Grito del Sur Nº 55: Lo esencial es invisible a Larreta

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Periódico barrial Distribución gratuita 3.000 ejemplares mensuales Mayo 2019 ISSN 2451-7178

Comuna 1 /3 /4 Constitución, Monserrat, San Cristobal, San Telmo, Parque Patricios y Barracas

Año - 07

Número 55

04. “De la calle se sale con otras, en red, en manada”

08. Las dos caras de San Telmo: los turistas y los caídos del sistema

Lo esencial es invisible a Larreta A fines de abril se llevó a cabo el 2º Censo Popular de Personas en Situación de Calle: cada vez más mujeres y familias, cada vez más gente sin techo y la desidia estatal como una constante. Pág 6.


02 · Sumario / Editorial

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La Justicia porteña, obligada a cumplir con el cupo trans

04 ·

“De la calle se sale contras, en red, en manada”

08 ·

Las dos caras de San Telmo

09 ·

Los ex-manteros de Once, en su peor momento

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06 ·

De ranchadas, cartones, paradores y exclusión

Victoria Donda, para “Ampliar” Eso que llaman amor es trabajo no pago

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Editorial

Para que Larreta deje de mirar hacia otro lado Nota · El Grito Del Sur

El primer Censo Popular de Personas en Situación de Calle, realizado en mayo de 2017, fue impulsado por 40 organizaciones de la Ciudad de Buenos Aires con el objetivo de estimar el número de personas sin techo, frente a la falta de cifras oficiales creíbles en un contexto de aumento ininterrumpido de la pobreza y la indigencia desde

el año 2016. En ese entonces, dos años atrás, 4394 personas fueron encontradas en condición de calle, pero este número no incluía a 1478 afectados que se encontraban en paradores y en los centros de integración públicos y conveniados. La segunda edición del Censo Popular llegó en abril de este año con la misma impronta y el despliegue incansable de cientos de voluntarios y militantes que recorrieron las diferentes calles y esquinas de la Ciudad divididos en cuadrillas. Si bien aún se desconocen las cifras finales de este nuevo relevamiento, se estima

que serán superiores a las de 2017 por el agravamiento de los efectos de la crisis. Mientras tanto, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta se niega a hacer públicos los números reales de la población sin techo y hoy siguen brillando por su ausencia las políticas públicas para resolver las problemáticas urgentes de esta población vulnerable. Las brutales devaluaciones de mayo y agosto de 2018, sumado a la inflación galopante, permiten deducir el dato que ya anticipan las propias organizaciones casi con seguridad: “cada vez hay más gente viviendo en la calle”.

El Grito del Sur- Fundado el 23 de sepiembre de 2012 en el Natalicio de Mariano Moreno - Registro ISSN 2451-7178 - Director Propietario: Yair Cybel - Tirada 3.000 ejemplares - Registro de la Propiedad Intelectual 5295866 - Mayo 2019 - Número 55 - Domicilio legal: Camarones 1549 CABA - contacto: elgritodelsur@gmail.com Impreso en Avisar Impresiones Gráficas - Arnoldo 1380 Quilmes Oeste Registro de Medios Vecinales CABA - Se autoriza la reproducción del material publicado, citando la fuente.


Feminismo · 03

Caso Cristina Montserrat Hendrickse

La Justicia porteña, obligada a cumplir con el cupo trans En un histórico fallo, el Tribunal en lo Contencioso Administrativo y Tributario N°21 obligó al Consejo de la Magistratura a contratar a Cristina Montserrat Hendrickse, y hace extensivo el fallo a todos los poderes del Estado de la Ciudad para que cumplan con la ley de Cupo Laboral Trans. Nota · El Grito Del Sur Foto · Catalina Distefano El Consejo de la Magistratura porteño tiene tiempo hasta fin de mes para garantizar el cupo laboral trans del 5 por ciento en el Poder Judicial de la Ciudad. Así lo ordena un fallo de primera instancia del Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario N°21, a cargo de la doctora María Soledad Larrea, quien dio lugar a una medida cautelar solicitada por la funcionaria Cristina Montserrat Hendrick-

se, abogada y una de las referentes del colectivo transgénero. En su fallo, el Tribunal también exhortó a dar cumplimiento con este mandato legal al Ejecutivo que conduce Horacio Rodríguez Larreta, a la Legislatura porteña, al Tribunal Superior de Justicia y al Ministerio Público de la Ciudad. Si bien la medida cautelar se centra principalmente en el caso de Cristina, la causa tomó carácter de “demanda colectiva” y la discusión de fondo gira en torno al inciso C de la Ley 4.376 de la Ciudad, que establece que “las personas LGTBI accedan a oportunida-

des de trabajo digno y de generación de ingresos, integrando acciones que fomenten la formación para el empleo, promoviendo la articulación de actores para el apoyo al emprendimiento y la erradicación de las prácticas discriminatorias en el ámbito local”. Un informe reciente de la Agencia Presentes remarca que sólo 4 distritos (entre ellos, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) sancionaron normas específicas para garantizar el cupo laboral trans, aunque no la cumplen en los hechos. Desde julio del año pasado, la Ley Diana Sacayán, que garantizaría ese derecho a nivel nacional, duerme en los despachos del Congreso.

El colectivo travesti-trans exige el cumplimiento del cupo laboral trans para ser incluído en todos los ámbitos.


04 · Situación de calle

¿Cómo es estar en la calle siendo mujer o disidencia?

“De la calle se sale con otras, en red, en manada” No Tan Distintas, organización que trabaja con mujeres cis y trans en situación de calle, fue parte de la organización del Censo Popular de Personas en Situación de Calle y habló con El Grito del Sur sobre cómo es estar en la calle desde una perspectiva feminista.

Nota · Dalia Cybel Foto · Catalina Distefano

L

La tarde del sábado está a punto de estallar en llanto. Las nubes grises se agrupan y se dispersan elaborando una danza rítmica sobre el cielo. Los platones hondos de metal se llenan de guiso, una mezcla húmeda de arroz, papa, salsa, arvejas, carne y especias; el sabor es profundo y el calor envuelve los huesos chirriantes de humedad. Las pibas los tapan para llevarlos, lavan las manzanas, preparan las botellas de jugo perfectamente diluido

No Tan Distintas, organización feminista, también fue parte y sumó su mirada al Censo Popular.

-sin que queden rastros molestos de polvo azucarado-, llenan las cajas de cartón con alfajores ‘fulbito’ de coloridos envoltorios. Entre todas reparten planillas y lapiceras y se distribuyen según los barrios: Paternal, Floresta o Liniers en cuadrillas de a cuatro o cinco. Por último, se ponen las pecheras violetas. Son del mismo material que los barbijos odontológicos, una textura entre papel y plástico y se atan a los costados. En el frente las letras blancas rompen la monocromía que las identifican, las aúnan, las en(red)an: Censo Popular de Personas en Situación de


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“Las mujeres no llegan a la situación de calle porque los hogares las retienen y si llegan, el Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes les quita a sus hijos. En términos más generales, cuando recrudece la crisis económica, la población en calle recibe más violencia porque se convierte en el disyuntor de todas las frustraciones sociales.”

Calle. El Censo Popular de Personas en Situación de Calle es la respuesta de las organizaciones sociales ante la ineficacia del método estatal para relevar la cantidad de gente que no tiene hogar en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El primero -realizado en 2017- dio un número cuatro veces mayor al del conteo oficial. No Tan Distintas es una de las organizaciones que participó del Censo Popular de Personas en Situación de Calle. NTD surge de ‘Perdidos en Retiro’, un grupo de estudiantes de la UBA que se encargaba de ir a las ranchadas. De esos encuentros semanales, que comenzaron en el 2008, surge la idea de trabajar sólo con mujeres cis y trans entendiendo que la situación de calle no repercute en sus cuerpos de la misma manera que en los de los varones. “En ese momento empezamos a visualizarnos como una organización feminista, que significa trabajar por la autonomía de esas mujeres en todas las dimensiones. Pasamos de la tradición más asistencialista a componer con las compañeras”, explica Florencia Montes Paz, una de las voceras de la organización. En 2015 NTD comenzó a co-gestionar junto con Proyecto 7 el Centro de Integración Frida del cual formó parte hasta fines del 2018. Con un cupo de 70 camas el Frida no sólo ofrece vivienda, baño y comida sino una contención, formación y afecto para mujeres cis y trans en situación de calle. Yanina Arellano y Florencia Montes Paz, integrantes de No Tan Distintas, hablaron con este medio sobre el censo popular y cómo pensar la situación de calle desde una perspectiva feminista. ¿Cómo surge la idea del censo popular? La obligación de censar está en el artículo 4 de la Ley de personas en situación de calle sancionada en 2010. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires lo hace pero con una metodología que no es idónea; no es un censo, es un

conteo que utiliza un formato de domicilio fijo para personas en situación de calle. Lo que le venimos proponiendo es crear un soporte flexible que pueda dar cuenta de la itinerancia de las personas. Ante las negativas del gobierno de trabajar en conjunto, en 2017 las organizaciones decidimos hacer nuestro propio relevamiento con organismos de DDHH. El censo lo hacen militantes, voluntarios independientes y personas que estuvieron o están en situación de calle porque tienen un vínculo con los compañeros. Saben dónde se reúnen, dónde se esconden, si la persona está sufriendo violencia y no lo puede decir. ¿Cuál es la diferencia entre las violencias que sufren los varones y las mujeres que quedan en situación de calle? La primera diferencia son los motivos porque quedan en la calle, en general en el caso de las mujeres es por violencia intrafamiliar o abusos. En caso de las compañeras trans es en el momento que eligieron transicionar. En la calle las violencias son similares a las que todas las mujeres y disidencias sufrimos en toda los estratos sociales, pero agravadas porque es un espacio público, lo que implica que ingresen más actores en el ejercicio de la violencia. No es solo que tu pareja te cague a palos, sino que si viene un policía te boludea porque sos mujer. Además, si está en situación de consumo y está muy dependiente de una sustancia te exponés a manipulaciones sexuales para conseguir más. Eso sucede con los cuerpos feminizados. ¿Cómo definirían ustedes la situación de calle? Nosotras decimos que la situación de calle no es sólo ausencia de techo, es mucho más complejo. Lo más difícil es destituir esos discursos meritocráticos que te hacen pensar que vos sos responsable de la situación en la que estás. La situación de calle es la frustración del sueño americano, del ideal capitalista de que si vos te esforzás te van a pasar cosas buenas: la calle te demuestra que no, que aunque te es-

fuerces hay gente que queda al margen y eso tiene una función social que es disciplinar al resto de la sociedad sobre lo que no hay que hacer. ¿Cómo se hace para alentar a las pibas a que se inserten en el sistema si sabemos que justamente éste funciona gracias a la exclusión? Nosotras trabajamos con la vida que queremos, no con la que podemos tener. Trabajamos desde la perspectiva del deseo, queremos que las compañeras se integren a la sociedad desde una postura crítica. La idea es pensar estrategias para que ellas tengan vidas mucho más deseantes sin estar expuestas a tanta vulnerabilidad. Hay que tomar estas herramientas que te da la calle -la rapidez, el arrebato, el pungueo- y ponerlas a jugar a su favor. ¿Creen que la red de contención es lo que saca a las personas de la calle? Sin duda. Nosotras decimos que la calle te deja sola aunque estés rodeada de personas y de la calle se sale con otras, en red, en manada. Las pibas salen cuando politizan su situación, cuando logran entender que es producida, que hay un sector al cual encarnan y rostrifican. Entender que no les pasa sólo a ellas lo hace mucho más aliviador. No es casual que para pensar estrategias de integración social nos sirvan los términos que utiliza el feminismo: la interseccionalidad, la transversalidad, la red de contención, las alianzas entre nosotras. ¿Qué vínculo tienen con las compañeras y cómo manejan la frustración de que algunas -incluso habiendo podido salirvuelvan a la situación de calle? Lo bueno es que cuando trabajas con gente en situación de calle la frustración es parte de lo que hacés, es constitutivo y nuestra gran espalda es haber aprendido a lidiar con ella. Hay una frustración individual que es una mierda, que es cuando una compañera

quiere avanzar y no puede o cuando está a punto de hacerlo y se boicotea. Pero hay una frustración colectiva que es la que nos potencia y la buscamos: frustrar los estereotipos, frustrar a las instituciones, a los dispositivos estatales, etc. Todo lo que pasa en situación de calle individualmente es una mierda, pero si te alias con otres todo eso puede ser reparador. Nosotras generamos vínculos afectivos con nuestras compañeras de los cuales no es tan fácil despegarse, hay personas que acompañamos hace 10 años y ya nos acompañan ellas a nosotras. Creemos que es así, que todo militante que quiera tramar con los sectores populares tiene que correr sus privilegios de clase y resignar sus espacios de ocio hegemónicos. ¿Cuál fue la diferencia de las mujeres cis y trans en situación de calle que vieron entre el primer y el segundo censo? En el 2017 el resultado del censo dio que el 20% de las personas en situación de calle eran mujeres cis y el 1% personas trans. No sabemos cuánto va a dar este año, pero en general son más varones que mujeres. Esto sigue mostrando la configuración machista heteronormativa de la familia, es decir que en las crisis económicas los primeros en ser expulsados son los varones porque son los portadores del sustento económico y porque hay un supuesto de que tienen más tolerancia a la calle. Mientras tanto, las mujeres para no quedarse en la calle se mantienen en lugares totalmente hostiles tratando de sostener lo que queda de esa familia, a veces duplicando las tareas laborales y domésticas. Las mujeres no llegan a la situación de calle porque los hogares las retienen y si llegan, el Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes les quita a sus hijos. En términos más generales, vemos que -cuando recrudece la crisis económica- la población en situación de calle recibe más violencia porque se convierte en el disyuntor de todas las frustraciones sociales.


06 · Situación de calle

La calle no es lugar para vivir

De ranchadas, cartones, paradores y exclusión Nota · El Grito Del Sur Foto · Catalina Distefano

N

No hay nada en la ranchada donde duerme C., sobre las escalinatas laterales del hospital Udaondo, más que colchones, almohadones y varias mantas. Mientras fuma, responde a la voluntaria del Segundo Censo Popular de Personas en Situación de Calle que, muy despacio, le formula las preguntas de la encuesta, entre ellas cómo llegó a no tener nada, y por qué:. –Me desalojaron hace cinco meses, y ya no tengo más plata para volver a alquilar –dice C. La censista recuerda enseguida que C. figura en la lista de espera para ingresar al Centro de Integración Frida, que brinda contención a mujeres cis y trans en situación de calle. Poco antes que a C. le saliera la vacante, una jueza de menores decidió sacarle la custodia de sus dos hijos y los internó en un instituto que le queda a dos colectivos de distancia. Le permite visitarlos apenas dos veces por semana. –Pasa que yo no tengo trabajo, mi marido tampoco. Con los tres mil pesos que nos dio el Gobierno después del desalojo, tiramos unos meses en una pieza de Constitución, donde también vivía mi suegra. No queremos armar un rancho muy grande acá porque no queremos acostumbrarnos–, cuenta. En la lista para ingresar al Frida hay

El Censo Popular de Personas en Situación de Calle busca sistematizar de manera autónoma los datos y cifras sobre las personas que viven en las calles y ranchadas de la Ciudad de Buenos Aires. Cada vez más mujeres y familias, cada vez más gente sin techo y la desidia estatal como una constante.

más de un centenar de mujeres como C., y son cada vez más. Las organizaciones que llevaron adelante el Censo Popular remarcan que el aumento de mujeres y familias con chicos en las calles es notorio, mucho mayor que hace dos años, cuando realizaron el primer relevamiento. En 2017, el primer Censo Popular arrojó una relación de 80 por ciento hombres y 20 por ciento de mujeres; este año, la brecha se redujo a 65 por ciento de hombres y 35 de mujeres, según estimaban en la previa. Uno de los objetivos de la iniciativa, de hecho, es determinar cuánta gente quedó en la calle en el último año y medio e indagar en las causas concretas. Esperan encontrar allí algunas respuestas a

Las organizaciones que llevaron adelante el Censo Popular remarcan que el aumento de mujeres y familias con chicos en las calles es mucho mayor que hace dos años.

cómo está pegando la crisis entre los más pobres. “Salta a la vista que la crisis empezó a dejar en la calle a muchas familias, a las que se les cayó la changa o el rebusque. Y hay muchas otras que están al límite, en riesgo, que quizás conservan un techo pero no tienen para comer. Basta con caminar a determinada hora por las zonas donde se ubican las grandes pizzerías y restaurantes para ver la fila enorme que se arma”, advirtió en diálogo con El Grito del Sur Horacio Ávila, referente de Proyecto 7 y uno de los principales organizadores del Censo Popular. “Hay además muchas mujeres que trabajaban en tareas del hogar ayudando a otras que perdieron su trabajo y entonces se quedaron sin el rebusque y sin la moneda. También llegan a la Ciudad muchas mujeres del interior, escapando de situaciones de violencia machista”, describió. La misma situación se da en el Centro Monteagudo, para varones, y en los paradores nocturnos administrados por el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño: todos están rebalsados. “Más allá de los pedidos de vacante, hay cada vez más gente que viene a nuestros espacios a comer, a bañarse, a pedir ropa, mucha gente que viene buscando resolver las cuestiones más básicas, como tomar

una sopa caliente”, sostuvo Ávila. Para el referente, el quiebre se dio “hace por lo menos un año y medio”, cuando “se empezaron a ver los primeros efectos del ajuste del primer tramo del gobierno de Macri”. Los indicadores oficiales son elocuentes. La Dirección de Estadísticas y Censos porteña reveló que en los

“Con los tres mil pesos que nos dio el Gobierno después del desalojo, tiramos unos meses en una pieza de Constitución, donde también vivía mi suegra. No queremos armar un rancho muy grande acá porque no queremos acostumbrarnos” C. Mujer censada

últimos tres años se duplicó la cantidad de indigentes en la Ciudad.


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Ranchadas y cartones como estos vemos, todos menos el Gobierno, en la toda la Ciudad.

En el tercer trimestre de 2015, según ese informe, se registraron 100 mil indigentes, mientras que en el mismo período de 2018, se contaron 198 mil. El último informe sobre pobreza del INDEC, en su capítulo sobre la Ciudad, también constató un aumento de casi 3 por ciento en apenas seis meses, en los índices de indigencia. Basados en esas cifras y en lo que constatan diariamente en sus dispositivos y centros de integración, las organizaciones y ONGs que impulsaron el Censo Popular cuestionan con dureza el último dato oficial sobre personas en situación de calle. Para el Ejecutivo que conduce Horacio Rodríguez Larreta hay 1091 personas sin techo –sostiene el mismo número desde abril pasado–, apenas unas 25 más que las que dice haber registrado en 2017. Sobre todo teniendo en cuenta que ese año, el primer Censo Popular registró casi 5 mil. “Nosotros sabemos que el número que dio nuestro censo en 2017 fue un golpe duro para el Gobierno, porque desnudamos cómo mentía, cómo intentaba esconder una realidad. Por eso el debate en torno a cuanta gente hay en la calle no es una discusión menor, por más que intenten desviar la discusión, porque de ese número dependen las respuestas que le da el Estado a nuestros compañeros. Y este año, con

La Dirección de Estadísticas y Censos porteña reveló que en los últimos tres años se duplicó la cantidad de indigentes en la Ciudad de Buenos Aires. En el tercer trimestre de 2015, según ese informe, se registraron 100 mil indigentes, mientras que en el mismo período de 2018, se contaron 198 mil. los resultados en la mano, vamos a exigir políticas públicas concretas”, señaló Ávila. Los resultados del censo –que se realizó entre el jueves 25 y el domingo 28 de abril- estarían en principio para fines de junio o principios de julio.

UNA DISPUTA POR EL CONTROL DE LA CALLE “Las semanas previas al censo, el Gobierno literalmente barrió con toda la gente en calle del barrio de Boedo”, afirmó a este medio Bárbara, voluntaria de la ONG Sopa de Letras. Testimonios similares fueron relevados por los censistas populares en varios barrios de la Ciudad. No sólo de la clásica violencia con que el Gobierno desaloja gente de la calle desde hace años, sino también a través de plata en negro que funcionarios sin identificación ofrecen a los sin techo para que se guarden por unos días, un método revelado anteriormente por El Grito del Sur. La “limpieza” de las calles también tuvo que ver con el propio censo oficial que realizó el gobierno porteño, a fines de abril. “Antes del censo, vimos cómo mojaban varias ranchadas, para que después no los podamos encontrar a la hora de censar. Todo el dispositivo del censo está armado para que dé un

número bajo”, relató a este medio una trabajadora del BAP. En diciembre del año pasado, la Subsecretaría de Fortalecimiento Familiar y Comunitario porteño, que conduce Maximiliano Corach, realizó otro censo fuera de término, pero se niega a dar a conocer los resultados. Dimensionar la magnitud de la problemática le implicaría al gobierno porteño no sólo un revés político en pleno año electoral, sino destinar el presupuesto necesario para implementar las políticas públicas acordes. De todas formas, el Programa Buenos Aires Presente (BAP) pasó de atender a un promedio de 215 personas por día en 2017 a 341 en 2018, más de un 50 por ciento de aumento, según informes internos a los que accedió este medio.


08 · Situación de calle

Censo Popular de Personas en Situación de Calle

Las dos caras de San Telmo: los turistas y los caídos del sistema Una de las recorridas por las calles de San Telmo en el 2° Censo Popular de Personas en Situación de Calle mostró que, detrás de las impactantes historias de vida de les censades, hay un común denominador: la desigualdad social en la ciudad más rica del país. Nota · El Grito del Sur Foto · Ariel Olivares Mezclados entre los turistas y los que salen a pasear, una tropa de voluntarios y voluntarias, de pechera violeta, cuestionario en mano, recorre las calles de San Telmo. Es sábado, llueve y las personas en situación de calle se refugian del agua que cae. El equipo del Censo Popular trabaja como puede. “El Censo es un poco una conversación y hace que la gente esté contando, a veces terminás hablando de otras cosas. Ahí surgen las angustias de cada caso, pero las personas se sorprenden porque te acercás a conversar”, cuenta Jorgelina Di Iorio, censista e integrante de la Asamblea Popular Plaza Dorrego de San Telmo. El objetivo del segundo Censo Popular de Personas en Situación de Calle es relevar las condiciones de vida y la situación actual de les sin techo en la

Ciudad de Buenos Aires. Uno de los puntos elegidos es San Telmo, que no es una zona más al momento de visualizar esta problemática: los resultados de la primera edición de la iniciativa mencionada dieron cuenta que en el año 2017 se erigió como uno de los barrios porteños con más población en situación de calle. Pecheras violetas y una carpeta con un cuestionario preestablecido permiten identificar con claridad a los y las censistas que recorren sin descanso la zona en la búsqueda de personas que padecen esta situación. El contraste en San Telmo es abrumador, dado que se trata de uno de los polos turísticos más importantes de la Ciudad, con la presencia de bares y restaurantes que evidencian una oferta dictaminada para todos los gustos. En su larga caminata por la calle Defensa, turistas de una vasta cantidad de países parecen no advertir en el paisaje la presencia de estos invisibles de la calle, de aquelles

a les que casi ningún vecino, vecina, transeúnte o autoridad gubernamental se frena a escuchar para saber qué le está pasando. En ese marco, el Censo Popular adquiere otro sentido inesperado y superador, que rige por fuera de la revelación de cifras que volverán a disentir con las ‘oficiales’ relevadas por el Gobierno de la Ciudad. Éste consiste en la posibilidad de brindar un tipo de escucha a la cual no están acostumbrados las y los censados. Las ganas de contar su historia de vida es más fuerte que todo: mientras una madre de 4 hijos relataba a una de las voluntarias cómo había terminado en la calle apenas una semana atrás debido a repetidas situaciones de violencia de género por parte de su marido, su hija de 9 años se largó a llorar. Luego de consolarla y acercarla a cuidar a sus hermanitos, la madre prosiguió el relato frente a la censista que tenía a su lado por primera vez. En la recorrida aparecen respuestas a cada una de las preguntas del Censo, que apuntan a develar las características socio-demográficas de la persona -desde la edad hasta datos referidos

El Censo Popular tuvo lugar del 25 al 28 de abril en CABA.

a la educación- y a las trayectorias en calle para conocer el tiempo que lleva el encuestado/a en dicha situación, así como los motivos: éstos incluyen una variedad de factores tales como la situación económica, casos de violencia intrafamiliar, adicciones, problemas edilicios y expulsiones de los sitios en que se alojaban previamente. En relación a esta última variante, otra mujer censada cuenta que fue “expulsada por problemas familiares” junto a su familia de una vivienda en Berazategui y que están residiendo temporalmente en casa de una familiar en el barrio de Constitución. Cuando termina de caer el tímido sol de la tarde y culmina otra jornada del Censo Popular, les invisibles de la calle vuelven a sus sitios bajo el temor de que ahora les toque a ellos los operativos violentos y las extorsiones que el gobierno porteño acrecentó esta semana en las vísperas de la convocatoria. Mientras tanto, la ola de turistas que recorre todos los días los encantos gastronómicos de San Telmo se prepara para entrar en algún bar y conversar sobre algún tema que poco tendrá que ver con el padecimiento y el frío que sufrirán esa noche los sin techo.


Economía Popular · 09

Una recorrida por la Feria de la Estación

Los ex manteros de Once, en su momento más difícil

A dos años de haber sido desalojados de la vía pública, las y los ex manteres de Once reclaman mayor publicidad del Gobierno de la Ciudad para poder incrementar sus magras ventas en los galpones que les fueron asignados.

Nota · El Grito del Sur Foto · Abril Pérez Torres A comienzos del año 2017, alrededor de 400 manteros que habían sido desalojados de las veredas de Once fueron trasladados a un predio de 3 mil metros cuadrados ubicado en Perón y Boulogne Sur Mer, que fue convertido en paseo comercial a partir de una inversión del gobierno porteño. El resto fue a parar a un galpón ubicado en La Rioja 70. Sin embargo, el optimismo inicial de trabajar en condiciones regularizadas y bajo un techo se transformó rápidamente en desazón continua: en un contexto de crisis económica creciente con una fuerte caída de las ventas en todos los rubros, tanto la Feria de la Estación como la Feria de Once jamás lograron atraer a los transeúntes que circulan todos los días por los alrededores de la Estación Once. En ese marco, muchos de esos feriantes dejaron sus puestos vacíos -a pesar de no tener que pagar alquiler- y decidieron buscar otro rumbo frente a las dificultades para vender sus productos. “Somos los únicos vendedores ambulantes que mediante la lucha logramos tener dos lugares fijos: en La Rioja 70 (la Feria de Once) y en Perón 2869. El problema es que son dos lugares alejados de la venta y no contamos con difusión, dado que el gobierno porteño dice que no tiene plata ni siquiera para mandarnos un volantero o una volantera. Todo lo hacemos a pulmón, pero no tenemos un medio masivo de difusión y eso hace que el lugar sea invisible”, cuenta a El Grito del Sur Rodrigo “El

De izquierda a derecha: Marianela, José y Pablo.

Chipi” Valdez, vocero de los ex manteros que lograron ubicarse en los galpones provistos por el GCBA. Una recorrida por la Feria de la Estación cerca del mediodía de un miércoles permite constatar la sensación amarga que tienen los actuales feriantes: en un lugar físico donde la oferta de puestos de venta es abundante, la escasa cantidad de clientes genera que les vendedores se tengan que conformar con la venta de una o dos prendas al día, si es que tienen esa posibilidad. José Martínez nos muestra libreta en mano las pruebas que delatan el estado de situación en que se encuentran les vendedores de esta feria: todas las anotaciones dan cuenta que la mayoría de los días se venden apenas dos o tres productos, aunque también hay días en que se van con las manos vacías. “Venimos todos los días y la verdad es que se vende muy poquito. Entra poca gente y los que entran andan mirando precios fundamentalmente. Necesitamos publicidad para tener más ventas. Por nuestros propios medios pagamos un volantero, pero no es el tipo de publicidad que necesitamos. Por eso se vende 200, 300 0 500 pesos por día y la verdad es que no alcanza”, grafica Pablo, vendedor ecuatoriano que llegó al país hace 25 años en la búsqueda de un futuro mejor. Marianela Rojas saca de su mochila el plato de comida que trae de su casa todos los días y cuenta las dificultades

“Somos los únicos vendedores ambulantes que mediante la lucha logramos tener dos lugares fijos: en La Rioja 70 (La Feria de Once) y en Perón 2869.” Rodrigo “El Chipi” Valdez Vocero de los ex-manteros

que está atravesando a partir de la actual crisis económica: “a mí me afecta un montón, no tengo ni siquiera para pagar el alquiler. Seguimos en la lucha, acá hay muchas madres que tienen hijos, y sabemos lo que ha sido trabajar en la calle con lluvias, tormentas, yendo a la Salada y trayendo nuestra mercadería a la madrugada, exponiéndonos pero tratando de dar siempre un buen servicio a nuestros clientes”. Recientemente el Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires anunció que invertirá $2.038.065 para reparar la Feria de Once (La Rioja 70) y la Feria de la Estación (Perón 2869) durante 12 meses. Según los pliegos técnicos de la licitación pública, los trabajos consistirán en acondicionar baños, sistemas eléctricos, cañerías y mejoras en los techos. Esta noticia aparenta ser positiva para los 398 puesteros de la Feria de Once y los 341 de la Feria de la Estación; sin embargo, Rodrigo “El Chipi” Valdez plantea que estas reformas “son totalmente insuficientes y no son atractivas para la gente de a pie”. “Vos tenés que hacer reformas para que la gente de a pie tenga ganas de venir a estos lugares. A ellos no les interesa, estamos totalmente olvidados”, concluyó.


10 · Política Ciudad

La interna kirchnerista-progresista en la Ciudad

Victoria Donda, para “Ampliar” La diputada nacional de Somos encabezó el lanzamiento del espacio político “Ampliar”, en una señal clara de que enfrentará a Mariano Recalde en la interna como precandidata a jefa de Gobierno porteña. La escoltaron Pino Solanas, Gabriela Cerruti y Víctor Santa María.

Nota · El Grito del Sur Foto · Nicolás Cardello Todes posaron los ojos sobre ella. Vestido rosa, tacos altos y una sonrisa de oreja a oreja, Victoria Donda encabezó ayer en el Paseo La Plaza el acto de lanzamiento del espacio político “Ampliar”, su plataforma para disputar la jefatura de gobierno porteña con la incorporación a la interna kirchnerista-progresista de diferentes organizaciones políticas, sociales y culturales que venían participando en las últimas elecciones desde listas separadas. Carolina Brandariz (Movimiento Evita), Andrea Conde (Nuevo Encuentro), Laura Velasco (Somos), Jonathan Thea (Seamos Libres), Ofelia Fernández (Vamos) y Francisco Cafiero (Peronismo x la Ciudad), entre otros, leyeron breves discursos donde quedó esbozado el programa de gobierno en salud, educación, urbanización y seguridad que pretenden implementar en caso de ganarle al Pro la ciudad de Buenos Aires. Sobre las gradas, en primera fila, se podía observar a Víctor Santa María, presidente del PJ porteño y principal impulsor de la candidatura de Donda; a Leonardo Grosso, diputado nacional del Movimiento Evita; y a Claudio Lozano, economista y dirigente de Unidad Popular. La mesa especial estaba armada para los principales promotores del espacio “Ampliar” y allí hicieron su aparición Matías Barroetaveña -ligado a Santa María y al claustro académico de la UMET que conduce Nicolás Trotta-, Gabriela Cerruti y Fernando “Pino” Solanas. La principal apuesta de este ala del peronismo porteño tiene que ver con ampliar el marco de alianzas hacia sectores del progresismo, de forma tal de romper el techo del 25% que el kirchnerismo obtuvo en las últimas contiendas electorales de la Ciudad. En esa misma sintonía, el senador Pino Solanas destacó: “Venimos a plantear la ampliación. La tenemos que hacer frente a todo sectarismo y falta de inclusión. Pensamos en el hoy y en el mañana, no en el pasado”. “Queremos extender la frontera y ampliar el

círculo para que entren aquellos que estaban afuera”, sostuvo, por su parte, la diputada nacional Gabriela Cerruti. DONDA EN EL ESCENARIO Sin perder en ningún momento la calma, su habitual simpatía y evitando en todo momento levantar en demasía el tono de voz, la diputada nacional de Somos polarizó con el modelo de ciudad macrista y, al mismo tiempo, mostró su condición de abanderada de la marea verde y de la defensa de los derechos humanos. Tampoco ocultó su condición de no kirchnerista y marcó cierta distancia con la figura de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. “Estamos en un espacio en el que lo principal son los acuerdos entre diferentes que podemos resolver en una primaria abierta competitiva o que podemos encontrar a partir de la generosidad que expresemos los dirigentes que enfrentamos las políticas de ajuste del gobierno nacional que ha aumentado la pobreza y la indigencia en la Ciudad, y que ha logrado récords en caída del consumo y cierre de comercios y establecimientos productivos”, afirmó Vicky Donda, en una señal concreta de que la realización de una interna en agosto con el sector kirchnerista duro encabezado por el legislador Mariano Recalde es casi un hecho. Los dos momentos de rareza e incomodidad en un acto con mayoritaria presencia kirchnerista y peronista partieron precisamente de la boca de la aspirante a jefa de Gobierno. Luego de citar a Martin Luther King para plan-

tear la necesidad de que “Es ahora porque es el momento de hacer historia”, Donda balbuceó al referirse a Cristina Fernández de Kirchner como “la ex presidenta, senadora y hoy autora de Sinceramente” y, parafraseándola, dijo que “no es el momento de ser neutrales”. Sobre el final de un discurso de casi 10 minutos, bajo la atenta mirada del peronista Víctor Santa María, la diputada recordó haber nacido en la ESMA durante la última dictadura cívico-militar y, si bien dijo que compartió pocos días con su madre, contó una extraña anécdota: “Cuando me parió, lo primero que hizo fue no querer gritar. Gritaba ¨viva Perón¨, pero bueno cada uno con la familia que le tocó”. Finalmente cerró: “Tenemos que transformar esta unidad en un abrazo, eso es lo que nos va a hacer invencibles”.

De izquierda a derecha: Matías Barroetaveña, Victoria Donda, Fernando “Pino” Solanas y Gabriela Cerruti.



12 · Contratapa

Especial Día de las trabajadoras

Eso que llaman amor es trabajo no pago En el marco del día del trabajador y la trabajadora, El Grito del Sur reunió a tres mujeres del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) para hablar del trabajo, la organización popular y el feminismo que se gesta desde los barrios.

Nota · Dalia Cybel Foto · Rocío Tursi La sede central de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) está situada en el corazón del barrio de Constitución. Allí, en octubre del año 2018, la feminista italiana Silvia Federici habló para cientos de mujeres, lesbianas travestis y trans sobre la relación entre el capitalismo y el trabajo doméstico. Janet es parte del MTE Rural de La Plata y trabaja produciendo verdura en el cinturón hortícola que abarca desde Arana, Los Hornos, hasta Florencio Varela. Ángela es parte de la cooperativa textil del MTE en Mataderos, forma parte de la colectividad boliviana y tiene una hija de 4 y un hijo de 8. Paola es cartonera de base y delegada de niñez de la cooperativa “Amanecer de los cartoneros”. Dice que si le sacan su chaleco se siente desnuda. En cada dorso del chaleco tiene estampado el pañuelo blanco de las Madres de Plaza de Mayo y el logo del MTE. Las tres

responden la entrevista a la vez, pero también se escuchan entre sí, ríen y conspiran. ¿Cómo se acercaron a la organización? A: Nosotros trabajábamos dentro de nuestras casas en talleres familiares, hasta que empezaron a clausurarlos. Mi casa fue una de las primeras en ser clausurada y, aunque vinieron arquitectos e ingenieros, era imposible habilitarla. Entonces nos juntamos varias familias de la colectividad boliviana para buscar una solución. Con la ayuda del MTE pudimos alquilar galpones habilitados y en condiciones como para funcionar como cooperativas. P: Empecé a trabajar con mi hijo en la calle, y uno de mis primeros reclamos fue tener una guardería. A través de la organización logramos conseguirla, ahora tenemos convenios con el Gobierno y en nuestros espacios hay educadoras que ellos mandan y militantes. La obra social también fue un reclamo fundamental al comienzo y lo logramos. J: En mi caso empecé a organizarme porque en el ámbito rural la economía es muy dura. Partimos de la base de que el trabajo de la quinta no está visibilizado en sí, no es reconocido, la gente consume las verduras pero no piensa en cómo se producen y menos aún que nos da muy poco margen de ganancias. En el caso de la mujer es peor, porque al ser economía familiar no tiene sueldo propio, lo cual la

vuelve más dependiente. Las mujeres campesinas trabajamos doble jornada, pero socialmente -cuando se habla de trabajo agrícola- se piensa más en el varón. Respecto a lo que cuentan las compañeras, nosotras no tenemos guarderías, a nuestros hijos los llevamos a la quinta o se quedan solos mientras los padres trabajan. ¿Ven diferencias con sus compañeros varones en sus trabajos? A: En la costura hay mucho de eso, por ser mujer ya no podés cobrar lo mismo que el varón, aunque la máquina y el tiempo es el mismo. Trabajamos las mismas horas, pero encima al salir tenemos que ocuparnos de los niños, la ropa, la comida. J: En el área rural la mujer marca y toma la iniciativa para salir a trabajar en conjunto, somos las que siempre ponemos ánimos, pero el hombre maneja las máquinas. En mi familia nuestras abuelas y nuestras madres nos inculcaron que había que atender a nuestros maridos para no tener problemas, cuesta mucho romper esta cultura. ¿Para qué sirven las actividades de género de la organización? P: Las compañeras cartoneras tienen mucha solidaridad entre ellas porque tuvieron que salir a trabajar con toda la familia a la calle. Si el tipo no quería salían a laburar ellas, y si había que

De izquierda a derecha: Ángela, Janet y Paola, trabajadoras del MTE.

quedarse a dormir en la calle lo hacían. En nuestro caso las actividades sirvieron para conectar entre las compañeras, dar herramientas para que las mujeres puedan hablar. Igual depende de cada una, hay mujeres que vienen de familias más patriarcales y romper ese esquema para poder defenderse cuesta mucho. Es difícil que las compañeras se quieran. ¿Qué sintieron cuando empezaron a darse cuenta de las desigualdades de género? A: Yo fui al Encuentro de Mujeres en Chubut. Antes de eso lo naturalizaba todo, pensaba que todas las cosas de la casa las tenia que hacer yo y al varón ni le decía, pero hoy en día en mi casa no es así. Lo hablé mucho con mi pareja y también para demostrarle algo diferente a mis hijos. ¿En la organización también encontrás diferencias de género? J: En la organización me costaba mucho hablar. Me ponía roja y recién cuando fui delegada comencé a desenvolverme más. Las mujeres rurales -entre el trabajo de la quinta y de la casa- dejan de tener tiempo para participar y esos espacios los toman los hombres. Para ir a una reunión tenés que dejar todo preparado: la comida hecha, la ropa lavada, por eso a las mujeres les cuesta mucho más llegar a un micrófono o a un cargo.


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