones. Hay grietas en las escaleras, azulejos rotos, cables que pasan a centímetros de filtraciones de agua, vigas expuestas, baños y cocinas para los que hay que turnarse. Aún así, para habitarlo hay que pagar un alquiler, y eso es lo que venían haciendo sus inquilinos todos los meses, algunos incluso con el aporte del subsidio habitacional porteño. Hasta que en la madrugada del lunes 12 de septiembre la Policía de la Ciudad desplegó un operativo tan sorpresivo como desproporcionado con
el objetivo de dejarlos en la calle.
“Se escuchaban las patadas que le daban a la puerta, yo pensaba qué era lo que estaba pasando. Primero creí que estaban queriendo entrar a robar, o algo peor, que venían a matar a alguien, no sé. Era muy temprano, las cinco y algo de la mañana, todavía era casi de noche. Le pegaban patadas a la puerta y gritaban “¡Policía!”. Todo el hotel se fue corriendo hasta adelante y los varones trabaron la puerta. Mi pieza está justo muy cerca, así que mi nena que es muy chiquita sintió todo eso y empezó a gritar, como otros de los nenes que viven acá. Después subí al primer piso y cuando me asomé a uno de los balcones no podía creer la cantidad de policía que había, el carro hidrante, las vallas alrededor de casa. Nos rodearon como si fuéramos delincuentes”, recuerda Sol sobre lo que se vivió en Solís, pero podría ser la experiencia por la que pasaron otros miles como ella a lo largo
de los últimos años.
Cuando Sol llegó al hotel, hace apenas tres meses, jamás imaginó que iba a pasarle algo así, cuenta. Más bien regresó, en lugar de llegar, porque vivió ya varias veces en la misma pieza que hoy ocupa: primero con sus padres, después con sus hermanos, ahora con su nueva pareja y su nena de un año. “Fui y vine varias veces, siempre busqué algo por fuera pero no siempre conseguís”, cuenta sobre el devenir del problema de vivienda que arrastró toda su vida. En mayo de este año volvió a consultar y el precio le cerraba: poco más de 10 mil pesos por mes por una pieza de 4×3 para los tres. El problema ahora es la violencia y la incertidumbre: “Me despierto todos los días a esa misma hora pensando que va a venir la Policía a sacarnos. Vivimos con angustia”, dice.
“Era muy temprano, las cinco y algo de la mañana, todavía era casi de noche. Le pegaban patadas a la puerta y gritaban “¡Policía!”. Sol, vecina de Solís
El edificio donde viven las 70 familias es enorme: las habitaciones están repartidas en tres pisos, a lo largo y ancho de dos alas. Por dentro es como una mini-ciudad: apenas se ingresa por el pasillo se sale a un patio que hace las
veces de pulmón interno, a partir del cual se distribuyen todas las habitaciones. El objetivo del dueño —un conocido empresario del rubro de nombre José De Roque— es venderlo: pide 470 mil dólares por el “lote” de 570 m2. En la propia descripción de la publicación de internet está a la vista el origen del conflicto: “actualmente funcionando como pensión con renta, con sentencia de desalojo (tiempo aproximado de desalojo 6 meses). Se escuchan propuestas”, describe.
El dueño, José De Roque, es un viejo hotelero conocido por el Gobierno porteño y los organismos públicos que trabajan la problemática de situación de calle en la Ciudad. Más de una vez, con mala cara, De Roque sacó de un apuro a un trabajador social en la búsqueda de una pieza para personas con problemas de vivienda, como sucede también con varios otros hoteleros, que igualmente no tienen problemas en desalojar si ven otro negocio mejor. En varios de sus hoteles —tiene al menos uno más en Pedro Echague al 1400 y otro en Perón al 2600, en Once— viven personas con amparos judiciales que obligan al Ejecutivo a brindarle un techo de la forma que sea. Todos esos inmuebles figuran en el listado de posibles alojamientos con los que se maneja el Programa Buenos Aires Presente, a los que accedió este medio. Los funcionarios del Ministerio de
Desarrollo Humano y Hábitat porteño no sólo conocían de larga a data a De Roque, sino que además fueron notificados a principios de septiembre por el Juzgado Civil Federal 93 de que se venía el desalojo. El juzgado solicitó un informe al Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes (CDNNyA) sobre la cantidad de menores que vivían allí, pero nunca lo hicieron. Tampoco hubo una intervención a tiempo de la Asesoría Tutelar, ni de los organismos públicos de defensa de derechos, que siempre actúan una vez que el operativo policial está desplegado.
Cerca de la ministra María Migliore se lavan las manos. “No es algo 100% nuestro. Nosotros estamos ahí para dar contención a las familias y, en el caso de que sea necesario, solución habitacional temporal. Pero no es un hotel ni nada que tenga convenio con nosotros. Es una propiedad donde se alquilaban habitaciones pero el problema es judicial, del propietario del inmueble con el inquilino (que subarrienda a otros)”, dijeron a El Grito del Sur. Esa forma de intervención sobre la hora esconde una intención de dejar vacío el inmueble. “El Gobierno de la Ciudad estaba avisado, pero especuló hasta último momento para entregar únicamente una cuota de emergencia, que las familias suelen agarrar desesperadamente. Aprovechan eso en lugar de hacer una evaluación de la circunstancia, si hay violencia familiar, menores, personas con discapacidad. Se aprovechan de la desesperación de las fami-
lias”, relató a este medio un funcionario judicial con centenares de intervenciones en este tipo de procedimientos.
Ese “modus operandi”, incluye, claro está, el negocio judicial. Desde hace años opera en la justicia penal una especie de cláusula, llamada “seguro de caución”, por la cual un supuesto dueño puede acreditar su propiedad y forzar un desalojo pagando por adelantado, sin que se compruebe efectivamente el papeleo, lo que resulta útil para agilizar trámites complejos, como las sucesiones. Las familias, que suelen sub-alquilar y casi siempre firman contratos en negro, quedan en el medio de los procesos, sin ningún tipo de asesoramiento, salvo el de las organizaciones sociales.
El juzgado solicitó un informe al Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes (CDNNyA) sobre la cantidad de menores que vivían allí, pero nunca lo hicieron. Tampoco hubo una intervención a tiempo de la Asesoría Tutelar.
El caso de Solís funciona como parámetro: la causa civil por desalojo estuvo cajoneada entre 2007 y 2019, año en que el expediente volvió a moverse por arte de magia. El DNU presidencial que suspendió los desalojos por la pandemia retrasó el procedimiento judicial, que podría haber llegado mucho antes. Las 70 familias inquilinas nunca supieron nada hasta el día que pasó. Su primer contacto con el Estado fue a través de la
Policía.
Gracias al accionar de las organizaciones, el desalojo se postergó hasta nuevo aviso.. El Gobierno porteño ofrece un subsidio habitacional, de 20 mil pesos, a cambio de que lo entreguen. “No nos sirve. ¿qué hacemos con 20 mil pesos? Acá a la vuelta piden 27 mil por una pieza, y casi ninguno te acepta con chicos”, dice Sol, que este sábado cocinó y atendió a los chicos del hotel en una actividad a puertas abiertas para que el barrio conozca la situación.
Según datos oficiales de la Cámara Civil Federal, se inician más de tres mil causas de desalojo por año en la Ciudad, un número que sólo bajó durante la pandemia. La mayoría son por vencimiento de contrato o por falta de pago. Pero no hay estadísticas sobre cuántos se llegan a concretar.
La Defensoría del Pueblo, desde el año pasado hasta la fecha, “inició 691 trámites para abordar emergencias habitacionales”, según información que hicieron circular a distintos medios.
“De dicho total, 221 corresponden a desalojos de inquilinos sin contratos, con contratos de locación vencidos o deudas acumuladas, especialmente en el marco de la emergencia sanitaria. Otros 280 atañen a grupos en situación de vulnerabilidad socioeconómica que viven en casas tomadas, hoteles temporarios o familiares y barrios populares de la Ciudad”, dicen.
El promedio da un desalojo por día, número que coincide con el que extraoficialmente comunicaron el año pasado
desde el Ministerio de Desarrollo porteño a este medio. La organización Consejería de Vivienda, que acompaña a las familias de Solís, reportó vía un pedido de acceso a la información pública que a través del Ministerio de Desarrollo porteño «se emitieron 137 cheques de emergencias con motivo de desalojo» en lo que va de este año, lo que da también una familia por día desalojada.
Ya en abril de este año hubo un desalojo que mereció un fuerte operativo policial en Leopoldo Marechal 950, Caballito, que terminó con 18 familias en la calle, y otro en Olavarría 1107, La Boca, el barrio más afectado.
“En La Boca solamente tenemos 275 juicios por desalojo abierto. Y entre dos y cinco por venir de acá a fin de mes. A eso hay que sumarle la emergencia permanente del barrio, por ejemplo amenazas de clausuras administrativas, que en realidad es el objetivo de cerrar los programas de vivienda transitoria del Gobierno de la Ciudad”, relató a este medio Natalia Quinto, de La Boca Resiste y Propone.
«Es un problema del Estado en su conjunto, no sólo de la Ciudad», apuntó por su parte Gigi Krein, de la Consejería de Viviendas. «Estamos disputando el modelo de Ciudad, que utiliza sus fuerzas represivas para llevar adelante los desalojos. Pero el Gobierno nacional también debería suspenderlos como lo hizo durante la pandemia en esta situación de crisis habitacional», concluyó.
Los vecinos y las vecinas de la Rodrigo Bueno volvieron a levantar la voz por sus condiciones habitacionales. Esta vez denuncian que el Gobierno de la Ciudad y la empresa IRSA impulsan desalojos y relocalizaciones forzadas de familias con el objetivo de dinamizar la instalación del «nuevo Puerto Madero» que la empresa constructora pretende levantar en la ex Ciudad Deportiva de La Boca.
En ese marco, vecinos y organizaciones denuncian que muchos habitantes del barrio fueron trasladados a viviendas que no cuentan con el apto técnico habitacional requerido
bajo la premisa de que comiencen cuanto antes las obras de «Costa Urbana», un mega desarrollo inmobiliario que pretende construir unas 45 torres de 145 metros a la vera del Río de La Plata.
La frutilla del postre llegó a finales de 2021 con la aprobación de la Legislatura del proyecto de «Costa Urbana». A partir de allí, los vecinos y las vecinas del barrio denuncian la complicidad entre el Gobierno de la Ciudad, el Instituto de la Vivienda de la Ciudad y la constructora para desalojar a las familias que se asientan en las cercanías del predio, sobre el borde costero. Éstos denuncian que los desarrolladores están «apurados por despejar el verde costero». El Gobierno porteño argumenta que
las familias desalojadas se instalaron en el barrio después de 2017, por lo que «no les corresponde una vivienda».
La Rodrigo Bueno es una pequeña pero histórica villa que aloja actualmente a más de 2800 personas divididas en 563 viviendas. Si bien en 2017 se sancionó la Ley 5798 que disponía la reurbanización, zonificación e integración del barrio, el proceso alcanza apenas el 60 por ciento de su implementación y muchas familias viven afectadas por la contaminación de las aguas, las crecidas del Río y la carencia de servicios básicos.
Legisladores de la oposición denunciaron el proyecto de IRSA en
Costanera Sur y referentes del sector inmobiliario replicaron las críticas. «La privatización de Costa Salguero es un ejemplo de la falta de planificación urbana en la Ciudad», declaró en diálogo con El Grito del Sur el presidente de la Sociedad Central de Arquitectos de Buenos Aires, Darío López, en el marco del debate por la construcción del megaproyecto. Colectivos ambientalistas denunciaron también el impacto que el emprendimiento tendría sobre el humedal, la extensión de la reserva de Costanera Sur y barrera natural del Río de La Plata.
Una historia y miles de sueños
La Saturnino Moure es una cancha de fútbol en un lugar excéntrico, a la vera del Riachuelo, en el límite entre la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires.
Son las 14:15 y por la entrada del Camino de la Ribera, frente a la silenciosa fábrica SIAM, a un Honda Fit gris oscuro se le apaga el motor al traspasar una vía abandonada. Vuelve a arrancar, transita unos metros y llega a la puerta. “Tesorero”, les dice a las dos personas de mantenimiento del club. Le cobran $300.
Por detrás un niño y su padre vienen, como cada domingo de por medio, buscando sus sueños. Están vestidos, casi pintados, de celeste y blanco. Gorrito y camiseta. “Nací en este barrio y ahora vengo de Morón”, comenta Juan, que dice que sigue al club de sus amores desde 1989. “Victoriano Arenas es como la selección de fútbol de Brasil: no tiene clásico”, indica, sonriente, mientras su hijo deambula por la “pata” en la que el agua se ve a los dos costados.
Cerca de su desembocadura final, el agua del río Matanza mete una gambeta. En la “Isla del CAVA», por el Club Atlético Victoriano Arenas, el Riachuelo tiene olor a fútbol.
“Victoriano Arenas vende lotes”. Cuenta la historia que ese cartel inmobiliario colocado en los terrenos en los cuales jugaba sus partidos dio origen al nombre Juventud Obrera de Victoriano Arenas, un 2 de enero de 1928. Poco tiempo después, comenzaría a llamarse como lo hace hoy en día.
Está afiliado a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) desde 1963. Antes, edificó su sede en 1942 (hoy se encuentra Paso de Burgos 82, Valentín Alsina) y adquirió en 1947 los terrenos de donde se encuentra su estadio, llamado Saturnino Moure, en la costa del Riachuelo, en Coronel Molinedo y las vías del Ferrocarril Belgrano Sur (Piñeyro, Avellaneda).
El primer gran suceso de su historia futbolística se dio en 1974, con el subcampeonato de la Primera D que le dio el pase a la tercera categoría del fútbol argentino. En 1976 estuvo realmente cerca de jugar por un pasaje a la Primera B. Pero no lo logró y al año siguiente descendió a la última categoría del fútbol argentino. En esos años jugaba para Victoriano el conocido Norberto Outes, que luego pasaría al Independiente de Bochini y sería campeón de dos torneos Nacionales (1977 y 1978), además de lograr un título local con el Boca de Maradona, en el Metropolitano de 1981 (jugó cinco partidos en el certamen).
Luego de varios años de malaria (llegó a estar desafiliado una temporada), Victoriano volvió a la C en 1990, lugar del que descendió tres años más tarde. Recién en 2017/2018 pudo dar la vuelta
y consolidarse como un equipo de la Tercera División, en donde hoy pelea para no descender.
El reloj ya dice que falta poco para las tres en punto. Los equipos hacen precalentamiento en el campo de juego, que ya tiene sus leyendas presentadas en forma de banderas. “Vayas a donde vayas te vamos a alentar. En las buenas y en las malas. Hasta morir” o “Nosotros hacemos la historia” son algunos ejemplos. En la parte de atrás del lado este, hay todo un pedazo de tierra en modo descampado, con los yuyos altos y una cancha abandonada. Se puede escuchar la cumbia proveniente de las casas de Capital Federal. Mientras tanto, arriba de los vestuarios, el periodista Guido Colunga, de TodosUnoTV, ubica los elementos necesarios para la transmisión en una cabina cuadriculada sin ningún tipo de vidrio. “La mayoría de las veces como local y visitante sigo a Victoriano. Desde el año pasado estoy en la campaña”, indica y agrega: “De local siempre trae gente, le vaya bien o mal. Es lindo charlar con los hinchas y ver la pasión. Victoriano estuvo muchos años luchando en la D, por suerte hace unos años ascendió y se mantiene. Está en la parte de abajo de la tabla pero se mantiene. La gente siempre viene, apoya y alienta. Tira para adelante. Este laburo es hermoso. Gracias a Victoriano conocí varias canchas de la C. Me gusta esta expe-
riencia”.
El aroma del Riachuelo se entremezcla cuando en las narices aparece el humo parrillero.
Un meandro es el nombre técnico que tiene una curva pronunciada de un río. En el Riachuelo ya no queda casi ninguno dado que desde principios del siglo XX se procedió a la rectificación del curso fluvial. No obstante, ese trabajo no pudo realizarse a la altura entre el Puente Alsina y el Pueyrredón, dejando casi sin tocar la curva a la altura de Piñeyro, porque la cantidad de puentes ferroviarios que pasan por la zona impiden la obra.
Es así que existe el Meandro de Brian, bautizado de esa manera por la ya inexistente estación Ingeniero Santiago Brian, frente a la calle Iguazú del Ferrocarril Oeste y Sarmiento. Es casi una península a la altura de la emblemática empresa de electrodomésticos SIAM, a la vera del Riachuelo. En esos terrenos se emplaza el estadio “Saturnino Moure”, con capacidad para 1500 personas.
El Meandro, además de ser un lugar singular geográficamente, también trae aparejado un problema de papeles. Si se sigue el curso rectilíneo del Riachuelo, el lugar está bajo jurisdicción del Gobierno porteño. No obstante, sólo se puede llegar al lugar vía terrestre por la provincia de Buenos Aires, ya que la única conexión con la Villa 21-24 es a través de un puente
ferroviario.
En el plano legal, también habría un vericueto. El catastro (registro administrativo de los inmuebles y los terrenos) de la Ciudad lo ubicó como “Manzana 104, Sección 26”, del barrio de Barracas, con dirección en la calle Luna 2101. El planteo suena sensato: ese límite fue trazado con el plan de la rectificación incluida. No obstante, el tema nunca fue resuelto y hoy los servicios de la cancha de Victoriano Arenas se pagan en el Municipio de Avellaneda.
Desde el punto de vista cultural, el debate parece saldado. En 2020 Avellaneda fue designada por ley como la “Capital Nacional del Fútbol” con el estadio de Victoriano incluido, además de los de Racing, Independiente, El Porvenir, San Telmo, Dock Sud y Arsenal. “Para la conciencia de la gente está en Provincia”, indica Juan. Su parecer es rectificado por una hincha en la tribuna y por Matías Varela, vocal titular del club, que también cuenta a la pasada que los roles son muy cambiantes en el club: “El vicepresidente hasta hace dos o tres semanas era el camillero”. El CAVA no es de CABA.
Solamente Colunga tiene alguna duda: “Está la brecha sobre si es de PBA o de CABA. Yo creo que es de los dos. Me voy a lavar las manos. Pertenece a los dos, porque está literalmente en el medio del río”.
Desde 2020, focos de incendios intencionales arrasan con los humedales y pastizales del país. En Rosario ya se perdieron más de 800.000 hectáreas y el humo no deja respirar. Pronto empezará el tratamiento de la Ley de Humedales en el Congreso de la Nación.
Texto: Carla Gago
En Rosario no se habla de otra cosa. Si bien la nube densa que cubre la ciudad evoca trazos de un relato apocalíptico, no es más que el reflejo de una realidad conocida, sufrida y denunciada por sus habitantes. Desde hace semanas la calidad del aire superó todo límite de salubridad posible y lo que se respira ya no es oxígeno: es humo y toxicidad.
“Respirar este humo hace que ingrese en nuestro cuerpo el material particulado cargado en el aire que básicamente se compone de partículas
de plantas y animales quemados. Este humo es el humo de un crematorio; respiramos el humedal muerto y a mediano y largo plazo genera múltiples problemas de salud”, dice Ivo Peruggino, activista e integrante de la Multisectorial de Humedales (MH), organización de autoconvocados que puja por la sanción de una normativa que vele por la protección y preservación de los humedales del Delta del Paraná y de todo el país.
La situación es crítica. Según datos del Museo de Ciencias Naturales Antonio Scasso, en lo que va del año se registraron 16.494 focos de incendios en el área PIECAS Delta del Paraná.
Por su parte, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) informa que a partir de imágenes satelitales elaboradas por la Unidad de Emergencias y Alertas Tempranas, el fuego consumió al menos 170.500 hectáreas en la región vs. las 65.000 registradas el mes anterior. Desde que iniciaron los incendios en 2020, la cifra asciende a más de 800.000 hectáreas.
“Cuando el humo llega a la ciudad es tremendo, pero el fuego en la mitad del humedal mata y transforma ese ecosistema que nos brinda tanto para el buen desarrollo de nuestras vidas en algo más que jamás va a volver a ser humedal y que nunca más va a darnos sus beneficios en este contexto extremo de crisis climática. Todo lo que amamos se está muriendo en manos del fuego”, agrega Peruggino.
“Los humedales del río Paraná llevan 3 años consecutivos sufriendo los incendios. Cientos de especies nativas, de flora y de fauna han desaparecido mientras que nosotros tomamos dimensión de eso sólo cuando el humo llega a nuestro hogar. Sólo cuando el humo daña nuestra salud y la de nuestros hijos. El resto del tiempo,
cuando el humo no está, al humedal lo convierten en explotación agropecuaria, y a nuestro futuro en colapso”, escribe con impotencia el fotógrafo Sebastián López Brach en un posteo de Instagram.
“Este humo es el humo de un crematorio; respiramos el humedal muerto y a mediano y largo plazo genera múltiples problemas de salud”.
Ivo PerugginoNo es sólo el Delta del Paraná. En febrero de este año las llamas consumieron aproximadamente el 7% del territorio correntino equivalente a más de 500.000 hectáreas de humedales, esteros, pastizales y bosques nativos. Asimismo, en las últimas semanas el fuego llegó nuevamente a la provincia de Córdoba.
“En este último tiempo hubo focos muy grandes y se quemaron entre 4.000 y 5.000 hectáreas. Cada año se sigue quemando y nosotros como brigadas podemos poner el cuerpo para apagar los fuegos y podemos hacer
acciones de prevención, pero se necesita acción del Estado e investigación para determinar por qué suceden los incendios. Sabemos que hay muchos que son intencionales y están vinculados a determinados negocios y otros a descuidos de las personas”, cuenta Matías de la Brigada Forestal Colibrí.
Matías es uno de los tantos vecinos que sale a combatir los incendios forestales en las Sierras Chicas de Córdoba. Desde la brigada se definen como una “organización comunitaria, apartidaria y horizontal” y trabajan en acciones de cuidado, respeto y educación ambiental con el objetivo de vivir en armonía con la naturaleza y promover el bien común. Reciben donaciones económicas para comprar equipos y costear las capacitaciones que brindan de manera periódica.
“Salir a recorrer y ver todo muerto es muy fuerte y triste. Hay gente que cuando hay un incendio lamentablemente está contenta porque está pensando que en ese lugar va a poder hacer un negocio inmobiliario o va a poder poner vacas. Es la codicia que tenemos que frenar como sociedad porque nos afecta a todos”, dice.
Natalia, de la Brigada Inchin, coincide y expresa: “Acá en Córdoba los incendios están vinculados a nuevos proyectos extractivistas de tipo autovía de montaña y desarrollos inmobiliarios. Antes del 2020 se decía que quedaba un 3% de monte nativo y ahora ya no sabemos cuánto nos queda. La pérdida es irreparable. Se están extinguiendo espacios biológicos y geográficos únicos en el mundo y se está avanzando sobre espacios vinculados a la cultura ancestral originaria de nuestra provincia”.
Al respecto, el abogado ambientalista Enrique Viale sostiene en una entrevista televisiva: “Se queman siempre los mismos lugares en la misma época. Esto tiene responsables muy concretos y son los intereses ganaderos” y señala que si bien existe una práctica ancestral de quema a pequeña escala para renovación de pasturas, en los últimos años el ganado que se encuentra en
las islas aumentó en un 50% principalmente para la expansión de la frontera agropecuaria y del monocultivo de soja.
Viale menciona a las familias Aranda (Grupo Clarín), Baggio (dueños de la empresa de jugos), Paladini (dueños de la empresa de fiambres) y al intendente de San Nicolás Manuel Passaglia entre los principales responsables de las quemas intencionales.
“Vengo de un país donde la producción ganadera está provocando incendios que llaman naturales pero sabemos que son intencionales y que también contaminan los suelos y el aire. Están atacando a la fauna silvestre de manera directa y esto tiene un vínculo con las injusticias sociales”, resalta Cecilia Quaglino, activista y organizadora del capítulo de Santa Fé de Climate Save Argentina durante la última conferencia de Órganos Subsidiarios (SB56) de Naciones Unidas celebrada en Bonn, Alemania.
“Se están extinguiendo espacios biológicos y geográficos únicos en el mundo y se está avanzando sobre espacios vinculados a la cultura ancestral originaria”. Natalia (Brigada Inchin)
A su vez, traza un vínculo directo entre los sistemas alimentarios, las desigualdades estructurales, el acceso a alimentos sanos y basados en plantas y la crisis climática y ecológica. “El problema es que nos parece más fácil imaginar el fin del mundo que cambiar los modos de producción y consumo”, destaca en sus redes sociales.
Un niño de aproximadamente 10 años de remera roja y pantalones cuadrille azules sostiene una cartulina verde flúor en el Puente Rosario-Victoria. Entrecierra los ojos y apenas sonríe. Cerca, muy cerca de donde está
parado, el humedal se quema y con él, las chances de un futuro habitable y digno.
Frente a la emergencia ecológica y sanitaria y ante la falta de respuestas institucionales, más de 10.000 personas participaron del acampe y corte del puente pidiendo por el fin de las quemas y exigiendo una Ley de Humedales que proteja sus territorios y ecosistemas.
“Lo que está en juego es nuestro futuro y el de las próximas generaciones. Esta no es sólo una lucha de ambientalistas: es una lucha de todos los ciudadanos que necesitamos aire y agua para vivir”, sostiene Peruggino y hace énfasis en el carácter de desobediencia civil pacífica de todas las acciones y movilizaciones que impulsan desde la MH.
A pesar de los avances y retrocesos, todavía hay esperanza. El diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires Leonardo Grosso anunció el desarrollo de un plenario de comisiones el jueves 20 de septiembre donde se empezará a tratar el proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos para la Protección Ambiental de los Humedales. Cabe destacar que en el plenario donde participarán las comisiones de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, Agricultura y Ganadería y Presupuesto y Hacienda se tratarán todos los proyectos de Ley de Humedales vigentes hasta el momento. Sin embargo, se espera que se avance con el consensuado con la sociedad civil, la comunidad académica y científica y las organizaciones socioambientales.
“Soy optimista. Creo que logramos vencer a las históricas resistencias que no permitían que en la Cámara de Diputados se discuta la Ley de Humedales y este llamado a plenario de comisión conjunta es una gran oportunidad para lograr el dictamen que necesitamos”, dice a El Grito del Sur el legislador y uno de los grandes impulsores de la normativa.
Si bien desde la MH celebran este avance, están muy atentos a lo que
Veamos qué son los humedales. Estos ecosistemas son complejos. No son terrestres ni marítimos, sino que el ciclo de subas y bajas del agua le da características particulares a estos sistemas sobre el ciclado de nutrientes, su vegetación y fauna. A su vez, son ecosistemas frágiles, ya que diferentes actividades que interrumpen esta dinámica ecosistémica pueden moldear sus características muy fácilmente. Los humedales son ecosistemas clave para el desarrollo de la vida silvestre y de los habitantes de la zona. Además, son fuentes de bienes y servicios ecosistémicos muy importantes para las personas. Estos van desde la
captura de carbono y la mitigación de inundaciones, hasta la provisión de madera y alimentos. La importancia de estos ecosistemas aumenta exponencialmente en Argentina, ya que representan casi un cuarto de la superficie de nuestro país. Cuando hablamos de problemáticas en los humedales, estamos hablando de la minería en las turberas de Tierra del Fuego y en los salares de altura de Jujuy; estamos hablando del avance de la agroindustria forestal a gran escala en todo el NEA; estamos hablando de los emprendimientos inmobiliarios que avanzan en Buenos Aires y en los mallines patagónicos. Si bien el Delta del Paraná hoy
ocupa la agenda mediática, es solo la punta del iceberg.
Ahora bien, ¿qué está pasando en el Delta? El Delta del Paraná ocupa unos 19.300 kilómetros cuadrados entre las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. El mismo es muy heterogéneo y tiene todo tipo de producciones. Pero una de ellas ha cobrado mucha importancia en los últimos meses a raíz de los incendios que se están generando para permitir el avance de la actividad: la ganadería.
Desde la ciudad de Rosario, se ven grandes columnas de humo que llegan desde la zona de islas de Entre Ríos. Miles de focos de incendios
pueda suceder en el recinto. “Hay otros proyectos que se van a debatir también como, por ejemplo, el que va a presentar Cabandié junto al Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA). Es un proyecto regresivo y hace muchas modificaciones al proyecto consensuado que pueden parecer sutiles, pero que en la implementación de la ley son muy complejas”, expresa Peruggino y agrega: “Sería muy peligroso que se sancione ese proyecto porque le daría vía libre a los ecocidas para que sigan destruyendo y le crearía falsas esperanzas a una sociedad que está desesperada”.
Para el activista, uno de los principales obstáculos que impiden la sanción de la normativa es la presión de los lobbies. “Es una ley en la cual confluyen los lobbies agropecuarios, mineros, inmobiliarios y estos son sectores muy poderosos que desde hace más de una década vienen haciendo fuerza para que la ley no salga”, dice.
Grosso añade: “Los sectores más concentrados del poder económico muy vinculado a la Sociedad Rural han apostado a la estrategia permanente de dilación del debate en el Congreso para mantener el status quo donde a ellos les permite la falta de regulación, maximizar sus ganancias a costa de la destrucción de estos ecosistemas y la afectación de la vida de todos nosotros”.
El fuego avanza, pero el grito es cada vez más fuerte y federal. Se sale a la calle porque se sabe que la salud del humedal es la salud de los habitantes que lo rodean. Se sale a la calle para recordarle a la dirigencia política que respirar no debe ser un privilegio, sino un derecho. Se sale a la calle porque hoy no se puede hacer otra cosa.
aparecen en las islas y se ha comprobado que los mismos son intencionales. La práctica de provocar fuegos a fin de habilitar tierras para la agricultura está prohibida en varias zonas del Delta del Paraná, mientras que en otras está permitido con un aviso previo y posterior regulación por parte de la autoridad provincial. En la práctica, muchas veces los productores ‘piden permiso’ o ‘avisan’ a las autoridades para encender fuego y gestionar un control. Pero en este caso claramente no se procedió así y el fuego se descontroló.
30 años del disco más vendido
El músico rosarino celebra los 30 años del lanzamiento del disco más vendido en la historia del rock nacional. Un recorrido por la trayectoria de un artista que hizo del amor un himno permanente.
Texto: Gabriela SaidónPasaron treinta años desde que Fito Páez grabó su disco “El amor después del amor”. Casi el doble, desde que nació, el 13 de marzo de 1963, “con Kennedy a la cabeza”. Le pusieron Rodolfo, como el padre. Rodofo, Rodolfito, Fito, de ahí viene todo. De ahí y de una infancia sin mamá (Margarita Avalos murió a los 31, cuando el bebé tenía ocho meses), una orfandad compensada por una abuela y una tía abuela que lo criaron y un padre presente que lo llevaba al cine, le compraba libros, le hacía escuchar música.
Esa muerte lo marcó (cómo podría ser de otra manera), como cuenta Fito y se lee en el libro Páez, de Enrique Symms: “Visto de ahora, de grande, creo que ese dolor ha acelerado toda mi inquietud respecto del cariño y la seducción de los demás hacia mí. Ahí sí veo un dolor: el no tener madre desde los ocho meses, a pesar de que tuve a mi abuela y a mi tía abuela, a mis tíos, marca una diferencia”.
Por eso, cuando su abuela, su tía abuela y la trabajadora que las cuidaba son asesinadas por un exoficial de policía y asesino serial, el dolor se reedita.
Margarita era concertista de piano y Fito fue a estudiar con el mismo profesor, que lo echó del conservatorio cuando se dio cuenta de que el chico no leía, tocaba de oído: lo echó por genio, por un oído privilegiado, por talentoso y por rebelde.
De ahí al compositor de hitazos, canciones de esas que sabemos todos, pasaron cosas en la vida de Fito Páez. Sobre sus inicios en la música pueden leerse en este Bookazine Fito Páez: Un viaje por su adolescencia, el boom de la Trova y el encuentro con Charly García.
Cosas, canciones, alianzas con músicos: recién dejaba de ser un nene cuando se incorporó a la trova rosarina, con Juan Carlos Baglietto y Silvina Garré, entre otros grandes músicos; cruzaría el límite provincial tocando con Spinetta o Charly; y el océano, donde surgiría alguna que otra pelea (con Joaquín Sabina las cosas no terminaron bien), y formaría parejas varias. Se sabe: Fabiana Cantilo, Cecilia Roth (mamá de su hijo Martín, su amor después del amor), Romina Ricci (mamá de Margarita), Julia Mengolini y Eugenia Kolodziej (su pareja actual).
No cualquiera graba el disco más vendido de la música argentina. El amor después del amor es su séptimo álbum (antes estuvieron, por ejemplo, Giros, Del 63, La la la, junto con Spinetta: toda su discografía y vida profesional puede verse en la página web página web del músico). Salió el 1º de
junio de 1992 y superó las 70.000 mil copias, llegó a ser disco de diamante y catapultó su carrera: con la presentación del disco llenó el estadio de Vélez tres veces.
Ese disco convertiría a Fito Páez en un artista intergeneracional, como a quienes convocó para grabarlo: Mercedes Sosa, Andrés Calamaro, Charly García, Gustavo Cerati, Luis Alberto Spinetta, Fabiana Cantilo, Celeste Carballo, Claudia Puyó y Ariel Rot. Contiene 14 temas que suenan en la memoria colectiva, como “Brillante sobre el mic”, “A rodar mi vida” y “La rueda mágica” (que dio nombre a otra gira célebre en 1993: La Rueda Mágica Tour), “Un vestido y un amor”, “Pétalo de sal”, “Tumbas de la Gloria”, “Detrás del muro de los lamentos” y “Dos días en la vida” (ese hit feminista basado en la película Thelma & Louise, con Fabiana Cantilo y Celeste Carballo en las voces). Y, naturalmente, la canción que da nombre al álbum.
Por todo eso, la serie de recitales “El amor después del amor 30 años Tour”, que comienzan el 20 de septiembre en el Movistar Arena de Buenos Aires (donde tuvieron que agregar nuevas funciones a las seis previstas en un comienzo), conmemora los 30 años de ese disco imbatible. La gira intergaláctica seguirá por Rosario y Córdoba y saltará océanos y mares para recalar
en Estados Unidos, Chile, Uruguay, Venezuela y España.
El primero de los recitales fue una verdadera fiesta. Con un Movistar Arena lleno, todo el mundo cantando y bailando, grandes pantallas, fondo negro y Fito declarándole amor eterno a Cecilia Roth, en primera fila.
La cobertura del primero de los recitales puede leerse en esta nota de Télam: Fito Páez: en la esencia de las almas, que incluye un pedacito de “Dos días en la vida”, cantada con la invitada de lujo, Fabi Cantilo. Acá, el corte en Twitter
En una entrevista para la revista Rolling Stone, Fito contó que el encierro obligado por la pandemia de Covid disparó su creatividad, que se materializó en una trilogía diversa: Los años salvajes, diez canciones estilo Fito puro; Futurología Arlt, un álbum doble de temas instrumentales grabados con orquesta, inspirados en la obra de Roberto Arlt, con alma tanguera y reminiscencias sinfónicas setentistas (el grupo MIA, liderado por Lito Vitale, fue inspirador en su carrera); y The Golden Light, compuesto sobre la base de piano y voz, sus dos instrumentos. También en pandemia, Fito anunció
que estaba reversionando El amor después del amor con músicos invitados, que había escrito una autobiografía que abarca sus primeros treinta años. Y empezó a gestarse el proyecto de su vida hecha serie en Netflix. Protagonizada por Iván Hochman, Micaela Riera, Andy Chango y Julián Kartun, la ficción recorrerá… ¡treinta años de su vida! (será cuestión de jugarle al 30), desde sus comienzos hasta su consagración como rockstar. Aquí, el trailer de inicio de producción. En la entrevista para la Rolling Stone, Fito Páez, también guionista, escritor y, claramente, poeta, se declaró analógico, pre y post pandémico: “Lo mío es clásico, es el polvo, el beso, la mirada, el abrazo y la música sonando en directo”.